Los últimos días habían sido un poco locura para el chico, apenas estaba durmiendo, pero parecía que empezaba a poner toda la información en su lugar. Claro que los profesores estaban pidiendo que no les diesen demasiadas vueltas, pero el Ravenclaw era incapaz de dejarlo pasar. Se trataba de uno de sus mejores amigos y aunque hubiesen confirmado que era un accidente externo Gideon no podía terminar de creerlo. Eran demasiadas casualidades para ser un accidente.

No importaba como uno lo mirase, estaba claro que alguien tenía que haber dado la información a quien hubiese atacado, si es que no había sido una de las personas que estaba dentro del colegio y disfrutaba de escuchar que ni siquiera iban a tomar medidas dentro del colegio. Era casi darles vía libre para que hiciesen lo que les diese la gana.

Sentado en una de las mesas en los jardines estaba terminando de organizar algunos de las notas que había tomado en sus últimas reuniones, no creía que quedase mucha gente con la que hablar, tan solo contrarrestar la información para ver si podía sacar algo para utilizar o al menos dárselo a su jefe de casa para que pudiese utilizarlo.

—Llevas mirándome como diez minutos. — Terminó por hablar, alzando la vista para ver a su hermano unos pasos más allá. —¿Ya has decidido si vas a decirme algo o no?—Estaba cansado y no tenía la paciencia de otros días para dejar que su hermano fuese todo lo infantil que quisiera.  

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Se lo habían advertido. Su hermano estaba haciendo demasiadas preguntas, y la respuesta que podría llegar a encontrar los afectaba a todos. Sabía que tampoco era su responsabilidad detenerlo, nadie lo consideraba así. Su hermano, a fin de cuentas, era un traidor y sus acciones no eran responsabilidad de Mark, que estaba sacando la cara por su familia.

Sin embargo, eso no significaba que el chico no se preocupara por él, o por lo que pudiera encontrar que fuera a convertirlo en un objetivo. Por eso, aquel día en los jardines, se estaba debatiendo entre si acercarse a él o no. Estaba claro que no había disimulado demasiado bien para cuando escuchó su voz y no tuvo más remedio que acercarse.

—No tengo nada para contarte, ya te lo he dicho. — Aseguró, porque había respondido eso justamente la primera vez que Gideon intentó hablar con él del tema. —Los profesores han dicho ya que fue un accidente externo, ¿no puedes dejarlo ir? — Dante se recuperaría, por lo que les habían dicho, así que podían aceptar que aquello era un accidente que se había salido de control. Era lo mas fácil para todos.

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Estaba nervioso, podía darse cuenta de ello sin necesidad de mirarle demasiado. Le molestaba que estuviese buscando información y eso tan solo hacía que Gideon estuviese más seguro de que debía seguir buscando. No quería que la historia se quedase a la mitad y no importaba como lo viese, dudaba que aquello hubiese sido un accidente externo. Entendía lo que su jefe de casa les había pedido, pero no tenía nada de malo que él estuviese buscando información.

—¿Entonces qué más da que busque información?— Preguntó el mayor, cerrando el cuaderno en el que había estado apuntando cosas. Podía ser que algo hubiese cambiado en su hermano, pero se daba cuenta de lo nervioso que estaba en ese momento. — Tengo mis propias conjeturas, pueden gustarte más o menos, pero no voy a dejar de buscar cuando siento que algo no encaja. — Era su forma de ser y de moverse y por mucho que Mark quisiera alejarlo de ahí, no lo iba a hacer.

El viento sobre a su espalda, moviendo ligeramente la capa de su uniforme y haciendo que su mirada quedase en su hermano directamente.

—Ademas, el otro día te preocupaba poco lo que yo estuviese haciendo, ¿a qué viene ese interés ahora?— Estaba claro que algo había cambiado y ni siquiera había tenido el cuidado de ocultarlo.

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Importaba bastante, porque cuando Mark habló con Gideon lo que sabía era poco. Tenía sus ideas de lo ocurrido, porque a fin de cuentas, Cepheus podía ser bastante obvio cuando empezabas a conocerle un poco. Aunque tuviera una coartada y se la hubiera contado, Mark todavía no estaba del todo seguro de que fuera a funcionar.

