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It's time to be happy ONE ON ONE. INSPIRED. LIBROS: AU HP/ONE DAY
Aunque se vieron esos años en Hogwarts nunca se hablaron por sus grandes diferencias, todo quedo en miradas de curiosidad y nada más. Todo cambia en el día que egresan y es él, demasiado popular y brillante, sin importar ser un alumno destacado porque tenía lo demás se fija en ella. Muy amiga. Muy dulce y esforzada y decidida a ser psicóloga para poder interactuar desde siempre en los dos mundos. Cuando hablan se dan cuenta de la fuerte química que sienten del uno con el otro. ¿Pero todo debía terminar así? Pues ella quería que hubiera una diferencia. Y lo logra. Porque pasan los años y siempre se encuentran y viven sucesos el mismo día, que aunque siendo amigos, unos muy distintos del otro van construyendo lentamente su historia y forjando más sus sentimientos. Ella estaba consciente de cuan enamorada estaba y él se daba cuenta de que la morena sentía aquello, sabiendo que se sentía atraído, amaba mucho más su libertad. |
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6. Confesiones y verdades Mary. Sicilia - Italia. 15 DE JUNIO 1981 (22 AÑOS) |
Sonrió. Sentía que el nombre relámpago le venía muy bien porque hasta podía contar la anécdota si lo veían, y ahí esperaba que mencionará que se lo había regalado una buena amiga, la mejor de todas. Es que estaba al tanto que estaba rodeado de personas pero amigos de verdad solo le quedaba ella pues Evan ya había fallecido en la guerra por ser un mortífago.
Mary había quedado a la vez, demasiado fascinada de que la pluma también fue idea de la señora Mulciber, a la cual consideraba como alguien muy importante en su vida. — El regalo es perfecto, y me encanta que sea parte de los dos, le ha hecho muy bien estar en Italia en verdad espero que se mantenga así — Señaló con cariño y demasiado agradecida por el lindo presente.
En el plato de fondo fue cuando se le ocurrió aquel juego que la verdad no supo si era el mejor de todos al comprobar que el chico tendría muchas experiencias que contar y que nunca lo había hecho porque la podría espantar. Trato de no escandalizarse porque la verdad tenía mente muy abierta solo que no imagino que Azriel siendo como era, había hecho algo como eso, sus ojos estaban bien abiertos y había olvidado comer por unos momentos — Que cerdo eres, solo por experiencia.... es lógico que estabas ebrio un poco más y experimentas mucho más y ni te importaría. Solo recuerda que debes protegerte hay muchas enfermedades — Es que la verdad ni siquiera se iba a poder comparar con él bajo ningún aspecto y ahora que era su turno ni se le ocurría que, pero supuso que fue esa mirada y sonrisa que hizo fluir esa confesión tan verdadera y sincera.
Le había costado y pensé que sería sublime pero ahí salía con su comentario que la dejo tan descolocada que tuvo que mirar hacia a otro lado y terminar su soda. — ¿Qué? ¿Lo sabías? No creo que fuera un libro tan abierto en ese entonces cuando ni siquiera me acerque y luego... bueno ni siquiera tuvimos mucho tiempo porque te fuiste a Francia. ¿Quién te lo dijo? — Algo había ahí y esperaba que los chicos no hubiesen hablado más de la cuenta, de los que menos dudaba era Lily y Remus, pero Sirius y James. ¿O solo estaba suponiendo? Había quedado muy confusa.
— Unos cuantos sí... pero cuando te comencé a conocer más quedaron a medio terminar pues comprendí que no eras nada mi tipo — Que gran mentira. No era así. Si que estaban terminados y si reconocía que Azriel siempre era el que sacaba sus versos y frases más románticas solo que no quería subirle el ego que se sintiera el más atractivo cuando estaba completamente segura que nunca iba a corresponderle como quería. No deseaba ser egoísta, hace tanto que sabía que eran completamente diferentes. — Juego terminado. ¿Pedimos el postre? ¿Podríamos compartir? No tengo mucho apetito — Ya en esos momentos, Mary estaba completamente seria y solo se quería ir a casa. Sentía que había sacado todo y le daba mucha vergüenza que se hubiera expresado, incluso casi como una burla de que estaba al tanto que estuvo enamorada de él, esperaba que solo supiera que fue cosa del pasado y no que sería siempre su amor platónico.
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6. Confesiones y verdades Azriel. Sicilia - Italia. 15 DE JUNIO 1981 (22 AÑOS) |
La parte de los regalos había sido bonita. Era un momento mostrar el amor que había entre ellos. Ese momento de calor humano y sensibilidad. En donde se veía la sinceridad de la relación entre ambos. Ahí ninguno fingía, solo eran Mary y Azriel dándose un detalle para que se acordaran del otro y lo tuvieran siempre a su lado.
Por otro lado, realmente esperaba que fuera cierto y que le hubiera hecho bien a su madre el estar viviendo en Italia. Que más que el lugar, lo que la tenía así era la compañía. — Esperemos que así sea, realmente pareciera estar mejor que el año pasado. — confeso el muchacho, que se sentía contento de que la chica igual estuviera encantada con que su madre hubiera aportado para su regalo.
Mientras tenían el plato fuerte había comenzado con las confesiones, y claro que a la chica le había dejado perpleja su anécdota. Por lo que el chico negaba al escucharla. — Era solo una boca, no me interesaba o interesa ir más allá. — le comento, tampoco es que hubiera perdido el control de lo que hacía. De lo contrario seguro ni se acordaba de lo que hubiera pasado. — Suelo tener cuidado. — Añadió, sabía a lo que se refería y la realidad es que aun con lo loco que era tampoco iba a descuidarse de esa manera.
Pero no había sido justamente eso lo que había hecho que el slytherin matara el momento. No, para nada. Fue más bien su respuesta ante la confesión de la morena. Que sí bien tenía razón de que había sido completamente evidente, aunque igual él podía notar algunas señales y sospechar. La realidad es que había tenido algo de ayuda para enterarse. Y no es que hubiera sido con mala intención, de seguro Lily solo había intentado averiguar que el chico pensaba al respecto para así saber qué posibilidades su amiga tenía y luego aconsejarla. Por supuesto que Azriel le había asegurado que como él se conocía por eso es que había preferido que fueran amigos, para no herir a la chica. Pues no dejaba de ser importante para él. — Ah… bueno a Lily puede que se le escapara, una vez que hablamos. — y es que igual el muchacho les había tomado cariño, pues había sido la primera en aceptarlo.
— Que mal, hubiera valido la pena leerlos. — murmuro mientras terminaba de comer. Pues le daba curiosidad, por supuesto que sí. Además, ella tenía buena mano para escribir. ¿Cuánto le tenía que gustar para que se inspirara así? Azriel alzo la vista al escuchar su pregunta. — Sí, está bien compartirlo, pidamos el postre. — le aseguro el muchacho.
Poco tiempo después del postre y de haber reposado un poco, ya iban de salida caminando por la playa frente al restaurante. Ninguno había dicho nada hasta que Azriel se detuvo a ver las olas. — ¿Vienes? — le cuestionó mientras se desabrochaba la camisa para quitársela. — Está buena la marea. No se da todos los días. — señalo ahora deshaciéndose de los zapatos, seguido de pantalón con todo y bóxer terminando por salir corriendo desnudo y lanzarse al agua.
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6. Confesiones y verdades Mary. Sicilia - Italia. 15 DE JUNIO 1981 (22 AÑOS) |
Definitivamente veía a la señora Mulciber un poco más saludable que otros años, suponía que era la compañía y porque todos estaban más atentos a ella, eso le agradaba muchisimo porque no quería que se fuera pronto por esa horrible maldición.
Había quedado tan sorprendida con lo contado que no podía evitar mirarlo con los ojos bien abiertos, algo asqueada porque era capaz de todo por experiencia, con sinceridad habría comprendido más si fuera bisexual. No tenía nada de malo, pero ahí le estaba expresando como que lo hacía sin causarle nada.— Iugg, deja tener mis dudas porque ebrio no creo que estés muy atento en protegerte — No le gustaba mucho la vida de excesos que llevaba pero allí él, no podía meterse en demasía porque supuestamente eran jóvenes así que era muy seguro que a ella la encontraba aburrida.
Lo que más había dejado a la morena incomoda era el hecho que sabía que había estado enamorada de él y que le revelara que fue Lily quién se lo conto, supo que no había sido con esa intención, seguramente le contó pensando que ya lo sabía y fue Azriel quien se hizo el loco aunque como había traído el espejo igual iba hablar con ella al respecto, a lo mejor de vuelta porque le dejo claro que solo disfrutará de la salida y que luego le contara todo. Lo peor de todo es que era imposible enojarse con su pelirroja bonita — Seguramente se le escapo... y ahora que lo pienso es la única que ha leído mis poemas, a ti nunca te los mostraré — Y tenía muchos más durante esos años y era algo que no se lo revelaría pues sentía que ya se le había subido mucho el ego.
Como había quedado incomoda, la chica mantuvo silencio hasta con el postre que comió un poco en silencio y así fue como lo terminaron, Azriel que había invitado esta vez pago y era mejor estar en casa donde era seguro solo se iba acostar sin importar que el castaño se recostará a su lado ni siquiera tenía ganas de dirigirle la palabra. Muy probable que se había dado cuenta que estaba algo sentida.
