Dos mujeres, Violet y Thea, coinciden en la habitación de un hospital donde van a dar a luz. Las dos son solteras y quedaron embarazadas accidentalmente. Violet, no se arrepiente de nada, aunque su novio no está muy convencido de ello le causa mucha ilusión, y en las horas previas al parto está pletórica; la otra, Thea,  por el contrario aquello la tiene traumatizada, no sabe si logrará darle un buen futuro a su hijo con el empleo de camarera en esa nueva ciudad luego de que le echaran de casa por el embarazo.  Las pocas palabras que cruzan en esas horas crearán un vínculo especial entre ambas, un nexo que se complica en el futuro.

Que la hubieran echado del trabajo simplemente no sonaba bien, especialmente por el tono en el que lo había dicho. – ¿Por algo en particular? No pueden echarte si hace poco has tenido el bebé ¿Consultaste con un abogado? – Si no se equivocaba había leyes laborales para eso, pero mucho no entendía en líneas generales de todo salvo que definitivamente era algo complicado.

Miro como la pequeña dormía plácidamente y luego miro a su hija que miraba a Thea completamente entretenida de repente. – Parece que quiere ir contigo ¿Quieres pasarme a tu princesa así sigue durmiendo? ¿Logra dormir toda la noche? Esta pequeña de aquí odia dormir más de dos horas seguidas. – Bromeo aunque realmente su humor por eso mismo algunos días era complicado, no descansaba del todo bien y solo complicaba las cosas pero no podía culpara a su hija que simplemente estaba acostumbrándose al lugar donde vivían y a hacerlo solas.

Ningún abogado iba a ayudarla si no pagaba todo lo que debía, la situación no podía ser más desesperante. Y Thea creyó que iba a ser fácil una vez tuviera a su bebé con ella. Ahora mismo se daba cuenta lo difícil que era mantenerse sola y la niña ni siquiera podía tomar de su pecho.

Ese día se había puesto una blusa de tirantes azul, sencilla para poder estar al aire libre. Lola le tiró los brazos y ella no tardó en intercambiar a las bebés con cuidado. Eran tan pequeñas.

- Sino resuelvo esto el jueves nos echarán de la pensión, debo algunos meses-. Todo estaba yéndose de las manos de ella y solo tenía alguien con quién hablar aunque solo la conociera de un día.

No sabía que hacer realmente para ayudarla, trabajo no podía ofrecerle eso era bastante claro pero sentía que debía ayudarla de alguna manera con todo lo que estaba pasando. Sabía bien lo que era la tensión luego del parto, todo lo que podía llegar a cruzar por su cabeza y la verdad deseaba poder darle algún tipo de razón para que se sintiera por lo menos algo esperanzada en medio de todo aquello.

Se quedo pensando, mientras alzaba a la bebé ajena y dejaba un beso cariñoso en su cabello. – Pues dinero no puedo ofrecerte lamentablemente, pero…si no puedes seguir pasando la pensión, podrías venir a casa hasta que consigas un lugar mejor u otro trabajo. La verdad es que es un sitio grande y tendrías una habitación para ti y la bebé si así lo quieres. – Fue sincera, creía que era lo único que podía hacer por ella en esos momentos.

No era su intensión pedir ayuda a Violet a decir verdad, no creía que ella fuera a ofrecerle su hogar ni mucho menos, solo creía que poder desahogarse estaría bien, porque no podía contar con su familia en un momento como ese. La castaña suspiró tocando la naricita de Lola en sus brazos, le recordaba a la de su hermano pequeño.

- No no, no quiero que te moleste, yo encontraré la manera de arreglarmelas.. - siempre lo había hecho, porque ahora mismo nada le estaba saliendo?

La bebé de Violet se acurrucó en su pecho y en poco tiempo se quedó dormida allí, tan calma. Pero Suri se había despertado y lloraba con energía. - Es hora de su leche.. - le dijo a Violet, pasándole el biberón de su mochila para que ella se lo pudiera dar mientras ella acunaba a Lola para que no despertara. Colocó una manta en el suelo para que ambas pudieran sentarse con las niñas. Al menos el día estaba lindo y podían disfrutar del parque.

