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Azalie
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Como árbol que hacía el cielo crecerá
Volver a Londres era todo un acontecimiento para todos los Card Captors, había llegado a una casa nueva, los habían recibido muy bien pero Juniper tenía sentimientos encontrados de todo eso, había vuelto a ver a Maxence, aunque su hermano no supiera quien era ella en realidad en encuentro había sido un tanto extraño en las escaleras de la mansión, como si él pudiera entender que ella tenía algo que ver con su pasado.
Juniper había llorado esa noche en el hombro de Astor, su mejor amigo, porque decirle que era su hermana no era una opción y dolía, dolía como los mil demonios. Era por ello que su amigo se había ofrecido a ir esa tarde a pasear con ella, debían comenzar a buscar las cartas y era una buena ocasión para conocer un poco los atractivos de Londres. Acababan de instalar un parque de diversiones que querían conocer por lo que allí iban.
- No me subiré a esa montaña, claro que no.. - le dijo al rubio dejándolo subir con los demás y dando la vuelta para ir por un helado, el lugar estaba lleno de gente por lo que esperaba poder localizar a su amigo cuando este saliera del juego.
Juniper había llorado esa noche en el hombro de Astor, su mejor amigo, porque decirle que era su hermana no era una opción y dolía, dolía como los mil demonios. Era por ello que su amigo se había ofrecido a ir esa tarde a pasear con ella, debían comenzar a buscar las cartas y era una buena ocasión para conocer un poco los atractivos de Londres. Acababan de instalar un parque de diversiones que querían conocer por lo que allí iban.
- No me subiré a esa montaña, claro que no.. - le dijo al rubio dejándolo subir con los demás y dando la vuelta para ir por un helado, el lugar estaba lleno de gente por lo que esperaba poder localizar a su amigo cuando este saliera del juego.
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Como árbol que hacía el cielo crecerá
Brantley sabía que era extraño y había visto demasiada película para saber que lo raro era capturado y manipulado a su antojo. Al principio pensó que era un piromano hasta que se dio cuenta que no era lo suyo provocar incendios, así que esto solo era magia que ni siquiera sabía bien como manejar, con el tiempo solo se hacía más suya.
Además que se sentía solo en el mundo, era un chico adoptado por lo cual aunque le tenía cariño a su familia por apoyarlo, siempre sintió que estaba solo en el mundo, generando un carácter más rebelde. Tampoco era que supiera controlar del todo su poder, pero habían veces que hacía frío el sentía ese calorcito que lo mantenía bien. Le gustaba esa habilidad y esperaba conocer algún día, a personas como él. Porque una razón debía haber por nacer de esa manera, claro que estaba al tanto que su elemento era el fuego.
En Londres habían inaugurado un parque de diversiones y como sus padres vivían trabajando solo les aviso que luego del colegio se pasaría allí, había ahorrado algo y tenía derecho a divertirse, subirse a la montaña rusa y gritar como un demente, le gustaba la adrenalina.
Como el niño que era, que de verdad actuaba como uno de 14 o de 15 años, el chico se fue corriendo primero a la montaña rusa, prefería ir de inmediato y luego ir por algo de comer. Pero lo malo es que por más que se apuró, Brantley tuvo dos razones y el porque no alcanzó a subirse, el juego había empezado y justo chocó con una chica donde ni siquiera alcanzó a frenar, botándola. — Mier.... ¡Perdona! Sé que fue mi culpa... Venía apurado y y...— ¡Ni siquiera sabía como justificarse!. Hasta el momento solo notaba la maraña de pelo rubio de la chica y no veía su rostro, un poco triste miró hacia la montaña que ya comenzaba a subir e hizo un puchero.
Además que se sentía solo en el mundo, era un chico adoptado por lo cual aunque le tenía cariño a su familia por apoyarlo, siempre sintió que estaba solo en el mundo, generando un carácter más rebelde. Tampoco era que supiera controlar del todo su poder, pero habían veces que hacía frío el sentía ese calorcito que lo mantenía bien. Le gustaba esa habilidad y esperaba conocer algún día, a personas como él. Porque una razón debía haber por nacer de esa manera, claro que estaba al tanto que su elemento era el fuego.
En Londres habían inaugurado un parque de diversiones y como sus padres vivían trabajando solo les aviso que luego del colegio se pasaría allí, había ahorrado algo y tenía derecho a divertirse, subirse a la montaña rusa y gritar como un demente, le gustaba la adrenalina.
