La reunión con las chicas había sido suficiente para que se fuesen organizando para hablar con las personas correspondientes. En parte le daba miedo que algunos no creyesen lo que estaban diciendo, pero siendo personas de confianza esperaba que al menos hubiese cierto margen a que se sumaran a la misma lucha que ellos. No estaban buscando una guerra, tan solo una forma de anticiparse, de evitar que alguien más pudiese sufrir lo que había sufrido Dante.

A pesar de todo, las clases no cesaban y aunque no supiesen si volvería a haber temporada de quidditch, parecía que si le habían dejado hacerle las pruebas al chico nuevo. No quería comentar su charla con Thomas porque como de costumbre un puro le había demostrado que lo único que había en su cabeza era serrín e ideas infundadas sin sentido. Fueras a donde fuera, el purismo parecía ser el mismo en todos lados.

Lo más importante era estar al día en todo, aunque eso también significase tener que perder algunas horas de sueño, seguramente Ella le volvería a echar la bronca por no descansar como debería. Sin embargo los trabajos no se hacían solo y si algo no podía permitirse Gideon era quedarse atrás, de sus notas dependía su futuro y había tenido muy claro en la dirección que se dirigía.

Su mirada se alzó del libro al sentir que alguien se sentaba frente a él en la mesa del gran comedor, de todas las personas que esperaba tenía que decir que no esperaba a Eros, ni mucho menos.

—Buenas tardes. — Saludó, dejando el libro a un lado, tal vez asumiento demasiado rápido que quería hablar con él.
 

27/11 + Gran Comedor

Aquellos últimos días habían sido... Extraños. Por supuesto, Eros había estado en el campo de Quidditch el día en el que sucedieron los fatídicos hechos. No le tocaba jugar, pero siempre le gustaba ir a evaluar los puntos débiles de sus enemigos. El león verdaderamente creía que la observación era tan importante como el propio entrenamiento. Sin embargo, claro estaba, al final aquel partido había pasado a la memoria por muchas cosas excepto la victoria de los Ravenclaw.

Sabiendo que tal vez estaba siendo un poco insensible, decidió que no podía dejar pasar la oportunidad de felicitar a su amigo. Que sí, que el partido había acabado de la peor manera posible. Pero las águilas se lo habían currado lo suficiente como para ganar a las serpientes, y lo mínimo que merecían era un poco de reconocimiento. Además, todo el mundo se pasaba la vida cuchicheando por lo bajo sobre la frase infame del césped, incluso los que fingían que no les importaba una mierda. Ya era hora de cambiar un poco de tema.

Por eso, aquella tarde, cuando vio a Gideon sentado en una mesa, no perdió la oportunidad de ir y plantar el culo en el banco de enfrente —. Eh, pajarito —. Comentó, para llamar su atención —. Enhorabuena por el partido —. Su sonrisa se borró lentamente al ver la cara del otro. No solo parecía cansado sino... ¿Triste? ¿Enfadado...? ¿Algo así? No sabía qué era exactamente, pero no le daba buena espina —. Esto... ¿Va todo bien? —. Preguntó, con un poco de vergüenza. Estaba claro que su relación se había enfriado con los años, pero Eros todavía le guardaba cariño al chico que tenía enfrente. Sin embargo, no estaba seguro de que su relación tuviera permiso para pasar la línea del ey, qué tal o ¡buena parada!

27/11 + Eros + Gideon

La manera en la que empezó esa conversación le hizo gracia y no pudo evitar soltar una risa, no demasiado alta para no molestar a los cercanos, pero si suficiente como para que Eros se diese cuenta que no se lo esperaba.

—¿Pajarito?— Preguntó, porque se estaba equivocando de persona en toda regla. — ¿Estabas buscando a Nicholas y no me he enterado?— No es que estuviese en el mejor momento con Nick, era algo que ambos sabían, eso no quitaba que el nombre de pajarito persiguiera a Nicholas por el colegio por culpa de Anelise, si la primera vez que se lo llamo el chico no se hubiese enfadado como lo hizo seguramente no habría tenido ese nombre persiguiéndole por todo Hogwarts.

No era la primera persona que le felicitaba por el partido, pero al menos parecía el primero que se acercaba por felicitarlo realmente por el partido.

—Gracias, el inicio fue un poco difícil, pero luego levantamos algo de cabeza, suerte tener a una buena buscadora. — Era un poco triste, pero en la mayoría de partidos de Hogwarts la snitch decidía el partido, era difícil que el rol del buscador no tuviese importancia en un partido.

