Ronda 3 | Turno de Scott | Exteriores casa de la vecina | 9:45

Cuando por fin estuvieron dentro y cerraron la ventana se quedaron solo con un par de pájaros que no parecían tener muy claro qué  estaban haciendo allí. Como aquello iba detrás de su hijo ella permaneció con la vista clavada en ellos por si acaso, por si se volvía agresivos de repente y pretendían caerle a picotazos.

Se sentía cansada y cada vez veía menos opciones, eran como hormigas a las que un niño perseguía con la ardiente luz del sol a través de una lupa y cuando creían que podrían guarecerse en su agujero él lo tapaba con una piedra. Se quedaban sin sitios a los que huir y por lo menos ello tenían una idea aproximada de lo que estaba pasando, no podía ni imaginarse la confusión del resto de personas del pueblo a las que todo les había salido de la absoluta nada.

Cuando Scott leyó en voz alta lo que se venía – ella había seguido pendiente de los pájaros –, frunció un  poco el ceño. Le pareció sensato recoger el juego, lo que menos necesitaban es que acabara en una zanja.

— ¿Y si el suelo se abre? Igual deberíamos buscar algo a lo que agarrarnos. — claro, fácil decirlo, ¿pero a qué se iban a agarrar? Es que todo parecía absurdo — ¿Los marcos de las ventanas? — la idea de un terremoto le habría parecido descabellada...antes de la tormenta in door que se habían gozado, claro. Lo mejor era pensar rápido — Si es como la tormenta igual se queda en todo el edificio, lo mejor sería salir de él, puede que debamos quedarnos en las ventanas aunque fuera estén los pájaros. — que en ese punto no sabía qué mal era peor, y como de todas formas tampoco sabía si realmente era un terremoto lo que iba a pasar...— Si es solo un terremoto dicen que lo más seguro es colocarse bajo los marcos de las puertas. — hablaba deprisa y de forma atropellada, intentando decir todo lo que se le ocurría y ver si podían sacar algo útil cuando se presentara lo que se fuera a presentar, aunque luego terminasen haciendo cualquier cosa.

Lizz | Ronda 3 | Turno de Scott | Pueblo | 10:00

Ronda 3 | Turno de Scott | Pueblo | 10:15

Claramente, iba a ser un terremoto. Miró a los lados, esperando la reacción de los demás. Habían hecho un simulacro de actuación en terremotos ese mismo año, por lo que intentó recordarlo. Tal como le habían dicho, los animales se alteraron y los objetos colgantes se cayeron, en este caso la pizarra. Claro, con la serpiente no contaba, porque el simulacro de terremotos con contaba con el modo Jumanji. Estaba bastante aterrorizada con la serpiente, cuando oyó a Lizzie decir lo de las ventanas y volvió a la realidad. Agarró del brazo a la mujer. – ¡No, no, no!– Dijo muy asustada y tiró de Scott también. – Por las ventanas no, que de la vibración pueden estallar en cualquier momento.

Tiró de ellos bajo los pupitres y dijo. – Nos explicaron que si sientes que te deslizas por el suelo hay que correr en dirección contraria, pero nada de acercarse a las ventanas. – Porque de repente se le había aparecido la imagen de Lizzie cortada por los cristales y se había puesto de los nervios. Sacó la cabeza un poco y gritó. – ¡Abre la puerta, papá, corre! Saldremos por la salida de emergencia, al otro lado del instituto. Pero vigilad si veis grietas para alejarse de ellas, por precaución. – Miró a su padre y el resto de la clase. – Por si acaso, quedémonos aquí abajo hasta que papá tire la puerta. – Jazz confiaba cien por cien en que su padre sería capaz de hacerlo. Miró a Scott y sonrió un poquito. – Para una vez que aprendo algo útil en el instituto, no pensé que fuera a usarlo contra un juego de mesa asesino.

