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Asignatura Pendiente — ONE ON ONE | ORIGINAL | REALISTA | DRAMA & ROMANCE
Esta historia transcurre en Nara, Japón. Donde nuestros protagonistas nunca se han podido confesar por las propias complicaciones de la vida y sobre todo, cuando uno de ellos piensa más en él mismo que los sentimientos de los demás. La atracción entre ambos es muy fuerte y no pueden dejar de pensar del uno con el otro, porque cada vez que creen que todo se solucionó y su historia se va al olvido, se vuelven a juntar.
Ryuga Hashimoto, el mejor alumno de Medicina de la universidad que pertenece a su padre, durante toda su vida ha sido un asocial, demasiado enfocado en sus estudios y que no se ha permitido relacionar tanto en amistades como en pareja. Considera que esos tipos de emociones intervienen en su verdadera meta que siempre ha sido: Ser el mejor. Hasta que conoce a Miyu, la cual se enamora perdidamente y no sabe realmente como actuar, sin querer, siempre termina estropeando todos los avances.
Miyu Nakamura, es todo lo contrario a él. Desde hace tiempo que vive solo con su primo en Japón porque es estadounidense, es un año menor a Ryu, y se dio un año sabático para poder ingresar a la mejor Academia de Arte de la ciudad, pues se le da muy bien el dibujo. Desde que conoció a Ryu, por Luna, la hermana menor del pelirrojo, le gustó. Pero nunca pensó que sería un chico tan complicado.
Luego de conocerse y formar una clase de amistad, Ryuga se va a estudiar a Inglaterra volviendo cuando tiene 18 años y pierden todo tipo de comunicación, ha notado que Miyu ha seguido con su vida y siente que no hay ninguna posibilidad, más que ahora, se encuentra en un mayor desafío, la medicina no es fácil y claramente no quiere ser la sombra de su padre como director, así que se esfuerza el triple para demostrar lo que realmente vale.
En cuanto a su amor, también va por el tema social, el pelirrojo es muy adinerado por su padre que es un hombre muy avaricioso y con mucho poder en la ciudad, y Miyu es de una clase social media. La realidad, es que no hay conflicto alguno respecto a eso, solo que como nunca se han atrevido a decirse lo que realmente sienten que no se han percatado que no representa un factor, las complicaciones más bien, son internas y la misma inseguridad que sienten los dos. Ambos son culpables de no poder estar juntos desde que se conocieron y es ahora que recién comenzarán a comprender todo el tiempo que perdieron, pues habrán muchos cambios en ellos ya siendo adultos.
Miyu Nakamura
18 años (Estudiante de Arte) | pb: Anzu | Rising Sun Ryuga Hashimoto
Estudiante de Medicina |Isara Mao | Shooting Star
Tengo ganas de no tener ganas
Tengo un par de mascotas que no saben quien soy
Y entre tanto que tengo
No encuentro razón suficiente pa' olvidarme de ti
Tengo un par de mascotas que no saben quien soy
Y entre tanto que tengo
No encuentro razón suficiente pa' olvidarme de ti
Esta historia transcurre en Nara, Japón. Donde nuestros protagonistas nunca se han podido confesar por las propias complicaciones de la vida y sobre todo, cuando uno de ellos piensa más en él mismo que los sentimientos de los demás. La atracción entre ambos es muy fuerte y no pueden dejar de pensar del uno con el otro, porque cada vez que creen que todo se solucionó y su historia se va al olvido, se vuelven a juntar.
Ryuga Hashimoto, el mejor alumno de Medicina de la universidad que pertenece a su padre, durante toda su vida ha sido un asocial, demasiado enfocado en sus estudios y que no se ha permitido relacionar tanto en amistades como en pareja. Considera que esos tipos de emociones intervienen en su verdadera meta que siempre ha sido: Ser el mejor. Hasta que conoce a Miyu, la cual se enamora perdidamente y no sabe realmente como actuar, sin querer, siempre termina estropeando todos los avances.
Miyu Nakamura, es todo lo contrario a él. Desde hace tiempo que vive solo con su primo en Japón porque es estadounidense, es un año menor a Ryu, y se dio un año sabático para poder ingresar a la mejor Academia de Arte de la ciudad, pues se le da muy bien el dibujo. Desde que conoció a Ryu, por Luna, la hermana menor del pelirrojo, le gustó. Pero nunca pensó que sería un chico tan complicado.
Luego de conocerse y formar una clase de amistad, Ryuga se va a estudiar a Inglaterra volviendo cuando tiene 18 años y pierden todo tipo de comunicación, ha notado que Miyu ha seguido con su vida y siente que no hay ninguna posibilidad, más que ahora, se encuentra en un mayor desafío, la medicina no es fácil y claramente no quiere ser la sombra de su padre como director, así que se esfuerza el triple para demostrar lo que realmente vale.
En cuanto a su amor, también va por el tema social, el pelirrojo es muy adinerado por su padre que es un hombre muy avaricioso y con mucho poder en la ciudad, y Miyu es de una clase social media. La realidad, es que no hay conflicto alguno respecto a eso, solo que como nunca se han atrevido a decirse lo que realmente sienten que no se han percatado que no representa un factor, las complicaciones más bien, son internas y la misma inseguridad que sienten los dos. Ambos son culpables de no poder estar juntos desde que se conocieron y es ahora que recién comenzarán a comprender todo el tiempo que perdieron, pues habrán muchos cambios en ellos ya siendo adultos.