Sin embargo, ahora que se había enterado de la verdad, no le interesaba de ninguna de las maneras que Gideon empezara a meter las narices donde nadie lo había invitado. Podía preocuparse por su amigo el bocas, pero, eso no significaba que tuviera que comportarse como un investigador privado. Podía salir herido de ello, y no solo eso, Mark podía verse perjudicado por ello.

—Por favor, Gideon, que no es como si fueras un investigador profesional como para hacer estas chorradas. Deja que las personas que realmente saben lo que hacen investiguen el caso, ¿qué vas a hacer tú si encuentras algo? ¿Ir a enfrentarte tú solo contra un grupo terrorista? — Preguntó, incrementando de manera consciente el tamaño de la situación, como si no se tratara de sus amigos dando palos a la gente.

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Las palabras de Mark hicieron que Gideon lo observase con tranquilidad, cerró el cuaderno de notas que tenía en las manos y limpió la pluma que había estado usando para dejarla en su estuche correspondiente. No tenía ganas de discutir con su hermano, pero parecía que cada vez que se cruzaban no podían mantener una conversación lógica.

—¿Crees que soy tan tonto como para eso?— Preguntó en un tono que no solía utilizar con ninguno de sus hermanos. A pesar de lo que Mark creyese de él, la preocupación que Gideon sentía por él y su hermana era genuina. Todas las veces que se preocupaba por Mark, que intentaba enseñarle que no todo tenía que ser como su padre lo decía, era porque se preocupaba. — Además, todo lo que hago te parece una chorrada, así que te debería importar poco como utilizo mi tiempo.  — Claro que le gustaría que compartieran un poco más, pero eso no iba a ocurrir por mucho esfuerzo que le pusieran.

Ladeó la cabeza ligeramente, tomando su mochila y cargándola en uno de sus hombros como si nada.

—Voy a volver a preguntarlo. — Evidentemente estaba moviéndose con completa tranquilidad, pero su pausado tono de voz podía compararse al de su padre en ese momento. — ¿Qué ha cambiado desde el otro día?— Ahora le interesaba, temía que fuese a conseguir algo y eso solo le hacía pensar que estaba caminando en la dirección correcta.

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Por lo que había probado, Mark quería decirle que sí, que creía que era lo suficientemente tonto como para ello. Estaba metiendo las narices en donde nadie lo necesitaba, y aunque el chico conocía perfectamente las expectativas a futuro de su hermano, eso no significaba que tuviera el entrenamiento o las posibilidades de enfrentarse a lo que se venía. Aquella guerra no le pertenecía, en especial porque Mark aún deseaba pensar que todo se quedaría en un par de eventos concretos para amedrentar a uno que otro individuo.

—Pues no estás probando ser tan inteligente como dices al hacer tantas preguntas como si tuvieras la mínima idea de lo que estás haciendo. Los profesores están lidiando con ello, gente que realmente sabe lo que hace, ¿no crees que estar preguntando como si fueras algún tipo de detective privado solamente va a entorpecer la investigación? La de verdad, digo, no la chorrada que estás haciendo. — Se estaba poniendo muy a la defensiva, sin darse cuenta de que su actitud tan solo hacía que Gideon sospechara todavía más. Otra persona tal vez no habría notado su ligera ansiedad, pero, su hermano lo conocía lo suficiente como para que su tono de voz encendiera las alarmas.

Puso los ojos en blanco, y sin darse cuenta, apretó las manos en un puño. La forma en la que Gideon le hablaba le recordaba a su padre, la misma manera condescendiente y ligeramente autoritaria que tenía de preguntar las cosas, como si estuviera exigiendo una respuesta. Mark odiaba sentirse amedrentado de esa manera, tal vez por eso había decidido que no hablar con Gideon era lo mejor que podía hacer. Y en lugar de una respuesta a su pregunta, sus siguientes palabras seguramente no serían lo que el Ravenclaw quería escuchar: —Para quejarte tanto de papá, eres exactamente igual que él. — Su gesto, completamente serio, indicaba con claridad que no iba a ceder, ni a contarle exactamente lo que había cambiado por más que supiera que Gideon realmente podría hacer algo con la información.

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Acababa de salir de una de sus clases cuando Ellie decidió ir por el camino largo hasta la biblioteca. Tenía el resto de la tarde sin clases pero no libre pues tenía que terminar varios trabajos y continuar estudiando para sus exámenes. No es que los llevase mal pero nunca venía mal repasar para que no pudiesen pillarla en ninguna pregunta.

