Se frotó la cara con las manos con tanta desesperación que se echó los párpados, los mofletes y los labios hacia abajo como si se derritiera, poniendo los ojos en blanco. De verdad, qué difícil era hacerles entender las cosas a esos viejos cascarrabias. Le estoy dicien- ¡¡¡OS!!! Le corrigió el caballero. Marcus hizo una mueca, contando hasta mil trescientos mientras echaba aire por la nariz. Os. Corrigió para que así se quedara contento. Os estoy diciendo, Sir Garrett, que debéis andaros con más cuidado a la hora de... ¡¡¡PARDIEZ!!! HABRASE VISTO TAMAÑA INFAMIA. De verdad que no puedo con esto... Estaba ya desesperado.

Él solía llevarse bien con los cuadros, pero había cuadros... Y cuadros. Y Sir Garret tenía varios retratos por Hogwarts pero le había tomado especial predilección a ubicarse en aquel que se encontraba en el pasillo más transitado del castillo, solo para ponerse a gritar como un descerebrado. No entendía por qué los profesores no lo habían cogido ya y cambiado de sitio, o guardado en un baúl polvoriento, que es donde debería estar.

A ver cómo se... Os lo explico. Dijo armándose de paciencia, pasándose de nuevo las manos por la cara con desesperación mientras expulsaba el aire. Por aquí pasan muchos alumnos de primero que no están acostumbrados a... TODO MAGO Y BRUJA QUE SE PRECIE DEBE ESTAR ALERTA. ¡¡Una cosa es alerta y otra asustar gratuitamente!! Bramó, ya hasta el último pelo. Algunos alumnos se estaban girando para observar el espectáculo de un prefecto discutiendo con un cuadro. Marcus se giró con el ceño fruncido y se les quedó mirando. ¿¿No tenéis ningún examen que suspender?? De verdad, qué le gustaba a algunos perder el tiempo...

SOIS UN INFANTE DESAGRADABLE. Lo que le faltaba por oír. Se giró hacia él con expresión absolutamente anonadada y se apuntó el pecho a sí mismo. ¿¿¿Yo??? SÍ, VOS. Remató orgulloso. A Marcus ya no le salían ni las palabras. Yo no soy el que va pegándole gritos a la gente por el pasillo ni... ni... ¿¿Cómo que infante?? ¡Pero si era de los más mayores del castillo, por todos los centauros! Claro que en comparación con ese carcamal cualquiera era pequeño.

Os digo que aquí hay chicos que vienen de entornos muggles y no están acostumbrados a que les chille un cuadro. Ya había tenido que consolar a algún que otro alumno traumatizado en su Sala Común y había llegado a su tope. ¿¿Y QUÉ HACEN AQUÍ?? ¡¡¡ULTRAJE!!! ESTE NO ES LUGAR PARA ENGENDROS. ¡Cuidad vuestras palabras, Sir Garret! Le apuntó con un dedo. El otro se sintió tremendamente ofendido ante tal osadía, tanto que hasta desenvainó su espada. Claro que esta no traspasaba el lienzo. ¡¡¿¿CÓMO OSÁIS AMENARZARME VOS??!! ¡¡Oh, por favor, por Merlín os lo suplico!! Ya solo le faltaba llorar. SOIS UN CRÍO INSOLENTE. Este crío insolente podría prenderte fuego, tú no puedes hacerle nada con tu espadita pintada.

Solo quiero un castillo tranquilo, ¿¿tanto pedir es?? Y ESE ES MI DEBER COMO CABALLERO, PROTEGERLO. ¿Cómo, a base de gri...? ¡¡PROTEGERLO... Le interrumpió, siguiendo con su perorata. Entonces apuntó con la espada al frente. ...DE INDIGNOS COMO ESE!! ¿¿Qué?? ¿Pero qué...? Marcus se giró. Lo que le faltaba. Justo a quien necesitaba ver en un momento como ese.

Se le cayó el alma a los pies y se le subió el corazón a la garganta. Ese pirado de Sir Garret había ido a señalar justo a Darren, que pasaba en ese momento por allí. Qué oportuno... ¡¡ESCORIA!! FUERA DE MIS DOMINIOS. ¡Oh, por favor, callaos ya! Y estos no son vuestros dominios. ¿¿CÓMO OSÁIS...?? Siguió bramando, pero Marcus ya optó por ignorarle. Se sentía en la obligación moral de disculparse por lo que ese viejo decía de él, porque no era verdad. Y no lo hacía porque fuese Darren, sino porque... Bueno, era su obligación. Eso hacía con todos.

No le hagas caso. Le dijo algo tímidamente, tratando de aparentar una normalidad que no tenían. Solo es un cuadro cascarrabias... OS HE OÍDO. ¡Y A VOS TAMBIÉN OS HAN OÍDO! ¡TODO EL CASTILLO OS HA OÍDO! ¡EN DUMSTRANG OS HAN OÍDO! Saltó. Le tenía de los nervios y tener allí a Darren no ayudaba. Volvió a dirigirse a él. Ignórale, de verdad... Solo dice tonterías.

Lex era Lex y debía respetar sus tiempos, de acuerdo. Pero Darren era Darren y tenía su propio ritmo. Después de todo lo que había pasado y de lo estrecho que se había vuelto su lazo en Halloween se le hacía un nudo en la garganta cada vez que pensaba en su familia. El menor se había ofrecido a pasar las navidades en su casa y no podía dejar de pensar -a pesar de la increíble ilusión que le hacía- que era solo por la discusión con su hermano, sinceramente, pensar en algo así solo enturbiaba su felicidad y no podía soportarlo, así que decidió tomarse la justicia por su mano.

Había pensado mucho en cómo podría acercarse y que no fuera incómodo, pero todas las opciones le parecían bastante incómodas, así que intentó pensar en algo que su abuela solía decir; a un hombre se le gana por el estómago. Tal vez podía funcionar. Se puso en contacto con la chica del cumpleaños y tardó un poco en conseguir lo que buscaba, o más bien en que se lo preparasen, así que no fue hasta el día tres que se había decidido a intentar darle caza, como había hecho con su heramano semanas atrás. Al final iba a ser cazador de O'Donnels de profesión.

