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    Alchemist
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    Miér 30 Sep 2020 - 6:57

    La chica del pelo raro
    CON Poppy EN Escaleras de la Torre Ravenclaw A LAS 11:00h, 5 de septiembre de 1995
    Aunque apenas llevara allí ni cinco días, ya se sabía el Castillo como la palma de su mano. Además de centrarse muy mucho en comprender los objetivos de cada asignatura, pues todas eran nuevas, había dedicado los primeros días a explorar el Castillo como si no tuviese siete años por delante para conocerlo: quería conocer cada recoveco, cada misterio (aunque eso era imposible) y dónde estaba cada cosa a la voz de ya. Le podía la necesidad de conocimiento, la curiosidad y el tenerlo todo lo más controlado posible, que nunca se sabía cuando se podía ir con prisas.

    En lo otro en lo que había dedicado esos días era en perseguir como un patito a sus prefectos por todas partes. Bueno, les dejaba su espacio con sus amigos y sus clases, claro. Pero mientras iban por los pasillos, él iba detrás preguntándoles mil y una dudas. ¡Eran tan amables! ¡Y sabían tantas cosas! ¡Y se notaba que le gustaba ser prefectos! Le caían genial, los admiraba muchísimo. Aún era muy pronto para preguntarles qué tenía que hacer para ser prefecto algún día, pero... Ya lo haría. Cuando se sintiera con más confianza y hubiera aprendido de ellos todo lo que podía aprender y un poquito más.

    Después de las primeras clases tenían un descanso que Marcus aprovechó para volver a su sala común, porque iba cargadísimo de libros, de pergaminos y de mil materiales, además del caldero de pociones. Quería soltar cosas que ya no iba a usar y coger las que necesitaría para las próximas clases. Aún faltaba más de media hora, pero prefería ir temprano. Así cogía un buen sitio en el aula, no quería que le quitaran la primera fila. Y si el profesor llegaba antes, a lo mejor podía hablar con él.

    Salió de su Sala Común muy contento, con las manos en los bolsillos dispuesto a bajar las escaleras... Cuando se detuvo en seco con los ojos muy abierto. Es ella. La chica del pelo raro. Ay. No era la primera vez que la veía desde la selección, claro, compartían alguna que otra clase juntos. Pero hasta ahora no se había animado a hablar con ella... Bueno, tampoco es que Marcus hablase mucho con otros compañeros en clase. Y cuando Alice se había ido a comer con ella en el Gran Comedor, él había preferido dejarla con sus amigas y quedarse él con los de su casa... Aunque mirando de vez en cuando. Porque además del pelo raro, tenía una sonrisa muy bonita. Lo sabía porque se reía mucho...

    Aunque ahora no se estaba riendo. De hecho parecía bastante confusa y... ¿Estaba asustada? ¡Pues tenía que hacer algo! ¿Hola? Eso no debía haber sonado a pregunta, pero le salió así. Esperaba que no se hubiera dado cuenta. Puedo ayudarte en algo. Vale, eso sí debió ser una pregunta y no sonó como tal. Muy bien, Marcus. Vas por buen camino.
    Merci Prouvaire!


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    Sáb 3 Oct 2020 - 12:43

    La chica del pelo raro
    CON Marcus EN Escaleras de la Torre Ravenclaw A LAS 11:00H, 5 DE SEPTIEMBRE DE 1995
    Poppy no cabía en sí de la emoción. Hogwarts era lo que sus padres le habían dicho y mucho más. Justo a la mañana siguiente de la ceremonia de selección les había escrito para contarles que ahora era miembro de la Casa Hufflepuff y que estaba muy contenta porque todos eran muy amables y la sala común era adorable y olía a galletas. Claro que le daba pena no poder compartir dormitorio con Tabitha o Gal, porque las dos estaban en otras casas. Pero iban a verse todos los días en algún momento.

    Lo único que le quitaba parte de esa ilusión, y eso que ya iba preparada para ello, eran las escaleras. Estaban locas. Y tenían que subir a los pisos más altos para poder asistir a algunas clases, como la de Astronomía. Como coincidían con los Slytherin, las pocas veces que habían tenido la clase había ido de la mano de Tabitha. Le daba menos miedo si la otra chica la sujetaba de ese modo.

    Pero claro, tenía unas dudas y se había tenido que quedar a preguntar al profesor y Tabitha no podía esperarla y le había dicho que no pasaba nada, que podía intentarlo sola porque tenía que hacerlo. Pero... A la hora de la verdad se había quedado paralizada.

    La cogió desprevenida que apareciera alguien. Aunque era una suerte, la verdad. Se le quedó mirando un momento después de escucharle, estaba tan ensimismada con lo de las escaleras que ni se acordó de responder al saludo.- También eres de primero, ¿verdad? ¿Compañero de Gal? -Sí, le recordaba de las clases que compartían.- Me ha dicho cómo te llamabas, pero no lo recuerdo... lo siento. Yo soy Poppy, Poppy Mackenzie.
    Merci Prouvaire!


