Había pasado demasiado tiempo, estaba aburrido. Siempre se frecuentaba con los suyos solo que nunca había tenido ese flechazo en el amor. Convertía, terminaban desapareciendo, se enamoraban y preferían otros grupos. Fue así que Liv llegó al 2018.

Se encontraba en un sector de Colombia muy nublado y húmedo, ya que claro que convenía estar en ese tipo de climas demasiado sol podría ser perjudicial y hasta morir se exponía demasiado. Pudo hacerlo. ¿Para que vivir tanto si no había nada que lo mantuviera en la tierra? Y fue cuando la conoció: Era una morena preciosa de 20 años llamada Kira. Notó que a pesar de tener una sonrisa encantadora no era feliz. Soñaba con ser arquitecta, solo que tenía poco dinero para sus estudios por lo sus sueños fueron frustrados, en el trabajo era bastante subestimada. Comenzó acercarse, ocultando su verdadera naturaleza, queriendo enamorarla, no lo logró aunque si una pequeña atracción.

La verdad es que no necesito pensarlo y decidió convertirla una noche. Lo logró, el primer año no fue muy complicado a pesar de su sed de sangre, pero llegó el Covid y todo se empezó a derrumbar, no había mucha comida y la sangre estaba infectada, donde tuvieron que alimentar mayormente de animales.  Fue como transcurrieron cinco años y la personalidad de Kira seguía siendo dificil, sin embargo, ya era imposible separarse. Ambos al estar tan unidos ya se habían enamorado.

Había pasado ya cinco años, cinco años desde que Kira había sido transformada por Lev en vampiro. Las cosas no habían sido fáciles entre ellos desde entonces. Tampoco es que la vida para ella hubiera sido fácil antes. Sueños incompletos, una familia en decadencia y la subestimación de los demás hacia su persona. Pero ella juraba que Lev era diferente que si creía en ella, más aún así ni siquiera le preguntó qué era lo que ella quería.  Sin embargo, luego supo que solo lo hacía por cuidarla. Salvarla de la vida miserable que tenía y que le esperaba si lograba sobrevivir a lo que le ocurrió.

La decisión del chico se desencadenó cuando supo lo que ocurrió con la joven. Pues ella había un accidente en la zona de construcción donde trabajaba. La chica había quedado muy mal. Era posible que no se recuperara o incluso si lo hacía que perdiera prácticamente casi toda su movilidad. Detalles de la noche que fue transformaba no recordaba mucho. Pero si el accidente, el cómo había estado en un segundo piso e intentaba escapar de uno de los nuevos trabajadores. Que no conforme con no estar de acuerdo que una mujer podía hacer igual de bien su oficio, también había comenzado acosarla. Luego se le terminó el camino y aunque intento detenerse su pie resbaló haciendo que cayera de aquel lugar. Luego todo se había ido en negro para ella. Cuando despertó ya era una vampira.

Fue el tiempo y el conocer la verdad del porqué lo hizo que comenzaron a ser más cercanos. Ya sabia que no podía alejarse de Lev. Había una especie de lazo que los unía, era algo único. Tanto que con el tiempo la atracción se transformó en amor. Por lo que siempre se mantenía a su lado. Pues la verdad a pesar de las dificultades, porque las hubo, pues su segundo año de convertida llegó aquel maldito virus que los limitó de alimento y tuvieron que recurrir a consumir sangre animal. Más, a pesar de lo frustrante que podía ser para una vampira primeriza no saciar del todo su sed, su vida estaba siendo mucho mejor de lo que solía ser cuando vivía como humana.

En una noche reciente se encontraban de casa. Aún se estaban limitando en cuanto podían el beber sangre humana. Pero muchos ya comenzaban a creer que era innecesario. Todo parecía estar bajo control, todo parecía volver a la normalidad. Kira se encontraba en el bosque intentando casar un ciervo para la cena junto a Lev. Sin embargo, las cosas no estaban saliendo como esperaban. El animal estaba siendo más escurridizo de la cuenta y para colmos parecía que algún ruido lo espanto y salió corriendo despavorido de la vista de los vampiros. — Ay no puede ser. ¿Y ahora? Tengo hambre y lo que hay son puros roedores pequeños. Quizás sea una señal para buscar algo que sacie más... — comento frustrada recostándose de un árbol. — Imagino que estás igual de verde del hambre que yo. ¿Verdad? — decía negando. Si tan solo hubiera la posibilidad de conquistar algún humano. A pesar de todo ya actuaba como una vampira, anhelando la sangre humana. Sentía que no era lo mismo, y como vampira en sus primeros años, su sed por sangre humana era aún mayor.

El 2023 al menos estaba siendo mucho más positivo en aspectos de vivencias porque los anteriores si que lo habían pasado muy mal con todo el asunto del Covid 19. Al menos ya no estaba solo y tenía su entretención, ahí estaba esperando que ella quisiera quedarse 100 años con él cuando se sintiera por completo una vampira que podía controlarse frente a la cantidad de personas que se encontraban en el mundo en esos años. No podían ser excesivos ni tampoco matarlos, su existencia para ellos eran solo historias de fantasía y de terror, un invento más de la sociedad, no podían convertir ni matar de forma excesiva, ya un vampiro en entrada de edad lo sabía porque eran pocos y los clanes estaban dispersados por el mundo. Se permitía una vez al año, quizás dos por lo mucho y lo cierto que el cumplía solo de aburido que estaba con la vida por aquella inmortalidad.  

Hasta que conoció a Kira y pensando tan solo en su vida desafortunada, aprovechando de conocerla se había dado cuenta que era la elegida, no se esperaba que fuera acosada y en ese accidente tendría que convertirla, ni siquiera había alcanzado a preguntarle como era debido, por lo general no lo hacía.

El vínculo entre los dos era muy fuerte se dio cuenta de aquello al año desde que estaban juntos, pudo haberle dejado a su suerte o matarla si había mucho descontrol en ella, si era una neófito en etapa de crecimiento vampírico era tan solo una niña. No era para nada tranquila, se sentía aparte como el hermano mayor que tenía que regañarla todo el tiempo, teniendo que soportar fuertes empujones y gritos escandalizados que tenía que detener de una noqueándola. No había sido fácil solo que ya en el último tiempo, más que se habían tenido que mantener escondidos, bebiendo de sangre animal o sangre que podía recuperar de algunos hospitales (Muy poca a su juicio para que lo que necesitaba ella) con ella no había sido fácil, pero aprendía rápido. Y eso hacía que le agradará más.

Se fueron a cazar y nuevamente escuchó aquella insinuación de beber sangre humana al fin. Claro que había olvidado completamente como le permitió que bebiera gran parte del sujeto acosador como una clase de venganza después, pues luego se fueron a otro sector de Colombia donde el sitio era más húmedo y nublado. — Debes ser más rápida y sigilosa, es la única forma para que sean cazados. Lo haría yo pero estás aprendiendo, es una buena dieta además nos mantiene en un buen peso — Jodió al final como chiste y viendo que la chica seguía insistiendo, soltó un suspiro mientras que se mantenía frente a ella acariciando su mejilla helada. Recordaba el sonrojo de estas cuando era humana. — En realidad no sé si estás lista para controlar del todo tu sed para ese instante. ¿Qué piensas con respecto a eso? — Jugó con sus palabras, la verdad es que también quería hacerlo por lo que simplemente estaba contradiciéndola por diversión porque era probable irían en busca de un humano. — Puedo soportarlo es parte de... — Ahí llevo la mano hacia el tronco porque ya veía que se le escapaba.

Kira no dejaba de ser una vampira joven y, por tanto, su sed solía ser más descontrolada que la de los vampiros más antiguos. Eso era algo que la desesperaba, siempre era un tema entre ella y Lev. Quien era él que solía controlarla, había sido difícil acostumbrarse y si no había quien le pusiera el alto podía terminar por causar algún escándalo innecesario. En cierto modo, agradecía que así fuera, pues estaba segura de que por sí misma, al menos por el momento, no podía controlarse por completo. Tenía que haber quien le pusiera el alto.

