Estaba tan triste en aquel lugar, la joven no sabía hacia cuanto tiempo ya era que estaba atrapada en ese sitio oscuro y frío, pero no podía sentir algo más que soledad y a veces desesperación. No recordaba que había sucedido antes, ni durante ese encierro, solo podía recordar que le habían dejado sola allí y luego, aquella luz que había salido de su pecho, la carta Nada tomaba fuerte al estar tan vacía su portadora.

Y había salido a jugar. Primero, había sido en el parque de diversiones, se había divertido un rato causando que los juegos se movieran, pero se había aburrido pronto, es que nadie parecía querer jugar con ella y solían alejarse.

Era por ello que ese día se había aparecido en el jardín del Palacio de la reina, donde las más bonitas flores de todo Reino Unido. Tan lindas que a medida que ella caminaba a su lado, estas desaparecían, no podía ser cierto, muy pronto el jardín quedó desierto y unos pasos se escucharon por allí, de seguro los visitantes de esa mañana. La estela de luz desapareció para esconderse y no ser vista.

Mientras tanto el guía del lugar daba su ronda con los visitantes, mostrándoles las instalaciones de lo que era el salón principal donde se encontraban, las joyas de la corona, al menos hasta esa mañana, pues faltaba un collar muy valioso de perlas y este había ido a hablar con los guardias.

La pelirroja aún estaba muy confusa por lo que había pasado. Elliot realmente era encantador, no se había burlado de ella al ser muy cercana a la naturaleza y le llamaba mucho la atención que fuera fanático a los comics. Sinceramente por donde buscaba no encontraba que fuera un mal chico y además que era extraña esa sensación que tenía cuando estuvo con él.

Se fue arreglar y abrigar, mientras peino su cabello. Cuando salían si tenía que parecer una persona mucho más común y corriente, pero era inevitable que no usara un cinta de flor y el suéter con flores pequeñas blancas. Al salir, quedaron que irían al palacio de la corona primero, había mucho que descubrir en Londres así que ya imaginaba que estarían fuera por unas cuantas horas, por supuesto que ya le había avisado a su maestro y al que encontró de sus hermanos, pues claro que era raro que ella saliera.

No había hablado mucho pero se sentía entusiasmada y ahí hacían fila en el palacio mientras que el guía le hablaba al respecto de todo lo que tenía que ver con eso, ya había visitado el sitio en otra ocasión así que más le gustaba la expresiones que hacía el chico que el mismo lugar en sí.— ¿Y era como esperabas? —El asunto era que podía notar la presencia de una carta, suponía que era tan solo juguetona porque se sentía sola,  los guardias iban de un lado para otro preocupados— Parece que hay problemas — Comentó. Para ella era molesto, porque se suponía que iban a estar tranquilos, pero ahí que tomaba más consciencia que nunca estaría vivenciando un momento tranquilo, ya  estaban en una misión y sus mentores habían actuado rápido para juntar a las cartas con los captors  para ir solucionando poco a poco el problema, el asunto es que las cartas no eran malas pero tristemente corrían un gran peligro.

Elliot estaba encantado con salir a recorrer, aún más que fueran al palacio de la reina. Había visto algunos documentales al respecto y la familia real le parecía muy interesante, todo allí parecía brillar por su propia cuenta. El día era estupendo, la primavera resplandecía en Londres y se notaba realmente en ese mes de Mayo.

- Todo me parece increíble.. - le dijo a la pelirroja, mirando hacia arriba en las escaleras. Podrían subir a las habitaciones? Este la tenía tomada de su brazo como todo un caballero, tenía una sonrisa de hoyuelos hasta que escuchó que estaban con problemas y los guardias habían desaparecido.

- Es extraño verdad? - pregunto, mirando más detenidamente la seriedad del guía que les había pedido a los visitantes que se queden en la sala aquella. - Crees que.. - preguntó, buscando alguna irregularidad - Siento que lo es, una Carta.. - murmuró, Elliot estrechó su mano y subió las escaleras. - Ha desaparecido un collar.. - dijo en un susurro, pero debían buscarla sin que les vieran también los demás.

Elliot era todo un caballero. Ella se mantenía ahí afirmando su brazo con delicadeza mientras recorrían el castillo, solo le respondía cuando le hablaba porque lo veía muy contento y era lindo que se mostrara así. Sin embargo, ya empezaban los "problemas". Entre comillas, porque tenía el suficiente entrenamiento para saber que se trataba de una carta y de por sí, eran traviesas. No era que les gustara destruir ni nada, aunque si que era atrevida para ir a molestar la arquitectura de la familia real.

