Ronda 3 | Turno de Jayden | Exteriores casa de la vecina | 9:30

No les quedó más remedio que seguir los pasos de Jazz, así que todos fueron hasta la ventana y trataron de no terminar haciendo derrape por el tejado. El plan de Jay sonaba bien así que fue lo siguiente. Toda mujer tenía como ilusión de su vida ver saltar a sus hijos de un tejado – biológicos o no – para luego tirarse ella, por supuesto. Pero bueno, situación extraña a parte cuando le llegó el turno y tras haber ayudado a la menor dejó caer la mochila para luego bajar ella, por suerte sin ningún desastre más allá de dolor en los pies, un frío considerable y unos nervios que difícilmente se relajarían con una infusión junto a la chimenea.

— No creo que podamos seguir asaltando casas hasta que esto termine. — reconoció, con un ligero tono de derrotismo en la voz y es que ni siquiera habían podido sacar partido en condiciones a aquel lugar pero ya se veían otra vez en la tesitura de cambiar — No sé si sea mejor simplemente tirar ya o...no sé, ya no lo sé. — se alzó de hombros y se volvió a colocar la mochila a la espalda, después de haber intentado escurrirse un poco el pelo. Una cosa estaba clara, en menos de una hora iban todos a tener los pies hechos un asco porque correr por ahí con calcetines mojados no ayudaría a nadie y las mudas que pudieran tener en la mochila iban a estar tan empapadas como ellos — Tal vez incluso tirar aquí y luego marcharnos hacia el pueblo.

Lizz | Ronda 3 | Turno de Jayden | Exterior | 9:30

Después del susto inicial, fue capaz de bajar poquito a poquito por el tejado. Estaba empapada y de nuevo se hallaban en la intemperie, y encima habían arruinado otra casa. Lizz tenía razón, no podía dedicarse a tirar abajo todas las casas del pueblo.

Se puso a escurrirse la ropa, estrujándola y mirando al rededor. Todos estaban empapados y torpes, la ropa pesaba y los zapatos chapoteaban, dudaba que pudieran correr mucho así. Poco podía hacer, poco podía aportar aparte de decir- Creo que no hay lugar bueno para tirar, hagámoslo y ya está. Según lo que salga reaccionaremos. No tenemos mucha más opción- De verdad que se sentía inútil, y un poco culpable de nuevo, por cargarse a base de aquella lluvia terrible la casa de la vecina. Es más, por cargarse a la vecina. Suspiró y miró a su la rededor. Todos tenían algo con lo que defenderse, o cargaban con algo y se sentía mal estando allí mano sobre mano.

Lizz no era santa de su devoción. Pero era aguerrida, era, en cierto modo, su líder, y era la que más y mejores ideas tenía. Probablemente si seguían vivos, sería gracias a ella. Se acercó, con las manos a la espalda y carraspeó- Eh... Lizz- no se le ocurría otra forma de llamarla. No solía llamarla- Si quieres... Puedo llevar un rato la mochila. Tú la has llevado todo el tiempo- Luego miró a su padre y le puso media sonrisa- Venga, papá. Intentemos acabar esta pesadilla.

Jazz | Ronda 3 | Turno de Jayden | Exterior | 9:30

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Estaba aún esperando a ver si conseguían decidirse sobre qué hacer, porque no parecía que nada fuera buena idea, ninguna opción iba a ser acertada, así que bueno a esas alturas ya todo parecía un disparate. Pero escuchó la voz de Jazz y trató de volver un poco a la realidad, mirándola algo sorprendida al principio, pero luego no pudiendo evitar sonreír.

— Claro, sería de gran ayuda. Muchas gracias. — sabía que ella había sido una gran molestia para la adolescente en cuanto supo que iban a mudarse con ellos pero le agradaba ver que cuando habían problemas más importantes por medio eso podía quedar “para otro día”. Se sacó la mochila y la puso en el suelo — Espera, creo que puedo aliviar un poco de peso, después del agua...— la abrió para poder sacar los sandwiches que ya se habían echado a perder. Sacó una botella de agua, la miró, hizo una mueca de espanto y la volvió a guardar, negando con la cabeza, no había mucha sed de momento. Luego volvió a cerrarla y se la dio a la menor — Ahí tienes. Llevas el cuchillo en uno de los bolsillos laterales así que no te asustes si me acerco a ti de repente.

Apretó con suavidad el brazo de Jazz y le volvió a sonreír, una sonrisa incómoda pero no por ella, si no por la situación en la que se encontraban, una situación en la que se veía obligada a decirle a una adolescente que igual tenía que acercarse a quitarle el cuchillo que llevaba en la mochila para protegerse de lo que fuera que un juego endemoniado mandara para intentar matarles. En fin, solo fue espectadora pasiva de aquella tirada, frunciendo el ceño.

