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For your eyes only
| Original - Épocas pasadas Lillian creció en una posición privilegiada, al haber nacido en el hogar del dueño de una plantación de algodón en el sur de Estados Unidos. Sin embargo, aquello no implicaba que pudiera comportarse como una mujer libre, mucho menos tenía la posibilidad de disfrutar de sus privilegios. Josie nació en medio de una familia de esclavos, creció en la plantación y todo lo que conoce desde siempre son las labores que le han sido enseñadas allí. Lillian y ella han crecido juntas, y al ser tan cercanas en cuanto a edad, los Carver decidieron convertir a la pequeña esclava en la doncella de su hija. Todo lo que Josie sabe lo conoce por Lillian, quien le enseñó a leer, y en muchas ocasiones a comportarse como una señorita. Nadie esperaba al juntarlas que los sentimientos entre ellas aflorarían como lo hicieron, pero juntas se han encargado de soñar con una libertad que no les pertenece. Por eso, cuando anuncian el matrimonio de Lillian con un hombre supuestamente merecedor de ella, las chicas intentan encontrar una salida a su predicamento, dándose cuenta de que todos sus sueños y promesas de huir junta no eran más que eso: promesas. ¿Qué pueden hacer dos chicas que no tienen control real sobre sus vidas para poder saltarse cada una de las normas con tal de estar juntas? |
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3. If you are with me
any place can be my home
Lilian contempló a Josie jugueteando con el agua y no pudo evitar una sonrisa. Serían felices allí, se prometió, ella lo haría posible. Manley sería un marido adecuado, tendría que aprender a hacer funcionar el matrimonio, pero la mayoría del tiempo cada uno podría ir por su lado, él con sus negocios, ella con los suyos propios.
— Haré que planten más flores. —sugirió, de pronto.— Haré que planten algunas de tus favoritas y en primavera, cuando todo esté florecido, pintaré un cuadro. —deslizó la mano en el agua también, rozando la de Josie.— Este será nuestro pequeño paraíso. —podía imaginarse allí con Josie, disfrutando la una la otra alejadas completamente del resto del mundo
— Haré que planten más flores. —sugirió, de pronto.— Haré que planten algunas de tus favoritas y en primavera, cuando todo esté florecido, pintaré un cuadro. —deslizó la mano en el agua también, rozando la de Josie.— Este será nuestro pequeño paraíso. —podía imaginarse allí con Josie, disfrutando la una la otra alejadas completamente del resto del mundo
Lilian Carver — Plantación Manley — Con Josie
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4. I dread the day
when I can't call you mine
Josie deseaba que el tiempo se quedara inmóvil, poder congelarlo en alguna de esas tardes que pasaba tomada de la mano con Lillian en los jardines al norte de los terrenos del señor Manley. Su estilo de vida había cambiado, cosas diferentes se esperaban de las señoritas allí, pero dentro de lo que cabía al haber llegado en posición de acompañante de Lillian, se le trataba de forma diferente.
Cuando abrió los ojos esa mañana, lo único que quiso fue pasarse la manta por encima de la cabeza y volver a dormir. Saltarse aquel día sería lo mejor que podría pasarle... Pero, los golpes insistentes en su puerta fueron la alarma que indicaba que no podía huir de aquello.
Se vistió rápidamente, consciente de que tendría poco tiempo para arreglarse para el evento después, pero también a sabiendas de que ella no era lo más importante esa mañana. Necesitaba que Lillian estuviera bien, aunque fuese una misión casi imposible.
Entró en la habitación de la chica, algunas de sus ayudantes ya se encontraban ahí preparando el baño caliente que tomaría esa mañana para poder relajarse antes de sentarse delante del espejo para que deshicieran los nudos de su cabello y lo recogieran en un bonito tocado que resaltara cada uno de sus rasgos.
Josie siempre la había encontrado preciosa, pero en ese instante tuvo que morderse la lengua mientras preparaba el vestido de novia en el que tendrían que ataviarla en cuestión de minutos.
—¿Qué tal has descansado?— preguntó, mientras perfumaba el agua en el que se sumergiría en cuanto la dejaran.
Cuando abrió los ojos esa mañana, lo único que quiso fue pasarse la manta por encima de la cabeza y volver a dormir. Saltarse aquel día sería lo mejor que podría pasarle... Pero, los golpes insistentes en su puerta fueron la alarma que indicaba que no podía huir de aquello.
Se vistió rápidamente, consciente de que tendría poco tiempo para arreglarse para el evento después, pero también a sabiendas de que ella no era lo más importante esa mañana. Necesitaba que Lillian estuviera bien, aunque fuese una misión casi imposible.
Entró en la habitación de la chica, algunas de sus ayudantes ya se encontraban ahí preparando el baño caliente que tomaría esa mañana para poder relajarse antes de sentarse delante del espejo para que deshicieran los nudos de su cabello y lo recogieran en un bonito tocado que resaltara cada uno de sus rasgos.
Josie siempre la había encontrado preciosa, pero en ese instante tuvo que morderse la lengua mientras preparaba el vestido de novia en el que tendrían que ataviarla en cuestión de minutos.