— ¿Qué? — Exclamó cuando el chico en un momento de locura le dijo que fueran a bañarse a la playa a esas horas — Pero si es de noche....no, te espero aquí no más — Murmuró donde sin poder evitarlo lo siguió con cierta vergüenza y como la playa era boscosa y con ciertas rocas que tapaban, tampoco es que hubiera gente notó que sin vergüenza se comenzó a sacar la ropa dejando la ropa tirada mientras se sumergía en las olas. — ¡Eres tan loco, Azriel! — Desde esa distancia escuchaba sus gritos y entre ellos que se atreviera y que no fuera una mojigata, que ahí nadie se iba a fijar y andar contando que se habían bañado. Joder... tenía razón y sentía mucha vergüenza, pero justamente que no había nadie y porque quedo picada en que dijera que era mojigata con rapidez - si que prefería hacerlo rápido - se comenzó a sacar la ropa aunque la ropa interior se la quito antes de llegar al sector húmedo de la playa. — Voltéate, no quiero que me veas — Reclamó al momento que se lanzaba al agua y con tanta razón esta seguía igual de tibia a esas horas, el agua estaba exquisita. — Está genial — Dijo al momento que se acercaba a él sintiéndose algo vulnerable aunque sí, de todas las personas era él con el que sentía más confianza y no había nada de malo en eso — ¿Qué? — Reclamó al notar que se quedaba en silencio y solo la miraba. ¿Qué estaba pasando por esa cabeza loca?
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6. Confesiones y verdades Azriel. Sicilia - Italia. 15 DE JUNIO 1981 (22 AÑOS) |
No abundo mucho sobre el asunto, pues sinceramente no se iba a poner a discutir con ella sobre lo que hacía o no, se quería demasiado a sí mismo como para llegar a ese extremo. — Qué va, no soy tan descuidado como imaginas. De todos modos ya quedamos en que no íbamos a entrar en detalles. — aseguro negando, cuando mencionó que se quería quedar con la duda. La verdad a Mary le faltaba tener la mente más abierta para que pudiera entender su punto de vista. Sin duda eran muy diferentes, pero claro, aquello no quería decir que afectara su amistad. Ambos se complementaban, y lo que le faltaba a uno se lo ponía el otro. ¿Pero sería aquello suficiente para mantener una relación más allá de la amistad? Ahí era donde Azriel reconocía que no, por más que le gustara, que la quisiera, no podía. Pues Mary tendría una expectativa muy distinta a la que él podría ofrecerle.
— Es lo más probable. Pues al final del camino por lo general nuestras conversaciones terminan en ti. Aunque igual ahora en el pequeño Harry. — Reconoció encogiéndose de hombros. Esperaba que no la fuera a regañar, aunque la verdad lo dudaba, primero se enojaría con él por el hecho de saberlo que con la propia Lily.
Al final cuando iban de regreso aquel silencio realmente lo estaba incomodando y había sido parte de la razón por la que se le ocurrió aquella locura cuando llegaran al área de la playa. Estaba alejada del gentío así que realmente no es que estuvieran en público, además por las horas las probabilidades de que llegaran personas eran ínfimas. — Justamente por eso, es de noche. Es perfecto. — le aseguro el chico mientras terminaba de desvestirse e ir derechito al agua. — Vamos, no seas tan mojigata. Que nadie se va a enterar. — la grito retándola desde el agua mientras le hacía señales con las manos. — ¡Lo sé! — aseguro riendo cuando lo llamo loco mientras chapoteaba divertido.
Por un momento dudo si lo haría, aunque igual solía ser bastante persuasivo. Pero era Mary, ella no caía tan fácil en sus chantajes. Sin embargo, para su sorpresa la morena al parecer había terminado por hacerle caso. Cosa que hizo que se le dibujara una sonrisa en el rostro mientras esperaba a que llegara a él. — Ya, ya. Está bien me volteo. — dijo girándose en lo que entraba, para luego voltearse cuando sintió el chapoteo del agua mientras la chica se acercaba.
— Te lo dije, esta exquisita el agua. Además, con la luz de la luna no hay que preocuparnos por quemarnos. — aseguro el chico aun con aquella pequeña sonrisa en el rostro. El chico a diferencia de Mary había dejado su ropa toda visible en la arena, sin importarle que alguien más la encontrara.
Azriel aún pensaba en lo que paso en el restaurante. Quizás se le había ido un poco la mano con la forma en que le dejo saber que ya sabía que ella sentía cosas por él. Había sido baste creído, como mira es obvio que te iba a gustar. Aun cuando luego aclarara que Lily le contó. Además, a él también le gustaba. Por lo que se quedó por un momento viéndola. — Lamento haber sido pesado en el restaurante. Yo no soy de los románticos que escriben poesía, pero si te soy sincero me gustas. — confeso. La verdad nunca se lo había dicho. — Me gustas, el problema mío es que no estoy preparado para las relaciones. Y siento que ambos queremos cosas distintas. Por eso preferí dejarlo así. — Añadió el castaño. — Pero no sé, quizás una noche… yo no tendría problema si quisieras. — y porque claro Mulciber era experto decir cosas bonitas y cagar las cosas con diferencia de segundos.
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6. Confesiones y verdades Mary. Sicilia - Italia. 15 DE JUNIO 1981 (22 AÑOS) |
Había quedado bastante incomoda y algo molesta - que era difícil enojarse con él porque lo apreciaba bastante y no podía hacerlo cambiar - con lo ocurrido. Había quedado bastante callada en el postre y luego el camino, sin imaginar que se le ocurriría semejante locura de bañarse en la playa y más encima desnudo. Quedo picada que le dijera mojigata y a la vez, como no había nadie alrededor no sintió esa vergüenza de hacerlo y solo le pidió que se volteara cuando se sumergiera al agua, pero era lógico y ya asumía que la había visto desvestirse.
Fue toda una sorpresa que el agua estaba tibia y exquisita, es que aún hacía calor y le servía para dispersar el malestar que traía encima y así perdonarlo, porque lo cierto era él quién hacía que se atreviera a hacer más cosas y tener anécdotas que contar, como su vitalidad en la vida porque ciertamente la hacía muy feliz.
Pero todo aquello se le olvido tan rápido cuando este le comenzó a hablar. En un principio, cuando comenzó fue imposible no ilusionarse con lo que decía en aquella confesión que a él también le gustaba, su corazón se había acelerado con rapidez y contuvo el aliento, imaginando que este sería el principio de la historia de amor que deseó desde que lo conoció. Solo que luego comenzó con aquel discurso que no le gustaban las relaciones y para el peor de los pesares ahí estaba dictando que si fuera algo de una noche podría pensarlo y que estaba dispuesto.
Ella se lo quedo mirando, si hubiera sido otra chica más juguetona y atrevida habría caído redondita y ni siquiera supo como se aguanto con el hecho de que igual lo deseaba mucho solo que así no podía. — Y creo que entre nosotros no sería tan solo algo de una noche — Dijo al acercarse y quedar a escasos centímetros de él y cuando menos se lo espero lo ahogo por un momento y fue cuando se mantuvo a distancia de él.
— ¿Estás loco? — Expresó completamente seria y ofendida — Ya deberías tener claro que no soy así, Azriel. Deberías comprender que te aprecio tanto que jamás te tomaría como un juguete o algo de una sola noche. No sé porque siempre intentas actuar de un modo que me gustes como si fuera una luz que tiene que estar todo el tiempo allí — Soltó un suspiro. Por suerte, las lágrimas no llegaron y sintió que se pudo expresar muy bien. No se marchó enseguida pero definitivamente no se quería quedar ahí, es que no podía creer que la tratara de esa manera y a la vez, si lo sabía porque jugaba así con sus sentimientos, no era como el círculo de gente que solía frecuentarse por nada del mundo y aún así sentía una comparación. Joder, lo sentía como un rechazo y más se daba cuenta que nunca estarían juntos. Lo peor es que no podía llegar a molestarse tanto cuando la había ayudado salir de Inglaterra a ella y a su familia, y ahora vivían un viaje que ella no podía darse el lujo, esperaba calmarse y luego hablar más en paz.
Solo que no era el momento, ya que estaba muy enojada con él.
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6. Confesiones y verdades Azriel. Sicilia - Italia. 15 DE JUNIO 1981 (22 AÑOS) |
A pesar de lo que había respondido, el chico había quedado dándole mente al tema. Porque vaya que era inevitable que le pasara por la mente luego de todo lo que habían vivido juntos. Además de los comentarios de su madre de cuanto le hubiera gustado que fueran algo más que solo amigos. Lo peor de todo es que de verdad sentía que sí le gustaba. Para bien o para mal. Así que todo aquello había rondado por su cabeza mientras caminaban por la playa.
Azriel en un intento de cambiar la atmósfera, que al menos no hubiera silencio. Pues eso sí lo incomodaba, prefería mil veces que lo anduviera regañando si le preguntaban. Al menos ahí sabía como se sentía y no tenía que solo dejarse llevar por una suposición intentando adivinar que pasa por la cabeza de la chica. Además, que de paso el agua estaba buena y agradable, era una buena experiencia. Nadar a la luz de la luna.
Mulciber siendo lo picoso que era la había retado y al final allí están los dos en el agua. Hubiera sido mejor que todo se mantuviera así. Simplemente nadando y disfrutando del ambiente. Pero no, al chico se le ocurrió disculparse. El problema fue la forma en que lo ejecuto. Definitivamente en vez de ayudar solo había complicado las cosas. Igual hasta cierto punto era mejor dejar claras las cosas. Así evitar desilusiones luego, pues él no se sentía capaz de poder cumplir con todo lo que la chica esperaba de él. Le estaba ahorrando una decepción mayor, pero eso no quitaba que fuera dolorosa.
— Ese es el asunto, por eso prefiero decirlo antes de dar falsa ilusiones. — Le aclaro el castaño. Noto como la chica se acercaba hacia él cuando terminó la confesión. El chico no se esperó lo que ocurrió luego. Sintió como la morena lo hundía en el agua, haciendo que tuviera que sacarse todo el pelo mojado de la cara cuando volvió a la superficie. — Tomaré eso como un no. — comentó intentando recomponerse.
