2 participantes
Página 3 de 3. • 1, 2, 3
Sáb Ene 23, 2021 9:09 pm por Myshella
Recuerdo del primer mensaje :
Sólo que no hay príncipes que trepen por las enredaderas encantadas.
Sólo reinas.
Y no hay sirvientes dormidos.
Sólo una anciana, taciturna y enigmática, que no atiende a preguntas.
No hay besos largos y suaves que despierten a la bella durmiente, aun cuando se den con calidez.
Hay una sala oculta, llena de espejos que reflejan tan sólo la más estricta realidad.
Y un persistente olor a magia, que no acierta uno a saber de dónde procede.
Hay un hechizo, por supuesto.
Y una promesa ambiciosa que podría resultar terriblemente tentadora.
Si de ambición se tratara, claro.
Este no es un cuento a la usanza.
Sin embargo, todo en él nos resulta tremendamente familiar.
The lost spindle
and the girl into the mirror
Esta historia tal vez os resulte familiar: hay una joven reina a punto de casarse. Hay algunos enanos buenos, fuertes y valientes; hay un castillo rodeado de una maraña de espinos; y hay una princesa a la que, según se rumorea, una bruja condenó al sueño eterno
Sólo que no hay príncipes que trepen por las enredaderas encantadas.
Sólo reinas.
Y no hay sirvientes dormidos.
Sólo una anciana, taciturna y enigmática, que no atiende a preguntas.
No hay besos largos y suaves que despierten a la bella durmiente, aun cuando se den con calidez.
Hay una sala oculta, llena de espejos que reflejan tan sólo la más estricta realidad.
Y un persistente olor a magia, que no acierta uno a saber de dónde procede.
Hay un hechizo, por supuesto.
Y una promesa ambiciosa que podría resultar terriblemente tentadora.
Si de ambición se tratara, claro.
Este no es un cuento a la usanza.
Sin embargo, todo en él nos resulta tremendamente familiar.
PERSONAJES
Aurora Princesa encantada- Marina Ruy Barbosa - Timelady |
Blanca Reina andante - Marina Moschen - Myshella |
Medelia Durmiente - Tamsin Egerton - Pnj |
Ella Anciana - Beverley Elliott - ¿? |
CAPITULOS
1x1 - Inspired - Libros
Neil Gaiman, La joven durmiente y el huso
Neil Gaiman, La joven durmiente y el huso
XIII
- código de respuesta:
- Código:
<center><div class="rsx2sq1"><div class="rsx2imsq"><div style="background: url(IMAGEN_PJ)" class="rsx2im"></div></div><div class="rsx2lib"><table cellspacing="0" class="rsx2libtb"><td><div class="rsx2liblf"></div></td><td><div class="rsx2libri"></div></td></table></div></div><div class="rsx2sqtxt"><div class="rsx2tit">Un título</div><div class="rsx2stit">Y un subtítulo guay</div>
<div class="rsx2txt">Tu texto por aquí...</div>
</div><div class="rsx2datsq"><div class="rsx2dat">¿Quién? - ¿Dónde? - ¿Con quién?</div></div>
<br>[url=https://www.treeofliferpg.com/u967]<div class="creditosxiii">XIII</div>[/url]
</center>
<style type="text/css">.rsx2datsq{width:340px;height:auto;border:solid #845770 1px;background:#da9cbf}.rsx2libri{width:250px;height:90px;border-radius:0% 0% 0% 40%;background:#da9cbf}.rsx2liblf{width:250px;height:90px;border-radius:0% 0% 40% 0%;background:#da9cbf}.rsx2libtb{margin-left:-80px;margin-top:-50px;}.rsx2lib{width:340px;height:46px;background:#fff;overflow:hidden;}.rsx2im{width: 150px; height: 150px; margin-top:5px;background-position:center !important;background-size:cover !important;border-radius:100%;}.rsx2imsq{width: 160px; height: 160px;background-size:cover;border-radius:100%;border:2px solid white;}.rsx2sq1{width:340px;height:auto;border-top:solid #845770 1px;border-right:solid #845770 1px;border-left:solid #845770 1px;background:#da9cbf;padding-top:30px;}.rsx2sqtxt{color:#333;height:auto;background:#FFF;width:340px;border-right: solid 1px #845770;border-left: solid 1px #845770}.rsx2txt{color:#333;padding:20px 20px 20px 20px;font-family:'Amiko';text-align:justify;font-size:10px;line-height:130%;height:auto;background:#FFF;width:300px;}.rsx2tit{font-family: 'Baloo Da 2'; font-size:26px; text-align:center;color: #222;padding:40px 0px 10px 0px;line-height:105%;text-transform:uppercase;width:320px;border-bottom:4px dashed #da9cbf;}.rsx2stit{letter-spacing:1px;color:#333;font-family:'Baloo Da 2';text-transform:uppercase;text-align:center;font-size:10px;line-height:105%;height:auto;width:300px;padding:10px 0px 5px 0px;}.rsx2dat{letter-spacing:1px;color:#FFF;font-family:'Baloo Da 2';text-transform:uppercase;text-align:center;font-size:10px;line-height:100%;height:auto;width:300px;padding:10px 10px 10px 0px;}.creditosxiii{font-family:impact;font-size:8px;color:#bbb}</style>
<link href="https://fonts.googleapis.com/css2?family=Baloo+Da+2&display=swap" rel="stylesheet"><link href="https://fonts.googleapis.com/css2?family=Amiko&display=swap" rel="stylesheet">
Última edición por Myshella el Vie Feb 18, 2022 7:29 pm, editado 3 veces