—¿Qué tal has descansado?— preguntó, mientras perfumaba el agua en el que se sumergiría en cuanto la dejaran.
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4. I dread the day
when I can't call you mine
El temido día había llegado. Se había intentado mostrar calmada y fuerte ante Josie, para que no se preocupase, pero aquella mañana le estaba resultando francamente imposible. Su humor sólo mejoró cuando Josie llegó. Mientras las otras criadas se las veían y deseaban para conseguir sacarla de la cama y ponerla en marcha, Josie lo consiguió con su sola presencia.
— No muy bien, la verdad. —respondió con naturalidad ante la pregunta de Josie mientras las criadas le quitaban el camisón y la ayudaban a meterse en la bañera humeante. Notó la mirada de suspicacia de la más mayor, así que intentó arreglarlo.— Imagino que como todas las novias en la noche antes de su boda, los nervios, ya se sabe. —se encogió de hombros, fingiendo que le restaba importancia. Pero la ansiedad seguía allí, carcomiendo de dentro a fuera sin piedad.
— Dejadme sola con mi doncella, por favor, me ayudará a relajarme. —las mujeres cumplieron su pedido, aunque con cierta reticencia. Probablemente pensarían que su amo las castigaría si la novia no estaba lista a tiempo. En otro momento tal vez habría intentado decir algo para tranquilizarme, pero aquel día suficiente tenía encima.
— Una parte de mí pensaba que este día no llegaría nunca. —confesó, una vez ya aposentada en la bañera.— Me lo tomaré como una fiesta más, solo que en esta tendré que llevar un vestido más pomposo de lo normal. —quería fingir que era un día normal y, en un día normal eso era lo que Josie y ella harían, bromas malas.
— No muy bien, la verdad. —respondió con naturalidad ante la pregunta de Josie mientras las criadas le quitaban el camisón y la ayudaban a meterse en la bañera humeante. Notó la mirada de suspicacia de la más mayor, así que intentó arreglarlo.— Imagino que como todas las novias en la noche antes de su boda, los nervios, ya se sabe. —se encogió de hombros, fingiendo que le restaba importancia. Pero la ansiedad seguía allí, carcomiendo de dentro a fuera sin piedad.
— Dejadme sola con mi doncella, por favor, me ayudará a relajarme. —las mujeres cumplieron su pedido, aunque con cierta reticencia. Probablemente pensarían que su amo las castigaría si la novia no estaba lista a tiempo. En otro momento tal vez habría intentado decir algo para tranquilizarme, pero aquel día suficiente tenía encima.
— Una parte de mí pensaba que este día no llegaría nunca. —confesó, una vez ya aposentada en la bañera.— Me lo tomaré como una fiesta más, solo que en esta tendré que llevar un vestido más pomposo de lo normal. —quería fingir que era un día normal y, en un día normal eso era lo que Josie y ella harían, bromas malas.
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4. I dread the day
when I can't call you mine
Una parte de ella apreció la honestidad de Lilian, como si agradeciera saber que se encontraba tan incómoda con la situación como ella. Josie no podía evitar sentirse egoísta, a fin de cuentas, no era ella quien sería expuesta ante sociedad como un trofeo... Solo debía estar a su lado, con la cabeza apuntando al suelo y en silencio, esperando a que pasara el mal trago. Sin embargo, la parte más emocional, esa que palpitaba en su pecho, le recordaba que tenía derecho a sentirse mal... Aunque la historia para ellas ya estuviera escrita.
—Es normal que estés nerviosa, todas las novias lo están— repitió, intentando mantener una sonrisa tranquila y educada mientras le tendía su mano para que pudiera meterse en la bañera.
El servicio siguió sus órdenes, y Josie pudo sentarse a su lado y entrelazar sus dedos sin ninguna mirada encima. No tenían mucho tiempo, no les permitirían aquello, pero aquellos minutos siempre eran valiosos para ellas.
—Solo un poco, pero te queda bien— afirmó, había estado presente en cada una de las pruebas, y tal vez si la situación fuese otra Josie se habría permitido celebrarlo —. Estaré contigo cada minuto, siempre que mires hacia arriba estaré ahí— agregó, intentando darle algo de ánimo mientras su pulgar recorría el dorso de su mano.
—Es normal que estés nerviosa, todas las novias lo están— repitió, intentando mantener una sonrisa tranquila y educada mientras le tendía su mano para que pudiera meterse en la bañera.
El servicio siguió sus órdenes, y Josie pudo sentarse a su lado y entrelazar sus dedos sin ninguna mirada encima. No tenían mucho tiempo, no les permitirían aquello, pero aquellos minutos siempre eran valiosos para ellas.
—Solo un poco, pero te queda bien— afirmó, había estado presente en cada una de las pruebas, y tal vez si la situación fuese otra Josie se habría permitido celebrarlo —. Estaré contigo cada minuto, siempre que mires hacia arriba estaré ahí— agregó, intentando darle algo de ánimo mientras su pulgar recorría el dorso de su mano.