Iba por los pasillos con el paquetito en las manos, preguntando si habían visto al prefecto por algún lado y poco a poco le fueron guiando hasta que se encontró siendo verbalmente atacado por un señor muy rancio que vivía en un cuadro, ¡pero oye, había encontrado a Marcus! Sonrió cuando se dirigió a él, con cierto nerviosismo pero a decir verdad le estaba defendiendo, puede que no fuera algo personal pero era todo un detalle.

— Ya ni los escucho. — aseguró, alzándose de hombros — Me refiero a ese tipo de comentarios, a los cuadros sí los escucho, hay algunos que tienen conversaciones muy interesantes. No como ese de ahí, que vaya elemento. — soltó una pequeña risa, negando con la cabeza — La verdad es que te estaba buscando...— se empezó a mover despacio de un lado a otro, como siempre que se ponía nervioso porque no sabía muy bien cómo iba a reaccionar su interlocutor — ¿Crees que podrías dejar la discusión con el señor bidimensional y dedicarme un rato? — alzó entonces el paquetito y lo movió frente a su cara, moviendo las cejas arriba y abajo — Te he traído una ofrenda y todo. — no quería decir una ofrenda de paz porque eso implicaría que estaban en guerra y prefería no entrar en esos términos, no. Intentaría entrar con buen pie, que las cosas fueran suaves. Tampoco le había mirado con asco y se había marchado corriendo por un pasillo con indignación y eso era ya una muy buena señal. Con suerte...con suerte todo iría bien.

El maldito Sir Garret le había puesto en un estado de nervios difícil de controlar, y seguía gritando mientras él trataba por todos los medios de concentrarse en lo que Darren le decía. La presencia de Darren, después de como quedaron las cosas con él y su hermano, tampoco ayudaba a relajarse. En esos tres días había intentado distraerse, y durante el día estaba tan ocupado que medio lo conseguía... Pero las noches eran malas. No podía más que pensar en su hermano. Cada minuto manteniendo esa distancia, ese silencio y sin saber si le odiaba y si esa situación continuaría así para siempre era una absoluta tortura.

Sonrió ligeramente. Sí, es insoportable. Mira que le digo que se calle, pero... No me hace mucho caso. Supongo que no tengo tanta autoridad como creía. Eso podía haber sonado a indirecta en cierta parte, pero por primera vez en su vida no iba con esa intención.

Le miró tratando de disimular por todos los medios la inquietud que sintió cuando le dijo que le estaba buscando, tragando saliva y mirándole no directamente, sino de una forma un tanto incómoda. Creía que solo pasaba por allí y se lo había encontrado gritando por el pasillo. En tres días le parecía tan increíble no habérselo encontrado, teniendo en cuenta lo que se movían los dos, que le pareció de lo más lógico toparse con él por casualidad. Pero no... Le estaba buscando. ¿Y qué quería? ¿Acaso no había tenido suficiente con lo que pasó el otro día? Porque Marcus también estaba bastante convencido de que Darren no querría verle ni en pintura.

Y hablando de pinturas. Sí, sí. Asintió con seriedad. Vamos... Que se desgañite gritando si quiere. Mejor ir a un sitio más privado y, sobre todo, alejado de los gritos de ese loco. Y entonces alzó un paquetito ante él, con esa sonrisilla típica de Darren y su manera jovial de hablar, catalogándolo de ofrenda. Eso... Le hizo sonreír. Y sentirse culpable. Porque eso sí que no se lo esperaba para nada. ¿Ofrenda? ¿Darren tenía motivos para disculparse con él? Bueno... Marcus aún no tenía claras sus intenciones, ciertamente, y le había molestado que no le dijera que estaba interesado en su hermano. Porque seguía costándole creerse que no supiera que era su hermano. Pero de ahí a que la ofrenda se la hiciera Darren a él, teniendo en cuenta como se fue... Cosas de Hufflepuff.

¿Qué es? Preguntó con curiosidad y una ligera sonrisa, colocando una mano en la espalda de Darren para guiarle fuera de allí, porque Sir Garret no se pensaba callar y ya le estaba ofendiendo hasta a él con esos comentarios. Retiró la mano y se las metió en los bolsillos, caminando cabizbajo y mordiéndose los labios, pensando qué decir. Y cómo decirlo. ¿Qué querías? Preguntó sin rodeos. Esperaba no haber sonado demasiado brusco, no se reflejaba en su tono aunque por las palabras lo pareciera. Giró un poco la cabeza para mirarle con cautela. ¿Es... Lex está bien?

Se quedó mirando el paquete unos segundos pero al final se lo entregó, a fin de cuentas era para él, su ofrenda de paz especial. Un muffin rosa fucsia con estrellitas amarillas, puede que fuera una tontería pero a él le gustaba quedarse con los detalles. Además, había pedido que le hicieran un relleno azul. Que no pegaba ni con cola pero era un pequeño guiño a sus pitufigustos. Él solo se entendía.

— Algo que pueda lograr eso de: barriguita, llena corazón contento. — rió un poco, poniendo los brazos tras sus espalda mientras caminaban. Estaba nervioso, no iba a mentir, el ambiente era un poco incómodo pero estaba seguro de que quería estar ahí y hablar con él, no soportaba la tensión, las malas caras, evitar a la gente por el pasillo, nada de eso hacía su vida feliz así que requería arreglo rápido — Sí, sí. A Lex no le pasa nada. Bueno, nada tampoco, pero ya sabes, que está bien. — hizo un gesto con las manos para dejar de liarse él solo, sacudiendo la cabeza — He venido porque quería hablar contigo. Sobre lo que pasó, sobre Lex, sobre tú y yo...ya sabes, un poco sobre todo.

