Inspirado en el mundo mágico de Harry Potter, pero ambientado en la época de 1960, poco antes de la época de los Merodeadores nacieran. En un mundo y una sociedad mágica en la que tenían grandes expectativas para Pólux C. Black y Yacine R. Lestrange. Dos jóvenes provenientes de familias sangre pura, muy importantes y de prestigio. Por tanto, dos de los candidatos para hacer una buena alianza con familias de alguna de las prestigiosas jovencitas sangre pura y así mantener el legado de la pureza de la sangre en las siguientes generaciones. Muy buenos amigos se volvieron en sus últimos años del colegio, Pólux parecía ya tener el destino sellado luego de llevar varios años de novio con una chica, mientras que, por otro lado, el que parecía no tener remedio era Yacine. Que se la pasaba de flor en flor, de aquí para allá sin decidirse por una. Tal parece que estaba esperando que sus padres lo obligaran a elegir una.

Entre juego y juego, a esos dos se les olvidó todo lo que sus padres tenían planeado para sus futuros. Simplemente, cruzaron esa raya de la amistad sin marcha atrás una vez probaron la libertad que ofrecía su ingreso a la universidad. Menudo escándalo se formaría si llegara a oídos de los Black y Lestrange, que sus hijos optaron por preferir la compañía de una pareja del mismo sexo. El drama se le ha de acrecentar aún más sumándole que era un tema tabú para dicha época, y una gran deshonra para unas familias tan importantes. ¿Terminará por ser borrados del árbol familiar? Esa es muy buena pregunta.

Pólux C. Black 18 años — Nick Robinson — Shooting Star
	Yacine R. Lestrange 18 años — Franco Masini — Rising Sun
Annabelle Black NPC — Maia Mitchell — Shooting Star
	Eleanor Lestrange NPC — Katryn Newton — Rising Sun

Inspired — Libros — Harry Potter.

La Black se sentía complacida con su prometido y la verdad es que aunque no tenía ni un solo interés hacia él ante su atractivo, no podía negar que era afortunada de que se fijará y la aceptara para un matrimonio que podía tener libertad. Ya lo había visto, a ella le gustaba que fuera de una manera que la sociedad purista no buscaba, un rebelde pero con las ideologías claras y era perfectamente adecuado para ella que internamente se sentía igual, es que simplemente prefería seguir sus propios pensamientos, ser una revolucionaria sólo que sin irse hacia el camino que no correspondía, pues claro, traicionar a un Black era pecado y eran sacados del árbol familiar, no podría deshonrar a su familia.

Le gustó su sonrisa, sin duda, parecía un ángel y así uno podría considerarlo de primeras, un chico todo elegante y de buen comportamiento pero abría la boca y claro que se dejaba ver tal como era, había escuchado que era un mujeriego así que esperaba que no hubieran infidelidades en algún momento lo iba a resaltar es que podía tener su amante pero solo una, o sino le iba a dar asco hasta para involucrarse. — Es que debes seguir tu propio estilo, al menos para mi esa rebeldía hasta en tu atuendo llama mi atención, raro que no hubiéramos conversado antes. — Señaló la Black con una sonrisa y riendo cuando hizo que se diera una vuelta, encantándole esa mirada, mejor que fuera así de atrevido, la chica se acercó más de la cuenta rozando así su cuerpo para hacer notar que estaba encantada con él, toda una actuación, en ese momento se sentía la perfecta actriz, dejando claro que había encontrado al fin al chico que deseaba para su futuro. — Lo estamos haciendo bien, y gracias, tu también luces muy bien. — Murmuraba divertida por la situación.

—Depende de la situación y creo que este momento amerita que beba algo más fuerte ¿Un whisky de fuego? — Sugirió con una sonrisa ladina en sus labios porque era un momento para celebrar, no sabía cuando iban a llamarlos y que sus padres dieran el discurso y luego ellos, le sonrió a su primo que lo estaba haciendo bien - como creyó - con la angelical de la Lestrange, quería conocerla y ya tendría su oportunidad. La chica había tomado su brazo y se acercaron a la barra.

— ¿Te gusta la aventura? Podríamos hacer algo divertido, no sé ir a una isla y podríamos invitar a Pol y a tu prima. Quedan  varios días de vacaciones. Triste que estarán estudiando tan lejos, pero iré a visitarte. — Comentó como si nada mientras tomaba el vaso y chocándolo hasta beberse todo de un trago.

ANABELLE BLACK— AGOSTO — LUGAR DESCONOCIDO  — Outfit

El rubio estaba claro que quien tenía toda su atención era Pólux. Ya de eso no había vuelta hacia atrás. Estaba claro como el agua. No podía evitar devolver aquella sonrisa cómplice que enmarcaba mucho las de lo que el resto de los allí presentes podrían imaginar. Esa era la mejor parte, el ser tan buenos amigos y por tantos años les daba esa oportunidad de acercarse más de la cuenta sin parecer que era otra cosa. Aunque lo fuera…

Pero ahora tenía que dedicarse a dar la mejor de las impresiones con Annabelle.  Y con “la mejor de las impresiones" se refería a que a ella le agradará, pues tomando en cuenta que era una decisión que traería consecuencias a futuro, tenían que estar seguros de que se llevarían bien. — Así es, uno sabe muy bien sus deberes, pero no por ello se tiene que perder el estilo. Que el tuyo te sienta muy bien cabe recalcar. — Le alago, el muchacho reconocía que era una hermosa chica y que por lo mismo no se podía quejar. Al menos eso le aseguraba que su dependencia igual gozaría de buenos genes. Lo mejor es que en cierto modo los de Pol estarían también ligados.

— Bueno, no es que no me fijará antes. Pero siempre tuve cierto respeto por las chicas de la familia de mi mejor amigo. — aclaró y con la naturalidad que decía que eran mejores amigos, que rayaba en el descaro, pero la realidad en era que no era del todo falso. Podrían ahora ser amantes, sin embargo, Yacine esa conexión entre ellos nunca termino. En cierto modo, esa complicidad de siempre seguía estando allí. Aunque quien sabía si era solo eso o algo más.

Una amplia sonrisa apareció en su rostro cuando escucho su respuesta. — Vaya, eres de las mías. No sé, reprime por nada. Un trago fuerte como el Whisky de Fuego definitivamente es lo ideal para celebrar un momento tan importante. — aseguro mientras pedía sus tragos. — Además, que es mejor estar con algo de alcohol en la sangre cuando comiencen con la letanía de los discursos. ¿Te gustan los discursos Annabelle? — Le pregunto con curiosidad. Es que él en lo personal le aburrían, pero en realidad también dependía de la temática del curso.

