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Miér Nov 24, 2021 8:55 am por Timelady

Little he knows
Little she sees

No son pocos quienes están cada vez más cansados de los abusos de la corona sobre las colonias estadounidenses. Hay grupos de jóvenes burgueses hablando de la posibilidad de un levantamiento si todo esto continúa siendo así. Y cada vez son más los que se unen a estas opiniones.
Los hay que además de ver sus propios intereses, se fijan también en cómo los más desfavorecidos lo están cada vez más y es una población que continúa en crecimiento. Hay quienes piensan que no hacen nada por remediar su situación, otros que les faltan los medios.
Un estado de libertad se los podría dar.

Pero pocos de ellos se han parado a acercarse y preguntar a la otra cara de la moneda si quiere cambiar su situación, o si quiere luchar por ese cambio.
En ese mundo, que parece otro, donde la supervivencia es lo más importante, poco importa si el gobierno está en manos de un rey al otro lado del océano o de un grupo de ricos aquí, si ninguno va a hacer nada por ayudar. Las ideas y las buenas intenciones, siempre se pierden en el recuerdo. Solo importa lo que tienes en la mano.

Y en este mundo de injusticia y revolución, surgirán los encuentros que cambiarán la historia y a sus protagonistas.

personajes

Finlay Nicholson
Revolucionario - Aaron Tveit - Bewölk

Marianne Booth
Rata Callejera - Samantha Barks - Timelady

CAPITULOS
CAP I: ...


1x1 — Original  —  Épocas Pasadas


XIII




Post de rol:


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Vie Nov 26, 2021 2:02 am por Bewölkt

Can’t not think of all the cost
and the things that will be lost

Un dolor de cabeza pulsante lo acosaba desde esa misma mañana. Reunirse con otras personas como él le daba una muy necesaria perspectiva, pero a la misma vez lo llevaba a plantearse situaciones en las que los demás parecían no pensar.

La familia de Finlay siempre había tenido cierto nivel de influencia, al ser descendientes de ingleses que habían ido a hacer su vida al nuevo mundo. Sus conexiones con el territorio de la reina los habían ayudado a posicionarse, y ahora él era el encargado de esa pequeña tienda donde otros como él, de familia inglesa, podían disfrutar de Inglaterra sin tener que pasar meses en un barco.

El olor a hojas de té golpeó su nariz en cuanto abrió la puerta, un par de horas más tarde de lo acostumbrado. Puso el pestillo para poder tomarse un tiempo para organizarlo todo antes de abrir, aunque ya veía a un par de sus clientes habituales esperando fuera impacientemente. ¿Cómo explicarles lo que habia estado haciendo esa mañana?

La respuesta era que no podía, por eso se pellizcó la punta de la nariz antes de abrir la puerta.

—Disculpad, no me encontraba muy bien esta mañana— dijo, a sabiendas de que tendría que escuchar múltiples consejos sobre posibles remedios caseros para su dolencia.

Llenó las pequeñas bolsas de té para las mujeres que lo estaban esperando, agradeciendo sus consejos antes de verlas marchar. Se dejó caer sobre el taburete detrás del pequeño mostrador de madera donde cobraba, y esperó pacientemente a que alguien más tocara su puerta.

Capítulo 1 — En la tienda  — Finlay N.


XIII



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Sáb Ene 01, 2022 3:45 am por Timelady

Can’t not think of all the cost
and the things that will be lost

La actitud de su padre la había extrañado los últimos días.
No había recibido ni un solo golpe por su parte, a pesar de interponerse entre él y los más pequeños.
Conociéndole, sabía que no podía ser porque hubiera decidido abandonar sus hábitos violentos. Por un momento llegó a temer que pudiera estar pensando en entregarla a Vera -o más bien venderla- para ganar más dinero de otra forma.
Por suerte o por desgracia, aún estaba por decidir, no se trataba de eso. Tenía un plan, claro, pero uno que implicaba enviarla a visitar casas de familias respetables y pudientes en el que no entraba la posibilidad de escandalizarlos al ver a una chica llena de moretones. Bastante era con que no tuviera un vestido remendado, pero sus harapos tendrían que valer, no tenía otra cosa.

