Había pasado demasiado tiempo, estaba aburrido. Siempre se frecuentaba con los suyos solo que nunca había tenido ese flechazo en el amor. Convertía, terminaban desapareciendo, se enamoraban y preferían otros grupos. Fue así que Liv llegó al 2018.

Se encontraba en un sector de Colombia muy nublado y húmedo, ya que claro que convenía estar en ese tipo de climas demasiado sol podría ser perjudicial y hasta morir se exponía demasiado. Pudo hacerlo. ¿Para que vivir tanto si no había nada que lo mantuviera en la tierra? Y fue cuando la conoció: Era una morena preciosa de 20 años llamada Kira. Notó que a pesar de tener una sonrisa encantadora no era feliz. Soñaba con ser arquitecta, solo que tenía poco dinero para sus estudios por lo sus sueños fueron frustrados, en el trabajo era bastante subestimada. Comenzó acercarse, ocultando su verdadera naturaleza, queriendo enamorarla, no lo logró aunque si una pequeña atracción.

La verdad es que no necesito pensarlo y decidió convertirla una noche. Lo logró, el primer año no fue muy complicado a pesar de su sed de sangre, pero llegó el Covid y todo se empezó a derrumbar, no había mucha comida y la sangre estaba infectada, donde tuvieron que alimentar mayormente de animales.  Fue como transcurrieron cinco años y la personalidad de Kira seguía siendo dificil, sin embargo, ya era imposible separarse. Ambos al estar tan unidos ya se habían enamorado.

Todo aquello la había tomado por sorpresa. No tanto porque el vampiro lo hubiera pasado por alto. Más bien porque ella no lo había procesado bien cuando se lo dijo la primera vez, y también porque tampoco se esperaba que fuera tan pronto. Aunque hacía sentido por supuesto. Las primeras evaluaciones debían de ser al comienzo y ya luego el resto después de un periodo. De todos modos era algo que la erizaba, le daban nervios por más que se quisieran pintar como la segura para no preocuparlo. Lo que si no se podía dudar era el hecho de que estaba dispuesta a dar lo mejor de sí.

— Comprendo a lo que te refieres. El llegar al objetivo antes o después no determina tu valor. Mi mayor temor o perturbación, por decirlo de alguna forma, es el tiempo que estaría allí si fuera necesario. Sé que para un vampiro cien años no son nada, solo que yo aún no me acostumbro a la velocidad del tiempo. Siento que se me hace eterno. — Le confesaba la canasta.
Al menos aquel comentario le había quitado un poco la presión del resultado, pero aun así seguía aquella inquietud de si resistiría tanto tiempo encerrada. Seguro de aquí a un par de siglos miraría hacia atrás y se diría a sí misma exagerada.

— Esa parte no suena tan mal. Claro, buscaré pasar la prueba. Pero si no es posible no me sentiré decepcionada. — Preferiría ver esto como esa experiencia de superación que no la dejaron tener en su vida humana. Pero de todo, lo que no le gustaba de la idea era alejarse por tanto tiempo de Lev. Se puso pensativa cuando menciono los internados. Ella nunca llegó a estar en uno, apenas y había ido una escuela pública, pero sí lo había llegado a ver en películas. — ¿Cuándo te refieres a que no puedo salir lo dices a que no puedo abandonar el lugar? Espero que, aunque sea algunos días permitan salir, aunque no sea lejos, y recibir visitas. Es que vamos Lev, el encierro me pondría loca… además de verdad si espero que, aunque no sea constante me permitan verte. — y es que no se sentía justo que la separaran de un momento a otro de la única persona que ahora consideraba su familia.

Ocho meses, ocho meses y tendría la prueba de su vida. Esto era algo importante para ella. Lo miró expectante. — Pues eso tendrá que ser más que suficiente. — Dijo soltando un suspiro. Aunque sonrió ante el toque en su cabello. — Hagámoslo, estoy dispuesta a dar la milla extra. — Le aseguro. — Sí, posiblemente sea la parte más complicada. Aunque el tiempo de que estuvimos con escasez ayudó un poco. ¿Cuándo comenzamos? — Le preguntó dispuesta a comenzar con su entrenamiento lo antes posible.