- ☾:
Myshella
Myshella

Myshella

3403Mensajes :
573Reputación :
Jue Ago 25, 2022 10:35 pm por Myshella
Hero's journey
Capítulo 4
Blanca recibió a Aurora con una risa franca, alegre, diríase que contagiosa, si quien la oía se dejaba guiar por el instinto.
Y si percibió cierto pudor, rubor o incluso timidez en la princesa, hizo por ignorarlo todo con la soltura de quien no está dispuesto a permitir que la necesidad de un breve instante para ganar confiazan vaya a alargarse por evidenciar algo que no es preciso indicar.
Tomó la mano de Aurora. Tan delicada, los finos dedos, la piel suave, y la atrajo hacia sí.
Mutada la risa en sonrisa endulzada, estiró de ella, acercándola a si misma, hasta que de nariz a nariz de una a otra distaban apenas cuatro dedos. Entonces empezó a caminar, de espaldas, dirigiéndolas a ambas hacia el centro del río y la corriente.
Pasito seguro a pasito seguro, alargó la otra mano, haciéndose con la contraria también.
Y, cuando el agua empapaba ya a las dos jóvenes hasta la altura de la cintura...entonces se dejó caer de espaldas, con suavidad, arrastrándola con ella.
-¡Alza los pies!- le pidió- álzalos y muevelos, suavemente, como si se tratara de la cola de un pez
Ella había dejado de tocar el suelo, en un gesto idéntico al que le pedía a Aurora.
Y el agua helada, cristalina, las empapó a las dos.
Y la reina procuró guiarla.
Guiarla, al tiempo en que dejaba que no sólo el agua la envolviera. También la dulce sensación de que la felicidad debía atesorarse en instantes como ese, sin duda alguna.
Un tanto más allá, se detuvo. De puntillas, alcanzaba a tocar el suelo.
-Lo haces muy bien-aseguró.
Estiró otro poquito de Aurora. De nuevo, hacia sí.
Y en esa nueva ocasión, al aproximarse el rostro de la una al de la otra, depositó un breve, cálido, superficial, beso en los labios sonrosados de la princesa.
Y si percibió cierto pudor, rubor o incluso timidez en la princesa, hizo por ignorarlo todo con la soltura de quien no está dispuesto a permitir que la necesidad de un breve instante para ganar confiazan vaya a alargarse por evidenciar algo que no es preciso indicar.
Tomó la mano de Aurora. Tan delicada, los finos dedos, la piel suave, y la atrajo hacia sí.
Mutada la risa en sonrisa endulzada, estiró de ella, acercándola a si misma, hasta que de nariz a nariz de una a otra distaban apenas cuatro dedos. Entonces empezó a caminar, de espaldas, dirigiéndolas a ambas hacia el centro del río y la corriente.
Pasito seguro a pasito seguro, alargó la otra mano, haciéndose con la contraria también.
Y, cuando el agua empapaba ya a las dos jóvenes hasta la altura de la cintura...entonces se dejó caer de espaldas, con suavidad, arrastrándola con ella.
-¡Alza los pies!- le pidió- álzalos y muevelos, suavemente, como si se tratara de la cola de un pez
Ella había dejado de tocar el suelo, en un gesto idéntico al que le pedía a Aurora.
Y el agua helada, cristalina, las empapó a las dos.
Y la reina procuró guiarla.
Guiarla, al tiempo en que dejaba que no sólo el agua la envolviera. También la dulce sensación de que la felicidad debía atesorarse en instantes como ese, sin duda alguna.
Un tanto más allá, se detuvo. De puntillas, alcanzaba a tocar el suelo.
-Lo haces muy bien-aseguró.
Estiró otro poquito de Aurora. De nuevo, hacia sí.
Y en esa nueva ocasión, al aproximarse el rostro de la una al de la otra, depositó un breve, cálido, superficial, beso en los labios sonrosados de la princesa.
Blanca- Bosque - con Aurora
XIII