Jazz | Ronda 3 | Turno de Scott | Pueblo| 10:00

Cuando Scott tiró de nuevo los dados, Jay no supo si alegrarse o lamentarse de que la explicación esa vez fuera tan clara. Estaba claro que iba a ser un terremoto, lo que temía era de que magnitud. Si comenzaba a abrirse el suelo más que simples temblores, iban a tener un buen problema. ¿Se mantendría el terremoto solo en el instituto o los seguiría a donde quiera que fueran? Todo comenzó a moverse, y Jay se agarró al marco de la puerta. En el aula la pizarra se descolgó, y de ésta se escapó una serpiente, seguramente proveniente de una de las primeras tiradas.

No es que fueran a desaparecer así de fácil.

Se alegró de que su familia se pusiera a salvo rápidamente, alejándose de las ventanas. Tal y como decían las dos chicas, podía ser más que peligroso. Escuchó lo que decía su hija y asintió. Primero prefirió intentar abrir aquella puerta echándola abajo, más que abriéndola de un tiro, puesto que prefería guardar munición y, aunque se mantenían alejados de la serpiente, no quería alterarla aún más viéndose amenazada por un arma de fuego. Cogió un poco de carrerilla y se estampó contra la puerta, con el hombro por delante, consiguiendo que el pestillo se abriera un poco. Tras un par de golpes más, consiguió abrir la puerta del todo.

"¡Vámonos de aquí, vamos!" les dijo al resto, escondidos bajo el pupitre, haciéndoles señasl para que salieran de allí y fueran ellos primero a través del pasillo. Jazz tendría que liderar al grupo porque sabía por donde salir, él prefería quedarse el último por si tenía que disparar a la serpiente, a los pájaros o cualquier cosa que saliera.

Jay | Ronda 3 | Turno de Scott | Instituto | 10:00

Dentro de todo lo que habían pasado ya a lo largo de aquel día, un terremoto, así dicho, no parecía lo más grave del mundo. Seguir las indicaciones y ya, ¿no?
Por supuesto que no, porque aquel juego no iba a dejarles descansar y aunque el temblor no era el precedente de una estampida, sí era lo bastante fuerte como para que no pudieran mantenerse en pie sin sentirse a punto de caer.

Mientras su madre hablaba de opiniones él iba recordando mentalmente los mejores sitios, marcos de las puertas, pilares de carga, debajo de las mesas... suerte que solo estaban en la planta baja y no se les iba a abrir el suelo -o eso creía-, pero siempre podía caer algo de arriba. Lo de las ventanas no lo recordaba, pero si no estaba entre los sitios seguro era por algo, y Jazz lo recordó.

Las cosas empezaron a caerse de las estanterías o descolgarse de las paredes. La pizarra fue de lo más sonoro, aunque fue aún peor descubrir que ahí se había colado una de las serpientes. Justo en la clase que estaba abierta y en la que ellos habían entrado, no parecía casualidad. De todos modos, miró a su madre y Jazz, esperando que aquel bicho no intentase nada contra ellas.

- Creo que ninguno pensaba que fuera a usar nunca lo de los terremotos. -Aquel era el primero por el que pasaba, la verdad.- O lo de los pumas. -Recordó, pensando en que eso había ayudado un poco con el león.

Mientras respondía a Jazz veía los intentos de Jay por abrir la puerta hasta que lo consiguió. Empujó a las chicas para que salieran de debajo de la mesa antes que él.- Hay que ir cerca de las paredes y mirar lo de las grietas. -Recordó mientras echaban a correr. No era la forma ideal de conocer el que iba a ser su nuevo instituto, pero lo único que importaba era encontrar una salida. Lo que no tenía tan claro es si el terremoto pararía solo o tenían que tirar de nuevo para que parase, igual que había pasado con los pájaros.

Scott | Ronda 3 | Turno de Scott | Exteriores casa de la vecina | 9:45

Pues al parecer no iba a ser una rajita en el suelo ni una pequeña dosis de temblorina, claro que no. Aquello probablemente fuera algo así como viaje al centro de la tierra pero versión sin paracaídas y con masaje primero. Al final la opción de largarse de allí arriesgándose a ser picadillo por los cristales no sonaba alentador así que agradeció que Jazz tuviera los conocimientos anti-terremotos bien frescos en la cabeza y ya que ese era su territorio – el instituto y los terremotos – solo se dejó arrastrar por ella, asegurándose de que Scott estaba con ellas y asomándose solo un poco para ver cómo le iba a Jay.