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    Alchemist
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    Dom 4 Oct 2020 - 7:44

    La chica del pelo raro
    CON Poppy EN Escaleras de la Torre Ravenclaw A LAS 11:00h, 5 de septiembre de 1995
    Se le notaba en la cara que estaba bastante asustada, y Marcus, aunque nervioso, sentía la necesidad imperiosa de quitarle ese miedo. Pero ni siquiera sabía qué le pasaba. ¿Se habría metido alguien con ella? ¡Porque en ese caso se las tendría que ver con él! O quizás la había asustado alguno de los fantasmas. O algún profesor la había regañado. Uh, si a él le pasara eso... Mejor ni lo pensaba, le daban escalofríos.

    Tragó saliva y asintió enérgicamente. ¡Le había reconocido! Ya se había dado cuenta de que todo el mundo llamaba Gal a Alice, pero a él... No le salía. Ella se presentó como Alice, así que, Alice seguía siendo para él. Marcus. Respondió rápidamente. O'Donnell. Marcus O'Donnell. De... Los O'Donnell. De Ravenclaw. Para. Porque iba a empezar a soltar otra vez el árbol genealógico desde el principio solo que ahora añadiendo la Casa, y dudaba que Poppy tuviera ganas de escucharle.

    Dio un par de pasos hacia ella, con la cabeza ladeada. Eemm... ¿Estás bien? No se soltaba de la escalera. Era un poco raro. ¿Te han... Echado un hechizo? No sabía si existían hechizos para dejar a gente pegada a las cosas, pero estaba tan aferrada que podría ser. Él ya estaba sacando su varita por si acaso... Aunque no tenía ni idea de como reparar eso, pero algo se le ocurriría. ¿Te han hecho algo? ¿Te ha dicho alguien algo? ¿Quién ha sido? Ya estaba sacando conclusiones precipitadas. Se mojó los labios y dijo más bajito. ¿Ha sido algún profesor? Hizo un gestito con las manos como si quisiera tranquilizarla. No te preocupes, le puede pasar a cualquiera. Esperaba que a él no. Y al fin y al cabo somos nuevos. Aún nos queda mucho por aprender.
    Merci Prouvaire!


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    Vie 9 Oct 2020 - 5:53

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    CON Marcus EN Escaleras de la Torre Ravenclaw A LAS 11:00H, 5 DE SEPTIEMBRE DE 1995
    Sí, Marcus, cierto. Debería haberlo recordado, Alice le hablaba bastante de él y le había contado cómo se habían conocido en su primer viaje.
    Incluso habían hablado de que podían quedar para jugar e invitarle, porque por lo que su amiga decía era un chico muy simpático e inteligente.- Es un placer. -Sonrió un poco.
    Hablar era entretenido hasta el punto que casi se había olvidado de lo que hacía allí, por eso siempre intentaba ir por las escaleras con Tabitha o al menos en grupo, le daba menos miedo si iba con los demás.

    Pero cuando Marcus le preguntó lo que le pasaba, todo volvió y ella se quedó callada mientras él preguntaba todas esas cosas, porque no sabía si debía contárselo. Seguro que se reiría de ella por aquello. A todos les hacía mucha gracia que tuviera miedo a las alturas.

    Al final negó con la cabeza despacito.- No. No me ha pasado nada de eso. -Murmuró.- Todos han sido muy amables conmigo, nadie ha intentado hacerme nada. -Alguna bromita, claro, pero nada que pudiera hacerle daño. ¿Había gente que hacía esas cosas? ¿Que se metía con los demás? Eso no lo sabía.- Es solo que... -Apretó un poco los puños intentando ser un poquito más fuerte y valiente y solo tenía que decírselo a un chico, no era tan malo, si se reía podía lanzarle un hechizo... aunque eso podía ser malo.- No me atrevo a bajar sola las escaleras, porque me dan mucho miedo las alturas y... es que además se mueven. -Y eso hacía que el miedo a caerse fuera aún más grave.
    Merci Prouvaire!


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    Dom 11 Oct 2020 - 11:04

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    CON Poppy EN Escaleras de la Torre Ravenclaw A LAS 11:00h, 5 de septiembre de 1995
    Sonrió con satisfacción y contento cuando acabaron las presentaciones, y atendió a lo que le pasaba. Pero dijo que no era nada de lo que él había dicho. Pues mira que le había dado opciones... No sabía que podía ser y empezó a temer que fuera algo grave, y eso que lo de que te regañara un profesor en mitad del pasillo ya alcanzaba unos niveles de estrés importantes para él.

    Si todos habían sido amables con ella y no habían intentado hacerle nada, entonces, ¿qué le pasaba? La miró con curiosidad desde su sitio y un poco de preocupación. Y entonces lo dijo. Relajó un poco el rostro. Ooohh... Dijo con comprensión. Vale, ahora entendía por qué estaba tan asustada, solo había que ver como se aferraba a las escaleras. Pobrecita.