— A mi cosas adorables solo se me ocurre que tengan pelo...o sean mariposas. — así o más básica. Se alzó de hombros con una mueca — ¿Esperamos o nos ponemos en marcha hacia el pueblo y ya nos llevamos la sorpresa por el camino? — ella era de las que prefería esperar, ver el peligro y ya decidir sobre la marcha, así que por ello decidió no moverse, pero obviamente si Jay tomaba otro camino le seguiría, al final, como todo, ninguna decisión parecía acertada.

Lizz | Ronda 3 | Turno de Jayden | Exterior | 9:30

Sonrió un poco a Lizz de vuelta y asintió, poniéndose la mochila. Arrugó la nariz ante los sandwiches y el agua. Hambre no tenía ninguna porque tenía el estómago completamente cerrado y estando tan empapados, sed era imposible tener. Asintió a los del cuchillo, apuntándose mentalmente agarrarse el brazo si veía a Lizz correr hacia ella como una loca, fuera a ser que se interpusiera en su camino.

Miró de reojo a Scott y sonrió de medio lado. No, desde luego que no se le ocurría nada adorable que pudiera salir del tablero infernal aquel. Se escurrió en pelo, pensando y dijo- Los felinos cuando son pequeños todos parecen gatitos. Pero luego se hacen grandes y te podrían destrozar- Dijo pensando en voz alta. Esperaron un poco en silencio, pero allí no aparecía nada. Suspiró y pensó en lo que había dicho Lizz, cruzándose de brazos- Yo estoy pensando en el cazador. Seguro que fue al pueblo...- Le dio un escalofrío solo de pensarlo y, de nuevo, deseó tener ella aunque fuera un plan para pegarle en la cabeza o lo que fuera- Pero quizá en el pueblo nos pueden ayudar mas apropiadamente y la policía y tal...- Ellos apenas tenían armas. Lizz con un cuchillo y Scott con una herramienta no podrían hacer muchísimo contra un gran felino, el gorila o lo que fuera que iba a salir de allí.

Jazz | Ronda 3 | Turno de Jayden | Exterior | 9:30

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No había forma humana de hacer frente a Winnie the Pooh. Esa fue la conclusión a la que pudo llegar cuando todos se giraron y se encontraron con aquella bestia que se acercaba a ellos. La única idea que se le podría haber pasado por la mente ya la llevó a cabo Jay que era hacer uso de los sandwiches que ellos ya no iban a poder comerse, pero aparte de eso, ¿qué más podían hacer?

El padre de la familia se había quedado el más rezagado, era el que había tirado así que aunque le doliera en el alma tenía sentido, ella habría hecho lo mismo y ponerse a discutir en un momento como ese era estúpido así que fue entre tirando y empujando de los menores para ir avanzando también hacia el pueblo. Lo peor de todo es que no podían llegar a un plan como separarse y que Jay trepara a un árbol o se metiera al río mientras ellos iban a por ayuda porque un oso podía hacer esas cosas y sinceramente no estaba como para investigar qué raza hacía qué en ese maldito momento. Tampoco tenían arenas movedizas. Así que sí, en ese momento Lizz sintió que finalmente se le hacía un nudo en la garganta y tuvo que limpiarse con el dorso de la mano la puerca lágrima que se le escapó producto de los nervios y la impotencia, porque realmente no sabía qué hacer por su familia en ese momento.

— Scott, Jazz...— habló bajo, porque lo de alzar la voz o moverse más rápido o brusco de lo necesario no parecía el mejor plan en ese momento — Si ese bicho...id al pueblo, id por ayuda, ¿vale? — eran adolescentes pero confiaba en que no tenían nada de estúpidos, no iba a dejar a Jay ahí solo si el oso le hacía una embestida digna de la NFL pero es que era un maldito oso a ver, como mucho podía intentar ayudarlo a salir corriendo o a distraerlo, solo esperaba tener la tranquilidad de que los niños no se quedaría también, de que huirían como alma que lleva el diablo. De momento huir en familia de Baloo a pasitos de geisha parecía todo lo que podían hacer, o a su cerebro no se le ocurría nada mejor por lo menos.

Lizz | Ronda 3 | Turno de Jayden | Exterior | 9:30

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Y se arrepintió de ponerse la mochila casi en ese mismo instante. Un oso gigantesco apareció, dejándola paralizada por el miedo. Ni pudo moverse, solo se cayó sentada, mirando aterrorizada al animal, sabiendo a ciencia cierta que si iba a por ella moriría.

Y de repente, se cayó redondo. Miró a los lados, pensando que, una vez más, su resolutiva familia había encontrado alguna forma de salir del atolladero, pero no. Era muchísimo peor. Aquella voz le heló la sangre y le hizo soltar un agudo chillido. Era él. Había vuelto. No había manera de huir de aquel ser. Y encima iba a por ella y estaba a punto de disparar a su padre. Quería gritar pero no podía, solo se arrastró por el suelo, impulsándose con sus piernas, sin ver muy bien hacia donde iba, y acabó chocándose con la pierna de Scott. Le miró hacia arriba un segundo. Ahora le había puesto en peligro a él. El cuchillo ¿Dónde estaba el cuchillo? ¿Y qué pensaba hacer con él? ¿Cortar las balas con él? Estaba bloqueada y no sabía qué hacer.