El muchacho seguía indagando en saber más cosas de la chica. Le tomó por sorpresa que tuvieran más cosas en común de lo que esperaban. Era curioso porque su prima igual consideraba que tenía similitudes con la forma de ser de su querido Pol. Por lo que estaba seguro de que no se les complicaría llevarse bien. — Ah, me has salido más pícara de lo que pensé. Me encanta como piensas. Bueno, tus deseos son órdenes. Si de aventuras se trata creo que tengo la isla perfecta. — le aseguro a la Black. — ¿Has oído hablar de la isla de Pascua? Bueno, mi familia es dueña de casi toda la zona mágica de allí. Tenemos una hermosa mansión que podríamos tener para la disposición de los cuatro. Solo nosotros, sin empleados. Claro, con elfos. Pero sin más magos o brujas molestando. ¿Te apetece? —

Mientras conversaban, escucho como el sonido de una cuchara golpeando una copa llamo la atención de todos. Sus padres los llamaban, pues estaban por hacer el gran anuncio.

YACINE R. LESTRANGE — AGOSTO — LUGAR DESCONOCIDO  — Outfit

A veces Eleanor se preguntaba como Pólux y Yacine podían ser mejores amigos cuando eran muy diferentes. De hecho, el moreno era más parecida a ella que a su primo. Sin embargo, igual notaba la complicidad y como se complementaba, cosa que hacía que respondiera a su propia pregunta. Pero en fin, daba igual, el chico le estaba cayendo muy bien y se preguntaba porque no lo había tratado con más familiaridad antes. Claro, no es que sintiera atracción por él, aunque estaba consiente de que era guapo y galante, pero sí era una persona con la que le comenzaba agradar el estar junto a él.

— La has descrito perfectamente. Yo aún la aborrezco. Muchos podrían decir que era un asunto de vanidad, pero era más que eso. Pero tienes toda la razón, creo que por lo mismo era que tenía o mejor dicho, tiene tanta envidia. Ahora debo imaginar que me envidiara aún más. — le aseguro con un tono coqueto, en referencia a que ella sería la que ahora estaría con él. Daba igual que fuera arreglado, ella sería su novia y la otra tendría que solo conformarse con mirar.

— Gracias, era todo un galán. — Respondió ante sus halagos. Concordaba perfectamente con sus palabras acerca de la Black. Cualquiera de las dos podría ser superior y mucho mejor partido que Lizbeth.

La rubia se abrió un poco con Pol contándole detalles de sus tropiezos con la Burke. Aquel evento solo fue la gota que colmó el vaso. — Así es, simplemente se contenía porque era tu novia y no quería que tuviera una excusa para que ella lo alejara de ti. Pero bien que estoy segura de que aun así le hizo la vida de cuadros. Como si no conociera a mi primito, puede ser toda una molestia cuando se lo propone. — comento con una sonrisa de orgullo. — No lo suficiente. — Admitió cuando le pregunto si llego a vengarse.

Chocaron sus copas y el rostro de satisfacción de la Lestrange era evidente. — Yo creo que sí, somos muy parecidos. Eso será bueno. — Añadió. Pues eso ayudaría a que congeniaran bien. — Solo el imaginarla me satisface. Pero ambos sabemos que no es suficiente. No me esperaba menos de ti. — Añadió cuando le menciono que ya tenía planes.  La chica puso cara pensativa. — Umm, creo que el próximo viernes… sí, el viernes tengo tiempo. ¿A dónde me piensas llevar? Sí se puede saber claro. — pregunto con curiosidad. Era bueno que comenzaran a hacer planes para pasar tiempo juntos. Así podían fortalecer la confianza entre ambos y conocerse mejor.

— Oh, creo que ya están por hacer el tan esperado anuncio. — murmuro la chica al escuchar el llamado de sus padres a prestar atención. — Bueno, que comience el espectáculo. — comento con una sonrisa. Al menos tenía satisfacción en todo esto.

ELEANOR LESTRANGE — AGOSTO — LUGAR DESCONOCIDO  — Outfit

Pol lamentaba que no se había dado cuenta de nada antes, no era que estuviera completamente enamorado, pero quería y apreciaba a Lizbeth por algo había sido su prometida por tanto tiempo, pero todo había sido una falsa, una puta falsa que se sentía un mediocre por haber caído tan bajo, había sido un tonto porque quizás que tanto había hecho y él ignorando. — Muy probable que sea envidia, pero todo al final lo pagara por doble, ya sabes con quién puedes contar si quieres venganza, pero no todavía, ya recibió lo que merece y no se va a mostrar porque es una cobarde. — Exclamó encogiéndose de hombros, la verdad hablar tanto de Lizbeth lo cabreaba porque lo tomaba como darle importancia y para él ya era un ser insignificante que le había faltado el respeto y por eso tenía que pagar, se iba atrever acercarse porque así era pero no sabía cuando.

— Lo malo es que tampoco hay que subestimarla. — Inquirió con suavidad, enojado porque a ambos Lestrange les hizo la vida a cuadros, por eso también pensaba en Yacine que muchas veces no le dijo nada porque seguramente no le iba a creer. — Sabe lo que hace, es escurridiza, sigilosa y buscará tu mayor debilidad, si tu tienes algún secreto te sugiero que lo tengas en lo más profundo de tu alma, solo que tampoco sabe con quienes se está metiendo, somos cuatro.— Incluyó también a Anabelle que tampoco perdonaba que cometiera esa falta con él, que había acabado con la ruina de los Burke por el momento, sin duda, sus padres iban a tener que suplicar perdón y ella se quedaría sola.

Al final solo la escuchó porque ya no le placía hablar más de ella y por ello luego le preguntó si quería salir a cenar, le gustaba los lugares más tranquilos para disfrutar una buena charla y ante todo conocerse, quizás Yacine era más extrovertido. — ¿El viernes? Me parece adecuado, estoy libre ahora con mis vacaciones. Oh, simplemente quería ir a un restaurante ostentoso, ahí me dices cual es tu comida favorita para ver cual es el adecuado. — Tal vez hasta coincidían en eso, lo cual iba a ser muy interesante, pues estaba notando que se parecían mucho más de lo que creía.

