No sabía cómo describir al león. Lo conocía desde el primer año en Hogwarts y aunque a veces fardeara de más, no era un mal tipo.

Lo que le insultaba, si se podía llegar a interpretar así, era que su lechuza estuviera equivocándose ¿qué acaso tenían parecido? Salvo altura y constitución eran dos personas completamente distintas. Los partidos de quidditch eran entretenidos, sobretodo si se apostaban algo dependiendo de quien ganase.

A pesar de que algunos muchachos le comentaron pasarse al aula de encantamientos, se decantó por vérselas con el supercalifragilistico de Graham. Saludó con un gesto a pesar de la diferencia de altura.

"¿Preparado para morder el polvo?"