Lev no solo se había vuelto como una espere protector y mentor, también era importante para ella aun cuando a veces hubiera piques. Pero por lo general eran piques divertidos o coquetos. A pesar de lo que había ocurrido con la chica, y que no tuvo la oportunidad de escoger si quería vampira. Pero ahora estaba feliz de serlo, pues al menos ahora era feliz, estaba donde la querían. Sé, al fin sentía que pertenecía a un lugar.

La castaña no solía ser vengativa, pero luego de lo que le ocurrió se dio cuenta de que había personas que simplemente merecían cero tolerancia, cero respeto. Merecían lo peor. Por lo que el poder darle aquella lección a su acosador la había dejado más que satisfecha. Así, cada noche cuando cerrara sus ojos recordaría el terror que la había hecho sentir cada vez que a su mente llegara el momento en el que ella bebía de su sangre. Momento en el cual pudo sentir en carne propia la impotencia y el miedo que él le había causado. A pesar de que nunca pudo ser arquitecta, aquel trabajo en construcción era algo que jamás extrañaría.

Estar cazando en el bosque, en medio de toda la naturaleza, le hacía sentir libre.  Aunque estaba consiente que sus instintos de caza no estaban tan pulidos como quisiera. — Estoy siendo tan rápida como puedo, aun así se escapa… pero… — pero muy discreta y sigilosa, en definitiva no lo estaba siendo. Su desesperación por atrapar al animal la había hecho alertarlo de su presencia. Alzo una ceja al escuchar lo último que dijo Lev. — ¿Buen peso? ¿Imagino que lo dices por ti, verdad? —  le respondió con una guiñada juguetona.

Pero el juego no duraba mucho porque comenzaba a desesperar. Tenía sed y desde hacía días que su cuerpo lo que le pedía era sangre de humano. No lo podía evitar, aún le costaba satisfacer su sed solo con sangre animal. Por lo que se comenzaba a poner ansiosa. — Bueno, bueno. Ya no soy tan inexperta. ¿Además… para eso te tengo a ti? — Sintió su mano en sus mejillas, al comienzo se le hacía raro sentir esa sensación de frialdad, pero ya se había acostumbrado y le gustaba sentir esos gestos de su parte.

Frunció el ceño cuando dijo que podía soportarlo. — ¿Entonces no podemos? Solo por esta vez, hace tiempo que no lo hago. — intento de persuadirlo. — Si no me acompañas, entonces voy sola. — solo que ni bien había abierto su boca cuando ya le había cortado el paso. — Por favor. — Decía poniendo su mejor expresión.

Le causaba gracia que intentara justificarse, aún le faltaba mucha más velocidad, rapidez y fuerza era imparable cuando no podía controlarlo y por eso la caza era esencial para apaciguar esas habilidades porque los animales se daban cuenta pues no era del todo silenciosa. Pero no podía negar que estaba mejorando poco a poco y ya con cinco años convertida en una situación no esperable no era una mediocre.

Sabía que no iba a lograr convencerla, podía notar en su mirada que estaba convencida de que debía ir a cazar a un humano y beber su sangre, no quería dejarla sola porque iba a causar una desgracia para eso si necesitaba algo más de tiempo donde lograra ser independiente, cualquier vampiro joven no le convenía estar solo y Lev tomaba esa responsabilidad muy bien,  Kira no era la primera que lo acompañaba pero los otros sí que habían decidido partir, prefirieron estar solos o se fueron con otros vampiros porque sí la conexión entre ellos mismos era cierta e incluso con humanos, el amor verdadero existía.

Tenía que resistirse mucho cuando comenzaba con esas guiñadas y miradas coquetas, Lev estaba al tanto de lo que sentía y aún no sabía como actuar porque jamás le había pasado, estaba con confusiones contradictorias porque no consideraba el amor como afecto y era demasiado frío le gustaba vivir así hasta que apareció Kira, la vio como humana y se percató que realmente la necesitaba a su lado, por lo tanto, ahí se veía siendo detallista y amigable con ella donde ya con el tiempo podía notar que le correspondía. — No puedo negar que has mejorado y mucho, pero aún falta. Cuando logres cazar tu primera presa sabrás que estas dominando todo y podrás sentirte una mejor vampira. — La aconsejó y fue cuando se puso a pensar que podría hacer.

— Yo también tengo hambre si...te podría traer un humano a casa pero algo me dice que no te quieres perder la diversión así que debo pensarlo. Dame un tiempo ¿sí? — El castaño la miró estricto porque sabía bien que era capaz de escaparse — Es que no sé si tengo muchas ganas y si o si debo acompañarte. — Jugó con su cabello luego de un momento. — Vamos a casa y lo medito mejor. — Analizó a la chica con la mirada y sonrió.

Estaba probando su paciencia, cuan leal era con él y se preguntaba si había escuchado con atención todo lo que tenía que hacer las muchas veces que hablaron al respecto, todas las indicaciones que le dio. Por supuesto que en casa quería solo darle ese recordatorio y se podrían en marcha, pero por supuesto no iba a mostrarse fácil.

En definitiva había cosas que le faltaban por pulir, mejorar. Cazar no era simplemente decir, voy a casar y listo, mágicamente la presa caía bajo tus colmillos. No era tan fácil como pescar, e incluso lo de pescar nunca había llegado a ser su fuerte, las pocas veces que había tenido la oportunidad de intentar tal cosa. Ya recordaba esos días de pesca con sus padres como un recuerdo, muy, muy lejano. Eso había sido cuando aún sentía que eran una familia, y ya hacía largo tiempo desde la última vez que sintió eso. Por lo que el que creyeran que ella ya no estaba entre ellos había sido lo mejor, ya no tendría que lidiar con más drama, con más penas.

Una sonrisa picará apareció en su rostro cuando le aseguro que a pesar de todo estaba mejorando. — No veo la hora de lograrlo, y la verdad no descansaré hasta conseguirlo. Pienso venir todos los días al bosque sin falta a intentarlo. — le aseguro, porque de verdad quería estar a la altura de todos los demás vampiros. Era su nueva vida, su nuevo círculo y como en todo ella siempre había querido ser competente. Valerse por sí misma.

Kira sabía que aún era difícil irse a hacer cosas por su cuenta. Su nivel de resistencia a la tentación era bastante cuestionable, aunque no era algo que fuera su culpa. La mayoría de los vampiros a su edad solía padecer del mismo problema. Por fortuna para ella, pues aunque a veces no le hiciera gracia que la controlara, era que Lev estuviera allí a su lado. Es que el chico estaba evitando que hiciera algo de lo que luego se pudiera arrepentir, algo que causara problemas irremediables. Así que de verdad si prefería que estuviera allí, por eso estaba intentando persuadirlo a que accediera.

— Umm… podría ser, pero como dices, es que no quiero perderme de la diversión. — Decía no muy convencida de esa opción. Aunque si al final era la única forma de al menos saciar su sed con lo que su cuerpo le pedía, terminaría por aceptar. No rechazaría esa oportunidad. Le miro con ojos de borrego cuando dijo no tener muchas ganas. ¿Resistiría eso? Si se hacía el difícil tenía que buscar la manera de convencerlo. — Por eso es que te lo pido, porque sé que lo mejor es que sea contigo. — murmuro aprovechando la cercanía para jugar un poco con su chaqueta y luego acomodársela.

Estaba muy tentada salir corriendo, escaparse de su agarre, irse a aventurar y demostrar que ella podía. Pero al mismo tiempo no podía dejarlo, no podía hacer nada de eso porque en el fondo sabía que si algo pasaba ya no lo verían como algo que sería solamente su culpa. Pues si era así, ella lo asumía y listo, siempre había sido responsable de sus actos. Pero aquí podía meter a Lev en un problema, posiblemente, fue él quien la convirtió, era él quien velaba que todo estuviera en orden, era su maestro y, por tanto, no quería que pagara por su culpa. Además de que eso, igual podía desencadenar en alejarlo de ella, perderlo y era lo único bueno que hasta ahora le pasaba. Así que eso no podía ser.

— Está bien, vayamos a casa. Pero espero una respuesta al llegar. Por favor.  — le pido la castaña. De todos modos se notaba algo ansiosa, deseosa de saciar su voluntad. Mordía su propio dedo intentando contener sus propios impulsos. Solo que eso solo era una manía porque ni siquiera le podía salir sangre. — Lev… ¿Confías en mí? — pregunto, pues en cierta forma quizás hasta era una prueba de cuanto podía o no confiar en ella. Cuan leal podía ser.

