Turno de Jazz. Cuando esta lance los dados, se publicará el siguiente post de masterización con el mensaje del tablero

Ronda 1 | Turno de Jazz | Jardín | 16:45H

Scott le enseñó el tablero. Echó un vistazo hacia su padre, aunque no pudo ver más que la entrada del garaje, y hacia Lizz que parecía preocupada por todos y debatiéndose entre seguir a Jayden o quedarse a cuidar de los chicos. Jazz los ignoró para mirar de cerca a Scott, escuchando lo que había dicho.

— Todo se acabará cuando si alguien gana...— Al menos eso parecía decir bien claro el tablero. Además hablaba de consecuencias... ¿Podía ser que se refiriera a todas esas cosas locas que estaban pasando?
Miró hacia la casa. Era tan difícil de creer que todo eso pudiera salir de un juego y que si lo terminaban desaparecería... casi tan loco como que hubieran gorilas en su casa o plantas gigantes que habían intentado comerse al hijo de la novia de su padre...

Miró entonces a Scott a los ojos, casi acercándose más porque sabía que aquello era... Una locura. Si cada vez que tiraban iba a parecer algo loco... Era mejor parar. Porque total, solo había serpientes, flores y un gorila, los de emergencias se encargarían y podrían volver a su casa...
¿O irían apareciendo nuevos como había pasado con las serpientes? Porque ni si quiera seguían en la casa, habían ido hasta el coche... ¿Y si les perseguían allá dónde fueran? Aquello era una locura...

—Pero... ¿Cuál es el objetivo? ¿Solo llegar? ¿Que no te coma una de esas cosas y llegar?— Tampoco era que Scott pudiera decirle nada...
Se quedó pensativa unos segundos, mirando los ojos azules del chico y mordiéndose un poco el labio. Echó otro vistazo a sus padres, que estaban distraidos...
Tomó los dados y sin dejar de mirar a Scott los lanzó. En cuanto escuchó que dejaban de moverse bajó la mirada, temerosa.

— Este depredador de la selva no parará hasta que seas su presa...— Sintió un escalofrío y volvió a mirar a Scott. Eso no sonaba nada bien...
Parecía que algo iba a ir a por ella, y lo único que tenían era unos minutos hasta que lo que fuera apareciera.

—¿Qué depredadores hay en la selva?

Ronda 1 | Turno de Jazz | jardín | 17:00

Ronda 1 | Turno de Jazz | Jardín | 16:45H

¿Qué...qué estaba pasando? ¡¿Qué cojones estaba pasando?! Ahora una serpiente en el coche, una maldita serpiente en su coche. Las posibilidades de escapar de allí habían quedado reducidas a que el otro coche fuera útil y que no tuviera complejo de huevo kinder sorpresa porque ya era lo que les faltaba. Encima estaba de los nervios porque por lo visto su novio no tenía otra cosa mejor que hacer que dedicarse a hacer excursiones en solitario mientras ella intentaba decidir si debía acompañarle o quedarse con los niños. Al final terminaba por quedarse en medio, mirando hacia unos y otros, tratando de asegurarse de que todos estaban bien y estaba a la distancia suficiente como para poder socorrer al primero que gritase.

Cuando su hijo la llamó salió de su ensimismamiento y se giró hacia él, tratando de asimilar sus palabras y tocándose los bolsillos, no tenía nada. ¿Dónde había dejado el teléfono? Tal vez se le había caído por el camino con la carrera, mierda.

— Se me debe haber cai- — echó un vistazo al tablero para ver que la bola esa estaba con letras brillantes y se acercó, inclinándose para mirar — ¿Habéis tirado otra vez? — su voz sonaba asustada, porque tal vez empezaba a pensar que esas cosas raras podían tener algo que ver con ese juego que era una puñetera locura. Apretó los labios, tomando aire profundamente — Si...si tiene algo que ver con todo esto lo mejor será que lo cierres. Agarradlo y vamos a prepararnos por si tu padre nos dice que el coche es viable.— miró a ambos alternativamente y suspiró, poniéndose de nuevo en pie — ¿Jay? ¿Nos vamos o qué? — y de verdad que quería largarse de allí cuanto antes, pero ahora no podía dejar de mirar para todos lados, sin saber si esperar algo nuevo o seguir siendo racional, tal y como le indicaba su cordura.