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4. I dread the day
when I can't call you mine
Dejó ir un suspiro de regocijo ante las suaves caricias de Josie. Le encantaba que Josie la tocase, pero tenían pocas oportunidades de hacerlo. Generalmente lo hacían en pequeños toques, roces que podían pasar por accidentales excepto para el ojo más avizor. Era solo en ratos como aquel, pequeños momentos perdidos en el tiempo, en que podían tocarse libremente y sin censura. Pero duraban tan poco que al separase era más duro porque el deseo anhelante de seguir latía con fuerza en sus venas.
— Lo sé. —respondió, susurrante, a la vez que apoyaba la cabeza contra el borde de la bañera.— Pero no estarás donde yo querría que estuvieras. —continuó, su voz un susurro angustiado.— Deberías estar en el altar conmigo. —aquella era una idea indecorosa, dos mujeres casándose, pero a Lilian no le importaba el decoro. Ella amaba a Josie y en un amor tan puro como el suyo, ¿qué podía estar mal?
— ¿Me darás un beso al menos? Un recuerdo reciente con el que poder mantener la sonrisa. —pidió con el cariño brillando en sus ojos.— O tal vez puedas darme dos, con dos creo que podré aguantar la sonrisa y soportar a mi madre. —conforme la boda se acercaba su madre había estado más encima suyo con los preparativos, decepcionada porque no la ilusionara la idea de su propia boda. De hecho, al final, había sido prácticamente solo su madre quien lo había preparado todo. No es que importara, aquella boda no era algo que a Lilian le importara, era un mero contrato para salvar la plantación de su padre y a los trabajadores, nada más, nada menos.
— Lo sé. —respondió, susurrante, a la vez que apoyaba la cabeza contra el borde de la bañera.— Pero no estarás donde yo querría que estuvieras. —continuó, su voz un susurro angustiado.— Deberías estar en el altar conmigo. —aquella era una idea indecorosa, dos mujeres casándose, pero a Lilian no le importaba el decoro. Ella amaba a Josie y en un amor tan puro como el suyo, ¿qué podía estar mal?
— ¿Me darás un beso al menos? Un recuerdo reciente con el que poder mantener la sonrisa. —pidió con el cariño brillando en sus ojos.— O tal vez puedas darme dos, con dos creo que podré aguantar la sonrisa y soportar a mi madre. —conforme la boda se acercaba su madre había estado más encima suyo con los preparativos, decepcionada porque no la ilusionara la idea de su propia boda. De hecho, al final, había sido prácticamente solo su madre quien lo había preparado todo. No es que importara, aquella boda no era algo que a Lilian le importara, era un mero contrato para salvar la plantación de su padre y a los trabajadores, nada más, nada menos.
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4. I dread the day
when I can't call you mine
Josie aun no terminaba de decidir si aquellas palabras dolían más de lo que la hacían sentir adorada, pero el tiempo le enseñó que la respuesta tampoco importaba. Las atenciones de Lilian la hacían feliz, aunque a veces el anhelo se sintiera como si le arrancaran el corazón mismo del pecho.
—Tal vez en otra vida— susurró, con esa esperanza de que tal vez, en algún futuro remoto, podría existir una posibilidad para ellas. Sin embargo, nunca habían desconocido su realidad. Se enamoraron en un mundo en el que no podían estar juntas, casi bajo ningún concepto, a menos que quisieran ser apedreadas o apartadas por completo de la sociedad.
Sus palabras le arrancaron una sonrisa, sabía que no tenían demasiado tiempo y que en cuestión de minutos entrarían decenas de personas en aquella habitación para preparar a Lilian hasta que se convirtiera en la novia perfecta. Ellos no veían lo que Josie veía, y es que estaba perfecta incluso sumergida en la bañera, sin maquillar y sin cada rincón de su cuerpo exfoliado y cubierto por aceites caros que esconderían su esencia.
Se inclinó, dejando un primer beso sobre sus labios, como si estuviera allí solo por el placer de obedecerla. Sus labios sabían a tranquilidad, Josie solo se imaginaba que así debía ser como se sentía llegar a casa.
—Para que sonrías— dijo, antes de inclinarse para darle un segundo —. Para que aguantes a tu madre— agregó, y como un regalo dejó un tercero que se alargó por un instante más del que debería —. Y uno más... Porque sí— dijo, separándose y dejando escapar un suspiro, sin llegar a perder la sonrisa.
Tal como predijo en su cabeza, tocaron la puerta a los pocos segundos, y Josie se puso a una distancia prudencial mientras las damas que debían prepararla entraban nuevamente en la habitación, excusándose. El tiempo apremiaba, así que Josie se mantuvo al margen mientras les permitía trabajar hasta que el vestido estuvo acomodado sobre la novia, su cabello perfectamente peinado y sus mejillas sonrosadas.
—Tal vez en otra vida— susurró, con esa esperanza de que tal vez, en algún futuro remoto, podría existir una posibilidad para ellas. Sin embargo, nunca habían desconocido su realidad. Se enamoraron en un mundo en el que no podían estar juntas, casi bajo ningún concepto, a menos que quisieran ser apedreadas o apartadas por completo de la sociedad.
