Los acontecimientos del callejón hicieron eco en el mundo mágico, aquellos eventos aislados que se habían dado los últimos quince años empezaron a cobrar sentido. La pista que habían estado siguiendo se hacía cada vez más fuerte y sin embargo los culpables seguían sin ser descubiertos. El protocolo del ministerio dejo mucho que desear, la razón era sencilla, la ministra de magia no estaba dispuesta a admitir las faltas que se estaban cometiendo, como el departamento de seguridad debería haber tenido asegurado el callejón y no lo tuvieron. Frente al público todo salió como el agua, palabras tranquilizadoras que no podían tranquilizar a nadie.

En aquel callejón todos había perdido a alguien.

Los nombres en el periódico eran extensos, y Stark no podía evitar lamentar cada alumno que estaba en esas páginas. Era como si hubiese fallado como profesor, a pesar de no haber podido de manera física protegerlos a todos. La pena era un peso difícil de arrebatar, era un hombre que no se dejaba guiar por sus sentimientos, pero cualquiera lloraría la perdida sufrida en aquel lugar. Tantos magos y brujas jóvenes asesinados, tantos compañeros abatidos, en una sola noche Hogwarts había perdido dos profesores y otro seguía gravemente herido en San Mungo.

Y por eso esa mañana se encontraba caminando hacia un apartamento que tan solo había visitado en otra ocasión, cuando comunicó su retirada del ministerio para ir a Hogwarts. Stark conocía su posición, y la forma en la que las varitas apuntaban a su espalda, era un hombre de principios, la clase de hombre que muchos no querrían enfrentar.

Tocó la puerta con delicadeza, esperando que la mujer detrás se encontrase mejor, pero sobre todo que aceptase su oferte. Frances no se equivocaba cuando decía que los ojos estaban puestos sobre ella también, la plaza que se había liberado era digna de ella, y sobre todo digna de alejarla del foco de los acontecimientos por un rato.

26.12.19 + Residencia de Cass

El día amaneció tan gris como todos los anteriores. Las heridas sufridas durante el ataque en el callejón habían sanado casi en totalidad, pero la sensación de tristeza y culpa todavía persistía y bien sabía que nunca se iría, no del todo. El Profeta se había hecho eco de lo ocurrido, así como periódicos de todo el mundo mágico. Cass había leído cada uno, apilados ahora sobre la mesa de café en su salón.

Con un suspiro se puso en pie y se dispuso a prepararse un té. Mientras el agua hervía volvió a pensar en la conversación que había tenido con su jefe. Con desdén había desechado sus preocupaciones sobre el ataque, prácticamente obligándola a tomarse una baja más larga de lo realmente necesario alegando que necesitaba tiempo para enfriarse la cabeza. No era la primera vez que pasaba, hacía ya mucho que el departamento se había convertido en un mal chiste de lo que fue. No por primera vez se preguntó si debería hacer como su tutor hizo en su día y simplemente dejarlo.

La tetera emitió un pitido agudo justo en el mismo momento que alguien tocó a su puerta. Apartó a prisa la tetera del fuego antes de dirigirse hacia la puerta. Comprobó la mirilla antes de abrir, quedándose estupefacta al ver del otro lado ni más ni menos que a John Stark. Abrió la puerta con brusquedad, dándose cuenta de que lo estaba haciendo esperar de más.

— Hola, John. —fue todo lo que atinó a decir. La última vez que había ido a visitarla a su casa no había sido con buenas noticias.

26.12.19 + Residencia de Cass

—Buenos días — respondió de vuelta haciendo una simple reverencia ante ella, podría haber enviado una nota, avisar de su llegada, pero prefirió llegar sin avisar. El ataque había dejado claro que no estaban tan preparados como deberían y sobre todo que la oscuridad seguía creciendo. Prefería moverse de manera en la que pudiese ser una sorpresa que arriesgarse a que interceptaran algunas de sus notas y pudiesen seguirlo—. Lamento aparecer sin avisar, ¿podría pasar? — Preguntó de manera educada.

Una mirada a su espalda fue suficiente para asegurarse que no había nadie, cuando Cassiopeia permitió que entrase en la estancia Stark sacó su varita. Pronunció un hechizo simple que recubrió la puerta con una película transparente, si alguien intentaba escuchar no llegaría a entender nada de lo que pasaba dentro de la estancia.

