El mundo de los libros es amplio, historia interminables que muchos no conocen. Nadie tendría el tiempo suficiente para entender todos los libros o esa es la idea de la humanidad. Los libros son universos infinitos en los que sus creadores pusieron toda su pasión y de esa pasión surgieron los protectores. Aquellos encargados de cuidar esas páginas preciadas, asegurar que cada historia contada no era manchada con lo que ellos consideraban pesadillas. No dejar que lo que el autor original había dejado para la historia terminase siendo algo diferente a ojo de todos los humanos.

Fantasy es uno de esos protectores, un poco liberal y añiñado, siempre buscando aventuras que vivir, siempre solucionando los problemas a su manera, creyendo que no todas las pesadillas podrían considerarse de esa manera. Tras uno de sus trabajos debe salir del libro en el que estaba trabajando, pero cual es su sorpresa al darse cuenta que en lugar del libro en la biblioteca de su pueblo aparece en una que no conoce.

¿Cómo explicarle a la chica quién es y por qué ha salido de ese libro? Tendrá que pensar rápido.

Deidre Ravenwood Jenna Coleman — Timelady
	Fantasy Matt Smith — Shadow

Original Idea — Fantasía — 1x1

No sabía que quería el trabajo en la biblioteca hasta que se lo dieron. Sinceramente, solo se había presentado por intentarlo y sin demasiadas esperanzas. Sin embargo, ahí estaba, gracias a su maravilloso currículo de cursos variados y trabajos de cara al público. Aunque la verdad es que en la semana que llevaba allí no había ido demasiada gente, así que de cara al público no es que estuviera mucho.
No sabía muy bien lo que había pasado con el anterior bibliotecario, la verdad, le habían dicho que iría a enseñarle el funcionamiento general, pero allí no había aparecido nadie y se las había tenido que ir ingeniando ella sola para descifrar la organización que seguía y ese tipo de cosas.

Aquella tarde, el pequeño grupo de estudio de los chicos de primaria acababa de salir y ella se quedó sola con su termo de café repasando algunas ideas que quería implementar para hacer un poco más atractiva la idea de la visita a la biblioteca. Pero cuando terminó su taza fue a revisar que los chicos hubieran dejado todos los libros consultados en su lugar.

- Vaya, tú no deberías estar ahí. -Dijo al libro que vio de pronto entre la estantería y la pared. Lo sacó de allí y lo puso en la mesa para ir a por un trapo y limpiarlo, al parecer tendría que meter una aspiradora detrás de las estanterías, porque el libro tenía bastante polvo.

Sin embargo, cuando volvió, además del libro, había un tipo que... ¿acababa de salir de ese libro?- Tú no estabas ahí. -Fue lo primero que le salió, aún preguntándose cómo había pasado eso. Tratando de conectar los puntos en su mente, pero sin hacerlo porque... no podía haber pasado lo que creía que había pasado, ¿verdad?

Deidre — Bibioteca — con Extraño

—¡Cuidado con la maza!— Gritó el hombre, saltando hacia un lado y viendo como sus compañeros hacían lo mismo. Aquel lugar parecía ser más violento de lo que había creído en un primer momento, cuando cogió la misión en el primer minuto no pensó que tendría que estar corriendo por su vida.

¡Estúpida pesadilla! Se suponía que había cogido un trabajo sencillo porque estaba vago y resultaba que era el más difícil de todos.

—¡AL AGUA CHICOS!— Todos saltaron al mismo tiempo dejando que el que los perseguía cayese de igual manera, la única diferencia era que la armadura pesada que llevaba lo hundió hacia el fondo. — Okay, tiempo de que vosotros dos corráis al castillo, tenéis que llegar antes de que la luz solar desaparezca. — Les insto, mientras salía del agua, habían acabado con casi todas las criaturas poseída, no deberían tener problema en volver a palacio y terminar aquella historia de la forma en la que pedía el autor.

Lo único que le quedaba a él era correr por el lugar, despistar a esas sombras y hacerlas desaparecer, en cuanto aquellos chicos tocaran el castillo el poder que había poseído al libro desaparecería y tan solo vivirían la historia que escribieron para ellos, él jamás habría existido y todos serían felices.

Sonrió en el momento en el que las armaduras se deshicieron a sus pies y miró hacia arriba, otra misión cumplida y solo había estado a punto de morir como siete veces.

—Bien, hora de volver a casa y quejarse de la dificultad. — Fantasy sonrió para si mismo, dejando que la luz habitual lo elevase, pero en el momento en el que tenía que ver a la cuidadora de las historia se encontró con algo muy diferente.