    Pero no pasa nada. Eso no ayudaba. Hizo una mueca con la boca y entonces se le ocurrió lo único que podía hacer. ¿Quieres que vaya contigo? Se acercó con cautela, bajando despacito los cuatro peldaños que le separaban y ofreciéndole su brazo tras colocarse a su lado. Agárrate a mi y vamos juntos, ¿vale? ¿Ibas a subir o a bajar? A él ya le daba igual su destino, se había trazado un nuevo objetivo: ayudar a Poppy. Si pones una mano en la barandilla y con la otr... Y un ruido le hizo abrir los ojos. Oh oh. Qué mal momento.

    Miró a la chica, tratando que no se le notara mucho el susto propio. Vamos a sentarnos, ¿vale? Porque ese ruido solo podía significar una cosa: que las escaleras estaban a punto de moverse. Se sentó en el peldaño e invitó a la chica a que lo hiciera también, tirando un poco de su brazo hacia abajo y acercándose a ella. Si te sientas no te puedes caer. Y yo estoy aquí contigo, ¿vale? Efectivamente, las escaleras comenzaron a moverse desde la puerta de la Torre Ravenclaw hacia otra de las torres. Pégate a mí. En seguida se paran.
    Merci Prouvaire!


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    Lun 12 Oct 2020 - 10:55

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    CON Marcus EN Escaleras de la Torre Ravenclaw A LAS 11:00H, 5 DE SEPTIEMBRE DE 1995
    Se mordió el labio mientras veía cómo él reaccionaba. No parecía que fuera a reírse, en realidad... pasó todo lo contrario. Se interesó por ayudarla, eso le pareció muy amable.

    - ¿Vendrías conmigo? -Le preguntó, dudando, pero aceptando al mismo tiempo porque... de verdad que no quería quedarse ahí para siempre.- Iba... iba a bajar a la sala común. -Le contó al chico cuando preguntó hacia donde iba.

    Estaba asintiendo a sus ideas de que podía agarrarse a la barandilla pensando en que con la otra mano podría hacerlo a la del chico cuando escuchó el crujido y cerró los ojos.- Oh, no. -Iba a pasar otra vez.
    Le miró extrañada cuando dijo que se sentaran, ¿ahí en las escaleras? No lo entendió hasta que le explicó que así no podía caerse.

    - Es... es una buena idea. -Respondió, sentándose a su lado y pegándose a él para agarrarse a su brazo, cerrando los ojos con fuerza cuando todo se empezó a mover. Ya estaba esa sensación en su estómago que no la dejaba hacer lo que todos los chicos. Tenía mucho miedo de lo que pasara en su primera clase de vuelo.
    Cuando el movimiento se detuvo tardó un poquito en abrir los ojos.- Muchas gracias, Marcus. -Sonrió un poquito mientras dejaba que la ayudase a levantarse.- Eres muy listo, no había pensado lo de sentarme. -No se le había ocurrido.

    Cogió su mano y empezó a bajar.- Normalmente, hago esto con mi amiga Tabitha. Cuando voy con ella no me asusto tanto. -O más bien es que la otra chica no la dejaba asustarse.- Pero quiero acostumbrarme, de verdad. No puedo estar siempre pidiendo ayuda. -Era más un pensamiento en voz alta, algo así como un autoregaño.- Creo que por eso a mamá no le molestó que no fuera Ravenclaw como ella, sabía que no lo pasaría bien subiendo y bajando hasta la torre más alta.
    Merci Prouvaire!


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    Jue 22 Oct 2020 - 9:37

    La chica del pelo raro
    CON Poppy EN Escaleras de la Torre Ravenclaw A LAS 11:00h, 5 de septiembre de 1995
    Sintió un leve cosquilleo en el pecho cuando vio como la chica se pegaba a su brazo y cerraba los ojos. No quería verla tan asustada, pero... Por un momento se sentía como si la estuviera salvando de algo y eso le hizo sentirse bien. Había empezado a sonreír como un bobo pero la sacudida de las escaleras le devolvió a la realidad, haciéndole agarrarse como pudo a la barandilla con la mano que no estaba ocupada por el agarre de Poppy.

    Las escaleras volvieron a conectar con su destino con un traqueteo que les sacudió a los dos, pero hubiera sido mucho más violento de estar de pie, al estar sentados apenas se movieron un poquito. Ya está. ¿Ves? No ha pasado nada. Dijo con alegría y se levantó, dándole la mano a la chica para ayudarla a levantarse. Y entonces le dio las gracias y le dijo que era muy listo, a lo que él se metió las manos en los bolsillos y agachó un poco la cabeza, moviéndola de un lado a otro como quien le quita importancia. De nada. Tenía que estar coloradísimo, se notaba el calor en las mejillas. Ya lo sabes... Para la próxima... Aunque puedo bajar contigo cuando vengas por aquí, si quieres. Claro que sí, Marcus. Qué tontería acababa de decir. Pero no le importaría bajar y subir las escaleras con la chica si ella lo necesitaba, ciertamente.

