Rememorar esos momentos era una experiencia única, pues no se limitaba simplemente recordarlo en pensamientos. También estaban teniendo la oportunidad de vivirlo nuevamente. Tal vez había cosas que deseaban no volver a vivir, pero al menos esto sí valía la pena repetirlo. Si hubiera la posibilidad hasta se quedaría más rato en aquel baño, pero no, debían investigar, luego igual podían volver. Porque algo era cierto, al menos hoy esperaba no tener que ir a clases. Y con decir esperaba se refería a que los cacharan alguno de los profesores y no les creyeran sus excusas. Pero bueno, eran buenos actuando, así que esperaban que creyeran eso de que se sentían mal.

— Exacto, rememorar los momentos felices e incluso añadir nuevos. Así poco a poco inclinamos la balanza a nuestro favor para tener un mejor año. No podemos desperdiciar las oportunidades. — aseguro el licántropo. — Descuida que yo te consigo una, ya sabes. Nerd al fin las compro por puro vicio. Me gusta tener donde escribir. — Añadió, además, sería un regalo de su parte. ¿Por qué un regalo? Bueno, solo porque sí, por tenerlo de vuelta. — Sí, reescribamos la historia. — Decía ahora más esperanzado que nunca sintiendo ese cálido abrazo. Tal vez había más soluciones y cambios de los que incluso ellos podían imaginar. Es que incluso una vida que lograran cambiar para bien ya era un gran logro. — Es muy posible, ojalá y sea así. — comento respecto al director, si el mismo se percataba, las posibilidades de creerles serían más altas.

Remus rió al escuchar lo de los calderos. — Sí, debes retomar las explosiones de calderos. Se te dan bien. — le respondió de forma juguetona. Iban de lo más contentos por aquel pasillo hasta que llego Peter. La expresión en sus rostros se habían ensombrecido, rápido. Menos mal que estaban de espalda y no lo pudo notar, y que de paso servía para justificar la próxima mentira que estaban por decir… “Se encontraban enfermos.”

Ahí estaba Pettigrue dándoles alcance. ¿En qué momento se volvió malvado? Es que Remus lo pensaba y lo pensaba y no lograba visualizar al chico de esa forma. Pero sabía muy bien como termino la historia, como desperdicio su vida y de paso arruino la del resto. Era muy triste. Quizás no le dieron la atención que necesitaba, tal vez se sintió solo en algún momento, echado de codos. Debió haber alguien que lo mal influenciara. Más en estos momentos Lupin solo tenía en su mete su traición y no podía pensar en otra cosa. Intentaba mantener la calma, porque si él la perdía entonces Sirius la perdería aún más pronto y ahí sí que terminarían por arruinar todo. Así que actuó de la manera más serena posible.

— Es que eso implicaría que si tenemos un trabajo en grupo… que me parece que es el caso… no tendría con quién hacerlo. Saben bien que si no es con uno de ustedes no me hacen caso los demás. — dijo en un tono hasta algo nervioso. — Bueno, pero de verdad Peter. No es por dejarte solo… pero no nos sentimos bien. — comento el licántropo. — Tú puedes. ¿Quién dijo que no podías? Además, no creo que quieras un cero por puro chiste o sí. — intentaba cómbeselo.

— Bueno, yo nada más decía. Quizás solo tontea por ahí nada más. — Parecía conforme con esa respuesta. Abrió grande los ojos al escuchar la admisión de Sirius, porque en cierto modo, ni siquiera metía, era la realidad. — Oh… entiendo… o eso creo. — Respondió el chico. — Haber comenzado por ahí. — Añadió, aunque sí se había puesto rojo de la impresión, a saber, qué había pasado por su mente. — Es que no queríamos causarte una gran impresión. — comento Mooney quien ahora sujeto fuerte de la cintura al Black. — Está bien, está bien. Oigan, pero deja y los acompaño hasta la sala común… voy a buscar unas cosas y me desaparezco. Lo prometo. — Añadió, al parecer no sería tan fácil deshacerse de él, al menos por un rato. Más que entendiera, la indirecta era un avance.

