Stark se encontraba corriendo unos cuantos trabajos de los chicos de segundo, podía ver que se habían esforzado, algunos más que otros, pero que en general todos parecían haber puesto el interés necesario en hacer el trabajo correctamente. Era más fácil terminar cuando no tenías que poner notas innecesarias, de esa forma tampoco hacía falta poner otro trabajo extra. Puede que la falta de ganas que habían tenido con anterioridad hubiese desaparecido por el material de refuerzo que había mandado. Sabía que muchos tomaban astronomía como un pase fácil, pero estaba claro que con él nadie podía pasearse por ahí como si fuese una asignatura sencilla.

Los toques en su puerto hicieron que alzase la mirada, dejando la pluma a un lado al poner la nota en el último trabajo que debía corregir. Levantándose del lugar su túnica cayó como un manto a sus lados, acercándose a la puerta para abrirla y encontrando unos ojos conocidos. No dudaba que los encuentros con el mayor de los Blythe habían sido numerosos por el estado de su amigo, también habían llegado noticias a sus oídos que parecía haber estado preguntando a los alumnos sobre el día de Halloween de manera individual, pero Stark lo dejó pasar como conversaciones entre compañeros.

—¿Puedo ayudarle señorito Blythe?— Preguntó, dejándolo pasar a su despacho y cerrando la puerta tras de él. — Creo recordar que el señorito Kirsch ha regresado ya. — En un principio no deberían tener más temas que tratar en ese momento.

—Sí, gracias por la ayuda e información que nos ha estado dando. — Respondió el joven, educado como siempre, haciendo que el profesor lo evaluase una vez más. Mirase donde mirase no podía ver al padre que tan bien conocía de sus años escolares. — Vengo a reportar otro tema, no es que piense que se deban tomar medidas de un momento para otro, pero al menos que haya constancia de lo que ocurre. — El jefe de casa asintió suavemente, ofreciendo al joven asiento.

La conversación fue más bien breve, dejó que el joven se explicará sobre el comportamiento de otro alumno, como había hablado a un menor siendo una persona responsable.

—Si fuese otro el caso, seguramente no estaría aquí explicando esto, pero como prefectos deben tener en cuenta a los de cursos inferiores y en situaciones ser los que se aseguran que todos están en buenas condiciones. — Enseñarles los caminos hasta las salas comunes, asegurarse de que se cumplían las normas, escoltarlos hasta sus respectivas salas si los profesores así lo indicaban. Que alguien con más poder que un alumno promedio estuviese usando ese poder para salirse con la suya no le parecía en nada correcto.

Stark observó al joven, asintiendo suavemente.

—Hablaré con la jefa de Slytherin para que proceda de la forma correspondiente. — No creía que fuese la primera vez que escuchaba ese tipo de argumentos en contra del alumno. Los perdones tenían ciertos límites y sin duda Karina siempre trataba con demasiada suavidad a aquellos que consideraba legítimos para su club de té.

Dejó que el joven se marchará, volviendo a sus papeles y escribiendo una nota para la señora en cuestión, esperando que pudiese reunirse con él en un par de horas para tratar el tema en su despacho.

18/11 + Despacho Stark

Dos calderos chapoteaban en el medio del despacho, el olor inundaba la estancia y Karina repasaba unos cuantos trabajos apoyada en su escritorio. La aparente calma con la que se desarrollaba el curso era ese tipo del que precedía a la tormenta, lo sabía, no le hacía falta ser adivina para darse cuenta que estaba a punto de explotar algo que fuera de los muros del colegio llevaba ya tiempo cociéndose. Era cuestión de tiempo, lo sabía, y aún así no sabía hasta qué punto podía interceder por el bien de sus alumnos. Rogers siempre había sido una mujer ordenada, le gustaba que su mundo se viera muy poco perturbado por la presencia de otros que no fueran puros y allí, dando clase, había aprendido a llevar mejor sus ideales y no ser tan extremista como podían ser muchos de sus alumnos.