Lev escuchó cada palabra que decía su vampira. Normal que sintiera miedos y temores al respecto a la evaluación que tenía que enfrentar, era la primera y por ende una de las más difíciles que tenían que enfrentar en sus primeros años, gracias a esa academia se formaban como vampiros porque era muy difícil - aunque no imposible - que un vampiro se criará afuera si tenías un buen guía que te enseñara todo el proceso. Y Kira tenía mucha ventaja porque ante todo si había podido reprimir a esa tentación de beber sangre y bastante bien. Pero... ¿Cómo resistirse si le daban a un humano que se ofrecía completamente para ser asesinado y que bebieran su sangre? Recordaba que fue por eso que no pudo superarla, todo se dio para que entrara a la academia. ¿Sería igual?

— Es que estás asumiendo tan solo unos años que eres una vampira, es como si siguieras con tu vida, pero en el fondo ya mientras pasa el tiempo y sabes que deberías volverte más anciana sigues igual y ahí recién el tiempo empieza a fluir ya como la criatura asesina que eres. No son los tiempos de antes pero... somos criaturas que necesitamos sangre en nuestro sistema no hay otra forma de alimentación — exclamó el vampiro que por mucho se podían resistir a través de métodos ahora cuando todo se daba fácil, solo seguías tus instintos, la verdad es que no tenían que ser descubiertos.

—  No tengo idea si han cambiado las reglas de la academia pero antes no se podía salir. Sé que las visitas estaban y sí siento que la generación de ahora puede resistir mucho más así que puede que no esté tan equivocado en mis suposiciones... ya veremos como lo solucionamos en el caso que falles — Acarició su cabello, pues estaba al tanto que la morena necesitaba contención y calmarse ante el desafío que venían en esos 8 meses después de la confirmación — No es tan malo porque no estás sola allí... solo no pasaríamos demasiado tiempo juntos, pero ya te dije que me las arreglaré —  Le prometió. Porque era verdad que había más de un 70% que fallara que ganara.  Muy pocos lo lograban y era precisamente por el vampiro que lo estaba guiando. ¿Lo estaba haciendo bien? Lev creía que sí pero recién ahora iba a comprobarlo.

—  En cuanto a la resistencia sí... por otro lado... no podíamos exponernos mucho por lo que los entrenamientos no fueron de un principio. Te tenía que mantener encerrada... no conoces tanto del mundo como ya deberías saber a tu edad... hay tantas ventajas como desventajas. —  Acarició su mano, prefería ser sincero y realista antes de darle ilusiones, iba a poder dárselas cuando viera que realmente era un caso único que podía estar sin la academia encima. ¿Querría control y superioridad?  Por un lado, fuera como fuera la academia era para que fuera más fuerte.

El proceso tomaría su tiempo, no sería tan sencillo como la ficción les hacía creer a los humanos. Por supuesto, los vampiros no dejaban de ser un simple mito, una leyenda que la gente veía como solo historias para aterrorizar a las personas de pueblos pequeños e ignorantes. Donde los veía como seres que tenían toda su vida resulta, obtenían lo que querían y no tenían nada de lo que preocuparse. Nadie los dominaba, hacían lo que querían. Pero no, estaba muy lejos de ser eso. La sociedad vampírica también tenía un orden, sus reglas. Tampoco era fácil controlar su sed. Si los vampiros realmente fueran como los humanos creían, bueno… probablemente ya no quedaría ningún humano para contarlo.

Con el tiempo es que solo podría comenzar, acostumbrase a su inmortalidad. Por ahora seguía siendo muy joven para entenderlo, pero era un proceso que podría serle de mucha ayuda a pesar de las cosas que no le agradó tanto de la idea de entrar a dicha academia de vampiros. Así que a veces era mejor ver la parte buena del asunto. — Vale, es que probablemente es por ello siento eso. Ya imagino, aun cuando pasan los siglos hay cosas que no cambian y hay que aprender a lidiar con ellas, adaptarlas a las reglas del presente. — y es que seguro no sería lo mismo beber la sangre de humanos siglos atrás, donde era más fácil ser discreto que ahora.

Mejor era no adelantarse a sacar conclusiones. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que Lev había pisado aquella academia, así que no era seguro como sería la dinámica. Por lo general el tiempo hacía que las cosas mejoraran, así que quizás eran un poco más flexibles. En especial por aquello de que las nuevas generaciones de vampiros habían aprendido a resistir un tanto más tal como él le indicaba. — Está bien, igual no me adelantaré a los acontecimientos. Pero te creo. — aseguro, sí, le decía que buscaría la forma, seguro lo hacía. —Eres de las pocas personas en mi vida que he podido llegar a confiar de verdad.  — confeso.