¿Dónde estaba Gerudia? No iba a decirlo en voz alta, pero de repente estaba extrañando a su vieja cascarrabias que lo único que quería era echarlo de la biblioteca a patadas.

—¿Y tú eres?— Preguntó, pensando rápido en alguna excusa, ¿por qué diablos había acabado en el mundo humano?

Fantasy — Bibioteca — con La humana

- Deidre Ravenwood, la bibliotecaria. -Respondió sin más, aún tratando de explicarse a sí misma de dónde había salido el tipo misterioso.

La puerta de entrada estaba precisamente por el sitio del que ell venía y era imposible que alguien hubiese entrado sin que lo viera. Las ventanas, si es que alguien pudiera decidir sin más entrar por ahí, llevaban cerradas tanto tiempo que la mayoría parecía estar bloqueadas. Solo había conseguido abrir una para ventilar por la mañana y la había cerrado hacía horas.
Entonces, si toda explicación lógica se cae por mera deducción, tendría que pasar a las explicaciones imposibles.
Y la primera y única que se le ocurría, aparte del teletransporte, era el libro que había encontrado y que ahora estaba abierto al lado de aquel hombre.

- ¿Quién eres tú? -Devolvió la pregunta.- ¿Y por dónde has entrado?

Deidre — Bibioteca — con Extraño

Estaba pensando rápido o se estaba diciendo a sí mismo que lo estaba haciendo, su cabeza estaba funcionando mucho más rápido de lo que lo había hecho dentro del libro y es que ese tipo de situaciones eran las que tenían que evitar.

¿Acaso le habían dado por muerto en su casa? ¡Si había terminado la misión antes del tiempo límite! ¿Y si había pasado algo grave? Por favor, que simplemente se hubiesen olvidado que tenía que salir de uno de los libros, no quería ponerse más histérico cuando ya tenía que lidiar con una humana.

—Soy Fantasy. — Respondió, aunque su nombre tan solo era uno que le habían dado en el trabajo para cuando tuviese que hablar con las criaturas dentro de los libros, dado que su especialidad parecían ser los libros de fantasía le habían entregado el nombre, antes de eso tan solo era un número en entrenamiento.

Se rascó la nuca ante la pregunta de la chica y una risa incomoda se escapó de sus labios como si nada, así que aquello era una biblioteca humana.

—Por la puerta mujer, ¿por dónde iba a entrar sino?— Su tono dejaba claro que algo no estaba bien, pero era lo que tenía. Cerró el libro por el que acababa de salir y le dio un par de golpecitos. — Pero bueno, ya me voy, que veo que tienes muchas cosas que hacer y no quiero interrumpirte. — Tenía que salir de allí como si fuese uno más, el problema venía con cómo podía volver a salir a su casa, no era como si los cazadores de pesadillas marcasen en un mapa cuál era su hogar exactamente.

Fantasy — Bibioteca — con La humana

Era muy difícil que pudiera evitar sentir cierta desconfianza por un hombre que acababa de aparecer ahí en la biblioteca sin que le viera y que, por alguna razón, le parecía que actuaba de forma, un poco extraña.
Igual que extraño era el nombre que tenía.- Fantasy. -Repitió algo intrigada.- No es un nombre muy común. -Por no hablar de que nunca había escuchado a nadie que se llamase así. Es verdad que había gente que le ponía a sus niños nombres de lo más curioso, pero parecía algo más moderno y aquel hombre no había nacido en los últimos tres años para poder entrar dentro de esa moda. Quizá fuera un seudónimo.

Su expresión fue de incredulidad cuando aseguró haber entrado por la puerta. Le costaba mucho creer que no le hubiera visto, o él a ella y saludado debidamente, ¿o es que no tenía modales? Además, tampoco es que su tono fuera muy convincente. Aún así, como dijo que iba a marcharse, pensó que lo comprobaría si sabía dónde estaba la puerta.- ¿No vas a consultar ni llevarte ningún libro? -Preguntó, porque le costaba pasar por alto aquello. Y también porque tenía mucha curiosidad con lo que había pasado.

Deidre — Bibioteca — con Extraño

¿Para un humano normal y corriente? Claramente no era un nombre común, pero si estaban hablando de alguien como él era lo único que conocía. Todos sus iguales tenían nombres parecidos, siempre ligados a que libros estaban destinados, Fantasy nunca había sido bueno arreglando novelas de terror, le entraba el pánico antes de tiempo y los fantasmas no era lo suyo, en contra parte Fear, seguramente no sabría cómo hablarles a sus caballeros en uno de los libros que él frecuentaba.