A Marianne no le gustaba aquello, no solo le impedía comprobar que los pequeños no se metieran en líos en la zona del mercado, sino que además tenía que visitar una zona más rica de la ciudad. Ese sitio donde ponían caras de calamidad cuando veían a alguien de su condición, parecían que hubiesen visto un muerto... y ella lo había hecho, demasiadas veces ya. Aunque bien era cierto que su figura, como la de tantos otros, bien podría recordar a un cadáver andante.

Estaba caminando, buscando las callejuelas y escondites en los que meterse si había problemas, a la par que a sus posibles víctimas, cuando unas muchachas pasaron por su lado riendo y hablando con voz chillona. Se distrajo mirándolas, debían tener más o menos su misma edad, pero no podían ser más diferentes que ella misma. Sus preciosos vestidos, sombreros y sombrillas que protegían la piel delicada del sol, una piel tan limpia y cuidada como sus cabellos, recogidos en peinados elaborados y sin haber conocido nunca enredos como los suyos.
Al volverse se dio cuenta de que se encontraba justo delante de lo que debía ser una sastrería, con un escaparate que mostraba un precioso vestido en color granate que la cautivó un instante, demasiado largo al parecer pues el dueño de aquella tienda salió a pedirle de forma no muy amable que se apartara de allí. A través del cristal pudo ver como los clientes de dentro murmuraban y la miraban de reojo.
Hizo un esfuerzo por no responder y decidió que seguiría caminando, solo que ahora ya sin preocuparse por apartarse si venía alguien en su dirección y se manchaba el precioso traje al chocar con una mugrienta rata callejera.

Pero algo tuvo que haber hecho mal, porque no tardó en ver a un par de oficiales justo delante, uno de ellos mirando en su dirección y hablando con el otro que también se giró... ¡Maldición! Si no había robado nada todavía.
Buscó rápidamente un buen escondite, pero no encontró ninguno y al girar una esquina buscó la primera puerta abierta que vio.
Se escondió donde primero pudo para que no la vieran los oficiales desde fuera.

Quizá por eso tardó de más en darse cuenta de que estaba en una tienda.
Y de que alguien la estaba mirando.
- Permitidme quedarme, por favor. -Pidió, apretando sus manos y sintiendo el frío en sus dedos, aunque no creía que diera demasiada confianza.- No tocaré nada, os lo prometo. Ni siquiera me moveré. -Aseguró antes de que quien fuera tratara de echarla, al menos no hasta que pasaran de largo y las calles volvieran a ser seguras para ella.

Capítulo 1 — En la tienda  — Finlay N.


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Sáb Feb 12, 2022 5:01 am por Bewölkt

Can’t not think of all the cost
and the things that will be lost

Estaba visualizando una mañana aburrida después de que sus primeras tres clientes se marcharan y la campanilla no volviera a sonar. Aquello le daba suficiente tiempo de pensar, de dejar a su mente divagar mientras contemplaba diferentes escenarios en los que sus planes se convertían en una realidad. Tenía muchos detalles que afinar, y estaba intentando atar los cabos cuando escuchó la puerta abrirse.

Se incorporó, dándose cuenta de que su posición en la silla detrás del mostrador parecía casi hundida, poco digna de un caballero. Se puso sobre sus pies, alisando las arrugas de su chaleco antes de levantar la mirada... Y la chica que se la devolvió no se parecía en nada a lo que Finlay se acostumbraba a recibir en su tienda.

Tan solo fue un segundo, una mirada a los cristales y pudo ver a los oficiales que estaban escaneando el lugar, no hacía falta ser demasiado listo para darse cuenta de lo que ocurría. Su cabeza se movió a toda velocidad, ¿acaso la chica había robado algo? Intentó que sus prejuicios iniciales no se llevaran lo mejor de el mientras hacía un gesto con la mano.