No pudieron coordinar mucho más porque los Black y los Lestrange mayores los llamaron al centro, él le ofreció el brazo a su prometida y se acercaron, esperaron también a Yacine y Anabelle para recién comenzar hablar. — Bienvenidos a todos a este gran evento en honor a mi hijo y su nueva prometida, Eleonor Lestrange, futura Black. Estamos muy contentos por la nueva doble alianza que hemos hecho como familias, porque cabe destacar que igual me siento orgullo de mi querida sobrina Anabelle Black. Sé que esta unión no traerá traiciones, no puedo evitar mencionar porque todo el mundo sabe lo que ha ocurrido lo cual lamentamos profundamente, pero de las caídas nos podemos levantar, porque será mucho mejor tanto a nivel personal, perseverancia de sangre y poder. Les deseo la mejor fortuna para ustedes. — Sin más, dejo que el Sr. Lestrange se expresara mirando con orgullo a su hijo. Si supiera, pero también se sintió bien porque fuera como fuera, si cumpliría no podía deshonrar por completo a los Blacks, tenía que saber como guardar el secreto.

Pólux C. Black — Agosto — Lugar desconocido — Outfit

Era agradable su prometido. Lo sentía más parecido a ella y sentía que podría divertirse con él, no tenía intereses hacia a los hombres pero el chico actuaba perfectamente como un futuro marido, le encantaban sus elogios. — Eres un encanto, debo reconocerlo. No me habían dicho muy buenos comentarios de ti pero ahora hago oídos sordos, de verdad, me has agradado. — Exclamó con una sonrisa. Lo único que sabía que podrían ser grandes amigos donde claro que iban a tener que follar porque debían tener hijos cuando se lo pidieran, después de la boda ahora no tenía que ser así. Asintió, la verdad es que podía ver que podía ser respetuoso aunque podía notar que era mucho más rebelde, que amaba involucrarse en problemas, un mujeriego de lo peor pero buen amante, claro que su reputación lo precedía, y lo cierto es que imaginaba que le iba a entregar esas libertades aunque claro ambos con esa responsabilidad solo que ella corría menos peligro que él, no es que dejaría un embarazo ni nada, solo que claro debía ser sigilosa para no ser descubierta. Imaginaba que en algún momento era eso lo que iba a pedirle.

—Podemos ir cuando quieras a tomarnos un whisky de fuego, ahora que vamos a tener mucho más tiempo para conocernos, no voy a dejar de ir a verte a Noruega ¿eh?  Claro,  solo si quieres imagino que disfrutas de la libertad...— Sonrió, mientras tomaba el whisky y se lo tomaba con rapidez después de dar el correspondiente salud, Belle no tenía tantos modales, de hecho no le gustaban, claro que no era considerada la oveja negra pero si muy desinhibida, podía ver a algunos de sus parientes negando con la cabeza y simplemente le importaba una mierda. — No mucho, pero los adultos saben darlos, sé que en algún momento tendré que aprender a darlos, con esto que soy Black siempre está la presión de la perfección. — Comento la chica, no eran de su agrado pero igual podía actuar como una chica refinada y con el don de la palabra, de hecho en su universidades, era elogiada por sus disertaciones sobrepasando incluso a los hombres que eran más por el año que estaban, esperaba que la mujer pudiera hacer más en el mundo de la magia, ella podía solamente porque era una Black.

Aquella salida le había atraído de sobremanera. Solo que nunca pensó que mencionaría la Isla de Pascua. Ni la conocía, lo cual le parecía mucho más interesante. — No, pero ya con su nombre me gusta ¿Dónde está ubicada? Me encanta que sea un lugar nuevo y que tengas una mansión ahí se me hace excitante, claro que acepto, no creo que tenga problemas en cuanto el permiso de mis padres, estarán contentos. Hay que decirle a Pol y Eleanor ¿no? — Quería verificar su nombre pero justamente fueron interrumpidos, por lo tanto, la chica simplemente tomó el brazo del rubio y se acercaron a los otros dos, ella solo sonrió ante el discurso de su tío, muy probable que su padre sería el cuarto, es que era común que ese evento sería obra de aquellos cuatro adultos por algo estaba siendo tan ostentoso y el evento del año, como estaban cerca fue recién que le sonrió a la rubia, que hermosa era.

ANABELLE BLACK— AGOSTO — LUGAR DESCONOCIDO  — Outfit

Yan tal vez tenía su interés fijo en Pólux, sin embargo, tampoco era ciego y podía notar que la Black también tenía lo suyo. Era de familia por lo visto. Así que no se le hacía difícil actuar con alagos a la chica que sería su esposa y al mismo tiempo ni siquiera tener que mentir. — Bueno, posiblemente había sido la envidia hacia mi persona la que estaba hablando cuando te dieron esas referencias sobre mí. Tu igual me has agradado. — comento con una sonrisa. Yan siempre había sido muy seguro de sí mismo, por lo que nunca dejo que nada le afectará. Eso sí, si descubría a quienes hablaban pestes de él les iría muy mal.

La chica tenía un toque atrevido, lo cual le hizo pensar que su forma de ver la vida era más abierta y que cuando llegara el momento de hacer el acuerdo interno entre ellos… no el del compromiso que sus padres tanto celebraban. Si no esas cláusulas de libertades que se darían entre ellos para así poder seguir con aquella relación que tenía con Pol sin presiones algunas. Dándole algo a cambio, por supuesto. Era lo justo.

Entre ellos la conversación fluía bastante fácil y natural, lo cual era una ventaja. Sus padres podrían comerse el cuento muy fácilmente y eso le agradaba. Además, eso le animaba a ser un buen marido para la chica. Pues al llevarse bien, y tener cierta complicidad, haría todo mucho más sencillo de sobrellevar. Por lo mismo es que quiso estar un paso adelante de sus padres, siendo él quien escogiera a su futura esposa y no ellos. Así no tendría que aguantar a una Liz de la vida. — Pues dalo como un hecho. Me parece una idea fenomenal. — afirmó. — Las veces que gustes. — aseguró el rubio, no diría que no cuando la chica parecía buena compañía y eso ayudaría también a conocerse mejor. Eso les ayudaría a tener una relación más creíble y fructífera. — Es cierto que me gustaría tener mi libertad. Pero no me molesta que me visites, siempre y cuando me la concedas, créeme yo igual haré lo mismo. Además, si logramos ser buenos amigos, eso sería un extra. — afirmó dándole una guiñada mientras igualmente tomaba su trago luego de haber dado el salud.