- ☾:
Myshella
Myshella

Myshella

3403Mensajes :
573Reputación :
Jue Oct 20, 2022 7:13 pm por Timelady
Hero's journey
Capítulo 4
La princesa no estaba segura de si su personalidad le daba facilidad para dejarse guiar o si era un simple don de aquella bella reina el conseguir que los demás la obedecieran. Quizá fuera una mezcla de ambas, o de la confianza que despertaba Blanca en ella y que la hacía pensar que la seguiría a cualquier lugar que decidiera.
Y en aquel momento, ese lugar era el río.
De la mano se dejó llevar, apoyándose en la otra para ganar seguridad en que no tropezaría.
No caería. No se ahogaría más que en los ojos ajenos.
Se sorprendió, eso sí, cuando una vez que el agua las cubría un tanto más, Blanca decidió dejarse caer hacia atrás y arrastrarla con ella.
Sus cabellos flotaban en la superficie y ella no sabía bien lo que hacer, pero al escuchar las instrucciones trató de seguirlas y mover los pies así como ella le decía.
Poco a poco notaba que se quedaba en la superficie sin esfuerzo mayor que ese. Y de la mano de aquella mujer se iba moviendo, ambas avanzando por el agua.
¿Sería cierto que estaba nadando?
Sonrió, aunque algo de agua alcanzó su boca por hacerlo demasiado ampliamente, cuando Blanca dijo que lo estaba haciendo bien. Le gustaba lo mucho que aprendía a su lado, lo mucho que se divertía y descubría.
Como había descubierto hacía tiempo que no le molestaba que ella tirase de su mano para guiarla.
Como no le molestó tampoco el beso con el que selló sus labios.
Quiso corresponder el beso, dado que las caricias de los labios suaves y tersos le parecían las más dulces que jamás podría sentir. Pero entonces se hundió en el agua. Ella que no había puesto los pies en el suelo, se había olvidado por un instante de moverlos para mantenerse a flote.
Consiguió reponerse como pudo y ponerse de pie asomando la cabeza entonces, maraña de pelos y mirada de vergüenza, por sobre la superficie.- Lo siento. -Se disculpó.- Supongo que todavía tengo que aprender mucho. -De nadar y de dar besos sin descuidarse.
Y en aquel momento, ese lugar era el río.
De la mano se dejó llevar, apoyándose en la otra para ganar seguridad en que no tropezaría.
No caería. No se ahogaría más que en los ojos ajenos.
Se sorprendió, eso sí, cuando una vez que el agua las cubría un tanto más, Blanca decidió dejarse caer hacia atrás y arrastrarla con ella.
Sus cabellos flotaban en la superficie y ella no sabía bien lo que hacer, pero al escuchar las instrucciones trató de seguirlas y mover los pies así como ella le decía.
Poco a poco notaba que se quedaba en la superficie sin esfuerzo mayor que ese. Y de la mano de aquella mujer se iba moviendo, ambas avanzando por el agua.
¿Sería cierto que estaba nadando?
Sonrió, aunque algo de agua alcanzó su boca por hacerlo demasiado ampliamente, cuando Blanca dijo que lo estaba haciendo bien. Le gustaba lo mucho que aprendía a su lado, lo mucho que se divertía y descubría.
Como había descubierto hacía tiempo que no le molestaba que ella tirase de su mano para guiarla.
Como no le molestó tampoco el beso con el que selló sus labios.
Quiso corresponder el beso, dado que las caricias de los labios suaves y tersos le parecían las más dulces que jamás podría sentir. Pero entonces se hundió en el agua. Ella que no había puesto los pies en el suelo, se había olvidado por un instante de moverlos para mantenerse a flote.
Consiguió reponerse como pudo y ponerse de pie asomando la cabeza entonces, maraña de pelos y mirada de vergüenza, por sobre la superficie.- Lo siento. -Se disculpó.- Supongo que todavía tengo que aprender mucho. -De nadar y de dar besos sin descuidarse.
Blanca- Castillo - Con los espejos
XIII