Ronda 1 | Turno de Jazz | Jardín | 16:45

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Suspiró un poco más tranquilo al comprobar que su coche estaba libre de serpientes y de cualquier otro bicho que hubiese decidido atormentarlos, por fin podrían irse de allí y estar en algún lugar seguro mientras las autoridades hacían su trabajo, le costaba dejar su casa en aquellas condiciones y no poder hacer nada, pero su familia era lo más importante.

Avanzó hacia ellos cuando de repente los disparos le hicieron girarse bruscamente, ¿qué diablos? ¿había llegado la policía? ¿pero por dónde? no los había visto pasar por la entrada, quizás habían aprovechado para entrar por la puerta trasera, fuese como fuese una parte de él se alegraba de que ya no tuviesen que preocuparse por el gorila, la otra no podía evitar sentir lástima porque no dejaba de ser un animal que se había sentido acorralado en un lugar que no era su hábitat natural.

Suspiró y se juntó con el resto viendo como las crías se escapaban —qué raro que no haya refuerzos— murmuró al mirar a su alrededor y no encontrar ningún coche patrulla que impidiese que esos adorables monitos se perdiesen por la ciudad, pero no tuvo tiempo de procesarlo cuando un hombre desconocido se plantó frente a su familia, amenazando directamente a su hija con una escopeta, ¿pero dónde había salido ese loco vestido de aquella manera? ¿era algún vecino que había decidido tomarse la justicia por su mano?

No dudó en cubrir el cuerpo de su hija con el suyo propio poniéndose delante —¿quién cojones es usted?— y ahí estaba, la mención de los dados, el juego, el tablero, la esfera que volvía a tener un mensaje nuevo, habían seguido jugando y ahí estaban las consecuencias, tres cosas podían ser casualidad, cuatro ya no, fuese una broma de mal gusto, un loco o algo sobrenatural, estaba claro que todo lo que estaba ocurriendo estaba ligado a aquel tablero y a la partida que habían comenzado. Ahora solo podían salir de allí e intentar pensar en cómo deshacerse de todo aquello —¡corred, al coche, vamos, todos, rápido!— apresuró mientras lanzaba la linterna, lo único que tenía en la mano, hacia el loco de la escopeta, dándole en la cabeza, no lo derribaría, pero al menos les daría el tiempo justo para poder escapar.

Ronda 1 | Turno de Jazz | Jardín | 16:45

Un depredador de la selva... Jazz intentaba pensar qué había en una selva. Aunque en ese momento de nervios lo único que pudo pensar fue en el Libro de la Selva. ¿Un felino? Porque ya había serpientes, y dudaba que fueran bichos, porque no se consideraban depredadores...
Así que... ¿Una pantera? ¿Un tigre? Se quedó casi blanca... Si el gorila había dado miedo no quería imaginar un tigre...
Pero entonces escuchó su nombre y alzó la mirada.

Era un hombre... Un hombre que parecía sacado de otro siglo, apuntándola con un arma y diciendo su nombre completo... ¿Cómo podía saber su nombre completo?
El depredador de la selva... ¡Incluso en el Libro de la Selva era el hombre! Por eso el tigre quería acabar con el niño... Se quedó paralizada, lo único que pudo atinar fue a abrir más los ojos cuando escuchó ese "no debiste tirar los dados".

—Papá...— Su padre se puso en medio, cubriéndola, ella en seguida se abrazó a su espalda con el miedo a que ese hombre pudiera hacerles algo...
¿Cómo de en serio iba el juego? ¿Podían morir? Bueno, serpientes venenosas, plantas carnívoras, gorilas, hombres armados...
Era un milagro que no hubieran muerto ya...

Aprovecharon la confusión que su padre había generado... ¿Lanzando la linterna? Para correr al coche del garaje. Sin embargo cuando llegaron Jazz lo que hizo fue darle al botón para que se cerrara la puerta una vez todos habían entrado.

—No tiene sentido huir, aparecerán donde estemos.— Dijo, agitada y presa del pánico, teniendo la sensación de que acababa de decir algo muy loco y que todos iban a mirarla como una lunática.—Como las serpientes en el coche de Lizz, si nos vamos aparecerán donde estemos, hay que acabar la partida... y... no sé, no sé cuál es el objetivo del juego pero... Si nos vamos quizá aparezcan esas cosas allí...—Se abrazó a sí misma, tal vez solo estaba entrando en pánico pensando que no había un posible lugar seguro cuando las cosas aparecían sin más... Y si, estaba a punto de echarse a llorar, y pensar que había un hombre fuera armado no ayudaba.