Se detuvo para poder mirarlo, porque hablar mirando al frente siempre era muy impersonal y quería poder verle a los ojos, saber sus expresiones, así sabría en qué momento  metía la pata y tenía que cambiar de estrategia. Como le había dicho a Lex, a él la Legeremancia le habría encantado para poder hablar con la gente sin que se enfadaran nunca, o algo así.

— Quería disculparme contigo. — hizo una pequeña mueca, desviando la vista a un lado por un segundo y dando golpecitos en el suelo con la punta del pie — Sé que de algún modo te acusé en la mesa y eso no estuvo bien, no quería incomodarte. Me caes bien, Marcus. Nunca he sentido que me trates mal por ser hijo de muggles ni nada parecido, es solo que estaba un poco a la defensiva por las cosas que había escuchado sobre la familia de Lex y al saber que su familia eras tú, pues eso...me chocó un poco y salté. Lo siento.

No sabía cómo iba a salir aquella conversación pero una buena manera de comenzar algo era ser el primero en disculparse, porque normalmente así se lograban sentar unas bases para una conversación calmada y no hostil, a  menos que la otra persona estuviera con los dientes fuera, claro, entonces no siempre se conseguía. Pero no parecía ser el caso de Marcus o ni siquiera se habría molestado en apartarse un poco para hablar con él.

Agarró el paquete que le ofrecía y, cuando lo abrió, no pudo reprimir la expresión de sorpresa. ¡Wow! ¿En serio? Dijo sacando el muffin nada más tuvo el paquete en las manos. ¡Qué rico! ¿Cómo lo has conseguido? Qué fácil era comprar a Marcus con comida. Se quedó un rato dándole vueltas en la mano, alucinando con lo idéntico que era al de la fiesta, mientras escuchaba la frase de Darren. Eso le hizo reír. ¡Total! Sobre todo conmigo, que soy un mapache ladr... Un mapache ladrón. Ese mote se lo puso Lex. Se le cortó la risa.

Se mordió un poco los labios y bajó la mirada. Miró a Darren de reojo. Gracias. Añadió con timidez. Alzó un poco la mano del muffin. ¿Quieres un trozo? Para qué negarlo, quería devorar entero ese muffin, recordaba lo bueno que estaba. Pero qué menos que ofrecerle al chico, ya que se había molestado en llevárselo. Lo partió por la mitad y volvió a sorprenderse. ¡Es azul por dentro! Eso sí que le hizo alucinar. Buah tío, eres genial. Le dijo entre risas... Y se le volvió a cortar la risa cuando se acordó de todo de nuevo. Era como una montaña rusa: se emocionaba por el muffin, recordaba cuando comía con su hermano. Se reía con su nuevo colega Darren, recordaba que el chico no era solo "su nuevo colega Darren"...

Al menos a Lex "no le pasaba nada", o al menos nada que no le pasara ya antes. Asintió lentamente, aliviado. Se alegraba de que su hermano estuviera bien... Alomejor incluso mejor desde que él no estaba en su vida, quién sabía. Parecía que le había estorbado siempre, y ahora que no estaba... Y que quien estaba en su vida era un chico capaz de conseguirte el muffin que te gustaba y mejorarlo... Pues estaría mejor, claro.

Se detuvieron y se puso realmente nervioso. No sabía qué sentir ni qué pensar... Eso del muffin le había bajado las defensas y recordar lo bien que le caía Darren antes de... Bueno, todo ese lío. Pero cuando recordaba "todo ese lío" volvía a sentirse en cierto modo traicionado por él. No sabía cómo sentirse. Los tres días desde lo que ocurrió habían rebajado su enfado, pero no le habían ayudado en absoluto a aclararse.

Esperaba que Darren le soltara una sentencia sobre por qué esa situación era la que era y Marcus se tendría que aguantar, le gustase o no. O quizás iba a decirle que había acabado con Lex. Después de lo del muffin, al menos, había descartado que fuese hacia él de forma hostil... Pero una cosa era eso y otra que se disculpara. No pudo disimular una expresión extrañada en su rostro, lo último que esperaba era una disculpa de Darren, más bien pensaba que le exigiría una disculpa a él. Dejó que terminara y no pudo evitar pensar... ¿Qué había visto ese chico en su hermano? ¿Y su hermano en él? Porque no podían ser más distintos... Quizás fuera precisamente eso.

Cuando el chico acabó Marcus se mantuvo unos instantes en silencio. Tragó saliva, no sabía bien qué decir. Pero tenía que decir algo. No... Tienes que disculparte. Yo habría hecho lo mismo. Arqueó las cejas. Quizás hasta peor... Nunca se había parado a pensar cómo sería ser hijo de muggles, era algo que no entraba en su imaginario. Pero desde luego, si hubiera sido Darren y alguien se hubiera mostrado como se mostró él, probablemente su primera reacción habría sido a la defensiva precisamente por ese tema. En cierto modo... Era uno de los motivos por los que le impactó lo de su hermano y Darren, debía reconocerlo.

Creo que... Me pasé un poco. Lo siento. Se animó a alzar la vista para mirarle y entonces resopló. Es que... Me impactó mucho, lo siento. No me lo esperaba. No sabía que... Eras... Tú. Se encogió de hombros. Estaba un poco incómodo allí de pie, así que le hizo un gesto a Darren en dirección a uno de los bancos de mármol del pasillo para poder sentarse. Sentado se hablaba mejor. Y de camino aprovechaba para pensar.

Tú también me caes bien. Dijo con una ligera sonrisa cuando se sentó, y le dio una de las mitades del muffin que había roto y aún tenía en la mano. Empezó a comérselo en silencio. Cuando tragó el primer bocado, se animó a decir lo que había pensado desde el primer momento. ¿Por qué no me lo dijiste? Le miró más con curiosidad que con enfado. Estos días hemos hablado un montón, ¿de verdad no sabías que era mi hermano? Tío... Lo siento, pero me cuesta creérmelo...