    Escuchó a la chica mientras bajaban. Le había cogido de la mano y Marcus intentaba centrarse en lo que decía pero no podía evitar mirar a otro lado mientras presionaba sus labios como un bobo para evitar que se le viera la sonrisilla. Eso es muy valiente, y muy inteligente. Lo de acostumbrarte digo. Pero de mientras... Me puedes pedir ayuda a mí también si te hace falta. Repitió. Dos veces le había dicho ya que podía llamarle para subir y bajar las escaleras. ¿¿Pero qué te pasa?? Es que la chica parecía necesitarlo y... A él le hacía sentir bien saber que la estaba ayudando.

    ¡Oh! ¿Tu madre es Ravenclaw? ¡Como mi padre! ¡Y mi abuelo! Y tú mismo, ¿no, Marcus? Bueno, y como yo, claro. Rió con una mezcla entre nervios y timidez. Entonces, ¿tu padre era de Hufflepuff? Sacudió un poco la cabeza. Quiero decir. Que sé que eres de Hufflepuff porque... Eh... Tu corbata... Y la selección... Me lo ha dicho Alice. Que no quería que pensara que la estaba espiando o algo por el estilo. Mi madre era de Slytherin. Mejor seguir con el otro tema. No sabía a cual me iban a mandar, pero... No sé, me gustaba mucho Ravenclaw y... Aquí estoy. Se encogió de hombros con una sonrisita mientras seguían bajando. ¿Te gusta tu Casa?
    Merci Prouvaire!


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    Dom 25 Oct 2020 - 11:47

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    CON Marcus EN Escaleras de la Torre Ravenclaw A LAS 11:00H, 5 DE SEPTIEMBRE DE 1995
    Estaba muy contenta y agradecida con Marcus por haberla ayudado en aquel momento y por acomapañarla por las escaleras también. Además, parecía muy simpático, como Alice le había dicho.

    - Oh, gracias. -Respondió cuando el chico dijo que su intención de acostumbrarse a las escaleras, aunque fuera poco a poco era algo valiente. Casi se había puesto coloradilla al escucharle. Y más cuando volvió a ofrecerle su ayuda para cualquier otro momento en que pudiera necesitarle.- Vaya, eres muy amable de verdad, Marcus. -Sonrió alegre al chico.- Pero de todas maneras voy a intentar no molestarte mucho. -Aseguró, en parte porque tenía a sus amigas, y en parte porque realmente no quería abusar tanto de nadie y aprender a valerse por sí misma.

    Asintió con seguridad cuando le preguntó si su madre era Ravenclaw, diciéndole que en su familia también había muchos. Pero entonces le preguntó si su padre era Hufflepuff y a ella se le escapó una leve risita.- No. Mi padre fue Slytherin. -Le contó sin darle mayor importancia. Claro que era normal que supiera que ella era de Hufflepuff, porque su uniforme ya lo diferenciaba, así que no lo pensó mucho.- Qué curioso que tu madre también fuera Slytherin, puede que nuestros padres se conocieran en Hogwarts, o igual se conocen de fuera, no lo sé... -Seguramente sí, porque sus padres conocían a todo el mundo, en la mente de Poppy.- Y sí, me gusta ser Hufflepuff. -Respondió tranquilamente.- A mi me gustaban todas las casas, porque todas tienen cosas muy buenas. Pero la verdad es que me daba un poco de miedo caer en Gryffindor o Ravenclaw por las alturas de las torres... me siento mejor en mi Casa, estando en los pisos inferiores. Además, nuestra Sala Común es muy acogedora y bonita... hay muchas plantas y luz y es alegre. -Le fue contando, casi sin darse cuenta ya habían pasado dos tramos de escaleras.- Claro que supongo que todas las Salas Comunes lo son, ¿cómo es la de Ravenclaw?
    Merci Prouvaire!


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    Lun 9 Nov 2020 - 17:07

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    CON Poppy EN Escaleras de la Torre Ravenclaw A LAS 11:00h, 5 de septiembre de 1995
    ¡A mí no me molesta! ¿Qué haces? Eso había sido demasiado efusivo, y si lo juntabas a que acababa de ruborizarse un poquito porque le había dicho que era muy amable, podía ser bastante descarado. Quiero decir, que... Si vienes por aquí, te puedo ayudar. No me importa. Al revés. Así no voy solo. Como excusa podía valer...