—Mi familia siempre ha sido imaginativa con los nombres, quería que no nos pareciésemos a nadie. — Dijo, como si le debiese explicaciones a una chica que acababa de conocer, pero estaba claro que no era así, tan solo estaba siendo más raro que de costumbre.

Se suponía que no debía dejar que nadie lo descubriese, al menos fuera de las historias, era un poco raro, no debería estar en esa biblioteca, tendría que haber salido por el mismo portal que entró y estaba improvisando tanto como podía.

—No, ya he consultado todo lo que necesitaba, así que simplemente me voy. — Estaba pensando en despistarla y ver si luego podía volver para entrar y salir por el mismo libro que acababa de salir, pero claro no podía usar su magia con ella.

Fantasy — Bibioteca — con La humana

Hizo un pequeño ruido de asentimiento al tiempo que movía la cabeza como señal de comprender lo que quería decir. Si querían ser originales, desde luego que lo habían conseguido con el nombre. Casi parecía que se referían a él como a una categoría de libros o películas. Como en esas historias en que los personajes toman nombre según sus cualidades destacadas... O donde se dividía a las personas en grupos por lo mismo. Aunque eso solía ser más propio de la Ciencia Ficción que de la Fantasía, pero como no tenía nada que ver, descartó esa línea de pensamiento.

- De acuerdo. Que tenga un buen día. -Deseó sin más a modo de despedida, acercándose lo justo para coger el libro de la mesa y terminar de limpiarlo para después buscar el código que indicaba su estante, mientras se acercaba a su mesa.
Curiosamente el libro parecía tener una catalogación más antigua, dado que era diferente a la que ella había empezado a reconocer. Así que se dispuso a buscar en el ordenador para intentar ver si había algún registro de ese tipo.

No se había fijado en el momento en que el hombre había salido, y eso que su instinto le decía que debía comprobar si de verdad sabía dónde estaba la puerta. Pero por extraño que hubiese sido aquel encuentro, era mejor seguir con sus tareas y terminar el trabajo hasta que llegase la hora del cierre.

Deidre — Bibioteca — con Extraño

Fantasy desapareció de la estancia tan rápido como le fue posible, pero una vez estuvo fuera de la biblioteca no supo como proceder. Saludó de manera incomoda a un par de personas que pasaban por ahí y sin darse cuenta se vio en la puerta de entrada del edificio mirando hacia fuera como si el mundo fuese demasiado grande para él. No esta acostumbrado a aquello, él vivía dentro de los libros, donde sabía que podía darle un buen final y volver a su casa a hacer sus cosas o coger otra misión tan rápido como volviese.

El mundo humano era cansado.

Sacó el localizador que tenía en el bolsillo, pero este no parecía funcionar, no tenía impresión de que nadie se hubiese dado cuenta de que había desaparecido o tal vez pensarán que estaba tomándose más tiempo del necesario en darle un buen final a aquel libro. Fuese como fuese tenía que pensar una mejor forma de volver, tal vez entrar en algún otro libro fuese la clave o al menos esa era su idea. Intentó volver a la biblioteca, pero se tuvo que detener para que la joven no le viese y lo que encontró fue que estaba cerrando la puerta con llave.

Genial.

Lo único que se le ocurrió fue seguir a la mujer, intentando guardar la distancia adecuada para que no pareciese un acosador, aunque seguramente si alguien los veía desde fuera se daría cuenta que era exactamente lo que parecía. Dejó que esta llegase a su casa y se coló por la ventana hacia su habitación, esperando que subiera y cuando entro levantó las manos con rapidez.

—No grites, por favor. — La petición más extraña en un momento como ese.  

Fantasy — Bibioteca — con La humana

Terminada su jornada, la morena dio una vuelta para asegurarse de que todo estuviera en orden, ventanas cerradas, luces apagadas... perfecto. Cogió sus cosas y puso la alarma, cerrando todo tras de si hasta el día siguiente.
Después, se colocó sus auriculares y dejó que la música empezara. Tenía esa costumbre para poder caminar tranquilamente, a veces se ponía nerviosa por ir sola por la calle, lo que era una tontería porque allí nunca pasaba nada extraño. Pero si le entraba la sensación de que alguien la seguía, bastaba con subir un poco el volumen y llamarse tonta mentalmente.

Cuando llegó a casa, dejó todo en el recibidor y subió las escaleras hasta su cuarto para cambiarse. Se quedó paralizada cuando se encontró de frente con el extraño tipo de la biblioteca pidiéndole que no gritara. El esfuerzo que hizo para mantener la calma fue sobrehumano, pero al final no gritó.- Te prometo que no llamaré a la policía si sales por donde has entrado. -Fue lo primero que salió de sus labios a bastante velocidad.- No me hagas nada, ¿vale? No sé lo que quieres, pero de verdad que no tengo nada que valga la pena robar.