No le quería desvelar sus artimañas para conseguir casi siempre lo que quería porque en general solía ser una combinación de encanto y pelmazo a partes iguales. Era insistente y buscaba hasta debajo de las piedras para dar con algo que pudiera servir a su objetivo, así que oye, tampoco era un gran truco. Lo del encanto se lo había tenido que trabajar un poco más y lo bueno es que servía más a menudo de lo que pudiera parecer. Lo importante es que el regalo le había gustado y se quedaba con eso.

Pero lo mejor de todo es que la disculpa había tenido el efecto deseado, esa ola que normalmente lleva a otra disculpa, le encantaba proque significaba que Marcus era tal y como él lo había pintado, una persona que tenía buenos sentimientos solo que tal vez un pronto un poco fuerte y algunas de esas cosillas que complican la vida, pero nada que fuera realmente malo, tenía buen corazón. Agradeció el gesto de que compartiera el muffin con una sonrisa y se lo comió encantado, caminando con él hacia el banco. Se sentó y suspiró, negando con la cabeza.

— Lo entiendo. No tengo hermanos ni mi situación es remotamente parecida pero supongo que si estuviera en tu lugar también me habría resultado un poco chocante encontrarme con todo eso de repente. — concedió, sin perder la sonrisa. Comenzó entonces a dar golpecilos con los pies en el suelo, intentando que no fuera muy ruidoso ya que estaban hablando y eso les desconcentraría, pero seguía nervioso y si ya de por si estarse quieto era algo que solo ocurría mientras dormía o...vaya que no podía — No tenía ni idea, Marcus. Es que ni se me pasó por la cabeza.

Dejó escapar un suspiro, frunciendo un poco el ceño y mirando al frente. Se rascó la cabeza por un segundo, tratando de pensar cómo explicárselo de nuevo, porque ya lo habían intentado ese día pero al parecer no había sido suficiente para que se lo creyera.

— Cuando nos conocimos no nos dimos los apellidos, eso ya lo sabes. Luego el tema no salió. Una vez mientras estábamos juntos él comentó algo sobre su familia y que no verían lo nuestro con buenos ojos, salió lo de...bueno, las creencias y eso...— se mordió los labios, removiéndose nervioso — Si te soy sincero me imaginaba otro tipo de persona como su hermano. De esos que me empujan y me insultan, ¿sabes? No es que me dijera que eras así ni mucho menos, solo salió esa vez y no volvimos a hablar de ello, compréndelo, no es algo que queramos estar diciendo a cada rato. — lo miró, haciendo una pequeña mueca — Cuando estamos juntos solo queremos ser nosotros y ya bastante nos cuesta, Lex es...nos hemos ocultado porque no quería que nos vieran y claro sumando todo no se me pasó por la cabeza que su hermano fuera alguien como tú. Nunca me has parecido así, me has tratado bien, un poco condescendiente no es como que no lo haya  notado, pero de ahí a lo que yo me imaginaba va un trecho muy grande.

La condescendencia tampoco era algo que le pareciera tan grave, con todo lo que había visto podía comprender que los que se habían criado como magos a veces vieran a los hijos de muggles como unos pobres infelices y, vaya, en realidad era su caso, si no hubiera sido por descubrir que era un mago no sabía muy bien qué tipo de vida habría tenido pero estaba seguro de que no habría sido muy buena, solo podía agradecer la familia que tenía, el resto pues no mucho.

— Pero la verdad es que no he venido para explicarte mi parte, de eso tendríamos mucho tiempo. — reconoció, chupándose un resto de muffin que le había quedado en un dedo de forma distraída — Quería hablarte de Lex, ¿te parece bien?

Un poco chocante era quedarse corto. Ya le impactó que a Lex le interesase alguien, así en general. Le impactó que ese alguien fuera un chico, porque bueno... Había dado por hecho que era una chica y, cuando se lo dijo a su hermano, no le corrigió. Le impactó que fuera un chico con orígenes muggles, porque jamás se imaginó que Lex se interesaría por alguien de esas características. Pero por si todo eso no fuera suficiente, el colmo del impacto fue que se tratase de Darren. Es decir... ¡¡¡Darren!!! Mayor que él. Hufflepuff (bueno, eso lo sabía de antes, pero no por ello era menos llamativo). Colega suyo. ¡¡Y Darren!! ¡Como era Darren! Es decir... Lex era tan... Lex... Y Darren... Tan Darren...

El chico seguía insistiendo en que no tenía ni idea de que Lex era su hermano, y parecía bastante sincero. Aunque a regañadientes no le iba a quedar de otra que creérselo, ¿pero como era posible? Es decir... ¿Cómo podía gustarte alguien y no saber ni quien es su hermano? Y sobre todo teniendo en cuenta que su hermano era Marcus, que no es que fuera precisamente una persona de pasar desapercibida en Hogwarts. Por no hablar de que iban al mismo curso. Quizás para él, dado que era su hermano y así lo había sido toda la vida, era muy obvio... Pero debía reconocer que no se parecían ni en el blanco de los ojos. No era el primero que se sorprendía de saber que eran hermanos. Quizás no era tan descabellado pensarlo.

Eso que según Darren le había dicho Lex... Le dolió. Sintió una punzada por dentro que le hizo dedicar a Darren una inevitable mirada herida. ¿De verdad su hermano pensaba eso de él? ¿Que no le aceptaría? ¿Que su familia no aceptaría como es? ¿Por qué pensaba eso? ¿Tan desunidos estaban para que pensara que podía ser tan... cruel? ¿Que le quería tan poco que le rechazaría? Bueno, en vistas a como había acabado la conversación... Lo peor de todo es que parecía haberle dado la razón. Ah... ¿Eso te dijo? Preguntó con tristeza. No creía haber tratado mal a Darren en ningún momento como para que pensara eso de él... Al menos antes de que ocurriera la discusión, claro. Así que esa era la imagen que tenía su hermano de él, hasta el punto de contársela a... Una persona que le importaba de verdad...

