Myra se había acostumbrado a las cenas de sus padres con familias puristas. No era que le gustasen, más bien todo lo contrario, pero había logrado mantener un sólido comportamiento sin fisuras. Y todo casi sin hablar, incluso cuando estas parejas traían chicos de su edad.

Esa noche, los Hollow habían llegado en tropel. Tiana, la chica, estaba en silencio, mientras que sus hermanos se molestaban entre sí y Myra intentaba por todos los medios controlar su incomodidad. La cena pasó sin grandes sobresaltos, con una exquisita comida hecha por su madre (una de las pocas cosas que para la pelirroja su madre hacía bien) y regada por vinos que su padre conseguía de no se sabía bien donde. Todo estaba resultando bastante normal, hasta que a la tejona le dio un fuerte cólico en el estómago, y se arrepintió de haber comido tanto para disimular su presencia.

- Si me disculpan, me retiraré al cuarto de baño, madre, padre, señor y señora Hollow. Ya regreso, no tardo - dijo la niña, sin pensarse demasiado en que dirían los adultos. Necesitaba evacuar rápido, luego tomaría una de las pociones de su padre que guardaba en su habitación y volvería como nueva.

Sin embargo, se tardó en el baño más de lo previsto. No le importó. Salió un poco más aliviada, pero decidida a tomarse la poción igual, así que se lavó sus manos a conciencia y fue a su cuarto lo más rápido que sus pasos le permitieron.

No esperaba oír allí dentro, al acercarse a la puerta, el llanto de la que estaba bastante segura que era Tiana.

- ¿Hola? ¿Puedo pasar? Es mi cuarto, espero no te moleste... - dijo con calma y abriendo la puerta lentamente para no molestar más de lo necesario.

25.08.2017 + Flashback + Cena en el hogar de los Oleander

La vida de los sangre pura no es tan agradable como se piensa. Es cierto, tienen dinero, un renombre en la comunidad mágica, son vistos con envidia y seguramente su voz hace eco para imponerse. No hay más intimidante que un miembro de las 28 sagradas familias. El único inconveniente, son las reuniones a las que les invitan o deben dar como anfitriones para mantener los vínculos estrechos y continuar su tradición purista. Es lo primordial para ellos, ser un frente común y por ello, la reunión en la casa de los Oleander es medular para sus padres.

Tiana desearía quedarse en casa. Ha empezado ese período típico en las mujeres donde las dolencias de sus vientres son insoportables y deben tener cuidado en ser discretas. Su madre es inclemente porque ¿Cómo ha de acudir con los Oleander sin su hija mayor? Al final, debe acudir y ni siquiera las pociones que le da la señora Hollow le calman la dolencia. Es uno de esos muy horribles días.

La comida es inigualable, la Slytherin se comporta de forma impecable, hasta que la Hufflepuff se excusa. Tras unos cuantos comentarios inapropiados de su madre sobre la falta de educación por haberse puesto en pie en plena mesa y las disculpas de la sra. Oleander, deciden pasar a la antesala para disfrutar del té. Tiana se disculpa un momento y conociendo la casa de la familia anfitriona, acude al sanitario descubriendo que sigue ocupado.

Hay una puerta entreabierta y la joven entra intentando soportar el dolor, dejando salir el llanto por la forma en que la molestia es inclemente y cruel. Traga saliva apretando la palma en la pared deseando que el aseo se desocupe rápido. Lo que no espera es la voz que suena tras la puerta. Se recompone limpiándose las lágrimas rápido, pero el tono de su voz suena grueso y gutural. - No, está bien, fue mi error.

- Disculpa la intromisión en tu cuarto - se relame los labios mirando su rostro. - Y espero que vuelvas pronto, no se vería bien que te encerraras aquí - saca la rabia y el veneno por boca. Haciendo pagar a la tejona por su dolencia. - Al menos, no sé si tu madre te lo permita, la mía no dudaría en utilizar cualquier hechizo. Agradezco que la maldición Imperio esté prohibida, porque seguramente la utilizaría para que haga lo que considere prudente...

25.08.2017 - Flashback

Myra quedó un tanto descolocada por la respuesta de Tiana.

