Naomi Blossom lleva una vida de lujos, caprichos y paparazzi. Está en su mejor momento, todas desean ser como ella o mejor aún, ser ella. Para ella lo tiene todo, fiestas, conciertos, restaurantes caros, atención de todo mundo. Su vida no podía estar en su mejor momento. Excéntrica, siempre combinada, uñas llamativas, estilo juvenil, diamantes, prendas… toda una diva.

Desde pequeña siempre se dijo que sería independiente, que lograría todo por méritos propios. El tiempo pasó y lo había logrado. Había incluso ganado más de lo que nunca imagino. Lo mejor de todo es que lo que era de ello, nadie se lo quitaría. Nadie tendría derecho a reprocharle nada. Su fortuna era suya y haría con ella lo que le viniera en gana. Al final de cuentas todo lo había ganado con el sudor de su frente, aunque ahora pareciera que se le daba todo fácil.


Naomi no había necesitado de hombres que le compraran el éxito, pagaran sus lujos. Ella nunca necesitó de un sugar daddy. ¿Para qué uno cuando ella bien podía ser una Sugar mami? No es que de buenas a primeras se lo planteara. Sin embargo, ocurrió con el tiempo después que un día conoció a Tyler Bennett hizo contemplar la idea. El chico era joven, guapo y a sus ojos merecía más de lo que tenía, pues hacía bien su trabajo. Era un carpintero y había llegado hasta su mansión para trabajar en las remodelaciones. Fue ese tiempo que Tyler había sido una compañía constante para ella fuera de las amistades y colegas. Ahí también donde noto que aun cuando estaba rodeada de tanta gente, igual estaba sola.

Por su parte, el chico no podía evitar aprovechar la oportunidad. Lo necesitaba, no había podido pagar sus estudios por los que aún no había tenido esa oportunidad. Siempre había deseado ser productor de musical. Pero nunca se cumplió, pasaron cosas y tuvo que hacerse cargo de su hermana pequeña desde muy joven. Sin embargo, esa parte se la guardaba por miedo a que eso le cortara el atractivo. Aun cuando la doraba. Tyler lo hacía por interés aun cuando tuviera una buena justificación. ¿La pregunta sería cuánto duraría esto? ¿Y si duraba, seguía siendo por interés? ¿Naomi lo seguiría viendo como ese trofeo que sus amigas no tenía? ¿O igual flaquearía con el jovencito? La pregunta se responde solita, pues la mujer decide ponerlo a prueba luego de un corto tiempo trabajando en su hogar, cuando le ofrece acompañarla a una isla privada donde solo personas con mucho dinero podían asistir. ¿El problema? Pues que se tendrán que en aquel lugar comienzan a ocurrir cosas extrañas e inesperadas. Enfrentarlas podría ser una oportunidad para crear un vínculo real más allá de la atracción y el interés. Pero primero que todo, necesitaran lograr salir de aquel lugar.

Todo estaba mal ya desde hace un tiempo. No tenía dinero y tuvo que ponerse a trabajar por obligación precisamente porque no tenía la plata necesaria y también porque tenía que hacerse cargo de su hermana pequeña que por suerte en algunos sitios dejaban que la acompañaran. Por suerte, su vecina era un encanto y no le pedía mucho para hacerse cargo cuando no tenía posibilidades de llevarla.

Ahí de lado habían llegado sus sueños de ser productor musical y se estaba desesperando bastante porque el tiempo se acercaba para  no poder convalidar luego de congelar. Lo cual era triste, sabía que ya estaba destinado a ser un frustrado y solo ser trabajólico, la única posibilidad que tenía era tomar su segunda opción o tercera para surgir después si ganaba una beca en un instituto o cualquier universidad de la mala reputación, pero algo era algo, el profesional lo hacía uno mismo.

Gracias a mucho talento que tenía su padre había aprendido muchas cosas y sabía bastante de carpintería. Por lo cual uno de sus trabajos de modo independiente era ir a a las casas a reparar muebles o armar que fortaleció en uno de sus cursos que tenía en el colegio, al menos no se iba por lo ilegal.

Sin duda, estaba de suerte. Un ex compañero de la universidad le había pedido ayuda de carpinteria para la amiga de su mamá que hace tiempo estaba buscando un carpintero de confianza, pero ahí jamás pensó que la mujer vivía en ese barrio tan rico que todos hablaban así que supuso que era un trabajo que tendría que ser muy correcto y trabajar bien para ganarse su confianza para que lo tuviera presente para cualquier otro tipo de problema.

Dejó a Madison donde la ancianita que algún día le pagaría todo y le regalaría un obsequio estupendo y se marchó. Tenía suerte de haber conservado el auto de su padre que había dejado a su nombre porque aunque representaba más dinero era más conveniente en definitiva tenerlo para ir a diferentes sitios a trabajar. Era un gasto también pero vaya que funcionó esta vez porque la dirección quedaba bastante lejos de su casa y por así decirlo a la punta del cerro.

Y llegó a tiempo. Casi muere cuando llego a una sola puerta de entrada donde un guardia le preguntó quién era. Señaló su nombre y luego de esperar un momento lo hicieron pasar. Se puso nervioso por el tamaño bestial de la mansión. Estacionó donde debía y al salir empezó a sacar las cosas necesarias.

Y en la puerta estaba la mujer más espléndida que había conocido en su vida. Imaginaba que estaba dentro de los cuarenta pero se conservaba bastante bien. ¿Y cómo no? Tenía dinero. —Buenos días, soy Tyler Bennet. Gracias por la confianza, algo me adelanto Steve aunque me gustaría saber con más profundidad. — La miró a esos ojos verdes de ensueño y contuvo el suspiro. Más encima que la mujer sin esa intención lo intimidaba tan solo con su presencia. Era muy hermosa.

Afortunados eran los millonarios que contaban con dinero, todo lo que desearan y más encima se conservaban bien por muchos años. El con sus 25 años se sentía desgastado pero reconocía que también era guapo.  Nunca había tenido problema alguno en conquistar a una mujer.

La vida de Naomi no siempre había estado llena de excesos. Cuando niña había tenido que aprender hacer más con menos, luchar para llegar a la cima. Todo esto lo había logrado con determinación, y talento claro está. No se lograba nada siendo una cabeza hueca. Aun cuando algunos pensaran que lo era. Por eso era exitosa; sin embargo, había un tema en el que no había tenido tanto éxito. El amor.

Había tenido sin números de pretendientes. Pero ninguno parecía estar contento con que ella brillara más. Ella nunca pudo con ese tipo de hombres que le tenían más celo a su éxito que incluso a otro tipo que se le acercaran. Le habían roto el corazón una vez en la que pensó que quizás ese era el bueno, un millonario dueño de una cadena de hoteles. Más al final, el día de la boda se enteró de una infidelidad y ella simplemente no pudo con eso, haciendo que cancelarla todo. Había sido un completo escándalo. Sin embargo, de eso ya habían pasado diez años. Ya no sufría por él, pero no se había permitido enamorar nuevamente. Sin embargo, no se cerraba a las relaciones.

La castaña tenía una enorme mansión y evidentemente no era ella la que estaba a cargo de la misma. Había mandado a contratar un carpintero para trabajar en el área de la piscina. Una amiga le recomendó uno y ella simplemente confió en su palabra, por lo que lo mando a contratar de inmediato. Sin embargo, no había sido ella quien hizo las gestiones. Por lo que hoy sería la primera vez que se lo toparía. Solo conocía su nombre, pero si el tal Tyler Bennett era tan bueno como decía y le hacía un trabajo satisfactorio, posiblemente lo podría considerar para otros proyectos.

Se encontraba en su vestido de verano, debajo del mismo su traje de baño y en su cabeza una pamela elegante y unas gafas de sol. Lo esperaba en la puerta, quería ser ella quien lo recibiera. Necesitaba que supiera en este lugar a pesar de estar llenos de lujos, se era hospitalario. Cuando vio al chico entrar noto que era más joven de lo que creía. Bajo las gafas de sol un tanto, descansándolas sobre la punta de su nariz mientras lo veía por encima de ellas. — Buenos días, señor Bennett. — saludo, terminando por quitárselas para revelar por completo sus ojos.