— En eso tienes razón, quizás es porque no es algo a fin con nuestra edad. Igual todo depende del tema que traten. — Yaciene no era muy a fin de las formalidades, y quizás era esa la parte que no le gustaba de los discursos. Pero independientemente de aquello, no se podía negar que sus padres tenían un buen don de la palabra.

Hablar de viajes, le entusiasmo. Estaba deseoso de darse una escapada, lejos de todos. Y la verdad no le molestaba llevar a las chicas. Así, al menos no estarían solas cuando él y Pol se desaparecerían por un rato del panorama. — Está ubicada en América del Sur, por Chile para ser más precisos. — comentó. — Oh, sí, y eso que aún no has visto el lugar. Tan pronto nos den la oportunidad, les decimos para invitarlos. Será un viaje divertido y excitante, ya lo verás. — afirmó el rubio. Sabía que estaban por dar el discurso, así que no les darían la oportunidad de acercarse a la otra pareja para contarles de sus planes e invitarlos. Pero tan pronto pasará toda la formalidad de la cena, sería lo primero que le diría.

— Me uno a las palabras del señor Black. Para mí y toda la familia Lestrange es un honor y una tranquilidad al mismo tiempo poder emparentar. Más aún por partida doble. Siento un inmenso orgullo porque mi hijo se lleva consigo una de las jóvenes más elegantes y hermosas. Igualmente, Pólux se lleva consigo a una de nuestras herederas más preciadas. Con esto demostraremos que sí separados somos familias poderosas, juntos somos invencibles. Así que quien se meta con un Black, también se estará metiendo con un Lestrange. — Sentenció el padre de Yacine. Para así ya una vez hechos los anuncios comenzar oficialmente la cena de celebración.

YACINE R. LESTRANGE — AGOSTO — LUGAR DESCONOCIDO  — Outfit

Eleanor estaba muy consiente de lo envidiosa y doble cara que era Lizbeth. Merecía todo lo que le estaba pasando. Eso sin contar lo que faltaba, pues ahora con lo de los compromisos de manera oficial sería el escándalo del año cuando comenzaran a descubrir porque era ella ahora la nueva prometida de Pólux y no Lizbeth. La verdad moría por ver su cara cuando leyera el periódico mañana, estará que morirá de rabia y bien merecido se lo tenía.

— Por supuesto, todo a su momento. Estoy segura de que la noticia del compromiso oficial correo como pólvora, así que con esa tendrá para rabiar por un rato. — comento la muchacha. Era grato saber que más que un prometido podría tener un aliado, y quizá si todo sale bien podría ser amigos. Ambos tenían varios objetivos en común, así sería interesante ver que saldría de allí.

La chica reconocía que igual había que estar atentos aquella chica. Tal como decía Pol, era escurridiza. Una chica muy mañosa y cobarde. No creía que fuera cobarde por las técnicas que usaban, a fin de cuentas su familia también podía decirse que no tenía escrúpulos y compasión a la hora de vengarse. Pero sí era cobarde porque era de las que lanzaba la piedra y luego escondía la mano. Se hacía la víctima, como si fuera incapaz de romper un plato cuando no era cierto. Eso era de cobardes, si te vas a vengar hazlo de frente. Que el otro lo sepa. Era lo correcto, además de que era más satisfactorio. — Tranquilo, sé la clase de gusano escurridizo que es. Mis secretos son míos, y si alguna vez le cuento alguien no sería a cualquiera. Pero de todos modos nunca está de más tener preclusión. — afirmo la rubia. — Ah, eso es tan cierto. No se le hará tan fácil de todos modos. Se sacó el premio mayor con nosotros. — le respondió con una sonrisa de satisfacción.

Fue mejor cambiar la conversación, era aburrido redundar toda en Lizbeth. — El viernes estaría muy bien. Así le damos la bienvenida al fin de semana. — comento con entusiasmo, pues no le vendría mal salir, aunque fuera por distraerse. Bien era cierto que era un matrimonio arreglado, pero no tendría por qué ser uno aburrido, más cuando notaba que en la forma de ser tenía mucho en común con Pol. No le desagradaba su compañía, se sentía cómoda con él a su lado. — Oh, pero que detalle de tu parte. Pues nada pone más feliz a mi paladar que la comida noruega. Así que ahí vas viendo. — aseguro en un tono un poco juguetón. No es que le coqueteara, pero no era amargada y sabía apreciar la buena compañía.

Se preguntaba cómo le estaba yendo a su primo, parecía que bien porque no dejaba de cerrar el pico. Suerte él que le tocaba casarse con una chica tan hermosa como era Anabelle. Noto la sonrisa de la morena cuando estuvieron cerca a la hora de los discursos. Eleanor igualmente devolvió aquella sonrisa, mientras ahora sostenía el brazo de Pólux al escuchar las palabras de los patriarcas. Deseaba que les dieran tiempo de que todos pudieran interactuar, pero ya eso tendría que esperar a después. Por ahora se encontraba dando lo mejor en su papel de la prometida ideal y no fallaría en eso. Con esto firmaban el comienzo de una alianza, más significativa de lo que sus mismos padres imaginaban.

ELEANOR LESTRANGE — AGOSTO — LUGAR DESCONOCIDO  — Outfit

Se encontraban en el Paraíso y la verdad es que el sitio era mágico y no en un sentido de su pulcra magia ancestral que de por sí ya era un lugar para soñar. Había sectores y sectores, y lo cierto es que uno hasta olvidaba de que pertenecías a una de las familias más importantes mágicas, valía la pena estar ahí. Ya habían pasado 3 días desde que estaban ahí y se lo estaban pasando fenomenal y hasta le permitieron traer sus elfos con un pago adicional.

En el paquete del hotel mágico podían hacer de todo y había bastante turismo a su alrededor, ante todo destacaban las ceremonias y tributos  durante la noche, donde habían danzas, cantos y tocaban muy bien los instrumentos. Además que también había aprovechado de estar con su Yacine, pensaban decirle a las chicas pero algo que debían hacer de forma seria y buscarían el momento adecuado, ambos concidían que ese era el momento. ¿O sino cuando? En Septiembre ya comenzaban sus estudios y no querían que se encontraran con sorpresas. Solo que la verdad, podía notar que con las chicas estaba esa confianza única y esplendorosa porque lo cierto es que no había amor entre ellos, esto se trataba de una alianza matrimonial, que comenzaba con el compromiso y ahora las chicas portaban sus respectivos anillos tal como ellos, sus padres se habían encargado de todo y estaban muy felices por aquella unión que esperaba que en unos años se llevaría a cabo, es que coincidían que tenían que conocerse primero, era muy probable que a sus 20 o 21 años estarían formalmente casados,  y las chicas no tendrían esa presión de lo que significaba estar solteras.

