Habían ocurrido muchas cosas y aún todo parecía tan irreal, aun para un mundo mágico. ¿Cuánto serían capaces de restaurar? ¿Podrían evitar al menos algunas desgracias? De verdad esperaba que sí, algo bueno debía salir del hecho de conocer la verdad de lo que les estaría ocurriendo. Por ahora le consolaba saber que tenía esa nueva oportunidad de reivindicar las cosas con Sirius. Pero volver al dolor inicial que tenía con la licantropía no era algo que le agradaba, por muy que se intentara hacer el fuerte.

— Definitivamente, es una nueva oportunidad, algo bueno tenía que haber de tener que vivir todo esto de nuevo. — aseguro el Gryffindor. — ¿Me estás amenazando, Black? — murmuro con una sonrisa ante su comentario antes de recibir aquel beso. Aquello lo reconfortaba a pesar de cómo se estaba sintiendo en aquellos momentos. Pues de verdad se sentía mal.

Lo mejor que habían hecho era irse para la casa de los gritos. Allí podría estar tranquilo, y recuperarse sin que nadie molestara. — Claro que lo sé. Era retórica la pregunta. — aseguro tomando por un momento su mano y acariciarla por un instante. Dejo que acomodara el lugar para que él pudiera descansar mejor y cuando estuvo listo se recostó bien sintiendo un alivio de al fin estar cómodo.

El castaño tomo el chocolate y lo comenzó a comer mientras asentía a sus palabras. — Sí por favor, creo que lo necesito. — aseguro y es que en el estado en que se encontraba, más el clima, no podía evitar sentir más frío de la cuenta. Ni siquiera por su mente paso en ese momento otro tipo de calor. Ahora lo que quería y necesitaba era sentirse abrigado, tener una temperatura cálida para sentirse mejor.

— Muy rico. — dijo asintiendo después de haber probado el chocolate. Lo escuchaba e intento reír, pero le dolió en las costillas cuando lo hizo. Por lo que solo negó con una sonrisa en el rostro ante su comentario. — No te preocupes. ¿Quién mejor que yo para llevar control de las cosas? Sí tengo que ponerte a dieta lo haré. — aseguro en tono de broma. — Confía en mí. — Añadió ahora más en serio.  

Remus era su calma. Ya que no podía evitar encontrarse con toda la adrenalina a flor de piel desde el momento de su muerte, donde estaba luchando y si mal se equivocaba, hasta había llamado James a Harry. Fue como si estuviera con él, y ahora su hermano y gran mejor amiga estaba tal cual como era a los 16 años y era tan extraño, pues había lamentado tanto su muerte y también, esta frente a ese traidor, justamente de él se quería vengar e impedir que hiciera lo que hizo.

Y ahora se encontraba el asunto de Remus con su licantropía porque en esos años aún no existía la poción mata lobos. Un pésimo nombre a su juicio porque la verdad era como una clase de calmante que lo ayudaba a ser menos severo y no con esa sed de matar, de todos modos, al menos ya contaba con su animagia lo que era un plus para estar con él y hacerle compañía como ese gran perro negro que se convertía. —Esta vez nuestro amor podrá perdurar muchos años — Era lo más positivo — Podemos estar con James, tenemos que intentar pasar mucho tiempo con él y salir más. — Como sea quería vivir los mismos pero agregar más momentos que lo hicieran felices. Lo malo es que iba estar esa rata, es que no tenía idea como sacárselo de encima.

— No, no lo es — Molestó que sabía que tenía ese tono mandón en muchas ocasiones. Sonrió, le gustaba que le siguiera el juego y ahí se acomodo a comer y tomar el chocolate caliente que por el encantamiento se mantenía a temperatura agradable. — Que bueno, porque necesitas recobrar energías y después se quita mucho el apetito. Por eso siempre te mantuviste tan flaco — Le hizo cariño en el pelo y besó su mejilla. Amaba estar así con Remus, cuidarlo y protegerlo. — La verdad es que arraso con mi energía y quiero volver a jugar quidditch, que necesito hacer más ejercicios. ¿Una dieta? Jamás. Quiero comer todo lo que me quitaron en esos años, era poco lo que comía en Azkaban y era una porquería —Se quedó a su lado y al menos estaba atento de todo lo que ocurriría, faltaba muy poco para que se convirtiera, los dolores los iba a sentir, lo bueno es que tenían todo lo necesario y probablemente hasta James traería algo más tarde para comer, sin embargo, Sirius se quedaría todo el día y la noche si era necesario.

HEra lindo de tener devuelta a Sirius. Aun cuando todo lo demás fuera una completa tortura, porque lo era. ¿Cómo no? Tenía que revivir todas las tragedias que habían trastocado su vida. Incluyendo el tiempo en que tuvo sus peores dolores por culpa de la licantropía. Pero fuera como fuera, tenía su apoyo y compañía, eso valioso para él. Tenía la esperanza de que algo se pudiera hacer para evitar lo demás. Aunque había que ser realistas, no sería cosa fácil y abrían algunas que incluso no podrían llegar hacer nada para cambiarlo. Por lo que tampoco se hacía falsas expectativas. — Es justamente lo que me ayuda a no mortificarme tanto por todo lo que nos espera. Me da esperanzas de que esto sea una oportunidad para hacer algo bueno, algo para ayudar. — aseguro el chico, pues su reencuentro podía ser el comienzo de otras cosas.

— Sí, de alguna forma debemos de recuperar ese tiempo perdido con él. Aún lo veo y hace que todo sea tan irreal. Solo que te tengo conmigo y eso me sirve también para recordar que esto es real. Estamos aquí, en esta época. Que podemos influir más en su vida. — y quizás eso era lo que necesitaban, pasar más tiempo con él.

— Oh, lástima. — Le siguió la corriente en su jueguito, se sentía bien. Había sido una lástima que en su línea de tiempo original no habían podido aprovechar de estos momentos. Pues aunque estaba adolorido y no se sentía bien, esos pequeños detalles, ese beso le devolvía las energías. Al menos las emocionales.

Estaba sintiendo ese calorcito reconfortante y agradable del chocolate. — Con esto quedaré como nuevo. — Exageró, porque por supuesto que necesitaba mucho más que eso para lograr recuperar sus energías. Pero el ánimo si lo recuperaba. — ¿De qué hablas? Siempre fui delgado, fue genética. — aseguro a lo que luego sonrió después de que le hiciera cariños. — Bueno quizás si estuve un poco más delgado de lo que debía en algún momento. Eso es algo que intentaré ahora evitar, para así estar más saludable. — por supuesto que dentro de lo que pudiera controlar.

— Bueno, sea como sea te ayudaré. Estarás en el campo de quidditch antes de lo que imaginas. En parte te entiendo, no me gustaría que quitaran de mi dieta el chocolate, por ejemplo. — señalo. — Pero si quizás una rutina de ejercicios ayude a balancear. De eso no sé mucho, pero sabes que puedo investigar. Que para eso me pinto solo. — aseguro el castaño mientras recostada su cabeza del otro chico. Pues poco a poco los dolores volvían y parecían intensificarse. La transformación estaba cerca. Por fortuna Sirius sabía cuando transformarse también. Tenía la certeza de que no lo iba a dejar.