Naomi lo miro por un momento con detenimiento, tenía un toque pícaro además de ser muy guapo, lo que le hizo dibujar una sonrisa en el rostro. — Muy bien, directo al grano. Eso me gusta. Bueno, espero que no me decepcione. — le comento la mujer dándole una guiñada.

— Pues verás, tengo un patio muy amplio y, sin embargo, el área de mi piscina está un tanto vacía… digo tiene un área para recostarse y tomar el sol, pero hace falta como un bar. Así, cuando haga alguna actividad aquí, las meseras no tendrían que ir desde las cocinas hasta esta área para traer los tragos. ¿Suena lógico? — pregunto la cantante mientras caminaba hacia el área de la piscina. — Verás que hay una estructura a medio construir. Pero fue que el anterior no dio la talla… y lo tuve que despedir. — comento. — Pero por las recomendaciones, presiento que esta vez será diferente. — finalizo encogiéndose de hombros.

Todo había partido de que un amiga de su amigo le había pedido ayuda para una amiga. Todo muy loco, solo que al estar ahí se había dado cuenta el trabajo que significaba, la gente millonaria esperaba que hicieran todo bien, así que si comenzó a sentir presión.

Su rostro le resultaba conocido y bastante pero en ese momento no recordaba de donde, el asunto es que si era una mujer hermosa y que seguramente hasta podría ser una estirada. Por supuesto, ese pensamiento lo cambió por lo bien que lo trató, lo hizo sentir bienvenido y que ante todo también era humilde, sonrió con suavidad al sentirse más seguro. Ni siquiera lo había mirado en menos al verlo más joven, es que en cuanto a la carpintería, eran los más adultos que contaban con más experiencia. — De verdad espero no decepcionarla, señorita Blossom — La había llamado así porque se había percatado que no era una mujer casada y no llevaba un anillo en su dedo. Toda una mujer moderna e independiente. Había quedado algo absorto por esa guiñada de ojo. ¿Siempre actuaba así de coqueta o solo era sociable?

Comenzó a sentir más presión por el trabajo. Ya que aquello llevaría días pero esto era un trabajo que no podía perder y tenía que mostrarse seguro, hace algún tiempo también había hecho un bar pero claro que imaginaba que ni tenía comparación para el gran terreno que tendría, sabía que habrían exigencias. —Entiendo… tengo que ver el terreno para calcular cuantos días me llevara hacerlo. Como no cuento con ayuda será por mucho más tiempo si eso no significa una molestia para usted. ¿Tiene alguna idea de como lo visualiza? Hay varios modernos que se pueden ver por el internet, y bueno  vuelvo a reiterar gracias por confiar en mi, que yo no llevo muchísimo tiempo en esto pero puedo decir que no la voy a defraudar. — Como había dicho ahora necesitaba ver el sector de la piscina y por suerte sabía como hacerlo, en ese caso igual tendría que ir en busca de materiales y más que el anterior había sido despedido por lo que había dejado todo a medio terminar, esperaba que estuviera bien construido para calcular como iba acabarlo y evaluar. — Supongo que Steve me ha dejado muy bien en cuanto a las recomendaciones y eso se agradece. Es que me ha visto trabajar constantemente. — Murmuró. De igual manera no era que se cortara con tanta belleza y todavía se estaba preguntando de donde la había visto.

También le gustaba diseñar todo por eso igual necesitaba su idea de bar para comenzar, si era necesario si es que no tenía los materiales comprados podía empezar mañana mismo si era necesario, igual iba a tener que coordinar con su vecina, su hermanita aún era menor para ir incluso a un jardín aunque ahora que tenía algo de plata - si es que todo salía bien - podría incluirla en uno. Tenía que pensar positivo y confiaba en sus habilidades por todas las enseñanzas de su padre y el curso, era algo que hacía por lo que tal como había dicho no iba a defraudarla.

Ella no solo era cantante, también era el rostro de varias marcas, por lo que solía estar en todos lados. Si no la conocían de una cosa, la conocían de otra o al menos la habían visto. Por eso mismo siempre andaba regía, solía cuidarse para que a pesar de los años conservar ese toque juvenil. ¿Ella sabía que el reloj corría pero que importaba? Naomi era rica, hermosa y famosa. Había sido un tiempo bien invertido. Claro… excepto en el amor. Pero ese tema mejor ni tocarlo que estaba muy bonito y soleado el día.

La mujer podría parecer un tanto exigente a la hora del trabajo. Ella, por supuesto, sí tenía sus expectativas con el resultado. Más no iba a juzgarlos sin tan siquiera haber comenzado. Además, un joven podía darle una nueva visión, nuevas ideas. Algo refrescante. — Estoy segura de que no, la sola disposición que le puedo notar me hace pensar que así será. — aseguro. Además, nada la podía decepcionar más de lo que su ex lo hizo, pensó Naomi. Solo que ese chiste se lo reservo para ella misma.

De por sí solía ser pícara, coqueta. Sin embargo, tampoco es que lo fuera con todo mundo. Solamente con quienes llamaban su atención. Y Tyler por supuesto que la había llamado y mucho. Quizás por respeto podía entender si la llamaba señora, pero que le llamara señorita la hacía olvidar la edad, aunque técnicamente lo era porque no se había casado. Otro punto para el carpintero. — Oh, claro, por supuesto, en confianza. Quiero que este seguro de todo, así todo será más sencillo. — aseguro, por ella, que se tomara todo el tiempo que gustara.

Llevo su mano a su propio mentón pensativa. — Sí, quiero que los enceres queden oculto dentro de los gabinetes, pero que sea funcional, no que simplemente los guardes y ya. Que puedan usarse sin moverlos allí. — comentaba la castaña. — Un área que pueda uno igual sentarse desde la piscina. Quizás al otro extremo un gazebo con algunos muebles para recostarse o hacer reuniones. — comentaba mientras comenzaba a imaginarlo. Aunque claro, el chico seguro tenía más visión en eso que ella. — Mira sería algo así parecido. Claro esta piscina y el área es mucho más grande, pero te da una idea. — le informo mientras le mostraba una imagen de referencia en su celular.

Naomi lo llevaba al área de la piscina que sería donde estaría trabajando. — Supones muy bien. Me dijo muchas cosas buenas de ti. Igual me mostró algunas fotos. Ahora que lo pienso, lo único que no hizo fue describirte. Ya sabes… Para reconocerte, claro. Pero eso ya no importa, al fin puedo hacerlo. — aseguro la cantante con una sonrisa. Por supuesto que lo decía porque no se esperaba que se viera tan bien, demasiado bien.  — Bueno, querido, eres libre de ir y venir. Yo estar aquí, me voy a asolear un poco, así que estaré cerca por si necesitas consultar algo o simplemente si necesitas algo. Lo que sea. No te cortes en pedir lo que necesite, no muerdo. — aseguro antes irse a recostar en una de las sillas de playa que había al borde de la piscina.

Realmente se preguntaba como tal mujerón no estuviera casada. Era imposible que no estuviera sola así que ya veía a entrar a un ricachón que querría toda su atención mientras trabajaba, era la suerte de algunos porque aunque él se sentía que podía conquistar a cualquier mujer, Naomi en particular se le hacía demasiado para él. ¿Es que acaso Steve lo había hecho a posta? Por eso nunca le dijo nada a menos que el trabajo que tampoco había dicho demasiado sino que más bien necesitaban a un carpintero y ya. Dijo que sí porque no podía estar rechazando nada por la falta de dinero que tenía. — Haré lo posible para que el trabajo quede estupendo — Volvió a decir con suavidad muy pendiente de cada movimiento y de sus gestos, a veces se quedaba mirando su buen rostro que realmente era hermosa. — Entonces irá todo bien— Comentó mientras se acercaba para asesorarse que todo estuviera en orden con respecto al bar y como lo quería. Parpadeó porque era mucho más de lo que pensaba  — Sí que es grande y me pregunto porque solo ha querido solo una persona, imagino que ha tenido muchas decepciones, y bien ahora tengo que empezar con las medidas y me dice que días puedo venir aquí hasta que el trabajo este por completo terminado. — Comentó y supo lo que venía iba a ser atrevido pero necesario para comenzar a trabajar. — ¿Podría enviarme la foto? O si quiere puede enviarla a mi amigo para que él la envía. Tengo que ver cada detalle — Murmuró el chico con suavidad que aunque el trabajo era denso confiaba en sus habilidades, si su padre lo había hecho él iba a seguir su mismo esmero y gran profesión.