Era agradable que Kira fuera tan entusiasta y tuviera un humor tan positivo. Imaginaba que era así a pesar de todo cuando era humana y que realmente le estaba gustando ser vampiro. En cierta manera hacía todo para que la morena llevará una mejor vida, solo tenía que controlarse y mejoraría.

Una sonrisa de medio lado se dibujo en sus labios y asintió poniendo su mano derecha en el hombro de la chica. — Vas a mejorar todos lo hacemos y con un entrenamiento estricto el esfuerzo se ve recompensado, yo no tengo ningún problema en acompañarte todos los días al bosque. — Señaló como una promesa que iba a cumplir pues veía que Kira realmente quería lograrlo, estaba al tanto de las leyes vampíricas que se las había recitado mucho en esos años y las razones porque no podían matar a los humanos bebiendo toda su sangre.

Lev en el fondo sabía que ella estaba al tanto porque no la arriesgaba de esa manera y la prevenía. Aún le faltaba mucho para ser una vampira competente en todos los aspectos que se necesitaban para serlo, el primer paso tal como había dicho era dominar las caza pues era la forma que te dabas cuenta que dominabas el sigilo, la velocidad, la fuerza... etc.

Sabía que Kira igual jugaba con la coquetería todo el tiempo para convencerlo de algo y eso le fascinaba. Mantuvo su mirada fija en ella como si estuviera meditando demasiado su petición y aún así en ese instante no dijo nada. — No te dejaría ir sola, Kira. Tengo que acompañarte en los primeros años, no quiero que termines matando a nadie. — Aclaró para que entendiera y aún cuando lo sabía tendía a repetírselo mucho y todo el tiempo había sido complicado en ese virus que se expandió en todo el mundo, solo que ahora había mejorado bastante por todo lo que hicieron en poco tiempo y aunque lo hacían eran pocas ocasiones que se daban esos paseos, ambos tenían hambre y debían ir.

— Sí allí daré una respuesta, tranquila. — Masculló mientras le hacía un movimiento y comenzaba a correr con mucha rapidez  y esperando que ella lo alcanzará para poder charlar un poco en la carrera. — Claro que sí, yo te convertí. Estás destinada a ser una experta. — Le guiñó un ojo de manera simpática y aunque siempre habrían dudas en el control para beber, Lev prefería confiar en ella. Ahora solo iban a casa para planificar todo y a que lugar de la ciudad que fuera tranquilo podían dirigirse.

Las ganas estaban ahí, ella quería ser de las mejores vampiras que había. Quería enorgullecer a Lev y también así misma, pues ya que no había podido cumplir su sueño de ser arquitecta, al menos entonces brillaría por luz propia en otro ámbito. Aunque con eso se refiriera a brillar entre la comunidad vampírica. De todos modos, quizás en algún momento hasta podía intentar hacerse con el título de arquitecta. Total, tenía toda la eternidad para intentarlo. Claro, primero debía pasar esta etapa en la que no podía acercarse a un humano sin querer clavarle el colmillo.

Una sonrisa se dibujaba en su rostro cuando el chico se ofrecía acompañarla. Nunca la había dejado sola en todo el proceso de neófita, así que tampoco le sorprendía. Pero la hacía sentir feliz porque se preocupaba por ella, estaba siendo la persona que más se había preocupado por ella en toda su vida. Lev era sin duda especial para ella, era más que un maestro. Estaba desarrollando fuertes sentimientos hacia él. — Sí, palabra de Kira. — aseguro levantando la mano en forma de promesa cuál niña exploradora. Era otra cosa que siempre quiso, pero nunca pudo de pequeña.

— Te agradezco la compañía. Siempre es bueno tener quien luego califique el desempeño. A sí, de paso puedo ver cuanto resisto sin distraerme. — molesto un poquito, inevitable, siempre había sido coqueta, pero no de forma exagerada y solo con quien ella le gustaba, con quien ella quería. Pero ahora era él, y solo él.

Hablando de coquetería, a la chica le gustaba jugar con eso. ¿Por qué no? A veces funcionaba para hacerlo caer en la tentación de complacerla. De todos modos, no es que fuera cosa fácil, al menos no en estos temas donde Lev le gustaba probar su paciencia. Ver hasta donde llegaba el límite de la chica. — Lo sé, y me lo has dicho. Sé que tienes razón, aunque sea demasiado tentador, desobedecerte la verdad. — Admitió, pues es que su sed la tentaba. — Pero no iré a ningún lado. — aclaro. — Vayamos a casa. — Añadió con la esperanza que al llegar le diera una buena noticia. Bueno, buena noticia para ella, no para los humanos que podrían ‘donar’ su sangre. Soltó una pequeña risa al ver como se le adelantaba. — Oye, eso es trampa. — aseguro mientras comenzaba a correr a toda velocidad tras él.

— Espero cumplir las expectativas, señor Borisov. — Molesto un poquito mientras ahora corría a la par con él. — Sé que puedo ser impulsiva, pero es porque todo esto aún sigue siendo muy nuevo para mí… generalmente no era tan así… bueno un poquito, pero no tanto. Me conociste cuando aún era humana. — ahora respondió más en serio. — Que confíes en mí, que creas en mí, es importante para mí. ¿Sabes? Necesitaba escucharlo. — aseguro para luego

Lev siempre se había considerado un vampiro que era termino medio. Le gustaba ser dark y en cierta parte la oscuridad de la maldad, sentía que los vampiros igual debían ser causar ese temor a los humanos por algo eran criaturas sangrientas y en muchos lugares considerados demonios. Sin embargo, cuando veía demasiada bondad y las injusticias que tenían algunos humanos como lo fue con Kira que no tenía a nadie y más encima pasaba por maltratos en su trabajo se dio cuenta que merecía algo mejor. El haría que todo para ella fuera mejor, así se distraía, no estaba solo y se mantendría por unos largos años como su maestro y guía. Lo que si no esperaba que había generado fuertes sentimientos hacia a ella desde el primer contacto con su piel, quizás incluso fue antes había llamado excesivamente su atención. Muchas veces quería besarla y clavar sus colmillos en su cuello pero se resistía pues no confiaba en todo del amor, demasiadas malas experiencias donde quedaba solo y no entraría de nuevo en ese juego.

Pero era inevitable no coquetear, podía notar la picardía de la neófita y eso era sumamente placentero. Creyó en sus palabras y fue cuando salió corriendo después de decirle que lo decidiría en casa. Sonrió cuando lo alcanzó. Kira era muy rápida. — Tienes que adelantarte a mis movimientos, pero no quejo porque llegaste alcanzarme — Podía perfectamente hablar mientras iba a enorme a velocidad a su lado, llegarían en unos minutos que si se habían alejado muchísimo. — Además te lo ganaste por la sencilla razón que dijiste que tentaba desobedecerme  — Molestó y luego cuando divisó la casa fue cuando le guiñó un ojo. — ¿Es necesario que te lo diga varias veces? Tienes que comprender que confío en ti. — Dijo al momento que se detenía para disfrutar más la conversación e ir caminando hacia su hogar. — Sé que no lo expresó siempre, pero lo que temo es justamente que pierdas el control, es más bien tu sed imparable hacia la sangre que me preocupa. Pero a todos nos pasa en un principio y se requiere tiempo, sé que quieres tener esa sensación aún cuando te traigo litros de sangre. Deja pensarlo bien porque sé que te has comportado, igual necesito descansar. — Comentó en el camino y luego de su respuesta se mantuvo en silencio para llegar luego a la casa, abrir la puerta y lanzarse al sofá.

La chica había cambiado, pero no para mal, al contrario, ahora se consideraba más fuerte. Tampoco es que antes no lo fuera, pues luego de los tragos amargos que la vida le había puesto nunca se había rendido. Aun en su momento más critico había logrado salir del mismo. Pero ahora que era una vampira se sentía capaz de enfrentar a todos de una forma distinta, ya nadie pasaría de ella como si fuera nada. Aquello le había quedado bien claro aquel maldito acosador de quien se había dado gusto beber su sangre. Jamás la olvidaría, estaba segura de eso y si decía algo lo tomarían por loco. Toda la hacían muerta y pocos creían en la existencia de los vampiros. Claro… hasta que vivían el terror de que no era solo una leyenda sino una realidad. Su bondad no es que desapareciera; sin embargo, ya era más selectiva, no la volverían a tomar por tonta.