Se quedó algo cabizbajo mientras le escuchaba, tratando de mirarle con una mirada entre dolida, entristecida, avergonzada, herida... Un poco de todo. Como se sentía. Pero frunció un poco el ceño cuando le dijo eso de que Lex no quería que le vieran juntos. ¿Por qué permites eso? Le salió de dentro. Es decir... Tú no eres así. Bufó y miró a otro lado, negando con la cabeza. Joder, Lex... Murmuró. Osea que su hermano se enfadaba con él por no aceptar su relación cuando él era el primero que no lo hacía, pues la llevaba en secreto. Ya, muy coherente.

Cierto es que a Marcus le afectaba mucho lo que pudieran decir de él, de su apellido o de su reputación, daba mucha importancia al prestigio y las apariencias... Pero también era un buen hermano, o al menos así se consideraba. Nunca había permitido que nadie insultase a Lex en su presencia, aunque el chico ni se hubiera molestado en saber eso en vistas al concepto que tenía de él. Tampoco permitiría que cuestionasen con quien estaba o dejaba de estar. Él podía tener sus dudas al respecto... Pero solo él tenía derecho a tenerlas. Los demás no tenían ahí nada que opinar.

Entonces... Lex te dijo que su familia era una abusona, que no le entendía ni le quería, que no te aceptaría, y por eso entraste por el aro de llevar vuestra... lo que tenéis, en secreto, ¿es eso? Se notaba más dolido que enfadado mientras hablaba. Volvió a negar con la cabeza. Vale, y ahora que sabes que soy yo... ¿Lo sigues pensando? Se encogió de hombros. ¡Solo estaba sorprendido, Darren! ¿Tan difícil es de entender? Alzó las palmas de las manos. Vale, acepto que no fueron las formas, se me fue un poco la pinza... Debí hablar con Lex en privado. ¡No por ti! Es decir... Solo que no tenías necesidad de tragarte aquello. Mi problema era con él, no contigo. Y... Se mordió un poco el labio. ¿Cómo decir eso sin... exponerse demasiado? Bueno, me dijo varias cosas que no me gustaron. ¿Acaso pretendía que le tocase las palmas? Mi reacción no fue la mejor, estoy de acuerdo, pero no había necesidad de darme golpes bajos.  Y menos delante tuya. Fue humillante a muchos los niveles.

Pero Darren le hizo una pregunta. ¿El qué? Que si le parecía bien... ¿Lex? ¿O...? Ah... Ya... Miró al suelo, guardando silencio apenas unos segundos, jugando con el muffin entre sus dedos. Estaba deseando comérselo, pero tenía el estómago cerrado. Se encogió de hombros. No tenéis que pedirme permiso, Darren. No soy tan antiguo. Esas cosas se las dejo a pirados como Sir Garret. Le miró, con algo de dificultad porque seguía estando incómodo. Es solo que... He sentido que me lo estabais ocultando, y tienes que reconocer que es así. Tú mismo has dicho que Lex no quería que se supiera. Volvió a mojarse los labios. Y es mi hermano, ¿sabes? Yo no soy un cualquiera. Por lo visto, soy peor que un cualquiera, soy "una de esas personas que no os iba a aceptar". Esas cosas... Duelen.

Qué poco le gustaba ver a la gente con cara triste, era una pena que una de sus habilidades como mago no fuera simplemente tener la capacidad de arreglar los problemas de todo el mundo. Por su pregunta solo hizo una  pequeña mueca.

— A ver, es Lex, no habla mucho. Tampoco es que me dijera: toda mi familia es horrible y van a quemarte en la hoguera por ser hijo de muggles. — reconoció, negando con la cabeza — Hizo algún comentario sobre que le preocupaba lo que pudieran pensar, yo dije que si era sobre ese tema, él solo asintió y pues...puede que yo esté también un poco a la defensiva, ya sabes cómo son algunas personas. — dejó escapar un suspiro — Igual al final todo se ha hecho un poco más exagerado de lo que es. — otra cosa que solía pasar muy a menudo cuando estabas con alguien que no era el rey de la conversación larga. Pero bueno, lo que sí le sorprendió es que no entendiera por qué estaba dispuesto a esconderse, tanto así que le miró con incredulidad, alzando una ceja — Pues porque le quiero, ¿por qué si no? Por eso la gente hace cosas que normalmente no haría...

Después de escuchar todo lo que tenía que decir cada vez le quedaba más claro que lo ocurrido allí era, como tantas cosas en la vida, un problema de comunicación entre muchas partes, quizás incluso entre ellos y sus padres. De cualquier forma él solo podía solucionar la parte que le tocaba así que se acarició la barbilla un segundo, moviéndose suave hacia delante y hacia atrás.

— Es evidente que tu hermano  no es un genio de las palabras y que puede que lleve a otras personas a error, si te soy sincero creo que él mismo tiene algunos errores en su cabeza sobre su relación contigo. — se giró para mirarle, con seriedad — Me voy a meter donde no me llaman, pero la verdad es que creo que os queréis mucho pero no sabéis cómo hablar el uno con el otro. Y tampoco voy a decir que él no tiene gran parte de culpa, es especial, pero eso ya lo sabes te has criado con él. — sonrió con suavidad, llevando una mano a su hombro y dándole una palmada suave — Se ha quedado triste, ¿sabes? Probablemente le preocupaba decepcionarte o algo así y no sabía cómo decírtelo, puede que piense que tienes otro tipo de ideas porque no habéis hablado sobre cómo os sentís de verdad sobre ciertos temas. No deberíais enfadaros por eso. Son suposiciones pero...bueno, él no es mucho de preguntar y es que no me extrañaría tener razón.

No había necesitado mucho para hacerse una idea de cómo era Lex, había tenido más de un problema con él aunque siempre habían salido muy bien parados de la situación. Pero no era comunicativo y podía dar por hecho ideas erróneas, que fuera su hermano no quitaba que hiciera exactamente lo mismo.