No entendía de donde había sacado esa idea de querer encerrarse en su cuarto. No era estúpida, actuaba en base a sobrevivir cada día con sus padres. Que la comida le hubiese caído mal no estaba en su orquestada conducta, ni que tuviese que buscar su poción para el vientre. Era lo que agradecía de su padre, que supiera tanto del tema. Quizás lo único. Y que en parte ella se pareciese solo un poco a él.

- No... ehm... no pensaba encerrarme aquí. La comida me cayó mal... y aquí tengo las pociones para calmar el dolor. Mis padres entenderán eso cuando les explique... creo.

Se tomó levemente las puntas de su rojo cabello, mirando a la rubia con desconcierto, notando que ella seguía llorando, aunque mucho menos que antes. No tenía interés en recalcarle a Tiana lo inmerecidamente venenosa que había sido con su tono de voz, ni que tampoco deseaba saber que haría su madre frente a la aparentemente indecente conducta de la pelirroja. Sorprendentemente, le preocupaba más que la chica frente a ella hubiese llorado, y su amabilidad por lo general oculta salió a la luz con una pregunta.

- Pero... si necesitas, puedes quedarte. No voy a indagar sobre lo que te pasa, no te preocupes, no me gusta... meterme donde no he sido llamada - le dijo sin poder evitar recordarle en su tono a Tiana que no había sido amable como ella sí lo fue y pensaba ser - pero si necesitas algo que tenga que ver con una poción... sólo avísame. Las tengo justo aquí - finalizó señalando la caja puesta sobre la repisa detrás de su cama, para luego tomarla y comenzar a buscar rápidamente la poción que ella necesitaba.

No tardó en hallar lo que buscaba. Retiró el vial de la caja, quitó el tapón y se bebió la poción de un trago. Luego, miró a la rubia y le dijo.

- Nos vemos abajo.

Y se dirigió hacia la puerta de su cuarto con la intención de volver al comedor.

25.08.2017 + Flashback + Cena en el hogar de los Oleander

Estaba haciendo pagar a la tejona por su malestar, no cabe la menor duda. Esa manera de comportarse es rastrera y típica de los Slytherin, no cabe la menor duda. Tiana no deseaba tener a alguna curiosa metiendo las narices donde no le importa y sin embargo, si llegara a tener un pleito con ella, su madre le cortaría el cuello.

Baja los ánimos combativos y venenosos con algunas aspiraciones constantes. Lo que le sorprende es la manera en que la otra toma todo, con esa voz tranquila que relaja el temperamento de la serpiente. La ve caminar hacia la puerta y frunce los labios. - Si te parece bien, ¿Podrías quedarte un momento más hasta que me recomponga? Si vas tú a la mesa, inmediatamente mi madre me molerá a críticas y si estás conmigo, podré decirle eso... le parecería bien - aspira profundo cerrando los ojos.

- Mejor cuéntame algo, lo que tú quieras. Banal o no. Puede ser sobre la escuela, algún pasatiempo, lo que sea para distraer mi mente. ¿Aceptas? - le propone porque así, va a dejar a un lado lo que le incordia hasta tener la fuerza de enfrentarse a sus padres. Quién sabe, quizá en algún momento logre tener al menos una confidente o bien, una aliada en este mundo tan de blancos y negros.

Algo es cierto y es que la tejona, por más que sea parte de una casa que a Tiana le parece de lo más insulso, posee un aura que la hace relajar y confiar en ella. Teme por supuesto que tarde o temprano la traicione, pero eso es con todos los que la rodean, incluso a veces lo siente con Alek. Como si no lograra encajar bien en su círculo, que finge muchas veces para hacerlo feliz y ¿Dónde queda ella? ¿Su felicidad? A últimas fechas se cuestiona demasiado su modus vivendi y la seguidilla de directrices conductuales que le han imprimado.

¿Y si realmente no es lo que quiere para su vida? Quizá, tener una visión ajena a su círculo como la de esta chica, pueda ser lo que le ayude a encontrar una línea a seguir...

25.08.2017 - Flashback

La sorpresa ante las palabras de Tiana hizo que la tejona, que aún seguía con la idea de retirarse y estaba apuntando hacia la puerta, alzara las cejas del asombro.

¿Eso que acababa de oír era a una Slytherin pidiendo ayuda?