Sus palabras le arrancaron una sonrisa, sabía que no tenían demasiado tiempo y que en cuestión de minutos entrarían decenas de personas en aquella habitación para preparar a Lilian hasta que se convirtiera en la novia perfecta. Ellos no veían lo que Josie veía, y es que estaba perfecta incluso sumergida en la bañera, sin maquillar y sin cada rincón de su cuerpo exfoliado y cubierto por aceites caros que esconderían su esencia.
Se inclinó, dejando un primer beso sobre sus labios, como si estuviera allí solo por el placer de obedecerla. Sus labios sabían a tranquilidad, Josie solo se imaginaba que así debía ser como se sentía llegar a casa.
—Para que sonrías— dijo, antes de inclinarse para darle un segundo —. Para que aguantes a tu madre— agregó, y como un regalo dejó un tercero que se alargó por un instante más del que debería —. Y uno más... Porque sí— dijo, separándose y dejando escapar un suspiro, sin llegar a perder la sonrisa.
Tal como predijo en su cabeza, tocaron la puerta a los pocos segundos, y Josie se puso a una distancia prudencial mientras las damas que debían prepararla entraban nuevamente en la habitación, excusándose. El tiempo apremiaba, así que Josie se mantuvo al margen mientras les permitía trabajar hasta que el vestido estuvo acomodado sobre la novia, su cabello perfectamente peinado y sus mejillas sonrosadas.
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4. I dread the day
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Los labios de Josie se sintieron como plumas de ángel sobre los propios. Lilian sintió que su corazón se derretía un poco más por la chica a cada nuevo beso. ¡Qué injusto era el mundo que las había unido pero no les permitía estar juntas!
— Mientras estés conmigo podré soportar cualquier cosa.—susurró justo antes de que la primera de las criadas abriese la puerta. Las siguientes horas pasaron en un borrón de tules, sedas, maquillaje y horquillas. Cuando por fin se miró al espejo, supuestamente preparada, su madre todavía arreglándole el velo, Lilian frunció el ceño ante lo que vio. La mujer que le devolvía la mirada no era ella, nunca lo sería, pero era quien debía aparentar ser.
— Estás perfecta, querida. —aseguró su madre y Lilian solo asintió, no sintiéndolo en absoluto.— Es la hora. —y así la boda dio comienzo, su madre abrió camino fuera de la habitación y Lilian la siguió. Al pasar junto a Josie le dirigió una última sonrisa y rozó su mano antes de salir.
Su padre la esperaba para llevarla al altar. La boda se celebraría en una capilla cercana a la que llegaron en poco menos de diez minutos. Su marido esperaba ya en el altar, serio y estoico. Lilian contuvo la respiración mientras avanzaba por el pasillo. En algún momento su padre la entrego y Jonah Manley pasó a hacerse cargo de ella. El sacerdote leyó, ella asintió cuando tocaba, Jonah hizo lo propio y para cuando se quiso dar cuenta era una mujer casada.
Hasta aquel momento todo se había antojado muy lejano, no fue hasta que el señor Manley levantó su velo y le dio un rápido beso en los labios que Lilian se dio cuenta de que se había casado… y se encontró aterrada.
— Mientras estés conmigo podré soportar cualquier cosa.—susurró justo antes de que la primera de las criadas abriese la puerta. Las siguientes horas pasaron en un borrón de tules, sedas, maquillaje y horquillas. Cuando por fin se miró al espejo, supuestamente preparada, su madre todavía arreglándole el velo, Lilian frunció el ceño ante lo que vio. La mujer que le devolvía la mirada no era ella, nunca lo sería, pero era quien debía aparentar ser.
— Estás perfecta, querida. —aseguró su madre y Lilian solo asintió, no sintiéndolo en absoluto.— Es la hora. —y así la boda dio comienzo, su madre abrió camino fuera de la habitación y Lilian la siguió. Al pasar junto a Josie le dirigió una última sonrisa y rozó su mano antes de salir.
Su padre la esperaba para llevarla al altar. La boda se celebraría en una capilla cercana a la que llegaron en poco menos de diez minutos. Su marido esperaba ya en el altar, serio y estoico. Lilian contuvo la respiración mientras avanzaba por el pasillo. En algún momento su padre la entrego y Jonah Manley pasó a hacerse cargo de ella. El sacerdote leyó, ella asintió cuando tocaba, Jonah hizo lo propio y para cuando se quiso dar cuenta era una mujer casada.
Hasta aquel momento todo se había antojado muy lejano, no fue hasta que el señor Manley levantó su velo y le dio un rápido beso en los labios que Lilian se dio cuenta de que se había casado… y se encontró aterrada.
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4. I dread the day
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Se quedó con esas palabras, intentando pensar que le brindaban algún tipo de consuelo en lugar de llevarla a pensar en lo injusta que era la vida, que no les permitía simplemente ser. Josie era consciente de que sus diferencias partían de lo mas básico: ella no era más que una esclava, y aunque se encontraba en la posición privilegiada de haberse convertido en la doncella de una señorita, no dejaba de ser lo que era; sin embargo, la lista no acababa ahí... Incluso aunque su estatus fuera diferente, era una mujer. El mundo no vería su relación como algo bueno nunca.