Pues eso parecía, que todo se había hecho más grande y terrible de lo que era. Darren era un buen chico. Es decir... Seguía estando sorprendido por... Todo, en general. Y Darren, con ese don de gentes que tenía... Y Lex siendo como era... Había una parte de él que temía que el Hufflepuff estuviera jugando con su hermano. ¿Sentimiento de protección? ¿Miedo? ¿Desconfianza? Quizás una mezcla de todo... Y nada de eso parecía haber entrado en las hipótesis de Lex. Solo que Marcus le rechazaría porque sí.

Se mantuvo en silencio dejando que Darren hablase. Quizás Lex no se estaba refiriendo a Marcus cuando asintió a las dudas de Darren, sino... A otras personas de su familia. Pero prefirió simplemente escuchar antes de decir nada, y entonces el Hufflepuff comentó algo, con total normalidad, que hizo a Marcus alzar la cabeza y mirarle algo boquiabierto. No con la expresión que tuvo el otro día, de desconcierto... Sino simplemente... Sorprendido. ¿Le... Quieres? Eso... Era muy fuerte. Y no podía decir que se lo esperaba porque... No. ¿Cuánto tiempo llevaban... En fin... Quedando?

Lo había susurrado algo bajo y quizás Darren, que seguía enfrascado en su discurso, no le escuchó. El chico continuó hablando y Marcus haciendo un esfuerzo por recentrarse y escucharle con atención, porque lo que decía era importante. Y también era sincero e... Intenso. El Ravenclaw notó como los ojos le escocían de repente mientras seguía escuchando al Hufflepuff decir que se querían pero que no se comprendían, que su hermano estaba triste y... Viendo lo bien que parecía conocerle. Casi mejor que el propio Marcus. Eso también le dolió... No por Darren. Por él. ¿Qué había estado haciendo todos estos años para que alguien que hace apenas unos meses era un desconocido para él le entendiera mejor que su propio hermano?

Bajó la mirada, algo avergonzado. Notaba los ojos humedecidos pero no llegó a llorar, ya había llorado suficiente la noche de la discusión. Solo intentaba... Procesarlo todo. Era mucho a procesar. A veces pienso que... Lex me odia. No debería decir eso, no debería decírselo a Darren tampoco. Pero le había salido del alma. Hizo una pequeña mueca con la boca mientras negaba con la cabeza. Pero supongo que tienes razón... Simplemente no nos entendemos. Miró al chico. Lo intento, ¿sabes? No se lo creerá, y quizás tú tampoco, pero sí que lo intento. Creí que este año estábamos más unidos, que nos conocíamos mejor, y de repente me encuentro con... Todo esto. Se encogió de hombros. Lo siento, puedes llamarme egoísta si quieres. Pero me sentí de nuevo lejos de él, más que nunca quizás.

Se mojó los labios y se giró un poco en el banco para mirarle directamente. Darren... Me caes genial, tío, de verdad. No quiero que pienses que... No me gusta esto, ¿vale? No es eso. Echó un poco de aire por la boca. Lex me dijo que estaba interesado en alguien y yo di por hecho que... Bueno, que era una chica. ¡No me importa que no sea así! De verdad que no, de verdad... No te voy a negar que me ha sorprendido, pero... Te prometo que no me importa. Pero podía habérmelo dicho. Ese mismo día, cuando le pregunté por "la chica", podía haberme dicho que era un chico, y no lo hizo... Se frotó un poco los ojos. Lo de que seas hijo de muggles... A mí me da igual, Darren. Dijo con un tono algo cansado. Me caes bien y eres un gran mago, me da igual quienes sean tus padres. Ni que fueras el único. Y a mi padre también le va a importar un pimiento. Prefirió no sacar a su madre a colación, aunque ciertamente ella siempre había tenido predilección por Lex. ¿Se libraría por esas? Solo fue... Un cúmulo de todo, ya está.

Se quedó unos instantes en pausa, con una mueca en sus labios de nuevo y la mirada perdida en el suelo. La subió hacia el chico y... Sonrió. Se nota que le quieres... Y... Sinceramente... Eso es lo único que me importa.

No podía evitar pensar que a quién le habría venido bien hacer Legeremancia era a Marcus, para así poder entrar en la cerrada cabezota de Lex y poder ver cómo se sentía, pero no iba a entrar en ese terreno que era obviamente pantanoso, de momento no. Solo apretó los labios y negó con la cabeza, porque obviamente su hermano no le odiaba y que pensara así era enrevesado, muy enrevesado. No dudaba que Lex -a diferencia de él mismo- sí tuviera la capacidad de odiar y puede que intensamente, pero definitivamente no con Marcus. En fin, eso iban a tener que decírselo el uno al otro porque un intermediario no iba a ser lo suficientemente creíble. Simplemente escuchó, porque había mucho que escuchar, o más bien mucho que el otro quería decir y él quería recibir.

Al final no pudo más que sonreír ampliamente, con cara de idiota, porque le acababa de decir cosas muy bonitas y no podía simplemente pasarlo por alto. Tomó aire profundamente y, arriesgándose a lo que pudiera pasar, se acercó un poco más a él, con cara de "aquí va a pasar algo así que prepárate". Tardó pocos segundos en abrir los brazos y atraparlo por los hombros, moviéndolo de un lado a otro con estúpido entusiasmo, porque no iba a llorar así que de algún modo tenía que sacar la emoción que le había hecho sentir.