El final ya era otra historia y todo lo que conllevo el mismo, como se habían puesto en marcha y sobre toda la sensación de saber que en cualquier segundo podría pasar algo peor.

—Sí, estoy algo cansado por todo, desde lo de Dante ha sido un poco difícil sentirse tranquilos en Hogwarts, pero bueno. — Estaba buscando esa normalidad, hacer que al menos ellos pudiesen hacer algo al respecto. —¿Tú qué tal? Hacía tiempo que no hablábamos. — Al final no todas las relaciones se mantenían y Gideon sabía que no era del agrado de mucha gente.
 

27/11 + Gran Comedor

La mención a Nick le hizo reír levemente, mientras todavía se acomodaba en el banco que enfrentaba a Gideon —. ¿Acaso no sois todos los Ravenclaw unos pajaritos? —. Comentó sin más, apoyando los codos sobre la mesa. La expresión del otro joven le dejó preocupado, pero tampoco quería forzar una conversación incómoda entre ellos.

— Vamos, no te restes importancia —. Añadió, haciendo un gesto con la mano. Él mejor que nadie sabía la importancia que tenía el buscador, pero el juego no era divertido sin el resto de contendientes —. Yo creo que lo hicisteis bien, y eso que ganar a Slytherin no es ninguna broma —. Tras aquellas palabras, sin embargo, su sonrisa se ensombreció.

Por supuesto, era inevitable mantener cualquier tipo de conversación sin que el tema saliera a la luz. Eros suspiró ligeramente, apartando la mirada un momento antes de volver a fijarse en su interlocutor. Así que aquella cara larga tenía que ver con lo que había pasado aquel día —. Fue un shock para todos —. Dijo simplemente.

Francamente, él no se sentía inseguro en Hogwarts. Era un sangre limpia, después de todo. Sabía perfectamente que no era el objetivo de quien fuera que hubiese atacado a Dante. Sin embargo, no quiso tener la insensibilidad de decírselo tan fríamente a Gideon. No al menos después de saber que a él el asunto le preocupaba tanto. No entendía muy bien por qué, teniendo en cuenta que se hallaban más o menos en la misma situación, pero lo dejó pasar.

— Bien, bueno. La verdad es que he intentado no pensar mucho en el tema —. Reconoció, aunque luego se sintió ligeramente mal y añadió —. O sea, sé que fue grave pero... Si seguimos dándole vueltas a lo mejor somos nosotros mismos los que alimentamos la psicosis. Y... No ha vuelto a haber ningún percance en el colegio. Tal vez lo de la hierba fue solo una broma de mal gusto, algún idiota queriendo sembrar el pánico.

27/11 + Eros + Gideon

—Podría decirse así, pero ya sabes Nick lleva portando ese mote desde que estamos en primero y todavía no lo ha superado—. Seguramente Anelise no lo había dicho a malas la primera vez que habló con Nicholas, pero era algo que había terminado portando y que no le hacía demasiada gracia. Gideon era bastante tranquilo con esos temas, si escuchaba un nombre que no le gustaba lo ignoraba y cuando se daban cuenta que no había forma en la que le molestará simplemente lo dejaban marchar.

Gideon se encogió de hombros como si nada, sabía que su equipo hacia un buen trabajo y todos tenían bastante buena sinergia con la situación, así que no había razón para sentirse mal por el juego. — No considero que estén en su mejor momento, tal vez es que su capitán crea que es mejor de lo que es—. Nunca tendría problema en poner sus ideas en voz alta, sin embargo era más listo que Cepheus y sabía utilizar las palabras correctamente sin necesidad de amenazar por cada dos palabras que salían de sus labios.

Bajó la mirada a sus propios apuntes, sonriendo suavemente mientras Eros hablaba. No culparía a aquellos que no se sentían amenazados por la situación. Claro que las personas que estaban en el punto de mira no debían sentirse de la misma manera.

—Lo que ocurrió en el partido de quidditch fue una amenaza en toda regla, podemos simplemente fingir que fue una broma de mal gusto y esperar a que alguien más salga herido o intentar que no ocurra nuevamente—. Era tan sencillo como eso, Gideon no era de las personas capaces de quedarse quietas, nunca lo había sido. — Cada uno decide cómo se mueve, y nadie es mejor o peor por las decisiones que tome, sin embargo sé bien lo que le paso a mi mejor amigo y no estoy dispuesto a permitir que vuelva a ocurrir—. Independientemente de quien fuese el siguiente objetivo.
 

