Dos mujeres, Violet y Thea, coinciden en la habitación de un hospital donde van a dar a luz. Las dos son solteras y quedaron embarazadas accidentalmente. Violet, no se arrepiente de nada, aunque su novio no está muy convencido de ello le causa mucha ilusión, y en las horas previas al parto está pletórica; la otra, Thea,  por el contrario aquello la tiene traumatizada, no sabe si logrará darle un buen futuro a su hijo con el empleo de camarera en esa nueva ciudad luego de que le echaran de casa por el embarazo.  Las pocas palabras que cruzan en esas horas crearán un vínculo especial entre ambas, un nexo que se complica en el futuro.

No importaba lo mucho que quisiera bajarse de aquella nube en la que se encontraba, no podía hacerlo teniendo conciencia de que en pocas horas conocería a su bebé. Había esperado nueve interminables meses en ese momento y poco le importaba que Jack siquiera supiera si iba a ser partícipe de todo aquello, no lo necesitaba, contaba con el apoyo de sus padres y en la empresa ya le habían dicho que la ayudarían en todo lo que necesitara desde el primer momento. Tenía suerte, estaba feliz y no necesitaba a su mejor-es-nada en eso si no quería ser participe.

Estaba tan inquieta que termino mirando con atención a la muchacha que estaba a su lado, estimaba que tendría su misma edad, aunque parecía un poco más asustada que ella, quizás porque había estado varios meses preparándose en las clases pre-parto como para poder hacer aquello de la mejor manera posible. – Inhala y exhala con lentitud, te tranquilizara un poco. – Aconsejo, aunque no sabía si estaba bien que se tomara ese tipo de atrevimientos siendo que no la conocía. – Lo siento, soy Violet. – Se presentó, sin saber bien como le caería ese comentario, quizás estaba nerviosa y no quería que le hablara. – ¿Primeriza también? – no podía callarse, algo normal en ella.

Había llegado el día y Thea estaba aterrada, todo había comenzado esa mañana mientras tomaba un té en el desayuno que había sentido la primera contracción.

Llegando al apartamento el dolor había comenzado a ser insoportable y con un pequeño bolso había tomado un automóvil para llegar a la maternidad. Su vientre era grande y se le dificultaba manejarse a veces por lo que al llegar la habían dejado en una silla de ruedas diciéndole que aún no había dilatado lo suficiente.

Pero.. la dejaban con otra chica en igualdad de condiciones. - Maldición maldición. - murmuraba asustada.

La otra chica se le acercó y ella fijo su mirada en esta. - Pareces muy preparada.. - le dijo, frunciendo el ceño porque era imposible estar preparada para un momento así.

Gimió de dolor y comenzó a respirar como ella le decía. - Soy Thea... - se presentó luego de soltar el aire.

Sonrió por sus palabras, pero respire hondo, acariciándose el vientre porque aquella contracción le había quitado el aire por unos momentos. Al parecer su bebe estaba lista para salir, estaba adelantándose un poco más de una semana, pero según el médico eso no importaba mucho estaba a término. – No estoy preparada realmente, pero las clases pre-parto me ayudaron bastante a saber qué hacer en un momento así. – Sonrió un poco nerviosa, porque esperaba que el parto realmente fuera como se lo habían pintado, viendo a aquella chica sufrir así estaba comenzando a ponerse nerviosa también.

Se acariciaba el vientre, lo que menos debía hacer era ponerse nerviosa porque sabía que iba a comenzar a dolerle aún más, pero las contracciones cada vez más seguidas y también lo que aquella chica sufría no estaba ayudándola a mantener la tranquilidad. – Respira lento y quédate tranquila que se supone que para el momento del parto nos dan algún calmante, no sufriremos todo el tiempo. – O por lo menos algo así le habían dicho, esperaba que fuera verdad porque las contracciones cada vez dolían más.

Intentaba hacer lo que le decía la chica pero a decir verdad no lo estaba disfrutando. Ni siquiera sabía que haría luego de tener a su hijo.