— Sabía que eras genial, Marcus. — porque alguien que le cayera bien de primeras y fuera hermano de Lex no podía ser malo, ¿no? Por mucho que tuvieran orígenes diferentes. Se separó de él para poder mirarle, tenía la cara roja, porque aunque él había dicho que quería al Slytherin le había salido sin pensar y que el otro lo dijera pues casi era como si le hubieran devuelto una patata caliente que no recordaba haber tirado, pero prefirió dejarlo estar — Tu hermano es como un dragón, tiene las escamas duras y cuando te estás acercando da mucho miedo porque parece que te mira con esos ojos afilados, que te va a pegar un bocado o a quemarte. A veces parece que por fin te acercas y puedes darle unas palmaditas en el lomo y de repente gruñe...— soltó una pequeña risa, alzándose de hombros — No puedes rendirte cuando gruña, ¿sabes? A veces ni siquiera si te pega un zarpazo, porque lo hace sin querer, es que tiene zarpas y no sabe retraerlas para no darle a todo el mundo. — puso los ojos en blanco, recordando los primeros encontronazos que habían tenido, como lo de apartarse e insinuar que se estaba burlando de él, ese tipo de actitudes que cualquier otro se habría tomado a mal pero Darren era así de blando — Pero si tienes la paciencia suficiente...bueno, es genial poder...— se puso de repente rojísimo hasta las orejas y le dio la risa tonta. No, decir "montar un dragón" igual no iba a ser el mejor ejemplo — Tener un dragón mascota, ya sabes.

Carraspeó un poco, mirando al frente y llevándose una mano a la nuca, él y sus comparaciones de personas con animales no tenía remedio, pero es que a menudo eran bastante similares a la hora de tratar con ellos y solía funcionar. Lo hizo con Noora y no había duda alguna de que lo había hecho con Lex. Vale que el tejón y Marcus eran muy diferentes pero el Ravenclaw tenía algo que Darren no, las ganas de una unión familiar, algo que les unía desde niños, eso debía ser suficiente.

— No es que quiera darte lecciones sobre cómo tratar a tu hermano, pero tengo experiencia con según qué tipo de personas, ¿sabes? Y creo que tenéis ganas de llevaros mucho mejor solo que no sabéis cómo dar el paso...de no ser así no estaríais pasándolo mal ahora mismo. — sonrió un poco, ladeando la cabeza mientras le observaba.

En otro momento probablemente habría dicho algo así como "ah, quita Darren, tío, no seas pegajoso" mientras le empujaba para zafarse. Pero que en ese momento en el que no las tenía todas consigo de lo que Darren debía pensar de él, siendo pareja de su hermano y con todo lo que había ocurrido... No es que estuviera especialmente cómodo pero no se iba a apartar tan rápido.

Abrió los ojos como platos y casi dio un respingo, quedándose tieso con los brazos separados del cuerpo mientras le zarandeaba. Al final solo atinó a darle un par de palmaditas en la espalda mientras soltaba una risita algo incómoda. Ya... Ya... Darren, esto... Jeje. Al final le puso las manos en los hombros e hizo una muy suave presión hacia atrás, pero igualmente el chico ya se había apartado con la misma alegría con la que se le había echado encima.

Escuchó por completo la alegoría del dragón. Era bonita si la mirabas así, pero a Marcus no le terminaba de convencer. Le parecía una forma de endulzar el mal carácter de Lex, pero supuso que sería producto del amor... Vaya, hasta él mismo se había sorprendido al pensar eso. Darren quería a su hermano... Seguía costándole asimilarlo. Dejó que el chico acabara y, cuando lo hizo, puso los ojos en blanco con un suspiro. Sí, muy bonito. Cuando te toque vivir bajo el mismo techo que un dragón, me cuentas como va la paciencia. Porque era muy fácil para él, ¿cuánto tiempo llevaban juntos? Como mucho dos meses. Marcus llevaba dieciséis años aguantando los gruñidos y zarpazos de Lex.

Se mojó los labios varias veces, pensativo. Cuestión de paciencia... Cuestión de entenderle... Quizás no haya sido el hermano más comprensivo del mundo, pero ¿sabes cuántas veces he intentado acercarme a él? Darren, yo me llevo bien con todo el mundo y él no se lleva bien con nadie, ¿de quién es la culpa entonces de que no estemos tan unidos? ¿Mía? Eso había sonado algo brusco y reduccionista, y parecía un paso atrás en un posible avance para limar el enfado. Pero le daba rabia tener que "comprender a Lex" solo porque "él era así". Pues yo también soy "así", ¿a mí quién me entiende? Tú sabes lo que es llegar a Hogwarts y ver lo guay que es, y la de amigos que puedes hacer, y la de cosas que puedes aprender... Cuando Lex llegó yo ya llevaba aquí un año, tenía a mis amigos, mi casa, mis estudios. Intenté ayudarle, pero él nunca quería venir conmigo y mis amigos, prefería estar solo, y el estar en casas distintas no lo hacía más fácil. ¿Qué querías que hiciera? ¿Encerrarme con él? Volvió a encogerse de hombros y a negar con la cabeza. Al final acabamos pasando el uno del otro y haciendo nuestra propia vida por el castillo. Si eso es no entenderle o no echarle cuenta... Vale, puede que lo sea. Pero no iba a perder mi vida en Hogwarts por perseguirle. Será egoísta pero... ¿Pero qué? No sabía como justificarse. Sentía una mezcla entre rabia porque lo había intentado y no había surtido efecto, y desazón porque quizás se había rendido en sus intentos demasiado pronto.

¿Qué hago, Darren? Eso había sonado algo lastimero, pero realmente no sabía qué hacer. ¿De verdad crees que después de lo del otro día voy a recibir una cálida bienvenida si me acerco? Porque yo lo dudo. Y si empieza a increparme... Ya me conoces, y yo también me conozco. No me voy a callar y eso se va a convertir en una batalla campal.

En realidad podía comprender perfectamente al Ravenclaw, no debía ser fácil crecer con una persona así, él a fin de cuentas le conocía desde hacía bastante poco y lo cierto es que Lex se había abierto bastante, por lo que le contaba era algo reciente, así que debía haber sido duro. Suspiró, alzándose un poco de hombros.