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¿Mi culpa? Bueno, sí, por insistente por creer que se podía rescatar. No soy de las que sabe dejar ir, de las que sabe soltar cuando tiene que hacerlo. — Solo en los tercos nos parecemos. Pues a ver. ¿De qué es lo que quieres hablar? — Murmuré intentando no abundar más, es esa parte o no terminaríamos en nada.
Negué al escuchar sus palabras respecto a mi primo. Independientemente de cómo se llevarán eso no estaba bien, no era profesional. Ya hablaría con él, o al menos lo intentaré. Solo que no pienso contarle ni una sola palabra a Ryuga de mis intenciones. — Reconozco que eso está de más de su parte, estoy consciente de que siempre has sido buen estudiante. — comenté, y es que las evaluaciones deberían ser medidas en términos académicos, no por cómo te caía el estudiante. Igual podía buscarse un lío si el pelirrojo le da con levantar una queja.
La verdad no estaba de ánimos para discutir, por eso me había hecho la loca comentando que si era sobre mi primo, de lo que me quería hablar y no de lo que paso la otra vez. Es que vaya que me lo había dejado clarito. ¿Era necesario restregarlo en la cara de nuevo? ¿Mucho más en un momento como este que solo estábamos aquí para celebrar el cumpleaños de su hermana? Yo no quería arruinarlo con discusiones. Sin embargo, cuando comenzó hablar a pesar de que se trataba justamente sobre lo ocurrido, sus palabras no era las que yo imaginaba que diría. No me lo esperaba, pues daba un poco de esperanza en eso de recuperar la amistad que teníamos. Yo de verdad lo quiero aún con todo su forma de ser y que choquen nuestras personalidades como él dice.
Solté un suspiro antes de hablar, esta era la posibilidad de mejorar las cosas. — Yo lamento haberme entrometido en tu privacidad esa noche, llegando así a tu habitación. Tengo la mala costumbre de ser inoportuna. — le respondí, si de sinceridades hablamos a veces escogió el peor momento para hacer las cosas. — Por algo se comienza, y la verdad es que sí… siempre estaremos viéndonos la cara. Por amor a Luna, y por esa amistad que tuvimos… — Le respondí viéndole a los ojos, aún había sentimientos en ellos, por lo que luego cambié la vista, un silencio algo incómodo apareció. Así que hable para romper el hielo. — ¿Me ayudas a pegar los globos que se cayeron? Es lo único, y no alcanzo. — le comenté. Una tregua. ¿Cuánto duraría? Conociéndonos llegará el momento en el que volvamos a ponernos como perros y gatos. Sé que así será, hasta que no pase algo realmente contundente y demos nuestro brazo a torcer. Ni siquiera sé cómo reaccionará al ver a Matt llegar a la fiesta. Así que podría durar menos de lo que imagino, pero espero que no.
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Aunque la conversación había empezado tensa en un principio era un hecho que poco a poco al abrirme y decir lo que pensaba - pues tenía pocas esperanzas que volviéramos a ser amigos - se fue apaciguando, porque empezó a encontrarme razón. No era de aquellos que acusaba, pero ciertamente Hasaki estaba representando ser un problema al involucrarse tanto en nuestro asunto y ni siquiera me podía ver como un estudiante lo cual estaba muy mal a mi parecer.— Gracias por comprenderlo, igual trato de no tomarlo mucho en cuenta y demostrar mis verdaderas habilidades, mi objetivo desde siempre ha sido ser el mejor estudiante de medicina para no ser tildado como el hijo de... ¿Entiendes? Ese dilema igual va a vivirlo Luna en su momento, por mucho que sea una despreocupada y esta mal que un profesor este tomando todo en una forma personal solo por lo que paso con los dos. — Trataba de explicarle para que entendiera lo que sucedía al respecto y bueno también dudaba que ese le hiciera caso porque si notaba que le gustaba molestarme todo el tiempo, pues quizás se sentía algo inferior a lo que podría llegar a ser en un futuro, él iba subiendo cada escalón cuando la realidad yo ya estaba en la cima, por mucho que quisiera buscar mi independencia era más reconocido y no tenía porque culparlo siempre, y sacar el asunto de Miyu cuando ni siquiera era de su incumbencia.
Igual de cierta manera para mi era triste porque sabía que no llegaríamos a nada, hasta estaba dudando ya como era posible que mantuviéramos una conversación sensata entre los dos, solo que ya lo dicho fue con sinceridad, no quería estar peleado con ella y estar siempre en discusiones, la verdad es que tampoco quería que Luna fuera la excusa sino que también era por mi mismo y el de Miyu, así que de verdad esperaba que funcionara si es que la dejaban. Claramente podrían haber celos de por medio.