Negó con la cabeza, y agradeció a Steve que mostrará su trabajo. — Sí, la verdad no me la describió. Quedé muy sorprendido cuando llegué a la mansión debo decir que es la primera vez que vengo por estas zonas — No quería decir que en un sector pudiente de gente ricachona y de bien. Presentía que le había agradado.

— Solo estaré una hora, también quiero preguntar cuando tendré a disposición los materiales. Si gusta puedo ir a comprarlos. — Exclamó con suavidad antes que se despidiera y dijera que iba a tomar el sol. La verdad es que cuando tuvo respuesta se fue a ese sector de la piscina para empezar analizar todo.

— Excelente, me emociona descubrir lo que harás. — Pues ella tenía altas expectativas en él. No era por exagerar, de verdad antes de aceptar contratarlo le habían presentado sus anteriores proyectos y aunque no eran de la misma escala que el que ella pretendía hacer en su casa, la había dejado impresionada. Podía notar la dedicación que le ponía y el esfuerzo.

Naomi le mostró la foto de lo que tenía en mente para aquel bar junto a la piscina. Por supuesto que aquello era solo una idea, el chico tenía visto bueno para ponerle su propio toque. Sonrió al escuchar lo asombrado que estaba por lo que le estaba pidiendo. — Es un proyecto grande, lo sé. Pero no te preocupes, tendrás todo lo que necesites, incluyendo el tiempo. No voy a presionar por el tiempo. Solo quiero que quede bien. Justamente por lo que dices. Algunos carpinteros experimentados no están abiertos a sugerencias y suelen ver a una como si no supiera lo que quiere. En cambio, uno joven con ganas de trabajar suele estar más pendiente a los detalles. — aclaró la castaña.

La mujer le miró cuando le dijo que me enviara la foto, pero luego se arrepintió y prefirió que se la pasara a su amigo primero. — No hay necesidad de complicarnos. Solo dame tu número y así te la envío por el WhatsApp. — Claro que era plan con maña, porque al enviar la foto estarían intercambiando números de teléfono. Pues bien, pudieron haber usado Bluetooth, pero casualmente lo olvido.

— Bueno, podría darte un tour luego. Si gustas. Así conoces el lugar. Necesitas conocer el área de trabajo. — comentó despreocupada. — Pues tengo ordenado lo básico y general que todo proyecto necesita. Ya sabes, madera, pegas, cemento… ladrillos, los tendrás para mañana a primera hora. Pero… Hay otros materiales que pueden variar dependiendo de lo que termines por diseñar. ¿Tienes un poco de más tiempo al terminar? No es que desconfíe de que puedas ir a comprarlos tú solo. Pero estoy aburrida y me gusta ir de compras. — Le comento mientras se acomodaba a tomar sol.

— No te molesta. ¿O sí? — preguntó mientras lo veía inspeccionar el lugar desde donde estaba. Naomi se había quitado el vestido revelando el traje de baño color negro. Mientras comenzaba a ponerse el bloqueador solar.

Tyler de igual manera estaba sorprendido, imaginaba que al tener ya esa casa su dinero sería elevado y seguro podía elegir uno de los mejores carpinteros, de hecho, incluso de aquellos que se dedicaban a salir en la tele y si que sus proyectos eran magníficos, él ya llevaba un tiempo e imaginaba que solo era un recomendación no dejaba de ser joven a comparación de los más adultos que siempre tendrían más experiencia porque se habían dedicado toda su vida a esto. —Pero bueno que los elogios vengan después del resultado. Yo estoy emocionado y ansioso por comenzar. — Señaló mientras dejaba en claro su punto de vista, y se disponía a escuchar lo que tenía que decir en cuenta al tiempo que iba a estar y lo que pensaba que fuera un carpintero joven. Le gusto su manera de pensar, sabía que tendría que estar varias horas para que el proyecto quedará bien, además le gustaba analizar todo así que una parte igual pretendía arreglarla. — Sí, la verdad es que dispongo tiempo por la mañana pero me cuesta un poco en la tarde. Es que estoy a cargo de mi hermana pequeña así que pensaba dejarla en una guardería en esos días. Así que dígame usted que días tiene a disposición para que yo pueda venir. — Prefería dejar todo listo porque si era necesario empezar mañana lo haría para que viera también sus ganas de trabajar.— Y tiene razón, los más jóvenes tenemos ideas más modernas, aunque créame no es que sea tan joven tampoco, ya tengo 25 — Murmuró con una sonrisa.

— Muchas gracias, anote es…— Dio su número para que comenzará anotarlo y luego vio la notificación del nuevo contacto. ¿Por qué su rostro se le hacía tan conocido?— No hay problema, en cuanto sepa que materiales me hacen falta podemos ponernos de acuerdo para ir a comprarlos. ¿Dispone de tiempo mañana temprano? Sí me gustaría empezar lo más rápido posible. — Señaló con suavidad mientras notaba que igual había cierto interés en él y eso lo hacía sentir bien, pero si que iba a matar a su amigo pues ya estaba notando sus verdaderas intenciones. Naomi era una mujer soltera y que seguramente se sentía sola al no estar casada, más encima que era magnificamente bonita.

Tyler estaba tan concentrado que no se había percatado cuando ella se quitó el vestido y se disponía a tomar el sol. Casi le da algo cuando se dio cuenta de ello. Tuvo que tragar saliva e intentó con todas sus fuerzas no ponerse rojo. No quería quedar como un tonto pero tampoco como un aprovechado que seguro que quería ligar así que se puso bastante serio y se hizo el profesional. — No se preocupe, es su casa y está en todo su derecho de hacer lo que quiera. Yo seguiré inspeccionando — Tomó el celular y vio el modelo que ella le gustaba, trataba de identificar los materiales y vio como el bar estaba a medio terminar, no estaba mal, se notaba que había un problema de por medio que no alcanzó hacerlo, anotaba las preguntas que quería hacer pues el diseño que este tenía no era el mismo que ella esperaba.

La vida no era perfecta, y todo ese cuento del empoderamiento tenía un límite. Es que seguía siendo humana, seguía siendo alguien que sentía y padecía, por tanto, ni todos los lujos del mundo podían alcanzarle para cubrir la parte de los sentimientos que en definitiva no le había ido nada bien. Claro estaba, Naomi había optado por no ser de las que se quejara del asunto. Simplemente, dejar que la vida siguiera, lamentarse tampoco le haría algún bien. No se sentía plena, pero al menos si sentía feliz. ¿Hacia sentido? Bueno, al menos a ella parecía hacerle.

— Tienes razón, tienes razón. Y me alegra que te emocione el proyecto, la verdad es uno que me llena de bastante ilusión. Prefiero estar al aire libre. — termino por admitirle la cantante, le daba cierta sensación de libertad. La castaña le explico lo que pretendía hacer con la construcción y el chico parecía haber entendido bastante bien sus indicaciones. Claro que le estaba gustando lanzarle halagos, no solo por su trabajo, es que se veía muy bien el muchacho. Pero igual si esperaba que hiciera buen trabajo, no quería llevarse otra decepción resultando. Porque entonces si no sabría qué hacer. ¿Construirlo ella misma? No lo creo.

— Oh, tiene una hermanita. Entiendo, es lindo saber que a pesar de que te estás comprometiendo con tu trabajo, la familia sigue siendo una prioridad. De verdad, no tengo prisa. Solo necesito que se haga. Así que por mí está bien que sea en las mañanas. — le respondió, que de verdad ella no era intransigente como jefa y aquí nada tenía que ver su atractivo en esto. Realmente le conmovió que cuidara de su hermana.