- Te ves radiante para estar en medio del horrible momento del parto.. - se levantó de la silla, quizás caminando comenzaría a pasar. Aunque ella no tenía la culpa que ella no estuviera muy segura de lo que estaba haciendo.

Su bebé seguramente sería futbolista, por como pateaba su vientre. Creía que no iba a aguantar demasiado más. Grito con fuerza esperando que alguna enfermera se apiadara de ella.

De nuevo rio, porque no le parecía tan horrible. – Supongo que estoy demasiado emocionada por conocer a mi princesa que no lo veo como algo horrible, solo algo un poco doloroso, pero significa que dentro de poco estará conmigo así que no me molesta. – Aunque su voz estaba teñida ligeramente por los nervios, tanto que una contracción nueva la hizo cerrar los ojos y respirar lentamente, presionando su mano en su vientre.

Sus ojos se abrieron cuando la escucho gritar, poniéndose ligeramente pálida. – Respira por la nariz, profundo, si respiras rápido es lo peor para el dolor. – Recomendó, imitando ella lo que le pedía que hiciera. – Vamos, sígueme a mí. – Pidió, levantándose con dificultad y acercándose a ella para poner una mano sobre la ajena, buscando trasmitirle tranquilidad. – Despacio.

Había decidido desde el primer momento que no quería saber el sexo del bebé, en su familia había una vieja creencia de que era mejor así, y aunque fueran una porquería de familia que le habían echado de casa al enterarse había dejado aquello como manera de sentirlos allí. Aunque no debiera.

La respiración de Thea fue tornándose más trabajos a por lo que la ayuda de Violet había sido de gran utilidad antes de que las enfermeras llegaran para llevarlas a la sala de partos y prepararlas. - Suerte.. - susurro al separarse de su mano.

— Igualmente para ti. — mencionó cuando soltó su mano, dirigiéndose lentamente a la silla de ruedas que habían llevado para llevarla a la sala de parto. Creía que aquello sería lo mejor, hacer eso de una vez para que los nervios se fueran además que se suponía que ya debería haber dilatado lo suficiente.

El parto no fue para nada lo que hubiera esperado que fuera, sin embargo todo el dolor que había sentido había valido la pena cuando pudo besar a su bebé. Aún así se había desmayado cuando le dijeron que era una niña y recién se despertó ya en la habitación, un poco asustada pero sonriendo ampliamente cuando vio a la enfermera entrar con su pequeña Lola. Absolutamente toda su vida había esperado aquel momento y ella era inclusive más hermosa de lo que había podido soñar.

Realmente había sido una experiencia para olvidarse, jamás volvería a abrir las piernas como decía su padre que había hecho para quedarse embarazada. Thea había tenido a su bebé y le habían dicho que era una preciosa niña.

No tardaron en dejarla en sus brazos. Era una sensación extraña, tenerla allí. - Bienvenida Suri.. - susurró teniéndola con ella nuevamente en la habitación. Al lado suyo estaba Violet, y ella sonreía mientras intentaba que su hija pidiera agarrarle el pecho.

Cuando vio entrar a la chica con una sonrisa no pudo evitar sonreír también, por lo menos parecía que su experiencia no había sido tan mala como pensó que sería en un primer momento. – Felicitaciones, parece que no fue tan malo como pensabas que sería. – Bromeo un poco, acunando a su hija entre sus brazos que dormía plácidamente.

Beso la frente de su pequeña y volvió a mirar a Thea, dedicándole una media sonrisa. – ¿Y cómo se llama esa princesa? Espero no te haya dado mucha guerra en el parto, que yo era la que estaba más calmada, pero he sufrido como una condenada.

Ella apretó los ojos al sentir como su hija se amoldaba a su cuerpo para alimentarse, era una sensación por completo nueva, la cubrió con una sabanita.

- Ha costado.. pero ya estamos bien.. ay.. - se quejó, porque Suri si que estaba hambrienta.

- Ella se llama Suri.. como se llama la tuya? - preguntó, queriendo verla más de cerca, pero la niña demandaba quedarse quieta.