Estaba consciente que me sentía muy atraído pero demasiado seguro que no iba a funcionar nunca en un plano romántico, ya que en ese aspecto ambos habíamos arruinado todo por nuestra actitud. — Y no quiero que te enojes, ¿eh? Pero igual estabas algo ebria esa noche... nunca lo habías hecho y yo como soy malhumorado sobre todo cuando vengo despertando o estoy estudiando... bueno te topaste con el ogro. Es mejor que si lo haces alguna vez, toca la puerta primero y entender cuando diga que no. — Trataba a su vez, que aprendiera a conocerme. Claro que seguía teniendo muchas características cuando era un adolescente pero si que el Ryuga adulto pasaba más ocupado, no era un ser sociable para andar recibiendo personas y sonreír a la primera, no lo hacía, así que no podía creer que era personal, si aún estaba sorprendido en haber conversando con aquel rubio llamado Daisuke de la nada y contarle mi historia, no era de esa manera.
— Genial — Terminé por sonreír de manera inconsciente y porque esa emoción me traicionó, pasaba lo mismo de antes, Miyu era capaz de hacerme sonreír cuando estábamos relativamente bien y tal como había ocurrido en el pasado. —Tenemos que intentarlo. — Creí que la conversación terminaría ahí pero fue ella (como siempre) que salió con una clase de tregua. — Claro en nada... esto estará lleno... ni siquiera sé que hago aquí. — Murmuré de manera simpática y comencé ayudarla, la verdad estuvimos realmente bien porque hasta se nos caían los globos, de hecho nadie se atrevió a ayudarnos porque estábamos muy bien los dos, ya lo intentábamos, hasta que alguien nos interrumpió, de hecho dos personas. Ahí se acercaban Matt y ¡Daisuke! ¿Qué? ¿Acaso eran amigos? Lo miré perplejo. Lo malo es que Matt venía con cara de pocos amigos.
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— Ya sabes que yo no soy tan estudiosa como tú, me voy más por la parte del arte. Pero no deja de ser lo mismo, uno sobresale por su trabajo. Debería ser la única manera de evaluar. Es poco profesional. — admiti, se lo iba a decir por qué no era justo. Ademas que igual ponerse con esas cosas manchaba con su reputación como profesor.
Solté lo que sentía, sabía que había algunas cosas que no debí haber hecho. Era momento de procurar tratar de mejorar las cosas. El cumpleaños de Luna parecía ser el momento más ideal. — Eh sí… creo que se me fue un poco la mano con el saque. Estaba muy bueno. — termine por admitir mientras jugaba un poco con mi cabello. — Supongo que sí, todo eso influyo mucho. Los ebrios pueden ser un tanto inoportunos y despertar bruscamente causa mal humor. — me encogí de hombros. Por supuesto que había algo más que solo eso, pero sin lugar a dudas había sido el detonante, lo que hizo que fuera peor. — Procuraré recordarlo. — mencione en cuanto a la puerta, y preferiblemente hacerlo sin estar ebria.
Esa sonrisa, no dije nada, pero vaya que sí la había extrañado y era hermosa. — Sí, hay que hacerlo. — enfatice, aunque fuera tener la intención de que pasara era un comienzo. Fue lindo que me asistiera con los globos, estábamos teniendo un pequeño momento reconciliador. — Creo que ahora sí se está viendo genial. — comente. — Bueno, aún tienes algunos minutos antes de que se llene la habitación. — Respondí, sabía que no le agradaban las multitudes y si quería irse a otra área lo entendía justamente por eso. Al menos sabía que no era por mí.
Bueno, todo iba bien hasta que no te como la expresión en su rostro cambio al escuchar las voces de quienes llegaron. Resultaba que aquella voz era conocida. — Amor, hola. ¿Dónde está la cumpleañera para felicitarla? — pregunto Matt dirigiéndose hacia donde estaba. Estábamos saliendo así que normal que me acompañara, aunque no había estado segura de sí vendría. — Hola, que bueno que llegaron. Está con unos de los invitados. — Sonreí. Podía ya comenzar a notar una tensión en el ambiente.
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— Y supongo que está muy bien que fortalezcas tu talento en el arte porque si sigues esforzándote serás una gran profesional. Es lo que hago con medicina a pesar que tenga mucho que estudiar, no hay una gran diferencia — Opiné al respecto de las carreras que estábamos, sin lugar a dudas, esperaba que entrara a la escuela de arte de la universidad para que tuviera ese titulo, pero entendía que el ingreso era complicado porque lo evaluaban y solo los más talentosos entraban. — Espero que en esta ocasión puedas entrar a la escuela de la universidad, es una de las mejores y te ayudará mucho para un futuro. — Era lo que le había dicho Luna de lo que estaba haciendo Miyu y que pretendía postular cuando se abrieran las postulaciones y tuviera que hacer tanto la prueba práctica y la teórica. Es que estudiar arte conllevaba a una gran gama de estos pero luego en un año ya comenzabas a especializarte con lo que realmente querías.
— Bueno… en mi defensa tampoco conocía tu lado ebrio, era la primera vez que te veía así y fue algo impactante — Reconoció con una sonrisa que ahora que lo pensaba era hasta gracioso, no siempre estaba de buenas así que reconocerlo también estaba bien ahora que estábamos hablando al fin en serio.