Nothing is true, everything is permitted
Timelady
Timelady

Timelady

9849Mensajes :
1031Reputación :
Dom Ene 29, 2023 7:52 pm por Myshella
Hero's journey
Capítulo 4
La calidez en los labios de la princesa, al devolverle el beso, habría sido más que suficiente para que Blanca se dejara envolver en un plácido sueño del que, párpados bien cerrados, no habría precisado despertar nunca más.
Fue un instante tan breve como un suspiro, tan eterno como el nacer de una estrella. Sólo que, en lugar de iluminar el firmamento, aquella iluminaba su pecho.
Porque le había correspondido.
Pero todo sueño tiene su despertar, y el de la reina llegó salpicándole el rostro, en el mismo momento en que Aurora se hundía en el agua.
Primero sobresaltada, por supuesto, estiró de ella enseguida.
Aunque tampoco es que fuera preciso. La princesa encantada había reaccionado a tiempo.
Eso sí, el susto no se lo quitaba nadie.
Así, cuando ambas afianzaron los pies en el suelo sumergido-la una- y las manos entorno a los brazos contrarios-la otra- se encontró el bosque con dos doncellas de cabellos revueltos y mejillas encendidas, por motivos distintos.
Y Blanca echó a reír.
-Tanto como yo, o como cualquiera ¡La vida consiste en eso, en un montón de cosas que aprender, una tras otra!-conteniendo esa risa hasta transformarla en sonrisa, centró la atención en recomponer la melena dorada de su compañera- Lo haces muy bien. Pero podemos dejarlo hasta mañana, si te parece oportuno. Mejor nos secamos antes de que el agua resulte demasiado fría y enfermemos las dos.
Antes de que la luz empezara a caer.
Fuera, la hoguera aguardaba. Y las mantas de viaje que venían acompañándolas en las alforjas de sus monturas. Y la muda de recambio, que iba a ser toda una bendición entonces.
Se cambió de espaldas a Aurora, más por otorgarle privacidad a ella que porque la precisara Blanca.
Prepararon la cena juntas, sin que la reina supiera entonces de qué hablarle. No aún, al menos.
Suponía que el tiempo de descanso invitaría mejor al fluír de las palabras; las historias cuchicheadas aquí y allá, o los recuerdos, lejanos e irreales. O recientes, y fuertes.
Una vez listos los cuencos, se encaramaron ambas al improvisado refugio entre las ramas.
Y una vez alli, humeante el caldo espeso, Blanca alargó el extremo de su manta sobre la espalda propia, de un lado. Y sobre la de Aurora, del otro extremo.
-Cuando era niña-empezó- me dijo mi aya que sobre las copas de los árboles habitaban las hadas. Pero cuando quise subir a comprobar si era cierto, mi madre, que aún vivía, me agarró del extremo de la falda y me alzó, en volandas, para devolverme al suelo. Las princesas no trepan me dijo. Que bajen las hadas aquí, si quieren verte. ¿Te dejaban jugar en las alturas, a tí, cuando eras pequeña?
