El mensaje era conciso para lo que necesitaba de su primo. Indicaba día, hora y lugar para verse a sabiendas de que él lo esperaba con impaciencia. Convencer a Alec de que saldría con Zephyr no fue problema. Esperó un momento en que él estaba ocupado con otros menesteres, para escaparse de su mirada siempre vigilante y aparecer tras los viveros de la profesora de Herbología con un par de capas que serán indispensables para no ser vistos.

Sabía lo que hacía. Lo que esperaba Zephyr de ella y la zona en la que, suponía, podría estar lo que necesitaban con tanto ahínco. Ese hechizo no debería ser tan protegido. No logra comprender del todo el por qué de ello, ni siquiera supone que sea peligroso en su ejecución. ¿Qué sería entonces lo que buscarían esconder al hacerlo tan exclusivo?

Aburrida, juguetea con sus pies escuchando los sonidos del bosque en plena oscuridad. Cualquiera que los encontrara a esta hora de la noche, les daría un castigo supremo, quizá con algún descuento de puntos. Nada que a Tiana le preocupe porque el fin justifica los medios. Un ruido la alerta, su cabeza se desvía a la derecha hasta ver ingresar en el rango de vista a su primo.

Su sonrisa se ladea al quedarse callada hasta que él se apersona muy cerca de ella. - Bien, ahora que estás aquí, ponte esta capa. Le puse un hechizo para que quien la vea, la ignore en compañía de quien la porta. Vámonos de una vez, porque pronto habrá una pequeña eventualidad en el aula de pociones y eso nos dará el distractor perfecto para colarnos en la biblioteca mientras el conserje se encarga de la limpieza - no es mucho tiempo, pero algo es algo.

Espera encontrar lo más pronto posible ese hechizo y en caso contrario... mientras que no los atrapen, tienen más oportunidades de ganar.

17.12.2019

Cuando le llega la nota de su prima todavía está en clase, apenas puede esperar el resto del día. Las horas pasan en lenta progresión, una asignatura tras otra, la hora de la comida, insustanciales horas en la sala común. El tiempo pasa despacio, demasiado despacio, hasta que, por fin, llega la hora.

Se aleja en silencio, internándose entre los pasillos casi desiertos a tal hora. La zona de encuentro elegida está alejada y Zephir se pregunta por qué quedar tan lejos, pero no se queja. Tiana lo está ayudando y lo mínimo que puede hacer es confiar en ella.

Su prima ya está en el lugar de encuentro, Zephyr la saluda con un asentimiento y ella enseguida se mete en tarea. Tiana es directa y eso le gusta. Acepta la capa tendida, asintiendo a sus indicaciones, realmente parece que lo tiene todo planeado. Se pone entonces la capa y a la vera de la chica emprende camino hacia la biblioteca.

De vez en cuando se cruzan con alguien, un par de críos de primero que parecen correr a toda prisa para llegar a su sala común antes del toque de queda o un prefecto que hace su ronda. Pero nadie parece notarlos, el hechizo de su prima resulta perfecto. Una vez frente a las puertas de la biblioteca se encuentran cara a cara al conserje que friega con parsimonia frente a la puerta. Zephyr tiene que morderse la lengua para no dejar ir una palabrota y alertar. Busca a su prima esperando que le dé alguna indicación de qué hacer a continuación cuando el sonido de una explosión reverbera en el aire.

Aunque ella no se lo haya dicho directamente, Zephyr sabe que aquello es obra de Tiana y no puede si no dejar ir una sonrisa divertida.

17.12.2019

Se afanó en pulir cada detalle. Viéndose afuera, daba una perspectiva diferente, pues nadie podría notarlos en cualquier otro sitio del castillo y sospechar. Era salirse por completo de la vista aunque el camino fuera más largo de lo acostumbrado. Tiana avanza confiada en que el hechizo en las capas es perfecto. Lo ha practicado hasta el hartazgo para que sea infalible y sólo necesitan evadir a los que vienen antes de su objetivo final.

La biblioteca por fin queda a la vista y con ella, el conserje. Nada que no hubiera previsto con anticipación. Sonríe ladeando la cabeza sabiendo que el otro no tiene más opción que desplazarse hacia la zona conflictiva. Eso es suficiente. Tiana abre la puerta y se desliza dentro dando oportunidad para que Zephyr la siga al sitio. Cierra tras ellos como si no hubiera pasado absolutamente nada. Una de sus manos sale fuera de la capa señalando la zona de búsqueda y hacia allá se traslada.

En el camino, pone un par de trampas para alertar por si alguien les sigue o aparece en el lugar sin que lo sepan. Apenas entran, se quita un poco la capucha. - Bueno, tenemos entre 10 y 15 minutos para buscar. Debería ser algo fácil, pero no estoy tan segura. Ya revisé las dos zonas de la derecha porque... - encoge los hombros - buscaba otra cosa. Ahora dividamos esto. Tú esta gaveta, yo esta otra. Vamos rápido. En 12 minutos habrá otro altercado, es el tiempo máximo que tenemos para esto.

Dicho eso, se pone a buscar. Tiene que estar aquí, pero ¿Dónde?

17.12.2019

Una vez en la biblioteca imitó a su prima y se bajó también la capucha para poder tener mejor visión. La siguió por los pasillos de la biblioteca hasta dar con la separación que marcaba el inicio de la sección prohibida.

Zephyr lo observó con algo de intranquilidad, pasar aquella barrera estaba estrictamente prohibido, aunque nunca nadie le había dicho qué sucedería si lo hacía de alguna manera se había mantenido alejado, igual que el resto de alumnos. No obstante, Tiana sobrepasó la barrera sin pensárselo siquiera y nada le sucedió ni ninguna alarma la delató. Zephyr la siguió, no sin cierto asombro, pero de nuevo nada fue lo que sucedió. Se habría reído del respeto que le había tenido a aquella valla si hubiera tenido tiempo.

Siguió las instrucciones de su prima rebuscando entre los distintos tomos envejecidos y llenos de polvo. La verdad es que habría sido mucho más fácil si hubiera sabido qué debía buscar. Había algunos libros que no estaban ni en su idioma, o algún idioma que pudiera reconocer para el caso de otros.

— Tiana, no encuentro nada. —susurró molesto por su propia incapacidad.— Ni siquiera sé que estoy buscando exactamente. —murmuró, acercándose hacia su prima.— Pero sea lo que sea seguro que no está allí, la mayoría de los libros no está en nuestro idioma y los que lo están hablan sobre pan de gnomos o algo así. —hizo una mueca, demostrando así lo poco útil de su lectura.—¿Tú tienes algo?

17.12.2019