La nota que apareció en su mesa le hizo alzar una ceja totalmente sorprendida. ¿Qué querría el profesor Stark de ella? Siempre que Karina intentaba acercarse a él el hombre la despachaba con rapidez o se quedaba modo maceta aguantando el chaparrón que le tocara escuchar de la rubia. A veces se preguntaba si el ex auror sería capaz de poner la mente completamente en blanco y mantener una conversación neutra sin hacer caso. Seguro que sí.

Desdobló la nota y frunció el ceño, miró el reloj para ver cuánto de tiempo tenía y comenzó a terminar los preparativos para las pociones que aún chapoteaban en medio del habitáculo. No tardó demasiado en colocarse la capa negra con la serpiente verde presidiendo su espalda y caminó hasta el lugar acordado.

Dos golpes secos en la puerta y esperó a que le diera permiso para entrar, una vez dentro cerró con un movimiento de su mano.

— Stark, ¿ha pasado algo...? — más.

18/11 + Despacho Stark

El hombre recogió los papeles que tenía sobre la mesa, dejándolos a buen recaudo para que su mesa quedase limpia para la reunión. Los trabajos que acababa de corregirse se habían organizado a un lado para que no se olvidase de recogerlos para su próxima clase. Lo que quedó de su tiempo tan solo se dedicó a adelantarse en uno de los libros que había tomado de la biblioteca, parecía algo absorto y en su cabeza había preparado el discurso que le iba a dar a Karina, aunque en el fondo sentía que no funcionaría, la rubia tendía a salirse del tema más de lo que le gustaría.

—Adelante. — Respondió cuando escuchó los golpes en su puerta, viendo los cabellos rubios de la profesora asomar por la puerta. Sus ojos azules se clavaron en la figura, haciendo un gesto mientras se levantaba para pedirle que se sentase para que pudiesen hablar con la mayor tranquilidad posible. —Tengo un tema importante que tratar. — Más que importante debía comunicarlo, dado que por mucho que él quisiera no era el jefe de Slytherin y no podría tomar parte en la decisión que tomase Karina.

Esperó a que la mujer tomase asiento, cerrando el libro y dejándolo a un lado para que pudiesen hablar sobre el tema importante del día, esperaba poder tener esa conversación sin mayores discusiones.

—He recibido ciertas quejas sobre uno de tus prefectos Karina. — Stark no era de las personas que fuese dando vueltas sobre un tema, si tenía que decir algo iba siempre de frente y en ese momento no sería algo diferente. — Por lo que me han informado el señorito Ulysses Crichlow ha abusado de sus poderes de prefecto, nuevamente. — Estaba casi seguro de que ya había hablado con anterioridad con algún otro profesor del asunto. — Al parecer un alumno de cursos inferiores chocó contra él y pidió que le lamiese el zapato como castigo para aprender a comportarse. — Tan solo los sangre pura parecían actuar como los dueños del lugar. — Creo que no es necesario que le diga que para alguien con responsabilidad este tipo de actitudes no es adecuada. — Stark negó con la cabeza. — Sin embargo, no soy quien para meterme con los jóvenes de su casa o para asegurarme de lo que hacen, esa es su labor. — No había asegurado que la información fuese correcta, puede que fuese la parte negativa, pero confiaba en el chico que le había hablado.

18/11 + Despacho Stark

La rubia observó al jefe de Ravenclaw con los ojos bien clavados en los ajenos, que empezara con aquella frase le hacía sentir un nudo en el estómago que, egoístamente, se fue disolviendo conforme iba contando lo sucedido. Por un momento había pensado que habían descubierto aquel club que Cepheus y sus chicos habían creado a partir del suyo donde lo que menos hacían eran tomar el té y hablar del futuro académico. Era consciente de que si en algún punto de aquella historia descubrían que ella sabía algo tendría que explicar demasiadas cosas, daba gracias a que el veritaserum estaba prohibido, así como el legeremens.