Fuera lo que fuera que le esperaba deseaba comenzar lo antes posible. No quería que llegara el momento y sentirse insegura, independientemente del resultado. Nunca había ido a la escuela a tomar un examen sin haber estudiado, así que esto, aunque no era lo mismo tampoco pensaba que fuera la excepción. Soltó un suspiro ante sus palabras y tomo la mano con la que la acariciaba. — A ver… quizás entonces lo mejor será comenzar por esa parte que es más desconocida para mí. ¿Eso quiere decir que podría tener la oportunidad de ver más de lo que hay afuera, sin tanta restricción? Ya sabes por qué la idea sería justamente esa que una misma logre controlar los impulsos. — después de todo estaba segura de que el castaño la detendría si veía que haría algo indebido.

Sabía que la noticia era para Kira como si se hubiese expuesto al sol.  No podía negar que para él también era una situación cansina, imaginaba que estaban llamando antes por la Pandemia por todo lo que tuvieron que contenerse. Y ahí, él no podía hacer nada que estar cerca de los territorios de la Academia y si todo salía bien,  formar parte de los vampiros de allí como muchos hacían cuando la conexión era demasiado grande. Así era el karma,  porque él siempre considero que esto era más que una tontería, que los sentimientos pudrían todo y ahora se daba cuenta que los vampiros también tenían su momento. Lev jamás pensó que sentiría una gran atracción por la morena,  no se dio cuenta incluso en la insistencia para poder convertirla. Los permisos  solían ser rápidos en ese entonces y pudo lograrlo.

Cuando mordió su cuello y bebió su sangre se percató que iba a ser muy difícil dejarla ir. Solo que tampoco pensó que esto se iba a volver mucho más arrasador y  a tal punto, que tenían que mantenerse refugiados y soportar la sed, dependiendo más bien del grupo de los vampiros que buscaban la forma para mantenerse vivos. La sangre estaba tóxica y enfermaban. No era posible y ahora que habían mejorado las cosas ya todo estaba volviendo a la normalidad, él sentía que los vampiros que vivieron esos años siendo muy jóvenes tenían mejores capacidades que los más viejos.

Dejo que se expresara y soltó un suave suspiro al momento que la morena se apresuraba a entrenar cuando ni valía la pena — Yo también te echaré de menos y tratare de mantenerme cerca. Generalmente la conexión se pierde cuando uno se aleja por tanto tiempo, pero no siempre es así— Le explicó — Y nosotros la tenemos, así que será complicado para los dos —  Añadió mientras jugaba con sus manos y luego entrelazaba los dedos en su cabello para quitar toda esa ansiedad que tenían ambos.

— Pero definitivamente es lo mejor para ti... siento que serás incluso más fuerte que yo con clases y el entrenamiento adecuado que te darán vampiros expertos en su asignatura. No todos pasan la última prueba porque realmente quieren entrar y simplemente fallan. Tuve un amigo que lo hizo así y bien yo también entre, la academia esta hace siglos — Comentó el vampiro tratando de convencerla porque era el único que podía —. Tengo la teoría que los vampiros que fueron convertidos y vivieron la Pandemia son mucho más fuertes y tolerantes, me pareció curioso que fueras llamada de un principio. Siento que no muchos no sobrevivieron al beber la sangre tóxica así que es la razón que están llamando — Había vivido mucho para saber como actuaba, cuando ella viniera por supuesto le hablaría de la conexión que tenía y que de alguna forma se tenía que mantener cerca para ver que solución la vampiresa mayor le entregaba.

— Es muy probable que te expongan a humanos y sabes que eso es tu debilidad, siempre tienes sed.  Sé que tienes el control pero la situación siempre hace que uno termine fallando. ¿Entiendes?  En realidad, ya hace tiempo que toman esto como un regalo — Murmuró el vampiro mientras la abrazaba. — Sabes que necesitamos el permiso...  así que hoy mismo escribiré para ensayar. Por mientras podemos irnos en correr para medir la velocidad y también ver un poco la transformación. ¿Qué te parece? — Cuestionó. Nada podían hacer pero al menos tenían 8 meses para seguir juntos y ahí decidiría que hacer. No quería pasar otros 100 años solo.