    Oh. Respondió algo sorprendido, con los ojos un poquitos más abiertos. Entonces, su madre era Ravenclaw y su padre Slytherin, pero ella era Hufflepuff... Es decir, que esas cosas podían pasar, que tus padres fueran de unas Casas y tú de otra. Pues menos mal que se había enterado cuando ya estaba en Ravenclaw, si no le da algo. Que no tenía nada en contra de las otras Casas, pero... Ravenclaw le gustaba más. ¿Te imaginas que fuera así? Preguntó risueño cuando dijo que quizás su padre y su madre se conocían. Porque si eran amigos, a lo mejor podían verse en verano... ¿¿Qué hacía pensando en eso?? Mi madre fue prefecta en sexto y en séptimo, así que era muy famosa. La gente la quería mucho. En la mente de Marcus, por supuesto, porque para él su madre era la mejor y la veía con un aura de súper mujer que le hacía pensar que era imposible que alguien no la viera igual.

    Asintió con comprensión y una muequecita en los labios. Claro. Que le daba miedo caer en Ravenclaw o en Gryffindor por las torres, claro. Pobrecita. Aunque si hubiera caído a Ravenclaw, a él no le hubiera importado ayudarla a subir y bajar las escaleras todas las veces que hiciera falta. ¿Ah sí? Sí que parecía bonita. Esbozó una expresión entre orgullosa e ilusionada, mirando un poquito hacia arriba mientras seguían bajando las escaleras. Pues la nuestra tiene un montón de estandartes azules, y los sillones son azules, y las mantitas. Y tiene un montón de libros, unas estanterías altísimas. Esperaba crecer un poco más en esos años, porque a las baldas superiores no llegaba. Y, claro, Marcus quería los libros de las baldas superiores. Y una chimenea, y en la mesa siempre hay chuches. Se metió las manos en los bolsillos y agachó la cabeza. Todas las noches me como una, pero no se lo digas a mi prefecto. No es que estuviera prohibido ni nada, pero lo hacía sin que se diera cuenta nadie porque le llamaban demasiado la atención, así que le daba un poquito de vergüenza. ¿Y no hace frío en las mazmorras? En el aula de pociones hace una temperatura... Rara. Él prefería el aire fresco de su torre Ravenclaw.
    Merci Prouvaire!


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    Sáb 14 Nov 2020 - 12:30

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    CON Marcus EN Escaleras de la Torre Ravenclaw A LAS 11:00H, 5 DE SEPTIEMBRE DE 1995
    De verdad que Marcus le parecía uno de los chicos más amables que había conocido. Y tenía que pensar en una forma de agradecerle todo eso que estaba haciendo por ella al acompañarla.

    Imaginar que sus padres se conocían no era difícil, porque ella estaba segura de que sería así.- ¿Cómo se llamaba tu madre antes de ser la señora O'Donnell? -Preguntó curiosa, pensaba curiosear en la próxima carta que escribiera a casa.

    Mientras seguían bajando, mucho más relajada ahora por tener la mano de alguien y por estar hablando olvidándose un poco de los pisos que quedaban y la altura de las escaleras, Marcus le habló de cómo era la sala común de Ravenclaw. Sonaba a que era maravillosa, llena de cosas fascinantes.
    Se rio un poquito cuando le preguntó si allí no hacía frío.- No. La sala común de Hufflepuff está en el sótano, junto a las cocinas. Las mazmorras quedan por otro lado, cerca del lago y por eso hace más frío en la sala de Slytherin y el aula de pociones. -Le explicó, aunque seguro que ya lo sabía.

    - Nuestra sala común tiene ventanas que dan al césped por las que entra el sol, así que es más cálida, además de las chimeneas y mantas de lana tejidas supercalentitas. -Le fue contando, le encantaban esas mantas.- Casi todo es de color amarillo y negro, pero también hay madera y mucho verde, por lo de las plantas que te he dicho antes. -Recordó que ya le había hablado de eso, pero es que le gustaba mucho.- Cerca de la chimenea hay una mesita con galletas y una tetera que nunca se enfría ni se queda vacía. -Siempre humeante.- Y la primera noche los alumnos mayores nos habían preparado una pequeña fiesta después de cenar con muchos dulces y chocolate caliente, para darnos la bienvenida. -Había sido estupendo y los alumnos nuevos e hijos de muggles se habían sentido muy bien.- Pero lo que más me gusta... lo que más más... es el retrato de Helga Hufflepuff. Tiene ese tipo de sonrisa amable que te hace sentir bien solo con mirarla. No sé. -De pronto se sintió algo avergonzada de haber dicho eso, así que solo se encogió de hombros y siguió bajando.
    Merci Prouvaire!


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    Dom 22 Nov 2020 - 14:37

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    CON Poppy EN Escaleras de la Torre Ravenclaw A LAS 11:00h, 5 de septiembre de 1995
    Emma Horner. Dijo con orgullo, con las manos agarradas tras la espalda, sacando pecho y con una gran sonrisa. Y mi padre es Arnold O'Donnell. Y mi abuelo Lawrence O'Donnell. Demasiada información. ¿Y los tuyos? Quizás le sonaran. Sus padres y su abuelo conocían a mucha gente. De hecho, juraría que había escuchado alguna vez antes el apellido McKenzie... De haber sabido que Poppy... En fin, de haber sabido que los McKenzie tenían una niña de su edad... Ya podían haberse hecho amigos antes...