Carraspeó incorporándose del asiento levemente para poder sentarse un poco más cercana a la mesa, colocó una mano en ella y paseó los ojos por el despacho en busca de las palabras correctas para aquella ocasión. Sabía que no podía dejarlo pasar, que Stark no lo dejaría pasar y que tenía que actuar.

— Está bien, como ha dicho es mi responsabilidad amedrentar al señor Crichlow — frunció levemente el morro antes de levantarse del todo y separarse del asiento — si me disculpa, he de hablar con él — el tono que Karina empleaba con Stark era muy diferente cuando se trataba de cosas serias a cuando se lo encontraba en las tres escobas, había situaciones que no permitían que la rubia filtreara con el otro y esa era una de ellas.

Salió del despacho cerrando con tranquilidad aparente y descendió por los pasillos del castillo hasta llegar a la sala común de Slytherin, allí pudo encontrar al señor Crichlow — Ulysses, a mi despacho en diez minutos — y, antes de ir, sabía perfectamente a quién debía llamar para ocupar el puesto que el rubio iba a dejar. La nota se la entregó a un alumno de primero el cual fue el encargado de encontrar al señor Blythe.


En su despacho seguían los dos calderos en el centro, humeantes debido a que el fuego no había sido apagado del todo, las brasas aún calentaban las pócimas y Karina solo tuvo que echar una ojeada para ver que estaban perfectas. Con dos golpes de varitas dispuso dos asientos frente a su escritorio y esperó a que los dos alumnos entraran por la puerta que ya estaba abierta.

18/11 + Despacho Stark

Por alguna razón; presintió que algo no iba a ir bien.

Para empezar había despertado tarde, con una jaqueca del tres al quince. No quedaban bollitos en la extensa mesa y encima, casi le vomitó uno de los pequeños por hincharse al puto zumo de calabaza. Tampoco había gruñido por no irrumpir en la clase de pociones junto a Donovan y menos aún cuando el profesor de Historia catalogo su trabajo con un simple Suficiente.

Pero lo que colmó el vaso fue que cuando al fin remediaba el tambor que insertaron en su cabeza; la jefa de su casa lo miró con esa mirada 'qué coño has hecho, subnormal' y junto a su tono, aguantó un suspiro de resignación. Se arregló la túnica y fue directamente hacia su despacho porque ya no quería verle el careto a nadie. Antes de atreverse a asomar un pie; toqueteó con los nudillos aguardando que le diera el permiso.

 

18/11 + Ulysses + Con Karina & Mark

Estaba regresando a su sala común cuando un alumno le detuvo con una nota de su jefa de casa. Mark miró a su alrededor, como si aquello fuera a darle una pista de por qué la mujer le necesitaba en su despacho. A pesar de no querer ir, caminó directamente hacia la oficina de la rubia, para ver cómo podía ayudarle... O cómo la había cagado.

Tocó la puerta y esperó a que le dejaran entrar, y al hacerlo, se dio cuenta de que Ulyseses también estaba ahí. Intercambió una mirada entre los dos, y saludó: —Buenas tardes. — Saludó, y se sentó en la silla frente al escritorio de la mujer. —¿Ha pasado algo? — Estaba intentando pensar en todos los errores que había cometido en su vida, pero, estaba seguro de que ninguno era tan público como para que su jefa de casa se enterara.
 

18/11 + Ulysses + Con Karina & Mark

— Pasad, sentaos — dijo una vez vio cómo los dos chicos asomaban la cabeza por el marco de la puerta. Karina siempre había sido juzgada por ser demasiado indulgente con sus alumnos, sobre todo con sus protegidos y era consciente de que si no hacía lo que debía hacer en ese caso todos los demás profesores se le echarían encima y si había una cosa que odiara más que no ser el centro de atención era ser el centro de atención pero no en positivo, un foco de fuego ardiente que no podía apagar con su sonrisa, ese foco no lo quería cerca y sabía que debía tomar cartas en el asunto.