Me había animado hablar con ella y las disculpas por parte de los dos estaban, poníamos los globos con tranquilidad hasta que fuimos interrumpidos por nada menos que Matt y el chico que había conocido en uno de mis peores momentos, la verdad es que verlo ahí me dio algo de vergüenza.— ¡Hola, Ryu! Jamás pensé encontrarte aquí. No sabías que conocías a Miyu y a la cumpleañera. — Sentenció el rubio. —De hecho vivo aquí y Luna es mi hermana, tampoco sabía que se conocían— Ahora que estaba juntando el rompecabezas me percataba que él era el otro chico con quien se había puesto a conversar por video llamada.
Lo más doloroso fue Matt había llamado a Miyu de una forma cariñosa que aunque no quería rompió mi corazón en miles de pedazos, no fui capaz de decir nada, la idea próxima era alejarme de ahí y ya.
Lo que no esperaba es que Luna había visto toda la escena. Y ella era capaz de expresarse. — ¡PERO COMO ES POSIBLE HACERTE LA IDIOTA! Siempre pensé que Ryuga era él que tenía la culpa de todo, pero ahora me doy cuenta que la que está actuando mal y que es capaz de hacerse novio a las semanas y lo traes aquí. — La miré y nunca pensé que iba a defenderme de esa manera cuando siempre era que todo me encontraba mal pero estaba adelante mío para no sentir más humillación. — Mi hermano no es un mal chico y fuiste tú quién lo perdió.— Dijo completamente enojada la pelirroja dejando a todos completamente estáticos. Se había ido completamente en contra con Miyu y miraba de manera despectiva a Matt.
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Era sorprendente cómo por primera vez en tanto tiempo pudimos sostener una conversación sin terminar peleando. Aunque fuera solo por un momento. Justamente era lo que hubiera deseado, qué ocurrirá las veces anteriores que nos habíamos cruzado. Sin embargo, por alguna razón nunca se podía. Quizás simplemente esto era porque se trataba de un día especial, eso nos había puesto un poco más… ¿Relajados? ¿Tolerables? ¿Racionales? No tengo idea, pero aunque sea por ahora estábamos teniendo una conversación bastante tranquila y agradable a pesar del comienzo. — Concuerdo, el detalle está en el esfuerzo que se realiza y el talento. Da igual el área en la que se destaque, la clave es la misma. Por eso nadie debería de intervenir en los resultados, los mismos solo deben ser el reflejo del empeño que le pusiste. —
Tengo que admitir que incluso una sonrisa genuina se me escapo cuando menciono que tenía talento para el arte. — Seguiré haciendo mi mejor esfuerzo. Porque sí, definitivamente deseo poder lograr entrar. Espero a que sea el momento de postularme para ver si logro ser admitida. — Cruzaba dedos para que así fuera, e igual mucha práctica. Pero eso no era tedioso cuando era algo que apasiona.
Las cosas habían fluido e incluso de algún modo habían llegado las disculpas. Se sentía bien, mucho mejor. Como liberar un peso de encima. — Yo tampoco me conocía mucho ese lado. No creas que lo tengo por costumbre. — aclare, y creo que por lo mismo fue que aun cuando no había sido tanto lo que había tomado, aun así había terminado toda ebria. Lástima que no era una ebria alegre. Al menos no lo fui en ese momento.
Hubiera querido que las cosas se mantuvieran así, pero luego apareció Matt y todo se fue a la mierda. Porque en vez de actuar normal como siempre parecía que intuyo algo y ahí termino por intentar de ‘marcar’ territorio. Me quedé estática, estupefacta. ¿Cómo era posible que Luna aun sabiendo como eran las cosas, saliera con esas? ¡Igual se le olvida que fue la primera en decir invitémoslos a la fiesta! Rabia me da, yo intentando estar tranquila, no hacer problemas justó por ella y me sale con esto. Lo peor es que Ryu ni siquiera llego a decir ni pío.
— ¡Refresca mi mala memoria para que me digas en que momento tu hermano se me declaro como para que digas que lo rechace! ¿Te recuerdo quién se alejó? ¿Quién fue que cuando volvió ni siquiera quería ser mi amigo? Tampoco tengo la autoestima tan baja para rogar, y, sin embargo, habíamos estado intentando hacer las paces… hasta ahora — que todo se volvía a cagar. — Y fuiste tú quien lo invito por si lo olvidabas. — ya sentía un taco en la garganta, ni siquiera quería estar allí. — Estás siendo injusta Luna, todo pudo resultar de lo más bien, nosotros solo estamos intentando salir, ni siquiera somos novios. Pero eso ni siquiera viene al cazo. Porque tu hermano y yo nunca fuimos novios, yo no lo deje por otro. — ya ni lo podía evitar, las lágrimas salían solas.
Mire a Matt con una mirada de que la había embarrado. Es que el comentario había sido muy innecesario y por más que le intente restar importancia la bomba explotó. Lo peor fue que exploto por el lado que jamás me iba a imaginar. Las peleas con Ryuga dolían, pero las peleas con Luna me quemaban por dentro porque con ella no estaba acostumbrada a terminar así. Había cosas en las que a veces era no mejor involucrarse.
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Era interesante hablar con Miyu cuando estábamos de buenas y todo era paz entre nosotros. Quizás estaba muy involucrado y alerta de todo lo que acontecía, y era normal que no me gustara que anduviera con uno y con otro. Esa amistad que habíamos tenido iba a tener que recuperarse lentamente, sabía que no era de mi interés tener amistades no era lo más importante que como tomaba en cuenta mi carrera que por lo general aún siendo un alumno destacado no era fácil.