    ¿Junto a las cocinas? Preguntó con los ojos muy abiertos. Por un lado le encantaría que la Sala de Ravenclaw estuviera junto a las cocinas, pero por otro se pasaría el día muerto de hambre por culpa del olorcillo, o intentando hacerse amigo de los elfos para que le dieran algo. Cualquiera que le viera pensaría que llevaba años sin comer, pero es que era un pozo sin fondo. Sonrió mientras la chica le contaba como era su sala común, que parecía súper acogedora. Lo que sí le gustó y le hizo activar sus sentidos de nuevo fue lo de la mesa con galletitas. Que rico. Es que no lo podía evitar. Pero abrió aún más los ojos con lo de la fiesta. ¡Que rico! Repitió, y miró hacia arriba pensativo. Nuestros prefectos nos hicieron un juego de adivinanzas, y a los que ganaban, les daban un pergamino con un montón de secretos y cosas chulas del castillo. Y gané yo. Eso último lo dijo de nuevo con expresión orgullosa. Se detuvo, emocionado, girándose hacia ella. ¿Sabías que hay un Club de Misterios? Chistó y retomó el caminar. De haberlo sabido antes, me habría apuntado. Volvió a esbozar una expresión pensativa. Si algún día soy prefecto, haré las dos cosas: lo de las adivinanzas, y lo de la fiesta con comida. Asintió mirando al frente, convencido. Y en mi pergamino habrá muchas más cosas escritas porque voy a empezar desde ya a apuntarlas.

    Siguió escuchando a la chica mientras bajaban las escasas escaleras que le quedaban. Estaba bastante distraída, eso era bueno, parecía que con tanto hablar se le había pasado el susto. Sonrió con ternura y se encogió un poquito de hombros. Es verdad que la tiene. He visto su retrato en los libros de Historia de Hogwarts. Suspiró un poco. En nuestra sala hay una estatua de mármol de Rowena Ravenclaw. Es alta e impone un montón. Tiene como un aura de... No sé... No sabía como describirlo, pero al verla pensaba "no puedo defraudarla, tengo que ser el mejor". Mejor no decía eso en voz alta porque sonaba un poco a tontería. Ya sé que solo es una estatua, pero es como si fuera la mujer más inteligente del mundo, como si solo por estar a su lado fueras mas sabio o algo así. Se encogió de hombros. El otro día había una cosa de herbología que no entendía y me senté al lado de ella y al final me enteré. Supongo que también relaja, o algo. Se rascó la nuca y notó que se ruborizaba un poquito, soltando una risilla nerviosa. Debes pensar que estoy loco o algo así.
    Merci Prouvaire!


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    Dom 29 Nov 2020 - 6:29

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    Asintió cuando le dijo el nombre de sus padres y de su abuelo. Que le sonaba su apellido, aunque nunca hubieran hablado con ella, claro.- Les preguntaré a mis padres si les conocen la próxima vez que escriba a casa, aunque seguro que sí. -Sonrió. Porque claro, conocían a todo el mundo.- Mi padre es Alexander Malcolm Mackenzie y mi mamá, Wilhelmina Rose, antes de casarse su apellido era Myricks.

    Siguiendo hablando de su sala común iba asintiendo a lo que Marcus apuntaba. Sí, estaban junto a las cocinas y sí que había sido maravillosa su primera noche en el castillo y la pequeña recepción que les hicieron.
    Le pareció muy curioso que sus prefectos también les hicieran un juego de adivinanzas y un pergamino con misterios del castillo para los mejores.- También suena muy divertido. -Claro, no tan dulce, pero sí era cierto que parecía más en concordancia con el espíritu de su Casa.- ¿Es cierto que no tenéis una contraseña, que el águila de vuestra puerta os lanza un acertijo para que podáis pasar? -Preguntó, porque había escuchado las historias y que los acertijos eran muy difíciles, tanto que si no lo adivinabas debías esperar a otro alumno que quisiera pasar.

    Se alegró de saber que el chico estaba de acuerdo con ella en que Helga Hufflepuff tenía una de las sonrisas más dulces que había visto y que te hacía sentir bien sin más. Y entonces él le habló de la estatua de Rowena Ravenclaw que había en su sala común y de cómo "ayudaba" de alguna forma a sus alumnos.- Vaya, me encantaría poder verla. -Suspiró un momento, hasta que él dijo que le iba a tomas por loco por decir esas cosas.

