One single thread of gold

INSPIRED — Otros — ONE ON ONE

Tanto Melora como Hayden crecieron sabiendo que eran individuos privilegiados, de los pocos seres humanos caminando por la tierra que aun conservaban la sangre de los antiguos dioses. No es algo que compartan con la gente, tan solo tienen algunas responsabilidades adicionales, y honrar a los dioses les convierte en seres humanes más resistentes y lóngevos. Melora se acostumbró a cumplir su labor como mensajera de Afrodita, y Hayden eventualmente decidió que la mejor manera de honrar a Hypnos era echándose de forma religiosa la siesta por las tardes.

Son amigos desde hace años, se conocieron en primer año de su carrera de estudios arqueológicos, ya que profesan cierto interés por la historia y los lugares que la cuentan. Hayden piensa que se enamoró de ella desde el primer momento, pero nunca ha sabido decírselo, al punto en el que ha empezado a ver su relación como algo platónico... Hasta que una tarde decide seguir las enseñanzas de su madre y encomendarse a los dioses.

Pidió suficientes instrucciones para hacer un pequeño altar para Afrodita, ¿quién le diría que la persona que vendría a escuchar su petición sería la misma Melora?

Melora Angelou

Descendiente de Afrodita — Liana Liberato — Timelady

Hayden Petreas

Descendiente de Hypnos —  Brandon Flynn — Bewölkt

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Post de rol:

Aphrodite's Call Center

What do you desire?

Odiaba bastante los días en que le tocaba turno en lo que ella llamaba burlonamente el "centro de llamadas de Afrodita", más que nada porque su madre la obligaba a vestir de un modo que detestaba. Con el cabello arreglado y ondulado. Y ese estúpido vestido rosa que dejaba a la vista más de lo que le gustaba.
Al menos había logrado que en invierno le dejara ponerse algo más abrigado mientras esperaba las llamadas, solo con la excusa de taparse un poco, porque la verdad es que allí siempre había una temperatura ideal.
Además, la verdad sea dicha, ya casi nadie usaba ese conducto para comunicarse con la diosa. La mayoría tiraba de las apps.

Lo único a lo que podía aferrarse era que al menos estaba en un sitio tranquilo en el que poder estudiar y encima se ganaba un pequeño sueldo. No porque su madre no le ofreciera una paga digna, era más bien por lo de estárselo ganando en cierto modo.
Aunque fuera escuchando problemas sentimentales ajenos.

Estaba pasando a limpio los apuntes de la última clase cuando aquello empezó a iluminarse. Le dio el tiempo justo para soltar el boli y recolocarse el vestido antes de aparecer en el altar que habían hecho.

- Saludos, mortal. Me envía Afrodita, ¿en qué puedo ayudarte? -Pronunció con toda la solemnidad del discursito aprendido. Pero la verdad es que aquella habitación el pareció conocida... y su sorpresa fue mayor cuando bajó la mirada hacia quien había montado aquello.- ¿HAYDEN? -Exclamó sorprendida, al ver a su amigo allí.

Melora — en un encargo — con Hayden???

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Aphrodite's Call Center

What do you desire?

Lo reunió todo. No estaba seguro de que internet fuera una fuente confiable, por lo que había visto existía una especie de trend donde un montón de personas se consideraban a sí mismas brujas y hacían altares sin sentido para los dioses. Sin embargo, se aseguró de encontrar un par de recursos confiables, y eso lo llevó a donde se encontraba en ese momento.

El altar tenía buena pinta, y cuando encendió la vela, todo tomó forma. Hayden cerró los ojos, recordándose a sí mismo que a los dioses les gustaba que los adularan. No sé qué decirte, Afrodita... Nunca se me ha dado muy bien el amor, y creo que necesito consejo. ¿De quién mejor que de la misma diosa del amor? A nadie se le puede dar mejor que a ti, ¿no?

Tal vez no le estaba repitiendo a la diosa lo maravillosa que era tres veces por minuto, pero el fuego crepitó y la figura de Afrodita que se encontraba en medio del altar pareció brillar con luz propia antes de que Hayden tuviera que abrirle espacio al mensajero que se encargaría de guiarlo a través de aquel embrollo.