Miró al escuchar sus palabras, no pudo evitar negar. — ¿Cómo? No Mary, yo no creo que seas nada de eso. — comentó en un tono descolocado, pues él no la veía como juguete, por eso mismo prefería no tener una relación con ella. Pero bueno, si por algún motivo hubiera querido estar con él una noche no la hubiera rechazado. En estos momentos no sabía qué pensar. Quizás era mejor no sacar más el tema, y definitivamente era mejor volver. — Será mejor volver. — Murmuró Azriel mientras comenzaba a nadar hacia la orilla. Fue ahí cuando llegó que comenzó a buscar su ropa. ¡No estaba! Menos mal le había pedido a Mary que le guardará el regalo en su bolso. Pero lo demás no estaba donde lo dejo y ahora se encontraba desnudo en la playa. — ¡No puede ser! ¡Mi ropa! ¿Dónde está mi ropa? — decía mientras buscaba desesperadamente. ¿Cómo podría volver si seguía desnudo?
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6. Confesiones y verdades Mary. Sicilia - Italia. 15 DE JUNIO 1981 (22 AÑOS) |
No entendía a Azriel pero sinceramente siempre la cagaba con alguno de sus comentarios y ella se sentía idiota por estar tan enamorada de él que dolía, no era algo que se pudiera quitar de la noche a la mañana, solo había fluido y tenía que vivir con ello. No era el momento de conversar pero sabía que con una conversación todo seguiría igual que siempre porque no podía alejarse de él.
— Eso parece — Se contuvo las ganas de llorar y solo se lo quedo mirando notando que habían personas ya cerca de la playa y luego se marcharon casi corriendo, así que sin lugar a dudas ese momento en la playa se había arruinado y era mejor salir del agua. Lo siguió tratando de no mirarlo cuando salió del agua y fue por su ropa, se puso rápidamente el vestido y luego la ropa interior, estaba a punto de ponerse el chal encima cuando notó que el chico exclamaba con desesperación y furia.
— Oh... eso explica que salieran corriendo — Dijo en voz alta mientras que al mirarlo no pudo evitar sonreír y luego soltar una carcajada. Estas cosas solo le pasaban a Azriel Mulciber que al menos era muy capaz de sobrellevarlo. Con aquello se le paso un poco la tristeza ya que era una escena muy gracioso de contemplar.
— La casa no queda muy lejos, lamento lo de tu ropa... la cuidas mucho porque es cara — Murmuró con cierta picardía sin dejar de burlarse y esperaba que la perdonara porque el pobre si que estaba desesperado, el paso el chal de genero donde al menos podía taparse la parte más vulnerable y así no se rieran de él en el pueblo es que lo iban a ver si o si. — Vamos rápido, solo debes soportar las risas es que te ves muy gracioso. —Dijo sin poder evitar reír otra vez.
Era en los restaurantes que soltaron una carcajada al verlo, soltando elogios burlones y riendo fuertemente, la verdad es que prefirió no tomar en cuenta los reclamos del chico porque lo más importante era ir a la casa, tomarse un nuevo baño donde lo dejaría ir primero y luego solo se pusiera su pijama y a dormir.
Ahora sí que terminaría el capítulo del libro y trataría de no pensar en lo sucedido porque lo último había sido épico. Cuando llegaron solo dijo — Terminaré el libro, anda a bañarte pero deja la puerta cerrada del baño por favor, ya luego voy yo — Esa noche aunque durmieron juntos fue bastante fría con él solo que tampoco es que le hubiera quitado la palabra y se durmió rápido.
Ella sintió que pasaron unos días increíbles en Sicilia luego de eso ya que ni salió el tema y era como si nada hubiera pasado. Lo que no sabían ellos es que ya eran sus últimos meses en Roma pues una noche del 31 de Octubre de 1981 fue el final de la primera guerra mágica donde hubo varias consecuencias al respecto: Había sido el propio Harry Potter de un año de edad que hizo desaparecer a Lord Voldemort pero tristemente James y Lily perdieron la vida.
Mary con eso sintió que una parte de su vida se iba con su mejor amiga. Nada volvió a ser igual.
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6. Confesiones y verdades Azriel. Sicilia - Italia. 15 DE JUNIO 1981 (22 AÑOS) |
A pesar de lo que había ocurrido Azriel no estaba enojado. Porque claro, tenía la culpa por haber soltado aquel comentario. No podía molestarse por su reacción. ¿Qué era lo que realmente esperaba sacar con todo aquello? Quizás poder llegar a un punto medio. El problema era que ellos se encontraban en extremos muy opuestos y lo más cercano a un punto medio era justamente su amistad. Para todo lo demás alguno de los dos debía dar su brazo a torcer y ceder en lo que quería en la vida. Y él no pretendía cambiarla, pero tampoco se sentía capaz de cumplir lo que ella esperaba. Así que de esa forma no se podía tener una relación que no fuera solamente de amigos. Lo cual apreciaba y por eso había preferido que fuera así. Desafortunadamente, él tenía el arte de embarrar las cosas en segundos.
— ¡La gente y sus malas mañas! — protesto al notar lo que estaba pasando, pues notó lo que Mary decía que había unos chicos corriendo con un bollo de ropa en las manos. Estaba bueno lo que le acababa de ocurrir, se lo había buscado. No solamente por su descuido de haber dejado sus cosas a la vista, también era castigo divino por sus comentarios de hacía unos minutos atrás.
El chico comenzaba a desesperarse porque si bien en aquella playa prácticamente no había nadie más, eso no implicaba que no llegara gente. Para peor iba a tener que ir al pueblo así. Una cosa era la playa y otra era andar desnudo por el pueblo como si estuviera loco. — ¡Vuelvan acá! Eso no es suyo. ¡Estúpidos! — exclamaba desesperado y frustrado. Mientras intentaba taparse con las manos y una hoja de palmera seca que encontró en el suelo. Los intento correr, pero fue en vano ya se habían desaparecido de su vista.
Miro a Mary, parecía estar divirtiéndose. — No es gracioso. — refunfuño. — Aunque bueno, al menos has reído… a mis costillas… pero reído al fin. — decía negando mientras tomaba el chal que le ofrecía. Pues no podía irse solo tapándose la delantera con una hoja seca y todo lo demás descubierto. Al menos se había apiadado de él. — Sí, que les aproveché. Pero al menos hubieran dejado los boxers. ¿Quién se lleva la ropa interior ajena? — se quejó negando. — Esto es vergonzoso, pero gracias. — porque bien lo pudo haber dejado con el problema. — Aunque el chal acentúa mis buenas piernas. — decía mientras caminaban porque bueno, él tampoco era de los que se amargaba tan fácil. Solo que una cosa era decirlo y otra vivirlo. Pues Azriel estaba acostumbrado a que lo respetarán a donde iba.
Fue terrible para él tener que cruzar así el restaurante. Su cara se había tornado más roja que si hubiera tomado todo el día el sol si protección. Y por supuesto no pido evitar quejarse y reprochar con cada comentario hasta que salieron. — Descuida ya tuve suficiente exhibicionismo por hoy. Disfruta de tu libro. — comento al llegar y dirigirse al baño cerrando la puerta detrás de él. Sintió un inmenso alivio al llegar a la casa y estar en pijamas luego de aquel nuevo baño.
Azriel prefirió no tocar el tema más, era lo mejor porque así todo seguía bien entre ellos. Habían pasado un tiempo bonito y eso nunca se olvidaba. Como tampoco se olvidaba lo que pasó tiempo después. No podía creer que al final la profecía fue cierta y había tenido que ser cumplida justo por los Potter. Podría parecer egoísta de su parte, qué más da era un Slytherin, pero él hubiera preferido que hubiera sido la otra el que hubiera tenido que cumplir la profecía, aunque igual era lamentable e injusto. Eso no lo negaba, pero al menos Mary, su Mary no hubiera tendió que sufrir el mismo sentimiento que tuvo que sufrir el cuándo perdió a su mejor amigo. Porque era algo irreparable. Para acabar de rematar aquel niño se había quedado huérfano. Estaban por volver a Londres, pero ya nada volvería a ser igual después de aquella guerra.
Fin del Capítulo
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7. Año de tantas lágrimas Mary. Inglaterra - Londres Mágico. 15 DE JUNIO 1982 (23 AÑOS) |
Sus ánimos estaban por el suelo. Hace tan solo 2 meses había vuelto a trabajar porque antes solo se había quedado en cama y lo único que hacía era viajar constantemente al Valle de Godric donde estaban enterrados James y Lily, vistos como unos grandes héroes, hasta le habían fabricado una estatua donde estaban los dos con el pequeño Harry que para mala fortuna se quedo con la hermana de Lily: Petunia. Y no sabía ni como lo iba a tratar. Para el peor de sus pesares, no tan solo Lily y James terminaron mal, Sirius ahora estaba preso en Azkaban por matar a Peter (solo había quedado su dedo) y Remus, que sobrevivió prefirió largarse de Londres, fue el único con quien pudo hablar cuando regreso a Londres apenas se entero de lo pasado y estaba recubierto de tristeza, y cuanto lo entendía, lo pasado era lo más triste aún cuando la guerra había cesado y se suponía que venían tiempos mejores.
Para ella no. Nada sería igual sin sus mejores amigos y su Lily lejos.
Ya a esas fechas estaba consciente que la depresión y el duelo seguirían con ella porque apenas ni había pasado el año. Lo cierto es que ahora sus únicos amigos en el mundo (aunque agradecía el apoyo de su familia) eran solo Azriel y Nicholas, con quién se había vuelto a encontrar y tenía conversaciones cortas cuando iba al callejón Diagon pero desde hace muy poco. No veía seguido a Azriel, porque también había vuelto a su trabajo pero era constante gracias al espejo y si bien se acordaba esa tarde había prometido visita, por suerte era su día libre y podía recibirlo.