    - ¿Qué? No... no creo que estés loco. -Negó con la cabeza repetidamente.- Tú no crees que yo lo esté porque un retrato me haga sentir bien, ¿verdad? -Le había dicho que no al darle la razón, así que ella tampoco iba a pensar mal de él.- Quizá es que como Rowena Ravenclaw era una bruja tan extraordinaria e inteligente, te haga sentir bien con tus estudios y por eso estar cerca de ella te ayuda a tranquilizarte y aprender mejor... -Igual era demasiado pensar lo que estaba diciendo, pero era lo que creía que le pasaba a ella con el retrato de Hufflepuff.- Pero si no entiendes algo de herbología, puedes venir a estudiar conmigo, se me da bastante bien. Aunque mucho más en la práctica que en la teoría, tengo que reconocer. -Se mordió el labio, porque aunque le gustaría ayudar, tampoco es que fuera una gran experta, estaba estudiando lo mismo que él claro, pero en casa tenían en invernadero y siempre le había gustado estar por allí.
    Merci Prouvaire!


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    Alchemist
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    Jue 24 Dic 2020 - 8:24

    La chica del pelo raro
    CON Poppy EN Escaleras de la Torre Ravenclaw A LAS 11:00h, 5 de septiembre de 1995
    ¡Anda, Alexander, como mi hermano! Aunque todos le llaman Lex. A mí me gusta más Alexander, pero él prefiere Lex. De verdad que lo intentaba, pero cuando empezaba con la retahíla no podía parar. Tragó saliva y bajó un poquito la cabeza para escucharla, que se iba a creer que quería acaparar toda la conversación o algo así. Yo también le preguntaré a mis padres. Pero... Dentro de varios días. Se encogió de hombros. Es que ya le he mandado tres cartas en cinco días y en la última me dijeron que fuera un poco más comedido, que Elio estaba agotado. Frunció los labios con tristeza. Sí, se había pasado un poquito con Elio. Quien, por cierto, Poppy no tenía por qué saber quién era. Oh, Elio es mi lechuza. Es muy pequeñito. Y le sienta mal el maíz, así que si le ves... No le des. Porfa. Tenía que ir advirtiendo a todo el mundo sobre lo del maíz.

    Alzó la cabeza y asintió con entusiasmo y una sonrisa. Sí, es cierto. Se encogió de hombros, mirando con suficiencia al frente. Pero son fáciles. Bueno, no eran tan tan fáciles, probablemente se lo estuvieran poniendo más sencillo porque eran de primero. Es un poco gruñona, a veces parece que le da coraje que acertemos... Pero también le da coraje que no acertemos, así que... Se encogió de hombros otra vez. Pero es muy divertido. Por ahora no he fallado ninguna. Y espero no fallar, que no quiero quedarme fuera, ¿te imaginas? Ya se estaba viendo durmiendo a la intemperie o teniendo que pedir refugio en otra Sala Común y le daba algo solo de pensarlo.

    La escuchó decir que no estaba loco con esa seguridad y hablar así de Rowena Ravenclaw. Él la admiraba mucho, y Poppy tenía una dulzura especial diciendo las cosas... Le gustaba. Osea, le gustaba como decía las cosas. Y las cosas. En sí. Eso. Seguro que es eso. Confirmó con una sonrisa tranquila. Pero abrió un poco más los ojos cuando dijo que podía ir a estudiar con ella si quería. Oh. Claro. Sí. Estaría genial. ¿Se había puesto colorado? Esperaba que no se le hubiera notado. Pero es que llevaba menos de una semana en Hogwarts y una chica ya le había invitado a estudiar con él, ¿le estaba pasando eso de verdad? Además, no era una chica cualquiera, que la vio el primer día y... En fin. Tenía que contarle eso a sus padres también. Bueno, o no, la verdad es que eso le daba un poquito de vergüenza contarlo. Y tenía que dejar a Elio descansar. Sí, mejor eso.
    Merci Prouvaire!


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    Dornish Sun
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    Dornish Sun
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    Lun 28 Dic 2020 - 9:53

    La chica del pelo raro
    CON Marcus EN Escaleras de la Torre Ravenclaw A LAS 11:00H, 5 DE SEPTIEMBRE DE 1995
    - ¿Tienes un hermano pequeño? -Preguntó al escuchar hablar de Lex.- Yo también, el mío se llama Fergus, por nuestro abuelo. -Comentó, aunque igual era una tontería decirlo, ¿no? Por eso no le dijo que su segundo nombre era Alexandrina, porque seguramente ya fuera demasiada información y líos de Alexanders...
    Pero le hizo gracia lo de que hubiera escrito tantas veces a casa y que su lechuza estuviera cansada.- ¿Tú también tienes una lechuza de mascota? Mis amigas me decían que debía escoger un gatito, pero yo quería una lechuza, para poder escribir a casa. La mía se llama Jacquimo. Y bueno, yo prometí que solo mandaría una carta a la semana, así que estoy esperando al domingo y mientras voy anotando todo lo que quiero contar... espero que no sea demasiado peso al final. -Pensó un momento en voz alta... Pero volvió a mirar a Marcus cuando le dijo lo del maíz.- Oh, no te preocupes, no le daré maíz. -Aseguró, muy seria, porque se tomaba esas cosas como importantes.- Suelo tener chucherías para lechuzas, ¿le gustan? -Seguramente sí, pero si le sentaban mal tampoco le daría.