Deidre — Bibioteca — con Extraño

Parecía que lo había conseguido, no estaba acostumbrado a tratar con humanos, bueno, al menos no de la clase que no tenían una historia pautada. Siempre que entraba en un libro conocía su historia, sabía que tenía una misión y debía reunir a los personajes correspondientes para que llegasen a ese punto. Normalmente hasta sabía quién era el traidor del equipo aunque no pudiese decirlo en voz alta.

Tratar con alguien de la vida real era mucho más difícil, no esperaban ayuda, ni siquiera sabían con quien hablaba y eso era lo mejor. Nadie querría saber quiénes eran y porque tenían ciertas misiones, su vida eran los libros y su pueblo seguía dedicándose a ello.

—No tengo intención de robarte, jope. —Respondió, casi de mal humor porque le hubiesen tomado como esa clase de persona. —Tengo una buena educación y no creo que tenga cara de mala persona. —Sí, se había metido en su casa, pero aunque no lo pareciera tenía una explicación simple, al menos para Fantasy.

Cruzó sus brazos y se apoyó contra la mesa que la chica parecía tener al lado de la ventana, tenía que empezar a explicarse con rapidez o terminarían tirándole algo a la cabeza.

—Necesito que me abras la biblioteca. — Resumió con toda la simpleza del mundo. — Tengo que ver si puedo contactar con los míos o llegar a casa a través del libro. — Para él se estaba explicando, para cualquier otro mortal corriente aquello serían palabra sin sentido.

Fantasy — Bibioteca — con La humana

Si no estuviera tan insegura con la situación que tenía entre manos, seguramente habría puesto los brazos en jarra enfadada con aquello. Es decir, ¿de verdad se estaba ofendiendo porque le tomara por un ladrón o algo peor cuando había aparecido dos veces en un mismo día en un sitio donde no debería estar?
Nada, cuando empezó a hablar de su educación a Deidre ya ni le asustaba el supuesto asaltante, o acosador o lo que quiera que fuera.- Y que se entra por la puerta o se llama al timbre, ¿te lo saltaste? -Preguntó algo cabreada.- Porque te digo que no es ni normal ni educado colarse en casa de nadie por la ventana.

Aquel tipo era demasiado raro y nada de lo que decía tenía sentido, pero encima es que tenía una tranquilidad al hablar de todo aquello que la dejaba pasmada. Se cuela en su casa y ahora le pedía que abriera la biblioteca para él, para poder contactar con los suyos o volver...- ¿Y un teléfono no sería más sencillo? -Podría dejarle llamar al psiquiátrico del que se hubiese escapado, sin problema alguno.- O coger un bus, o un taxi... yo qué sé. -Se encogió de hombros.- Espera, ¿has dicho a través del libro? -Se paró, porque no había procesado toda la información, a ver qué clase de locura era esa.

- Vale, Fantasy o como te llames, o te explicas bien o llamo a la policía, último aviso. -No parecía peligroso, pero no quería tener ningún lío.

Deidre — Bibioteca — con Extraño

No estaba acostumbrado a esas costumbres que los mortales tenían, para él las puertas se trataban de libros y se pasaba la vida saltando de una a otro y tomando trabajos. Esa era su función hasta que un día no pudiese solucionar el mal en alguno de los libros y se perdiese en este haciendo que otro ocupase su lugar. Temía que alguien pensará que había pasado por ello, aunque tendría que ver que la historia había seguido su curso de manera normal, así que deberían suponer que algo diferente había ocurrido.

—No es como si tuviese muchos recursos en este mundo. — Más bien no tenía ningún recurso aparte de intentar volver por el libro desde el que había salido y ver si la puerta se abría en la dirección correcta aquella vez.

Suspiró, sabiendo que las mentiras iban a dejar de funcionar o más bien que para él se había explicado bien.

—Vale, vale, pero los mundanos sois un poco resistentes a la fantasía, así que no sé si vas a creértelo. — Se rascó la cabeza nuevamente, un movimiento habitual cuando estaba nervioso. — Mi existencia vive dentro de los libros, asegurándose que estos infectados puedan seguir su curso y seguir intactos como el creador los escribió, estaba terminando un trabajo y en lugar de salir donde mis compañeros acabe en tu biblioteca. — Y necesitaba volver a ese libro.

Fantasy — Bibioteca — con La humana

Lo de este tipo no tenía ni pies ni cabeza. Encima de colarse en su casa y ofenderse porque pensara que era un ladón, un acosador o un loco peligroso, le estaba intentando decir que necesitaba un libro para volver a su casa. Cómo funcionaba, ni idea, pero que era una locura, lo era.