Como el niño que era, que de verdad actuaba como uno de 14 o de 15 años, el chico se fue corriendo primero a la montaña rusa, prefería ir de inmediato y luego ir por algo de comer. Pero lo malo es que por más que se apuró, Brantley tuvo dos razones y el porque no alcanzó a subirse, el juego había empezado y justo chocó con una chica donde ni siquiera alcanzó a frenar, botándola. — Mier.... ¡Perdona! Sé que fue mi culpa... Venía apurado y y...— ¡Ni siquiera sabía como justificarse!. Hasta el momento solo notaba la maraña de pelo rubio de la chica y no veía su rostro, un poco triste miró hacia la montaña que ya comenzaba a subir e hizo un puchero.
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No sabía porque había aceptado ir a aquel sitio sino se animaba a subir a ningún juego que tuviera que estar lo suficientemente alto, a June le daban vértigo las alturas desde niña por lo que Kerberos solía decirle que debía vencer aquello si quería ser una Card Captor poderosa y poder recuperar las cartas. La rubia en realidad solo quería recuperar a su hermano, pero eso era un tema muy delicado.
En ese momento solo podía ir por helado, aunque eso estaba por verse. Alguien pasó a su lado tan fuerte que la llevó por delante, esta tropezó y cayó al suelo, raspando sus brazos y abriendo las rodillas de sus jeans.
- Maldición.. - masculló para si, sentada en el suelo, algo confundida por lo que había pasado, aunque al mirar a su "atacante" lo vio haciendo puchero. - Es.. estas por llorar? - preguntó, no podía culparlo, ella tambien quería hacerlo porque le dolían los brazos, pero el chico estaba ileso.
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Brant siempre había sido arrebatado y muy impulsivo, ahora mismo como quería llegar de los primeros al juego había chocado justamente con una chica linda que había caído al suelo por el empujón que le dio casualmente. No era el tipo más pacifico pero ahí estar metiéndose en peleas con mujeres o incluso discutiendo no era lo suyo. Y de por si las chicas solían ser más delicadas, a la rubia no la conocía de nada así que igual estaba alerta que se pudiera enojar o mandarlo al carajo, sería lo normal y él aunque no le gustaba discutir con una mujer, solo iba a tener que pedir disculpas.
Por eso mismo había hecho el puchero al preguntar porque esperaba que no estuviera herida. Tenía que controlar un poco sus emociones ya que el fuego a veces se apoderaba de él y quedaba como el raro pirómano porque claro que nadie creía en la magia como él, que sabía que no era un humano normal solo que no tenía idea porque.
— ¿Estás bien? — Cuestionó confundido y le dio algo de risa su pregunta. — No, no estoy con pena. ¿Es por mi puchero? Supongo que solo es un gesto y nada más. Pero, ¿estás bien? — No era muy caballero pero como entendía que había sido su culpa, extendió su mano para ayudarla y para que se levantara. — Venía rápido así que supongo que la caída fue fea. — Exclamó y sin poder evitarlo, empezó a observar si tenía alguna herida en sus codos o rodillas que al menos cuando se caía eran las partes que siempre terminaban heridas, a excepción de su cara cuando tenía que otra golpiza.
Por eso mismo había hecho el puchero al preguntar porque esperaba que no estuviera herida. Tenía que controlar un poco sus emociones ya que el fuego a veces se apoderaba de él y quedaba como el raro pirómano porque claro que nadie creía en la magia como él, que sabía que no era un humano normal solo que no tenía idea porque.
— ¿Estás bien? — Cuestionó confundido y le dio algo de risa su pregunta. — No, no estoy con pena. ¿Es por mi puchero? Supongo que solo es un gesto y nada más. Pero, ¿estás bien? — No era muy caballero pero como entendía que había sido su culpa, extendió su mano para ayudarla y para que se levantara. — Venía rápido así que supongo que la caída fue fea. — Exclamó y sin poder evitarlo, empezó a observar si tenía alguna herida en sus codos o rodillas que al menos cuando se caía eran las partes que siempre terminaban heridas, a excepción de su cara cuando tenía que otra golpiza.