Asintió con una sonrisa, se notaba que estaban bien y a la mujer realmente se la notaba mucho más tranquila de lo que estaba en un principio. – Lo importante es que están bien y que esa niña parece que tiene mucho ánimo para comer. – Bromeo, manteniendo la sonrisa y comenzando a despertar lentamente a su hija porque le habían dicho que debía alimentarla.

Su sonrisa se amplió y sus ojos brillaron cuando su hija abrió los ojos comenzando a lloriquear. – Ahí estas, era de comer princesa. – Murmuro, poniéndola en su pecho y tensando la mandíbula cuando por fin pudo hacerla comer, por el dolor que le había causado. – Lola. – Sonrió de manera leve, volviendo a mirarla. – ¿También te ha tocado estar sola en el parto?

Si que tenía mucho ánimo, Thea la acomodó sobre el otro pecho, mirando hacia arriba, mordiéndose el labio inferior.

- Parece estar bien verdad?- Temía que no estuviera del todo bien, en su familia había algunos casos de diferentes enfermedades en niños pequeños. Le acaricio la frente.

- Estoy sola si.. vivo en un apartamento cerca de aquí.. y tú? - preguntó sintiendo a su bebé dormida. La acomodó sobre la pequeña cuna al lado y una enfermera le explicó que la llevarían para chequear que todo estuviera bien. Aquello no la convencía del todo, pero asintió.

Asintió, porque realmente le parecía que la bebe ajena estaba bien teniendo en cuenta el hecho de que había comido bastante de una sola vez. – Parece estar muy bien, aunque, según tengo entendido, es normal que nos preocupemos un poco más de lo debido cuando son recién nacidas. – Quizás se había preparado un poco más de lo debido para ese momento, pero desde el momento en que había quedado embarazada todo había sido felicidad para ella.

Cambio a su bebé de pecho cuando noto que ese no tenía más leche y aún quería seguir succionando, mirándola luego. – Mis padres viven en otro estado así que si, me ha tocado estar sola también. – No iba a dar la explicación de que su novio era un idiota, no le parecía que hiciera falta. – También vivo en un apartamento cerca de aquí, quizás podríamos vernos al salir para que nuestras bebes tengan su primera amiga. – Bromeo, aunque si le hacía ilusión.

Lo que más llamaba su atención es que se hubieran llevado a su hija, aunque quisiera prestarle atención a Violet estaba bastante preocupada por su bebé. Desde que la había tenido en sus brazos sabía que era lo más preciado que había tenido jamás.

- Si claro, puedes dejarme tu número.. - le dijo levantándose de la cama para poder ir a preguntarle qué pasaba con su hija.

Aún estaba algo dolorida pero considerando que su parto había sido natural y bastante rápido tendría pronto su alta de la clínica. - Señorita, no se preocupe, llevaremos también a la otra pequeña para los últimos exámenes.. - le dijo la enfermera y Thea miró a Violet mientras se llevaban a Lola.

- Dime tu número, tal vez lo necesite.. - le pidió sacando su móvil, tenía algunas llamadas del trabajo pérdidas, debía avisar que la niña había nacido aunque no creía podría tomarse una licencia por ello.

Creía que había sido afortunada en encontrar a alguien de su edad y en una situación parecida en medio de un momento tan crucial en su vida. Tener a su bebé había sido planeado, inclusive cuando le aviso a su mejor amiga espero que llegara, pero también estaba en otra ciudad por trabajo y jamás llamaría a su ex novio por más que estuviera aterrada en el fondo. Se hacía la superada en todo, pero realmente sus piernas aún temblaban como lo hacían desde el momento en que había roto bolsa.

Dejo un beso en la frente de su hija antes de que se la llevaran, asintiendo y dictándole su número. – Déjame una llamada perdida y lo agendare cuando pueda moverme a buscar mi móvil. – Bromeo, porque realmente aquello le dolía bastante, inclusive tenía la situación de haberse hecho pis encima, lo cual era bastante patético, aunque normal. – Debo admitir que por ahora parece que el post-parto es inclusive peor que el parto en sí.