- Mundanos. -Repitió con una ceja alzada, ¿qué forma de llamar a la gente se suponía que era esa? Se terminó sentando en el borde de la cama, pero cerca de la puerta porque no se fiaba del todo, para demostrar que estaba dispuesta a escuchar lo que le fuera a contar aquel tío.
Lo que le contaba sí que parecía sacado de un libro, de uno que además podría haber leído ella si existiera, porque no le sonaba para nada ese universo del que él hablaba.- Veamos... tu universo, mundo, sociedad o "existencia" está en una especie de universo paralelo que protege las historias de los libros. Historias que son "infectadas" ¿cómo en una enfermedad o hay alguien que las ataca? -Preguntó, como si eso hiciera la gran diferencia.- Y tú y tu gente os dedicáis a restaurar esas historias. ¿Algo así? -Se iba planteando llamar al psiquiátrico para que alguien viniera a buscarlo, porque fijo que se había escapado de algún sitio.

- Y lo que quieres es que yo te acompañe de vuelta a la biblioteca porque ese libro que apareció detrás de la estantería es la única forma de regresar que conoces. -Y teniendo en cuenta que no había intentado pisotearle los libros de la estantería, suponía que por algún tipo de fijación enfermiza tenía que ser estrictamente ese.- ¿Por qué no me lo has dicho cuando estábamos allí? -Preguntó entrecerrando los ojos, es que lo de seguirla a casa y colarse por su ventana no es que le diera mucha credibilidad.

Deidre — Bibioteca — con Extraño

Fantasy se quedó un segundo en silencio, ladeando la cabeza para intentar explicarse lo mejor posible. Los mundanos siempre era difíciles de tratar, apenas creían en nada, si uno no se encontraba con alguno pequeño todo eran excusas o reproches para no creer palabras completamente ciertas.

—Digamos que es como un virus, afecta a la historia y quiere que lo que escribió el autor original se consuma, debemos asegurarnos de que estás historias queden intactas—. Era la filosofía de trabajo, aunque conocía rumores de compañeros que habían abandonado su puesto tras dejar que algunas historias se consumieran. Uno de sus amigos había desaparecido por ello, pero lo único que le dijo fue que algunas historias si merecían cambios, Fantasy por desgracia se ceñía demasiado a su trabajo como para creer que eso pudiese ocurrir.

Era un poco el resumen de lo que había dicho, cruzó los brazos delante de su pecho y asintió de manera enérgica, al menos ya no le estaban llamando acosador.

—Creía poder acceder a la biblioteca sin ayuda, normalmente nuestra existencia es confidencial, ni siquiera tiene sentido que no haya aparecido en casa—. Le preocupaba que algo hubiese pasado allí o que le hubiesen abandonado sin decir nada, no sabría existir solo en un lugar lleno de mundanos que no eran capaces de creer en la magia.

Fantasy — Bibioteca — con La humana

Un virus que cambiar el argumento de un libro. Así resumido sonaba aún más extraño. Bueno, pero es que nada de lo que decía parecía normal, a pesar de que lo expresaba con una convicción realmente creíble.

Se había cruzado de brazos esperando que le explicara por qué allanar su casa era más lógico que hablar con ella en la biblioteca para decirle que se iba a meter en un libro y ya. Apare de porque no se lo habría creído, porque según decía su existencia debía ser... confidencial. Claro, ya. Lo normal.
- Sabes que habría sonado la alarma si hubieras entrado sin llaves, ¿no? -Le recordó el detalle, aunque por lo que veía no es que las cosas normales o comunes fueran precisamente su fuerte. Igual no lo sabía. Igual en su fantasía mental se había olvidado de esos detalles.

- De acuerdo... -Se levantó de donde estaba sentada y le miró.- Te llevo a la biblioteca, te dejo entrar y coger ese libro misterioso. PERO... si no funciona, llamo a emergencias. -Ya que no parecía un loco sino alguien que estaba dispuesto a razonar, un trato le parecía la mejor forma de tener esa salida a mano.- Es una condición indispensable. Si no la aceptas, no hay trato. -Y podría llamar a la policía en aquel momento porque un señor loco se había colado por su ventana.

Deidre — Bibioteca — con Extraño

Las alarmas no eran de su preocupación, no sería la primera vez que ponía el pie donde no debía y tenía que esconderse o salir corriendo. Era parte del trabajo, sobre todo cuando tenías que devolver las páginas de un libro a como era originalmente. Se consideraba bueno en lo que hacía y sobre todo en escapar de los peligros, así que un par de alarmas no estaban dentro de su radar a la hora de haber intentando volver a la biblioteca y darse cuenta que no podía entrar de ninguna de las maneras.