La observó en silencio mientras la preparaban, trayendo cosas aquí y allí cuando se lo pedían. Sin embargo, fue su madre la que se acomodó detrás de ella cuando estuvo lista. Lilian parecía otra persona, pero detrás de la perfección que tanto habían ajustado, no dejaba de ser ella.
La boda fue pequeña en comparación a otras, pero agradable. La capilla era bonita, Josie no podía negar eso. Se mezcló entre el servicio, puesto que no tenía permitido pasar demasiado tiempo alrededor de Lilian mientras recibía felicitaciones de personas que ni siquiera conocía, pero que le besaban las mejillas como si lo hubieran hecho toda su vida.
No podía evitar notar la incomodidad de la chica, hasta que esta pudo excusarse para ir al servicio. Necesitaría ayuda con aquel pomposo vestido, así que Josie la siguió en silencio para tener un minuto de intimidad.
—Si no respiras un poco, vas a desmayarte— dijo, entrelazando sus dedos con los de ella en cuanto no hubo miradas que pudieran juzgarlas.
La observó en silencio mientras la preparaban, trayendo cosas aquí y allí cuando se lo pedían. Sin embargo, fue su madre la que se acomodó detrás de ella cuando estuvo lista. Lilian parecía otra persona, pero detrás de la perfección que tanto habían ajustado, no dejaba de ser ella.
La boda fue pequeña en comparación a otras, pero agradable. La capilla era bonita, Josie no podía negar eso. Se mezcló entre el servicio, puesto que no tenía permitido pasar demasiado tiempo alrededor de Lilian mientras recibía felicitaciones de personas que ni siquiera conocía, pero que le besaban las mejillas como si lo hubieran hecho toda su vida.
No podía evitar notar la incomodidad de la chica, hasta que esta pudo excusarse para ir al servicio. Necesitaría ayuda con aquel pomposo vestido, así que Josie la siguió en silencio para tener un minuto de intimidad.
—Si no respiras un poco, vas a desmayarte— dijo, entrelazando sus dedos con los de ella en cuanto no hubo miradas que pudieran juzgarlas.
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4. I dread the day
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La procesión de desconocidos saludándola todo sonrisas y buenos deseos la mareó. Reconocía algunos rostros de la iglesia, probablemente la mayoría serían vecinos que nunca le habían generado la bastante curiosidad como para fijarse en ellos o, siquiera, recordar su rostro. En cuanto pudo, se excusó.
Habían vuelto ya a la plantación Manley, por lo que fue fácil deslizarse entre los pasillos hasta el excusado. Josie la alcanzó nada más poner un pie en la estancia y cuando la puerta se cerró tras ellas Lilian dio la bienvenida a su tacto como algo largamente deseado y privado.
— No es una tarea fácil, entre todas esas personas agobiándome y este estúpido vestido. —refunfuñó mientras tomaba asiento.
— Estoy segura de que no conozco ni a la mitad de esas personas, algunas no creo que hayan asistido ni a la ceremonia. —probablemente era cosa de su madre. Lilian había insistido en que quería una boda pequeña y su madre había cumplido a regañadientes en la iglesia, pero parecía haber invitado a medio país a la celebración.
— Estoy harta de este día, solo deseo que se acabe todo.— miró con tristeza a Josie y empezó a acariciar el dorso de su mano con el pulgar.— ¿Sabes lo que más odio? Que tengas que estar lejos. —no había un argumento para que Josie se mantuviera a su lado durante toda la fiesta.
— Mañana al menos ya habrá acabado todo y podremos volver a nuestra vida normal. —había más ilusión que convicción en sus palabras, pero era todo lo que tenía.
Habían vuelto ya a la plantación Manley, por lo que fue fácil deslizarse entre los pasillos hasta el excusado. Josie la alcanzó nada más poner un pie en la estancia y cuando la puerta se cerró tras ellas Lilian dio la bienvenida a su tacto como algo largamente deseado y privado.
— No es una tarea fácil, entre todas esas personas agobiándome y este estúpido vestido. —refunfuñó mientras tomaba asiento.
— Estoy segura de que no conozco ni a la mitad de esas personas, algunas no creo que hayan asistido ni a la ceremonia. —probablemente era cosa de su madre. Lilian había insistido en que quería una boda pequeña y su madre había cumplido a regañadientes en la iglesia, pero parecía haber invitado a medio país a la celebración.
— Estoy harta de este día, solo deseo que se acabe todo.— miró con tristeza a Josie y empezó a acariciar el dorso de su mano con el pulgar.— ¿Sabes lo que más odio? Que tengas que estar lejos. —no había un argumento para que Josie se mantuviera a su lado durante toda la fiesta.
— Mañana al menos ya habrá acabado todo y podremos volver a nuestra vida normal. —había más ilusión que convicción en sus palabras, pero era todo lo que tenía.
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Josie preferiría, sin dudarlo, que la situación fuera otra y jamás tener que enfrentarse a la idea de perder a Lilian ante las inevitables garras del matrimonio. Ambas tenían claro que no podían esconderse para siempre en el desván, pero la realidad la estaba golpeando como cientos de ladrillos.