Aun la idea de tener que separarse no la lograba digerir bien. Sabía que tenía que hacerlo, que era por su bien y aunque no era cien por ciento seguro de que tendría que entrar en aquella academia, las posibilidades eran altas. Por lo que debía mentalizarse para el cambio. Ella estaba muy apegada al vampiro y no se trataba solamente del hecho que fuera él quien la convirtiera. También tenía que ver el hecho de que había una conexión entre ellos, incluso cuando aún era humana. Por eso le costaba dejarlo ir aunque no fuera del todo así. Pues tampoco es que no lo volvería a ver. Esto solo era temporal en lo que lograban hacer de ella una vampira bajo todos los estándares que tenía la sociedad vampírica.

— Yo espero que la que tenemos sea lo suficientemente fuerte para resistirlo. — Le respondió en un tono un tanto apenada. Todo esto la estresaba, ella intentaba ser positiva y no pensar en todo lo que no podría resultar más, sin embargo, era imposible ni tener en el fondo esa sensación de preocupación.

Lev buscaba la manera de lograr convencerla de que era lo mejor para ella. Estaba segura de que así era junto. Sin embargo, era inevitable tener esa sensación de no querer ir. Ella definitivamente preferiría pasar todos esos siglos junto a él. Pero si le tocaba hacerlo, si le tocaba ir, aunque le pesara, lo haría. Pues ella quería ser una vampira tan fuerte como él, hacerse su propio nombre. Así que tampoco desperdiciaría la oportunidad si le tocaba. — Bueno, sin duda yo no fallaría a propósito porque no es mi estilo. Me gusta siempre dar lo mejor de mí. — aseguró la muchacha. — Sin embargo, por todo lo que me has dicho y aun cuando me cueste si me toca ir a la Academia lo haré. Aprovecharé la oportunidad de crecimiento, si se me da la oportunidad. — aseguró la castaña.

La chica escuchaba la lo que les comentaba Respecto a los vampiros convertidos durante la Pandemia. Kira comenzaba a unir los hilos entre una cosa y otra, dándose cuenta de que en definitiva era posible que tuviera razón. — Es muy probable que tengas razón. Para todo se mejora con práctica y el haber tenido que estar más expuesta a la escasez de sangre hizo que no me quedara de otra que aguantar más que la mayoría en su etapa de neófita. — comento la muchacha. — Y eso quizás me hace especial. — bromeo un poco.

Kira sonrió y dejo que la abrazara. — Sí, a pesar de la resistencia que pueda tener, puede haber circunstancias tentadoras. Como, por ejemplo, que la persona esté sangrando. Quizás si le pasara por el lado seguiría mi camino como si nada, sin querer morderla. Pero si sangra, eso podría activar los impulsos. Entiendo. — comento la castaña que estaba consciente de sus debilidades. — ¡Perfecto! Enviemos ese permiso. — Respondió. — ¿Oh, quieres probar cuanta velocidad he ganado? Bueno, mira a ver si me logras alcázar esta vez. — molesto con una sonrisa picará. — Yo estoy lista, cuando quieras y donde quieras. — aseguro.

Estaba seguro que la morena no quería apartarse tal como le estaba ocurriendo a él. No habían pasado muchos años pero eran los suficientes para formar una linda conexión y relación, porque no se había podido contener y estaban en algo que ahora iba a ser más difícil separarse. Besó su frente y luego acarició su mejilla, una actitud que no estaba acostumbrado a entregar desde hace mucho tiempo. — Eres tan comprensiva, y es cierto por muy difícil que sea para los dos  es lo mejor para que seas una vampira impecable, ya no puedo decir que eres una neófita tienes muchas habilidades y aún con pocos años eres fuerte. Me imagino cuando entres ahí y empieces a aprender, serás sorprendente — La trató de animar porque así solían ser las reglas.  La tentación de beber sangre y más que era como una necesidad no se podía mantener controlada del todo a menos de las enseñanzas, los vampiros ya no vagaban libres por cualquier parte como en tiempos pasados y de por sí eran más controlados en la actualidad para seguir viviendo,  estaban los permisos y sí seguían por los siglos de los siglos aguantando esa inmortalidad. Era mejor siempre estar en compañía.