27/11 + Gran Comedor

Eros dibujó una pequeña sonrisa de autosuficiencia cuando mencionó que el capitán de Slytherin tal vez estaba demasiado ensimismado como para ganar el partido. Conocía a Cepheus lo justo y necesario... Lo justo y necesario para saber que era un payaso, en concreto. Alguna que otra vez había coincidido con él en las fastuosas reuniones sociales, pero había tenido la suerte de no relacionarse excesivamente con una persona así. El resto venía simplemente dado por sus encontronazos ante los aros del campo y los quebraderos de cabeza que le había generado. Pero nada más.

El joven estuvo a punto de hacer algún comentario lleno de desdén contra la serpiente, pero la repentina seriedad que adquirió Gideon le hizo prensar los labios y bajar la mirada. Vaya, parecía ser que todo el mundo tenía muy claro su bando. Todo el mundo menos él, al parecer. ¿Por qué era tan difícil dejarlo estar? No había vuelto a pasar nada, y seguramente nadie se atrevería a dar la cara nuevamente contra los impuros. Las familias de sangre limpia tenían la mala costumbre de alardear mucho pero no hacer nada. Quebrar su impoluta imagen con un paso en falso no parecía buena idea, ni siquiera ante el clima de crispación que en los últimos tiempos se estaba generando.

Pero a él, lo que más le preocupaba, era el hecho de que su amigo se estuviera poniendo en peligro sin ninguna necesidad. Eros también tenía cariño a algunas personas tachadas de impuras, y no por eso iba pintando una diana en su maldita frente. Al menos, no antes de tiempo y sin ninguna necesidad —. Lo sé —. Dijo al fin, irguiéndose un poco sobre el asiento para tomar una pose bastante menos distendida —. Gideon... —. Susurró al fin. Dar siempre su más sincera opinión era una de sus mejores virtudes pero también su peor defecto. Estaba seguro de que el Ravenclaw no tenía el más mínimo interés sobre lo que ahora mismo pasaba por su cabeza —. Estás metiendo el morro en asuntos que no son de tu más mínima incumbencia... ¿Verdad? —. Cuestionó, con un tono suave pero derrotado.

27/11 + Eros + Gideon

La pregunta de Eros hizo que Gideon alzase la mirada, sus ojos azules se quedaron sobre el Gryffindor. Todo lo que hubo entre ellos durante unos segundos fue un solido silencio, ningún movimiento en falso que se pudiera mal interpretar. Siempre había sabido como comportarse, a pesar de sus inclinaciones y mentalidad, su educación había estado ahí. Aunque le molestará tenía la misma habilidad que su padre para hacerse notar y saber exactamente como hablar con los demás.

— ¿Y quién decide que es de mi incumbencia, Eros? — Preguntó con ese tinte de seriedad en su voz, enlazando las manos sobre la mesa, todavía con la mirada fija sobre el Gryffindor. No tenía intención de apartarla en ese momento, no estaba huyendo de la conversación, ni mucho menos ocultando sus intenciones. Cualquiera que hubiese visto a Gideon sabía que había estado hablando con más de un alumno sobre el incidente de Halloween.

Lo que pasaba en aquel castillo no podía esconderse debajo de una alfombra, por mucha magia que tuviesen las evidencias no iban a desaparecer de un momento para otro. El ataque contra Dante fue totalmente consciente y premeditado. No fue un arrebato, ni personas de fuera jugando a ver a quien encontraban en la casa del terror. El mensaje en el césped después del partido tan solo confirmaba lo que Gideon ya había supuesto, su mismo hermano había intentado disuadirlo de continuar investigando y eso solo le dejaba claro que tenía razón.

—Si no quedarme de brazos cruzados esperando que haya otra desgracia en el colegio significa meterme donde no me llaman, déjame decirte que no será la última vez que lo haga— completó. No sería la primera vez que Gideon se ponía en medio, siempre tuvo esa manía, por esa misma razón todas sus notas estaban apuntando a entrar en la academia de aurores. Sin importar lo que ocurriese, tenía muy claro su camino, y no iba a dar un paso hacia atrás.

Si los demás eran capaces de ignorar el problema, significaba que sin darse cuenta eran parte del problema. No todo el mundo tenía igualdad, y que un ataque semejante fuese tomado como algo a lo que no prestarle atención era una falta de respeto para aquellos que sufrían mini agresiones todos los días.  
 

27/11 + Gran Comedor