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Juniper se quedó mirando a su atacante con el rostro algo incrédulo ante su manera de comunicarse con ella. Quizás el chico si se esctaba disculpando pero le parecía una grosería que hubiera corrido como un toro atropellado de esa manera.
- Deberías tener más cuidado, no puedes ir corriendo como si fuera el último día.. - murmuró tomando su mano para ponerse de pie nuevamente, suspiró al verse los pantalones rotos en la rodilla y las manos raspadas. - Me arde un poco, crees que haya un puesto de primeros auxilios por aca? - preguntó, en Japón los había en cada sitio donde se congregaba mucha gente, pero debía recordar que no estaba en Japón, sino en su tierra nuevamente.
La rubia miró las tiendas hasta dar con lo que necesitaba. - Allí.. - ella creía que él tambien se había hecho daño por lo que seguro la seguiría, al acercarse la atendieron con una sonrisa, poniéndole una pomada en las rodillas y alcohol a lo que ella hizo una mueca de dolor, mirando al chico con el que se había encontrado.
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El rubio era muy brusco y casi siempre tenía esos problemas por ser así de arrebatado, sin embargo, con las chicas era diferente a menos que le tocará una que de verdad lo amenazara. Igual en ese momento, estaba entusiasmado de subir a cualquier juego para así subir su adrenalina, le gustaba el riesgo y ciertamente era como una llamita de fuego abrasador por todo lo que se le ocurría.
Quizás que estaba pensando, la chica era linda pero era lógico que ni siquiera sabía ligar para hacerse el interesante, es cómo se encontraba extraño optaba por aislarse y como no pasaba desapercibido, para tener un mecanismo de defensa para que no se pasaran de la raya se había vuelto un problemático, ya estaba acostumbrado que lo miraban mal. — Nada que hacer, ya soy así y me pongo de esta manera cuando vengo a los juegos. ¿Tú no? — Señaló porque igual la estaba tratando de ayudar cualquiera hubiera salido corriendo y si es que pedía disculpas de la distancia al menos él se había quedado.
— Ah… si creo que por allí hay uno — Le señaló donde quedaba pensando que quizás se iría sola pero no fue el caso. — ¿Ah? ¿Quieres que te acompañe? No está muy lejos. — Vio que la fila en ese momento del juego no era tan extensa y si tenía suerte podía subir. Pero algo hacía que necesitaba quedarse con ella y no sabía porque ocurría. Era algo extraño que no entendía del todo.
Quizás que estaba pensando, la chica era linda pero era lógico que ni siquiera sabía ligar para hacerse el interesante, es cómo se encontraba extraño optaba por aislarse y como no pasaba desapercibido, para tener un mecanismo de defensa para que no se pasaran de la raya se había vuelto un problemático, ya estaba acostumbrado que lo miraban mal. — Nada que hacer, ya soy así y me pongo de esta manera cuando vengo a los juegos. ¿Tú no? — Señaló porque igual la estaba tratando de ayudar cualquiera hubiera salido corriendo y si es que pedía disculpas de la distancia al menos él se había quedado.
— Ah… si creo que por allí hay uno — Le señaló donde quedaba pensando que quizás se iría sola pero no fue el caso. — ¿Ah? ¿Quieres que te acompañe? No está muy lejos. — Vio que la fila en ese momento del juego no era tan extensa y si tenía suerte podía subir. Pero algo hacía que necesitaba quedarse con ella y no sabía porque ocurría. Era algo extraño que no entendía del todo.
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Como árbol que hacía el cielo crecerá
Todo sería más fácil si sus amigos no se hubieran desaparecido como si nada dejándola allí, en un lugar que no conocía de nada, recordaba muy poco cuando vivía allí, era muy pequeña, pero tenía buenos recuerdos de su hermano pequeño, al que había vuelto a ver luego de tanto tiempo. A él le gustaría el parque de atracciones como a ese chico rubio?
Como en la estación de primer auxilios le habían puesto algo de alcohol ya podía caminar y volver a pasear por el parque. - Si quieres ya puedes subir a tus juegos, gracias por acompañarme.. - le dijo, el chico había hecho todo lo que podía, con una desconocida.