—Acostumbro a asegurarme, uno nunca sabe quien puede estar siguiéndole— ni mucho menos quien tiene intención de hacerlo desaparecer—. Espero que no le parezca inoportuno que me encuentre aquí, antes que nada debo decirle que su desempeño como auror sin duda ha mejorado tanto como podría haberlo hecho— desde el momento en el que llegó de la academia, Stark, supo que Cassiopeia tenía potencial.

26.12.19 + Residencia de Cass

Observó con atención sus movimientos, frunciendo ligeramente el ceño al verlo lanzar el hechizo de insonorización. Aquello era definitivamente serio y por si no lo había tenido y claro antes, no era una visita de cortesía. No obstante, la tensión del ambiente se rompió en cuanto lo escuchó hablar. La mujer puso los ojos en blanco y se adentró en el piso, directa a la cocina donde había dejado el té a medio servir.

— Por Merlín, ya te lo dije hace tiempo, deja de tratarme de usted, ni tengo ochenta años ni soy la reina de Inglaterra. —nunca le había acabado de gustar que la tratase de usted, menos todavía tras forjar una amistad o, por lo menos, lo que Cassiopeia consideraba una amistad. Seguía sin tener claro del todo lo que John pensaba de ella.

— Justo estaba haciendo té, nos sentaremos y podrás contarme qué te trae a verme. —no le preguntó, pero se aseguró de poner una taza para él en la bandeja con la que se dirigió hacia el salón. Se sentó en el mullido sofá, apartando la manta para hacerle sitio a él.— Por cierto, antes de que lo preguntes, mis costillas ya están curadas y estoy casi como nueva. —lo que fuera a decirle parecía realmente importante así que prefirió quitarse de encima las nimiedades como aquella.

26.12.19 + Residencia de Cass

La respuesta de Cassiopeia hizo que el hombre alzase una ceja, conocía la petición de la mujer, pero mientras estaban de servicio era un requerimiento que hubiese un mínimo de respeto entre rangos. En ese momento, Stark, estaba acostumbrado a actuar de una manera. Siempre fue una persona formal y con los años aquella característica se había quedado arraigada, había muy pocas personas a las que tratase con más familiaridad.

—Lo lamento, me sale de manera innata, pero el asunto que me trae hoy es importante y debe ser tratado con el mismo formalismo — respondió, intentando justificar un poco su tono. No le gustaba que un buen auror estuviese siendo victima de un seguimiento como el de Cassiopeia, conocía los riesgos que Frances corría, pero el mismo era consciente de ellos. Dudaba que ella tuviese la misma noción de lo que ocurría, pero exactamente por la confianza que tenía depositada en ella estaba allí aquella tarde.

Se sentó a su lado, asintiendo con suavidad y agradeciendo la información antes incluso de que preguntase. Sería lo rutinario preguntar por su salud antes de pasar a otro tema más importante.

—Iré al grano, como sabe en el ataque hemos perdido a bastante magos y brujas, una tragedia que se recordara por mucho tiempo y de la que el ministerio tiene que hacer frente. No entiendo muy bien como podrán tapar esto, pero los responsables deben ser encontrados, conozco cierta información que me ha dado Frances y ambos estamos seguros que por algunos de los cuerpos encontrados tienen que ver con un grupo radical purista que nadie hace unos años atrás — uno que se creía controlado, pero que habían tomado fuerza en las sombras, como algunos de ellos temían —. El propio ministerio está corrupto, ya sea por ineptitud o personas que apoyan ciertas ideologías, y como muchos, las personas buenas y fuertes son su objetivo — y puede que con eso ya se estuviese acercando a la clave del asunto —. Se ha liberado la posición de defensa contra las artes oscuras tras la muera de la profesora Athenea, una pena teniendo en cuenta que era una buena profesora— hizo una pausa—. Me han permitido proponer nombres para optar al puesto, y creo que es usted una de las mejores opciones, creo que debe alejarse del ministerio por un rato y Hogwarts es el mejor lugar para hacerlo.