    Se quedó algo impresionada cuando Marcus dijo que los acertijos de la Torre de Ravenclaw eran fáciles, había escuchado lo contrario y que muchos alumnos se quedaban fuera hasta que conseguían resolverlos.- Bueno, pero si te quedas fuera seguro que alguno de tus compañeros puede ayudarte a resolverlo, ¿no? Trabajo en equipo. -Estaba segura de que era la mejor forma de resolver cualquier enigma y que así se conocerían entre todos y harían amigos. Igual por eso eran acertijos complicados. Seguro.

    Sin darse cuenta, cuando habían terminado de hablar de la posibilidad de estudiar juntos, ya habían llegado al pasillo de la Sala Común de Hufflepuff.- Vaya, qué bien, casi no me he dado cuenta de que habíamos bajado las escaleras hasta aquí. -Resolvió la chica, alegre.- ¿Puedes esperar un momento más? -Le preguntó de pronto. En cuanto el chico asintió, Poppy se apresuró, dando saltitos, a llegar hasta la puerta de su Sala Común para hacer sonar los barriles y pasar al interior, solo para salir un momentito después con un platito de galletas.- Son para ti. Muchas gracias por acompañarme, Marcus. -Se las ofreció con una gran sonrisa.
    Merci Prouvaire!


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    Alchemist
    Freyja
    Alchemist
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    Dom 10 Ene 2021 - 11:34

    La chica del pelo raro
    CON Poppy EN Escaleras de la Torre Ravenclaw A LAS 11:00h, 5 de septiembre de 1995
    Abrió los ojos con ilusión y una gran sonrisa. ¡Vaya! Qué coincidencia. Claro, porque seguro que eran los dos únicos alumnos de Hogwarts con una lechuza de mascota... Es que son bonitas, y prácticas, y son muy independientes, y tranquilitas, y pueden quedarse en la lechucería. Quedaba claro por qué a Marcus le parecía que una lechuza era la mascota ideal. Volvió a arquear las cejas. Oh, pues eso es buena idea... Aunque como yo haga eso me voy a quedar sin pergaminos. Rio un poco. Si Marcus tuviera que ir anotando todo lo que le gustaría contarle a sus padres, se pasaría el día anotando y necesitaría un cargamento de Elios para llevarlo todo. Pero estaba bien pensada la idea. Y a lo de las chucherías para lechuzas asintió sonriente. ¡Sí, mucho! Es muy goloso. Como yo. De hecho, a veces le quitaba las chucherías de humanos, como para que no le gustaran las chucherías de lechuza.

    Ladeó un par de veces la cabeza. Sí, supongo. A él no le importaría ayudar a un compañero a entrar resolviendo su acertijo, se sentiría bastante bien de hecho... Pero pensarlo al revés no le hacía tanta gracia. Le daría mucha vergüenza que otro compañero tuviera que resolverle su acertijo para que pudiera entrar, se sentiría indigno de su casa. Marcus tenía un nivel de autoexigencia demasiado alto. Iba pensando en eso, con las manos en los bolsillos, cuando se toparon con la puerta de la Sala Común de Hufflepuff. Bueno... Pues ya habían llegado. Puso una muequecita resignada, vaticinando la despedida, pero la chica le dijo que esperara un momento fuera. Claro. Aseguró rápidamente, aunque algo confuso, y se quedó mirándola entrar con las manos en los bolsillos. Esperó intrigado, pero no tardó nada en verla salir... Con galletas. Se le iluminó la cara. ¿¿De verdad?? Casi llora de emoción. Le encantaban las galletas, y ese gesto... Había sido muy dulce, tanto que el corazón le había dado un saltito, volvía a tener una sonrisita boba en la cara y se había ruborizado un poquito. ¡Gracias! Me encantan. Cogió una y la probó. ¡Mmmm qué rica! Y tanto, y olían genial. Sí que tenía razón el sombrero, se lo hubiera pasado muy bien en Hufflepuff... Pero seguía prefiriendo Ravenclaw.

    Muchas gracias, Poppy. Ya se había comido dos galletas. Y, bueno... Si necesitas... Algo, o ayuda para bajar las escaleras, a mí no me importa subir y bajar muchas veces. Se irguió, sonriente, con su regalito en las manos. Algo le decía que no iba a llegar ni una galleta a la sala común. Ah, y quedamos para estudiar cuando quieras. Él ya tenía eso en su cabeza y desde luego que no se le iba a olvidar.
    Merci Prouvaire!


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