La rubia escuchó algunos gritos y volteó a ver la montaña rusa, siempre habían gritos pero no tan desaforados como en ese momento. Los vagones iban demasiado rápido, como si el juego se hubiera puesto loco y el hombre que lo manejaba no sabía como hacer para ponerlo bajo control. La gente estaba muy asustada, ella miró hacia todos lados, lo seguro era que fuera una Carta Clow haciendo de las suyas, pero, quien era? Donde estaban los chicos cuando se los necesitaba. Ella apretó su collar, nunca hacia accionado aquello pero si eso no se solucionaba iba tener que sacar el báculo y eso la ponía muy nerviosa.
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Al final la chica ya se sentía mejor porque le habían puesto alcohol en la sala de primeros auxilios donde la quiso acompañar, era lógico que no la iba a dejar sola por mucho que después cada uno se fuera por su lado.
— Okey… entonces nos vemos luego igual no me habría molestado acom….— No alcanzo a terminar la frase e incluso, hasta quería que subieran a algún juego juntos antes que encontraran a sus amigos, le gustaba compartir cuando se podía y esta era la oportunidad de comportarse, sin embargo, todo había salido mal porque de pronto se empezaron a escuchar unos gritos y cuando vio la montaña rusa esta estaba descontrolada.
— ¡WOOW! Lo que me he perdido — Exclamó en un grito y muy sorprendido, algo extraño estaba sucediendo y al rubio le gustaba la adrenalina, si una gran parte de él habría deseado estar en la montaña rusa justo en ese momento. Era un loco.
Notó como sus manos se pusieron calientes y eso lo puso relativamente nervioso porque no debía exponerse frente a la gente y ser considerado un fenómeno.
— Esto no es normal… ¿Qué crees que pasa? — Le preguntó. Brant estaba demasiado mirando los juegos y no era tan solo la montaña rusa, en un momento el carrusel empezó a girar de una manera feroz y eso no le gusto porque allí habían niños menores de edad. — ¡QUE CARAJOS! — Volvió a exclamar ya que se había dado cuenta que algo muy raro estaba sucediendo y esto no era normal, no podía ser que todos los juegos se descontrolaron de la nada.
— Okey… entonces nos vemos luego igual no me habría molestado acom….— No alcanzo a terminar la frase e incluso, hasta quería que subieran a algún juego juntos antes que encontraran a sus amigos, le gustaba compartir cuando se podía y esta era la oportunidad de comportarse, sin embargo, todo había salido mal porque de pronto se empezaron a escuchar unos gritos y cuando vio la montaña rusa esta estaba descontrolada.
— ¡WOOW! Lo que me he perdido — Exclamó en un grito y muy sorprendido, algo extraño estaba sucediendo y al rubio le gustaba la adrenalina, si una gran parte de él habría deseado estar en la montaña rusa justo en ese momento. Era un loco.
Notó como sus manos se pusieron calientes y eso lo puso relativamente nervioso porque no debía exponerse frente a la gente y ser considerado un fenómeno.
— Esto no es normal… ¿Qué crees que pasa? — Le preguntó. Brant estaba demasiado mirando los juegos y no era tan solo la montaña rusa, en un momento el carrusel empezó a girar de una manera feroz y eso no le gusto porque allí habían niños menores de edad. — ¡QUE CARAJOS! — Volvió a exclamar ya que se había dado cuenta que algo muy raro estaba sucediendo y esto no era normal, no podía ser que todos los juegos se descontrolaron de la nada.
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El chico era un tanto extraño pero era guapo y solo tenía que agradecerle el haberle acompañado, ya luego podía comprar otro helado porque el anterior se había arruinado en el piso. Sonrió y miró hacia donde este estaba señalando, abriendo grandes sus ojos. Había una brisa que no parecía natural en el lugar. Kerberos le había explicado aquello, sucedía en presencia de la magia de una Carta Clow.
Pero era imposible encontrar a aquella portadora entre tanta gente en el parque. - No es normal.. - dijo, negando con la cabeza mientras apretaba su collar de llave en su mano. Necesitaba ir a algún sitio para poder intentar frenar aquello.
Juniper salió corriendo hasta alcanzar la parte de atrás de la carpa de circo y dejó la llave suelta.
- Llave que ocultas los poderes de mi Estrella, Revélame la naturaleza de tu verdadero poder, te lo ordeno por el rango que me ha sido otorgado. ¡Libéralo ahora!- murmuró concentrada, era nueva en ello pero tenía tres cartas en su poder que podía ayudarle con las demás, hasta que encontrara a su contraparte.