—Es posible que no, pero todos están muy interesados en las novedades— comentó, porque incluso a ella la estaba irritando la cantidad de individuos que se encontraban repartidos por la plantación. Nadie se preocupaba en verdad por la boda o el matrimonio, simplemente esperaban comentarla al día siguiente.
No quería contarle todo lo que había pensado, que tal vez la noche sería mas difícil que enfrentarse a todo lo demás, aunque suponía que las miradas la intimidaban lo suficiente. Fue un impulso, pero se acercó para rodearla con sus brazos como mejor podía teniendo en cuenta el vestido que la mantenía casi rígida en su sitio.
—Solo tienes que aguantar unas horas más, luego todo seguirá como antes. Volveremos a dar paseos por el jardín a las mañanas, y no tendremos que preocuparnos por nada de esto— afirmó, intentando mantener viva esa chispa —. Te echarán de menos si nos quedamos mucho aquí, pero tómate tu tiempo para respirar— pidió, dejando un beso en la mejilla contraria y acunando su rostro en una de sus manos. Desearía poder cambiarlo todo.
—Es posible que no, pero todos están muy interesados en las novedades— comentó, porque incluso a ella la estaba irritando la cantidad de individuos que se encontraban repartidos por la plantación. Nadie se preocupaba en verdad por la boda o el matrimonio, simplemente esperaban comentarla al día siguiente.
No quería contarle todo lo que había pensado, que tal vez la noche sería mas difícil que enfrentarse a todo lo demás, aunque suponía que las miradas la intimidaban lo suficiente. Fue un impulso, pero se acercó para rodearla con sus brazos como mejor podía teniendo en cuenta el vestido que la mantenía casi rígida en su sitio.
—Solo tienes que aguantar unas horas más, luego todo seguirá como antes. Volveremos a dar paseos por el jardín a las mañanas, y no tendremos que preocuparnos por nada de esto— afirmó, intentando mantener viva esa chispa —. Te echarán de menos si nos quedamos mucho aquí, pero tómate tu tiempo para respirar— pidió, dejando un beso en la mejilla contraria y acunando su rostro en una de sus manos. Desearía poder cambiarlo todo.
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Recibió el abrazo de buena gana, correspondiendo al mismo tanto como le permitió su vestido. Sabía que Josie tenía razón, debía volver a la fiesta con los invitados, pero pese a saberlo se permitió el lujo de ignorarlo y disfrutar un poco más de su tiempo a solas con Josie. Al día siguiente todo volvería a ser cómo debía ser, pero aquellas horas que faltaban por pasar se antojaban demasiado largas.
— ¿Hs visto a mi madre? —llenó el silencio, a la par que cerraba los ojos y disfrutaba de la suave caricia de Josie.— No cabe en sí de alegría, casi parece que la que se está casando es ella. —su madre no tenía ningún problema en hacerse el centro de atención y Lilian tampoco tenía ningún problema con ello. Mientras más atención acaparase su madre, menos atención le darían a ella.
— Al menos hay alguien que es feliz con esta boda. —masculló. Su padre había acudido con actitud estoica y su nuevo marido había parecido más aburrido que emocionado, más o menos como ella misma. La boda parecía estar hecha para su madre y Lilian pensó que, de algún modo, probablemente así era.
— No debe quedar mucho para la cena, después todos los invitados se marcharán. —si se lo decía a Josie o a sí misma no quedó del todo claro.
— ¿Hs visto a mi madre? —llenó el silencio, a la par que cerraba los ojos y disfrutaba de la suave caricia de Josie.— No cabe en sí de alegría, casi parece que la que se está casando es ella. —su madre no tenía ningún problema en hacerse el centro de atención y Lilian tampoco tenía ningún problema con ello. Mientras más atención acaparase su madre, menos atención le darían a ella.
— Al menos hay alguien que es feliz con esta boda. —masculló. Su padre había acudido con actitud estoica y su nuevo marido había parecido más aburrido que emocionado, más o menos como ella misma. La boda parecía estar hecha para su madre y Lilian pensó que, de algún modo, probablemente así era.
— No debe quedar mucho para la cena, después todos los invitados se marcharán. —si se lo decía a Josie o a sí misma no quedó del todo claro.
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—La he visto, si— respondió, y aunque le habría gustado hacer un mejor trabajo en ocultar su irritación, fue incapaz de hacerlo. Sabía bien que Lillian se sentía atrapada, ahogada, y que el único motivo por el que estaba buscando algo de soledad era porque nadie la estaba dejando respirar. En especial su madre, exhibiéndola delante de todos como si fuera un trofeo que estaba entregando a alguien.
Había mucho más allí, nadie sabía exactamente cuál era la expectativa del señor Manley esa noche. ¿Dejaría a Lillian en paz? ¿Buscaría que cumpliera ese deber imaginario que Josie tenía tan claro? No estaba del todo convencida de cuál sería su propósito, teniendo en cuenta que a él tampoco se le estaba dando bien fingir interés en medio de todo el evento.