No quería que pensara que estaba haciéndolo por beneficencia ni mucho menos, pero quería que tuviera en claro que aquello si bien era complicado tampoco implicaba que se encontraría sola, se habían vuelto buenas amigas y ella no dejaba sola a nadie que fuera realmente importante. – No es una molestia, realmente la casa es muy grande y no dudo que podrías quedarte con una habitación para que puedan estar cómodas. Sé que ahora mismo no es quizás lo que quisieras, pero solo será un tiempo hasta que puedan adaptarse. – Además no dudaba que entre las dos las cosas serían mejor.

Asintió, sentándose en la manta con ella y no dudando en tomar el biberón para darle de comer a la bebé ajena, sonriendo apenas se engancho de la tetina y luego mirando a su amiga. – Estoy segura que tomaras la decisión correcta pero solo quiero que sepas que cuentas conmigo y siempre tendrás donde dormir. – Se encogió de hombros ligeramente, restándole importancia porque no quería tampoco que se sintiera presionada con la situación porque no era su intención, su única intención real era ayudarla.

Le había prometido a Violet que lo pensaría, que vería que podía hacer con el trabajo y la niña, su madre no iba a recibirlas bajo ningún concepto , pero no quería incomodar.

Pero en la semana todo había empeorado, había tenido un control de su hija en la cual la doctora le había dicho que no estaba subiendo bien de peso. Su niña lloraba demasiado por las noches y los vecinos ya comenzaban a protestar. Por lo que ese sábado a la mañana, el dueño le dió el ultimátum. Tenía 48 horas para abandonar el lugar.

Thea intentaba retener las lágrimas de impotencia que sentía mientras caminaba con su bebé hacía la casa de Violet, le había hablado, diciéndole que iría pero sin una decisión tomada. Cuando tocó timbre se quedó esperando, Suri lloraba en sus brazos y no sabía cómo calmarla. Ni calmarse.

Sabía muy bien que si Thea la había llamado era porque no le quedaba otra opción, ya le había dicho apenas se había enterado de su situación que podía ayudarla, que no tenía realmente un problema conque se quedara allí con su bebé teniendo en cuenta lo complicado de la situación que estaban viviendo. Muchos pensaban que era una tontería, pero realmente tener una hija y tener que sacarla adelante sola era mucho más complicado de lo que podían llegar a pensar.

Cuando toco la puerta se aseguró que su niña se quedara recostada en el corralito que tenía para que durmiera y ella misma se quedara tranquila, yendo a abrir y sonriéndole a ambas en cuanto las vio. – Bienvenidas, conoces la casa, pasa. – Le hizo un gesto para que entrara mientras la ayudaba con su maleta. Esperaba que se sintiera cómoda y segura allí, la entendía mejor que nadie.

Todo el dinero que le había quedado le había usado para contratar un servicio de mudanza para llevar sus cosas a la casa de Violet, no eran demasiadas cosas, ni siquiera había recogido los muebles pero aún así debía marcharse de esa cuanto antes.

Por lo que ya estaba allí y su nueva amiga la recibía feliz. Thea entró y se sentó para darle el pecho a su bebé para que se calmarse pero esta no quería comer.

- Está así desde ayer, algo debe dolerle, el médico me ha dicho que no se alimenta bien, pero no quiere agarrar el pecho.. - su niña era demasiado pequeña y quizás necesitara que le viera otro especialista.

Thea le acarició el vientre, esperando Suri pudiera calmarse. Ella misma también lloraba de la impotencia que tenía no saber que hacer con el dolor de su hija. - No se.. no se qué más hacer.. - susurró, apoyándola en su pecho.

Frunció un poco el ceño cuando le dio esa explicación de la niña, porque realmente había esperado una respuesta mejor del médico, le habían dicho que era fundamental que la bebe comiera todos los días las veces necesarias y le parecía raro que no le dieran importancia a que la bebé ajena no comiera lo suficiente. – Deberían entonces buscar otras opciones ¿Tal vez tomar leche de formula o algo de eso? ¿Estas alimentándote bien? – Porque creía que seguramente era fundamental la alimentación de la madre para que todo fuera bien con la bebé.