Kira sentía que Lev, a pesar de todo lo que habían vivido en los últimos años, aun así era algo cerrado. Más eso no la hacía desistir, de intentar llamar su atención. Había algo especial en él que iba más allá de simplemente gustarle. Sentía algo por él, era claro, pero como aún no le dejaba llegar más allá, mientras tanto al menos si podía coquetear con él y eso parecía gustarle. — Lo importante es no quedarme atrás. ¿No? Sabes que si corres, te seguiré. — aseguro la muchacha, y no solo lo decía de manera literal. Era como una especie de metáfora dándole a entender que iría con él a donde quisiera. Él era ahora su familia y no lo pensaba abandonar.

La chica rio al escuchar su comentario. — No te hagas, te gusta que sea así. — molesto de manera coqueta. Se puso más seria cuando hablaba sobre si confiaba en ella. — Lo sé… pero es fue mucho tiempo en el que todos los que estaban a mi alrededor insistían en dejarme saber que no podía hacer muchas cosas, que tener la certeza de que alguien crea en mí es importante para mí. — le respondió. — Gracias por ser diferente al resto. — Agradeció acariciando su mejilla cuando se detuvieron un momento.

— Comprendo, es parte del proceso y sé que a veces, aunque quiera se me hace difícil controlarlo. Pero tengo buen maestro. — dijo encogiéndose de hombros mientras lo seguía hacia dentro de la casa. — Déjame un lado. — dijo lanzándose al sillón acomodándose a su lado. Había más, pero no, ella quería acomodarse en el mismo que él era más agradable si tenía más de cerca su aroma. — Bien, piénsalo bien. — dijo pegándole juguetonamente con uno de los cojines, para luego acomodarse, recostando su cabeza en su hombro y cerrando los ojos.

Confiaba ciegamente que Kira se volvería una excelente vampiro. Es que llevaba pocos años y aún sí se iba superando con creces porque tampoco pensaba abandonarla a su suerte para que se convirtiera una asesina, es que sí llamaba mucho la atención la iban la comunidad vampírica de aquellos elegidos que llevaban miles de años podrían eliminarla. Le había explicado miles de veces y por eso no podía permitir que cometiera errores, siendo muy estricto con ella al menos había logrado que mantuviera un control a la sangre, y en cierta manera si se pudo lograrlo más por el asunto de aquel virus que jodio a todos y casi los mata de hambre pues la sangre no dejaba de estar infectada.

Pero ya en estos tiempos más bien era como un virus que podía ser controlado así que habían vuelto a esas andadas solo que claro que ambos siempre tendrían que aprender a contenerse. Sonrió ante esa caricia en su mejilla que no era mucho de hablar sino más bien de quedarse callado y escucharla, más que ya había dicho todo lo que tenía que decir no iba a repetirlo más de dos veces.  

Cuando se acomodó en el sofá, Lev se mantuvo serio y dándole espacio para que se sentara a su lado.  Kira no dejaba de ser rápido por lo que no se vio venir aquel cojín que lo hizo gruñir. — Andas muy juguetona hoy y eso me da entender que eres capaz de todo para que te permita ir.— Dijo insinuante mientras alzaba una ceja. O sea, ya estaba muy consciente que irían, tendría que buscar un lugar donde podrían hacerlo. En esos aspectos a él le gustaba jugar con aquellos que no se comportaban muy bien y que merecían algún sustito en ese sentido. La idea también era dejarlo inconscientes y que los humanos no se dieran cuenta de su existencia. Y muy bien que habían algunos que lo sabían y eran unos adictos para ser mordidos, solo que Kira era demasiado joven para aventurarla a eso, solía ser muy inmoral y pervertido. — ¿Cuánto crees que puedes esperar?  — Le preguntó al final. —Porque yo estaba pensando en que se hiciera algo más tarde cuando los chicos salen de la discoteca y bien que es a esa hora que hay actos que debemos castigar. — Murmuró el vampiro. — Hay muchos humanos que merecen unas cuantas mordidas y hasta la muerte. Pero es todo un proceso que la comunidad debe acceder antes de hacerlo. Ya hace tiempo que tengo en mira a uno y he enviado a la solicitud solo que aún no obtengo respuesta así que espero que sea pronto, ahí si nos podremos dar un gran festín. — Declaró, pero por ahora si tendrían que convencerse solo con esa ida a morder y beber sangre como si fuera una copa de vino. Tener la oportunidad de beber los dos que de igual forma tenía sed.

Para una humana cinco años podría parecer una cantidad de tiempo bastante razonable, para un vampiro apenas era un pestañear, por tanto, a los ojos de los demás Kira aún estaba en pañales y eso ella misma lo sabía. Pues aún no lograba poder controlar su sed, tenía las ganas de que así fuera lo que no tenía era la fuerza mental para llevarlo a cabo aún. Pero si se esforzaba podría lograrlo, claro que podía. Ya nadie más en su vida le volvería a decir que no podía lograr nada. Cuanto daño ese tipo de palabras le habían hecho, pero ya no más. Lev era un vampiro misterioso, y de pocas palabras, más aún así, la chica había encontrado la forma de llamar su atención. Esos jueguitos coquetos solían surtir buen efecto. Aunque claro, cuando se trataba de algo serio no había juego que valiera, ella lo sabía. Igual no perdía nada con intentarlo. De todos modos lo importante aquí estaba en la confianza que se tenían, se habían vuelto demasiado cercanos como para no tenerla. Antes jamás había podido confiar en nadie, pues es que las personas en las que se suponía podía confiar la habían decepcionado. Más con él había sido todo demasiado diferente.

La chica se acomodó junto a Lev, a pesar de sentir esa necesidad por sangre no había perdido el buen humor por lo que se había puesto juguetona. Al final de cuentas no le había dado una negativa. Si no más bien le había pedido esperar, así que por esa parte solo debía de tratar de no desesperar. — Bueno, podría ser. — le respondió ahora con una mirada picará deslizando un dedo por su mejilla siguiendo con el juego. No dudaba que cumpliera y fueran, pero igual le gustaba toda esa dinámica entre ellos. Se preguntaba a donde la llevaría. De seguro un lugar poco poblado, apartado donde pudieran hacer lo suyo de manera discreta sin alarmar a la gente.

— Pues, reconozco que puede que me impaciente un poco… pero igual puedo intentar distraerme en lo que es hora. Suena a un buen plan, para esas horas algunos incluso están tan fuera de sí que capaz ni recuerden lo que paso y eso nos conviene. — Reconocía que la lógica del vampiro le hacía sentido, así que aun cuando estuviera ansiosa. — Lo sé, no es que piense que todo mundo lo merece. Pero hay ciertas escorias que sin duda alguna el mundo estaría mejor sin su presencia, y si van a morir, bueno que al menos sirvan de alimento. — Concordó la castaña.  — Ya imagino, es como un tipo de gobierno para los vampiros. Supongo que eso, igual evita que algunos se aprovechen de eso, y de paso termine por exponernos a todos. — demasiadas muertes repentinas podrían levantar una alarma en el pueblo y era lo menos que necesitaban.

— Prométeme que me contaras cuando te respondan. Quiero ser parte de ese festín. — comento acariciando su cabello. Ella nunca antes había sido sanguinaria, y no es que le gustara ver la gente sufrir. Pero lo cierto es que luego de lo que le paso, tenían aún esa sed de venganza contra ese tipo de personas.

Kira era bastante coqueta y de piel. Si hubieran sido humanos sabría bien cuanto podía excitar esa cercanía y como su sangre hervía, pero no era el caso. Solo que lo sabía, la morena le gustaba y por algo la había convertido porque sí se sintió atraído de manera inmediata hacia a ella, pero lo cierto es que si estaba actuando así no tenía idea cuánto iba a aguantar. Quizás el vampiro se mostró serio cuando ella acarició de esa forma su mejilla pero por dentro lo había provocado mucho. — ¿Alguna idea en mente?  — Preguntó coqueto, porque estaba entre la espada y la pared de lo que quería y no debía hacer. ¿Algo se lo impedía? Pues nada, eran sus propias trabas. Le gustaba esa dinámica que llevaban juntos porque su carácter era completamente distinto. Había aguantado cinco años. ¿Podría soportar más? Kira siendo de esa manera era difícil.