Estaba caminando por los jardines cuando dos figuras bastante conocidas le llamaron la atención. De cualquier manera se habría acercado pero al ver sus posturas tensas apresuró el paso porque no creía que estuviesen teniendo una conversación amigable. No recordaba la última vez que habían tenido una de esas.

Les dio alcance justo cuando escuchaba las palabras de Mark y no pudo si no fruncir el ceño mientras les miraba de forma alternativa. — ¿Qué está pasando? — preguntó antes de darle tiempo a Gideon a contestar. No había que ser demasiado perceptivo para saber que aquella frase no era algo que tuviese que usarse contra ninguno de ellos, no estaba bien.

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Gideon no tenía paciencia para estar escuchando las tonterías que su hermano estaba diciendo. Estaba claro que el chico estaba haciendo un esfuerzo por desmotivarlo, pero no era como si eso fuese algo posible. Podía ser muchas cosas, su padre podría estar en contra de todos los principios que Gideon había tomado, pero estaba claro que no daba pasos hacia atrás. No lo había hecho en su casa, no lo haría frente a su desesperado hermano pequeño.

—¿Entorpecer?—Preguntó con un tono más serio del que debía. —¿Quieres decir correr un tupido velo ante la situación y no hacer nada al respecto? ¿Eso es lo que estoy entorpeciendo?— Preguntó porque estaba claro que el que no entendía nada era Mark. — Puedes insultarme todo lo que quieras, pero no creas ni por un segundo que no sé lo que estoy haciendo, si tienes miedo de que descubra algo, simplemente aléjate de donde no te conviene. — Porque Gideon no iba a parar, no tenía intención de dejar que todo volviese a suceder.

Su seriedad había aumentado, era consciente de que cuando quería podía tener una presencia aterradora, por mucho que quisiera alejarse de su apellido no dejaba de ser el hijo de su padre. No lo diría en voz alta, pero sabía que compartían aptitudes, su padre tenía ese don para hacer que la gente le siguiese y Gideon no se quedaba atrás, la diferencia estaba en para que lo usaban.

Podría sentirse herido por las palabras de Mark, pero en ese momento sus pensamientos estaban en otro lado, sabiendo que estaba metido donde no debía, que puede que fuese uno de los culpables de lo que le había pasado a Dante. Iba  a decir algo, pero la voz de Eleanor los detuvo, los ojos azules del chico pararon un segundo sobre su hermana, el mismo porte, la misma seriedad.

—No te preocupes, Ellie. — Respondió Gideon con toda la tranquilidad. —Mark me estaba dando su punto de vista sobre un tema y no concordamos en ello. — Era un resumen rápido de la situación.

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Si Mark hubiera sabido exactamente lo que le ocurriría a Dante, tampoco habría actuado de otra manera. Sabía que no podía nadar contra la corriente, por eso, estaba eligiendo sus palabras con cuidado... O al menos con todo el cuidado que podía tener, en especial con su hermano metiendo las narices en donde nadie le había pedido que se metiera. ¿Por qué tenía que ser tan irritante? ¿Por qué no podía dejar que los mayores se encargaran de ello y tomaran las decisiones que tuvieran que tomar?

Sin embargo, antes de poder continuar aquella discusión, la presencia de Ellie los detuvo. Mark no quería discutir con su hermano delante de ella. Sabía bien que la sobreprotegía, pero, había puntos del mundo que no quería que la afectaran a ella y su relación turbulenta con Gideon era uno de esos. El Ravenclaw no se daba cuenta de que Mark solo quería protegerlo al alejarlo de algo que era más fuerte que él, al menos en ese momento.

—No solo no estamos de acuerdo, tu hermano, como siempre, quiere hacer el papel de justiciero y no es capaz de comprender que no tiene que salvar a todo el mundo de lo inevitable. — Soltó, más que dispuesto a marcharse porque no quería continuar aquello delante de Eleanor. Además, estaba claro que no sería capaz de hacer a Gideon ver la realidad, ni siquiera la fuerza lo alejaría de su cabezonería.

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Había veces en las que tener dos hermanos mayores sobreprotectores era un verdadero dolor de cabeza. Ellie era consciente de que todavía era pequeña para algunas cosas, aunque no lo admitiría en voz alta, pero que siempre le dejaran al margen de las cosas cuando únicamente quería ayudar le molestaba y le dolía casi a partes iguales.