Thea anotó el número de móvil de la chica en su teléfono y le dejó una llamada para que tuviera el suyo como le decía, quizás algo estaba doliendo no le importaba más que ver donde se habían llevado a Suri.

Ignoró a Violet y se acercó a la puerta, fatigada por el esfuerzo. - Disculpe, donde se han llevado a las niñas? - preguntó y un enfermero le pidió que regresara a la cama - No me toque, se por donde ir.. - murmuró porque no quería que le dijeran lo que debía hacer.

Suspiró sentándose en la cama, de mal humor. Sus pechos dolían y no sabía porque se tardaban tanto. - Tranquila, las niñas estan bien, tome algo.. - le dijo la enfermera, ofreciéndole un calmante para que estuviera en calma.

La notaba muy preocupada y aunque intentaba entender porque, por su parte estaba mucho más tranquila quizás de lo que debería. Por momentos se preguntaba si no había algo mal en ella para sentirse de esa manera, suponía que tenía que ver con distintas cosas que había pasado durante el embarazo que la hacían sentir que en ese momento no había manera que las cosas estuvieran mal de nuevo. – Oh si, los calmantes en estos momentos son como una droga para cualquiera de las dos. – Le hizo un gesto a la enfermera para que le pusiera a ella también, inclusive cuando no estaba necesitándolo del todo.

Hizo un ligero puchero cuando la enfermera se fue sin ponerle nada a ella. – No puedo creer que tú hayas obtenido calmantes y yo no, creo que tendré que comenzar a portarme realmente mal para que me den lo que necesito. – Porque, si bien no dolía, el hecho de pensar en descansar un poco no le sabia para nada mal.

Thea miraba a Violet hablarle pero el calmante que le habían puesto la había dejado demasiado grogi. - Solo quiero a mi bebé.. - murmuró y vio como la enfermera llegaba con las pequeñas ya dormidas en sus cunitas.

No pudo hacer más que mirarla y sonreír antes de dormirse, era bastante fuerte aquello que le habían puesto.

A la mañana siguiente creyó haberse pasado varios días durmiendo pero no podía seguir haciéndolo porque Suri lloraba con fuerza llamándole la atención y ella le tomó para alimentarla.

La niña tardó en reconocerla pero se acomodó una vez pudo succionar de su pecho. Tenía bastante hambre ese día.

Violet estaba cansada, pero en el momento que su bebé llego no pudo hacer más que arroparla entre sus brazos y sonreír. – Hola hermosa, ya estas con mamá. – Musitó por lo bajo, besando la frente de su pequeña mientras la arropaba entre sus brazos. Era todo lo que podía querer para su vida, lo único que deseaba era poder darle la infancia que ella no había tenido y hacerla feliz, el temor de no poder hacerlo comenzaba a pasarle factura en ese momento.

Pudieron dormir un rato juntas hasta que el llanto de la bebé de Thea la despertó, despertando también a su hija que comenzó a llorar. – Tranquila, mamá está aquí. – Sonrió levemente, imitando lo que veía a Thea hacer y haciendo una mueca de dolor en el momento en que comenzó a succionar su pecho. – Duele más de lo que imaginaba. – Espeto por lo bajo, con una mueca de dolor.

Sentía algo extraño mientras alimentaba a esa niña, era algo diferente a como lo había sentido la primera vez que la había sostenido pero no entendía del todo que era. Pero se había prometido cuidarla y protegerla con su vida.

- Vale la pena, el dolor.. - le dijo a Violet con una sonrisa, hacía mucho no sonreía así. Seguro que se veía ridícula.

Una enfermera le hizo un par de chequeos mientras dormía a Suri y cuando le dijo que podía marcharse cuando quisiera ella suspiró aliviada. Al fin podrían ir a casa.

- Espero estés bien Violet.. - le dijo a su compañera de cuarto antes de marcharse. De seguro lo estaría en una casa. Ellas deberían buscarse algún lugar para quedarse antes de que anocheciera.