26.12.19 + Residencia de Cass

No pudo sino poner los ojos en blanco ante su respuesta, John nunca cambiaría pero, de alguna manera, eso era parte de lo que le gustaba de él. Su rigidez lo hacía quién era junto a un motón de otras cosas que la hacían admirarlo tanto y, siendo más joven, tener aquel tonto enamoramiento.

— Está bien, tú ganas. —murmuró por lo bajo antes de silenciarse y disponerse a escuchar.— Proceda, señor Stark.— Mientras él hablaba Cassiopeia no le quitó los ojos de encima. Había más seriedad de la acostumbrada en sus facciones, teniendo en cuenta lo que le estaba contando, no era para menos.

Atendió en silencio, no hizo ningún gesto, ni asintió, ni dejó ir una exclamación sorprendida, solo escuchó, dejándolo explayarse. Cuando Stark acabó, ella todavía tardó unos segundos en responder, tomándose el tiempo de dar un buen sorbo a su taza de té. Uno no debía precipitarse en temas tan importantes. Él se lo había enseñado también.

— Hace tiempo que sospecho que sucede algo turbio en el departamento. Ya se lo conté en mis cartas también, el año pasado me retiraron del trabajo de campo y me pusieron a hacer trabajo de escritorio. Estoy segura de que fue por las muchas irregularidades que traté de denunciar. —frunció el ceño al recordar las muchas discusiones con su jefe, dio un nuevo sorbo de té intentando calmarse.

— De hecho, hace ya un tiempo que estoy pensando en dejarlo pero… —dejó la taza sobre la mesita aprovechando para hacer una pausa necesaria.— ¿Maestra en Hogwarts? —incluso salido de su boca le parecía extraño.— No sé si sería capaz. —ni siquiera tuvo un pupilo una vez fue aurora de pleno rango.— Además, por mucho que odie hacer absurdo trabajo de escritorio, todavía tengo la esperanza de poder hacer algo para, no sé, arreglarlo. Si un nuevo grupo radical se a alzado no podría mantenerme al margen.

26.12.19 + Residencia de Cass

La respuesta que le dio era la esperaba. El propio Stark era consciente del buen auror que era la mujer frente a él, siempre dispuesta a aprender, un paso por delante de la mayoría de su misma edad. Había demostrado en muchas ocasiones que estaba a al altura y Stark era consciente de ello. Exactamente por su capacidad se encontraba en peligro, si lo que Frances y él sospechaban era real tratarían de quitarse primero a aquellos que podían suponer un problema para sus propios deseos.

— Entiendo que pienses de esa manera, pero no puedo evitar insistir Cassiopeia — en ese momento tomó una familiaridad que pocas veces mostraba—. Si te quedas podrías acabar en una trampa, puede que estés haciendo trabajo de escritorio, pero no tardarían en mandarte a alguna misión sospechosa en la que pudiesen asegurar que tu muerte fue un accidente — estaban jugando con fuego, todos aquellos que peleaban en las sombras eran conscientes de la oscuridad que abrazaba al mundo mágico —. Tú misma debes saber que lo que paso en el callejón no es un ataque aislado, ni mucho menos algo que no se repetirá — hizo una pausa sin querer presionar la herida que ya debería estar abierta —, ¿has visto la cifra de nacidos de muggle o mestizos que murieron en ese ataque? — Sintió la amargura en su propia voz —. Al menos el ochenta por ciento de ellos.

» Comprendo que puedas tener dudas, yo mismo las tengo en ocasiones, pero si no te alejas podrás ayudar todavía menos. Frances ya está suficientemente expuesto como para tener que tener otro par de ojos sobre tu cabeza. No dudo de tu capacidad, pero pienso que serás de mucha más ayuda en Hogwarts. El colegio necesita protección Cassiopeia, en el mismo colegio la oscuridad empieza a aflorar, necesitamos profesores fuertes, capaces de enseñar a los alumnos y formarlos para los peligros que vienen. No podemos dejar que la oscuridad tome ese puesto, que las mentes más vulnerables puedan verse afectadas por más pensamientos ponzoñosos.

No era solo por ella, era el mundo mágico el que podía caer en breves, por eso, merecían estar rodeados de personas en las que pudiesen confiar. Cassiopeia era una de ellas.

—Te prometo que si tomas nuestra oferta compartiré contigo todo lo que hemos descubierto, sé que eres lo suficientemente buena para aceptar lo que esta sucediendo y ayudarnos— aseguró.