— ¿Pueden ser los días normales, laborales, lunes a viernes? Así se le hace más fácil con lo de su hermanita, y tienen el fin de semana libre juntos. — le ofreció la mujer. Ella no tenía hijos, pero imaginaba que las guarderías esos eran los días que estaban abiertas. Igual si alguna vez la tenía que traer, no le molestaría. Pero todo a su tiempo.

— Oh 25… — murmuro con una sonrisa. Eso lo hacía interesante, era joven pero no tan niño. Quizás si hubiera tenido 20 se lo habría pensado más. Pero con esa edad ni siquiera podría ser su hijo, claro, a menos que hubiera sido una madre adolescente. Naomi anotó el número y pronto le envió la foto. — Listo, verifica si te llego. — le sugirio para irse a la segura, no siempre se podía confiar del todo en la tecnología.

La mujer ahora se asoleaba, pero sin dejar de conversar con el chico que se veía muy concentrado en sus observaciones. Naomi solo sonrió, no creía que le fuera tan indiferente, pero tampoco pretendía decir nada. Simplemente continuo con la conversación. Al final de cuentas, este solo era el primer día que estará allí. — Me parece perfecto, nada como unas compras mañaneras. ¿Pero… para usted que es temprano? Es solo para no hacerlo esperar, por supuesto. — le comento.

— Tienes razón es mi casa. Pero igual tampoco pretendo imponerme. — le admitió. — ¿Gustas de algún refrigerio o de tomar mientras estudias el área? — pregunto, podía mandar hacer algunos. No le faltaría de comer y o beber mientras trabajara en esta casa.

Para Tyler era muy importante el asunto de su hermanita. Y para no molestar a su vecina igual pretendía dejarla en la guardería. No importa si pagaba pero esto trabajo no podía dejarlo, era una gran oportunidad en todo sentido y seguro que la paga sería muy buena por todo lo que tendría que hacer. Pretendía caerle bien porque muy bien podría llamarlo para otra construcción de la casa. — Tiene 4 años, se llama Madison y sí… soy quién se hace cargo de ella junto a una tía pero ella comenzó a trabajar hace poco así que no tiene mucho tiempo. Mis padres murieron hace algunos así que imaginará que se ha hecho dificil, no quiero causar lástima pero supongo que el loco de mi amigo me ayuda bastante por eso, siempre me recomienda, nos conocimos en la universidad pero yo tuve que dejarla — Luego se dio cuenta que estaba hablando más de la cuenta y se iba por todo cuando hablaba de su querida hermana, sin duda, no se arrepentía simplemente era imposible dejarla sola en los primeros años e igual seguía siendo pequeña. — Lo siento… siempre hablo más de la cuenta cuando entró en confianza — Exclamó el rubio tratando de apaciguar su nerviosismo.

— Sí me parece perfecto, entonces de lunes a viernes. — Venía muy bien que fuera por las mañanas. — Imagino que también dependerá del clima si gusta si hay algún inconveniente por eso puedo usar algún sábado o domingo — Exclamó. Igual suponía que iba a estar solo, seguramente la mujer era muy trabajadora y solo lo dejaría con sus empleados que notó muy buena onda. — Listo… perfecto — Recibió el mensaje y le dejo un emoticon tonto que luego se arrepintió porque solo delataba su inmadurez.

— Sí, recién cumplidos. — Exclamó con una sonrisa y sabía que era imposible preguntarle su edad. — A la hora que le parezca y tenga disposición, imagino que su trabajo debe ser bastante demandante — Solo bastaba por ver esa hermosa mansión, el gran terreno que tenía.

— Gracias, un vaso de agua esta bien. — Lo hacía sentir cómodo y no se creía para nada, Naomi tenía un carácter bastante alegre y esperaba porque le había caído bien.

Sin querer ya había llegado a sus odios información que no esperaba, pero que al mismo tiempo le hacía valorar más la posibilidad de seguir contratando al chico para más proyectos. Por lo que pudo notar, hacía bien su trabajo, por lo que le mostraron. Así que tampoco creía que sería algo desperdiciado. No era ayudar por ser caritativa, era ayudar al ver alguien trabajador y talentoso que la vida no le había sonreído mucho en los últimos años.

Naomi se detuvo a escuchar su historia con interés, sonrió al mencionar lo pequeña que era su hermana. Aunque si le causó pena que tan pequeña ya hubiera perdido a sus padres. — Lo lamento, aunque noto que has puesto mucha dedicación en ella. Es afortunada de tener tan buen hermano. Si por alguna razón o emergencia tuvieras que traerla o no pudieras venir. Lo entenderé perfectamente. No te dé pena pedirlo. — Le dejo claro. Quizás le estaba dando demasiadas libertades, pero era mejor así. Tener a alguien contento y sin preocupaciones trabajando era lo que mejores resultados daba.

— No, no… no hay de que disculparse. Al contrario, me dice mucho de ti como persona, y eso se agradece. — Le aseguró, porque ella en algún momento de su vida había comenzado desde abajo, no había nacido rica. Sabía que había cosas que costaban.

— Seguro que sí, hay vemos los ajustes que sean necesarios según las circunstancias. — Le alegro saber que incluso estaba dispuesto a hacer algunos otros días adicionales si era necesario para así poder terminar. Otro posiblemente con aquella propuesta solo se pondría cómodo.

Noto el emoji que le envió confirmando que le había llegado la foto. — Perfecto. — Murmuró con una sonrisa. Podría haber una diferencia de edad, pero ella no dejaba de ser moderna, tecnológica. Era de la generación que comenzó a crecer con los cambios más acelerados de la misma. — Felicidades entonces si fue hace poco. — Le respondió, cada vez el chico se le hacía más intrigante y tentador.

— No te equivocas en eso, tengo que ir al estudio durante la tarde. Estoy trabajando en un nuevo álbum. Así que definitivamente es mejor aprovechar la mañana lo máximo posible. ¿A las 8 estaría bien? — sugirió la castaña. — Agua será entonces. — Naomi envío a que le trajeran agua al chico, así podía refrescarse un poco porque el sol hacía de las suyas. Tomó un rato el sol y cuando se cansó fue un momento a ver que tal le iba al chico. — ¿Crees que pueda resultar? No ha notado nada que pueda resultar en un imprevisto. — Le preguntó. Solo que si esperaba que no notara tan pronto era que a veces pasaban cosas raras en la mansión. Obra de alguien que solo quería fastidiarla, lo cual no dejaba de ser un tanto psicópata o algo sobre natural. No tenía idea, pero ella no había querido dejarse intimidar y como de todos modos no pasaba tanto tiempo allí, no le había dado importancia.

Era demasiado accesible. Se sintió un poco mal por juzgarla que pensaba que podría poner cualquier pero y como era bueno para hablar ahí había sacado el asunto de su pequeña hermana.— Esto no debí decirlo cuando apenas nos estamos conociendo y yo vengo a trabajar aquí, lo siento por ello, soy bueno para conversar y a veces se escapan cosas que parecen excusas — Murmuró el rubio que se había sentido algo avergonzado por aquello y ahora moría de la pena por hablar de más, pero la mujer se mostraba interesada en ese aspecto así que optó por seguir diciendo. — Muchas veces tengo que limitarme en mis diferentes trabajos por ella y otras no tengo opción porque igual tengo que darle una buena calidad de vida es tan pequeña. Gracias por la comprensión, le estaré avisando cuando haya dificultades — Mencionó con una sonrisa en los labios porque si había sido sincero que era comprensiva y empática.— Trato de mantenerme positivo a pesar que la situación es complicada — Sentía que se estaba ganando su confianza y eso era agradable, tampoco quería aprovecharse de la situación, pero obviamente si quería quedar bien con ella para que lo siguiera llamando cuando terminara el trabajo y ver más temas de la casa.— Me gustan los días de trabajo y mientras tenga el fin de semana libre está todo bien, recuperaría el día como dije si hay circunstancias.