—Agachaos y venid hasta el mostrador, escondeos detrás— dijo, esperando que la chica siguiera sus instrucciones al ver que los guardias empezaban a acercarse hacia la puerta de su tienda justo en el momento en el que pudo sentir a la chica casi al lado de su pierna.

Finlay, con su sonrisa más amable, salió de atrás del mostrador para saludar a los hombres que entraron al lugar. La tienda no era muy grande, pero uno de ellos se alejó para revisar detrás de la estantería que separaba una parte del lugar de la otra.

—¿Os puedo ayudar de alguna manera?— preguntó, sin cuestionar que estuvieran escaneando el lugar, pero sintiendo su corazón latir con fuerza en sus oídos.

—¿Habéis visto pasar a una chica con un vestido sucio y cabellos oscuros?— preguntó el que permaneció inmóvil en la puerta, y Finlay negó con la cabeza, con una seguridad impropia. El hombre pareció creerle, se marcharon sin preguntar mucho más.

Capítulo 1 — En la tienda  — Finlay N.


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Mar Mar 29, 2022 5:00 am por Timelady

Can’t not think of all the cost
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Estaba tan acostumbrada a que nadie la creyera que cuando el joven que había tras el mostrador abrió la boca empezó a girarse y prepararse para salir de allí corriendo como si su vida dependiera de ello, y lo cierto es que lo hacía.
Pero lo que escuchó no fueron voces y malas palabras, sino instrucciones.
Y ella sería desconfiada, pero no tonta, así que las siguió tan rápido como le fue posible, metiéndose en el hueco que quedaba bajo la madera y encogiéndose tanto como le era posible.

No tardó en escuchar la puerta abrirse de nuevo.
Se abrazaba las piernas y se esforzaba por no respirar siquiera.
Los guardias hablaron con el hombre, preguntando por ella que ya estaba mirando si había otra salida por la que huir. Pero al final, parecía que se habían marchado.

Marianne se atrevió a asomar la cabeza poco después, dándose cuenta de que sí que lo habían hecho y aquello no era algún tipo de trampa. Salió del escondite, sin perder de vista los cristales por si acaso alguien podía verla desde allí.- Gracias, señor. -Pronunció, si bien no eran palabras que salieran a menudo de su boca, porque en su mundo hasta el más pequeño de los favores tenía un precio. Y aquel era grande...

No quería darle ocasión a reclamar una recompensa que no tenía.- No os molestaré más, ¿sabéis hacia dónde han ido? -Para ir ella en la dirección contraria claro.

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Sáb Mayo 07, 2022 7:02 am por Bewölkt

Can’t not think of all the cost
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Su madre seguramente estaría enrollando un periódico para darle con él por mostrarse siempre tan confiado, pero aquella chica parecía realmente asustada, y él no era otra cosa sino un caballero. Tal vez debería haber formulado un par de preguntas antes de dejarla entrar, pero el tiempo apremiaba, y habría espacio para preguntas después.

—No os preocupéis— dijo, aun observando a través del cristal hasta asegurarse de que perdía a los guardias de vista. Bajó ligeramente la persiana, pero no del todo como para no resultar demasiado sospechoso. Se giró para observarla, parecía que llevaba un rato corriendo por lo despeinada que se encontraba.

—En esa dirección— señaló hacia la derecha —. Pero os recomendaría que os quedéis unos minutos más, solo por si acaso— dijo, acercándose a un pequeño armario atrás del mostrador, de donde sacó el recipiente donde guardaba agua para servirle un vaso y entregárselo.

Quería saber qué había ocurrido, pero tampoco sabía cómo formular la pregunta sin acusarla de algo.

—¿Por qué os seguían?— preguntó, encontrando que era la manera más neutral de satisfacer su curiosidad.