—Si eso hubiese ocurrido, habría salido de allí antes de que me pillarán—tenía confianza en que el libro le hubiese llamado antes de ser demasiado tarde. Al final, los suyos no podían haberle dejado allí porque si, tenía que haber habido algún error y en estos momentos estarían intentando arreglarlo, para ello él necesitaba estar en el lugar de los hechos, no en la casa de la chica intentando explicar algo que nunca comprendería.

Fantasy quiso poner los ojos en blanco, pero tan solo tomó una bocanada de aire para asentir ligeramente, si era eso lo que la dejaba más tranquila no sería él la persona que le diría que no, de eso estaba bastante seguro.

—Y si tengo razón, te asegurarás de no contárselo a nadie, podría ser contraproducente para ti que te tomaran como una chiflada—era una venganza personal decir eso, cuando a él lo estaba tratando como tal, pero era suficiente.

Cuanto antes llegasen a la biblioteca mejor para Fantasy, así que aguardó a que la chica se pusiera en marcha y ambos avanzaron por las calles un tanto desiertas, pero bien iluminadas. El agobio del hombre se podía ver y cuando abrió las puertas respiró algo más tranquilo. Se dirigió directamente al libro, pero al abrirlo nada ocurría, paso las páginas una y otra vez, hablando como si fuese una fuente de comunicación, pero nada.

—¿Por qué? Pensaba que me estarían buscando —en ese instante tan solo hablaba para si mismo—. No entiendo nada, es que…— Y para cuando pensaba que nada podía ser peor otro de los libros cayó de una estantería, el brillo anti natural se lo gritó, pero no pudo apartarse ni a la mujer.

Una aventura sin conocimiento les acababa de tragar.

Fantasy — Bibioteca — con La humana

El tipo tenía razón en que si le contaba aquello a cualquiera la iba a tomar por loca. Pero como estaba muy segura de que todo era producto de la fantasía propia de un demente al que prefería no contrariar, había terminado accediendo y llevándole a la biblioteca.
Conforme le veía frustrarse con el libro misterioso, empezaba a apretar más su móvil, decidiendo cuál era el mejor instante para pedir ayuda.

Pero entonces un libro se cayó de uno de los estantes y antes de que pudiera moverse para cogerlo una luz brillante lo envolvía todo, cegándola por completo hasta que empezó a sentir que caía. La sensación en el estómago fue confirmada cuando abrió los ojos y vio que estaba en el aire. Gritó y se temió lo peor, pero el aterrizaje fue mucho más suave de lo que se había imaginado.

Cuando por fin pudo ponerse en pie y mirar alrededor, no reconocía nada de lo que veía. ¿Qué demonios había pasado?
O se estaba volviendo loca o... no, no podía ser por eso. ¿Verdad?

Solo había una forma de averiguarlo.- ¿Hola? -Gritó a su alrededor, intentando buscar al hombre.- ¿Señor? -Le había dado un nombre.- ¿Esto... Fantasy? -Por favor, aparece, no quiero pensar que me he vuelto loca yo sola.

Deidre — Bibioteca — con Extraño

La sensación de ser absorbido siempre era curiosa, Fantasy era de los pocos que disfrutaba de ese pequeño instante. Todos los libros en los que entraban eran pequeños mundos, por mucho que para sus compañeros fuese un simple trabajo, él sabía que había vida en cada libro que tocaba. Aquellos que vivían en sus páginas no tenían forma de entender que el mundo que se construía a su alrededor era producto de alguien más y de alguna manera, la teoría de que los mismos mundos se generaban a través de alguien externo siempre le había gustado. No era el autor quien los hacía vivir, sino el mundo que elegía a alguien para cobrar vida.

Siempre le había agradado, al menos hasta ese segundo. Cuando entraba en un libro, en una historia, sabía exactamente a que se estaba enfrentado. Conocía a los personajes, se documentaba de la historia y de esa manera podía focalizar el problema y dejarlo atrás, haciendo que la historia fluyese como se merecía. En ese momento, no había forma de hacerlo, ni siquiera había podido ver el título de aquel libro cuando los había atraído a su interior.

Cayó con gracia, viendo el paisaje a su alrededor y apretando los labios. Un lago cristalino devolvía su reflejo, el sol brillaba en lo alto y una suave brisa mecía los árboles de alrededor, verdes. Era una imagen hermosa, sacada de la mejor pintura, un día de verano como ninguno, y sin embargo un paisaje que podría verse en muchos lugares.