Solo sonrió. La mujer era agradable y simpática. Ahora había que ver la hora para hacer las compras, más intrigado quedó cuando le mencionó que hacía música porque a él le encantaba aquello  y siempre quiso ser productor de música, al ver su casa tan grande imagino que era de aquellas que eran populares, solo que él no tenía idea. ¡Por eso su rostro se le hacía conocido! Solo que no había escuchado su música y por lo tanto por eso que no la recordaba, quizás hacía música totalmente distinto al que le gustaba. Se sintió un poco mal por eso.

— A las 8 está perfecto. Entiendo perfectamente que tenga ocupada las tardes así que me parece la hora adecuada — Señaló que no era un chico que tuviera problemas levantarse temprano. Quizás solo le pediría ayuda a su vecina por esos días y si uno no podía, lo reemplazaría por el fin de semana, es que era lógico Madison hasta se podía enfermar.

Asintió por el agua. El chico no entendió que todo debería ir bien, había estado observando y todo había ido bien. — Lo único que me gustaría empezar desde cero así pero no he visto ningún inconveniente por el momento. — Contestó el muchacho que quedó algo confuso, solo que todo tenía que continuar, imaginaba que solo debía encargarse de su trabajo y ya. — ¿Está de acuerdo con el tamaño? Empezaré anotar los materiales que necesito, será más fácil ya ver todo mañana. Solo me falta sacar algunas medidas y estaría listo por hoy la verdad — Argumentó el chico con calma, sintiéndose más seguro que en un principio y claro, todavía con la intriga que componía música, se moría de ganas de preguntar solo que no lo hizo, tenía que comportarse de manera profesional.

Naomi era una mujer que a pesar del dinero que tenía no se hacía de la vista gorda cuando veía alguien en necesidad. Era de esas que prefería hacerlo fuera del ojo público. Cuando las cámaras no rodaban. Si iba a ayudar alguien no sería por ella que la prensa se enterara, pues no lo hacía por el reconocimiento. Para reconocimiento tenía su carrera musical. Lo demás lo hacía porque le nacía ser así, ella de una forma u otra sentía que era la manera en que podía devolver lo que habían hecho por ella cuando estaba comenzando su carrera.

La castaña negó ante sus comentarios. — Descuida, yo igual soy buena oyente, aunque a veces no lo parezca. Además, una niña pequeña nunca será una excusa. Más bien una responsabilidad, así que haces bien en dejar las cosas claras. — le respondió, quizás si se hubiera tratado de alguna otra cosa podría verlo como excusa, pero no lo de su hermanita. — Sí, no te preocupes. Igual me agradan los niños, aunque no he tenido la oportunidad de tener alguno. Son tan inocentes y vulnerables. Que es bueno que a pesar de lo que les paso te tenga como hermano. Así que ni lo dudes en dejarme saber. — al menos se había tomado de buena forma su ofrecimiento.

— Excelente, ya tenemos esa parte cuadrada. — afirmo sonriendo, un empleado satisfecho y contento solía hacer mejor trabajo que uno inconforme. Eso estaba comprobado. El chico se veía muy diligente, muy dedicado a lo que hacía, por lo que podía observar Naomi, quien había prestado atención a sus movimientos mientras hacía las anotaciones.

— A las 8 nos vemos entonces. Podría hasta acompañarme a un cafe antes de irnos. Sí gusta claro. Para despertar bien. — comento la cantante. — Sí, la música es más demandante de lo que la gente cree. Comenzando por mis padres, aunque ya a estas alturas se dieron cuenta. — Añadió como si nada contándole un poquito de ella tal como él le había contado sobre su persona.

— Si piensas que será mejor desde cero, que así sea. — se acercó para analizar el tamaño que le indicaba. — Creo que sí, es lo suficientemente grande. Tampoco deseo una exageración. — comento Naomi. — Cuando los anotes, si es posible me envías la lista para así ir viendo el presupuesto en la noche y estemos preparados para mañana. — le sugirió la mujer. — Claro, ha sido un buen adelanto para ser el primer día. Tenemos las cosas claras, eso es lo más importante. Estás cumpliendo las expectativas que de lo que tu amigo menciono. — aseguro la mujer para volverse a sentar y dejarlo terminar de tomar las medidas.

El chico se sintió comprendido por el asunto de su hermana es que no podía dejarla mucho sola porque lo que más necesitaba era cariño y compañía para su edad. Agradeció con una sonrisa, más que igual estaba coordinando todo para empezar  ya mañana mismo y ciertamente ni siquiera le importaba ir temprano. — Estaré puntual y ahí estaré para el café.  — Prometió mientras analizaba un poco más y ahora que le había dado el visto bueno para empezar desde cero desde ese instante estaba viendo todos los materiales necesarios para empezar a construir el bar de madera y otros implementos que eran necesarios. Siempre con un poco de tutorías y todas las enseñanzas de su padre se sentiría seguro para estar bien.

— Durante la noche enviaré la lista de todo lo que se necesita. ¿No importa la hora que sea? Imagino que se mantiene ocupada y no quisiera molestar —  Murmuró el rubio que lo menos que quería era ser una molestia y por eso necesitaba una hora durante la tarde para que ella alcanzará a dejar todo en orden para la mañana siguiente. Imaginaba que ahí estaría puntual a las 8 y quizás hasta 5 minutos antes para mostrar eficiencia.

— Un tamaño intermedio sería suficiente es que igual depende de cuantas visitas suele tener todo el tiempo aquí y siempre es bueno que la gente admiré un bar que este bien construido, así aprovecha de recomendarme — Señaló divertido, ya que estaba tomando confianza por la misma que le estaba dando ella. Volvió a sonreír porque si que había superado las expectativas de la mujer y en cierto le había agradado, se podía sentir tranquilo y ahora solo faltaba hacer las últimas medidas, pensando completamente en los detalles porque Naomi tampoco quería que fuera exageración, era probable que le llevaría unos cuantos días — Creo que esta todo en orden, señorita Blossom — Señaló luego de unos minutos que analizaba la fotografía y se dejaba llevar por las medidas tanto el largo como ancho e incluso altura, claramente tuvo que ser preciso.

Por un momento se sintió observado por un sector de la casa, miró hacia donde se sentía observado y vio que alguien estaba mirando por la ventana. Le produjo una sensación extraña pero aún así no dijo nada al respecto que imagino que se se trataba de algún empleado de la artista que aún ni siquiera conocía  su música, por supuesto que cuando volviera a casa iba a comenzar a averiguar.— A las 8 en punto estoy aquí y bien también le enviaré el presupuesto por las horas que estaré trabajando, descuide  no suelo excederme en los precios   —Que para muchos eso era un tema y era cuando comenzaban a quejarse. Y quería que ella quedará conforme, lo más raro es que volvió a mirar hacia a ese sector y ya no había nada. Ya era hora de marcharse por lo que empezó alistarse. No había estado mucho pero claro todo el trabajo empezaría de mañana en la mañana con todas las compras.

Al menos el chico estaba siendo sincero con su situación y ella solo quería que se sintiera que estaba en un ambiente laboral agradable. Siendo sinceros le daba curiosidad por quizás algún día tener la oportunidad de conocer a la niña.  Por lo pronto ahora tendrían esa salida a comprar los materiales, en el día de mañana serviría de paso para interactuar más, además de hablar un poco sobre los detalles del proyecto. — Yo igual estaré puntual, no te preocupes. — aseguro, pues había cierto estigma de que las mujeres solían tardar en arreglarse y en parte era cierto. Solo que sí, ella decía que estaría a dicha hora, lo estaría. Pues solía medir bien su tiempo y levantarse temprano. La única forma era que no llegara sería que algo inesperado ocurriera.

Naomi negó ante su pregunta, ella estaba acostumbrada a recibir un sin número de notificaciones a todas horas. — Puede ser a cualquier hora. Cuando estoy concentrada haciendo algo, mantengo el teléfono lejos y luego lo reviso. Por eso, en caso de alguna emergencia, preferirá que me llames y no envíes solo un mensaje si es de urgencia. Así me da tiempo de escucharlo sonar. — le comento la castaña, porque podía pasar y era mejor prevenir.