Los primeros días con su bebé estaban siendo un tanto complicados, Lola si bien era un ángel la verdad era que tener que ocuparse por si sola de ella simplemente se hacía complicado. El trabajo comenzaba a pasarle factura y si bien tenía la suerte de trabajar desde su hogar, eso no quitaba que fuera estresante porque no podía sentarse a hacerlo salvo que la bebé estuviera durmiendo. Por lo menos los fines de semana descansaba un poco y, aunque una que otra amiga se había ofrecido a ayudarla, simplemente se negaba a que alguien pensara que no podía hacerse cargo de su hija como debería.

Aquella tarde había coordinado con Thea para que fueran al parque con ambas bebés a pasar el rato, creía que era una buena idea además de que le había caído sumamente simpática en el hospital aquel día. Además, creía que de alguna manera las dos estaban de igual manera haciéndole frente a toda la situación con sus hijas y demás.

Llego temprano aquella tarde al parque, tal cual habían quedado con ella y se sentó con su bebé a ver le resto de los niños jugar. Algunos se veían muy felices y realmente esperaba que eventualmente su hija estuviera de aquella manera, haría todo lo que estuviera en sus manos y más para que fuera así.

Bien, acababa de perder el segundo empleo en menos de un mes, se sentía frustrada y sin deseos de intentar nada más. Lo único que lograba sacarla adelante era su pequeña hija, aunque últimamente la bebé estaba demasiado llorona, al segundo día de nacer ella se había negado en rotundo a alimentarse de su leche materna. Ni siquiera poniéndola en biberones había logrado que la tomara y solo prefería la de fórmula. Thea creía que podía ser normal, pero aún así había ido al pediatra.

Los pechos le dolían, eso era claro, el asqueroso jefe de la cafetería la había echado la segunda vez que llegó con la bebé pero no tenía donde dejarla. Se iba a volver loca y necesitaba pagar la pensión donde se quedaban.

Con todo y más ella había aceptado la invitación de Violet para verse en la plaza. Suri lloraba en sus brazos mientras llevaba el coche con sus cosas y la mirada desesperada.

Miró a la otra mamá toda arreglada en paz con su niñita y quiso llorar por no saber que hacer.

Mantenía a su pequeña recostada con sus piernas con cuidado, haciéndola jugar con una sonrisa en los labios porque a pesar de que las cosas fueran complicadas en ocasiones no había manera de que se arrepintiera de tener a su hija con ella. Era la razón por la que se levantaba cada mañana y luchaba para salir adelante, muchas veces era complicado, pero era satisfactorio verla crecer y saber que estaba dándole todo lo mejor que podía darle.

Vio llegar a Thea con su bebé y una sonrisa se poso en sus labios, con ella de alguna manera se sentía comprendida, sabía que ambas estaban pasando la misma situación complicada y que por eso mismo todo estaría bien. – Mira quien llego, bebé. Tu amiguita. – Le hablo a su hija al oído, incorporándose para poder saludarlas, primero dejando un beso en la mejilla de Thea y luego inclinándose para poder dejar un beso en la frente de la bebé.

Le hizo un gesto para que se sentara con ella en la banca, manteniendo la sonrisa mientras la miraba atentamente, no tenía buena cara, pero no sabía bien como encarar la situación. – ¿Te he complicado el día con esta reunión? – Consultó primero, queriendo saber si realmente se le había complicado mucho por su culpa.

Thea saludo a Violet mientras tomaba a su hija de la carriola y sentándose con ella en la banca. La colocó sobre su pecho, debía aprovechar que su bebé dormía tranquilamente.

- No te preocupes, no tenía nada que hacer, me han echado del trabajo.. - murmuró encogiéndose de hombros como si no fuera importante, claro que lo era, muy pronto lo harían de la pensión si no pagaba.

- Hola pequeña.. estás tan guapa.. - saludo a Lola, que la miraba levantando sus manitos regordetas. Thea acarició su pequeña nariz haciéndola sonreír.