Desde hacía tiempo notaba cierta tensión familiar, más profunda, pero era incapaz de descubrir el motivo porque nadie le decía nada. Siempre que preguntaban alegaban lo que sus hermanos le acababan de decir y se iban a otra cosa.

A pesar de que Mark fue un poco más comunicativo que Gideon, la joven no pudo evitar suspirar mientras meneaba la cabeza. Odiaba hablar sin saber toda la historia pero tampoco quería quedarse callada. — No creo que todo sea inevitable y tampoco creo que esté mal buscar ayudar a los demás. — replicó a Mark mientras fruncía ligeramente el ceño. — Pero tampoco se debería seguir haciendo algo que se sepa que es inútil o que puede hacerte daño a la larga. — añadió mirando a Gideon. No estaba de parte de ninguno de los dos pero quería dar su opinión, a pesar de que pudiesen pensar que estaba loca.

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Gideon no pudo evitar fruncir el ceño ante las palabras de Mark, no estaba intentando hacerse el justiciero con nadie, tan solo moverse para que no volviese a suceder. Su mejor amigo había sido golpeado casi hasta la muerte y dejado tirado en mitad de la casa como si nada, quedarse quieto era ser tan culpable como aquellos que lo habían hecho.

—¿Y qué sería de vosotros dos si dejase de hacerme el justiciero?— Preguntó en dirección de su hermano, dejando claro aquello que siempre evitaban. Mark podía hablar mucho de Gideon, pero también era él que estaba siempre al pie del cañón evitando los golpes más fuertes, poniéndose en medio cuando cualquier situación parecía descontrolarse en casa.

Miro a su hermana y aunque fue más gentil que con Mark seguía igual de serio, no debería hablar sin saber la situación, ni mucho menos querer poner un granito de arena cuando no sabía que estaba haciendo.

—Decir que lo que hacen los demás es inútil sin saber lo que hacen es una falta de respeto, Eleanor. — Respondió con tranquilidad, pero todavía portando ese tono serio que había hecho que Mark le soltase la frase que no quería escuchar. Claro que sabía que se parecía a él, no podía ser diferente teniendo en cuenta que era su hijo, pero al menos su camino iba en una dirección muy diferente. — Si creéis que pararé de hacer lo correcto estáis muy equivocados ambos, no soy alguien que para porque le amenacen, ya deberías saberlo. — Y es que si fuese de manera diferente ene se momento estarían teniendo una conversación muy distinta. — Deberías ver que es lo que más te interesa y a quién pones en juego por no pensar por ti mismo. — Fue lo último que dijo antes de recoger su mochila y caminar en dirección del castillo.  

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—Nuestra vida seguiría siendo exactamente la misma, eres tú el que ha huído de su responsabilidad para que otros lídien con ello. — Soltó, diciendo en voz alta algo que jamás se había atrevido a decir. Su madre se había encargado de darle a Gideon una libertad que Mark jamás tuvo de pequeño, él se quedaba en casa, él atendía a las reuniones y conocía a otras familias como la suya. Siempre fue la sombra de su padre, a pesar de no ser el mayor, como si desde siempre hubiera estado escrito que sería él quien llevaría el apellido por lo alto. No siempre estaba seguro de querer esa responsabilidad, pero, ahí estaba.

Odiaba que Gideon utilizara ese tono de voz con ellos. Le hacía sentir pequeño, como si todo lo que pudiera hacer fuera asentir cuando papá daba una orden. Pero, Gideon no era su padre, aunque en momentos como ese le costara separarlo. Vio a su hermano marcharse, y negó con la cabeza ante sus palabras para luego girarse hacia su hermana.

—No te preocupes por él, eventualmente se dará cuenta de que lo que hace solo nos pone en peligro… Y será su momento de decidir si le parece más importante revelarse ante papá, o estar de parte de los suyos. — Mark quería pensar que era una etapa, al igual que su padre, que Gideon retomaría el camino correcto y que tendrían que dejar de preocuparse por él. Aquello no estaba más lejos de la realidad. —Tengo que ir a la biblioteca a hacer un par de trabajos, nos vemos en la cena. — Dijo, y le dio un beso en la frente a la chica antes de retirarse por donde había venido, y dirigirse a cumplir con sus horas de estudio antes de ir al Gran Comedor.

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