La voz de la dama hizo que frunciese el entre cejo, sabía que le había dicho su nombre, pero su mente dispersa no estaba prestando información a ese detalle. Lo que necesitaba era saber en que libro estaban.

—Estoy aquí— avisó, dando un par de pasos para que el árbol que tapaba la visión entre ambos ya no estuviese—. ¿Se ha hecho daño señorita?— Preguntó, a pesar de que sus ojos seguían moviéndose de un lado a otro, esperando ver o escuchar algo que le pudiese dar una pista.

Estaba preocupado, no solo no había salido en el libro equivocado, sino que al intentar volver había acabado en otra historia, con un mundano que no debería estar ahí. Si aquel libro no se terminaba correctamente, ya podía dar todo lo que era por extinguido. Lo volverían ceniza en algún universo lejano.

Fantasy — En un libro desconocido — con bibliotecaria

Se giró hacia el sonido de la voz y el árbol del que provenía, respirando con tranquilidad cuando le vio aparecer detrás. Porque teniendo en cuenta cómo había ido avanzando todo podía preocuparse de que se hubiera transformado en árbol, ¿verdad? No era tan descabellado.

- No, ha sido peor el susto. -Respondió a su pregunta, sacudiéndose la parte de atrás de la ropa, porque ella había caído de culo al suelo, así que lo más seguro es que estuviera algo sucia y polvorienta.

El tipo miraba a todas partes y ella intentó hacerlo. Era un paisaje precioso, con un lago, árboles... plena naturaleza. Apenas quedaban ya paisajes así fuera de los libros. Pero ahí estaba la cuestión...- ¿Estamos en un libro? -Se atrevió a preguntar. Después de darse un culetazo no parecía que estuviese soñando y recordaba la luz y el libro que se había caído.- ¿Qué... qué hacemos ahora? -Intentaba no entrar en pánico, pero lo cierto es que estaba un poco asustada.

Deidre — Bibioteca — con Extraño

Al menos la mujer estaba bien, era un punto a favor, pero aquello era malo. Estar en un libro sin ningún tipo de conocimiento era una situación que nunca se había dado. Fantasy era un hombre preparado, todos en su mundo lo eran. Siempre hubo normas, no importaban sus necesidades o lo que creyesen correcto, tenían una misión y unos pasos a completar. Siempre les darían un guion y les avisarían del libro que necesitaban explorar para acceder a su base de datos. Entrar en uno sin tener ni idea significaba no saber hacia que lado dirigir la historia.

Podrían acabar con una historia para siempre, en lugar de arreglarla.

—Estamos en un libro, pero no sé en cual— hizo un par de gestos en el aire, que se iluminaron por un momento, pero ninguna información salió de ella. Sin conocimiento no podía entrar en la base de datos.

Empezó a dar vueltas en círculos, sin darse cuenta que estaba girando alrededor de la chica. No recordaba el protocolo de emergencia, al menos no el de cuando uno entraba en un libro sin conocimiento. No debería ser posible, hasta donde él sabía eran los suyos los que hacían que los libros se activaran, no al contrario.

—Vale, vale, vale— repetía de manera constante, intentando no agobiarse, pero llegando al punto en el que parecía más estresado que nada—. Deberíamos intentar cruzarnos con alguien, si sacamos información de donde nos hallamos, tal vez, podamos recordar la lista de libros—estaba estresado, no sabía como utilizar sus poderes en ese instante.  

Fantasy — En un libro desconocido — con bibliotecaria

Vale, pues estaba en un libro.
Perfecto. Lo normal que puede hacer una entre semana.
Por supuesto que había quien decía que se veía consumido por un buen libro mientras leía, pero aquello era demasiado literal ya.
Además, la tranquilidad con la que lo decía la apabullaba.

Mientras ella seguía buscando un sentido que no tenía a toda aquella situación, el tal Fantasy había empezado a dar vueltas a su alrededor mientras murmuraba. Casi estaba a punto de comentar que empezaba a ponerla nerviosa cuando se detuvo.

Al parecer era importante descubrir el libro en el que se habían colado para poder salir. Bien, ya puestos a aceptar que estaba pasando podía seguir las reglas, ¿no?
- Si recordásemos el estante del que se cayó el libro también sería más fácil acotar la búsqueda. -Propuso, intentando colaborar, porque tenía ganas de volver a su vida normal y aburrida o despertarse de aquel sueño extraño, lo que fuera que pasara.- Pero vale, busquemos un camino... los caminos llevan a la civilización. -Recordó, era una de esas tonterías de supervivencia que uno no se cree que le vayan a hacer falta nunca.- Una posición elevada podría darnos mejor orientación, ¿verdad?