— Supongo que no...antes también érais más jóvenes como para estar pendientes el uno del otro. — comentó pensativo, pero luego escuchó su pregunta y sintió que algo se le encogía por dentro. Ahí estaba el problema, las personas discutían y se iban encendiendo la una a la otra aunque luego se arrepintieran. Sabía que había gente así, que no podían controlarse, aunque él era de los que generalmente solía saber que a veces era mejor callarse e incluso dar la razón al otro si con eso lograba mantener la paz y ya volverían al tema después.

Se mordió los labios. No estaba en absoluto seguro de lo que se le pasaba por la cabeza pero la verdad es que era la mejor opción que se le ocurría en ese momento. Se removió un poco y lo miró, entrecerrando los ojos. ¿Y si se lo tomaba a mal? Él lo quería hacer con toda su buena voluntad pero ya en su momento había quedado claro que eso era cosa de dos. En fin, de perdidos al río.

— Mira, a veces hay personas que son como el fuego la una para la otra. Y aunque los dos tengáis intención de arreglar las cosas os prendéis y os vais avivando sin querer, cuando os dáis cuenta ya no hay marcha atrás. — eso era evidente, a sus ojos al menos — Tal vez...a ver, yo no quiero...sé que es cosa de hermanos y que no pinto nada, pero puede que os viniera bien si...— se señaló, luego le señaló a él y luego hizo un círculo con la mano, arrugando la nariz — Creo que puedo ayudar a que Lex esté un poco más receptivo. Si tú puedes por tu parte intentar también controlarte un poco y no poner caras raras si estamos cerca...¡que no quiero decir que te parezca mal que estemos cerca! Pero sé que es tu hermano y a lo mejor te resulta un poco violento. — no es que Darren se considerase el domador de leones por excelencia pero sí creía que podía ayudar a que su loquefueraeso intentara mantenerse tranquilo, como mínimo para no incomodarle a él o hacerle sentir mal sabía que lo haría, porque despues de todo lo que habían compartido tenía muy claro que Lex no haría nada que pudiera herirle si podía evitarlo — ¿Te parece un plan aceptable?

Lex y Marcus eran como el fuego el uno para el otro, se avivaban mutuamente. Así lo veía Darren, y lo cierto es que... Es probable que fuera de las mejores definiciones que había escuchado con respecto a su relación. ¿Cómo era posible que ellos mismos no se dieran cuenta? Bueno, no es que fuera así. Sí que sabía que se iban viniendo poco a poco arriba el uno con el otro y cuando se querían dar cuenta habían estallado, pero... Supuso que desde fuera las cosas se veían más objetivamente.

Frunció un poco el ceño cuando Darren empezó a dar todos esos preámbulos antes de decir lo que tenía que decir, porque le hacía sospechar que iba a ser algo poco agradable. Aun así, le escuchó atentamente. Y lo cierto es que no le parecía tan descabellado el plan.

Hacer que Lex esté más receptivo. Dejó escapar una suave carcajada irónica. ¿Y cómo piensas hacer es...? Da igual, prefiero no saberlo. No, definitivamente no quería saber las técnicas que iba a emplear Darren para hacer que "Lex estuviera más receptivo". ¿Qué hacía pensando esas cosas? ¡Ugh! Quizás simplemente el Hufflepuff sabía como hablar con él. Al fin y al cabo, con el propio Marcus lo había conseguido...

Eres un chico sabio, Darren Millestone. Asintió con la cabeza y añadió un suspiro resignado. Yo... No pongo caras raras. Sí las ponía. Bueno, puede que algo. Pero no es por vosotros, lo hago con todo el mundo. Eso ya era ligeramente más verdad. Vale, lo intentaré... Te lo prometo. Y eso sí que era cien por cien verdad. Quería recuperar a Lex, por mucho que su orgullo le hiciera aparentar lo contrario.

Y... ¿Cómo sabré cuando "está receptivo", como tú dices? Le miró con prudencia. ¿Me avisarás tú? No le gustaba tener que meter a Darren en medio de sus trifulcas con Lex. Porque dudo que Lex cambie tanto como para ser él quien me busque a mí. Si lo haces pasarás a la historia, te lo aseguro.

Sí...casi mejor que no supiera sus técnicas para poner a Lex de buen humor porque era algo que prefería guardar para ellos dos. Además solo de pensarlo se puso un poco rojo y desvió la vista a un lado, que después de Halloween las cosas iban cuesta abajo y sin frenos. Pero de cualquier forma y por suerte Marcus parecía más que receptivo a una reconciliación y eso le hizo muy feliz.

Dio un par de palmaditas de entusiasmo contenido, asintiendo despacio. ¿Cuándo lo sabría? Bueno eso se dejaría ver, no es como que pudiera estar seguro así que fueron sus palabras las que le dieron una idea así que asintió, primero para si mismo y luego para él.

— No sé si podré conseguir que Lex deje de ser un cabezota, lo intentaré eso puedes tenerlo claro. — porque ya lo había hecho, básicamente — Pero si no te prometo que lo sabrás, simplemente...cuando llegue el momento intenta hacer como si nada, no puede haber tensión entre dos personas si uno finge que no la hay, ¿sabes lo que quiero decir? — como ellos, que al encontrarse habían tratado de simular que todo estaba bien aunque sabían que tenían cosas incómodas por medio, todo era cuestión de la forma en la que entrabas — Gracias por poner de tu parte, Marcus. Ya verás como arreglamos esto en un abrir y cerrar de ojos.

Sonrió ampliamente y se contuvo de darle otro abrzo aunque ganas no le faltaron, él y su costumbre de cercanía humana. Unos compañeros le empezaron a llamar un poco más alejado así que les hizo un gesto con la mano y suspiró.

— Tengo que ir a hacer unos deberes con mis compañeros, pero intentaré que nos veamos lo antes posible, ¿de acuerdo? Ha sido genial poder hablar contigo. — y le dio un golpecito en el hombro con el puño cerrado en un intento de colegeo que no le salió muy natural porque él era más de acercamientos cariñosos, pero bueno, la intención era lo que contaba.