26.12.19 + Residencia de Cass

Las palabras de su antiguo mentor eran sabias, pero difíciles de aceptar. Ser aurora era a lo que había dedicado su vida, dejarlo se le hacía una decisión difícil de tomar, pese a llevar un año entero meditándolo. ¿No le estaba ofreciendo John una alternativa más que buena? Uno de los motivos por los que no había dejado el ministerio todavía era porque no habría sabido qué hacer a continuación, pero en Hogwarts tendría un propósito, podría ser útil y podría proteger.

Debería ser una decisión fácil, pero decisiones como aquella que cambiaban de cuajo el rumbo de tu vida no lo eran nunca. Dio un nuevo sorbo a su té y después dejó ir un suspiro, agotada.

— Más vale que luego no intentes dejarme al margen de lo que sea que planees con Bennet. —masculló en voz baja e informal, a la par que dejaba la taza sobre la mesita frente a ellos.— De acuerdo, si vamos a hacerlo, tendremos que asegurarnos de hacerlo bien. ¿Con quién tendré que hablar? El director supongo, ¿pero qué puedo hacer para que no solo me vean como candidata si no como la escogida?


La confianza en sí misma nunca le había faltado, por lo que Cass estaba bastante convencida de que si iba preparada, lo conseguiría. Además, no había mucho tiempo para que pudiera proponerse a muchas más personas, las clases volvería a iniciar en un par de semanas y, ¿quién podía haber más preparado para el puesto que una ex-aurora?

26.12.19 + Residencia de Cass

Por un momento sintió que se quedaba sin aliento, si tras aquel discurso no había conseguido que Cassiopeia quisiera dejar el ministerio dudaba poder hacerlo. Por eso al escuchar su afirmación sintió un peso caer de sus hombros. Frances había dicho más de una vez que ella era una mujer sensata que atendería a sus razonamientos y Stark no lo dudaba, pero el miedo siempre estaba allí. Era una buena aurora, tanto que no dudarían en hacerle daño para que no pudiese ejercer.

Stark no podía permitir que más buenos agentes se viesen involucrados en aquella tragedia. Eran capaces de encubrir asesinatos diciendo que los agentes estaban poco entrenados y temía por la seguridad de Frances, si no supiese que teniendo en cuenta quien era su desaparición se haría sospechosa también lo haría salir del ministerio.

— Tiene una entrevista esta misma semana — anunció, porque podía ser que se hubiese adelantado a su afirmativa. Extendió el sobre hacia ella que tenía las recomendaciones tanto suyas como el profesor de transformaciones —. Dos jefes de casa han dado su aprobación a que entres como profesora, el trabajo es tuyo simplemente con que vayas — porque Stark se había asegurado de ello, el director era fácilmente influenciable, por eso se había dado más prisa que nadie porque Cassiopeia estuviese en el colegio.

Una pequeña sonrisa se formo en su rostro, una que no había mostrado desde lo que había pasado en el callejón.

—Estará informada, una vez sepamos que tiene el puesto en Hogwarts tendremos una reunión — Thomas no estaría mucho en Londres, pero lo suficiente como para poder hablar de la situación en el submundo.  

26.12.19 + Residencia de Cass

No pudo hacer nada para ocultar su sorpresa ante las siguientes palabras de Stark. Tal vez debería de haberse sentido un poco ofendida de la seguridad de John ante la aceptación de su propuesta. Pero sabía bien cómo era John Stark y debería sentirse halagada porque pensara en ella.

— Está bien, entonces supongo que tengo una carta de renuncia que escribir. —masculló a la par que agarraba el sobre.— Y tendré que hacer los preparativos de todo lo que tendré que llevarme. —como profesora se esperaría que viviera en el colegio en el mismo régimen de internamiento que los alumnos.

— Si soy sincera, nunca pensé que volvería a Hogwarts. —el colegio había sido como un segundo hogar para ella, se había despedido de él con lágrimas en los ojos el día de su graduación pensando que no volvería a verlo nunca más.— Al menos ya no tendré que compartir habitación. —bromeó, pero parte de su mente ya estaba en otro lugar ideando los pasos a seguir para empezar en su nuevo trabajo con buen pie.

26.12.19 + Residencia de Cass