Deidre — Bibioteca — con Extraño

Estaba demasiado centrado para darse cuenta de donde se había caído el libro en su momento, sabía que había un carro con unos cuantos libros para devolver a sus estanterías y eso acotaría mucho la búsqueda, pero tampoco podía estar del todo seguro. En un principio estaba centrado en el libro por el cual había acabado en esa biblioteca, todavía se sentía ligeramente traicionado, ni que hubiesen querido dejarlo dentro de aquel estúpido libro.

—Cayó de mi derecha cuando estaba mirando el otro libro, sé que tenías como un carrito con libros, tal vez tengamos suerte y sea de esos, ¿te acuerdas de cuales tenías que devolver a los estantes? — Fantasy no comprendía que los humanos tenían una memoria mucho más corta que la suya, pero tal vez la joven le sorprendiera para bien.

Emprendió el camino, saliendo del lago en el que estaba para subir una pequeña colina verde, aquel lugar parecía sacado de cualquiera parte de Irlanda para ser honestos. Al llegar a la cima el viento los golpeo con fuerza y más abajo en un valle parecía haber una pequeña ciudad.

—¿Alguna idea? — Preguntó, aunque pareciese que había hecho la pregunta en general estaba hablando consigo mismo, todavía no se acostumbraba a tener compañía.

Fantasy — En un libro desconocido — con bibliotecaria

Que se cayese del carrito podría hacerlo más sencillo y al mismo tiempo no. Porque los estantes al menos estaban ordenados, pero en el carro había bastante variedad. Libros de consulta, de lectura, incluso revistas... aunque bueno, eso último igual sí lo podían descartar.

- Puedo recordar algunos, pero lo cierto es que muchas veces los visitantes dejan en el carrito los libros que consultan o les interesan antes de escoger. -Que sí, podrían devolverlos al estante del que los sacaban, pero no solía ocurrir.

Mientras ascendían, se le ocurrió que quizá podría consultar el registro de la biblioteca desde el móvil, pero claro, en el universo dentro del libro era mucho pedir que llegase aunque fuera una rayita de wifi.
Resopló y continuó hasta llegar a la cima de la colina.

El paisaje era de esos que quitaban el aliento, que protagonizaban las postales o los cuadros de paisajes famosos. Precioso, sin duda. Observó los detalles, tratando de distinguir algo en concreto, pero lo cierto es que no había nada realmente especial con lo que poder responder a la pregunta sin notar que no se la hacía a ella.- No, lo siento. Como mucho podría decir que podría tratarse de algo de fantasía o de las antiguas leyendas, que en ocasiones se mezclan, claro. Los chicos del instituto estaban haciendo un trabajo sobre ese tipo de literatura y me temo que había varios ejemplares para guardar. -Cosa que no les ayudaba demasiado porque era casi imposible discernir con lo que tenían en cuál se encontraban en concreto.- Allí hay una ciudad. -Señaló entonces.- Podríamos preguntar y ver de qué lugar se trata al menos, ¿no te parece?

Deidre — Bibioteca — con Extraño

Mundanos.

Fue lo único que pudo pensar Fantasy al escuchar las palabras de su compañera. Si fuesen un poco más organizados seguramente tendrían una mejor idea de donde estaban, pero no, los mundanos tenían que tomar libros de todas partes y no querer devolverlos a su lugar. Si a él se lo ocurría tomar un libro de su biblioteca y no dejarlo nuevamente en su lugar, lo más seguro es que la bibliotecaria terminase desterrándolo al vacío. Había que tener mucho cuidado con los libros, sus historias eran sagradas, pero claro, no podía esperar el mismo amor por aquellos mundanos.

—Es una pena que no sean tan organizados— respondió, sin intentar ser particularmente borde con ella, simplemente es que su trato con mundanos era bastante limitado, así que en parte se estaba adaptando.

La voz de la mujer le sorprendió, se movió para observarla y al menos escuchar que tenía una ligera idea cerraba el círculo. No podían estar seguros de si era verdad o no, pero al menos podían centrarse en algún género.

—Si, podríamos acercarnos, si al menos hubiese un par de personas por aquí para poder ver sus ropas— no quería que destacasen, pero tan pronto como abrió la boca pudo ver dos figuras en el borde del lago, tomándose las manos y mirando a su alrededor con cierta preocupación—. Han aparecido en el mejor momento—comentó, aplaudiendo un par de veces para que ambos viesen como sus ropas cambiaban a algo parecido a lo que llevaban los dos muchachos.

Se volteó, queriendo empezar a bajar por la colina para dirigirse al pueblo, por el momento su cabeza no registraba que esas dos personas podían ser importantes para la trama.

Fantasy — En un libro desconocido — con bibliotecaria