Escuchó los golpes contra la puerta y con cada uno hizo una mueca. Por muy deficiente que pudieran ser los materiales de algunos centros escolares le preocupaba el estado de su pareja al tener que hacer algo así, por lo que cuando salieron – y tras echar un vistazo al bicho siseante que esperaba pudieran dejar atrás sin mayores incidentes – le puso una mano en el brazo al hombre, una mirada fugaz, aunque fuera rápido para asegurarse de que no se había hecho daño.

— ¿Estás bien? — que una podía hablar mientras intentaba no darse de boca contra el suelo. Esperó que Jazz fuera delante con Jay detrás porque llevaba el arma y si había que limpiar el camino de cualquier ridiculez que apareciera pues quién mejor que él y ella podía ir atrás que tenía el cuchillo aunque ahora le parecía una idea tan terrible como si fuera una niña de cinco años corriendo por un camino empedrado y unas tijeras abiertas en las manos. Lizz nunca había montado en barco, pero pensó que aquello debía ser bastante parecido, mientras avanzaban por el pasillo siguiendo la guía de la más joven — Jay, cariño...creo que vamos...a tener que hablar sobre...lo del colegio para los chicos...Lo veo un poco...inestable y no me...convence.

No estaba segura si se la acabaría tragando una zanja. O a lo mejor comiendo un león. Una planta venenosa o a ese paso igual Godzilla. Así que prefería que los niños la escucharan haciendo una broma pésima con voz temblorosa a que supieran que estaba, a esas alturas, cagada de miedo.

Lizz | Ronda 3 | Turno de Scott | Pueblo | 10:00

Ronda 3 | Turno de Scott | Pueblo | 10:15

Notaba perfectamente cómo los pies se le iban resbalando por el suelo como si caminara sobre el hielo. Eso era muy mala señal, de hecho no recordaba de qué era exactamente mala señal, pero la directriz era clara: huye en dirección contraria al deslizamiento. Solo que eso cada vez se le hacía más difícil y se tuvo que agarrar a su padre y a Scott con todas sus fuerzas. Por fin, alcanzaron la salida de emergencia, y por un momento se sintió tranquila y a salvo, incluso se permitió mirar a Lizz y su padre... Con ganas de bromear. Eso le puso media sonrisa. Igual había sido un poco dura con aquella situación. Se dio cuenta, también, de que estaba aún agarrando a Scott con el puño cerrado entorno a la tela en su costado. Y ya iba muy derecha a soltarle y pedirle perdón, cuando volvió a temblar el suelo, y no era parecido al terremoto. No, para nada, eso ya lo había notado antes y el ruido y revuelo lo acompañaba también. Tenían que subirse a algún sitio antes de que llegara la estampida de verdad. Pero el colegio empezaba a agrietarse y los pájaros estaban por todas partes.

Miró a ambos lados, desesperada, tratando de tener una pista. El espacio más abierto que se le ocurría eran las canchas, pero claro... Allí estaban a merced de los pájaros. Aunque, a decir verdad, le daba más miedo que el edificio se les viniera encima o que les arrollara un rinoceronte. Agarró más fuerte a Scott y tiró de él hacia las gradas. – ¡Vamos! ¡Vamos hacia allí antes de que lleguen! – Las gradas no era la estructura más segura y estable del mundo, pero estaba elevada, en un espacio abierto donde no se les podía caer nada encima y por donde la estampida podría pasar sin pena ni gloria... Todo eso, por supuesto, si no se liaban a tirar aquella estructura de metal y plástico que tampoco daba para mucho. Subió a toda prisa tirando de Scott hasta el piso más alto de las gradas, tratando de otear lo que veía, aunque los pájaros se lo estaban poniendo muy difícil con los picotazos e intentaba espantarlos con los brazos.

