Sophie nació como hija menos de la familia Douglas, una de las familias más antiguas de Ravenwood Hollow, y es más fácil decir aquello que decir exactamente hace cuánto están allí porque nadie lo recuerda con exactitud.

Sophie durante su infancia fue una niña ya un poco problemática, metiéndose en problemas, peleándose y el único que parecía calmarla como podía era su hermano mayor, Scooter. Todo aquello empeoró desde la desaparición de su padre, lo que la convirtió en una adolescente errática y a quien su madre y su hermano -normalmente este último, ya que su madre empezaba a tener aquellos problemas que aquejaban a las mujeres de la familia- tenía que sacarla casi todos los fines de semana de la oficina del sheriff.

Pero más allá de eso, su carácter combativo y bastante autodestructivo, la gente le tenía paciencia. No sólo por la desaparición de su padre, hecho que afectó al pueblo, sino también porque todos sabían que las mujeres de la familia de Sophie solían terminar internadas por una demencia genética de la que nadie pudo encontrar la cura jamás. Eso, más el uso de las drogas, hicieron que la madre de Sophie terminara internada en un centro de desintoxicación, donde las lenguas del pueblo dicen que fue una internación autoimpuesta por la mujer, ya sabiendo que no podía criar a sus hijos, y apoyándose en que Scooter ya era mayor de edad e iba a poder cuidar a Sophie.

Más bien se cuidaron mutuamente de la manera en que podían.

Sophie terminó el instituto con mucha ayuda de los profesores, porque además ya sabían que, aún si la vida de Sophie era más larga que la de sus antepasadas, no iba a irse muy lejos del pueblo. La chica no quería tampoco, prefería conseguir un trabajo allí que la ayudara a mantenerse más o menos con vida y con eso se conformaba. Así que, gracias a esa ayuda, sus notas tampoco fueron perfectas, pero la ayudaron a terminar la secundaria y conseguir un trabajo en la tienda de discos de un amigo de toda la vida de su familia.

Casi no ve a su madre en su centro de desintoxicación, y el único que sabe la razón es su hermano: No quiere ver el futuro que le espera si acaso heredó la misma enfermedad mental que sus antepasadas. Y si bien utiliza las drogas eventualmente, jamás probó la heroína ni nada de lo que hizo que su madre terminara en aquel hospital, que quedaba a unas dos horas de su propio hogar.

Actualmente vive junto a su hermano en un barrio de caravanas. Al principio, cuando decidieron mudarse allí, no fueron pocos los que los miraron entre lástima y asombro, porque ellos poseían la casona de los Douglas, una herencia familiar. Pero lo cierto era que a Sophie nunca le gustó esa casa, le recordaba demasiado a la familia que había perdido y, aunque no era cobarde, vivir en ese lugar le daba un poco de repelús. Después de pensarlo mucho, y para tranquilidad de los dos, junto a Scooter decidieron mudarse a una parte del barrio no tan llamativa y perfecta para ellos.

Ahora, gracias a la mudanza, a la internación de su madre y al trabajo en la tienda de discos, Sophie se hizo bastante más unida a Scooter, yendo los dos al mismo lugar, siendo conocidos cariñosamente como los Hermanos Doo. Y la realidad es que Sophie podría tener otros amigos, tiene muchos conocidos en el barrio, pero siempre prefirió la compañía de su hermano y su grupo de amigos, aún cuando no le terminaban de caer bien nunca (porque nadie lo hacía, la verdad).