Cuando ambos estuvieron sentados la mujer se dejó caer en su silla pasando la mirada de uno a otro escogiendo mentalmente las palabras. Aspiró con fuerza y fue soltando el aire con poca prisa, intentando atrasar todo lo posible el momento de la noticia, mas el tiempo volaba y ver el nerviosismo de los chiquillos le hacía ponerse nerviosa a ella.

— Crichlow, se me ha informado de tu mala conducta aprovechando el título de prefecto — comenzó — ese título que yo puse sobre ti, has roto mi confianza y no te mereces seguir teniendo tanta responsabilidad, no voy a ponerte más castigo que ese y espero que aprendas la lección sin tener que llegar a castigos mucho más severos — sus ojos azules se clavaron en el rubio escudriñando sus facciones, veía potencial en él pero también veía la locura de alguien que solo quiere pasárselo bien y esa cualidad no pegaba con el puesto de prefecto.

Ahí entraba Mark.

— Blythe, enhorabuena, a partir de hoy serás prefecto de Slytherin, confío en no tener que tener una charla parecida más adelante porque a ti también se te ha subido a la cabeza — el cabello rubio perfectamente peinado de la mujer se meneó levemente cuando ladeó la cabeza posando los ojos directamente en el tercero en discordia.

— ¿Algo que queráis decir? — preguntó.

18/11 + Despacho Stark

Compuso una mueca de mal presentimiento. No, aquello no le gustaba ni un puto pelo ¿para qué coño le llamaban con Blythe? Se cruzó de brazos, dando una mirada distraída al despacho de la jefa de su casa antes de lanzar ideas al tuntún. Pero si la auténtica razón venía por alguna queja del mocoso, entonces sus nudillos no guardarían inconveniente en arrearle tal somanta que se quedara mellado de por vida. Chasqueó la lengua mientras tomaba asiento con aire presuntuoso.

Quedó mirando ya en un plano serio a la maestra. Pasaba la mirada ante ellos como una mandrágora cambiaba de macetero en una fiesta de borrachos. Tintineo con sus uñas en el cuero de la silla, ya perdiendo la poca paciencia que le restaba aunque estuviera presente delante de una adulta de su categoría.

“¿Qué? No lo creo, maestra, ha debido de ser un—“ pero abruptamente cortó la charla. Sus manos se cerraron en dos puños y pese a que evitó dar un golpe contra la mesa, se leía claramente la frustración en su semblante “Jamás me aproveché de mi título" fue lo último que siseó, siendo la noticia de que Mark pasaría a ser el nuevo portador del emblema como una broma de mal gusto. Mordió el interior de sus mejillas y obró una sonrisa mal escopetada.

“En absoluto, profesora”
 

18/11 + Ulysses + Con Karina & Mark

La información entró en la cabeza de Mark y se estaba sintiendo bastante tonto porque no comprendía del todo lo que le estaban contando. Su jefa de casa empezó hablando directamente con Ulysses, y él se quedó en silencio, mirando las paredes de su despacho, bastante incómodo porque sentía que estaba presenciando una conversación de la que no debería ser testigo. Sin embargo, estaba lo suficientemente atento como para notar la mirada de la rubia sobre él, y de manera educada, asintió con la cabeza ante sus palabras.

—Gracias por confiar en mi para esto. — Dijo, bastante seguro de sí mismo. No tenía ni idea de lo que estaba pasando por la cabeza de Ulysses en ese momento, solo podía imaginarse que si el rubio ya le tenía tirria por motivos que Mark todavía no comprendía, no estaba ganando puntos para hacerse su amigo ahora que la medalla de prefecto la llevaría él por los pasillos.

—No, yo… No tengo preguntas. — Suponía que hablaría con la prefecta de su curso para preguntarle por los horarios de las rutas que solían hacer, pero, por todo lo demás, no consideraba necesario estar ahí un segundo más… Se sentía demasiado incómodo estando cerca de Ulysses en ese momento, y no le parecía el lugar para preguntarle qué había hecho para que le retiraran la placa.
 

18/11 + Ulysses + Con Karina & Mark