— Sí, la paciencia es bastante agotadora y te entiendo porque viví mucho tiempo con lo mismo que pasas, pero a poco empiezas a controlar tu sed y adaptarte lo que hoy es el mundo. — Le explicaba Lev porque sabía que la vampira era obediente y como seguía sus consejos solo hacía que cada día obtenía más experiencia. — Sí, siempre tenemos que ser muy sigilosos y que apenas lo noten a menos que se ofrezcan pero eso será mucho después, Kira. — Decía tratando de controlarse mientras le hablaba porque no dejaba de ser un asunto serio. — Exactamente, cariño. No debemos exponernos porque somos pocos y nuestra existencia solo es una historia de fantasía para ellos, pues claro que más de alguno se expuso más de la cuenta y algunos se creen estas historias. — Tenía que tenerlo muy claro, además que Kira ya sabía que les hacía muy mal el sol, el ajo y entre otras cuestiones más que quería que la tuviera en su memoria.

— Por supuesto que es un bastardo al cual he investigado bien, así que esperemos que la solicitud sea aprobada. Ellos mismos crean el ambiente y el contexto para que sea eliminado, y donde nosotros somos los protagonistas.— Dijo con una sonrisa ladina porque la realidad es que todos necesitaban un buen festín luego de lo que había sucedido así que los líderes de la comunidad vampírica tenían que entenderlo. La idea es que fuera una persona que nadie lo extrañara. — No sé porque pides promesas si estarás ahí.— Verla de esa manera y que al final acariciaba su cabello mirándolo a los ojos de esa forma lo hizo sonreír. Con un movimiento rápido la tomó de las caderas e hizo que quedará sobre él.—Mira lo que has logrado— La regañó donde esta vez él era quién comenzaba acariciar su espalda y la miraba con intensidad.—  Falta solo una hora para que partamos. — Siseó mientras esta vez era él quien acariciaba su cabello. — ¿Alguna idea para que el tiempo pase rápido? — Dejó clara sus intenciones y quizás luego se arrepentía, pero por el momento no sería Lev quien dijera basta.

La castaña estaba consciente de lo que hacía, sabía que podía provocar cosas en el vampiro, aunque no se notara a simple vista. Quizás era así por el autocontrol que había adquirido durante tantos años o quizás era por su naturaleza de vampiro. No importaba la verdad, pues ella sabía el efecto que tenía en él. Solo que, a diferencia de él, Kira sí solía ser más impaciente. Preguntándose por qué se contenía tanto si sabía muy bien que no le era indiferente.

De todos modos, a ella le nacía ser así con él, había sido la única persona en su vida que le había dado el valor que tenía, que la había apreciado y le había importado lo que ocurriera con ella. — Pues no sé si estés dispuesto a lo que dé me ocurra. La verdad. — Le respondió manteniendo el tono coqueto. ¿Cuánto más se iba a aguantar?

Hablando de aguantar, a ella tampoco se le estaba haciendo fácil el tener que aguantar su sed. Consolarla. Era complicado porque llevaba muy poco tiempo siendo una vampira y para los nuevos siempre la tentación de saciar su sed dándose un festín. — Sé que no todos somos iguales. Pero gustaría preguntar. ¿Cuánto tiempo es normal tener una sed así de fuerte? — Kira aún tenía mucho que aprender sobre los vampiros, su naturaleza. Pues ella ahora formaba parte de ese grupo. Además, ella deseaba llegar a ser tan capaz, tan hábil, como él. Era su ejemplo, su guía. Así que intentaba poner en práctica todos los consejos que le daba. Solo que a veces no era tan sencillo, pero intentaba dar lo mejor de sí. — Sé que aún me cuesta y que tampoco ha de ser algo fácil, pero créeme, le echaré todas las ganas. Pero un día poder llegar a tener tú mismo Temple y control. — en la mirada de las chicas se podía notar también su admiración por Lev.

Kira podía ser impaciente, podías estar siendo últimamente impulsiva, pero no era tonta, Así que no nos expondría al menos de manera intencional. Intentaría ser lo más discreta que pudiera mientras estuviera en sus manos. Por otro lado, saber que estaba la posibilidad de vengarse del causante de su accidente y que él se había incluso tomado la molestia de investigarlo, le dibujo una amplia sonrisa en el rostro a la joven. — Sí, es que es lo que merece. El mundo de los humanos estará mejor sin gente como él. — admitió la chica mientras continuaba acariciando el cabello ajeno. — Umm, es que a veces me gana la inseguridad. — le respondió, aún le costaba asimilar que no tendría que pasar por nada de lo que pasó en su vida anterior. — Aunque, a decir verdad, contigo cada vez me sucede menos. — admitió la chica.

Una risa soltó cuando sintió que la atrajo hacia él dejándola en su regazo. — Bueno, creo que ese era uno de mis objetivos. Lo que tenía en mente hace un rato. — molesto en un tono coqueto. — Una hora está bien para mí… bueno, creo que esto puede darte una idea. — Susurró al oído. Para luego besar sus labios.  Por lo general antes solía ser delicada, pero ahora no podía evitar incluso llegará morder. Al menos así se distraía, aunque fuera un poco porque vaya que aun cuando trataba de poner de su parte el deseo por la sangre la podía desesperar.

Era común y normal que Kira fuera impulsiva,  impaciente y se dejara llevar por el instinto. Sin embargo,  ya se podría decir que se estaba manejando muy bien, podía tolerar la sed y el hambre a la sangre porque justo le toco en un momento que estaban escasos, había sido tan difícil para él y el triple para ella. La admiraba y claro por suerte lo tenía para buscarle la sangre necesaria y enseñarle a cazar que así se podría decir que ella era como vegetariana y no una temeraria tal como ocurría en viejos tiempos, se lo había explicado un montón de veces, pero Lev siempre tenía la paciencia de decirlo otra vez.

Ahí era como el vampiro se estaba aguantando ante esos coqueteos que se volvían cada vez más mutuos. No dijo nada solo sonrió a sus palabras y se dispuso a explicar.— No puedo darte una fecha exacta pero será más pronto que cualquier vampiro. En mi época era toralmente diferente pero los tiempos han cambiado y hay organizaciones que nos ayudan. ¿Entiendes? Más que tú estuviste en una situación difícil desde en un principio que hizo supieras obligadamente a tener más control, me tienes a mi y no todos cuentan con alguien que los ayude.— Señaló para que se quedará tranquila, sabía que en ese momento le escocía la garganta de la sed y que no iban a poder esperar mucho para sacarla y estuviera alimentada. — Porque igual toleras más, iremos.... beberás lo necesario y estarás unos cuantos días a la perfección ya que te dejará satisfecha. — Murmuraba para que entendiera y aunque no era tan sencillo mantener la seriedad por la forma que lo miraba trato de ser lo más especifico posible.

Hasta que no aguanto absolutamente nada más. Suspiró y la atrajo hacia su regazo. — ¿Viste? Puedes aguantar una hora y mucho más si te concentras y enfocas en algo más— No era lo mismo pero podía morderlo y hacer lo que quiera con él. Y luego de todo ese tiempo, sus labios rozaron los suyos por primera vez.  Fue lo mejor. Le pertenecía y aquella conexión y química estuvo desde el principio. ¿Cómo pudo aguantarse tanto y no caer en la tentación cuando era lo mejor? Correspondió con intensidad el beso y bien que aprovecharían muy bien esa hora antes de salir de caza.

La castaña no la había tenido fácil el tiempo de su transmisión de humana a vampira. No solo porque había sido algo que ni siquiera se pudo meditar bien, pues era o eso que quedara inmovilizara por el resto que le quedara de vida, sino también que le había tocado pasar todo aquello para el tiempo en la cual se podía decir que había escasez de sangre humana. Pues todos estaban resguardados, muy pocos eran los que hacían la maroma de salir de sus casas. A eso había que añadirle que al comienzo desconocían cuanto los afectaría probar de alguna sangre contaminada. Sin duda no los mataría, pero no sabría igual, y posiblemente tuviera alguna que otra repercusión. Por lo que había sido un tiempo complicado.