— Lo sé, ese tamaño está bien. Descuida, que tan pronto esté terminado, seguro haré una fiesta para estrenarlo. No faltarán las recomendaciones, ten eso por seguro. — la mujer solo observo mientras el chico terminaba de hacer las anotaciones que le faltaban. Mañana sería un día largo para ella, así que era bueno que lo pudiera aprovechar. No sería lo mismo que ir de compras para comprar vestidos o zapatos, pero no dejaba de ser entretenido. Escoger los colores, las texturas, terminaciones. Además de que sería en muy buena compañía.

— Bueno señor Bennett ha sido todo un gusto poder contar con sus servicios. — señalo la cantante, a veces se preguntaba porque insistía tanto en arreglar aquella casa. Ni siquiera le gustaba permanecer tanto tiempo allí por las cosas raras que ocurrían. Pero a veces sentía que solo aquello pasaba para probarla, para ver si tiraba todo por la borda. No lo lograrían, fenómeno sobrenatural o producto de algún sicópata no importaba porque no pretendía demostrar miedo.

— Confió en que así sea, aunque para mí aquí no es cuestión de que reciba lo que merece por su trabajo. No menos de eso. — aseguro la mujer. — Ahora sí, nos estamos viendo mañana. Que descanse, mañana será un día largo. — le dijo despidiéndose del chico. Sin duda la había cautivado sin tan siquiera hacer mucho esfuerzo.

Era una mujer de bien, se notaba y era bastante agradable a pesar de su fama. No era nada a lo que pensó en un principio donde estaba muerto de miedo y que seguro se sentiría tan intimidado que hasta la podría cagar, pero no. Había resultado ser mucho mejor de lo que esperaba aunque claro que el rubio en ese instante no sabía para nada lo que pasaba en esa mansión.— Está bien, si creo que será así — Señaló divertido porque imaginaba que por ser temprano y porque iban a salir de compras no iba a ir toda arreglada al lugar donde estaban los materiales que iba a necesitar.

— Perfecto la llamaré y antes de olvidarlo, prefiero tener un mail también porque puede que sea un documento — Exclamó Tyler sintiéndose todo un profesional y aunque lo era esto solo lo tomaba como hobbie porque la realidad es que su sueño era otro, así era la vida porque justo se había topado con una cantante que ni siquiera conocía su música lo que hacía que sintiera vergüenza, él siempre había querido ser productor musical y ahí estaban sus estudios congelados, con todo, dudaba volver y perdería su gran oportunidad. — Espero que logré hacer esa fiesta porque antes tiene que evaluar y ver los resultados. — Claro que se sentía feliz de tener recomendaciones y quizás así ganaría contactos para seguir con este trabajo que no era lo que le gustaba pero que hacía bien, entre otras cosas porque tenía que tener siempre dinero para su hermanita y también para los gastos que tenía la casa, era ventajoso que sus padres se la habían dejado a su nombre.

Coordinaron los últimos detalles y cuando se comenzó alistar fue cuando vio esa extrañeza que se le olvido rápido porque a la vez, estaba conversando con Naomi así que ni se dio cuenta que algo extraño estaba pasando. — Muy bien, entonces nos veremos mañana a la hora que ha dicho y de vuelta comienzo a trabajar, siento que me llevará dos semanas por el tiempo que estaré trabajando. — Argumentó el chico que se despidió de ella con profesionalismo cuando se despidió. Dejo el vaso de agua en la mesa y lentamente se dispuso ir a la salida. Algunos empleados también se despidieron de él y llegó al auto, realmente consideraba que era un ambiente grato. ¡Cuanto se equivocaba! Y eso que no era por las personas que vivían allí.

Se volvió a despedir a lo lejos  de Naomi y volvió al auto. Pensó que no era bueno aprovecharse de ella por mucho que le había gustado porque se notaba de bien así que se centraría meramente en el trabajo aunque sí calculaba las intenciones de su amigo. Jodido. Ya le reclamaría cuando llegaría a casa. Pero no hizo eso cuando llegó allí, sino más bien lo primero que hizo luego de ir a buscar a su hermana que salió corriendo a abrazarlo , fue prender la tablet para informarse de quien se trataba. ¡Casi se cae de la cama cuando descubrió de quién se trataba y que tipo de música cantaba! Era totalmente famosa, no era persona cualquiera y más encima era empresaria de su propia marca de perfumes y ropa. Demasiado empoderada. ¿Cómo carajos es que su amigo la conocía y como era posible que estuviera soltera?

Quedó tan sorprendido que tuvo que concentrarse para empezar a buscar cada material del bar que planeaba construir y fue justo a las 12 que le hizo la llamada que los materiales estaba a su disposición, ahora sí que iba a ir totalmente intimidado sabiendo de quién se trataba. Claro que después de cortar le hizo una llamada a su amigo y como logró conseguirle ese contacto. ¡Y que esperaba en todo esto!

Fin del Capítulo 1

Era temprano en la mañana, Naomi como siempre se despertaba a esa hora para aprovechar al máximo su día. Aunque claro, había sus excepciones. Uno que otro día que decía tomarlo para descanso. Siendo sinceros, posiblemente pronto tendría que tomarse un día de esos porque la noche anterior le había costado un tanto conciliar el sueño, pues sus mascotas no habían dejado de hacer ruido. La mujer tenía algunos perritos pequeños que dormían dentro de la casa y uno más grande que tenía su propia casita en los predios del patio, quien podía recorrer todo el lugar para vigilar.

Toda la noche tuvo que escuchar el concierto de todos los perros, incluyendo al que estaba en el patio que parecía se había parado cerca de su ventana a ladrar en su dirección como si hubieran visto alguien rondar la casa. Como si alguien se hubiera colado en la casa. Pero de nuevo, no era la primera vez que estas cosas pasaban y nunca habían llegado a más. Posiblemente, alguien que la quería enloquecer. No le daría el gusto. Por lo que se había terminado por poner tapones para no oír el ruido y así poder descansar.

A pesar de la mala noche Naomi lucia fabulosa al momento de esperar a Tyler para partir hacer las compras. Aunque por supuesto que antes de ello irían por aquel café ahora más que nunca lo necesitaría. — A ver… — murmuro para sí mismo mientras se disponía a darle una última ojeada a la lista que el chico le había enviado. La mujer lo esperaba sentada en el balcón mientras tarareaba una canción y se perdía en sus pensamientos. Aún faltaban algunos minutos para que fuera la hora del encuentro, así que estaba más que a tiempo.

La castaña no solo quería hacer esta salida a las tiendas para supervisar lo que se comprara, quería hacerlo para de esta manera también tener la oportunidad de conocerse mejor. Si estaría trabajando para ella eso era importante. Sus trabajadores para ella eran personas que sentían y padecían, no unos esclavos súbditos que debían de verla como su superior. Ella se conformaba con respeto y dedicación a lo que hacían.  ¿Y para qué negarlo? Igual se le hacía atractivo el chico.

Tal impacto había provocado Naomi en él que hasta había soñado con ella. Le había permtido bañarse en la piscina y ahí ella estaba tomando sol mientras que ella lo miraba desde la distancia. Intercambiaban miradas y ella de repente se quitaba las gafas de sol y con un dedo lo llamaba que fuera hasta donde estaba. Lo detenía justo cuando tenía que acercarse y lo evaluaba de arriba hacia abajo, eso lo hacía sonreír y se acercó. Una cercanía poco prudente, donde Naomi le cantó con su voz melodiosa en el oído y justo cuando venía la mejor parte, fue que se despertó a la mitad de la noche. Donde le costó conciliar el sueño sino no hubiera sido por su hermanita que pronto se vino acostar a su cama simplemente no habría podido volverse a dormir.