Asentí. El esfuerzo siempre era lo más importante pues yo tampoco había llegado lejos sin dejar de hacer aquello. Todos los días me esforzaba en estudiar para lograr ser un gran doctor y luego irme hacia la especialidad que ni siquiera estaba muy seguro, pero probablemente tomaría el camino más difícil que era cirugía. — Tienes que seguir esforzándote entonces... las pruebas de la universidad no son fáciles ya que siempre esperan ante todo el rendimiento y luego se ve la práctica, pero sin la anterior no va a significar nada a pesar de lo talentosa que podrías ser, la teoría es realmente importante también — Expliqué y todo iba muy bien, hasta llegamos a disculparnos y estaba muy seguro que sería un nuevo comienzo.
Que equivocado estaba.
Sabía que en ese momento la culpa había sido de Matt. Normal que quisiera marcar territorio si es que tenían algo, era lógico que Miyu le había dicho lo sucedido, también sentí vergüenza que Daisuke era uno de sus amigos y ahora hasta sabía las dos versiones. Lo que paso con Luna no lo vi venir por eso no dije nada.
Solo que se sintió bien que me defendiera. ¿Cómo iba a insistir con una chica que no estaba completamente interesada en mi y luego de una discusión se iba con otro?
Yo entendía bien a lo que se refería Luna y ni siquiera me daba el tiempo de hablar con ella de esos problemas, lo había notado sola por lo que le había contado ella misma como amigas y dio su propia opinión al respecto. El caso, es que Luna se sentía indignada con lo estaba sucediendo. — ¡Ay, por favor! Deja de hacerte la inocente y la victima. Que nada sirve que te pongas a llorar cuando eres la única que ha actuado como una per...— Detuve a mi hermana justo a tiempo que dijera la palabra "perra" solo que era demasiado notorio a lo que iba, Hasaki había estado a punto de explotar también.
— Ya me queda clarísimo que lo nuestro no funciona. Fuimos amigos, sé que me sentí atraído creí que era correspondido pero después me alejé, es lógico que nada va a funcionar ahora, ni siquiera sé por que me disculpe cuando Luna igual tiene razón, terminas haciendo daño porque no quieres cargar con culpas, me voy... no tengo nada que hacer aquí — No era un chico de fiestas y lo estaba haciendo por Luna, igual sentía que era mi culpa por ser como era, nunca había intentado a llegar más lejos y ya que con Miyu simplemente ya estaba todo podrido y así era como podía dejarla ir. — ¡Pero hermano...! — Ni siquiera la tome en cuenta aunque si escuche cuando se dirigía a ella y dictaba: — Quiero que te vayas de mi fiesta de cumpleaños, tú y toda tu gente. Daisuke sé que eres el que menos culpas tienes aquí pero eres amigo de ellos así que te pediré que también te vayas. Y tu Miyu, no me vuelves a dirigir la palabra que yo no lo voy hacer, siempre creí que tu eres la desdichada pero es lo último que andes restregando tu nueva relación sabiendo lo que mi hermano siente por ti, es mejor que se alejen y cada uno siga su propio camino — La empezó a empujar hacia la salida. No escuche más porque había llegado al pasillo, luego solo estuve en la habitación no tenía ganas de nada. Tenía que dejarla a ir porque siempre eran problemas y a lo mejor ahora, que Luna se alejaba todo se iba a volver mejor porque no la iba a volver a ver.
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Todo había estado tan tranquilo. Parecía estar funcionando, aunque fuera por la parte de tener algo de paz y poder convivir como personas civilizadas en vez de andar como perros y gatos. Cosa que me sorprendía, pues últimamente había sido el pan nuestro de cada día cada vez que nos topábamos. Era grato poder tener una conversación tan casual y despreocupada como lo eran los estudios. Sí claro, sé que eso tiene que llevar responsabilidad y empeñó, pero a lo que voy es que es posiblemente el tema menos conflictivo del que pudiéramos hablar. Solo los dos, hablando de los retos que representan nuestras carreras o en mi caso, futura carrera.
— Tendré que meterles más intensidad a la teoría. Porque definitivamente no es mi fuerte. La práctica nunca la dejé de un lado. — reconocía, y es que siendo sincera no me entusiasmaba la parte teórica. Estudiar no era mi parte favorita. Pero tenía razón, si la dejaba de un lado eso sería lo que me pudiera costar la entrada y no podía arriesgarme. — Igual espero que hagan pruebas prácticas. La teoría es importante aunque no me guste. Pero cualquiera con un poco de empeño la puede aprender. En cambio, en la práctica pueden ver tu potencial. — Porque sí tenía el talento, lo que necesitaba era pulirlo y un título. Hoy días a veces los títulos pesaban más que el mismo talento, aunque sonará injusto. Era la realidad.
Como hubiera deseado que pudiéramos seguir hablando de pinturas, exámenes y la universidad. Pero no, en un abrir y cerrar de ojos todo se iba por el caño. La tensión subió por los cielos, y no podía controlar absolutamente nada. Todo de un momento a otro se había salido de control. Me daba impotencia porque todos parecían acorralarme. Allí yo era la mala por lo visto nadie más había cometía errores. Lo más que dolía eran las palabras de Luna. Y me daba rabia que por una impresión se hacía la sorda. Ignoro todo lo que mencione. Poco le importó que estuviéramos intentando arreglando las cosas.