El báculo apareció frente a ella y la rubia lo tomó pero no parecía estar la verdadera forma de la carta traviesa aquella, pero la magia solo iluminó el lugar donde estaba el rubio.
Ella apareció, el báculo intentaba atraer la magia de la montaña rusa, como si la aspirara a si misma pero era muy poderosa, ella estaba haciendo fuerza para que poder capturarla, al menos los juegos habían vuelto a la normalidad pero al abrir los ojos esa presencia tan fuerte se había escabullido.
June jadeó y se quedó arrodillada mirando como todo volvía a la normalidad, esperaba que nadie le hubiera visto hacer aquello.
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Se quería quedar con ella pero habían problemas y el ambiente estaba tenso con esa adrenalina de los juegos que se habían vueltos locos de la nada, esto era extraño y ni siquiera podía darle una explicación. Lo cierto es que si sucesos ocurrían cuando estaba cerca y el decía que el mundo no era lo que parecía. Era obvio. El podía manipular el fuego a su antojo y a veces cuando tenía emociones fuertes donde se descontrolaba así que algo sucedía en el mundo y en Londres que en su opinión era magia.
Solo que esto era lo más loco que le había sucedido en su vida y sentía que tenía que averiguar que pasaba porque o sino, siempre iba a estar con esa incertidumbre. Algo le decía que no tenía que alejarse de la rubia y sin más, la siguió, pero con tanto revuelo hubo momentos que la perdió de vista, corría rápido.
Lo más extraño es que si vio a una persona traviesa que estaba manipulando los juegos y aunque no vio directamente a Juniper como se quedó contemplando a ese extraño ser que hasta le parecía como familiar, muy pronto ahí estaba la rubia con un báculo, desde esa posición no la lograba escuchar pero sin duda, Brantley vio todo lo que hacía.
Y sobre todo como la magia tomaba a ese ser travieso que cuando lo miro supo que estaban como conectados.
Todo volvió a la normalidad y él estaba demasiado asombrado. ¿Es qué acaso podría usar sus poderes de esa forma? Y la única que se lo podía explicar era la rubia que no parecía una mala persona sino que había apaciguado todo de la nada. La vio arrodillada y fue hasta ella, le extendió la mano. — ¿Estás bien? — Señaló mientras la levantaba — Eso fue más que estupendo ¿Cómo lo hiciste? ¿Lo atrapaste verdad? Aunque parecía que solo se estaba divirtiendo.— El rubio ni siquiera se había dado cuenta que la gente solo estaba extrañada pidiendo explicaciones solo que nadie pareció ver la magia fluir entre ellos dos. Era como si fuera el único que se había percatado que ella estaba arrodillada y cansada de usar su poder. Brantley estaba muy perplejo y sinceramente iba a querer una respuesta de lo que sucedía pues algo le decía que iba a entender al fin lo que pasaba con él, era muy ignorante a lo que era y todo, pues vivía una vida normal tratando de adaptarse al fuego.
Solo que esto era lo más loco que le había sucedido en su vida y sentía que tenía que averiguar que pasaba porque o sino, siempre iba a estar con esa incertidumbre. Algo le decía que no tenía que alejarse de la rubia y sin más, la siguió, pero con tanto revuelo hubo momentos que la perdió de vista, corría rápido.
Lo más extraño es que si vio a una persona traviesa que estaba manipulando los juegos y aunque no vio directamente a Juniper como se quedó contemplando a ese extraño ser que hasta le parecía como familiar, muy pronto ahí estaba la rubia con un báculo, desde esa posición no la lograba escuchar pero sin duda, Brantley vio todo lo que hacía.
Y sobre todo como la magia tomaba a ese ser travieso que cuando lo miro supo que estaban como conectados.
Todo volvió a la normalidad y él estaba demasiado asombrado. ¿Es qué acaso podría usar sus poderes de esa forma? Y la única que se lo podía explicar era la rubia que no parecía una mala persona sino que había apaciguado todo de la nada. La vio arrodillada y fue hasta ella, le extendió la mano. — ¿Estás bien? — Señaló mientras la levantaba — Eso fue más que estupendo ¿Cómo lo hiciste? ¿Lo atrapaste verdad? Aunque parecía que solo se estaba divirtiendo.— El rubio ni siquiera se había dado cuenta que la gente solo estaba extrañada pidiendo explicaciones solo que nadie pareció ver la magia fluir entre ellos dos. Era como si fuera el único que se había percatado que ella estaba arrodillada y cansada de usar su poder. Brantley estaba muy perplejo y sinceramente iba a querer una respuesta de lo que sucedía pues algo le decía que iba a entender al fin lo que pasaba con él, era muy ignorante a lo que era y todo, pues vivía una vida normal tratando de adaptarse al fuego.