Ronda 1 | Turno de Jazz | jardín | 17:00

Ronda 1 | Turno de Jazz | Jardín | 16:45H

Y las consecuencias no tardaron en aparecer. Todos a correr de nuevo, a tratar de escapar de algo que no tenía ningún sentido. ¿Quién se suponía que era ese señor, por qué iba armado y llevaba unas pintas tan raras o peor aún...?

— ¿Por qué se sabe ese tipo vuestros nombres? — y le había quedado que no era mutuo no solo porque habían salido escopeteados -qué ironía- si no porque el propio Jay parecía no tener ni idea de quién era. De repente y saber cómo había pasado toda esa locura las palabras de la menor eran las que más sentido tenían y aún así sonaban disparatadas. Trató de calmar la respiración, como adultos debían ser sensatos pero ya era difícil serlo en tales circunstancias — Si...si terminamos el juego se debería acabar, eso decía, ¿no? Algo de las consecuencias o yo qué sé. — era difícil recordar todo a la perfección — A ver. — alzó las manos, intentando pensar — Hasta el momento no hemos visto que apareciera ninguna cosa así de la nada delante de nuestras narices, ¿no? Bueno...las plantas y eso pero brotaban del suelo, el resto han venido, no sé si me explico. No es como que se hayan materializado de la nada. — se pasó las manos por el pelo — Pase lo que pase supongo que podremos reaccionar y si es cierto pues Jazz tiene razón, deberíamos seguir jugando y ver si acabamos con este...este...disparate. — miró hacia las puertas del garaje y también al coche, si cerraban todo bien...Luego miró a Jay — ¿Crees que podemos estar seguros aquí mientras tanto? — era lo único que le parecía sensato, de momento. Al menos de momento.

Ronda 1 | Turno de Jazz | Jardín | 16:45

Su idea había sido coger el coche y salir de allí lo más rápido posible, aquello ya se les había ido de las manos, debían dejarlo todo en manos de la policía, ya no era solo los animales salvajes, ahora les perseguía un loco con escopeta, ¿es que el mundo se había vuelto loco? pero antes de que pudiese abrir el vehículo su hija tuvo la idea de cerrar el garaje y puede que eso les salvase la vida —¡agachaos!— gritó al escuchar y ver cómo el primer disparo abollaba la puerta, siguiéndoles muchos más.

Se habían quedado sin opciones —vale, bien, alejaos de la puerta y ayudadme con esta— pidió señalando la que daba a la casa, tenían que montar una especie de barricada o ese tío podría entrar.

Entre todos consiguieron mover las estanterías para bloquear la puerta y luego se reunieron detrás del coche —no tengo ni idea de qué está pasando ni si de verdad esto es cosa del juego o no o cosa de un maníaco, pero ahora mismo solo podemos quedarnos aquí y esperar a que la policía venga en nuestra ayuda— por suerte habían conseguido llamarles antes de que fuese demasiado tarde-

Suspiró y miró de nuevo hacia el tablero —puede que si seguimos jugando todo esto acabe— miró el juego de arriba a abajo y luego se le ocurrió una gran idea —podemos hacer trampas, movemos la ficha hasta la última casilla y listo— como buen defensor de los juegos de mesa siempre había estado en contra de hacerlas, pero ahora era cuestión de vida o muerte.

Ronda 1 | Turno de Jazz | Jardín | 16:45

La chica gritó en cuanto la primera bala impactó en la puerta, dejando una bonita abolladura, aunque al menos no la había atravesado.
De todos modos, no iba a esperar a ver que amortiguara todas, así que se fue alejando casi de espaldas sin apartar la mirada de la puerta, aunque eso le hiciera trastabillar en alguna ocasión.

Al menos parecía que ahora todos creían en la posibilidad de que aquello fuera... por culpa del juego. Algo que ni ella misma habría creído nunca pero... ¿Qué posibilidades había?
Ese hombre había dicho su nombre, le dijo que no debió tirar los dados... Y también dijo el nombre de su padre. Podría ser una broma...
Las serpientes era posible, los gorilas en otra habitación, el hombre al salir de la casa, su casa era tan grande que bien podrían estar escondidos, si...
Pero lo de las plantas no. Las plantas las vio aparecer y crecer de la nada... No era una maldita broma. Tal vez una pesadilla... Eso si era posible.