Así que había que alejarla de ahí. De todos modos, era muy peligroso que se mantuviera suelta y con esa libertad, lamentablemente las cartas corrían un gran peligro y había que ver una por una. Asintió. — Sí, solo estaba pensando que es algo traviesa para venir aquí. Sé que es lugar para descubrir y querer divertirse, pero le tienen un gran respeto al pertenecer a la realeza. Quizás que motivos tenía — Argumentó sabiendo que tenían que olvidar el paseo y hacerse cargo.

— Dios... — Señaló cuando le dijo que habían robado un collar. Ahora entendía porque todos los guardias iban de aquí para allá, seguramente buscando al responsable. Y sí que creía que podían pillarla si es que era la carta. — Ven....siento que anda por esos lados. ¿Te parece si la distraigo y tu luego la capturas? Esta llamando mucho la atención — Exclamó la chica que mientras en el paseo que se estaba a punto de suspender ellos lograban hacerse a un lado y esconderse en un rincón.

— No será fácil, no por la carta sino por la seguridad que hay aquí — Murmuró la carta flor mientras le indicaba una escalera. Era muy probable que estuviera allí. Tenían que detenerla y bueno, ya se vería si los perdonaba por interrumpir su juego.

Le parecía una lástima tener que prescindir de ese paseo tan tranquilo con Leilani, le gustaban los museos y ese era uno que quería visitar desde que había puesto un pie en Londres. Pero no estaba en Londres de visita sino para ello, por las Cartas Clow aunque era muy estudioso no era tan bueno cuando se trataba de poner en acción lo que le habían enseñado aunque intentara disimularlo con su amabilidad y tacto.

Ella lo guió hacia arriba y Elliot la tomó de la mano para que se agachase justo a tiempo en que dos guardias pasaban cerca y podían verlos.

- Tenemos que buscar esa carta, pero ten cuidado, he visto que no es como tu, esta fuera de su portador, lo que la hará difícil de atrapar e incorpórea. - No sabía como esta había escapado de quien la tenía en su interior y le parecía algo nuevo que Kero no les había contado.

Elliot sacó su llave, apretándola en su mano. - Pero.. pero.. y si no logro hacerlo? La última vez.. yo.. - el rubio frunció los labios mirando hacia abajo - Ni siquiera pude controlar el báculo.. - murmuró, sintiendo que podía volver a fallar y ella lo vería como un tonto que no podría ayudarla.

Era triste que su salida donde se estaban conociendo resultara todo un fracaso por las travesuras de la carta clow. Muy atrevida además porque debería estar consciente que era el palacio y los territorios de la reina, donde de por sí había un protocolo estricto, hasta los guardias reales eran tan serios y ni siquiera se movían.

Y ahora estaba todo escandalizado. ¿Qué iban a pensar?

Solo tocaba atraparla pronto.  Cuando este tomó su mano se sintió más segura aunque a la vez, sintió mucha vergüenza porque no solía actuar así con los chicos. Era ella quién podría guiarlo hasta la carta porque reconocía esos poderes. Trataba de mantener esa seguridad aunque creía que iban por un buen camino al subir las escaleras, eso sí... tenían que ocultarse todo el tiempo de los guardias que estaban buscando respuestas al igual que ellos.

Solo que la pelirroja y Elliot sabían lo que iban.

— Se nota que solo esta jugando y cuenta con una gran personalidad porque no es que vengan mucho aquí  o quizás esta triste que hacer algo nuevo es novedoso — Dijo negando con la cabeza. Al verlo inseguro - nunca pensó que sería así porque lo veía más encantador y optimista - se recordó a ella misma que todo le costaba pero se podía y sabía que iba a poder lograrlo. Tomó una de sus manos y lo miró — Fuiste elegido para esto, te has entrenado y sé que puedes, Elliot — Le dedicó una sonrisa cálida y soltó su mano con suavidad porque notaba que presionaba la llave que sellaría la carta.

De repente, la sintió. Presintió como una sensación de vacío y de nada.  Llegaron a un lugar vacío al dar vuelta a la esquina — Está cerca... sé que lo esta — Murmuró la chica que empezaba a concentrarse y buscar por todas partes. sentía una presencia femenina antes que nada. ¿Pero cual carta era?