— ¡Tú te haces de oídos sordos! No respondiste ninguna de mis preguntas porque sabes bien las respuestas. ¡Sabes bien que no todo es mi culpa! — porque claro que era más fácil lanzarme todo el veinte a mí. Ni siquiera Ryu estaba siendo tan grosero como lo estaba siendo Luna, y eso me sorprendía. Nunca la había visto así. Era como si un ente la hubiera poseído y estuviera irracional. Mi primo estaba a punto de estallar y sabía que pronto estallaría.
— Claro todo es mi culpa y soy la única que se hace aquí la víctima. Yo nunca te ilusione dándote falsas expectativas. Quería recuperar nuestra amistad, nuestra amistad. Pero si a ti eso no significa nada, pues que mal. Y yo no soy adivina. Si no te hubieras alejado, quizás todo hubiera sido distinto. — decía con rabia. Ya esto me estaba hartando y sentía que el corazón se me aceleraba. Las lágrimas corrían por mis mejillas y mis ojos se ponían rojos por el llanto.
Que hicieran lo que quisieran, ya ni siquiera podía mirar a Matt y Daisuke. No sé ni para que los había invitado. Luna se había atrevido a comenzar a empujarme. ¿Por qué tenía que ser así? — ¡Ya basta! No me toques. Puedo sola, me sé el camino. Pero están siendo injustos… no… injustos no. Tú estás siendo injusta. Yo nunca te llamaría perra. Espero no sea tarde para cuando te des cuenta. — y a ver como disfrutaba de su fiesta de cumpleaños. Porque bien hubiera podido hablarlo de algún otro modo. Pero ya el daño está hecho.
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Me lleve un dedo al mentón y medite al respecto — En la carrera como tal no tendrás problemas si eres práctica que la verdad no deja de ser importante, el asunto es la prueba teórica que entra de todo así que si o si tendrás que estudiar — Imaginaba que sabía todo al respecto, pero no podía evitar darle unos pequeños consejos para poder sobrellevar esa prueba tan complicada que dejaba a muchos atrás e incluso rompía los sueños de personas, lo que era triste y humillante. Estaba agradecido que fuera tan estricto como la prueba que se realizaba en la universidad de mi padre.
— Discrepo un poco porque la teoría te ayuda a aplicar todo lo aprendido en la práctica, es imposible que haya ignorancia por muy bien que sepas hacer las cosas — Le comenté, éramos tan diferentes. Ella se notaba que tenía muchas más habilidades sociales que yo mismo y que incluso envidiaba. Aunque no sabía si tanto, enfocarme mucho en los estudios también había logrado que fuera serio, apasionado y estaba demasiado seguro que iba a ser un gran médico. La mente es poder.
Habría deseado tanto que todo se hubiera mantenido tranquilo pero parecía que eso nunca iba a ocurrir por nada, lo que era lamentable porque todo lo que estaba sucediendo perjudicaría y quedarían consecuencias. Era triste como ella se iba contra mi siempre haciéndose la victima y que era tan perfecta que siempre creía tener la razón. — Sí, tengo bastante culpa de esto pero lo que no soporto que siempre te hagas la victima al creerte inocente y tan adorable que los demás van a pensar que soy yo el gran culpable, deberías controlar un poco tus impulsos — Ciertamente no tenía nada más que hacer allí y deje a Luna que sabía más esto que yo para que la sacará con Matt de nuestra casa.
— Detesto como tratas a mi hermano, dices que te gusta hasta has llorado frente a mi y siempre te di la razón, hasta ahora. No lo comprendes y nunca te pusiste en su lugar y es por esos impulsos que la terminas cagando más, es notorio que siempre le gustaste pero a comparación a ti ni siquiera sabe lo que es formar una relación pudiste haberlo ayudado, dejaste que te alejara siempre culpandolo. La sangre pesa y esta vez si que me voy a poner de su lado. No te quiero volver a ver nunca más en la vida — Siguiéndola junto al grupo de Hasaki, Matt y Daisuke la llevo hacia la salida, pidiéndole a los empleados que se aseguraran que salieran por el portón lo más rápido posible.
Luna apenas sucedió aquello se fue a mi habitación donde estaba ya con ese vuelco de sentimientos. Sabía que iba a tener que cambiar porque no me estaba perjudicando tan solo en manera personal, sino que social y de igual forma para mi carrera. No quería que fuera un cambio tan excesivo porque introvertido era pero al menos ya llegar a comprender a los demás. Podía hacerlo, Daisuke era un gran ejemplo de ello.
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La verdad es que extrañaba esa época en la que podíamos hablar sin la necesidad de andar nos peleando. Donde incluso hasta nos estábamos intercambiando consejos y echándonos buenos ánimos. — Sí lo comprendo eso ayuda mucho. No me gusta mucho es de tener que estar estudiando, pero estoy determinado entrar a ese lugar. Por lo que sí es lo que necesito hacer para conseguir mi admisión pondré todo de mi parte. Ya luego lo demás será demostrar El talento y la práctica que tengo. — Le comenté al chico con entusiasmo.
