Las pruebas para el Equipo de Quidditch habían tenido lugar hacía una semana. Alekséi había visto fácil su entrada y el ganarse el puesto como cazador que merecía. Era la posición en que siempre había jugado y su talento sobre la escoba era evidente, además de su pasión por el deporte en cuestión. Por lo que había visto, el equipo de su Casa era bastante bueno y podría intentar hacerse un hueco al menos entre sus jugadores, por poco que le gustara socializar hacía la excepción cuando se trataba de algo que le gustaba tanto como aquello.

Tenían dos semanas para entrenar antes de que comenzaran los partidos entre las Casas, dos semanas en las que pensaba plantarse entre los titulares del equipo sin importar que hubiera sido el último en llegar.
Pasó por los vestuarios para ponerse las protecciones y el equipo necesario. Nuevo a estrenar y de la mejor calidad, al menos su padre le permitía gastarse lo que quisiera en aquel "pasatiempo", como él lo llamaba, si con ello conseguía destacar su posición superior sobre los demás.

Jugarían el equipo de Slytherin contra el de los suplentes, a él le habían pasado al primer equipo de momento, pero no querían que se confiara todavía. Conocía esa táctica y no iba a dejar que le achantasen. Se reunió junto a los otros cazadores para tomar posición antes de despegar los pies del suelo.

Lo era. Lex le miró de reojo mientras le contaba, con escuetas palabras y ese acento ruso, que el juego en su anterior escuela era bastante diferente al juego de Howarts.
Y se dibujó una muy ligera sonrisa ladina en su rostro, porque aquello que le había dicho era lo más parecido a un cumplido que le había dicho nadie, al menos que no fuera Marcus. No, ni si quiera Marcus...
Claro que tal vez que te dijeran que encajabas en un sistema de juego sucio no era un halago del todo... Pero se trataba de Lex, a fin de cuentas.

Escuchó con atención aquello. En Durmstrang se centraban en ganar costara lo que costara... No era que admirara eso, en realidad sus motivaciones iban más allá de eso, le gustaban los golpes... Pero de ser tan evidente probablemente sus padres no le dejarían seguir jugando. Su madre tal vez pero... Su padre solía pedirle cada verano que dejara el equipo. Debía temer que una lesión le volviera más tonto.

Lex agachó la cabeza para mirar el mango de su escoba cuando el ruso comentó que no era lo mismo porque allí conocía a todos sus compañeros desde que había entrado en la escuela... bueno... ¿No era lo mismo? Debía creerle porque para él eso no tenía mucho sentido. Ni se sentía cercano a sus compañeros ni jugaba en equipo, porque eran Slytherins pero seguro que si formara parte de otra casa no le dejarían estar en el equipo solo por ser... Eso. No formar parte del equipo.

Volvió a mirarle cuando dijo que lo que importaba era jugar y no con quién. De modo que era un apasionado del quidditch. Tampoco había que ser un genio para darse cuenta, simplemente... A Lex le costaba apasionarse por las cosas y cuando veía a alguien que si sentía una mezcla de rechazo y curiosidad a partes iguales.

—Aliados.—Repitió con una media sonrisa y asintió, casi divertido. Había tenido que venir un chico de Dursmstrang para tener un aliado en el equipo. Era cuanto menos curioso.

—Va a ser toda una novedad no... jugar solo.—Comentó con una ligera sonrisa. Si, no había estado mal. Vale, había estado bastante bien. Una... adrenalina distinta, de algún modo, aunque hubieran acabado perdiendo el tiempo, el juego... Fue más intenso. Ahora se moría por probar en un partido de verdad...

Sí, aliados era el término perfecto. No tenían que ser amigos fuera del campo de quidditch, aunque algo le decía que se podían llevar bien, pero no había ido a Hogwarts a hacer amigos, sino a acercarse a las personas que su padre consideraba de interés. Y no sabía si Lex podría ser de esa categoría, aunque estando en Slytherin, era posible.

De todos modos, parecía que el chico tampoco había encontrado a nadie afín en aquellos años que llevara jugando en el equipo, pero era lo de menos, ahora podía mejorar la situación de ambos.- En ese caso, quizá podamos entrenar juntos. -Propuso, pensando que les vendría bien encontrar cómo complementarse en el campo.- Lo ideal sería que el tercer cazador también siguiera nuestro modo de juego, pero iremos poco a poco con él. -Sobre todo porque de momento no sabían quién sería el elegido para jugar.

El reloj del castillo sonó para anunciar la hora y Alekséi chascó la lengua.- Tengo clase de Transformaciones en media hora, será mejor que vayamos a las duchas y volvamos. -Una pena, porque le gustaba hablar de quidditch, sobretodo con alguien que entendía su modo de jugar.

Lex miró a Aleksei sin ocultar su sorpresa, claro que de todos modos su rostro seguía siendo bastante inexpresivo, pero el simple hecho de que hubiera girado su cabeza para dirigir su mirada al ruso ya decía mucho.
¿Acababa de decir que podían entrenar juntos? Porque eso sonaba bien...
Podrían tener otro tipo de entrenamiento, si estaba acostumbrado a un tipo de juego de Durmstrang, mucho más... rudo, por decirlo de algún modo, seguro que sabía ejercicios que le resultaran más... Estimulantes que los que solían practicar...
Y aquello sonaba prometedor.

Asintió, si, le apetecía, podría estar bien, después de todo, en Howarts solo practicaban las estrategias de Howarts, aunque distintas según la filosofía de cada casa, siempre estaban marcadas por una línea que resultaba bastante aburrida cuando era tu sexto año en el equipo.
Aunque dependían de un tercer cazador...
Lex echó un vistazo al resto de miembros del equipo. ¿Sería triste decir que no sabría decir cuál de ellos era cazador? ¿O a cuál prefería? ¿Eran todos chicos nuevos?

Vale, le sonaban sus caras como para decir que no, pero acordarse de en qué posición jugaban era ya... Demasiado. En cualquier caso, dudaba que alguno pudiera seguirles el ritmo... Pero dentro de lo malo, los Slytherins eran bastante sucios, quizá alguno era salvable...

Con esa idea y un sorprendente buen humor, Lex asintió. Él también tenía que ir a clase, y había sudado más de lo habitual, le gustaba que la gente le dejara tranquilo y no se le acercara demasiado pero no quería que fuera por oler mal.

—Espero nos digan pronto nuestras posiciones... Un año me pusieron de Bludger y fue una mierda.— Dar bolazos a la gente no era divertido. Lo que le gustaba el cuerpo a cuerpo, pero los magos eran unos maricas cuando se trataba de eso.