No habian entonces hadas diminutas entorno a las dos. Pero las estrellas sí empezaban a alzarse sobre sus cabezas, y los sonidos del bosque se transformaban.
Fue un instante tan breve como un suspiro, tan eterno como el nacer de una estrella. Sólo que, en lugar de iluminar el firmamento, aquella iluminaba su pecho.
Porque le había correspondido.
Pero todo sueño tiene su despertar, y el de la reina llegó salpicándole el rostro, en el mismo momento en que Aurora se hundía en el agua.
Primero sobresaltada, por supuesto, estiró de ella enseguida.
Aunque tampoco es que fuera preciso. La princesa encantada había reaccionado a tiempo.
Eso sí, el susto no se lo quitaba nadie.
Así, cuando ambas afianzaron los pies en el suelo sumergido-la una- y las manos entorno a los brazos contrarios-la otra- se encontró el bosque con dos doncellas de cabellos revueltos y mejillas encendidas, por motivos distintos.
Y Blanca echó a reír.
-Tanto como yo, o como cualquiera ¡La vida consiste en eso, en un montón de cosas que aprender, una tras otra!-conteniendo esa risa hasta transformarla en sonrisa, centró la atención en recomponer la melena dorada de su compañera- Lo haces muy bien. Pero podemos dejarlo hasta mañana, si te parece oportuno. Mejor nos secamos antes de que el agua resulte demasiado fría y enfermemos las dos.
Antes de que la luz empezara a caer.
Fuera, la hoguera aguardaba. Y las mantas de viaje que venían acompañándolas en las alforjas de sus monturas. Y la muda de recambio, que iba a ser toda una bendición entonces.
Se cambió de espaldas a Aurora, más por otorgarle privacidad a ella que porque la precisara Blanca.
Prepararon la cena juntas, sin que la reina supiera entonces de qué hablarle. No aún, al menos.
Suponía que el tiempo de descanso invitaría mejor al fluír de las palabras; las historias cuchicheadas aquí y allá, o los recuerdos, lejanos e irreales. O recientes, y fuertes.
Una vez listos los cuencos, se encaramaron ambas al improvisado refugio entre las ramas.
Y una vez alli, humeante el caldo espeso, Blanca alargó el extremo de su manta sobre la espalda propia, de un lado. Y sobre la de Aurora, del otro extremo.
-Cuando era niña-empezó- me dijo mi aya que sobre las copas de los árboles habitaban las hadas. Pero cuando quise subir a comprobar si era cierto, mi madre, que aún vivía, me agarró del extremo de la falda y me alzó, en volandas, para devolverme al suelo. Las princesas no trepan me dijo. Que bajen las hadas aquí, si quieren verte. ¿Te dejaban jugar en las alturas, a tí, cuando eras pequeña?
No habian entonces hadas diminutas entorno a las dos. Pero las estrellas sí empezaban a alzarse sobre sus cabezas, y los sonidos del bosque se transformaban.
Blanca- Bosque - con Aurora
XIII