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Vie Jul 01, 2022 10:17 am por Timelady

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Estaba más que dispuesta a salir de la tienda y dirigirse a la izquierda, daría un buen rodeo para poder seguir con el encargo, o intentarlo. Claro que esta vez tendría que hacerlo con más cuidado para no ser vista. No podía permitirse volver a pasar por aquello, porque no creía en la suerte y si la había, se la había gastado ya con el rubio.
El mismo que intentaba aconsejar sobre esperar para que los otros dos desaparecieran. Ella solo asintió, y miró un poco más el tipo de comercio donde se encontraba. En las paredes había demasiadas cosas, cosas por las que muchos matarían o pagarían un buen precio. No podía evitarlo, estaba acostumbrada a mirarlo todo en función del provecho que pudiera obtener de ello.

Se distrajo cuando le tendió un vaso de agua. Dudó un pco en cogerlo, sabiendo que lo mancharía y le parecía la cosa más limpia que había visto en meses. Pero no podía decir que no agradeciera el agua y terminó bebiendo, apenas un sorbito para acostumbrarse a algo que también era más limpia que la de la fuente a la que tenían acceso.

La pregunta hizo que soltara el vaso sobre el mostrador, como si ya no quisiera tocarlo.- No he hecho nada. -Se defendió, porque de algún modo aquello sonaba a acusación.- Solo estaba paseando y viendo algún escaparate. Eso no es ningún delito. -Aunque era cierto que cuando lo hacía siempre estaba pendiente de los puntos débiles por los que su padre preguntaría, de los objetos de valor, del número de clientes...- Pero a la gente como vos, no le gusta ver gente como yo en su zona. -Se cruzó de brazos, acusándole ahora ella. Porque no podía negar que solo por su apariencia cualquiera la juzgaría. Una chica de la calle que no podía negar su origen. Demasiado delgada, despeinada y pobremente vestida. Una ratera.

Capítulo 1 — En la tienda  — Finlay N.


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Sáb Oct 08, 2022 8:33 am por Bewölkt

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La vio beber, al principio despacio y luego mas rápido, y pensó que tal vez debería cederle parte de la comida que había traído para pasar el día en la tienda. Sin embargo, había mucho que Finlay no deseaba que su acompañante repentina malinterpretara. Estaba claro por su respuesta, y como había dejado el vaso sobre la mesa como si ardiera en sus dedos, que no había una manera prudente y educada de formular semejante pregunta aunque sus intenciones fueran buenas.

Si se dejaba llevar por las apariencias, y cierto era que tal vez meses atrás se lo habría permitido, acabaría por llamar él mismo a los guardias para que se la llevaran. A pesar de que lo intentaba disimular, veía el vestido raído que llevaba, y algunas pequeñas manchas en su rostro que podrían deberse a una constante exposición al sol. Aun así, el tiempo le había enseñado, además de a liberarse de sus prejuicios, que la lástima no era la mejor de las herramientas.

—Tenéis toda la razón, no es ningún delito— afirmó, empujando el vaso en dirección de la chica para que se terminara el contenido mientras él iba organizando cosas aquí y allí en la tienda para ocultar su nerviosismo —. No os estaba acusando de nada, siento si se ha entendido de esa manera— agregó al poco tiempo.

—No es algo a lo que nadie debería acostumbrarse, no tenéis la culpa de los prejuicios de esta zona— agregó, con un encogimiento de hombros mientras se servía el también algo para beber, notando la garganta seca de repente.

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Mar Nov 08, 2022 12:20 pm por Timelady

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Siguió sus movimientos con la mirada y vio la forma en que le acercaba el vaso un poco más, de nuevo. Como invitándola a seguir bebiendo. Pero lo que ella hizo fue apretar más los brazos que tenía cruzados contra sí. Conteniéndose a sí misma de seguir aceptando aquella amabilidad que ahora se le antojaba engañosa.

Incluso cuando parecía creerla e incluso se había disculpado. No quería seguir allí, pero intuía que aún debía esperar un poco más.