—No se puede hacer trampas, era una de las pocas advertencias del juego.— Dijo abrazándose a sí misma y acercándose inconscientemente hacia donde estaban los demás. Tal vez era una tontería, pero si ya siguiendo las normas el juego intentaba matarte, no quería imaginar qué podía pasar si te las saltabas.—Serpientes... Flores carnívoras, gorilas... un cazador...— Dijo con el ceño fruncido.—Son... cosas de... la selva, una loca... nos... nos está cazando, el juego nos está cazando.— Y eso tal vez era otra locura, pero una que asustaba muchísimo porque no se le ocurría para nada cómo iban a acabar con aquello.
Si seguían tirando... Irían apareciendo cosas, y ya no les quedaba dónde huir.

—¿Y si aparece otra serpiente dentro del coche? ¿O más plantas? No podremos salir porque está ese loco disparando...

Ronda 1 | Turno de Jazz | garaje | 17:17

Estaban en riesgo de que les mordiera una serpiente, de que les escachara la cabeza un gorila, que les destrozara el cuerpo un montón de crías del mismo gorila, que unas flores se los comieran o envenenaran y que un señor salido de a saber dónde les pegara un tiro. Era precioso el percal que tenían y lo peor es que lo del juego tenía tanto sentido que hasta lo de hacer trampas le dio miedo. Cerró los ojos mientras les escuchaba hablar tratando de mantener la cordura y la tranquilidad, pensando en las opciones.

— ¡Scott! — terminó por protestar, mirando a su hijo — Ten cuidado, ya hemos visto que pueden haber serpientes en cualquier parte, no vayas removiendo cosas tan a la ligera, por favor. — le pidió, frunciendo un poco los labios y mirando a Jay — No creo que parapetarnos aquí sea buena idea por lo que pueda aparecer pero de momento es lo más seguro...tal vez...si logramos localizar al señor ese cerca de alguna de las dos puertas podamos ir por la otra y escapar hacia alguna otra zona segura que no se convierta en...— no quiso decir algo así como una tumba porque habían niños delante pero es que se estaban encerrando ellos mismos sin ninguna vía de escape y no parecía sensato — Y supongo que la única opción es seguir jugando lo más rápido posible para terminar con esto, escapar de esas...esas cosas y llegar al final. — se acercó con cuidado hacia la puerta del garaje, por un lado, para ver si podía escuchar algo — No sé si tal vez ir al jardín o algún sitio que nos permita algo más de visibilidad sea conveniente...—ya ni siquiera sabía lo que era mejor, de lo único que estaba segura es de que tenían que acabar esa locura de juego — ¿A quién le tocaría ahora?

Ronda 1 | Turno de Jazz | Jardín | 16:45

Ronda 1 | Turno de Jazz | Jardín | 16:45H

Vale, si aceptaban que toda aquella locura tenía que ver con el juego que tenía entre sus manos, quizás hacer trampas no era la mejor idea, no quería averiguar qué pasaría en ese caso.

Suspiró y soltó el juego en el suelo, cerca de donde estaban, agachándose y abrazando a Jazz que estaba a su lado, cuando los disparos volvieron a dar en la puerta. Le hizo un gesto con la mano a Lizz para que se apartase rápidamente y luego pidió silencio al resto de la familia.

Unos segundos después los disparos cesaron, pero a Jay se le heló la sangre al escuchar que ese maldito psicópata seguía amenazando a su hija —¡maldita sea! ¿dónde diablos está la policía?— preguntó entre dientes —tranquila cariño— susurró haciendo que lo mirase —te prometo que nadie va a hacerte daño, ¿me oyes? nunca— la abrazó con fuerza y se separó de ella después de dejarle un suave beso en la cabeza.

—Tenemos que pensar en una estrategia, ni siquiera sabemos si de verdad todo acabará cuando lleguemos al final o todo lo que puede salirnos mientras avanzamos— suspiró, sabía que debería estar dando más soluciones, pero no tenía ni idea de qué hacer a partir de ahora —creo que lo mejor que podemos hacer es esperar aquí, no hay serpientes, ni flores, ni gorilas asesinos y de momento ese loco no puede entrar— miró el coche de reojo —y si lo intenta, escaparemos rápidamente de aquí, nos iremos lo más lejos posible— sugirió.

Ronda 1 | Turno de Jazz | Jardín | 16:45

En cuanto pudo abrazarse a su padre, sintió cierto alivio. Aunque los disparos siguieran dando en la puerta y no hubieran solucionado nada...
Pero cerrando los ojos y escondida en el pecho de su progenitor, como si fuera una niña, todo parecía más seguro, más llevadero...
Al menos solo por unos segundos, los que tardaron en detenerse los disparos y que ese hombre le dejara bien claro que aquello no era todo...
Además a ella... La que había tirado los dados...