Antes que se reunieran con la chica con Yacine habían quedado juntarse en el amanecer, para contemplar los moais y la magia que emanaban al salir el sol, los magos de la zona que eran muy exóticos y declaraban que era muy bueno que hicieran aquello porque el poder de la naturaleza de sentía y que el cuerpo se recubría de sensaciones poderosas. No era que te volvieras fuerte pero sí estarías un tiempo con bastante vitalidad y la suerte estaría contigo.

Por suerte, las chicas no se entusiasmaron porque era demasiado temprano y preferían dormir, andaban muy amigas ahora y seguro que tenían sus planes, así que quedaron juntarse durante el desayuno a las 10:00 AM.

Pol estaba acostumbrado a levantarse temprano por lo cual, espero que Yacine se levantara y lo estaba esperando afuera, cuando lo vio salir. Claro, solo por si acaso, en un principio tenían que hacer notar que eran solo amigos - lo cual no resultaba nada complicado -  porque lo eran aunque con muchos más beneficios. — Hola,  Yan. — Dijo en ese toque coqueto al igual que una mirada traviesa que solo eran dedicadas para él, que vaya que se comportaba diferente, aunque suponía que muy pronto, Eleanor se iba a ganar sus sonrisas. Es que no podía evitarlo, y esperaba que Yacine no se pusiera celoso pero si la rubia era muy linda y le nacía tratarla bien. — ¿Preparado para la magia? — Habían salido a oscuras porque era bien entrada de esa mañana y eran esas locuras que lo seguía Yacine, pues claro que este plan más bien era de Pol que le gustaba todo este tipo de cosas.

Pólux C. Black — Agosto —Isla de Pascua (Chile) — Outfit

Había llegado el momento del viaje y Yan quería disfrutarlo como más fuera posible. Era un lugar espectacular, creaba una atmósfera demasiado agradable y relajada. Además, que aquí podían ser ellos mismos sin temor a ser descubiertos. Sí, era cierto que habían viajado con las chicas, pero ellas tarde o temprano tendrían conocimiento de aquello y la verdad Yacine sentía que podía confiar en su prima y su prometida. Habían tenido unos primeros días geniales y esperaba que los subsiguientes también lo fueran. Podían servirse allí a cuerpo de reyes.

Había mucho por ver en aquella isla. Era tan diferente a lo que estaban acostumbrados en Londres. No solo por el clima, también por la cultura. Tenían un aire completamente distinto y el rubio podía decir que hasta más relajado. Aunque no sabía si eso solo se debía a que siempre el ambiente vacacional hacía que vieras todo más relajado.

Por supuesto que aunque sacarían a las chicas a pasar un buen día como lo habían estado haciendo, primero tendrían su momento para pasarlo solos. Además, las muchachas parecían llevarse bien, así que no se sentirían solas si se escapaban un rato ellos dos. Sin contar que por lo visto no tenían muchas ganas de despertar temprano. Para él eso no era un problema, siempre y cuando fuera para algo que le agradara, por supuesto, pues, no es que fuera fanático de madrugar a tomar clases, por ejemplo.

Lo bueno de ser amigos desde hace tanto tiempo hacía todo mucho más sencillo, no era necesario disimular ni nada, pues era cierto que siempre fueron cercanos. Eso era una gran ventaja para ellos. Hoy Pol quería ver el amanecer, así que el rubio estaba muy puesto para ello, por lo que no dudo en despertar temprano para hacerlo.

— Hola, buenos días, Pol. — saludo al verlo con esa sonrisa pícara que lo caracterizaba y por supuesto con un tono coqueto. — Ya no puedo esperar, la verdad quiero ver ya ese amanecer. Pero más que eso… quiero ver cómo de vez en el amanecer. — murmuró ahora cerquita del moreno. El chico comenzó a caminar junto a Pólux para llegar al lugar en donde de seguro tendría la mejor de las vistas.

Había ido preparado con su atuendo fresco, perfecto para la ocasión y por si les daba por algún chapuzón. — Sabes me tienes intrigado. Pero vamos, que yo te sigo a donde sea. — comento, pues sabía que al moreno le gustaban estas cosas y, por tanto, ponían siempre mucho empeño para que quedara todo perfecto.

YACINE R. LESTRANGE— Agosto —Isla de Pascua (Chile) — Outfit

La Isla de Pascua era un lugar mágico y ver el amanecer junto a su chico si que era ideal. Todo iba bien, no había preocupaciones ni problemas. Solo serían ellos dos junto a los moais y como el sol aparecía a esa distancia y a lo lejos del mar formando colores hermosos tal como le había comentado el guía como dato por si se animaba a levantar temprano es que no todos los turistas lo hacían.

Lo mejor de todo es que Yacine esta vez estuvo bastante entusiasmado de seguir su plan, imaginaba que era porque también quería pasar tiempo a solas con él porque en cuanto a clases y no quería era un chico bastante flojo y bueno para dormir cuando Pol si que era madrugador.

Pero era lo lindo de estar juntos porque uno hacía lo que le gustaba al otro así que cuando caminaron un poco y se adentraron entre los arboles, se acercó para capturar sus labios al fin. Acariciando con su nariz el cuello ajeno, luego solo mantuvo la mano en su cintura. — ¿Te pusiste el bañador, verdad? Que después del amanecer iremos a darnos a un rico baño. El agua no es tan tibia pero ya sabes que los magos se las arreglan para mantenerla temperada. — Notó que estaba preparado también por su capucha porque si era una zona de bastante viento y que helaba a esas horas igual estaban a cierta altura.