Seguía desganada. La verdad es que esa casa le traía un montón de recuerdos de Lily ya que un tiempo vivieron juntos. Nunca pensó que le pegaría tan fuerte ya que sus peores temores se habían vuelto realidad y aún no asumía. Se dio el ánimo de levantarse para ir al Valle de Godric y estuvo mucho tiempo en la tumba de sus grandes amigos con mucho dolor no sabía si había sido lo mejor ir llena de pena, y sobre la misma se culpaba.
No había olvidado del todo el aniversario con Azriel que era importante así que al menos tenía un regalo decente pero que sabía que había buscado sin ganas. Se trataba de un suéter de color verde oscuro que sabía que le gustaría, esperaba aunque igual dejo el ticket de cambio, ese año todo era sin ganas y se trataba de esforzar mucho en el trabajo donde prefería hacer evaluaciones por el momento y no tomar casos de duelo que eran muchas las pérdidas. Además que ella estaba viviendo su sanación porque no podía quedarse así si su mayor meta era ser excelente profesional.
Solo que el dolor aún seguía en su corazón, era inevitable quedar vulnerable cuando volvía del Valle. Llegó con lágrimas en los ojos y un dolor en el pecho a casa.— Azriel — Mencionó cuando se llevo la gran sorpresa de que el chico, ya estaba allí y sin poder evitarlo, con ese peso que cargaba se largo a llorar quedándose allí sin ni siquiera poder ir hacia a él.
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7. Año de tantas lágrimas Azriel. LONDRES MÁGICO. 15 DE JUNIO 1982 (23 AÑOS) |
Ya había pasado otro año más, y también había vuelto a Londres. Y aunque parecía como si todo volviera a la normalidad, no era así. Se podía sentir ese ambiente decaído, de luto. Fueron muchas cosas las que habían pasado. Cada cual las enfrentaba de manera diferente Azriel se había también había vuelto a su trabajo antiguo trabajo en Corazón de Bruja. Quería igual retomar aquellos proyectos pendientes que había dejado, pero las cosas no estaban saliendo tan bien como imagino. Justamente por eso, por como estaba la sociedad mágica en Londres. El tipo de contenido que él realizaba era más de entretenimiento, farándula. Y ahora todo giraba en torno a los hechos ocurridos en la guerra. Así que el programa no estaba teniendo muy buen arranque, pero Azriel aún no desistía de la idea de que aún era muy prematuro para decir que fracaso. Aún le tenía expectativas.
Su madre no había estado muy bien desde que regreso a Inglaterra. Quizás era por culpa de todo lo malo que aquí había ocurrido o simplemente la maldición la estaba alcanzando. La verdad es que Mulciber prefería no pensar en eso, y creía que esto solo se debía a que sentía pena por las tragedias ocurridas. Más Pheobe era una mujer fuerte y resistía como una valiente, creía que iba a poder superarlo todo una vez todo terminará por volver a la normalidad. Por otro lado, la que lo traía preocupado porque no recordaba haberla visto tan deprimida, tan triste. Aquella tristeza tenía varias nombres. Pero el principal de ellos era Lily Potter.
Aún no podía creer que todo hubiera ocurrido de aquella forma. Los Potter ya no estaban y el niño aunque se había vuelto celebridad, había perdido a sus padres, y hasta el padrino. Se sorprendió mucho de saber lo que había hecho Sirius y que estuviera en Azkaban. Lo cual era otro golpe adicional para la chica que de un porrazo veía disuelto por completo el grupo de amigos que la habían acompañado durante toda su infancia y adolescencia. Mulciber no había sido de amigos tan cercanos a excepción de Evan y la propia Mary, pero conocía el dolor, el sentimiento de perder a tu mejor amigo.
Azriel sabía que no era tiempo de celebrar, pero si podían conmemorar el aniversario, 5 años no era poco. Así que aunque fuera algo sencillo había logrado conseguir una foto de ellos con los Potter el día de la boda que la chica aún no había visto. Por lo que la tenía enmarcada con la fecha grabada. Ese día había sido doloroso para él, pero también había sido un día especial para ellos. Por lo que quiso plasmar eso.
Como Mary le había dado una llave de su casa, al igual que ella tenía de la suya Azriel decidió esperarla adentro. — Oh Mary, Mary. Estabas en el Valle de Godric. ¿No? — Cuestionó cuando la vio llegar y rompió a llorar. Por lo que el chico fue el que terminó acercándose para abrazarla mientras jugaba con sus rizos esperando a que se calmara.
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7. Año de tantas lágrimas Mary. Inglaterra - Londres Mágico. 15 DE JUNIO 1982 (23 AÑOS) |
La verdad es que no recordaba si le había avisado a Azriel, muy probablemente que sí porque trataba de ser organizada anotando todo lo que debía hacer tanto para su vida diaria y a la vez, laboral. Ya había estado muchos meses con pena y era bueno volver aunque costara, claramente tenía sus límites pero de alguna manera luego iba a volver porque ya contaría con la experiencia propia de atender a aquellos pacientes que estaban con la misma tristeza que ella.
Cuando lo encontró allí, la muchacha no pudo evitarlo y rompió a llorar y aunque hizo una exclamación para decir que sí había estado en el Valle de Godric no funcionó porque en respuesta solo aparecieron sollozos. El abrazo que Mulciber le dio era reponedor y se quedo ahí sin parar de llorar y tolerando esa crisis de angustia que costaba que se detuviera.
Le dolía el pecho y no dejaba de suspirar entre sollozos que no cesaban. Se había vuelto algo reacia con esas muestras de cariño por parte de todos así que al percatarse que se mantenía así, se alejó mirándolo con disculpa. — Sí... — Dijo en respuesta mucho después, ni siquiera calculo bien el tiempo pero a ella le había parecido una eternidad y ni siquiera todavía estaba bien —. Fui al Valle de Godric — Agregó bajito soltando un nuevo suspiro. Necesitaba ir cuando podía porque también sentía esa necesidad de llenarlo de flores que se dieran cuenta que los tenía en su memoria y corazón todo el tiempo. Se culpaba a la vez, porque solo les estaba transmitiendo pena y ellos no iban a querer verla así. Sobre todo a su amiga, que siempre la trato de mantener fuerte.
Por ahí se iba para mejorar en lo que pensaría Lily se actuaba así solo que era un proceso que estaba costando y llevaría tiempo. Tenía que mejorar y debía hacerlo por ella misma y su mejor amiga.
— Creí que te lo había dicho, perdón...— Ni siquiera sabía si le entendía bien. Se disculpó para entrar al baño y así mojar su cara con agua helada para ver si eso funcionaba, había dejado la puerta entreabierta por si quería acercarse. Era una sensación fuerte y la verdad es que agradecía que estuviera ahí porque por más que intentaba alejar a sus seres queridos detestaba sentirse sola, es que tan solo no le gustaba mostrar su lado vulnerable.
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7. Año de tantas lágrimas Azriel. LONDRES MÁGICO. 15 DE JUNIO 1982 (23 AÑOS) |
Esta vez había sido él mismo quien se había encargado por completo del regalo. Sentía que tenía que ser así. Después de tantos años era momento de ser él quien saliera con la idea y le hiciera algo especial. Pero ahora que la vio llegar a la casa aquello había quedado a un lado por un momento. Nunca le había agradado verla llorar, pero esta vez era aún peor porque era un llanto desconsolado. No se trataba de un llanto de frustración por no haber logrado conseguir alguna meta, que igual era doloroso, pero tenía solución. Era más bien un llanto con desesperanza, pues no había nada que hacer para borrar lo que paso.
Ellos seguían siendo cercanos, y se tenían confianza. Pero luego de lo ocurrido y posiblemente a causa de tanto dolor Mary se había puesto reacia a esos cariños y Azriel lo lamentaba si se molestaba, pero es que no lo iba a poder evitar. Tenía que contenerla. Lily no estaba, pero él seguía siendo su mejor amigo y estaba allí mostrándole que aunque fuera solo él, aunque no fuera el mejor de todos, aunque tendiera a cagarla a cada rato, allí estaba. No cuestiono que se alejara cuando se percató de lo que estaba pasando, pues al final había logrado lo primordial. Que sacara todo aquel llanto. Aunque estaba casi seguro de que aún quedaba más guardado. — Lo imaginaba, ya casi va un año. — murmuro el chico, quien recordaba bien que la muerte de Lily y James se había dado poco tiempo después de sus vacaciones en Sicilia.
Intentaba hacer un esfuerzo para entender bien lo que decía, pues hablaba en murmullos y con la voz entrecortada. Azriel negó ante sus disculpas. — Está bien, ni siquiera estoy seguro si no me lo dijiste. Sabes que bien pudiste haberlo dicho y que yo lo olvidara. — Admitió el castaño. — Aunque para una próxima si me lo acuerdas que sabes como soy, puedo acompañarte. Si no te molesta claro, igual les llegue a tomar cariño. — Admitió, y es que recordaba como en las conversaciones con Lily evidentemente todas terminaba en Mary.
El chico se acercó a Mary y puso una mano sobre su hombro. — Soy pésimo dando consejos, y no suelo acatar ninguno, pero si puedo hacer algo para que te sientas mejor. Aunque sea un poco. — le comento acercándose para secarle las lágrimas con su pañuelo. — ¿Quizás puedo prepararte un té? Aunque sepa luego agua puerca. — Sugirió el chico. — Es broma, no son tan fatales. Recuerda los que hice en Italia. Vamos tú solo ponte cómoda. — le pidió tomándola de la mano para que se acomodara en el sofá, le quito los zapatos y acomodo los cojines. — Solo espérame. — le dijo dando un toquecito en su nariz para irse a meter a la cocina, al menos un té si lo había aprendido hacer.