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Podéis realizar una de las siguientes opciones, eso sí, LOS CUATRO JUGADORES TENÉIS QUE LLEGAR A UN ACUERDO SOBRE CUAL DE LAS TRES VÁIS A REALIZAR:

1. HUIDA - Si decidís huir, tendréis que salir corriendo los cuatro. Los refugios posibles son vuestra casa (tened en cuenta que la estampida hizo un boquete gigante en la pared, tendríais que atrincheraros temporalmente) o el coche de Jay, que os llevará al pueblo. Para emprender huida, todos debéis tirar un dado D10. Según el resultado:
- 10-9 - Huyes sin ningún rasguño, llegando hasta tu meta.
- 8-6 - Recibes un impacto de bala en un lugar poco comprometido o superficialmente, herida leve
- 5-3 - Recibes un impacto de bala en un lugar incapacitante y profunda, herida moderada. Necesitará atención en algún momento.
- 2-1 - Recibes un impacto de bala en un lugar crítico y profunda, herida grave. Necesitará atención inmediata o podría ser mortal.

2. ATAQUE INDIVIDUAL - Uno de vosotros, quien hayáis decidido, tirará un dado D10. Los demás, solo postean su reacción, pero no tiran ningún dado. Según el resultado obtenido:
- 10-9 - El cazador cae inconsciente
- 8-6 - El cazador sigue consciente pero habéis conseguido desarmarle
- 5-3 - Solo le habéis desconcentrado o aturdido ligeramente, pero sigue armado. Tendréis que volver a tomar una de las tres decisiones.
- 2-1 - Vuestro ataque falla y el cazador dispara al que ha llevado el ataque a cabo. El cazador lanzará un dado que determinará la gravedad de la herida (10-9 impacto de bala en un lugar crítico y profunda, herida grave. Necesitará atención inmediata o podría ser mortal; 8-6 impacto de bala en un lugar incapacitante y profunda, herida moderada. Necesitará atención en algún momento; 5-3 impacto de bala en un lugar poco comprometido o superficialmente, herida leve; 2-1 el cazador falla el ataque). Tendréis que volver a tomar una de las tres decisiones.

3. ATAQUE EN EQUIPO - Decidís atacar todos a la vez. En ese caso, todos debéis tirar un dado D10. La suma de vuestros cuatro dados debe ser superior a la suma de los cuatro dados del cazador. Si lo conseguís, le desarmareis. Si no lo conseguís, la persona con menor puntuación en el dado recibirá una herida de bala cuya gravedad la determinará el número obtenido (leve de 10-7, moderada de 6-3, grave 2-1), y tendréis que volver a tomar una de las tres decisiones.

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Uno pensaría que una situación en la que un oso amenaza a tu familia no puede ir a peor si el animal en cuestión cae redondo al suelo. Pues uno se equivocaría. Porque aunque hubiera sido un ser humano el encargado de aquella proeza definitivamente no era uno racional, a esas alturas Lizz se preguntaba si sería real siquiera o solo un producto del juego, o si lo que había en el juego era real o...lo que fuera.

Al menos le alegró saber que estaban todos en el mismo punto y que no iban a dejar que ese hombre siguiera atosigando a la niña, porque era evidente que no iba a parar, como ninguna de las otras cosas que había salido de esa maldita esfera. Ella se había quedado junto a Jazz mientras los dos se lanzaban contra él, pero no tardó en inclinarse a coger el cuchillo que tenía bien localizado y lanzarse también sobre él, ¿pero para qué?

Lizz no era una asesina, aunque intentara racionalizar que no era un hombre de verdad, que seguramente no era más que un personaje de un juego absurdo o algún tipo de magia vudú o vaya usted a saber, no podía solo...no. Así que lo único que se le ocurrió era intentar hacerle daño de una manera que no le facilitara precisamente seguir con su intento de disparar. Así pues, el cuchillo fue derecho – o todo lo que pudiera – a intentar dañarle las manos, lo suficiente como para que su habilidad se viera mermada o anulada, lo que pudiera conseguir dado el incómodo momento.

Lizz | Ronda 3 | Turno de Jayden | Exterior | 9:30

Una vez más, la resolución de su familia le hizo reaccionar y despertarse. Para cuando se quiso dar cuenta, su padre se había abalanzado contra él y Scott detrás. Lizz, como ya le había le había advertido, se acercó a su costado y cogió el cuchillo, lanzándose sobre el cazador también.

Ahí había demasiada gente, así que pensó "intenta ser útil". La escopeta. Apuntando siempre hacia arriba, la agarró de las manos del cazador y se la llevó hacia atrás con decisión. Casi se cae otra vez de culo al suelo, pero consiguió equilibrarse, alejándose del tipo, con la escopeta en la mano- ¡La tengo! ¡Vámonos! A donde sea- Apremió a su familia, confiando en que las heridas que le había infringido Lizz le hubieran dejado lo suficientemente fuera de combate como para que les diera tiempo a huir, y ahora ellos tenían la escopeta.

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