— La pasaremos bien, estoy seguro. Dudo que las chicas nos extrañen — señaló en un tono tentador llevando de vez en cuando su mano hacia la ajena mientras caminaban hasta que llegaron a una zona mágica donde se podían aparecer. — Prefiero aparecerme que demás nos podríamos perder. — contestó mientras tomaba su mano para hacer una pequeña aparición o sino tendrían que aguantar una caminata de 40 minutos y ninguno de los dos estaba tan acostumbrado hacerlo además que así tendrían más tiempo para estar juntos y cerquita. — Este es el lugar  ¿Te gusta? Sigue oscuro...— aún estaba oscuro así que Pol sacó una manta para que se sentaran y así presenciar como el sol salía. Con un gesto lo llamó para que se sentara a su lado cuando lo hizo, le sonrió porque le gustaba mucho cuando estaba sentado a su lado. El Black podía ser un chico muy frío pero al tratarse de Yan e incluso de las chicas (está bien… igual su familia) si mostraba su lado afable. Solo que no había dudas que priorizaba en mayor parte a Yacine Lestrange.

Pólux C. Black — Agosto —Isla de Pascua (Chile) — Outfit

Ir a ver el amanecer solo no le hacía tanta gracia. Pero hacerlo con Pol hacía que todo cambiara. Había despertado con entusiasmo, ya tendrían otros días para levantarse tarde. Era bueno cambiar de vez en cuando. Además, se encontraban de vacaciones. Había que aprovecharlas al máximo. ¿Quién decía que un Lestrange no podía disfrutar y apreciar la belleza de la naturaleza? Si no era un completo insensible. Solo era fiel a sus creencias, al hecho de que por supuesto ellos como sangre pura deberían tener la prioridad en el mundo mágico. Disfrutaba de cada momento que podían pasar a solas, su compañía favorita siempre lo fue Pólux y ahora lo era aún más.

Comenzaron aquella caminata y al fin estaban lejos de todos. Pudo disfrutar de aquel beso delicioso que tanto estaba esperando desde que salió a su encuentro.  Haciendo que rodeara su cuello con sus brazos mientras disfrutaba de aquel beso. — Claro que sí, siempre estoy preparado. — le aseguro, dándole una guiñada. — No me intimida el agua fría, la temperatura la ponemos nosotros. — molesto de forma coqueta. — Pero ya, hablando en serio. Tienes razón, no hay nada que un poco de magia no lo pueda solucionar. — afirmo, por algo eran magos. Tener que entrar en ella con una temperatura poco adecuada era muy problema de los muggles, no de ellos.

— Yo tampoco creo que nos extrañen, se ve que se llevan muy bien. Así que eso es bueno. Seguro más tarde se pondrán hacer cosas de chicas supongo. — era lo bueno, porque si solo uno estuviera comprometido hubiera sido complicado porque se vería mal que salieran y dejaran sola a la chica. Pero así, al menos podían darle su espacio para hacer ‘sus cosas’. — Igual yo, así llegamos más pronto y tampoco nos perdemos de nada. — Añadió el rubio secundando la idea.

Si podía saltarse la caminata por largos minutos lo haría, así que tomo la mano del castaño y en un dos por tres, y con un poquito de mareo, ya estaban cercano al lugar. — Sí, se ve así aun estando obscuro a de estar aún más bonito cuando se pueda ver en su totalidad. — afirmo el slytherin. Se acercó a Pol sentándose a su lado. — ¿Quién lo iba a decir? Los dos viendo el amanecer, y me gusta. — afirmo mientras se inclinaba a darle otro beso. — Ya te dije que sabes delicioso? — pregunto de forma juguetona mientras volvía a mirar el paisaje. — ¿Como cuanto falta para que sea el amanecer? — añadió, a veces podía ser un poco impaciente. Pero de seguro la espera valdría la pena.

YACINE R. LESTRANGE— Agosto —Isla de Pascua (Chile) — Outfit

Los besos con Yacine siempre eran una delicia. Correspondió con la misma intensidad que él, sujetando su cintura y degustando de su rico sabor reconociendo que luego sonreía como un bobo enamorado. Se había acostumbrado mucho a su rubio y le encantaba que pasara el tiempo y aún seguían juntos a pesar de todo, porque ambos estaban comprometidas tenían que aparentar una vida solo por el deber ser de un Black y un Lestrange.

La risa se le escapó al escucharlo al decir esas pavadas. — Bueno… debo reconocer que tu siempre estás caliente así que será fácil que el agua aumente de temperatura — molestó mientras pellizcaba su brazo de manera juguetona y sus labios se iban hacia su cuello solo porque le placía.—. De por sí para los magos ya está temperada así que no habrá problema alguno — enfatizó porque sabía que nadar en esos sectores iba a ser una delicia quizás no iban a tomar sol pero se darían un buen baño. Sonrió ladinamente.

— Sí, es genial que se lleven bien ya que será más fácil que se vuelvan nuestras aliadas. Estoy haciendo de todo para que tu prima se sienta feliz a mi lado, pero sí… es lógico que no la puedo comparar contigo, siempre serás mi favorito — saboreó esas palabras. Yacine para Pol ya le pertenecía y no pretendía alejarse a pesar de todo, era su juego y estaban jugando con fuego que valía la pena quemarse.

Luego se fueron al lugar donde estaba muy oscuro también había viento así que estar abrigados estaba bien solo que no se diferenciaba mucho a la húmedad que solía haber en Inglaterra que incluso era mucho más helado en invierno y lluvioso. — Lo único que quiero es que disfrutemos — murmuró correspondiendo al beso y rozando su nariz con la suya cuando este acabo —. Me lo voy a creer porque lo dices siempre —dictó mientras mordía su labio inferior y lo llevaba hacia la manta para quedar sobre él.

Sabía que su chico podía ser muy impaciente — Quedan unos 8 minutos pero mientras tanto podemos entretenernos ¿no? Aquí nadie nos va a molestar además que esta oscuro — señaló coqueto mientras que de nuevo se apoderaba de sus labios y solo se dejaba llevar por ese gesto tan apasionado. Se había vuelto un adicto a él y no se cansaría de hacerlo, mucho más ahora que estaban a solas y en privacidad.

Pólux C. Black — Agosto —Isla de Pascua (Chile) — Outfit

A Yacine le fascinaba poner tener la libertad de estar con Polux sin tener que preocuparse por nada. Por eso aprovechaba estos momentos. Claro que igual siempre ese toque de tensión y peligro volvía todo más… sexy. Sin embargo, no, eso no quería decir que actuaran a lo tonto, como para exponerse. Pero aquí no tenían nada de lo cual preocuparse.

El rubio no podía evitar salir con sus tonterías. Siempre tenía que salir con algún comentario atrevido y divertido. Pero el castaño tampoco se quedaba atrás, por lo que el Lestrange también rio mientras dibujo una sonrisa coqueta en el rostro. — Por supuesto, eso siempre. No tienes que dudarlo. Es por eso soy la mejor compañía, en especial si hace algo de frío. — Añadió junto a una guiñada. Fuera de relajo, como magos, el frío de todos modos no sería problema para ellos y definitivamente él no iba a desaprovechar el agua, ya que se encontraban allí.