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7. Año de tantas lágrimas Mary. Inglaterra - Londres Mágico. 15 DE JUNIO 1982 (23 AÑOS) |
Sabía que estaba con el ánimo inestable y con muchas emociones a flor de piel. Lo miró con cierto enfado aunque este disminuía con sus lágrimas — Sí me escucharás más aunque no te culpo porque igual tienes tus propios problemas sabrías que voy cada vez que puedo — Exclamó la chica dolida aunque luego se le paso y lo miró con disculpa porque no era la primera vez ni la última que mostraba su mal humor cuando lo único que hacía Azriel era tratar de animarla cuando podía hacerlo, es que no era que se vieran todos los días y lo entendía; más por su trabajo y también porque se iba a ver a la señora Phoebe que lamentablemente había recaído, eso le hizo pensar que debía ir a verla aunque por lo que tenía entendido la mujer había retomado con su psicólogo.
Los ánimos en Londres estaban en mal y peor y algo le decía que la señora Mulciber debió haberse quedado en Italia. Eso igual le causaba mucha pena porque sabía que tanto Azriel y el señor Mulciber sufrían, al igual que sus padres que se habían hecho muy amigos de ellos por todo el tiempo que convivieron juntos. — Vale, sí gracias... creo que me haría bien compañía porque no quiero dejar de hacerlo, pero me culpo. ¿Sabes? Porque apenas estoy allí me largo a llorar y siento que solo le transmito tristeza — Se confesó a su amigo mientras se secaba la cara y aún sentía lo calientes que eran sus lágrimas al deslizarse por sus mejillas. Había bajado de peso así que hasta la sentía huesudas.
Con todo esto y porque había comprendido que estaban mejor siendo amigos se le había olvidado bastante el amor que sentía hacia a este, así que ciertas actitudes le volvían a despertar un poco lo que sentía, aunque mucho menos totalmente, ahora estaba agradecido de tener un mejor amigo tan atento y animoso en estos momentos tan tristes. Le estaba devolviendo todo lo que hizo cuando murió Evan donde el pobre igual quedo muy mal y que se juntaba con todo el asunto de su madre. —Sé que siempre puedo contar contigo, aunque nuestros trabajos no nos permita frecuentarnos como queramos. Gracias por hacerme compañía, sí... me gustaría un té — Lo malo es que no tenía nada para acompañar y así disfrutar de algo dulce o un emparedado. — No tengo nada en la alacena...—Murmuró y eso le recordaba que urgentemente tenía que hacer compras. — Oye... que sé que eres bueno para hacer té y uno que otro postre. Aprendiste mucho más en Italia — Había encontrado demasiado atento de su parte que la sentará en el sofá y sin más hasta le quitaba sus zapatos. Sentía sus manos temblorosas y esperaba que esa crisis de angustia pronto pasara, porque no estaba sola y ahí estaba su chico favorito que la trataba de animar.
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7. Año de tantas lágrimas Azriel. LONDRES MÁGICO. 15 DE JUNIO 1982 (23 AÑOS) |
No se le hacía raro que ella estuviera en el Valle de Godric visitando las tumbas de Lily y James. Pero evidentemente no tenía idea de qué momento exacto la chica prefería ir. De todos modos tampoco estaba seguro si lo olvidó o no, que era muy probable, pero el chico en este momento solo intentaba hacerla sentir mejor. Dentro de lo que fuera posible por supuesto, pues lo que había ocurrido no era nada sencillo de sobrellevarlo. — Sí, son muchas cosas en la mente Mary. — comento el chico sin darle más importancia a ello, pero si enfatizó la parte en la que le agradaría acompañarla en alguna ocasión.
— Tú solo ráptame y vamos. — Le aseguró Mulciber mientras miraba la tristeza en sus ojos. — Y no tienes por qué dejar de hacerlo. No te culpes, el primer año es el más duro. Ellos seguro no te quieren ver triste, pero también lo entenderían. — intento explicase para que no fuera tan dura con ella misma. Un dolor así no se iba tan fácil, y tener el recuerdo vivo de lo que pasó frente a ella podía afectar. Pero no siempre sería así, llegaría el día en que iría a su tumba y le dejaría lindas flores con una sonrisa mientras le contaba como había sido su día a su querida amiga.
Hoy Azriel quería dejar a un lado todas sus tonteras, para eso estaba el resto del año. Hoy que era un día especial debía ser más que nunca ese amigo que decía ser y en cierto modo devolver la lealtad y comprensión que ella había tenido con él cuando pasó por lo mismo.
El chico se puso a ponerla cómoda y estaba por preparar té. Era la forma en que mejor creía poder ayudarla. Hacer que se sintiera más calmada. — Sí, no ayuda eso mucho. Pero… cada que se pueda. Así que vamos a poner manos a la obra. — el chico sonrió mientras continuaba buscando. — Ya lo noté, esto está más vacío que un desierto. — comento al notar que era cierto. Mientras seguía buscando los ingredientes para el té. Al menos eso sí había.
— Oh sí, sí. Lo decía para hacerme el humilde. Pero esa no me va. — admitió con una sonrisa en el rostro. — Muy buenos, deliciosos. Tal vez debí ser pastelero. ¿No? — comento en un tono bromista intentando sacar una sonrisa en su rostro con sus estupideces. — Quizás pueda mandar a pedir algunos ingredientes para luego hacer uno. ¿Serias mi su-chef? — Propuso mientras ponía a calentar el té. Miró a la chica y se sentó a su lado en lo que estaba listo el té. — Igual te traje un regalo. — Dijo mostrándole la bolsa de regalo dorada con un listón rojo.
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7. Año de tantas lágrimas Mary. Inglaterra - Londres Mágico. 15 DE JUNIO 1982 (23 AÑOS) |
Con Azriel eran muy diferentes y en un estado inestable era lógico que se enojará más. Pero la realidad es que no podía estar mucho tiempo enojada con él, a lo mejor unas horas a lo más un día porque volvía a contentarse con él, sin lugar a dudas, Azriel sería una de las cosas mejores le había pasado en la vida y ahora mucho menos quería perderlo. Solo asintió, mientras sollozaba y hasta trataba de sonarse la nariz que en un instante ya estaba muy roja. — Vale, podemos ir un fin de semana donde supongo que ambos podemos sacar tiempo, mejor lo organizamos antes porque ahora ni siquiera puedes contar conmigo mi memoria está pésima —Era la que siempre organizaba o se movía para algún panorama pero este tampoco era específicamente uno. — Es que dicen que está mal transmitirlo el dolor es como que no van a obtener el descanso eterno si uno se lamenta, pero te juro que no puedo ya con el hecho de vivir me recuerda a ella, voy allí y es imposible no ver la casa destruida y luego su estatua... no puedo —Decía lamentándose y soltando un fuerte suspiro, las lágrimas no dejaban de fluir y hablaba tan entrecortado pero al menos al expresarse ya se le estaba pasando, más que él le estaba dando muchos ánimos.
— Ya con solo tenerte aquí ya me siento un poquito mejor más con ese té — Declaró mientras se acomodaba en el sofá. — ¿Me podrías pasar la poción azulada que esta en el mueble? Sí esa... me ayuda bastante en la angustia — No es que se acabará de inmediato pero de a poco todo se iba apaciguando. Eran herramientas tanto de psicología como psiquiatría mágica. — No he ido de compras, tengo que salir mañana —Declaró la chica con un dejo de vergüenza, es que como se mantenía ocupada generalmente estaba comiendo en el casino del hospital y a la vez, cuando volvía a casa traía algo preparado o su madre se encargaba de eso, estaba muy presente al verla tan mal.
— Vale... solo porque te quedan exquisitos. Que sea de chocolate porque... Remus decía que el chocolate siempre genera felicidad en momentos tristes — Se acordó de él e hizo un puchero, de verdad esperaba que pudieran verse en algún momento porque el chico se había alejado del mundo y no creía que volviera a Londres precisamente de todos modos sabía que podría encontrarlo y cuando se sintiera mejor ir a visitarlo. — Cierto... también tengo el tuyo — Señaló levantándose de repente del sofá para ir a su habitación y empezar a envolver rápidamente el regalo. Ese año no había carta ni nada creativo y se sentía especialmente mal por eso, aunque esperaba que el suéter le gustará, más que tenía un encantamiento para que fuera usado en diferentes estaciones, en verano se volvía más de hilo y era como estaba en ese momento.
Volvió a donde estaba y lo dejo sobre la mesa antes de volver a sentarse en el sofá. Lo miró. — Lo lamento, este año no fui nada creativa —Se anticipó para que no se hiciera ilusiones.
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7. Año de tantas lágrimas Azriel. LONDRES MÁGICO. 15 DE JUNIO 1982 (23 AÑOS) |
Sabía toda la pena que la estaba embargando en estos momentos. Por lo que era cuando más necesitaba de que se frecuentaran, así que aun cuando su trabajo no le permitiera estar tanto tiempo juntos podía sacar el mayor tiempo posible para que se vieran. — Claro, un fin de semana sería perfecto. La próxima vez que nos juntemos planeamos con calma. — aseguro el muchacho, pues ahora no era el momento. La chica aún seguía agobiada así que él prefería mejor buscar la forma de animarla.
— Todo es reciente, Mary. Que esto este así ahora, no quiere decir que de aquí a un tiempo siga siendo igual. Yo creo que ellos lo entenderían perfectamente. — le decía. — Y tal como no fue mi culpa el no lograr evitar que Evan se metiera en líos y terminara como termino, tampoco es tu culpa que ocurriera lo que ocurrió con ellos. Más bien es culpa del innombrable que se dedicó a destruir todo a su paso. Lo bueno es que es en vano el que ellos ya no estén con nosotros. — le comentaba, y la verdad a él también le había molestado que todo se hubiera dado así. Pero ya no podían hacer nada. Por fortuna ese mal nacido ya había sido puesto en su lugar.