— No importa, el solo saber que es una posibilidad me basta por ahora. — afirmo la chica, no pretendía que fuera algo rápido, pero sí que pagara por lo que hizo. Que no siguiera con su vida de lo más feliz luego de que ella casi que inmóvil por su culpa. — Lo sé y la verdad, soy afortunada por ello. Todo hubiera sido aún más complicado sin ti. Bueno, posiblemente ni siquiera estaría aquí. — pues había sido él quien había tomado aquella decisión de convertirla. Le causaba curiosidad saber cómo había sido todo antes, en especial cuando lo mencionaba como ‘su época’. — Sabes, me da curiosidad a veces conocer cómo eran las épocas pasadas. No me has dicho. ¿Cuándo fue que te convirtieron? — murmuro mientras que jugaba con un dedo acariciando su mejilla.

— Es justo lo que necesito, poder sentirme completamente satisfecha y no sentir esa sensación de sed. — y es que no era tanto por querer estar casando a la gente pera beber su sangre. Es que de verdad sentía sed y la necesitaba. Una vez la saciara, sabía que permanecería más tranquila y seguiría como si nada hasta que llegara nuevamente el momento de alimentarse.

Una mirada traviesa se dibujaba en su rostro. — Definitivamente sí. Y eres muy buena distracción. — murmuro antes de que se fundieran en aquel beso apasionado y hasta salvaje. — ¿Qué tal sabes? — pregunto levantando una ceja y mirando su cuello. Le sonrió mostrándole los colmillos y comenzó a besar el cuello, solo que luego clavo sus tientes en el cuello del chico. Por supuesto que no sabría igual, de todos modos, su intención no era alimentarse, más bien entretenerse y de la manera más sexy posible.

Asintió porque sabía que la había ayudado mucho sobre todo en esa situación donde estaban con mucha hambre por la escasa sangre que había y ella necesitaba la alimentación necesaria, pero era toda una suerte que desde un principio tolerara más el tema de la sangre que de verdad hasta podría llevar una década y en su caso, ya no insistía tanto como pensó.

Le llamó la atención que preguntara sobre como lo habían convertido. Sonrió al recordar no era que hubiera pasado tanto tiempo. — Me extraña que quieras saber más de mi, hace mucho que no contaba esa parte de mi — Empezó hablar — Me convirtieron en 1873, justo en una crisis económica en mi caso si fue un vampiro anciano que me vio con muchos problemas de dinero, supongo que se compadeció y bien estuve con él por varios años, formaba parte de un grupo hasta que decidimos irnos por cada lado, si creemos que la libertad y la independencia, ante conocer es parte de una diversión que no siempre se da al vivir tanto tiempo  — Le contó recordando esos años donde era muy joven, y bueno desde entonces habían pasado 150 años que eran un montón pero era unos años más de lo que podía vivir un anciano que algunos hasta llegaban a los 100 años si tenían mucha suerte, pero él era inmortal y su apariencia siempre sería la de un joven.

— Has soportado muchos días con sangre de animal ya es momento — Inculcó el vampiro con tranquilidad que solo esperaba que se hiciera más de noche para encontrar a su víctima que seguramente estaría en algún bar, tenían que encontrarlo antes que se embriagara.

Está bien, de que tenían esa conexión la tenían completamente y si que se había contenido bastante para no hacer algo, pero al ver que la vampira estaba sintiendo lo mismo fue inevitable no involucrarse en ese beso salvaje y apasionado. Tuvo que contener un suspiro cuando se fue directo a su cuello. — Me han comentado que tengo buen sabor — Molestó donde en un movimiento rápido la ponía sobre él, sonriendo para volver a besar sus labios aunque también se tentaba con una que otra mordida.

El juego entre ellos dos continuaba, la chica le miraba con detenimiento mientras seguía acariciando su rostro y haciendo preguntas con curiosidad. Con tantos años sobre la Tierra seguro habría cosas interesantes por contarle, eso le ayudaría a conocerlo más. Lo bueno es que ahora tendrían tiempo de sobra para eso, pues ella igual era vampira. — Es que quiero saber un poquito más de ti. Solo curiosidad, supongo que has de tener muchas más historias. — le comento la muchacha.

— Vaya, quizás le recordaste alguien. Incluso hasta sí mismo. ¿Nunca te dio con preguntarle? — comento la muchacha. — Me hubiera gustado conocer esa época. — Añadió la castaña, dejando el tema allí por el momento. Tenía otros intereses, deseaba sangre humana, pero ahora mismo también lo deseaba a él. Así que primero disfrutaría de este momento, luego irían por la cena. — Lo comprobaré yo misma. — le respondió con una mirada traviesa antes de hincarle los colmillos.

En aquel juego de mordidas, caricias, besos habían terminado devorándose en la cama. Había quedado menudo desmadre a su alrededor, de ropa, objetos en el suelo incluyendo algunas cosas rotas. Pero ellos dos estaban como si nada, recostados en la cama, desnudos, sin una pizca de agotamiento. Era lo bueno de ser vampiro, no se agotaban tan fácilmente. Claro, si no se alimentaban eso podía influir, pero en términos generales eran más fuertes y enérgicos que a lo que fueron de humanos.

Hablando de humanos, ya no podía resistir más. — ¿Vamos, ya crees que ahora si es momento para nuestra pequeña expedición? —  le comento jugando con su dedo sobre la piel del abdomen del chico. — Creo que lo merezco. Me he portado muy bien… además me lo prometiste. — y siendo sinceros, ni aun cuando le ofreciera otra ronda bajo las sábanas aceptaría un no, rogaria si fuera necesario porque de verdad que la sed por sangre humana la estaba torturando.

— Sería lo más parecido a sacarme a cenar. — dijo en un tono divertida, en el fondo esas pequeñas cosas siempre le habían gustado, pero nunca tuvo la oportunidad de tener alguien que la hiciera sentir especial. Ahora con Lev sentía esa sensación de que realmente le importaba alguien.

Hace tantos años que estaba solo. Era una vida completa de hecho un poco más de lo que podría tener un humano muy en etapa senil que generalmente podían pasar los 100. Sin embargo, en esta enfermedad que tuvieron que afrontar lamentablemente muchos se habían ido y hasta él sentía pena por lo sucedido, sabía que la comunidad vampírica había estado muy complicada en esos dos años que tuvieron demasiada tolerancia.— Nunca pregunté nada porque me preparó suficientemente bien para sobrevivir en el mundo, después solo me quedaba en algunos lugares más nublados como este en el mundo, convertí a un par de personas y bien… los deje ir. Me envían cartas es solo que algunos somos más con aire de aventura y nos gusta estar solos… bueno hasta ahora — Dijo elevando ambas cejas precisamente para dejar en claro que gustaba de su compañía y no la dejaría ir por un buen tiempo, tenían una fuerte conexión que quizás iban a estar juntos por muchos años, y eso que llegaban a sobrevivir. Podían matarlos y tenían que irse con cuidado.

La luz del sol por ejemplo era el término de todo y sabía de muchos que se sacrificaron, entre otros enemigos que habían en el mundo y se escondían o trataban de adaptarse al igual que ellos.

Los coqueteos comenzaron entre ellos y debía admitir que se sintió más energético que nunca, había pasado antes pero claro que eran décadas que no había ocurrido algo como esto, y por supuesto, hacerlo con una vampira era por completo otra cosa. Disfrutaba que fuera tan juguetona. — Deja recobrar algo de energía. — Jugó con las palabras porque aquello no era posible, no había cansancio alguno y solo estaba molestando. Sin embargo, entendía que tenía sed así que se mantuvo ahí en la cama para que insistiera un poco antes de removerse y empezar a hablar. — Te iba a llevar de todas formas, sé que estás hambrienta — Murmuró el chico. — Vístete como si fuéramos de fiesta, una falda y un lindo suéter, servirá. Saldremos en 10 minutos. — Se levantó, mordió su oreja y simplemente fue a darse un muy corto baño, si es que quería hacerlo y luego comenzó a buscar su ropa. El también tenía sed pero la prioridad era ella, era todavía una novata y la necesitaba más.