Remus veía todo esto como algo bueno. Pues no solo podían volver a estar juntos, también tenían la oportunidad de reescribir sus historias. Claro que habría cosas que no podrían tocar, pero quizás podían cambiarla lo suficiente como para que el sufrimiento fuera menor y eso siempre era algo bueno. El volver a verse jóvenes, pero aun con los recuerdos de su futuro, podría jugarles a su favor. Pues los verían como inexpertos aún, cuando en realidad eran magos experimentados. Eso no quería decir que tenían todas las de ganar, pues el Señor Tenebroso no dejaba de ser muy poderoso. Más aún para estas fechas en las que se encontraba en todo su apogeo. Pero sí tenían a su favor la carta de la subestimación.

Los chicos tenían que planear bien de como llevarían todo esto, eso era un hecho. No podían ir improvisando por ahí sabiendo que cualquier cosa podía cambiar algo del futuro. Por eso quería saber más, ir planeando y también al mismo tiempo ir adaptándose nuevamente a su vida colegial, pues era importante que continuaran con sus estudios. Pero todo se fue al trasto cuando Peter decidió hacer su entrada por aquel pasillo. Era tan difícil para ellos contener esa fea sensación que traían por dentro hacia él. ¿Como no con todo lo que había hecho? O mejor dicho, con todo lo que haría.

Algo debió de haber ocurrido con Peter para que desperdiciara su vida de esa manera y entregara a sus amigos ante un ser tan cruel como era Voldemort. Lupin solía tener algo más de calma y paciencia, por lo que aún no había dejado que esa rabia lo delatara y terminara por decirle unas cuantas cosas al rubio, pero sobre todo había evitado caer en las ganas de pegarle. Pero sabía que a Sirius no se le hacía tan sencillo y debía de estar hirviendo por dentro cuál chimenea para evitar que un golpe se escapara hacia su cara. Así que el chico calmaba al animago apretando suave sus manos para que se concentrara en eso y no el otro chico.

— Sigue consejo, Peter. No queremos ser los causantes de tus traumas. — afirmaba el licántropo. — Así es, ya él lo sabe y ahora tú también. Nos hicieron trampa para descubrirlo jumm… terminamos por soltárselos antes de tiempo. Ustedes nos dan nuestro espacio y cuando sea necesario igual les daremos el suyo…  ¿Ya quedo claro? No quiero dramas luego. — Añadió ahora en tono serio y con una ceja alzada.

— Espacio, está bien. Entendido. No del todo, pero más o menos. — comento en un murmuro.  — Yo… bueno si tengo, pero… no es lo mismo. — Respondió, encantó a lo de los amigos. — Pero está bien, yo haré eso. Los acompaños, busco lo que iba a buscar y me voy. — Decía convencido de que le creerían, y quizás era porque ya tenían esa desconfianza que incluso para algo tan tonto como eso era difícil de creerle.

Entrelazo las manos con las de Sirius y comenzaron a caminar. No podía evitar mirar al otro chico de reojo, como si esperara que en cualquier momento los tomara por sorpresa y les diera la puñalada por la espalda. La verdad iban a tener que hacer algo para controlar esas emociones porque no sería bueno. No podía ser siempre así. Sin embargo, todo era tan reciente que con que se estuvieran conteniendo de pegarle ya habían logrado lo imposible.

— Perfecto, te alcanzo luego. — Respondió dándole un rápido beso antes de ir por el mapa. Remus trato de ser lo más rápido posible para así reunirse con el Black. Miro que Peter ya estuviera un poco lejos de ellos y para así salir tomando consigo así el mapa. Cuando caminaba al encuentro de Padfoot se lo encontró con un mal semblante. Que le ocurrirá. — ¿Estás bien? — Dijo el chico masajeando su espalda, hasta que noto aquella sustancia pegajosa en el suelo.  

El asunto con Peter era terrible, es que no podía encontrar la manera de verlo como antes. Quizás necesitarían consejos de alguien sabio, alguien con más experiencia que ellos aun cuando estuvieran años atrás. Por eso en el fondo deseaba que de una forma u otra Dumbledor sospechara de que algo raro ocurría con ellos dos y les sirviera para aclararse. No les diría que hacer, pero sus consejos siempre eran bienvenidos. Porque por sus propios pensamientos ya hubieran dejado a cola de gusano hecho papillas y eso que Remus era bastante calmado, solía ser quien le bajaba las revoluciones al Black.

Por ahora era mejor mantener la distancia, cosa que iba a ser difícil tomando en cuenta que el chico solía ser muy unido a ellos. Cada que tenía la oportunidad iba a parar a su lado. Sería difícil quitárselo de encima. Peor aún sería cuando James estuviera, porque sabía que el otro muy inocentemente le pediría seguramente que los acompañara y no podrían negarse. ¿Qué excusa le darían? Él te traicionará, morirás por su culpa. No… No podían decirle algo como eso.