— Eso me gusta, porque así estarán contentas. Yo igual, siempre serás mi preferido. — afirmo el rubio, quien sabía que trataría como reina a la Black y buscaría que estuviera contenta. Pero no podría evitar que su centro de atención fuera Polux. Así sería esto y esperaba que lo entendiera. Al menos ya sabia bien que esto era por conveniencia, más no tenía por qué pasarla mal, por eso estaba dispuesto a darle esa buena vida. — Mientras las mantengamos felices, estoy seguro de que no tendremos problemas alguno. Mi primita es muy leal, y ya veo que igual puedo confiar en Annabelle. Así que yo siento que estamos en muy buenas manos. — afirmo. No podría estar saliendo mejor las cosas a ese par.

Aún estaba obscuro, pero ya estaban en el lugar, así que no importaba, eso quería decir que habían llegado a tiempo para ver el amanecer. — Exacto, es lo que importa. — afirmo. Por supuesto que estando allí ahora, si bien solos, Yan no dudo en querer más besos y actuar de forma coqueta. — Pues créetelo, porque lo sabes. — murmuro sobre sus labios, disfrutaba mucho de esos besos más cuando sintió aquella mordida.

Cuando quedaron en la manta, y quedaba sobre él, Yan puso una sonrisa maliciosa al escucharlo. — ¿Ocho minutos? Pues saquemos provecho a esos ocho minutos. — afirmo colocando una de sus manos, sujetando su espalda y la otra detrás de la nuca, enredándola en el cabello castaño. — Tienes razón, nadie molestará aquí, aquí nadie debe de llegar. Además, no creo que quieran un crucio… — dijo en broma, aunque la verdad era capaz con tal de seguir manteniendo esto para ellos.

Sus labios eran apresados por un apasionante beso que hacía que, tal como decían, se calentara rápido. Lo sentía, pero el slytherin era así. — Ya quería tenerte solo para mí. — afirmo besando su mentón. — Quizás sea bueno activar la alarma del reloj… ya sabes. Para no perder el amanecer. Porque nos vamos a distraer. — dijo juguetonamente. — No te da curiosidad saber que atuendo de baño llevo? — dijo entre risas.

YACINE R. LESTRANGE— Agosto —Isla de Pascua (Chile) — Outfit

Yacine Lestrange era su perdición. Es que sabía que en un principio había estado bastante inseguro de tener esos sentimientos hacía a él, la misma presión familiar le decía que era de lo más incorrecto pero solo bastaba verlo, tenerlo que todo cambiara. Era un ángel de mal y amaba contemplar esa mirada atrevida y maliciosa cuando hacía algún comentario tonto y provocador. Era de esa manera y lo aceptaba, más bien le encantaba.

Lo mejor de todo es que en cierta manera tenían su vida solucionada porque no debían de dejar hacer lo correcto por algo eran un Black y un Lestrange tenían que tener herederos tener una mujer al lado aunque sus sentimientos e inclinaciones fueran otros, sin duda con el chico tenía una conexión fantástica y se iba hacia lo prohibido sin importar el que. — No habrá quejas y bien que cuando nos demos cuenta que debamos decirle se lo diremos,  aún estoy evaluando todo, no quiero traumarlas. — decía en ese tono jocoso y serio que hacía para provocarlo mientras se mantenían juntitos y luego se besaban. — Al menos saben que todo es por conveniencia, porque claro que para mi eres mi favorito — acarició su cabello y había que decir que era con el único que tenía esos gestos cariñosos y más tiernos quizás luego su prometida se los ganaría pero era Yacine quién había sido el primero.

Llegaron al lugar y todavía quedaba bastante tiempo para que saliera el sol y así contemplar el hermoso amanecer del sol que pintaría seguro parte del mar y el cielo, junto a la magia decían que daba una sensación reconfortante y especial, sin embargo, estando ahí con Yacine ni siquiera pensaba en el frío al quedar encima de él en esa posición dominante que apreciaba al verlo sonreír de esa manera. — Sé que sonríes perversamente — estaba oscuro así que apenas lo veía pero ya conocía bien sus gestos y ahora era importante solo dejarse llevar. — Tiempo suficiente si empezamos ahora — señalaba mientras se removía en su cuerpo y bajaba su rostro para besar de nuevo sus labios. Sonrió al comprender que tenía que poner la alarma al reloj. Gruñó.

Con un movimiento rápido de varita hizo aquel procedimiento y luego volvió a él, alzó la ceja al escucharlo — ¿Estás usando el verde o el negro? — Yacine le gustaba vestir bien y diferente cada día así que tenía mucha ropa seguro que diseño había sacado. Se acercó a su oído para susurrar de manera coqueta mientras acariciaba a la vez su cintura y luego lo atraía presionando su cuello. — La verdad es que solo deseo quitártelo — definitivamente no quería interrupciones por nada y si que su gran amigo y amante tenía razón era mejor interrumpir porque hasta podrían haber maldiciones menos el avada. Demasiado problema a esa edad.

Pólux C. Black — Agosto —Isla de Pascua (Chile) — Outfit

Desde un tiempo para acá, el rubio estaba seguro de que Pólux le atraía, pero nunca imagino que su relación escalara a esto. Porque no estaba seguro de si le iba a corresponder. Ahora que llevaban esa relación furtiva en donde solo ellos dos sabían que eran amantes, se daba cuenta de que haberle dado aquel beso sorpresa aquella vez fue la mejor decisión que pudo haber tenido en mucho tiempo.

— En eso tienes toda la razón, no necesitamos traumarlas. Aunque algo me dice que quisas en eso la estemos subestimando. Tengo el presentimiento de que no pudimos escoger mejores aliadas. Espero no equivocarme. — la verdad tenía buen olfato para saber cuando podía confiar en alguien y cuando no. Por eso, más allá de que le desagradaba Lizbeth por estar con Pólux, también podía sentir que ocultaba algo que no sería de su agrado. No sentía esa misma energía en cuanto a Annabelle y Eleanor.