Levantó la mirada, todo fue a la velocidad de la luz y cuando sus miradas se encontraron, alzó la voz. — ¿Preparada para la cena, Kira? — Preguntó con malicia y también porque lucía exquisita.

Aquel vampiro sin duda había marcado la vida de Lev, había sido quien le habían guiado en su camino para sobrevivir y volverse ese vampiro que ella ahora conocía. — Entiendo, aporto lo que debía de aportar. — murmuro la chica. — Entonces ya no es del todo así… lo de solitario, claro. — comento la chica. — Porque igual nada quita que igual se pueda tener un espíritu aventurero… juntos. — Añadió divertida. Le agradaba su compañía y tenía claro que a él también. Además, ella estaba dispuesta a ser la mejor de las aprendices.

Pero ahora mismo era más que una simple aprendiz, seguidora, protegida. Había muchas formas para referirse a Kira respecto al vampiro. En estos instantes, amante podría ser una. Es que no tenían título alguno, solo se dejaban llevar por lo que sentían y listo. Fue así como toda la tensión del momento los llevo a la cama. — Oh sí, hemos quedado tan exhaustos… — Decía con ironía la chica mientras soltaba una risita.

— Más te valía. — molesto dándole un toquesito en la nariz antes de retorcerse toda con una sonrisa picará ante el contacto de los labios del chico con su oreja. — Descuida, no tardaré en estar fabulosa. Es la ventaja de ser más veloz. — aseguro la chica quién se fue a preparar con prontitud. Cuando menos Lev lo espero, ya estaba lista. Luciendo radiante y fabulosa. — Seguro que sí. Vámonos. La cena nos espera. — Decía con ansias. No es que fuera divertido torturar a la gente… bueno, al menos que lo merecieran. Pero ella igual necesitaba sangre, sangre humana.  — ¿Crees que atraiga un buen partido, no? — le pregunto dándole una guiñada. Esperaba que encontraran algún bastardo que no compusiera nada a la sociedad para que fuera su cena.

Cuando llegaron a su destino buscaron local más alejado y con el callejón más obscuro. La chica escaneó con la mirada a los presentes mientras caminaba junto a Lev, buscando prospectos para su caza. — ¿Qué tal ese? La escoria esa no pareció haber tratado bien a su chica… salió llorando y corriendo. — Sugirió la muchacha mordiéndose el labio. Solo debían de esperar el momento, si lograban llamar su atención y llevarlo hasta el callejón no tendrían grandes contratiempos. Ya ansiaba por probar su sangre.

Lev sabía que era algo que tarde o temprano iba a pasar. Era inevitable, los vampiros por esencia solían ser atractivos y muy atrayentes, sobre todo uno tan experimentado como él, imaginen uno que tenía 1000 años. Y bien, que sabía que entre los dos hubo un vínculo desde el principio y que habían aprendido a convivir estando demasiado cerca al estar encerrados. Esto no se daba todos los días y esos años de aquella enfermedad de porquería había servido para eso.

Sonrió seductor y mientras hacía lo suyo, podía notar que Kira hacía lo propio siendo muy feroz al respecto. Sin embargo, apenas salieron notó que la sed que tenía la había dejado sorda y olvido lo que le había dicho. En la actualidad, uno no podía cazar o beber sangre así como así, eran elegidos y tenías que analizar muy bien antes de saber quién merecía una mordida, la muerte o la conversión, bajo siempre a las ordenes de los clanes mayores que aceptaban o rechazaban. Unos humanos simplemente tenían que seguir como humanos, eran siempre estrictamente evaluados.

Y no quiso romperle el corazón, aunque la entendía demasiado bien porque con tan poco tiempo casi siendo una neofita, si se pillaba solo le hincaba el diente, pero no con un guía encima. Al ver eso el clan que mandaba enviaban a buscarlos de inmediato para que obtuvieran enseñanzas, porque claro siempre estarían los vampiros rebeldes que lamentablemente no vivían mucho si no eran lo suficiente escurridizos.

Miró la escena y negó con la cabeza. — Lamento tanto joderte la idea pero ese hombre vivirá por esta noche, pero... podemos evaluarlo para la próxima. — Exclamó al verla ligeramente tentada y porque no le había gustado como había tratado a la novia - sí es que lo era - y tomó su mano para llevarla a otro lugar para que no viera más y así se sintiera más atraída. — Nunca olvides... de verdad nunca olvides, pues no quiero que te aparten de mi que los humanos son escogidos varios días antes, que aquí no estamos solos y tenemos que adaptarnos a las normas luego de una circunstancia bastante caótica y porque desde miles de años siempre así ha sido así — Le explicó mirándola a los ojos y espero que la vampira se percatará de todo aquello y fuera asimilando lo que tenía que hacer.

— Aunque supongo que  el que te tengo preparado para ti te gustará mucho más, ha cometido bastante y ya lo tenía en mira de hace tiempo. —De hecho, Lev le relató la historia de lo que había cometido y como se dedicaba su vida a robar y no precisamente por necesidades, amaba ir a los bares y aprovecharse de eso donde sus víctimas no tenían ni el tiempo de gritar ni nada parecido.

—Solo espera — Se quedaron en un rincón apartado cerca de un bar de mala clase que no pretendía entrar que estaba más interesado de tenerla en casa y solo pasó un minuto cuando se escuchó un grito, y un sujeto salió de la puerta de este bar ante las quejas de los guardias y una chica alegando que había robado su cartera. — Solo dejemos que piense que todo esta bien, pero lo que le espera será mucho mejor —Señaló con malicia y al esperar, fue cuando le dio la señal cuando notó que tomaba el camino hacia el bosque, siempre hacía lo mismo y era una buena estrategia saber a quién iban a atacar. No necesitaba guiarla ni nada, se fueron rápido y lo alcanzaron, siendo muy sigilosos porque el no se dio cuenta de nada. — Ahora. — Y simplemente él se quedo observando, esperando que esa noche para ella fuera perfecta.

La habían pasado muy bien esa tarde, todo había salido mucho más placentero de lo que había esperado tomando en cuenta que originalmente su intensión al comienzo era solo saciar su sangre. Más había terminado con un dos por uno. Una tarde de pasión seguido de su sed de sangre saciada. Bueno, a esa parte aún no llegaban, pero ya casi.

Por supuesto que al ser neófita aún se desesperaba más fácil, ella intentaba ser lo más paciente posible, pero sin duda ya había llegado al punto en el que no podía esperar más. ¿Estaba mal? Posiblemente no, era su naturaleza vampira. Aun así, ellos en estos tiempos estaban siendo por mucho más cautelosos que antes. Porque claro, los tiempos cambiaban. Ya no había tanta privacidad como antes.

La chica soltó un bufido de decepción al notar que su ‘presa’ ideal no podría ser. Es que vaya que cuando los veía con esas actitudes le recordaba tanto las cosas que ella pasó que no podía evitarlo. Así que sí, era algo ya personal. Solo que ahora no le quedaba de otra que confiar en la palabra de Lev. — Bien, cuento con eso. Gente así no hace falta que estén en circulación en la sociedad. — murmuro de brazos cruzados.  

— Lo siento, es que ya sabes… lo vi y me hizo recordar, así que me gano más la rabia que la misma sed. — Reconoció la vampira. — Lo prometo, no quiero eso. Tampoco haré nada sin consultarte antes de todos modos. — o al menos eso intentaría, no ponerse, hacer cosas por su cuenta sin saber si luego estaría dentro o no de lo que podía o no hacer. Además, no deseaba que la alejaran de él. Era lo único que tenía. Para Kira, Lev ahora era su familia.

Kira lo miro con curiosidad. — ¿En serio? Bueno, me pones en tensión, ya quiero ver. — le respondió con interés. — Suena a que es un prospecto interesante. — Añadió la muchacha mientras caminaba de un lado para otro un tanto ansiosa por lograr su cometido. Quedo conforme con su historia, definitivamente era una presa que deseaba probar.