— Oh sí, estoy seguro de que sí. Además, él te relaja. — aseguro el chico mientras le pasaba la poción que la morena le indicaba. Ella igual estaba haciendo su parte para comenzar a sentirse mejor. Quizás ahora parecía un callejón sin salida, pero lo lograría. — Definitivamente, no puede pasar de mañana. — le acordó sobre la alacena, es que igual podía pedir comida, pero no lo podía hacer siempre.
— ¡Sí! De chocolate es genial. — comento mientras terminaba el té. — Una Panna Cotta de chocolate podría ser. — señalo, porque vaya que se había entretenido de repostero en Italia. ¿Quién lo iba a imaginar? — Pues tiene mucha razón, es un lema que le compro. Definitivamente. — le aseguro, podía notar la tristeza al hablar de su amigo. Al menos a él lo podría ver en algún momento. — Así un día de estos cuando se vuelvan a ver, le puedes llevar uno. — le dijo con seguridad de que se volverían a ver. Azriel llamo a uno de los elfitos suyos para que le fuera a comprar los ingredientes mientras ellos intercambiaban regalos. El chico escuchó lo que le decía de no haber sido muy creativa. Cosa a la que no le puso atención. Se había acordado de él y eso era lo que importaba. — Oh Mary, por favor. Pero sí está lindo el suéter. A mí me gusta mucho. — aseguro luego de sacar el mismo de su envoltura. — Yo no recibí ayuda, así que no estoy muy seguro tampoco. Me puse de necio en querer hacerlo yo. — Admitió el muchacho mientras se comenzaba a probar el suéter. — ¿Qué tal? Luzco bien. ¿Verdad? — dijo mientras lo modelaba con su sonrisa presumida porque sabía que siempre se solía ver bien.
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7. Año de tantas lágrimas Mary. Inglaterra - Londres Mágico. 15 DE JUNIO 1982 (23 AÑOS) |
Confiaba en su palabra. Por sus ocupaciones sabía que no iba a ser el próximo fin de semana pero se iba a dar el tiempo porque ya lo había prometido así que solo tocaría ponerse de acuerdo y lo harían, esperaba estar con mejor ánimo para ese entonces aunque era un hecho que ella seguiría visitando a sus amigos en su tumba cuando pudiese, se las debía, era una forma más de declarar que siempre los tendría en su memoria y que nunca los iba a olvidar.
Las palabras de Azriel ayudaban en demasía porque comprendía y empatizaba con lo que estaba pasando. ¡Y cuantos más! Era muy posible que la gran parte habría perdido a alguien importante y eran ellos mismos que quedaron con ese dolor que de alguna forma tenían que aceptar y aprender a tolerar. — Eran tan comprensivo que sé que si. Igual entendieron que optará por irme a Roma por el riesgo que corría al ser hijos de muggles, pero igual tengo esa espinita que debí volverme más fuerte para protegerlos de alguna forma, además que todavía no me creo que sea Sirius quién los traiciono. ¡Es imposible! ¿Por qué se volvió así de loco? ¿Por qué mato a Peter?Es que hay varias piezas de ajedrez que no calzan, Remus ni toleraba el dolor de perderlos a todos tampoco, hay muchas cosas que no entiendo porque
no estuve en Londres — Dictaba la chica con desesperación tratando de entender porque todo termino así, Harry había terminado siendo el niño de la profecía. Pero... ¿Por qué todo tuvo que acabar de ese modo? ¡Era demasiado cruel! — Antes que me reclames tanto yo como los demás sabíamos que hice lo correcto y te estaré eternamente agradecida... intentaste hacer mucho por Evan pero ese fue su destino tanto el de todos mis amigos... y no lo llames el innombrable es mejor decirle Voldemort, ni quiero temerle no después de lo que hizo solo pensaba en el mismo — Inculcó la morena soltando un suspiro y con mucha rabia ese ser que no se creía que estaba muerto pero que sí muy débil para volver atacar por un tiempo. Estaba segura que iba a volver.
La chica tomó la poción cuando este se la entregó. Y se tomó la dosis correspondiente, no le gustaba ese sabor amargoso que tenía así que hizo una mueca. — Gracias, es uno los mejores remedios para la angustia estar en terapia y trabajo en conjunto ha sido bueno — Le reveló a su amigo con una media sonrisa en los labios porque a comparación a como estaba antes era muy lógico que sí. — No, no... en un rato cuando se me pase esto empezaré hacer la lista — Necesitaba con urgencias hacer todas las compras.
Era muy bueno cocinando y no se le creía. Un experto para postres y pasteles, seguramente para todo lo dulce. — Porfis, shi quiero — Dijo en un regaloneo tierno antes de ir a buscar el regalo que envolvió con rapidez y volver a donde estaba. Abrieron los regalos al mismo tiempo, aunque se detuvo porque fue más rápido. — ¿En serio te gusta? Es como simple pero lo rebusque mucho para que fuera de tu estilo, Nicholas me dio varias opciones pero me deje llevar por mi instinto, justo nos encontramos cuando fui de compras — Enfatizó la chica muy feliz que le hubiera gustado y a la vez, hasta se lo probaba — Lo bueno que tiene es que se puede usar en toda estación del año — Declaró Mary conteniendo la risa cuando le dedicó esa risa presumida.
Fue el momento de terminar por abrir el suyo y en vez de alegrarse rompió a llorar de nuevo al ver ese marco con la foto de todos en la boda, una que no había visto, donde lucían todos tan alegres que era imposible imaginar que en unos minutos después de esa foto, Azriel recibió la noticia del fallecimiento de su mejor amigo y unos años más tarde, solo quedaba ella y Remus porque los demás ya nunca más estarían. — ¡Esta hermoso! Pero... pero... espero apreciarlo con el tiempo, Azriel. Es tu regalo y siempre me encantará, mucho más cuando veo que es con toda la mejor intención del mundo, gracias. — Dejando el marco a un lado corrió abrazarlo y quedarse así un buen rato, es que de verdad era reponedor.
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7. Año de tantas lágrimas Azriel. LONDRES MÁGICO. 15 DE JUNIO 1982 (23 AÑOS) |
Ya era un hecho, la acompañaría a visitar a los Potter en el cementerio. Al final del camino habían sido personas con las que había compartido y había logrado tener una cierta conexión que no imagino tener. Cosa que le recordaba que cuando eran niños se dejaban llevar demasiado por la competencia entre las casas haciendo que no se dieran la oportunidad de conocer gente nueva que no fuera de la suya. Aquello había sido una grata sorpresa. Era triste saber que ya no estaban. Pero más triste para él era ver como su amiga se desmoronaba de tristeza por culpa de lo sucedido.
Afortunadamente, su intento de hacerla sentir mejor y que notara que nada de aquello tenía que ver con ella. Cada cual había hecho lo que era mejor para sus familias. Desafortunadamente, no a todos lograron correr con la misma suerte. Aunque sí era cierto que al mismo tiempo a pesar de lo triste que todo esto era, habían logrado lo que otros no, terminar con aquella guerra. Convirtiéndolos en mártires para los magos y brujas, Británicos. — Hay muchas preguntas y pocas respuestas. Ojalá algún día podamos saber que exactamente paso. Es posible que ni siquiera los que estuvieron tienen claro como ocurrió todo. — le decía para que no se agobiara por no haber estado en ese momento. Quien sabía como hubieran terminado las cosas para ella sí se hubiera quedado. — Tuvo que ser una impresión fuerte, no lo culpo por marcharse. — y es que a diferencia de Mary que al menos tenía a Azriel. Remus se había quedado completamente solo. Algunos de sus amigos muertos, otro preso, y Mary en otro país. El chico necesitaba comenzar de nuevo en un lugar donde tuviera paz.
La chica aún tenía los sentimientos a flor de piel. Hablar de aquel tema dolía. Azriel soltó un suspiro y negó. — No le digo innombrable a Voldemort porque le tenga miedo. Más bien porque es un no grato, y para mí los no gratos no merecen ni el mínimo de reconocimiento. Tenga el poder que tenga, nos arrebató a mucha gente que queríamos y eso da rabia. Lo sé muy bien. Ese infeliz ojalá se esté pudriendo en las llamas del infierno. — y eso le salía del alma. Soltó otro suspiro y la miro. — Justo eso le decía a Evan, nunca me creyó. Nunca se dio cuenta de que era un narcisista y que solo lo usaba. — pudo haberse reivindicado y morir como héroe, pero no lo hizo.
El chico dejo aquello allí, prefirió enfocarse en cambiar aquel panorama por uno más tranquilo y relajado. Por eso había sugerido el postre. — Me alegro de saber que te está ayudando. — Asintió. — Como gustes, pero de que debes hacer la compra la debes hacer. — dijo ahora en un tonito más divertido. Por otro lado, esperaba que los elfintos no tardaran mucho en buscar los ingredientes del postre. — Sí, sí. Ya verás, estará delicioso. — le aseguro dando un toquesito en su nariz, refiriéndose al postre. Mientras sonreía al verla más calmada.
Comenzaron a intercambiar regalos y escuchaba lo que Mary le comentaba respecto al suyo. — ¿En serio? — alzo una ceja al escuchar el nombre de Nicholas, que siendo sinceros le caía mal. — Menos mal te dejaste llevar por tu instinto. — Decía mientras le seguía modelando el suéter. — De lo contrario hubiera sido terrible. — aseguro con una sonrisa. Pues en su opinión aquel chico muy buenos gustos no tenía. — Mejor aún, podre ponerlo cuando quiera y donde quiera. — afirmo antes de que se pusiera a entregarle su regalo.