De los dos, el que la estaba pasando más mal era Sirius. Cosa que era totalmente comprensible, pues, aunque Lupin también sufrió por su culpa, los había separado, los había enemistado por un momento. Pero había sido Black quien se había llevado la peor parte al haber pasado grandes y valiosos años de su vida en Azkaban. — Fregoteo… — murmuro el licántropo para que el otro chico no tuviera que estar sentado al lado de su propio vómito, para luego el también sentarse a su lado. — No es justo, lo sé muy bien. A mí también se me pasan pensamientos violentos por mi mente, que hasta me asustan. Pero… ni siquiera sé qué pensar. ¿Realmente en él ahora tendría esos pensamientos? ¿O sería alguien que luego lo corrompió? Son muchas preguntas. Ah… que rabia, qué impotencia. — dijo soltando un suspiro de frustración al recordar precisamente los años de prisión del su chico. — No merecías haber pasado por eso… y la verdad si tan solo no tuvieras que… — Comenzó a acariciar su cabello para calmarlo. No sabía cuánto eso podría ayudar, pero debía intentarlo.

La mano del licántropo se volvió a posar en su espalda dando suaves masajes mientras el chico volvía a vomitar otra tanda. — Está bien, está bien. No vamos a volver. Yo… yo realmente no sé cuánto más pueda aguantar la compostura tampoco… y no me gusta verte así. — murmuro para ahora rodearlo con sus brazos por la cintura, abrazándolo recostando su cabeza en su espalda. — ¿Quieres que vayamos a Hogsmade? Usamos el mapa para asegurarnos que nadie note que nos escapamos. — murmuro mientras dejaba un suave beso sobre su espalda. — Si luego los chicos preguntan… podemos decir que simplemente queríamos privacidad. — cosa que no era una mala excusa, pues dentro del colegio era muy poca la que podían tener, con cuartos compartidos, baños compartidos… todo compartido. — De paso te consigo algo para ese malestar. No puedes seguir vomitando así Padfoot. ¿Cómo te voy a besar si estás con vómitos? Eso no puede ser. — intento soltar la broma para animarlo un poco.

La verdad es que ahora mismo tenían un tremendo dilema. Por un lado, era bueno y daba esperanzas de un mejor futuro, de una segunda oportunidad, aquello de haber vuelto a revivir en sus años de juventud. Pero por otro, el conocer todo lo que paso también tenía ese lado que les complicaba la existencia. Toda esa paz que tenían para esa época no existía, pues ahora no podían ver a todos de la misma manera que antes. Podía comprender muy bien el sentir de Sirius.

— Pues no es mala idea estar al pendiente de lo que hace. Quizás eso nos podría aclarar las dudas y quién sabe qué cosas podríamos evitar con ello. — comento para luego soltar un suspiro con el comentario del Black. — Lo sé, y eso me molesta tanto. Porque entiendo perfectamente el sentimiento. Yo también desconfié y… ah… parecía tan inocente y tan… tan tonto incapaz de hacer algo así. — Decía negando, le frustraba porque todo aquello lo había hecho dudar de Sirius y por ende desperdiciar tiempo que pudo permanecer a su lado.

Remus a pesar de todo al ser más paciente y centrado, se tomaba su momento para pensar antes de actuar. Pero conocía a su querido padfood, podía dejarse llevar por las emociones mucho más fácil que él. Así que estaría ahí para él, estaría ahí para ser quien mantuviera su calma.

— Descuida, solo era para sacarte de este ambiente. Pero si así lo prefieres por mí no hay problema, yo no pienso ir a ninguna parte si ti. Aquí me quedo contigo. Aunque no me molesta que me debas una salida a Hogsmade. — le aseguro mientras acariciaba su cabello.