Tuvo que restregarse los ojos varias veces al verla.

—Si, soy yo— dijo, intentando convencerse a sí mismo de que los dioses tenían un humor increíble —. No hace falta que tomes la forma de Melora para venir a hablar conmigo, es... Confuso— afirmó, porque casi sería como confesarle sus sentimientos a la misma chica que los producía.

Melora — en un encargo — Hayden

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Aphrodite's Call Center

What do you desire?

Vale, mierda, era Hayden.
Ya había que tener mala suerte de que te pillase de esa guisa alguien a quien conocías desde hacía tanto tiempo y a quien no le habías mencionado en ningún momento que tu madre no era otra que la mismísima Afrodita. Sí, la de los mitos. Casualidades de la vida.

Todavía estaba intentando encontrar las palabras cuando él le dijo eso de coger su forma.- Eh... no no. -Negó con la cabeza, saliendo del altar y todo eso. Oye, pues estaba perfecto.- Es que soy yo, Melora. -Consiguió reconocer.

- Ya sé que es confuso. -Añadió, no entendiendo a qué se refería él exactamente.- Pero te juro que tengo una explicación perfectamente lógica y razonable. O quizá no. Tienes que ser un poco abierto de mente para todo eso... -Que había una distancia bastante grande entre estudiar la historia antigua y los mitos y considerar que todo era cierto.- Aunque bueno, has hecho un altar, así que supongo que eso no será problema. -Si había hecho aquello era que creía en los dioses, eso facilitaría las cosas.

Melora — en un encargo — con Hayden???

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Aphrodite's Call Center

What do you desire?

Los dioses tenían una manera complicada de jugar y eso Hayden lo sabía de primera mano. Lo que no esperaba era que su tarde de súplicas a Afrodita se convirtiera en una confesión a la misma mujer que estaba intentando evitar... Aquello tendría gracia si no fuera él la víctima de su propia idiotez.

Se quedó en silencio unos segundos, la mujer sonaba como Melora, se veía como Melora y tenía la misma expresión sorprendida de Melora. ¿Podía eso significar que era Melora? Estaba repitiendo tanto su nombre en su cabeza que estaba empezando a sonarle hasta raro.

—Espera, espera... ¿Por qué has salido tú del altar?— preguntó, aceptando que no se trataba de Afrodita intentando hacerle pasar un mal rato, aunque no terminaba de descartarlo del todo —. ¿Abierto de mente? ¿Qué dices?— preguntó, frunciendo el ceño. Estaba seguro de que lo que escuchaba era su corazón en sus oídos.

Melora — en un encargo — Hayden

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Aphrodite's Call Center

What do you desire?

Resopló cuando escuchó la pregunta.
A ver cómo le explicaba todo aquello.

- Respira, Hayden. -Le pidió, porque estaba casi tan nervioso como ella, o más.- Te lo explicaré. -Miró alrededor.- ¿Te importa si nos sentamos?

Esperó a que le diera permiso y se movió, odiando cada vez más el dichoso vestidito que le había puesto su madre. Con lo cómoda que estaría ella con sus vaqueros y su sudadera y su cola de caballo. Que tampoco es que fuera el tema de conversación más cómodo para ella, pero bueno.

- Pues he salido yo del altar, porque trabajo para Afrodita. A veces respondo yo a las peticiones que les hacen. Que no son muchas, porque normalmente los altares están mal hechos. -Seguía pensando que el suyo era demasiado perfecto.- Porque sí, los dioses de la mitología griega existen. De ahí que quisiera que tuvieras la mente abierta. -Añadió, mordiendose el labio porque no quería decir lo que le quedaba por decir.- Y si puedo hacer todo esto es porque... Afrodita es mi madre. -Listo, ya estaba dicho. Ahora a esperar a que la tomase por loca, la echara de allí y hubiese perdido la mejor relación que había tenido jamás.

Melora — en un encargo — con Hayden???

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