Sintió sentimientos encontrados con su reacción. Por un lado, le decía que estaba hermoso, pero por otro se había puesto a llorar. Quizá hubiera sido buena idea pedirle ayuda a su madre una vez más, pero prefirió hacerlo él. — Oh… no pretendía hacerte llorar. — murmuro mientras la rodeaba con los brazos en un abrazo. — Justo eso, quería darte algo especial. Algo que te recordara los buenos momentos y no los malos. — Añadía mientras acariciaba su cabello, sin soltarla del abrazo.
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7. Año de tantas lágrimas Mary. Inglaterra - Londres Mágico. 15 DE JUNIO 1982 (23 AÑOS) |
Era traumático pensar en todas las perdidas que ocurrieron durante ese tiempo que estuvo afuera. Lamentaba con su alma que justamente ocurriera con los Potter y su gran amigo Sirius, porque aunque el último no hubiera muerto había sido apresado para quedar en Azkaban de por vida, y Mary sabía que si era inocente - no se creía demasiado el cuento que hubiera sido un traidor aún cuando todas las pruebas estaban en su contra - de todos modos, el pobre sufría por la perdida de su querido hermano del alma; James. Y sin lugar a dudas, la morena estaba consciente que el principal culpable de todo esto fuera directa e indirectamente era ese tal Lord Voldemort que nadie sabía donde había escapado y por cuanto tiempo estaría escondido. — Es que te juro que cada vez que pienso en ese críminal siento una rabia tan grande, ahora ya estaremos en paz. ¿Pero a cuanto precio?— Señaló apretando su puño porque jamás iba a poder perdonarle que hubiera matado a su querida Lily, con esto su vida no volvería ser igual porque era su mitad en todo sentido. — Se fue a los días que volvimos y lo vi destruido, todo ensombrecido y dijo que no le quedaba nada aquí. Que tal vez volvería cuando fuera estrictamente necesario — Es que no tan solo estaban las muertes sino como quedaron las personas que habían sobrevivido, por eso ella quería mejorar para poder ayudar aunque fuera solo un poco porque nada ni nadie podría aliviar ese dolor, solo había que aprender a convivir con aquello.
—Sí, es un buen pensamiento y en parte tienes razón. No quiero temerle solo a un nombre cuando en realidad sepamos que fue terrible, sé que no hubiera podido luchar contra él pero te juro que por primera vez y si volviera, si tengo que morir luchando o protegiendo a alguien que quiero me iría feliz. Ya no me asusta — Confirmó, porque antes si que había sentido demasiado miedo y por eso accedió a huir y refugiarse junto a su familia, solo que ahora si llegaba a volver estaría preparada. — Era un seguidor y creía en sus ideales, ya nada podías hacer — Acarició su mano dado que se daba cuenta que Azriel todavía no dejaba ir a Evan del todo. Lamentablemente, Rosier solo fue un títere más de los crímenes y manipulaciones de aquel asesino.
Que Azriel quisiera hacer un pastel la animo un poco más y si que debía hacer unas cuantas compras. Decidieron entregarse los regalos y tenía que reconocer que encontraba poca cosa a a comparación de los demás que de verdad se había esmerado - menos uno que olvido pero que luego recompensó muy bien - ya que era tan solo un suéter color verde temperado al tipo de clima que habría. Sonrió suavemente porque aún así a Azriel le fascinó. — En estas compras de regalos siempre he preferido seguir mi instinto, aunque me parece que Nicholas tampoco tiene mal gusto en la ropa — Murmuró distraída es que ni se imaginaba que a Azriel el pelirrojo le caía mal. Sentía que era muy simpático y atractivo, le gustaba la forma que sonreía cada vez que la veía. — Me alegro que te gustará — Dijo agradecida y fue cuando abrió el suyo.
Normal que terminará llorando otra vez. Lo abrazó y se quedó entre sus brazos solo pensando que era una buena intención y que algún día valoraría la foto recordando y llenándose de nostalgia positiva de los buenos momentos.— Sí sé que esa fue tu intención, precioso. Me va a costar aunque sé que llegará el día que pueda sonreír y saber que fui una total afortunada de tenerlos como amigos, agradezco también que a ti no te perdí — Estuvo así un poquito más y luego sin más, sintió hambre — Vamos... pide los ingredientes y algo para picar por mientras, muero por comer pastel — Sea como sea, no iba a estar desanimada con Azriel ahí en su casa que la trataba de animar a toda costa.
Fin del Capitulo
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8. ¿Porque la vida es injusta? Azriel. Casa de Mary. 15 DE JUNIO 1983 (24 AÑOS) |
Tal parecía que al final de cuentas aun cuando la guerra hubiera terminado, las cosas en el plano familiar no mejoraban. El Slytherin estaba siendo testigo de como en este último año su madre estaba peor que nunca. Por un momento el chico pensó que mejoraría. Pero lamentablemente la mujer ni siquiera era enfermera que estaba, ella estaba maldita y tal parecía que quien la maldijo se había asegurado de que la mujer no llegara a ver un nuevo mundo mágico renovado. Un mundo libre de maldad. Pheobe apenas y salía de su cama. Todo esto había consumido a Azriel quien había entrado en u estado de rebeldía ante la vida que intentaba arrebatarle a su madre. No lo podía soportar, no lo podía aceptar. Por lo que todo aquello lo hizo volver a sus andadas y excesos.
El chico había querido llegar a compartir con su madre. Pero la noche anterior había tomado demasiado por lo que su estado no era el mejor. Aun así había llegado hasta donde ella estaba. De todo en la vida era a quien más amaba en el mundo y la veía tan frágil, débil que ni podía verle directo a los ojos. En especial luego de sus palabras. Sabía que la estaba decepcionando. Azriel no deseaba eso, pero no encontraba la forma de evitarlo. Aun así el amor de su madre era tan grande que buscaba ser ella quien le diera aliento.
Por otro lado, su padre no era tan condescendiente. Nunca lo había sido, y ahora muchísimo menos. Lo peor era que en esta ocasión tenía toda la razón y motivos para estar así. Todo aquello había taladrado en la cabeza de Azriel. No era posible que siguiera así, al menos no que ella lo viera en ese estado. El chico frustrado y triste caminaba por la calle con el corazón hecho añicos. Iba camino a ver a Mary, habían tenido un año ocupado, pero no dejaba de ser su aniversario. Sin contar de tener que aguantar la presencia insoportable de Nicholas. A quien aceptaba, pero definitivamente no le agradaba. Dentro de sus bolsillos tenía una cajita con una cadenita de regalo. Solo que su rostro no reflejaba alegría, más bien amargura. Golpeó la puerta de la casa donde la joven vivía y espero. Seco rápido una lágrima que se le había escapado e intento poner su mejor cara antes de que abriera la puerta. ¿Podría convencerla de que estaba bien? Aquello era tarea difícil porque Mary lo conocía muy bien.
— Hola, bonita. — Saludó cuando vio su rostro al aparecer frente a él.
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8. ¿Porque la vida es injusta? Mary. Casa de Mary. 15 DE JUNIO 1983 (24 AÑOS) |
Aunque aún estaba triste porque nunca superaría la muerte de sus amigos, la chica se había podido levantar durante ese año gracias al tratamiento que recibió, ahora estaba mucho más enfocada en el trabajo y dándose el tiempo de salir porque era peor quedarse en casa. De hecho, sabía que iba a tener que rentar alguna o juntar lo necesario para comprar una propia porque no aguantaba tener los constantes recuerdos, tampoco dejaba ir al Valle de Godric a dejarle flores e incluso, pasar por Privet Drive donde Dumbledore le había dicho que vivía Harry.
Sabía que no era de buen ver para Petunia así que ni mejor acercarse pero un día lo había visto en el jardín en un rincón mientras jugaba con un peluche viejo mientras que el otro niño jugaba con una gran pelota, esperaba que no estuvieran haciendo diferencias. Y como se sentía más recuperada, como no veía mucho a Azriel y no coincidía incluso cuando iba a visitar a la señora Phoebe que lamentablemente estaba cada día peor, si mayor compañía era Nicholas.
Hace algunos días, el chico se le había confesado y la invitó a una cita. La verdad es que si lo encontraba atractivo y aunque no se sentía del todo enamorada, eso era mejor que estar sola pues el único chico que le gustaba siempre sería Azriel, solo que con su trabajo y malditos excesos nunca lo veía. Mary más que nadie estaba al tanto que estaba sufriendo mucho por su mamá y no sabía como ayudarlo porque nunca lo encontraba en casa.
Eso sí, lo que más podía hacer era hablar de vez en cuando por el espejo. Y ahí le contó que tenía la cita justo el 15 y que no había tenido corazón de rechazarlo cuando la realidad igual estaba ilusionada de ir a esa cita con Nicholas. Azriel no estaba del todo consciente así que la conversación fue breve, donde ella dejo claro que el 16 o el 17 se juntaran para la entrega de regalos. El cual lo tenía comprado, esta vez le compró un lindo brazalete color negro y verde (siempre elegía ese color para él) que alejaba las malas energías, porque estaba segura que en su ambiente había mucha envidia, y esta vez igual le escribió una larga carta junto a una foto de los dos.
Ese día se había arreglado bastante bonita porque Nicholas lo merecía. Desde el momento uno que se había comportado muy atento y gentil con ella por lo que la muchacha estaba consciente que igual debía jugársela al menos con su apariencia. Estaba a 10 minutos de salir cuando escuchó tocar la puerta, fue mientras se colocaba los aros y ahí quedo sorprendida al darse cuenta que era Azriel. — Az... ¿Qué haces aquí? No te esperaba — Comentó notando de una su estado y lo dejo pasar de igual manera.
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8. ¿Porque la vida es injusta? Azriel. Casa de Mary. 15 DE JUNIO 1983 (24 AÑOS) |
El castaño no estaba pasando su mejor año, de aquello no quedaba duda. Entre su trabajo que de por sí consistía en estar en el ojo público y sus intentos por olvidar todo lo que ocurría con su mamá, estaban haciendo que su vida fuera un torbellino. Azriel no quería aceptar lo que le estaba pasando a la señora Mulciber. Estaba molesto y no podía comprender por qué de todos los miembros de su familia tuvieron que emprender emprenderla con ella que era la más inocente de todos. Ese era un vivo ejemplo de que solo deseaban el mal y que se interponían ante todos los que no siguieran su misma línea de pensamiento.