— Tal vez tengas razón. Pero asegúrame que ya estás bien y no tienes más ganas de vomitar. Que si no, vuelo a buscar una poción para eso. Sé muy bien que no es exageración. Hay cosas que uno no puede controlar. — Decía ahora jugando con sus manos y sonrió al verlo hacer el puchero, por lo que apretó su mejilla. — A mi igual me cuesta como no tienes idea. — le aseguro. — Bueno, mejor vallamos de vuelta a la habitación. Estaremos mejor allí, nadie nos molestará a estas horas. Así descansamos también. — Añadió ahora dejando un beso, pero en su frente y poniéndose de pie. — Arriba! — le dijo extendiéndole la mano para ayudarlo a levantarse. Al menos si Potter volvía antes de tiempo a la sala común no sospecharía nada, pues los encontraría justo donde los dejo. — Pero te lavas la boca antes de ir a la cama… porque si quiero beso antes de dormirnos. — molesto un poco soltando una suave risa para intentar animarlo.

Comprendía todo lo que Sirius le decía, habían sido decisiones que les habían costado mucho a ellos, y no tanto a Peter. Quizás ahora ni siquiera era el momento adecuado para hablar de aquello. Estaban con las emociones a flor de piel. ¿Pues si bien era cierto que luego de lo que pasó ni merecía ser feliz, como cambiar el destino de ellos si no cambiaban el del otro? Dejarlo cometer los mismos errores no era una opción si querían cambiar los dolores que pasaron por su causa. — Pues claro que no lo merece, yo sigo sin comprender como fue posible que todo esto ocurriera prácticamente en nuestras narices. — resoplo el castaño. — Pero aunque no lo merezca si es la única forma de evitar nosotros pasar por todo ese mal abra que intentarlo. Solo que ahora es prácticamente imposible tratar de actuar “normal” delante de él cuando solo dan ganas de golpearlo y reclamarle todo. — Dijo frustrado. Lupin intentaba mantener la calma, ser razonable, pero sabiendo todo costaba el querer ser pacífico.

Le miró con ternura y soltó otro suspiro al escuchar sus palabras. Es que de verdad había sido un tiempo de la misma mierda para los dos. — Yo también pido perdón. Deje que te quedaras en aquella prisión, solo. Permití que lo que sentía me nublara el pensamiento y no pensará más allá de la situación. Debí de notar que algo no estaba bien, que todo había sido un maldito engaño. — sus palabras se podía sentir la frustración, pues lo peor de todo es que aquel distanciamiento entre ellos ni siquiera lo habían provocado ellos mismos, era la parte más triste de todo.

Lupin trago saliva frustrado de solo recordarlo. Revivir en esta época sería algo complicado. Implicaba volver a pasar los malos momentos, los momentos dolorosos tanto los eventos tristes ocurridos como pasar por la etapa más dura de su licantropía. Era cierto que no todo era malo, lo tenía devuelta con él, también a sus amigos. Pero el resto sería complicado. Más algún propósito debían de tener para vivir esto. ¿No? — Lo sé, de verdad que lo sé. Es una completa tortura pasar de nuevo por ello. De solo pensarlo se me encoge el corazón en especial con lo de mi madre más que la misma licantropía. Sirius, será un camino difícil, empedrado y la pasaremos mal, pero solo nosotros podremos hacer alguna diferencia. Esto no puede estar pasando solo porque sí. Debe tener un porqué. Solo te pido que no me sueltes cuando llegue ese momento porque sé que aun sabiendo perderé la calma cuando pase, y reviviere también ese dolor físico que no recordaba. — aseguro, pues jamás había vuelto a ser tan fuerte como cuando aún no había la poción. — No estaré tranquilo y lo sé. Eres el único que me puede dar esa tranquilidad cuando llegue el momento. Yo prometo que siempre estaré ahí cuando flaquee, cuando sientas que no puedes más. — Dijo sincerándose acariciando su mano. Aunque definitivamente iban a necesitar ayuda de alguien sabio, debían encontrar el momento justo para dialogar con Dumbledore.

— Ha sido mucho para digerir. — comento mientras llegaba a la sala común.  — Así que está bien iremos en otro momento. No es que tenga tampoco muchas ganas solo era para cambiar el panorama. Pero prefiero pasar aquí todo él dia contigo. — Dijo encogiéndose de hombros mientras se sentaba a su lado.

Soltó una suave risa con su pregunta. — Oye no. Pero es de las pocas cosas buenas de revivir estos momentos. — Le aseguró mientras lo veía alejarse a lavarse la boca. Remus tomó el mapa y se tendio en la cama mientras lo revisava y asi ver por donde andaba Peter. — Ya no está, parece que está bajando la Torre… creo que al final si va a clases. Bueno espero que no se salte ninguna y permanezca así todo el día. — lo bueno es que por buen rato no le verían la cara, pero lo mantendrían vigilado. Algo le decía que había algo o alguien más involucrado en todo esto.