—Si, aunque la cena seguramente se alargará por un rato más, a la gente le gusta charlar... ¿Quieres que te excuse después?— preguntó, intentando adivinar a dónde estaban llevándola sus pensamientos.
Había mucho más allí, nadie sabía exactamente cuál era la expectativa del señor Manley esa noche. ¿Dejaría a Lillian en paz? ¿Buscaría que cumpliera ese deber imaginario que Josie tenía tan claro? No estaba del todo convencida de cuál sería su propósito, teniendo en cuenta que a él tampoco se le estaba dando bien fingir interés en medio de todo el evento.
—Si, aunque la cena seguramente se alargará por un rato más, a la gente le gusta charlar... ¿Quieres que te excuse después?— preguntó, intentando adivinar a dónde estaban llevándola sus pensamientos.
Josie — Plantación Manley — Con Lillian
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4. I dread the day
when I can't call you mine
Ante la observación de Josie no pudo evitar torcer ligeramente el gesto. Sabía que no era descabellado que los invitados prolongasen la visita quedándose a charlar, por muy poco que les apeteciera a sus anfitriones, y no habría manera de librarse de ello, su madre no lo permitiría.
Dejó ir un suspiro al pensarlo, simplemente deseando que aquel interminable día terminase de una vez por todas. Una novia no tendría que sentirse así el día de su boda, supuso, pero una buena chica no sentiría ni la mitad de las cosas que Lilian sentía.
— No, no creo que sea buena idea. Llamaría la atención y, además, no quiero escuchar más a mi madre, no le gustaría. — Era su madre, al final, y aquel sería el último día que pasaría “juntas”. La ería, por supuesto, pero ya no sería como antes, no sería una constante en su día a día. Quería que cuando su madre marchase de la casa Manley si fuera con una sonrisa pensando que había conseguido lo que durante tantos años se había propuesto.
— Sólo tengo que aguantarlo hoy, mañana todo habrá acabado. —había incertidumbre en su voz pues, por mucho que intentase ser positiva, lo cierto era que no tenía ni idea de cómo sería el mañana. Sólo podía esperar lo mejor.— Será mejor que vuelva, ¿verdad? —acarició la mano de Josie rebelándose a terminar aquel momento robado solas, pero sabiendo que no quedaba otro remedio.
Dejó ir un suspiro al pensarlo, simplemente deseando que aquel interminable día terminase de una vez por todas. Una novia no tendría que sentirse así el día de su boda, supuso, pero una buena chica no sentiría ni la mitad de las cosas que Lilian sentía.
— No, no creo que sea buena idea. Llamaría la atención y, además, no quiero escuchar más a mi madre, no le gustaría. — Era su madre, al final, y aquel sería el último día que pasaría “juntas”. La ería, por supuesto, pero ya no sería como antes, no sería una constante en su día a día. Quería que cuando su madre marchase de la casa Manley si fuera con una sonrisa pensando que había conseguido lo que durante tantos años se había propuesto.
— Sólo tengo que aguantarlo hoy, mañana todo habrá acabado. —había incertidumbre en su voz pues, por mucho que intentase ser positiva, lo cierto era que no tenía ni idea de cómo sería el mañana. Sólo podía esperar lo mejor.— Será mejor que vuelva, ¿verdad? —acarició la mano de Josie rebelándose a terminar aquel momento robado solas, pero sabiendo que no quedaba otro remedio.
Lilian Carver — Plantación Manley — El día de la boda
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4. I dread the day
when I can't call you mine
Había muy pocas cosas que Lillian pudiera hacer sin que su madre se molestara con ella. De hecho, estaba convencida de que aquel era el día en el que más feliz la había visto y ni siquiera se trataba de que estuviera feliz por su hija, sino por lo que aquello representaba.
—Si, tienes razón. Cualquiera diría que entendería por qué estás cansada, pero...— Era su madre, no iba a entender nada. Tampoco le gustaría que fuera Josie quien diera el mensaje, lo tomaría aún peor, era lo que ocurría siempre por más que hubiera sido su sombra desde que eran niñas.
No iba a decirle que, de hecho, acababa de empezar. No sería ella quien lanzara esa verdad a su cara de manera tan dolorosa, así que en su lugar asintió.
—Es mejor que vuelvas, salgo yo primero— dijo, dejando un beso en su mejilla y alisándose la falda para salir de aquella pequeña habitación. No había nadie a la vista, así que tocó la puerta para que pudiera salir.
Unas pocas horas, y entonces... Bueno, no sabía si el señor Manley querría consumar su matrimonio esa misma noche, Josie esperaba que no fuera el caso.
—Si, tienes razón. Cualquiera diría que entendería por qué estás cansada, pero...— Era su madre, no iba a entender nada. Tampoco le gustaría que fuera Josie quien diera el mensaje, lo tomaría aún peor, era lo que ocurría siempre por más que hubiera sido su sombra desde que eran niñas.
No iba a decirle que, de hecho, acababa de empezar. No sería ella quien lanzara esa verdad a su cara de manera tan dolorosa, así que en su lugar asintió.