La miro con atención, pidiéndole permiso para alzarla y mecerla un poco. – Si quieres puedo probar darle mi pecho, si no te molesta, quizás toma. – No tenía una respuesta muy coherente a todo pero creía que podía funcionar, al fin y al cabo ella también aún tenía leche, sus bebes tenían exactamente la misma edad y eso ayudaba mucho pero no quería hacer nada sin el permiso ajeno, no quería que se sintiera invadida ni mucho menos.

Ser madre soltera y primeriza en ese contexto no era algo que se había buscado, pero allí estaba, intentando sobrevivir al estres que llevaba y de seguro Suri lo estaría padeciendo, su dulce niña, necesitaba alimentarse bien, pero apenas tenía dinero suficiente para pañales y algunos víveres, ni hablar de conseguir leche de fórmula. Thea miró a Violet con los ojos enrojecidos por aguantarse el llorar aunque su propuesta la sacó de todo sopor.

Ella podría alimentar a su hija? Eso era posible? Pensó en los gatitos que había adoptado cuando era niña y como habían conseguido una madre nodriza para que estos se alimentaran correctamente, ellas podían con eso? Porque no podía alimentar a su propia hija.

La castaña suspiró dejandola porque no tenía muchas opciones más. - Adelante, intentalo - Tomó a la bebé ajena, acurrucandola en sus brazos mientras Violet hacía lo suyo con su niña. Tenía el corazón martillandole por aquello.

No sabia bien si eso estaría bien, había escuchado algunas veces donde pedían madres lactantes para situaciones de emergencia por lo que pensaba que quizás podía llegar a funcionar. Claramente no era lo mejor, lo mejor sería que su amiga pudiera darle el pecho a su hija pero estimaba que por toda la situación de estrés económico que estaba viviendo aquello simplemente no estaba funcionando y era, de alguna manera, normal teniendo en cuenta como estaba todo realmente.

Se sentó en la cama con la bebé, poniéndola en su pecho y esta, casi inmediatamente, se prendió del mismo para comenzar a tomar leche casi desesperada. La sorprendido un poco e hizo una pequeña mueca de dolor por como apretaba su pecho pero acaricio su cabello, tranquilizándola y dejando que así se alimentara, terminando por ver a su amiga con una media sonrisa. – Por lo menos se ha calmado, para suerte de ambas tengo suficiente para las dos. – Bromeo un poco, queriendo hacerla sentir mejor.

No podía creer aquello. Su bebé había tomado del pecho de Violet sin más, sin problema alguno, había sido toda una lucha para alimentarla y la morena lo hacía con normalidad. Debía sentirse más tranquila pero no dejaba de ser algo frustrante.

- Compraré algo de leche apenas pueda, no quiero abusar de ti.. - le dijo, sintiendo las manitas de la bebé en sus brazos tocarle el rostro, esta la hizo sonreír por fin, había crecido bastante desde que la había visto por última vez.

- Y tu bebé, estas hecha una preciosura.. - le dijo jugando con ella, intentando olvidar todo el mal momento, estaba tan cansada, pero no era correcto ir a dormir en una casa ajena, aunque era todo lo que necesitaba.

Pensó que costaría mucho más pero no pudo evitar sentir tranquilidad en cuanto se prendió de su pecho de aquella manera, estimaba que el rechazo hacía su amiga era simplemente porque estaba tan nerviosa en el último tiempo que eso también lo sentía la bebé, cuando todo estuviera un poco mejor seguramente no tendría ningún problema con ello. – No abusas de mi en lo absoluto, no me cuesta nada darle de comer cuando no puedas hacerlo, de hecho, tengo bastante leche. – Admitió, no sería un problema, pero tampoco quería que tomara sus decisiones solo por lo que decía ella.

Acaricio la mejilla de la pequeña bebé que seguía tomando el pecho, pero cada vez más adormecida, definitivamente era lo que necesitaba para dormir bien. – Es increíble lo rápido que crecen, pasan unos días y parece que han pasado meses. – Negó con una sonrisa, la pequeña ajena se había dormido rápidamente luego de saciarse con su pecho. – Podrías acostarte a dormir con ella, creo que ambas necesitan descansar ahora mismo.