Eran unos malditos cobardes. Agradecía que todo aquello terminará, pero ni siquiera con el fin de la guerra se pudieron deshacer de aquella maldición. El castaño estaba tan rabioso que si llegaba a toparse con los responsables era capaz de envolverse en una pelea. Pero era poco probable que se los topará. Si aún seguían con vida de seguro han de estar escondidos. Como las ratas que eran.
Azriel no quería seguir así. No quería que lo último que su madre viera de él eran aquellas imágenes de un chico corrompido por los excesos. Su padre tenía razón. Solo que no sabía como hacerlo. No podía solo, no sabía si tenía la fuerza de voluntad. Lo mejor que podía hacer era cambiar de ambiente, y era 15 de junio, su aniversario de amistad con Mary. Aquello aunque pareciera tonto para algunos, le daba un poco de alegría en medio de toda la tragedia. Más cuando se daba cuenta de que la morena era su única verdadera amiga. El resto de personas que tenía a su alrededor en realidad eran más bien conocidos, e incluso algunos que seguramente solo se le acercaban por interés.
Había intentado disimular su estado de tristeza. Por fortuna no había como estaba cuando llegó a casa de sus padres, todo pálido y con el estómago revuelto. Ni tampoco cuando su padre lo regañó. Aquel ultimátum había sido el más doloroso de su vida porque no quería dejar de visitar a su mamá. Cuando Mary salió a su encuentro notó lo arreglada que se encontraba. Se veía bonita, demasía bonita y no pudo evitar mirarla más de la cuenta hasta que volvió en sí con su repuesta. — Oh, pues venía a verte. Es 15 de junio. ¿Aniversario? Además, quería un poco de compañía. — Señaló con una pequeña sonrisa que aunque le costaba, el verla tan bonita le ayudo un poco. — Qué linda luces. — admitió, tenía tanta cosa en su cabeza que había olvidado que ella tenía una cita justamente hoy con Nicholas.
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8. ¿Porque la vida es injusta? Mary. Casa de Mary. 15 DE JUNIO 1983 (24 AÑOS) |
Mary quedo muy apenada apenas lo vio porque traía un presente para ella, lo que la hacía pensar es que había olvidado completamente que el quince de su aniversario de amistad estaría ocupada. En un cita. Una que le había hablado demasiado y lo ilusionada que estaba, Azriel como lo estaba pasando mal, parecía estar todo el tiempo en otro mundo, pero realmente pensó que en esto la iba a escuchar, y era obvio que no era así. Soltó un suspiro cuando lo hizo pasar.
Ni siquiera sabía como iba a partir y que tan solo tenía 10 minutos para partir.
¿Nicholas no se enojaría si llegaba tarde? Esperaba que no, pero si no estaba eso iba a ser importante para ella pues el pelirrojo tenía clarísimo que Azriel era su mejor amigo desde hace tanto y que era prioridad en muchas cosas para ella. Claro que igual habían tenido la conversación que si a ella le gustaba y que parecía atraída, ella le dijo que sí pero que Azriel no buscaba un noviazgo ni nada parecido, así que siempre serían mejores amigos.
Así que sin lugar a dudas era bastante comprensivo.
—Azriel... yo.... — Se mordió el labio mientras que asentía con timidez. Iba a continuar, pero Azriel la detuvo cuando dijo que lucía muy linda, donde sus mejillas de inmediato se pusieron tan rojos que parecía un tomate. — Gracias, me alegra que te guste como luzco — Soltó un nuevo suspiro y le dio un abrazo.
Muy pronto, lo miró a los ojos y acarició con suavidad su mejilla derecha — Temo que termines enojado conmigo, pero yo te dije — Empezó a decir con rapidez porque ahora venían todos los nervios — Yo te dije que no podíamos celebrar el 15 el aniversario y si querías dejar el 16 o el 17 para eso. Voy a salir con Nicholas, ya sabes.... una cita. Te lo había comentado. ¿No lo recuerdas? — Le preguntó apenada porque en cierto modo estaba segura que se iba a sentir. No le molestaba, todo pasaba por algo solo que la ilusión se estaba yendo hacia abajo. Nicholas era un buen chico.
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8. ¿Porque la vida es injusta? Azriel. Casa de Mary. 15 DE JUNIO 1983 (24 AÑOS) |
Mulciber necesitaba de tener junto a él a quien único podía hacer que sacara una sonrisa a pesar del estado tristeza y frustración en el que se encontraba. No quería aguar el momento importante y bonito, por eso trataba de ocultar como se sentía. Aunque sabía bien que Mary aun cuando quizás hasta pudiera regañarlo, al mismo tiempo lo comprendería, aconsejaría y no lo juzgaría.
Azriel de verdad se le había olvidado el detalle que Mary le comento que Nicholas la había invitado a salir justo el quince. Que harían su intercambio de regalos como siempre, pero más adelante. Así que en esos instantes ni le había pasado por la mente que se había arreglado tan bonita porque vería aquel chico. Había que aclarar que Mulciber aceptaba o más bien intentaba aguantar al otro chico. Pero por alguna razón se sentía diferente a como se había sentido cuando Mary tenía otros pretendientes. Se había atrevido a invitarla a salir justamente el 15 de junio. ¿De tanto día en el mes porque había tenido que ser justamente ese? Dudaba mucho que no lo supiera. No expreso lo que pensaba porque ella parecía ilusionada, y así que por ella había dicho sí a verse otro día.
El chico seguía sin caer en cuenta y no había dudado en elogiarla. — Sí, de verdad. Luces muy bien. — afirmo, pero aquel tema quedo a un lado cuando sintió ese abrazo. No dijo nada en ese momento, pero sí se había aferrado a ella más de la cuenta recostando su cara de su hombro para mantenerse así por un corto periodo de tiempo. Cuando lo vio a los ojos había intentado de no permanecer mucho así porque iba a descubrir que algo le ocurría.
— ¿Enojarme por qué? — cuestiono. Hasta que comenzó a atar cabos que fueron confirmados por ella. — Oh no puede ser. Yo… yo lo olvidé de remate. — Decía ahora negando. — Lo siento, tengo muchas cosas en la cabeza. No pretendía arruinar nada. Espero no se moleste. Es solo que igual… — estaba por decir que se sentía solo, pero se arrepintió. — Olvídalo. ¿Tienes al menos unos minutos? ¿Digo, aunque sea para cambiar regalos y beber… una soda? — cuestiono, luego de lo pasado era mejor ni mencionar el alcohol.
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8. ¿Porque la vida es injusta? Mary. Casa de Mary. 15 DE JUNIO 1983 (24 AÑOS) |
Estaba preocupada por Azriel porque se estaba dejando llevar mucho por los excesos. A veces parecía otra persona y eso lo asustaba, sin embargo, era imposible que pudiera dejarlo solo cuando él hasta le había salvado la vida para refugiarse en Italia cuando la guerra se puso peor. Solo que los tiempos de paz habían llegado y ante todo, como solía ser más estricto de la cuenta porque estaban desterrando a todos quienes fueron mortífagos. No había tanto problema en las calles mágicas y temía también por él tanto por su apellido y que lo encontraran de esa forma, además que el era figura pública.
Todo lo que iba hacer se vería en el mundo mágico y por eso no tenía que exponerse demasiado porque el que iba a perder todo iba a ser él. Le costaba entenderlo, ese tema hasta lo había tenido con la señora Phoebe, y bien si que lo protegía y estaba ahí tanto por ella y porque la señora Mulciber se lo había pedido ya que señalaba que estaba muy cansada y cualquier día ya no estaría, lo que causaba en la morena una gran tristeza.
Y bien que estaba totalmente consciente que si se estaba haciendo daño era justamente porque no podía de la pena de que iba a perder a su madre, la persona más preciada de su vida. Ella también sentía mucha tristeza porque sin lugar a dudas, la quería demasiado e iba a ser una perdida importante. Sobre todo para él.
— Muchas gracias... tú... luces triste... ¿Paso algo? — Sabía que no tenía que hacer esa pregunta, pero es que con Azriel era completamente imposible cuando era real que se preocupaba demasiado por él.
El tiempo pasaba y tendría que decirle. Muy apenada comenzó y pudo notar el cambio de la expresión del chico que hasta se desfiguraba por ese rotundo olvido — Tranquilo, parece que el día que te lo dije no estabas tan concentrado y normal que lo olvidarás, debí habértelo recordado más veces — No quería ser tan directa que andaba con copas de demás en alguna fiesta que solía frecuentar, temía que se perdiera en eso. Era joven, solo que el tiempo pasaba y se iba a tener que dar cuenta que llegando a los 30 años ya no podía andar haciendo eso, sí... pero no con excesos.
— Tengo diez minutos antes de ir. Quizás 15 si logra esperarme — Murmuró la chica al notar que el chico estaba completamente afligido y la verdad hasta lamentó en ser tan débil en decirle que no, que un compromiso era un compromiso. Parpadeó cuando dijo que lo olvidará — ¿Quieres intercambiar los regalos hoy? Como me sentía mal por no corresponder al día estaba preparándome para hacer una rica cena — La chica asintió y de inmediato lo invito a sentarse para traer las sodas aunque con sinceridad no es que tuviera mucha sed. — El tiempo corre amigo mío, lo lamento tanto imagínate si habrías llegado más tarde ni me encuentras — Dijo soltando un suspiro mientras le pasaba la soda y con un movimiento de varita atraía el regalo que quedó justo al frente de Azriel.
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