Todo había quedado en el olvido, todo había pasado a segundo plano. El momento tranquilo y bonito simplemente se esfumó. Desapareció. Lo peor del caso era que Luna se había puesto intransigente. Me culpaba de todo al punto de ni siquiera recordar que había sido ella misma la que dio el visto bueno para que asistieran a su fiesta. De no ser así no les hubiera pedido venir. Jamás la había visto de esa manera. Ya de Ryu no me sorprende, tiene su carácter y yo el mío, por esa que no la pasamos peleando.
— ¿Víctima? ¿Impulsos? Si no me defiendo yo misma nadie lo hará. Porque rápido salió atacarme sin tan siquiera dejarme decir nada. Poniendo el dedo hacia un solo lado. ¿Quieren que me quede callada? ¿Que me quede de brazo cruzado mientras me insultan? Me tratan de cualquiera solamente porque decidí seguir con mi vida y no insistir más. No es competencia de quien es más culpable. — ya estaba muy molesta, herida. Quería estallar, y ni siquiera podía.
— ¿A caso crees que lo hice apropósito? Que poco me conocen. — reclamé, no pretendía andar de empalagosa con Matt durante la fiesta. Y quizás debí de advertirle que no hiciera esas cosas. Ese fue mi más grande error.
— Luna por favor, no te hagas la que no sabías de la existencia de Matt de lo cercano que nos volvimos. Estuviste de acuerdo con que vinieran. De no ser así los chicos ni se hubiera asomado. Así que tampoco te hagas la indignada por quedar bien con tu hermano. Yo tampoco deseo estar donde no me quieren. Adiós, que triste que arruines una amistad por no querer escuchar. Esto se pudo solucionar, tu lo quisite asi. Luego no te quejes. — señale ya con la voz cortada. Porque se hubiera podido solucionar, si tan solo hubiera permitido tener contexto. Yo no podía obligar a su hermano a salir del caparazón y estar conmigo. Pero tampoco tenía por qué esperarlo eternamente cuando no veía disposición. Cuando insistía en que no deseaba ni siquiera una amistad. Dolía muchísimo, pero no me iba a quedar a que me siguiera humillando. Lo peor de todo es que de Ryu hasta podía comprender su reacción, porque tenía mucho acumulado. Pero de ella jamás pensé que fuera de las que resolviera las cosas de esa manera. — Hasta nunca. — murmure a los dos entre lágrimas.
Hoy ya no quería nada, solo deseaba echarme a llorar, hasta quedarme dormida. Tanto planear, tanto detalle, tanta complicidad y cariño para que todo terminará así. No tengo idea de que haré ahora, ni siquiera puedo pensar en ello.
Fin del capítulo
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No había sido fácil. Claramente me daba cuenta que no toda la culpa había sido de Miyu sino que también mía. Esa misma noche, tuve una conversación interna, necesitaba ayuda ya que estaba siendo muy cerrado y sintiendo demasiada ansiedad que luego podría perjudicar, para mi profesión tenía que estar bien, disponible a ayudar a la gente con la mejor cara y sí, la había perdido por un idiota. Por mi lado, sentía que era así porque igual estaba al tanto que Miyu tampoco había sido la víctima; demasiado impulsiva y que terminaba haciendo muchas cosas solo porque estaba desilusionada.
Al otro día, esa mañana le pedí a mi padre que necesitaba psicólogo y aunque me dijo que no estaba loco, le di una buena justificación para que aceptara. No iba aceptar uno cualquiera así encontramos hora para dos semanas más. Y fue como también, comenzó a pasar el tiempo, y junto al tratamiento me comencé a sentir mejor. Confiaba y habíamos formado un buen vínculo terapéutico y no sé como - igual dependía de mi disposición - empecé a abrirme más al mundo. Ser más consciente de mis actos y acercarme incluso más a mis compañeros. Con la que hice una buena amistad, fue justamente con la segunda de mi clase: Akane. Y andábamos de un lado para otro, y tanto que el resto ya creía que éramos pareja. ¿Y cómo no sentirme orgulloso? Akane era una rubia preciosa, con largo cabello y daba entender que una barbie también podía ser muy inteligente.
Habían pasado meses que no nos dimos cuenta que llegó el día anterior del examen de ingreso a la universidad donde tenían que reconocer salas y volver a registrarse. Luna iba a darla y decidí acompañarla y ahí Akane, me dijo que me acompañaba a a esperarla porque también su hermano ingresaba. ¡Gran sorpresa me lleve al juntar las piezas que era la hermana mayor de Daisuke!
Generalmente la mayoría llegaba temprano, se le entregaban panfletos de las carreras que querían postular y solo quedaba esperar para entrar en orden a reconocerlas. Obviamente, prefería acompañar a mi hermana ese día que el mismo de su examen, y como no me lo había pedido supuse que quería ir sola y tranquila. Cada uno y era como era. Estábamos charlando cuando escuché la voz de Daisuke. — ¡Hey, Akane! ¡Hola, Ryuga! ¡Lunita! — Ni me asombre y lo salude con la mano manteniendo una sonrisa, ni tome mucho en cuenta a Miyu y Matt que también harían la prueba de la mano. Los tres eran artistas y era por eso que congeniaban. — ¡Hey! ¿Qué tal? — La verdad es que ya me sentía tan bien conmigo mismo - aunque si picaba el bichito del rencor - que ya estaba asumido y no podía odiarla. Pues éramos los dos que habíamos cometido errores, solo esperaba el día que se pudiera hablar para dejar todo claro y seguir con nuestras vidas.