Bufó, eso de que no tenían que acostumbrarse a los prejuicios era una opinión que él compartía con la nada.- El mundo es el que es y no va a cambiar por mucho que queramos. -Resumió ella, dado que así había sido siempre. Los pobres y olvidados abajo, y los ricos arriba sin hacer nada por ellos.- La única forma de que nadie me mirase mal sería tener dinero y un bonito vestido. Pero eso es imposible. -No había forma de dejar de ser pobre. Su padre llevaba intentándolo toda la vida y por mucho que robase o estafara no lo conseguía.

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Miér Ene 18, 2023 8:30 am por Bewölkt

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No hacía falta ser muy listo para darse cuenta de que el orgullo era una característica que pesaba sobre los hombros de la chica. La observó cruzar sus brazos delante de su pecho, pero intentó no fijarse demasiado en sus movimientos. Sabía que si los seguía con detalle daría la impresión de que la estaba juzgando, así que se entretuvo con algo más porque si no tenía las manos ocupadas empezaría a ponerse igual de nervioso.

—El mundo puede cambiar, todos los seres humanos pueden. No somos árboles, no somos criaturas rígidas e inamovibles— respondió él, sin dejar de poner cosas aquí y allí, como si de repente hubiera nacido en él la fiel necesidad de reorganizar cada estantería dentro de la tienda. Él hacía esa afirmación desde la experiencia, a fin de cuentas, creció en ese lugar y eso implicaba que se había deshecho de mucho para poder estar cómodo con la presencia contraria allí.

Sabía que la chica no mentía, que tal vez él era un idealista, pero sabía que no era el único que pensaba de esa manera aunque no pudiera hablar mucho al respecto.

Se movió detrás del mostrador, sacando la bolsa de pastas que había comprado esa mañana. La dejó a la vista, tomando una para sí mismo y masticando despacio antes de señalarla.

—Servíos si os apetece, es posible que tengáis que esperar al menos un cuarto de hora más y seguro os hace más dulce la mañana— afirmó él, era el único motivo por el que las compraba, uno de esos gustos que podía permitirse y que no le importaba compartir.

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Dom Mar 19, 2023 3:45 am por Timelady

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Rodó los ojos, sin creer una palabra de lo que decía. Comparar a los hombres con árboles, ahora le empezaba a parecer un loco.
- Cierto, no lo somos. Los árboles no pasan hambre. -No como las personas a las que ella conocía, no como ella misma.
Solo alguien que lo tenía todo y aspiraba a mejorar podía hablar de cambios y de mejorar la vida del resto. Pero no era asunto suyo que aquel tipo estuviera mal de la cabeza y no viera la realidad que tenía en frente de sus narices.

Igual debería haberse mordido la lengua antes de mencionar el hambre que pasaba, porque él decidió poner unas pastas sobre la mesa. Y su estómago traidor pronto dio muestras de saber lo que tenía delante.
Decidió ceder por fin y se acercó, sentándose en el mostrador al lado de las pastas. Cogió una y la probó, sintió cómo se le deshacía en la boca, era suave y dulce. Era lo mejor que había probado nunca. Había cerrado los ojos, pero se contuvo de hacer nada más que delatase lo que le había gustado y acto seguido, cogió dos y se las guardó en el bolsillo... iba a tener que partir muchas miguitas, pero pensaba no ser la única que las probase.

- Siguiendo con lo de antes... -Decidió que prefería oírle decir tonterías antes que el silencio.- Estoy segura de que habéis estudiado muchísimo para decir que el mundo puede cambiar... y supongo que ha cambiado mucho desde que existe, pero... ¿seguro que ha cambiado igual para todos? ¿Seguro que no ha habido ricos y pobres siempre? -Inquirió, con toda la intención de llevar la razón, proque en el fondo de su alma sabía que la llevaba. Que los lugares olvidados de la ciudad donde ella se movía no habían aparecido de la nada, que hacía muchas generaciones que estaban ahí y seguirían estándolo.

Capítulo 1 — En la tienda  — Marianne


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