Miró a su padre, que trató de tranquilizarla, y asintió. Aunque tampoco quería que le hiciera daño a él, ya sabía que se pondría delante y evitaría cualquier cosa, lo había visto hacía solo un momento, pero... Eso no la tranquilizaba demasiado.

Entonces frunció el ceño... Su padre había tirado la primera vez y la serpiente había empezado a atacarle a él. Scott lanzó el segundo y la flor intentó comérselo. Lizz lanzó después... Aunque el gorila no fue a por ella, fue a por su padre, tal vez solo porque fue el primero en subir, y ella tiraba los dados y... Ese hombre sabía su nombre, iba solo a por ella.

— Las cosas que aparecen... Van a por quien ha lanzado primero...— Susurró una vez su padre la soltó. Tal vez si alguno de los otros salía, ese loco no hiciera nada siempre que no la viera a ella... Claro que tampoco podía estar segura de nada.

Se abrazó a sí misma y se sentó en el suelo, junto al juego. Esperar... Parecía lo más sensato. ¿Cuánto podría tardar la policía?
Ya hacía un buen rato que habían llamado, no podían tardar demasiado... Porque el garaje estaba bien pero... Cuando anocheciera haría frío, no había comida... ¡Ni baño! No podían estar allí mucho...

La idea de Scott de buscar con qué defenderse casi que sonaba... Mejor. Así que Jazz se levantó y se acercó al chico. El hacha ya la habían sacado, pero seguro que tenía que haber algo más...
Aunque fueran cosas con las que golpear. Aunque prefería la sarten... ¿Qué servía contra un hombre armado?
Sujetó una de las llaves inglesas que tenía su padre colgada en la pared. Bueno... aquello haría más daño que una linterna si la tiraba.

Ronda 1 | Turno de Jazz | garaje | 17:17

Se había quedado con la boca abierta y cara de estúpida porque no tenía muy claro si le estaba hablando a las paredes, al techo, al suelo o a lo mejor al gorila, porque a Jay estaba claro que no. Acababa de ignorarle como si del viento se tratase. Su hijo también pasaba de lo que decía y nadie respondía a su pregunta o a su sugerencia de que si localizaban al cazador en un lado tal vez sería bueno salir por otro o...bueno, nada. Cansarse hablando para nada, eso era lo que había hecho. Alzó las manos con incredulidad y parpadeó varias veces, pero al final se rindió y alzó los hombros, porque ahí cada uno estaba con sus cosas. Para Jay solo existía su hija, para su hijo solo existían las cajas y Jazz estaba hablando en voz alta cosas que tenían mucho sentido pero la niña parecía al borde de un ataque de pánico de un momento al otro.

— ¡¿Estamos todos en el mismo sitio o es que cada uno está viviendo una maldita aventura por separado?! — terminó por protestar, tratando de concentrar la atención en una sola cosa, mirándolos aún con expresión de no entender nada y abriendo mucho las manos — ¿Podemos, por favor, poner todas nuestras ideas en común en lugar de murmurar como locos? Porque no vamos a salir de esta si nos separamos y cada uno se preocupa solo de su propio culo. — se llevó una mano al pecho — Perdón, no quería decir eso. — disculpándose por lo de culo porque había niños, pro supuesto — Ese tipo parece haberse marchado, si decidimos salir de aquí es el mejor momento para hacerlo. Si nos vamos a quedar podemos seguir el consejo de Scott y buscar con qué defendernos pero no creo que bloquear ambas salidas sea sensato porque no sabemos qué puede pasar así que deberíamos abrir alguna, Jay. Jazz...creo que tienes razón, deberíamos intentar recordar a quién le ha aparecido cada cosa para tener cuidado con ellas y así poder protegernos mejor y, ¡¿me puede alguien decir a quién demonios le toca lanzar ahora?!  — porque ella con tanto lío no se acordaba ni de quién era qué pieza. Puso los brazos en jarras y comenzó a dar toquecitos con el pie en el suelo, con cierta impaciencia. A ver si era capaz de reorganizar ese desmadre.

Ronda 1 | Turno de Jazz | Jardín | 16:45

Miró a los niños intentando armarse y se dio cuenta de que eso estaba jodidamente mal, que eran críos, no tenían que pasar por algo como intentar proteger sus vidas con armas que pudiesen encontrar en el garaje.