La vampira esperó en aquel lugar junto a Lev, esperando el momento oportuno. Asintió ante sus palabras. — No lo vendrá venir. Creerá que sé salió con la suya. — murmuro con una sonrisa. Era satisfactorio saber que en realidad no sería así. Una vez en aquel bosque ya no hubo vuelta atrás. El vampiro ni tenía que decirle que hacer, ella sabía perfectamente a lo que iba. Había sido tan placentero enterrarle los colmillos y oírlo implorar que había quedado satisfecha. Al menos por esa noche. — Me siento como nueva. — le dijo al castaño antes de limpiarse el pequeño hilo de sangre de la comisura de su boca. — Vamos, ya podemos volver a casa. — aseguro de lo más tranquila, ya podía realmente relajarse. Se sentía con las fuerzas completamente renovadas.

Todo había salido muy bien, aunque en un principio Kira no estaba muy conforme porque no era la víctima que ella quería luego se dio cuenta de los objetivos que tenía que lograr para convertirse en una gran vampiro y todavía tenía tiempo para aprender. Cuando ya bebió su sangre, él estaba ahí para detenerla para saber cuando él con sus habilidades podía modificar parte de sus recuerdos, siempre se podía decir que había sido algún animal o simplemente que se largara de aquel lugar, la herida en cualquier momento iba a desaparecer.

Pasaron algunas semanas y ellos dos estaban mejor que nunca. La noche anterior había sido su turno y estaba  con muchas más energías, pero en cuanto a los mandatos que siempre llegaban, como la evaluación que tenía que cumplir ahí le llegó aquel recado que en algunos meses Kira tendría que ser evaluada por el clan vampírico que los mandaba a todos para mantener esa armonía en el mundo, para ver si era merecedora de estar en este mundo. Ya había cumplido los años necesarios y vendría una de las mujeres de 300 años que se encargaban de todo esto para ver su rapidez, su estabilidad como criatura y si podía soportar la sed.

Aquella noticia había sido traída a través de un pergamino por un murciélago y no quedaba de otra que informar a la vampira, que en esos momentos ya la veía muy tranquila, aunque era probable que esa noticia la iba hacer sentir ansiosa. Kira estaba en una de sus actividades rutinarias cuando se acercó para llamarla.  — Ha llegado una carta hoy y se refiere a ti, Kira. Ven, siéntate. — Cuando ella lo hizo, le paso la carta y antes que comenzará a preguntar, él mismo comenzó hablar. — Se trata de una de tus primera evaluación y como todo ha vuelto casi a la normalidad ya es tiempo que se evalué tu capacidad como vampira. Por supuesto, que confío que todo saldrá bien porque hemos entrenado pero las pruebas pueden ser algo tediosas. Aún recuerdo la mía y estuve a punto de fallar, algunos lo consiguen, pero otros no... cuando ocurre tienen que ir a una academia especial por 100 años. ¿De acuerdo? — Sin duda, eso era lo que le costaría a la chica porque lo cierto es que estaba acostumbrada a estar con él.

Aunque al comienzo su vida como una vampira había sido difícil, acostumbrarse a consumir sangre de un momento a otro ni siquiera había sido el problema mayor. Más bien lo había sido la escasez en un momento dado de la misma. Además de que su cuerpo había cambiado por completo internamente, tenía más fuerza, más agilidad. No se agotaba, al menos no como cuando era humana y frágil. Pero había más cosas, ser vampira significaba también tener los ojos en ti por parte de otros vampiros. Solían ser bastante celosos con mantener sus costumbres, tradiciones y reglas. Había un orden, no se trataba de una civilización arcaica por más antigua que fuera. Por lo mismo había sido que a pesar de su deseo de haber dado una lección, aquel hombre no pudo, pues requería primero de pasar una evaluación y luego ya entonces cuando dieran el visto bueno podría hacerlo.

Kira se había encontrado satisfecha de haber consumido sangre fresca. La falta de la misma era lo único que se podía decir que podía ser una debilidad. Bueno, quizás había otras cosas, pero ella aún las desconocía. Tenía mucho que aprender. Lo bueno era que tenía a Lev, así que no podía pedir mejor guía. Ella igual le acompañaba cuando le tocaba alimentarse, así era más sencillo, pues ella podía estar atenta a los alrededores. Eran un buen equipo, de eso nadie podía tener duda. O al menos eso pensaba. Porque al parecer aun con toda su disposición de aprender y seguir las reglas querían pruebas.

Todo comenzó cuando la castaña estaba entretenida con sus quehaceres y escucho la voz de Lev. — Ya voy. — Le anuncio. Kira dejó a un lado lo que se encontraba haciendo para así prestarle atención e ir a sentarse a su lado. Su mirada era expectante. ¿Qué podría ser lo que contenía aquel mensaje que tuviera que ver con ella? Sintió un tanto de preocupación. ¿Y si fallaba? Por un momento había estado segura de que podía hacerlo. Pero si el mismo estuvo a punto de fallar. ¿Qué garantizaba que ella no fallará? Cien años… parecía mucho y al mismo tiempo poco. Ella aún no se acostumbraba a la inmortalidad vampírica porque en términos de edad, si sumaba los años que estuvo como humana, aún seguía estando en una edad normal para seguir viva como humana. Una humana, y joven. Así que para ella cien años era demasiado. Pues temía que perdieran contacto si eso pasaba. No sabía cuanto podría tolerarlo.

— Haré lo mejor de mí. —Dijo ahora decidida. Prefería pensar que no pasaría por eso. — Creo qué hemos practicado lo suficiente, y me has enseñado lo que debo saber. No me ha de ir mal. ¿Cuándo será? — aun así necesitaba sacarse una duda. — De todos modos. Necesito preguntarlo porque nada está escrito. ¿Si tuviera que entrar a la Academia, estaría aislada? ¿No habría forma de verte durante esos años? — en su mirada había genuina consternación, pero podía estar seguro de que si ese era el caso, entonces con más razón buscaría pasar la prueba.

Ya le había comentado tiempo atrás de las evaluaciones, pero la chica estaba tan sumergida en sus instintos que no estaba seguro que si lo iba a poder recordar. Pero apenas informó que la primera evaluación estaba vuelta de la esquina, fue un hecho que vio que ella estaba preocupada por todo esto. ¿Se sentiría lo suficientemente preparada? La analizó con la mirada y la dejo hablar al respecto, por mucho que se mostrara segura se mostraría luego llena de inquietudes, no tenía que hacerse la fuerza, la tolerancia era difícil y lo cierto es que no le quería decir que él había fallado en la primera prueba. Ya con la academia se sintió mucho más preparado, el problema es que habían formado un vínculo fuerte que costaría la separación si este era el caso.

—Yo solo quiero decirte que si fallas la primera evaluación no te hace mejor o peor vampira. De hecho, esos 100 años son suficientes para que formes parte de la comunidad. Muy pocos vampiros son sedentarios en un principio así que si sirve para que te vuelvas más fuerte. Al menos ya tienes el suficiente control para estar en el mundo. Muy pocos lo logran — Comentó el vampiro igual dejando ver que el había fallado por lo que había dicho. Si había tenido a alguien en los primeros años, luego lo volvió a encontrar hasta que este decidió tomar otro camino el que realmente quería. Así eran estas historias.

— Compartirás con otros jóvenes como tú... va por niveles que duran cierto tiempo hasta que te vuelves un vampiro completo. — Explicó aunque sabía también a donde iba Kira. — Y sí... tendríamos que separarnos...debe haber cambiado, pasó mucho tiempo desde que estuve así que supongo que han cambiado las normas, yo espero que pueda ir a verte. Es como un internado para los humanos si llegas a entenderlo mejor... pero no pueden salir hasta cumplir los años suficientes — Sería triste dejarla ir. Confiaba en sus habilidades porque lo cierto es que confiaba y creía que los vampiros que estuvieron encerrados por aquel virus habían formado una mejor tolerancia a la sangre como lo era en el caso de Kira.

— Lo lamento... omití la primera pregunta. Miss  Gilbert viene en 8 meses y te aseguro que será puntual— Respondió a su pregunta con suavidad sintiendo esa confusión extraña en su interior, porque la realidad es que la castaña era mucho más importante para él de lo que pensaba. Iba a ser muy difícil separarse si llegaba a ocurrir. — Nuestro entrenamiento tendrá ser el triple más feroz, pequeña — Señaló con suavidad mientras le daba un toque en el cabello. — Estás consciente que aunque toleras bastante bien la sed de sangre aún te falta. — Aseguró el vampiro.