— Obviamente. — guiño un ojo coqueto. — Imposible que no sea tu favorito. — molesto mientras acariciaba de manera suave su brazo, que tampoco siempre era tan desenfrenado. También podía hacer muestras de cariño, aunque la verdad era de los pocos afortunados de recibirlas porque el Lestrange tendría cara, pero lo menos que era, era ser un ángel.

Yacine era de los que le gustaba provocar y bien que le gustaba tentar su suerte. Por eso no dejaba de salir con sus comentarios de doble sentidos y pervertidos. No podía evitar mantener esa sonrisa traviesa y pervertida en el rostro. Aun cuando había poca luz en el lugar, sabía que Pólux la podía imaginar. — Estás en lo cierto, se nota lo bien que me conoces. — Podía sentir como se removía sobre su cuerpo y eso comenzaba a elevar su temperatura. Le encantaba sentirlo cerca y siendo sinceros quería estar allí con él. Con solo el amanecer de testigo. — Pues no perdamos más tiempo. — dejaba que atrapara sus labios mientras él comenzaba a deslizar sus manos por la espalda del castaño. Le encantaba sentir como aquel cuerpo, cada músculo lo dibujaba con sus manos y eso que aún tenían aquellas túnicas. Yan estaba fascinado con su castaño elegante y sensual. Parecía de estos modelos de pasarela de modas, y era suyo.

— Por supuesto que el verde, quería asegurarme de llamar tu atención. — molesto, porque igual sabía que lo haría de todos modos. — Bueno, esa idea me gusta más. La verdad, estaba por preguntarte igual cuáles traías, pero creo… no creo. Con seguridad me gustas más sin ropa. — provoco a su oído mientras deslizaba sus manos hasta la playera del castaño, introduciéndolas por debajo para acariciar su abdomen mientras bajaba a besar su cuello. — ¿Quién crees que termine de desvestir primero a quién? — murmuro sobre su cuello de manera provocadora y comenzaba a bajar una de sus manos para acariciar por encima de sus pantalones. Necesitaban este tiempo junto y sin interrupciones y parecía que lo conseguirían en la Isla de Pascua.

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Pol se sentía afortunado por haber escogido una nueva prometida porque así su reputación no se veía manchada con todo lo que había hecho esa maldita y Yacine también contaba con un buen respaldo pues confiaba completamente en su prima y que lo haría feliz, seguirían estando juntos y eso era lo importante. Los coqueteos comenzaron e imaginaba que eran tan solo porque estaban solo los dos y en privacidad que aunque quisieran en el hotel no podrían hacerlo pues estaban las chicas, y ahí estaban a oscuras más caía en la tentación si con el rubio solo le bastaban sus palabras para excitarse.

Maldita sea, es que Lestrange siempre había sido un provocador y Pol no podía evitar caer en sus redes. Trataba por todos los medios no tentarse demasiado porque igual quería ver el amanecer pero ya era demasiado tarde las provocaciones estaban muy intensas y en un rato ya estaban uno sobre el otro mientras seguían con lo suyo, tenían ocho minutos así que tenían que ser muy rápidos cosa que no le importaba ya tendrían esa libertad cuando vivieran juntos por la universidad ahora solo bastaban momentos intensos que los dejarían satisfechos.

Pólux C. Black — Agosto —Isla de Pascua (Chile) — Outfit

Había sido la mejor de las ideas el venir a la isla de Pascua. Podrían distraerse, disfrutar de una buenas vacaciones y sobre todo tener esa privacidad que tanto deseaban. Aunque igual ahora que comenzaba la universidad la tendrían con la nueva casa que adquirieron. Pero nada se comparaba con la sensación de relajamiento que daban unas buenas vacaciones. Un buen viaje, estar lejos de lo cotidiano.

Tener a su prima de su lado era ganancia, y estaba seguro de que no se iba a arrepentir de haberla sugerido para Pólux. Era su prima más cercana, su favorita. Así que solo con ella podría ser capaz de compartir al castaño, con nadie más. De todos modos, como bien le había dicho Pol, él era su favorito de los Lestrange. Tal como Pólux era su favorito de los Black, aun cuando su prometida no dejaba de ser una hermosura. Nadie le ganaba a su mejor amigo, a su chico, a su amante.

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Había que disfrutar de aquel viaje. Era uno de ensueño aunque igual no tenían tantas oportunidades para estar juntos porque estaban sus prometidas pero casualmente se había dado el momento y desde el primer minuto se comenzó a sentir la tensión entre ellos que cuando llegaron los besos no demoraron y el coqueteo se volvió cada vez más fuerte. Estaba al tanto que sus chicas iban a entender porque ninguna de ellas estaban enamoradas de ellos pero claro que tenían que respetarlas,  ellas de igual manera se podían dar la gran vida mientras que como ellos tuvieran cuidado.

Pólux C. Black — Agosto —Isla de Pascua (Chile) — Outfit

Era demasiado rápido el cómo podía subir la temperatura entre Yan y Pólux. El rubio le encantaba provocar, y sabía muy bien que a su castaño igual le gustaba que fuera así. Atrevido, descarado. Así que no era para nada raro que de haberse reunido en un lugar lejano de las personas, ellos dos solos, con un paisaje tan espectacular, imposible que no terminara envueltos en darse placer.

En el fondo deseaba que fuera lo más pronto posible el que pudieran contarle a las chicas, librarse de ese peso de encima. Pero tampoco le preocupaba tanto y agradecía grandemente que se llevaran tan bien. Más ahora no era momento de pensar en aquello. Era momento de dejarse llevar hasta el amanecer… si es que lo recordaban luego de que comenzaran.

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Pólux C. Black — Agosto —Isla de Pascua (Chile) — Outfit

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Pólux C. Black — Agosto —Isla de Pascua (Chile) — Outfit

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Pólux C. Black — Agosto —Isla de Pascua (Chile) — Outfit

Con cada tiempo que pasaba era seguro que el lazo que habían creado entre los dos cada vez era más fuerte. Y no era cierto que no eran capaces de amar a nadie porque el rubio comenzaba a tener la certeza que había un sentimiento de amor creciendo entre ellos. Obvio que no podían hacerlo público, no eran tontos, tenían mucho que perder y ellos también eran orgullosos de sus raíces. Eran caprichosos y les gustaba tener el control de sus vidas. No dejarían que se las arruinaran y terminaran perdiéndolo todo. Pero tampoco había intención alguna de dejarse ir precisamente por lo anteriormente mencionado. Por eso sus planes debían de salir a la perfección y así poder seguir estando juntos, aunque el mundo no lo supiera.

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