— Es muy probable que sí... pero de todos modos vamos a entrenar para que te consideren muy hábil para la academia. Sé que no vas a poder evitar tentarte porque es una especie de regalo y luego de pasar tanta hambre es necesario, ahora estas llena solo que faltan meses y créeme, calculan todo. Igual se pasa muy bien allí porque estás entre vampiros de tu edad y es como una escuela en realidad —Trataba de animarla para que no fuera toda triste y desconsolada, de alguna manera se las iba arreglar podía estar en el pueblo cercano donde le permitían ir y muchos vampiros se habían quedado o simplemente pedir un trabajo en el castillo como profesor o cualquier labor que fuera necesaria. No pensaba dejarla sola por mucho tiempo pero también tenía que aprender a que podían vivir separados por unos años.  Lev ya estaba acostumbrado a vivir solo.

Se mantuvo abrazada a ella porque aunque no lo sintiera era como tener una especie de calor entre ellos. Se sentía muy bien estar así con la chica que de por sí era hermosa y muy de piel. — Exactamente, y hace mucho ya que no somos considerados depredadores y unas bestias, así que hay mantener el control y no exponernos a la realidad de los humanos, más bien insertarnos en su vida como si no pasara nada, siendo casi como ellos sobre todo en la noche....— Exclamó el vampiro acariciando su cabello y se ánimo para empezar con la velocidad. —Me vas a ganar por tu edad, evidentemente. Lo que quiero después es medir tu fuerza pero tenemos que adentrarnos al bosque para aquello. A la cuenta de tres empieza la carrera. ¿Recuerdas el manantial, cierto? Es ahí donde tenemos que detenernos — Muy pronto contó hasta 3 y salieron disparados. Estaba muy atento a su celular y al cronometro para calcular la velocidad de Kira.

La conexión que había entre ellos era real y genuina. Era especial, así que la posibilidad de tener que separarse podía llegar a ser un tanto chocante al comienzo. Claro no estaba nada escrito en piedra de que así sería; sin embargo, la posibilidad estaba allí, era real. Así que tenía que estar muy consiente de ello e ir preparándose mentalmente por si ocurría.

Kira se había acostumbrado a la cercanía de Lev, esa era la parte que en realidad le preocupaba. Perder contacto con él. Afortunadamente, las palabras del vampiro la comenzaron a convencer de que todo estaría bien. No tenía nada de que preocuparse. Así que ella no sería quien de hacer problemas. Daría lo mejor de ella mientras pudiera y si tenía que entrar a la academia que así fuera. — Estoy segura de que sí, tienes razón. Es que igual me has enseñado bien. — Le aseguró con una sonrisa. — Puede que deje a todos allí con la boca abierta. — comento divertida. Claro que ella no era confiada. Sabía que para todo había que dar su mayor esfuerzo. Pero a veces era bueno creerse el cuento, aunque fuera un ratito. Kira buscaba lograr sacarle algo positivo a todo esto. Pues era inevitable que en el fondo la idea de separarse la entristeciera.

— Gracias, siempre consigues la forma de hacer que todo suene mejor. — aseguro la vampira mientras le miraba con una sonrisa que le decía: “pase lo que pase estaré bien, tranquilo.”

Fue lindo que la abrazara. Le gustaba esa sensación, así que permanecía abrazada a él mientras hablaban. — Sí, pasar desapercibidos ante ellos pero sin tener que escondernos. Ser uno más entre los humanos. Es que sigue habiendo gente buena e inocente que no merece padecer algún ataque por culpa de la falta de control. — comento mientras cerraba los ojos al sentir como acariciaba su cabello. No deseaba lastimar a inocentes por culpa de una negligencia de ella misma de no estar capacitada para controlar sus impulsos.

Cuando decidieron salir al bosque a probar su fuerza la sonrisa en el rostro de la castaña se ensanchó. Kira solo esperaba que le diera el visto bueno. — Cierto, no lo dudo. Atraparme si puedes. — molestó un poco retadándole mientras le daba un toque en la nariz antes de ponerse en posición de correr. — Me parece bien, hace tiempo que no me he puesto a medir cuanta fuerza tengo. Por supuesto que recuerdo bien ese manantial. Se ha vuelto uno de mis lugares favoritos. — aseguro la vampira quien al escuchar que le dio el visto bueno salió disparada corriendo. Sin mirar atrás con una sonrisa en el rostro y sintiendo como el viento acariciaba su rostro. Solo sabía que Lev estaba cerca de ella porque lo podía escuchar. No iba tan lejos, no dejaba de ser demasiado rápido y era posible que al final la terminara por atrapar. Kira frenó en la orilla del manantial haciendo que chapoteara el agua a su alrededor mirándo a ambos.