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La rubia estaba sonrojada por el esfuerzo que había hecho, era la primera vez que había manipulado la magia suelta y no había sido un entrenamiento con Kero, aquello era completamente diferente, más difícil incluso y esa carta no parecía nada débil. Pero no la había atrapado, seguiría haciendo de las suyas.
Lo que más le sorprendió fue ver llegar al rubio nuevamente, creía que lo había perdido dentro del parque y lo peor es que lo había visto todo. June tomó su mano para levantarse y volver a ponerse la llave en el cuello. - Estoy bien.. pero se ha marchado.. - murmuró, soltando un suspiro, estaba agotada pero solo sería cuestión de acostumbrarse.
- Pero, oh no te preocupes.. tu no has visto nada verdad? - le dijo, esperando este le siguiera el juego porque no quería dejarlo con toda la confusión pero aún así no podía decir nada de lo que hacía una Card Captor o lo que había intentado hacer a un humano, incluso él no debería haber visto la magia.
- Pero.. que es lo que has visto? - preguntó, ahora confundida ella, todo había vuelto a la normalidad, nadie parecía haberse percatado de nada y ese chico parecía aturdido por lo que ella misma había hecho. Lo miró curiosa, aunque en realidad debería marcharse o Kerberos iba a matarla por no ser cuidadosa.
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Parecía tan confundida como se encontraba él. ¡Pero aquello había sido genial! Ella tenía poderes como él aunque de una manera distinta, quizás hasta poderes que no podía controlar. ¿Sería arriesgado? La carita de la rubia era angelical así que imaginaba que no era de los malos - mucha imaginación porque jamás se había encontrado con alguno - él siempre trataba de reprimir sus poderes, sobre todo cuando venía a esta clase de juegos donde cualquier emoción fuerte podìa ser su fin, por eso prefería mantenerse tranquilo.
¡Pero con esto no podía! Mucho menos cuando la chica que le causo tanta curiosidad había hecho semejante maravilla. Sonrió amable cuando esta tomó su mano y se alegró que se encontraba bien. — Que bueno que estás bien eso no parecía tan fácil — Abrió mucho más sus ojos azules y asintió repetidas veces.
¿Por qué ocultarlo?
¡Lo había visto!
— Vi absolutamente todo, te me perdiste por un momento hasta que vi a esa criatura, la verdad es que no sé como llamarlo que estaba haciendo perder el control de los juegos. Luego te volví a encontrar y lograste atraparlo. ¡Realmente genial! ¡Tienes poderes! O sabes de ellos, jamás pensé que encontraría a alguien así — Contó emocionado mientras le brillaban los ojitos. — ¿Me creerías si te cuento que también soy distinto? — Exclamó bajito, era lógico que no quería que el resto se enterara, pero June era diferente y sentía esa seguridad que le iba a creer. La miró con impaciencia y no quería que se fuera.
¡Pero con esto no podía! Mucho menos cuando la chica que le causo tanta curiosidad había hecho semejante maravilla. Sonrió amable cuando esta tomó su mano y se alegró que se encontraba bien. — Que bueno que estás bien eso no parecía tan fácil — Abrió mucho más sus ojos azules y asintió repetidas veces.
¿Por qué ocultarlo?
¡Lo había visto!
— Vi absolutamente todo, te me perdiste por un momento hasta que vi a esa criatura, la verdad es que no sé como llamarlo que estaba haciendo perder el control de los juegos. Luego te volví a encontrar y lograste atraparlo. ¡Realmente genial! ¡Tienes poderes! O sabes de ellos, jamás pensé que encontraría a alguien así — Contó emocionado mientras le brillaban los ojitos. — ¿Me creerías si te cuento que también soy distinto? — Exclamó bajito, era lógico que no quería que el resto se enterara, pero June era diferente y sentía esa seguridad que le iba a creer. La miró con impaciencia y no quería que se fuera.
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