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Aquel día había sido uno difícil de olvidar. Todo se había ido por un caño y aunque intentaba seguir adelante ese recuerdo seguía ahí. No podía evitarlo, aquello había sido demasiado fuerte porque ya no conforme con el hecho de haber perdido esa amistad que solía tener con Ryuga, ahora también la había perdido con Luna. Lo peor es que no podía hacer nada. ¿Qué podía hacer? Es que de verdad. ¿Qué podía hacer? Había sido un cúmulo de sucesos que se juntaron para que aquello resultara de aquella manera. Así que la verdad lo mejor que podía hacer era simplemente seguir con mi vida. Dejar que el tiempo fuera el que dictara lo que ocurriera de ahí en adelante.
Por fortuna tenía en que enfocarme, en que poner la mayor de mis atenciones. Comenzaría al fin a estudiar y realmente deseaba que esto saliera bien. Yo no era estudiosa, pero si deseaba profundamente que este examen resultara positivo porque de esto dependía mi futuro. Además, era tenía claro que no iba a ocurrir nada más con Ryu después de todo lo ocurrido. Quizás en un futuro al menos lograríamos a llevarnos bien. Pero de nuevo, eso solo el tiempo lo diría. Mientras que, por otro lado, tenía conmigo a Matt. Tan dedicado, y atento que valía toda la pena del mundo intentarlo con él. Merecía que mi atención fuera hacia él, por lo que así fue decidí darme esa oportunidad. Esta vez de verdad, tanto que estoy consciente de que lo quiero.
— ¿Pueden creerlo? Estamos a un paso de lograrlo. — Decía la muchacha quien caminaba al lado de Matt, pues ambos habían tomado aquella prueba. Daisuke salió exclamando unos nombres conocidos y se adelantó hasta donde ellos estaban. No estaba segura de como tomarlo. Pero ya era un poco tarde para hacer una retirada. Es que no deseaba que todo se complicara. Este no era el lugar y mucho menos el momento. Más hacerlo era como mostrar que seguía estancada en el pasado. Así que me hice de tripas corazones y traté de parecer calmada. Normal. Note a Ryu, estaba todo cambiado, se veía renovado. ¡Sonreía, estaba sonriendo! Solo que lo más que me llamo la atención era la rubia que estaba a su lado. Muy cerca, por cierto, siendo sincera no sé cómo sentirme al respecto. — ¿Muy bien, y ustedes? — saludo Matt. — Bien, bien… a un paso de cumplir un sueño. — murmure. — Creo que a ella no la conocemos. ¿Quién es Daisuke? — cuestione. No estaba segura de querer que fuera Ryu quien respondiera aquello.
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Me sentía bien y mucho más pleno, porque aunque andaba con medicamentos jamás me había sentido tan tranquilo y dispuesto a estar con otras personas, claramente era como un trastorno y una clase de fobia que nunca pensé que me limitaría tanto, así que estaba dispuesto a seguir en el camino para mostrar mi mejor versión, porque siempre había podido solo que me quede estacando y me deje estar pensando que era lo común, bien sabía que sería introvertido y que no estaría muy rodeado de gente, pero mientras no alejara los importantes para seguir. Ya había perdido a Miyu, aunque sí estaba consciente que también tenía gran culpa por no entenderme, quizás lo mejor era mantenerme lejos.
Lo bueno es que había hecho muy buenas migas con Akane, y era tan bella que era inevitable no sentirme atraído. Era simpática, inteligente y teníamos los mismos gustos por lo cual todo se hacía muy sencillo con ella, me encantaba pasar tiempo con la rubia y más encima, no dejábamos los estudios de lado, hacíamos un excelente equipo porque era la que venía después de mi en cuanto a las mejores notas; el segundo lugar.
Estaba consciente que la tranquilidad no duraría para siempre que conocía perfectamente los planes de Daisuke, Matt y Miyu en pertenecer a la carrera de arte de la universidad y donde era un hecho que pronto se realizaba el examen y muchos de los postulantes estaban reconociendo salas.
Quede sorprendido que Daisuke nos saludara así y más aún a Akane. Como eran las casualidades, ahora con solo ver su gran parecido se sabía que eran parientes pero no así creí que fueran hermanos y que ella era la mayor. Como era la vida. No me afecto tanto ver a Matt y Miyu de la mano, solo sonreí. Akane tomó mi brazo y contestó. — Todo muy bien, por aquí solo Matt me conoce que pasa en casa de mi hermano. Un gusto, soy Akane, la hermana mayor de este mocoso talentoso. ¿Reconociendo salas? — Les preguntó a los dos de manera agradable mientras seguía sujetando mi brazo. ¿Se habría dado cuenta? — Es muy posible que sí, en dos días ya es el examen. Espero que les vaya bien, no por nada es la mejor universidad en el área y por supuesto, también en medicina e ingeniería. — Señalé con suavidad mirando a los tres.
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