La situación sería muy complicada. No se podía decir a ciencia cierta que saldría de todo esto. Era difícil estar allí y tener en la mente de manera fresca todas aquellas cosas que estaba por ocurrir. No eran visiones del futuro, eran recuerdos de su pasado, lo que hacía todo aún peor. Pues había llegado a ocurrir, no era una simple predicción, lo habían vivido, lo habían sufrido.

Dolía pensar, en esos momentos, había sido la peor etapa de su vida. Esos primeros años, luego de la muerte de James y Lily, había sido horrible. Ni siquiera podía compararlo con la tortura y el dolor que era su licantropía. Porque ese dolor que genero toda aquella situación entre ellos no era uno físico, era uno del corazón. — Sí, es cierto, y duele pensarlo. Eso sí, va a estar más difícil… el perdón. — y es que aun cuando hicieran todo por cambiar el futuro, incluyendo evitar que Peter se desviara, el perdón era un tema muy delicado y que posiblemente no cambiaria. ¿Sería posible enfrentarlo luego que pasara el peligro? ¿Cuestionarle que cosas tenía en su mente para tan siquiera considerar traicionarlos? Quizás ahora no era buena idea, pero vaya que le gustaría.

Le dejaba más tranquilo el saber que al menos entre ellos no quedaban remordimientos. Habían sido momentos en los que habían estado engañados, lejos de la realidad. Por tanto, no había manera de reaccionar de forma coherente y eso había provocado que se lastimaran. — A pesar de todo, me causa una tranquilidad que tuviéramos la oportunidad de reivindicar todo lo que ocurrió entre los dos. No va a volver a pasar, tampoco lo permitiré. — aseguro el castaño. Eran errores de los que ya había tenido su lección y no tropezaría con la misma piedra nuevamente. No volverían a poner distancia entre ambos. Ya no más, jamás.

Era un golpe a la realidad, lo de la licantropía, por más que quisiera tomárselo de la mejor manera. Ya casi se había olvidado de lo que era eso y pensar que tendría que pasar por ello le daba escalofríos. Claro, no tanto como los traumas sicológicos que luego sucederían, pero no dejaba de ser angustiante. — Eso me agrada, es una ventaja que puedas acompañarme en esos momentos. Así, al menos estoy tranquilo de que nada te haría por accidente. — es que de no ser por su animagia no lo dejaría permanecer cerca en esos momentos. Sería muy peligroso.

— La verdad es que no me molesta. — Sonrió al sentir el beso en la mejilla. — No hay nada que perdonar, todos tenemos nuestro humor… y momentos en que simplemente no queremos nada. Lo único que me importa es que no me alejes de ti. — afirmo el licántropo. — Ya quiero que te termines de lavar para poder hacerlo como manda. — Añadió. Acariciando su mano.

Lo mejor que hacían era volver a la sala común y así poder descansar un rato… o toda la tarde… lo que fuera necesario pero juntos. — Exacto, además de que ya estaba advertido. — luego no se podía quejar, aunque lo único que haría serían encontrarlos a los dos dormidos y abrazados.

Ignorando al mundo, recibió aquel beso y tomo su mano. — Lo necesitas, de verdad que sí. Y creo que yo también. — él tampoco es que se sintiera bien del todo, tenía bastante estrés acumulado y mucho que procesar. Cuando llegaron a la habitación se encaramó junto a Sirius en la cama y le abrazo. — Descansa. — le anuncio para así aprovechar de cerrar sus ojos y poder dormir junto a él olvidando el resto del mundo.

Si bien era cierto que tenía sus cosas buenas, el poder volver al pasado, como intentar evitar sus trágicos futuros. También había cosas malas, y es que su época de adolescentes tampoco había estado falta de desventuras. Fue para ese tiempo en el que había terminado como licántropo y lo peor de todo es que en ese momento no tenía la poción mata lobos que tanto le había ayudado durante toda su adultez. No dejaba de ser algo doloroso, pero jamás llegaba a los niveles de una luna llena sin tomarla. Además, incluso había momentos que hasta podía evitarla. Pero ahora era distinto, no la tenía y para su desgracia ese momento de luna llena le había llegado más pronto de lo que hubiera querido.