- ☾:
Myshella
Myshella

Myshella

3403Mensajes :
573Reputación :
Dom Mar 19, 2023 11:53 am por Timelady
Hero's journey
Capítulo 4
La risa de Blanca le arrancó una sonrisa, porque Aurora no temía ni por un momento que se estuviera burlando de ella. Conocía ya lo suficiente de la mujer que tenía delante como para saber que no era algo propio de ella reírse a costa de los demás. Era por la situación, que sí que había resultado un poco divertida.
Sus palabras la hicieron darse cuenta de que no debía avergonzarse por todas las cosas que no sabía hacer y que debía ir aprendiendo conforme siguiera avanzando en su vida. Pues todas las personas iban aprendiendo unas cosas u otras.
Y solo pudo asentir cuando propuso salir del agua antes de que hiciera demasiado frío.
La siguió hasta la orilla y se quedó aaprtada para vestirse esforzándose para que sus ojos no buscasen la figura femenina que tenía justo enfrente y cuyas ropas se pegaban a ella por la humedad de su piel.
Por suerte, en la preparación de la cena, sí que pudo ayudar. Después de todo había aprendido a sobrevivir durante largos años en un castillo sin más provisión que las alimañas que la rodeaban. Había sido una suerte para ella que de niña le gustase visitar las cocinas y la buena jefa de las mismas hubiera querido instruirla en algunas cosas útiles, si bien siempre había preferido la repostería, no le había quedado otra que aprender más.
Cuanto todo estuvo listo, hubieron de subir hasta su refugio en las ramas de los árboles. Aurora no temía a las alturas, pero sí trepó con cuidado pues no era algo que hubiera hecho demasiado y su falda no ayudaba especialmente. Pero lo logró y se sentó junto a Blanca preparada para comer.
Agradeció con una dulce sonrisa la manta que pasó por sus hombros y que las cubría a ambas en aquel momento y escuchó con atención su historia.
Pensó un poco su respuesta.- Nada como trepar, me temo. -Reconoció.- Pero siempre me gustó recorrer las altas murallas y torres. Al menos hasta que... -Hasta que le robaron su torre y su castillo y su vida. Mas no quería pensar en eso en una noche tan bonita.- Tuve un tutor que me habló de las estrellas y la astronomía, de cómo se puede encontrar el camino a través de ellas. Por desgracia, se marchó poco después de que me encontraran pasando la noche en una de las torres de vigilancia para poder observar el cielo nocturno con claridad. -Ahora era consciente de que seguramente le expulsaran por su imprudencia.
Sus palabras la hicieron darse cuenta de que no debía avergonzarse por todas las cosas que no sabía hacer y que debía ir aprendiendo conforme siguiera avanzando en su vida. Pues todas las personas iban aprendiendo unas cosas u otras.
Y solo pudo asentir cuando propuso salir del agua antes de que hiciera demasiado frío.
La siguió hasta la orilla y se quedó aaprtada para vestirse esforzándose para que sus ojos no buscasen la figura femenina que tenía justo enfrente y cuyas ropas se pegaban a ella por la humedad de su piel.
Por suerte, en la preparación de la cena, sí que pudo ayudar. Después de todo había aprendido a sobrevivir durante largos años en un castillo sin más provisión que las alimañas que la rodeaban. Había sido una suerte para ella que de niña le gustase visitar las cocinas y la buena jefa de las mismas hubiera querido instruirla en algunas cosas útiles, si bien siempre había preferido la repostería, no le había quedado otra que aprender más.
Cuanto todo estuvo listo, hubieron de subir hasta su refugio en las ramas de los árboles. Aurora no temía a las alturas, pero sí trepó con cuidado pues no era algo que hubiera hecho demasiado y su falda no ayudaba especialmente. Pero lo logró y se sentó junto a Blanca preparada para comer.
Agradeció con una dulce sonrisa la manta que pasó por sus hombros y que las cubría a ambas en aquel momento y escuchó con atención su historia.
Pensó un poco su respuesta.- Nada como trepar, me temo. -Reconoció.- Pero siempre me gustó recorrer las altas murallas y torres. Al menos hasta que... -Hasta que le robaron su torre y su castillo y su vida. Mas no quería pensar en eso en una noche tan bonita.- Tuve un tutor que me habló de las estrellas y la astronomía, de cómo se puede encontrar el camino a través de ellas. Por desgracia, se marchó poco después de que me encontraran pasando la noche en una de las torres de vigilancia para poder observar el cielo nocturno con claridad. -Ahora era consciente de que seguramente le expulsaran por su imprudencia.
Blanca- Castillo - Con los espejos
XIII


Nothing is true, everything is permitted
Timelady
Timelady

Timelady

9849Mensajes :
1031Reputación :
Página 3 de 3. • 1, 2, 3
Shooting Star
Rising Sun
Cherry Blossom
Timelady
Moonchild
Ivanka
Timelady
Red
Red
Red