—Es mejor que vuelvas, salgo yo primero— dijo, dejando un beso en su mejilla y alisándose la falda para salir de aquella pequeña habitación. No había nadie a la vista, así que tocó la puerta para que pudiera salir.
Unas pocas horas, y entonces... Bueno, no sabía si el señor Manley querría consumar su matrimonio esa misma noche, Josie esperaba que no fuera el caso.
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4. I dread the day
when I can't call you mine
Con una última sonrisa despidió a Josie y con ella se fue también el poco de alegría que había sido capaz de sentir aquel día. Esperó el tiempo prudente, recordándose respirar, antes de salir forzó una sonrisa, tomo una honda inspiración y volvió a la fiesta.
Las horas pasaron con agonizante lentitud en una constante de falsedad. Lilian se recordaría sonriendo y aceptando felicitaciones de personas que ni siquiera recordaba haber conocido antes. También recordaría a su marido, estoico y serio al otro lado del salón, nadie habría dicho que era el novio. Pero los hombres, supuso, tenían incluso aquel privilegio.
Con el paso del tiempo los invitados se fueron despidiendo. Sus padres fueron de los últimos en marchar. Su madre tenía lágrimas en los ojos, su padre una mirada triste. Los despidió con un abrazo y un beso en la mejilla junto a la promesa de una visita cercana y así, por fin, se quedó a solas junto a su marido. Lilian se dio cuenta entonces de que la pequeña chispa de miedo que había sentido todo el día, de repente era una hoguera de puro terror.
Era cerca de la media noche cuando Lilian volvió a sus habitaciones. Tenía los ojos rojos y el pelo enredado. En su cuello marcas rojas de dedos. Las manos, que intentaban aferrar el camisón, le temblaban, caminaba con las piernas muy juntas, dificultando su paso. Cuando vio a Josie, aceleró con una mueca de dolor y se abrazó a ellas como si de un salvavidas se tratase.
Las horas pasaron con agonizante lentitud en una constante de falsedad. Lilian se recordaría sonriendo y aceptando felicitaciones de personas que ni siquiera recordaba haber conocido antes. También recordaría a su marido, estoico y serio al otro lado del salón, nadie habría dicho que era el novio. Pero los hombres, supuso, tenían incluso aquel privilegio.
Con el paso del tiempo los invitados se fueron despidiendo. Sus padres fueron de los últimos en marchar. Su madre tenía lágrimas en los ojos, su padre una mirada triste. Los despidió con un abrazo y un beso en la mejilla junto a la promesa de una visita cercana y así, por fin, se quedó a solas junto a su marido. Lilian se dio cuenta entonces de que la pequeña chispa de miedo que había sentido todo el día, de repente era una hoguera de puro terror.
***
Era cerca de la media noche cuando Lilian volvió a sus habitaciones. Tenía los ojos rojos y el pelo enredado. En su cuello marcas rojas de dedos. Las manos, que intentaban aferrar el camisón, le temblaban, caminaba con las piernas muy juntas, dificultando su paso. Cuando vio a Josie, aceleró con una mueca de dolor y se abrazó a ellas como si de un salvavidas se tratase.
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4. I dread the day
when I can't call you mine
Debería haberse retirado a su propia habitación en el momento en el que la fiesta se dio por terminada, y aun así sabía que cualquier intento de descanso sería completamente en vano. Así que se preparó para lo peor, dejó que los nervios la consumieran ahora que estaba sola en la habitación de Lillian y nadie podía observarla mientras se caía a pedazos. Lloró por sí misma, por lo que sacrificaba por no poder salir al mundo como una persona más; lloró por Lillian, por lo que ella misma estaba sacrificando para mantenerla a su lado; lloró por la libertad que ninguna de las dos tenía... Lloró hasta que se quedó sin lágrimas, tumbada en la cama de la mujer que más quería en el mundo.
Aun así no se quedó dormida. Cerca de la media noche se lavó la cara y preparó un balde con agua caliente para que se fuera enfriando con el paso del tiempo. No supo cuanto tiempo esperó hasta que escuchó la puerta y la imagen de Lillian le rompió el corazón.
—Ven aquí— pidió, y la atrajo hacia sus brazos. Quería limpiarla, quitarle cualquier rastro o marca de la piel, pero tal vez lo primero que necesitaba era eso... Una caricia delicada de parte de alguien que se preocupara por ella, no solo que quisiera sacar algo de mantener una relación —. ¿Te duele?— preguntó, intentando saber si le había hecho daño.
Aun así no se quedó dormida. Cerca de la media noche se lavó la cara y preparó un balde con agua caliente para que se fuera enfriando con el paso del tiempo. No supo cuanto tiempo esperó hasta que escuchó la puerta y la imagen de Lillian le rompió el corazón.
—Ven aquí— pidió, y la atrajo hacia sus brazos. Quería limpiarla, quitarle cualquier rastro o marca de la piel, pero tal vez lo primero que necesitaba era eso... Una caricia delicada de parte de alguien que se preocupara por ella, no solo que quisiera sacar algo de mantener una relación —. ¿Te duele?— preguntó, intentando saber si le había hecho daño.
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