Remus estaba hecho un ovillo en su cama pasando los primeros síntomas del malestar. Aunque no solo eran los dolores, cambien era esa sensación de no querer pasar por todo esto nuevamente, lo que lo tenía de capa caída. Por un momento se levantó para mirar por la ventana, perdiéndose en sus propios pensamientos. Sabiendo que esta noche no la iba a pasar en el calor de las paredes de su habitación en el castillo. Fue ahí cuando sintió aquel abrazo reconfortante. — Yo tampoco estaba seguro… aún sigo un tanto perdido en cuanto al tiempo. Pero desde ya, volveré a llevar la cuenta. — y es que sabía que no podía darse el lujo de que estas cosas lo tomaran por sorpresa. — Por ahora sí. — le respondió cuando menciono si era tolerable. — Mucho mejor. — comento con una sonrisa al sentir el masaje.

— Está bien, creo que lo necesito, así no pienso mucho en ello. — quedarse en la cama sería mucho peor. — No puedo decir que no a un chocolate… más si lo va a pagar James. — Añadió en broma ahora un poco más animado. — Gracias. — murmuro recostando ahora su cabeza en su hombro. — Dame un momento en lo que me pongo los zapatos. — le anuncio para sentarse al borde de la cama y aunque con dificultad por el dolor, termino por ponérselos. — Ya estoy listo. — le anuncio, intentaba mantener la sonrisa, aunque a veces el dolor se la borraba. Más no quería darle importancia, necesitaba esto. Necesitaba su mente en otra parte, pues no quería preocupar al su amado.

Sabía que de esto no se libraría, no había manera. Solo le quedaba asumir e intentar de hacer que fuera lo menos doloroso e incómodo posible. Pero si era sincero, no podía compararlo con esa sensación de frustración al pensar en todo lo que estaría por pasar en el futuro. Aquello sí que había sido un gran dolor y no había sido físico, lo cual hacía que fuera mucho peor. Eso sí, estaban aquí, algo tendrían que hacer al respecto. ¿Pero qué? ¿Cómo? Muchas preguntas en su mente que en estos momentos ni siquiera podía detenerse a pensar con claridad por la forma en que se sentía.

En días como estos, por lo general, prefería pasarlo enroscado en la cama, porque sabía que luego se vendría esa noche, que estaría alejado de su caliente y cómoda habitación. Sin embargo, necesitaba distraer la mente, despejarse. Así que deseaba ir con Sirius a Hogsmade. — Sí, siento como si me estuvieran golpeando con blodgers. — Admitió el castaño. — Creo que es lo más sensato, así realmente surtirá un mejor efecto la salida y podre distraerme de verdad. — aseguro en cuanto a lo de ir un momento a la enfermería. Por supuesto que no iba a ser lo mismo que la posición Mata lobos, pero era mejor que nada.

Asintió ante sus palabras, tenía razón, podía sobrepasar esto. Ya lo había hecho cuando de verdad era solo un crío que aún descifraba como lidiar con la licantropía y aunque ahora tenía la apariencia de ese mismo chico, seguía teniendo los recuerdos de su vida pasada, así que tenía idea de qué cosas le ayudaban y que no.  — Sé que sí, no lo dudo. Y bueno, tendré más cuidado con las fechas la próxima vez. — Respondió Lupin asegurando que no habría segunda vez que lo tomara por desprevenido. Claro que en esta ocasión había pasado así por el hecho de que estaban recién llegando a esta época y habían perdido por un instante la noción del tiempo en el que se encontraran. Además, sabía que contaba con él, así que esa parte no le preocupaba, al contrario, le calmaba.

Remus sonrió, porque sabía que debían de disimular y hacer que no sabían en las que Potter andaba. — Sí, lástima que debamos hacer como que no sabemos. — Soltó una risita. — Seguro se aparece al instante intentando ser discreto y no levantar sospechas.  No te preocupes, tomaremos ese chocolate. — y esperaba que así fuera porque ahora que lo pensaba ambos estaban con los bolsillos vacíos. Salvo que hubieran dejado algo guardado en alguno de los cajones.