Igual tenía que despertarse mínimo dos horas antes así que a las 6 ya estaba dándose un baño. Por suerte, su vecina muy comprensiva vino a quedarse y él la envió a dormir para que acompañará a su pequeña. Sin duda alguna, le pagaría todos los favores que le había hecho porque con este trabajo sacaría un buen dinero.  Es que casi se cae de trasero cuando le contó que le estaba construyendo un bar a nada menos que Naomi como se hacía llamar. ¡Era tan idiota!

Su amigo le había contado que la había conocido por su tío, que ellos habían ido a la universidad juntos y en especial que era muy simpática, dedicada a su trabajo y en una conversación donde se juntaron y ella había sido invitada le comentó sobre él y que era carpintero, que claro que supuso que la conocía porque era famosa en el país y en varios lugares del mundo, que se preguntaba que estilo de música escuchaba para no conocerla.

¡Y de verdad seguía sintiendo que era el tremendo idiota!

No tomó desayuno y cuando supo que tenía que tomar el auto se despidió de un beso en la frente de su hermanita pues la verdad es que ese día iba a llegar tarde porque comenzaría a trabajar de inmediato, por lo cual ya tenía su mochila preparada para ropa de cambio y toda la cosa.

El viaje estuvo tranquilo donde claramente para el camino escuchó el repertorio musical de la mujer que a su juicio cantaba bastante bien. Ya cambio la música al momento que se iba acercando a la mansión para que no lo confundieran con un fanático o algo así. El guardia de la entrada tenía una cara de espantado y estaba muerto de sueño, que sobresaltó cuando le pidió el acceso a la casa. — Veo que conseguiste el trabajo, luego no te quejes aunque igual solo será un tiempo es más crudo cuando estás por unos meses — No supo que decir respecto a eso, solo supuso que realmente no estaba conforme trabajando ahí lo que consideraba una tontería  ya que era lógico que tenía un buen sueldo.

Apenas llegó tocó el timbre. La verdad es que había prometido esperarlo para un café y confiaba en aquello.

Por supuesto que a Naomi una salida hacer compras siempre la ponía de buenas. Pero al mismo tiempo también sentía cierto entusiasmo porque vería al chico de nuevo. Una mujer como ella, estando soltera y teniendo el dinero que ella tenía, podía darse el lujo de soñar. ¿No? Seguro que sí, además, no era una jovencita, pero tampoco era una anciana y la cantante igualmente estaba consciente de que era una mujer hermosa, así que tampoco es que fuera difícil que se fijara en ella.

De todos modos, esos pensamientos los había guardado para ella. No quería espantarlo, pues Naomi realmente quería que le hiciera aquel trabajo. Además de qué sabía que necesitaba mucho el dinero. Se veía que era un chico trabajador y de familia, así que si de igual forma podía ayudarle a echarle la mano a tener una mejor calidad de vida, él y su hermana lo haría.

Cuando escucho el timbre se levantó de su asiento y fue a recibir a quien tocaba antes de que alguien más se le fuera adelantar. Pues con la hora que era estaba segura de que se debía de tratar de Tyler. Más valía porque igual no pensaba recibir a nadie más. La castaña le hizo una seña a una empleada que iba a toda prisa adelantársele para irlo a recibir. — Descuida, descuida, yo me encargo. — le aseguro.

— Buenos días. — saludo la cantante al muchacho. — Un chico de palabra, comenzamos bien. — aseguro Naomi, que igual en cierto modo cosas como estas, aunque parecieran tonterías, podían darle una idea de cuan responsable y confiable era el carpintero.

— Adelante. ¿Tuviste buena noche? ¿La niña está bien? — preguntaba la mujer para entrar en conversación, además de que le gustaba saber si había algo que le inquietaba antes de comenzar la jornada del día. Siempre era bueno soltarlo para así luego hacer las cosas con más tranquilidad. Y sí, todo estaba bien, igual servía para entrar un poco de confianza. Realmente le interesaba saber el estado de la pequeña.

— No me he olvidado del café. — aclaro con una sonrisa. — Pero no lo tomaremos aquí. Realmente hoy es de esos días que prefiero no quedarme en la casa. ¿Te molesta si vamos en uno de mis autos? Tengo una camioneta que tiene suficiente espacio para carga. Está a tu disposición porque sé que hay veces que es mejor simplemente traerse las cosas directas de la tienda. — le comento.

Había quedado algo confuso con el comentario del guardia que parecía un muerto viviente por la mala noche que había pasado y claro eso lo dejaría solo para él porque no entendía su actitud. Dudaba que fueran celos ya que más bien parecía una advertencia.

Sin embargo, aunque se quedo pensando todo se le paso cuando fue Naomi quién lo recibió en la puerta. Incluso por la mañana lucía bonita y esplendida. Era dificil no quedarse pasmado e intimidarse con su presencia ya que él nunca llegaría a ser como ella, y como ya había investigado sobre ella y como había logrado su fama era digna de admirar. Era un hecho que tenía demasiados pretendientes igual había notado que estuvo en pareja y no se podía quitar de la cabeza la buena voz que tenía y la música era bastante llamativa. No era propiamente de su estilo por eso nunca la escuchó y le hizo mucho caso, pero era obvio que sabía valorar a una buena cantante cuando la conocía.

— Buenos días, señorita Naomi — Expresó con una sonrisa — Soy un hombre de palabra y muy puntual — Exclamó porque de cierta manera que si hacía algo mal en este trabajo no se lo perdonaría nunca estas oportunidades eran sagradas y que no se daban todas las veces, oportunidades que recibía la vida y donde tenía que corresponder.

— Pase una buena noche y mi hermana esta muy bien. Ni se dio cuenta cuando salí de la cama... tiene la costumbre de pasarse allí la mayor parte de las veces. Tengo a una buena vecina que la cuida le debo mucho — Exclamó porque sin ella no sabría que hacer y siempre lo ayudaba en lo más posible si podía. — ¿También paso una buena noche? — Inculcó con suavidad mientras la miraba y correspondía  a una buena charla y agradable.

Asintió. No era nada para contradecirla. Le costaba un poco adaptarse por supuesto ya que no solía frecuentar a personas que tenían lujos y que ese tipo de conversación era lo más normal del mundo, pero coincidía  que debía ser un auto amplio como una camioneta para traer gran parte de los materiales. — Me parece perfecto, así empiezo con rapidez el trabajo por la tarde. — Señaló mientras que solo la seguía. Las empleadas también se lo habían quedado mirando y él solo las saludo por cortesía, tal como el guardia también lucían cansadas.

La siguió hasta el auto y se mantuvo en silencio. Ya cuando estaban de camino por la carretera fue que se atrevió a decirle. — Debo confesar que no tenía idea que era cantante y quede muy sorprendida. Nunca me entero de nada  y debería darme vergüenza cuando disfruto mucho de la música. — Murmuró negando con la cabeza y sonrió. — ¿Disfruta mucho de su profesión, verdad? — Preguntó más para sacar conversación que seguro donde quedaba el lugar donde comprarían el material necesario para el bar.

Hoy prefería olvidarse de eso, momentos tensos durante la noche. Los perritos ahora estaban durmiendo plácidamente. Así que solo quería salir de allí, distraerse más que nada. Pues sabía que fácil le habría podido indicar al chico que fuera solo a comprar los materiales. Si tenía duda solo era cuestión de consultarle con una llamada o mensaje. Pero ella no quería eso. Por lo que allí estaba, esperándolo. Vaya que pasaban muchas cosas por su mente respecto al muchacho. Deseaba mucho poder llegar a conocerlo más. Tyler le causaba demasiada curiosidad y tentación de querer conquistarlo. No tenis que ser algo serio, después de todo la vida la había llenado de cachetadas cada vez que lo intentaba. ¿Por qué tenía que ser así? No lo sabía, pero ya hacía un tiempo que ni lo cuestionaba. Solo asumía su soltería. Pero eso no quería decir que desaprovecharía una oportunidad.

