Lex Luthor jamás llegó a Smallville por segunda vez. Logró convencer a su padre del castigo, maniobrarlo de otro modo y que era indispensable para él quedarse en Metropolis; listo para lamerle las botas, no dudó en hacer cualquier cosa para no caer en ese agujero perdido de Dios; tanto como comportarse un par de meses simplemente para engañar a su progenitor, quien no era engañado, pero estaba orgulloso del intento. Todo asunto fue manejado desde la distancia, remotamente, y las pocas y contadas veces que ha pisado ese pueblo ha sido por unas horas y ha huido como alma que lleva el diablo; al final de cuentas, ese pueblo estaba lleno de fenómenos y no quería ser uno más. El imperio creció… hasta la prematura muerte de su padre, que dejó a sus dos hijos, el legítimo y el bastardo, bajo el poder de Luthor Corp.

Clark Kent sí vivió en Smallville, al menos hasta los 15 años, cuando fue usado para esa broma de mal gusto del espantapájaros, y sus padres, completamente en pánico, lo encontraron aún atado en la madrugada de ese mismo día. Él no tuvo su auge de héroe temprano, ya que jamás estuvo libre para detener la matanza, que fue aún peor de lo esperado. Los Kent entraron comprendieron el peligro en que se encontraba su hijo cuando descubrieron que esos meteoritos que rondan por todo el pueblo realmente enferman a su hijo, aun punto que podría matarlo, y tomaron una elección drástica que en cualquier otro momento no hubiera sido siquiera pensada: vender la granja, mudarse con los padres de Martha a la gran ciudad. Y así cambió completamente el destino del joven, en un lugar donde estaba con aquel a quien estaba destinado, pero jamás se cruzó en su corta vida… hasta ahora.

Mercy y Hope eran excelente guardaespaldas y secretarias, pero no podían cumplir ambos roles sin que quedaran brechas considerando la vida que llevaba Luthor; quien por alguna razón era un imán gigante para los desastres de todo tipo. Ellas presentaron el expediente de un pasante que bien podría usar para resguardar algunos puntos flacos, un joven que estudiaba biomecánica y quería incorporarse a las filas de Luthor Corp, pero que bien podría haber sido cualquier otra cosa en su vida. Clark Kent. Una magnífica forma de comenzar, excepto que por muy eficiente y bonito sea, el chico siempre desaparecía en los momentos que más lo necesitaba… como en los momentos que realmente no quería tratar con Superman, qué nombre más ridículo.