— Gracias, te debemos una. — comento Lupin cuando James apareció al rescate. La verdad no le molestaba que dijera que no podía, pues en este momento prefería estar a solas y tranquilo con Sirius. No tardaron en ir a la enfermería por aquella poción y luego partieron a Hogsmade. — No te preocupes, a donde me lleves estará bien. Solo quiero distraer la mente, tomarme ese chocolate y pasar tiempo juntos. — Llevaba su brazo agarrado, con la poción no sentía tanto dolor, al menos podía caminar bien, aunque le molestaran los músculos. Ya no estaba encorvado. — ¿Pero entonces a donde iremos? — pregunto el chico que la verdad, a pesar de que no fueran a Madame Tupie le apetecía algo dulce. —¿Sabes? Es lo único que me gusta de esto. Tenerte ahí cuidándome. — Añadió el lican.

Con el pasar de los años ya casi ni recordaba como realmente se sentía pasar a puro pulso las noches de luna llena. En realidad no es que lo olvidara, pero no sabía si era porque se había malacostumbrado a la poción o porque en realidad era un hombre adulto en el cuerpo de un adolescente, que hacía que se estuviera sintiendo así de mal. ¿O realmente siempre fue así? Como fuera, al menos el tener a Sirius cerca le reconfortaba.

El tema de Peter y James lo tendrían que resolver. Algo se podría evitar. ¿No? Quería pensar que podían cambiar algunas cosas o de lo contrario quien quiera que los enviara aquí entonces lo había hecho para torturarlos haciéndolos vivir traumas pasados. Pero de verdad esperaba que fuera lo primero, que hubieran vuelto con la posibilidad de crear un futuro menos obscuro y triste.

Remus le dio una pequeña sonrisa ante su sugerencia. — Sí, por favor. Eso me gusta más. Que estar todo el rato sentado. Solo necesito de tu compañía. — aseguro el castaño, así también tendrían más privacidad. Y de verdad iba a necesitar de esos cariños. El Black estaba pensando hasta en el más mínimo detalle de como hacerlo sentir mejor.

— Oye, no seas duro contigo. No eras un idiota. Terco y cabeza dura, eso sí. — Le admitió mientras tomaba su mano. — Está bien, yo tampoco quiero que esa parte cambie. — afirmó el muchacho. Era de las cosas buenas que tenía el haber regresado a esta época.

Por fortuna no tardaron tanto en ir a la enfermería para luego estar camino a Hogsmeade. Se puso pensativo ante la pregunta de los dulces. Quería algo que realmente le tuviera ganas. — Bueno, tomando en cuenta de que lo compraremos para llevar. Creo que de Madame Tudupie, quiero algunos pastelitos vendrían bien con el chocolate. — Sugirió. — Así no nos quedamos con las ganas. — añadió, que entendía bien por qué sería difícil que se quedarán allí, atraerían las miradas y no solo por el aspecto desmejorado de la salud. También porque no verían con buenos ojos a dos chicos involucrados románticamente. — Sabes que los de chocolate son míos. — Bromeó, es que siempre tuvo un amor especial por los mismos.

Al menos mientras estaban en el carruaje se acomodó a su lado, recostando su cabeza del hombro del otro. Mientras cerraba un rato los ojos. — Despiértame cuando lleguemos. Solo cerraré los ojos, pero igual sabes que duermo fácil y como tronco, así que por las dudas.  — Murmuró porque siempre solía tener cansancio acumulado de las noches que no lograba descansar, y ahora estaba con aquella poción que lo relajaba un poco. Se acomodo mientras abrazaba su brazo. Lo bueno es que allí solo estaban ellos dos, lo malo es que el viaje no era uno largo. Pero al menos se sentía cómodo mientras comenzaba a hacerle efecto la poción que Madame Pomfrey le había administrado.

— Es mejor, allí no tendremos a nadie de curioso. Ni tan poco preguntando por qué traigo esta cara. ¿Me veo demacrado no es cierto? — Cuestionó mientras negaba.  — Posiblemente, te tome la palabra de dormir un rato. Pero eso luego de que comamos. — aseguro, pues le vendría bien.

— Hubo errores de ambas partes es cierto. Pero aquí estamos, intentando enmendarlos. Hagamos que ahora sea mejor. — esperaba haber aprendido de ellos, así no caer en los mismos errores. A estas alturas debía tener madurez suficiente para darse cuenta de lo ciego que fue al creer en las palabras de Peter. Pues por muy que siempre hubiera sido analítico cuando más debió serlo no lo fue. Se dejó llevar por las emociones. Ahora hubiera querido evitar tantas cosas que se le salieran de las manos y quizás el estar devuelta aquí era el momento de enmendar el pasado.