Suspiró y abrió la boca para decir algo, pero entonces Lizz tomó la palabra y todo el mundo guardó silencio para escucharla, cosa, que sin duda, tendrían que haber hecho antes —tranquila— dijo suave acercándose a ella para agarrar su mano y apretarla con fuerza —mamá tiene razón, tenemos que tranquilizarnos, sé que es una situación difícil, pero antes de hacer nada a lo loco vamos a intentar planearlo con cabeza— se sentó como un indio en el suelo e instó al resto de la familia para que hiciese lo mismo, todos habían dado su opinión, ahora era momento de llegar a un consenso, estaba claro que la decisión final la tomarían Lizz y él en conjunto porque eran los adultos, pero no pensaba menospreciar las ideas de los niños, pues a veces estos tenían más imaginación y eran más listos que los mayores.

—Si decidimos seguir jugando finalmente y arriesgarnos a que sigan saliendo más cosas, sería mi turno de nuevo, pero no creo que sea buena idea, aún nos quedan demasiadas casillas y no sabemos qué más puede "aparecer"— hizo el gesto de las comillas —creo que deberíamos esperar a que llegue la policía— y si la ayuda no llegaba... bueno, entonces tendrían que continuar hasta llegar al final.

Miró ambas puertas bloqueadas y suspiró —no sé si entrar en casa es lo mejor, estaríamos más desprotegidos— sobre todo para ese loco que iba armado y podía disparar a las ventanas —fuera también seríamos un blanco fácil— prosiguió —y si desbloqueamos la puerta podría entrar en cualquier momento— la verdad es que tenían pocas opciones, ninguna le parecía factible.

Ronda 1 | Turno de Jazz | Jardín | 16:45

Seguía rebuscando cosas, pues hacía mucho que no pasaba tiempo en el garaje, los tiempos en los que se quedaba mirando como su padre le construía cosas habían quedado un poco atrás, en los últimos años solo servía para eso, como garaje.
Se detuvo cuando sintió que Scott se le acercaba y le hablaba... Y se disculpaba. Aquello la sorprendió, en realidad... Y le hizo negar con la cabeza.

—No es culpa tuya... Al menos o intentó comerme una flor gigante...— Medio sonrió aunque no tenía claro por qué. Pero no... No había sido culpa suya, ella también había querido tirar...
En realidad, si era culpa de alguien era de Lizz, por haber encontrado ese maldito juego e insistir en jugar para hacer "familia".
O se su padre, por llevar a desconocidos a vivir con ellos sin más...

Y entonces dio un respingo al escuchar la forma en la que la mujer empezó a dirigirles a todos, con palabras un tanto... subidas. Aunque tampoco tenía que disculparse por decir culo...
Eso la hizo rodar los ojos y fruncir un poco el ceño...
Y le molestó que su padre dijera de ponerse todos en círculo para hablar, como si fueran a hacerles caso... Pero se sentó y suspiró, escuchando todo lo que decía y sopesando las... Posibilidades.

En realidad... Solo habían aparecido cuatro cosas, había destrozado la casa pero podía reconstruirse. Serpientes, flores, monos, cazadores...
Pero no sabían qué más podía aparecer... Tal vez fuera mucho peor, porque normalmente los juegos solían aumentar la dificultad conforme llegabas al final...

—Quizá... No debiéramos seguir jugando...— Dijo entonces.—Los daños son reversibles, y... solo son cuatro cosas... A menos que vayan a estar apareciendo serpientes para siempre o algo así...— Aunque en las películas tampoco servía de mucho quedarse quieto...
Esconderse en un lugar seguro... Pero nada era seguro allí.

—Saldré yo.— Dijo entonces.—Puedo salir por la puerta de casa, agachada... hasta la cocina. Creo que ese cazador solo me sigue a mi... Yo conozco la casa y él no. Puedo cruzar el salón hasta la cocina y recuperar el teléfono, podría ver si el cazador está o se ha ido... y volver.— Y ni si quiera sabía por qué había dicho eso... Porque estaba aterrada, pero el cazador se había ido.—Si atacan primero a los que lanzaron... Las serpientes irán a por papá, los gorilas a por Lizz, las flores a por Scott... No sabemos dónde ha ido el cazador pero las puertas de casa estaban cerradas, no habrá entrado, así que, en teoría...— Ella era la que podía moverse por la casa de forma más segura. En el caso de existir una maldita forma segura porque todo eran teorías tontas basadas en un juego... poseído.

Ronda 1 | Turno de Jazz | garaje | 17:17