La mujer sonrió satisfecha de que estuviera pasando la prueba. Que estuviera siendo lo que decía ser. No pudo evitar que se le escapara un awww, cuando comenzó a hablar de su hermana. — Me alegra escuchar eso. Gente así no se consigue mucho. — Le comento. — Bueno regular la verdad, los perros estuvieron un tanto inquietos anoche. Nunca supe por qué exactamente. Pero bueno, al final pude dormir y ellos también. — Le confesaba. Que si la notaba con un poco de sueño no era la edad, era la mala noche.

— Claro que sí, puede comenzar tan pronto sea posible. Así es más cómodo trasladar las cosas. — ya luego le estaría pasando la llave para que pudiera hacer el uso conveniente de la misma. No era un vehículo que saliera utilizar mucho. Lo consideraba muy grande para ella. Pero tenía sus ventajas tenerlo y está era una de ellas.

Mientras iba camino al café escuchó su comentario. No lo culpaba de no saber que era cantante. Muchos sabía que era famosa, pero no daban con el motivo del porqué lo era. Ya fuera por la música, las promociones que hacía modelando o los negocios que tenía. Seguramente ni siquiera era muy de su estilo su música. — Descuida, la verdad no todos los géneros musicales son para todo el mundo y quizás por eso lo desconocías. Algunos creen que solo soy modelo… otros que solo soy cantante. Y al final soy las dos cosas. — aprovechaba de contarle. — Tuve que probar de todo un poquito antes de llegar hasta donde estoy. — añadió.

— Oh sí, definitivamente lo amo. Puede llegar a ser hasta una terapia el desahogarse en las letras. Ya sean emociones alegres o tristes. ¿Llegaste a escuchar alguna canción al final de cuentas? — pregunto con curiosidad.

— ¿Hay algo que te apasione Tyler? Me está claro que tienes arte para construcción. Pero aparte de eso. — comenzó a indagar. Quien quitaba y tuvieran más cosas en común de lo que creían.  — Ya llegamos. — señalo un bonito local.

El muchacho asintió a lo que decía. Por algo se veía que los empleados no durmieran bien y ahí seguía de vez en cuando el comentario del guardia como advertencia. Ella se veía tranquila aunque asumía que no había dormido bien y también sus perros. — No sabía que tenía perros, a lo mejor vieron algo que lo tuvo inquieto, igual el paisaje es grande pudo haberse metido un animal y bueno los ladridos no dejan dormir de todas formas — Imaginaba que tendría que acostumbrarse a los perros, no le desagradaban pero no era tan cercano a los canes que a los gatos. No tenía ninguno de los dos, aunque su hermana insistía tener un par todo el tiempo, y hablando de ella ahí ya estaban preguntando como se encontraba. — Es que como sea tengo que ser su figura paterna y materna a la vez. Se los prometí y no puedo abandonarla, no es fácil pero se hace lo que se puede. — Comentó con suavidad que hablar de la enfermedad y luego el accidente de sus padres era tema que tenía muy guardado en su mente y que no sacaba nunca, la verdad es que su mayor preocupación era Madison.

— Perfecto...— La verdad es que quería empezar lo más pronto posible para ir teniendo avances y como era un perfeccionista quería que estuviera todo en orden, era un hecho que quería ganas muchos puntos con ella y conocerla aún más.

Y se había atrevido hablar más de la cuenta de su carrera como cantante y toda una famosa. — Sí, pero discúlpeme. Usted es muy famosa y yo ni enterado. Fue feo de mi parte pero es que de verdad no lo sabía, ayer se me hizo conocida claramente pero no tenía idea donde la había visto  imagine que la había visto en algún comercial o en alguna publicidad hasta que me enteré que era cantante, tuve que regañar a mi amigo nuevamente porque no me dijo nada — Dijo con una pequeña sonrisa en los labios que la verdad veía que la chica se veía muy natural hablando de ese tema y lo cual la hacía sentir orgullosa. — Cantante, modelo, empresaria me enteré que tiene varios talentos — Exclamó admirando porque si se había enterado que había empezado desde abajo.  Claro que eso lo había averiguado por si mismo pero no quería ser notorio y demostrar esa admiración que podía fluir fácilmente, no quería que lo viera como un fanático sino más bien el carpintero que iba a realizar el bar de su casa.

— Sí... me gusta la variedad de su música — Confesó y ahí coincidía perfectamente en lo que hacía la música si uno se apasionaba de ella. Sonrió y ya estaban llegando cuando Naomi hizo aquello esa pregunta. — Bueno... me va a costar un poco decirlo porque no quiero que crea que estoy mintiendo y sé que puede escucharse algo poco creíble — Señaló el chico con suavidad. — Pero es por la universidad que conozco a Steve. Yo deseaba ser productor musical así que también disfruto de la música solo que reconozco que soy más de rock — Murmuró mientras se encaminaba junto a ella al lugar donde se tomarían un café, lo cierto es que ahí ya trataba de disimular pues tenía mucha hambre.

— Sí, tengo unos pequeños y otro más grande, el cual más tarde te presentaré para que se familiarice contigo, pues se la pasa correteando por el patio, así que lo verás seguido. — Le informo la castaña para luego asentir. — Revisé, pero no logré divisar nada fuera de lo habitual. Sin embargo, puede que tengas razón y quizás solo vieron algún animal que les perturbó. — comentó sin darle más importancia para no levantar las alertas del chico. Debía de ser más de un animal, o persona… muchas preguntas. Preguntas las cuales prefería por ahora obviar.

En cambio, se interesó más en el tema de la hermanita del chico. Le gustaba con el amor y dedicación que hablaba de ella. — Eso se entiende perfectamente y el que no lo entienda tiene un verdadero problema mental. Estás haciendo lo que tienes que hacer, por mí ni te preocupes. — Le aseguró, pues sabía que uno de los principales problemas para chicos que se encontraban en las ciudades de él, es que a los patronos les valía poco sus necesidades y solo pensaban en el trabajo por el cual les pagarían. Eso no debería de ser así, había que ser más humanos.

Lo mejor del chico es que de verdad se veía dispuesto, trabajador y esforzado. Lo que hacía que Naomi le quisiera echar la mano. Aunque claro, igual, porque le parecía atractivo de eso no había duda. Pero lo primero era lo más importante, y que estuviera dispuesto a comenzar lo antes posible, hablaba muy bien de lo responsable que era. Por otro lado, no le ofendía que no la reconociera de inmediato. Comprendía que quizás lo que ella hacía no encajaba en sus gustos o quizás tomando en cuenta todas las responsabilidades que tenía no iba a tener tiempo para familiarizarse con el mundo de la farándula. Había que ser realista, no a todo el mundo le importaba. — Bueno, quizás no hubiera estado un tanto de más averiguar con quién trabajarías. Pero no es un crimen, no saberlo. Aunque sí, bien hecho reclamarle a tu amigo de no haberte contado. — añadió un tanto divertida con lo último, después de todo había sido quien lo había llevado hasta ella.

— Así es, veo que a pesar de ello, ahora sí que investigó. — comento con una sonrisa en los labios. — Oh, gracias. Si tienes razón, no hay motivo alguno para limitarse a escuchar un solo género cuando puedes disfrutar de todo un poco. La música es arte, y el arte no se reprime. — Le comentaba, se podía notar en el tono de su voz como le apasionaba el tema.

— Te escucho, no te preocupes. No pienso juzgar, soy la menos indicada para eso. — Le afirmó, pues luego de todos los obstáculos que cruzó para llegar donde ahora estaba, no podía juzgar a otros como lo hicieron con ella. Por supuesto que le pareció curioso que tuvieran aquello en común. Ahora cobraba aún más sentido el que conociera a Steve. — Pues me alegra que seas sincero conmigo. No puedo culparte de también sentir pasión por la música porque sé muy bien lo que es eso. Es una conexión muy fuerte. Lo que sí me sorprende es que tengas más inclinación por el área de producción. ¿Qué te hizo inclinarte por querer ser productor musical algún día? — preguntó mientras caminaban hasta la entrada del local.

En el lugar, la mujer se fue directamente hacia la mesita que quedaba en un rincón cercano a una ventana con vista al parque. — ¿Alguna preferencia con el café? Igual hay una rica variedad de rosquillas. — Le dijo para insertarlo a también comer una.