Se le escapó una risa ante la mención vomitar por el romance que se podía oler a kilómetros en Madame Tupie.  — Creo que puedo resistir con tal de probar esos deliciosos postres. No me molesta que lo seas, también me gusta… pero sí, definitivamente en privado es mejor. — es que sabía bien que la gente hablaba y a veces era mejor no exponerse. Además, solo le interesaba tener la atención del Black. No del resto de los allí presentes.

Ya iban de camino a Hogsmeade, esperaba que pronto hiciera algo de efecto lo que la enfermera le había dado. Igual no esperaba que le quitara todo, apenas era solo para calmarlo y aliviar un poco el dolor.  — Intentaré solo cerrar los ojos y no dormirme. — reconoció, pues por como se sentía, más la brisa y si le sumamos las caricias en el cabello era una mezcla perfecta para que se durmiera.

— Pues no es por terquedad, bueno quizás un poquito, pero prefiero la segunda opción, te espero sentado en un rincón afuera. Me hará bien el aire fresco. Quiero esperarte para irnos juntos hasta la casa de los gritos. — Le Murmuró aún con los ojos cerrados. Pero si quitar la atención a lo que el moreno le decía.  — Gracias, el solo gesto es importante para mi. — aseguro el castaño. Cuando al fin llegaron al pueblo busco un rincón bajo sombra donde había una banca y se acomodó allí.  — Aquí te espero. — Le dijo regalándole una sonrisa aunque un tanto débil.

Remus intentaba verle el lado bueno a todo esto, tenían muchas oportunidades de arreglar ciertas cosas. Sin embargo, la triste realidad era que había otras en las que no podía hacer nada. Como, por ejemplo, sus malestares por la licantropía. Pues no tenía la poción aún. No había nada que pudiera hacer al respecto. Salvo buscar los otros remedios que le ayudaran aplacar todo. Igual mentalmente, al menos podía resistirlo más. Ya no era aquel muchachito que en ocasiones hasta se le escapaban las lágrimas por el dolor. Tenía al menos la fuerza emocional para soportarlo más que antes. Afortunadamente, aún tenía a su lado a Sirius, quien nunca lo había dejado en momentos como estés. Claro, hasta que paso lo que paso. Pero eso no tenía por qué volver a ocurrir.

— Lo sé, ya me resigné a que debo volver atravesar por esto. Al menos mentalmente puedo resistir esto mejor que antes. — le aseguro el castaño. — Los dulces siempre ayudan al ánimo también. — al menos eso lo ponía de buenas. ¿A quién no? Las golosinas siempre animaban a cualquiera sin importar la edad.

Los cariños en su cabello lo habían hecho relajarse durante el camino. Remus le dio una sonrisa luego de que besara su frente y acariciara su mejilla, aunque se podía notar una expresión un tanto cansada en sus ojos. — No me moveré de aquí. No te preocupes. Aquí estaré. — le aseguro el muchacho para que no se preocupa. Antes no había sido de los que hacía tonterías como para irse a merodear por ahí por su cuenta en ese estado, así que ahora mucho menos lo haría que tenía más madures, al menos mental.

Lupin se quedó esperando sentado mientras que observaba a su alrededor. Se había puesto a contar cuantos estudiantes pasaban frente a él cargando algún tipo de comestible. No pretendía hacer un análisis de las ventas de alimentos y bebidas en Hogsmade, en realidad solo estaba buscando con que distraer la mente para ver si así podía ignorar un poco el dolor manteniendo su cerebro entretenido contando. Por suerte Sirius no tardo en regresar donde él.

— Como si me hubiera apachurrado un dragón. — Admitió el licántropo negando. Miraba con el rabillo del ojo a las muchachas. — Creo que nos ganamos algunas admiradoras. — murmuro bajito soltando una risita suave antes de ponerse en pie y tomaba su brazo. Que la verdad es que le costaba mantenerse en pie por mucho rato sin sentirse adolorido. — Trajiste de chocolate. ¿Verdad? —  le dijo haciendo la pregunta obvia. — Ya quiero probarlos. — Añadió. Por suerte ahora irían a la Casa de los Gritos. — Sabes no extraño este maldito dolor. Pero sí extrañaba el que siempre estabas ahí. — le confesó. Pues sabia había sido triste luego de aquel distanciamiento que al final ni siquiera había sido culpa de ellos.