Jazz | Ronda 3 | Turno de Scott | Pueblo| 10:00

Después de que abriera la puerta a empujones, dejó pasar primero a los demás, antes de salir él, pero el contacto con Lizz, su mirada y su pregunta le hicieron sonreír. En medio de aquel desastre, se permitió darle un beso en la frente, con el mensaje necesario. “Nada de lo que tengas que preocuparte demasiado, cariño” le dijo, intentando aliviar su preocupación. Quizás le saldrían algún moratón en el hombro, pero eso no era nada con lo que no pudiera lidiar. Comenzaron a avanzar todos por los pasillos del instituto, agarrándose unos a otros, intentando no caer, se hacía demasiado complicado andar correctamente con tanto temblor y altibajo.

El comentario de Lizz, tan inesperado, le hizo reír entre el nerviosismo. “¿Verdad? Últimamente no está muy cuidado” respondió él en voz alta para que le escucharan, continuando aquella especie de broma que había aliviado un poco el ambiente. Sin embargo, al llegar a la puerta del instituto, creyéndose salvados, descubrieron que todo era más caos aún. Porque los pájaros estaban muy alterados, el temblor seguía también fuera, pero la estampida se escuchaba a lo lejos, dirigiéndose a su dirección. No le parecía la mejor idea quedarse donde estaban, porque el edificio estaba a punto de derrumbarse y se les caería encima, así que ante la primera idea que saltó, todos fueron a ella.

Se subieron corriendo al punto más alto de las gradas, mientras Jazz ayudaba a Scott, Jay cogió de la mano a Lizz para ayudarla a subir también. Todos intentaban deshacerse de los pocos pájaros frenéticos que intentaban picotearles, pero la verdad, prefería algún picotazo a que le pasaran cientos de animales mucho más pesados por encima. “Si este terremoto continúa podemos incluso perder el tablero” comentó Jay sin saber si huir a algún lado o tirar allí mismo. Se imaginaba como el suelo se abría y el tablero caía sin poder recuperarlo, cual escena de película.

“¿Lizz, quieres tirar aquí o cogemos el coche y vamos a otra parte?” preguntó dirigiéndose a su compañera, después de todo ella era la siguiente en tirar. Pero tampoco sabía a donde podían ir después del pueblo. El terremoto podía continuar y causar muchos más daños. “El terremoto podría parar si tiramos de nuevo” comentó Jay, ya que el juego era totalmente impredecible. O al menos a él le gustaría tener la opción de que eso parase.

Jay | Ronda 3 | Turno de Scott | Instituto | 10:00

Siguieron corriendo, tratando por todo lo posible no caerse de bruces contra el suelo, que lo menos que querían era que una zanja se los tragase. O cualquier cosa en realidad, porque a medida que avanzaban en ese maldito juego la cosa no mejoraba lo más mínimo.
Agarraba a Jazz de la mano y había momentos en que no sabía quién tiraba de quién, pero la seguía hasta la salida mientras escuchaba a su madre y Jay haciendo bromas sobre el instituto. Menudo momento, aunque era mejor que dejarse llevar por el pánico claro.

Nada más salir se dieron cuenta de que el terremoto estaba en toda la ciudad, por no hablar de que la estampida parecía estar huyendo de él. Por si no tenían suficiente.
Correr a un lugar abierto alejándose de la mayoría de animales que corrían le parecía lo mejor, aunque los pájaros estuvieran por allí para lanzarse sobre ellos o simplemente chocar a la desesperada, porque tampoco parecían muy conscientes de lo que hacían.

Subieron a lo más alto de las gradas y Jay preguntó a su madre qué quería hacer.- Creo que ir en coche durante un terremoto no es lo más seguro. -Creía recordar que recomendaban pararlo, a ser posible lejos de cualquier cosa que se pudiera caer encima.- Pero Jay tiene razón en que si tiras, igual se para el terremoto. Los pájaros se dispersaron un poco cuando volví a tirar. -O al menos lo pareció, que quizá lo que habían hecho era esperar a un mejor momento para atacar.

Scott | Ronda 3 | Turno de Scott | Exteriores casa de la vecina | 9:45

Ronda 3 | Turno de Scott | Pueblo | 10:15