Decidió relajarse y darse vuelta justo para ver lo... ¿incómoda? que se sentía la rubia al pedirle ayuda. Eso la sorprendió a Myra aún más, pero tampoco por eso iba a dejarla sola. Le resultaba extremadamente raro pensar en entablar una conversación con esa chica, mucho más aún una conversación trivial. No se conocían, ni siquiera iban al mismo curso, lo único que las unía era el vínculo "societal" de sus padres. Y sin embargo, la pelirroja se sintió incómoda ante la idea de no darle una mano a la pobre chica.

Así que lentamente se acercó a su cama y se sentó frente a ella, poniendo las manos sobre las piernas, mirándola fijo y pensando en que contarle.

- La verdad... es que tampoco creo que pueda contarte algo que te distraiga. A menos que busquemos tu carta natal entre mis papeles para mostrarte... eso puede ser entretenido a veces, sin tener que predecir nada. Si eso te parece bien... pues supongo que puedo aceptar, ¿no?

Sabía que su rama de la adivinación preferida podía ayudarla a salvar una conversación, pero eso le sucedía con gente que venía de buen humor. No era el caso de Tiana... y le preocupaba una pizca estar equivocada en lo que pretendía.

25.08.2017 + Flashback + Cena en el hogar de los Oleander

Está consciente de que ellas definitivamente no tienen nada en común más allá de pertenecer a un círculo de la sociedad mágica que les da cierto status. Sin embargo, ahora mismo lo que necesita es estar lejos de sus padres en lo que logra canalizar sus emociones para tranquilizar un poco su mente y alma.

Por eso, no le sorprende lo que dice sobre desposeer un tema que pueda interesarle. - ¿Carta natal? - no comprende ese término y seguramente es algo que le intriga. Odia desconocer las cosas. Su cabeza se ladea a la derecha en tanto presta atención a lo que dice. - Si me explicas un poco mejor, puede que te entienda. Ahora mismo me intriga porque no te entiendo - puede ser eso, una banalidad.

Aún a pesar de ello, de que no le parece algo que pudiera interesarle, se descubre inquieta y curiosa. Una pequeña sonrisa se forma en sus labios, tímida, pero sincera. - Ganaste, veamos qué es eso... y quién sabe, quizá como dices, resulte entretenido - algo sin embargo, le pica. - Sólo te pido que no lo comentes con nadie. Ni siquiera en el colegio. ¿Está bien? - tiene una enorme reputación por mantener. Seguramente a Alek le moleste que ella esté hablando o haciendo migas con una tejona que tiene fama de ir por la vida lanzando encantamientos de arcoiris y dulces de colores.

25.08.2017 - Flashback

La pelirroja miró sin disimular su inseguridad de nuevo a la rubia al escucharla. No faltaba a la razón: todo lo nuevo podía ser fascinante y luego, pasada la primera impresión, dejar por completo de serlo. Lo de abrir la boca no era un problema, ni siquiera le motivaba la idea de pensar en hablar de ese encuentro, así que el "peligroso" secreto estaba sin dudas a salvo.

Pero si Tiana no sabía que era una carta astral, mucho menos podía conjurársela sin preguntar algo tan personal como la hora de nacimiento. Aún sentía el vientre incómodo, lo que menos quería era agregarse una bronca ajena. Así que volvió hacia su escritorio, rebuscó entre sus papeles su propia carta, y colocó el pergamino que la contenía extendido sobre el espacio libre de la cama que quedaba. Fue luego en silencio hasta su mesa de luz, tomó unos cerillos y una vela apagada, y la encendió para finalmente acercarse a la cama y comenzar a explicarle con absoluta tranquilidad.

- Los astros tienen posiciones diferentes a cada minuto. En el momento en que naciste, exactamente en ese momento, los astros tenían una posición determinada. Esa posición influye muchísimo en como eres y como miras el mundo. Y se usan cartas natales, como mapas del cielo, para poder observarlas y estudiarlas. Esta es mi propia carta.

Y acercó lentamente la vela al pergamino para que mirara todo: el mapa del cielo, los datos necesarios sobre ella (el nombre completo de Myra, el lugar, la hora y fecha de nacimiento) y permitió que la rubia comprendiera esa información. Unos instantes después. susurró.

- Para poder hacer la tuya, necesito todo esto. Pero podemos comenzar con la mía, si te interesa que te explique el tema. No hay presiones.

25.08.2017 + Flashback + Cena en el hogar de los Oleander