El resto de las navidades fueron como un infierno, Leo tuvo que aguantar una charla extensa de su padre cuando este volvió a casa. Darse cuenta que su hijo se había marchado antes fue decepcionante y la careta que normalmente tenía delante de este pareció agrietarse más que nunca, si su madre no hubiese intercedido puede que no estuviese yendo a Hogwarts de vuelta. Lamentablemente allí estaba, se había asegurado de mantenerse firme en el memorial que les habían dado y saludar a sus nuevos profesores con respeto.

El ambiente seguía cargado en el colegio, uno podía darse cuenta de la cantidad de gente que no estaban allí, asustados por lo que estaba pasando en el mundo mágico. Leo no podía culparlos, menos sabiendo que alumnos habían fallecido en los últimos ataques, nadie querría pasar por ello en ese momento y él lo entendía a la perfección.

Zephyr era la incógnita en su lista, fue incapaz de hablar con él cuando le correspondía. Volver a casa y cerrarse fue su método de defensa y ahora que estaba en el colegio ni siquiera fue capaz de mirarlo a los ojos. Dos días enteros sin necesidad que cruzasen palabras, él con su careta perfecta, Zephyr siendo la persona despreocupada que era. Tenía ese ritmo, esa sonrisa, podía ver el imán que era para los demás, pero el seguía manteniéndose lejos, porque no podía estar con él como deseaba.

Caminando por unos de los pasillos, haciendo una de sus rondas, no se dio cuenta de la soledad de la sala, menos de la persona que parecía avanzar distraída por la misma superficie que él. Estaba atrapado en la trampa de su familia, en sus propios sentimientos, ni siquiera había hablado con su prometida en dos semanas y ella tampoco parecía verle con buenos ojos. Chocó contra la otra persona, teniendo que dar un par de pasos hacia atrás y alzando la vista echando chispas —hasta que se dio cuenta de quien era— y apretó los labios de forma automática.

— Perdona — Masculló, apartándose de él y queriendo avanzar como si nada sucediese.

09.01.2020 + Pasillo

Las navidades pasaron en poco más que un borrón. Samantha y su familia fueron invitados a un par de comidas en la residencia Hollow  y viceversa, el tema de su futuro enlace tocado sin profundidad como si fuera algo que pasaría dentro de muchos años y no apenas en unos meses.

Intentó no pensar en Leo, pero fue cuanto menos imposible. Había vuelto a por él, en la fiesta de los Simmons, Había vuelto a por Sam y a despedirse de sus padres con la excusa de que algunos compañeros le habían invitado a reunirse con ellos. Pero cuando volvió al baño, Leo no estaba allí. Sin entender nada había vuelto a casa alegando que, al final, no había estado de humor para pasar el rato con sus amigos. Sus padres no habían preguntado más, nunca lo hacían.

A la vuelta al colegio, tampoco había podido hablar con él. Antes se encontraban tanto que era casi ridículo pero durante los pasados dos días apenas lo había visto, casi como si se escondiera de él a propósito.

No lo estaba siguiendo, no esperaba encontrarse con él de manera tan abrupta, pero no desperdició la ocasión. En cuanto Leo se alejó intentando marcharse su mano salió disparada y le agarró del brazo, impidiendo que escapara.

— Espera, Leo, por favor. —pidió con voz suave.— ¿Qué ha pasado? —con nosotros quería añadir, aunque sabía que no podía existir algo así. — Volví a buscarte pero te habías ido y llevas desde que llegamos al castillo evitándome.— tampoco es que Zephyr hubiera intentado con demasiado ahínco encontrarlo a solas, pero es que nunca le había hecho falta hacerlo. Sólo en aquel momento se daba cuenta de que sus momentos juntos habían sido gracias a Leo.

09.01.2020 + PASILLO

¿Por qué no podía dejarlo ir? En el mismo instante que notó la mano de Zephyr sujetar su brazo quiso llorar, las lágrimas se acumularon y tuvo que hacer un esfuerzo por mirar hacia arriba para no dejar que estás cayesen. Sería demasiado difícil de explicar, no después de todo, cuando tenían sus propias responsabilidades y él no quería hacer la vida de Zephyr todavía más difícil.

— Tuve que irme, sabía que si volvía a esa salón no tendría fuerzas para continuar con todo lo que estaba pasando, así que me marche por mi bien y por el tuyo — respondió, a media voz, moviendo el brazo para que Zephyr soltase el agarre. Se aclaró la garganta, dándose la vuelta para poder mirarlo directamente.

Nuevamente su pecho se comprimió, el dolor hizo que apretase uno de sus puños, llevando la mano hacia atrás para que el Slytherin no se diese cuenta del detalle. Ellos eran dos partes de la misma moneda, destinados a estar juntos, pero obligados a no poder encontrarse. Leo cada vez lo tenía más claro, que había hecho lo más terrible en su vida anterior para no poder obtener la felicidad en esa. Tenía solo diecisiete años, pero estaba convencido que el amor que sentía por Zephyr podría traspasar dimensiones, pero no mantenerlos juntos.

— ¿Y qué quieres que haga Zeph? — Preguntó, alzando la mirada para poder observar sus orbes un momento, antes de tener que desviar la vista otra vez. No era capaz de decirlo si lo observaba, porque si dejaba que sus emociones lo guiasen lo abrazaría en ese mismo momento, se fundiría con sus labios y tiraría su máscara sin importar quien pudiese verlo —. No podemos seguir como antes, tenemos obligaciones y además de eso ya tienes una novia a la que romperle el corazón como para aceptar que también lo tienes que hacer conmigo, es mejor así — dijo, volviendo a observar el suelo, cerrando los ojos y suspirando levemente.

Era mejor así, tenía que convencerse de ello.

09.01.2020 + Pasillo

No era la respuesta que se había esperado, pero, si era sincero, desde un inicio no había sabido qué esperarse. Cuando volvió al baño y lo encontró vació no había entendido nada, lo había buscado por la mansión de los Simmons durante un rato, creyendo que tal vez había tenido que salir del baño porque alguien lo necesitase. Pero no, Leo no estaba por ninguna parte, se había ido y Zephyr no había sabido qué pensar del vacío que se asentó en su estómago.

— Fuiste tú el que me buscó. —atacó sin saber qué otra cosa hacer.— ¿Y por qué sacas eso ahora? ¿Desde cuándo importa a qué otras personas veamos? —nunca habían dicho que fueran exclusivos aunque si bien era cierto que él nunca había estado con otra persona una vez empezó con Leo.

— Lo que haga con Samantha o con Morgana no tiene nada que ver contigo, con nosotros. —ejecutó un movimiento con las manos señalándolos a ambos, desesperado por hacerse entender en una situación que no entendía ni él mismo.—¿Qué es lo que tú quieres que haga? Siempre has dicho que no podíamos ser más de lo que éramos pero ahora parece que ya no te basta. —a Zephyr no le había bastado nunca, pero era la primera vez que parecía que a Leo tampoco.

09.01.2020 + PASILLO

Quiso replicar esa afirmación, no lo había buscado, el destino lo puso en su camino. Leo se había refugiado de todas las emociones que lo mareaban en aquel baño, vomitando todo el contenido de su estómago al darse cuenta que la farsa había llegado a su último nivel. Tendría que casarse con una completa desconocida, que encima de todo lo despreciaba. El final que uno quería vamos. Bien sabía que su madre había tragado con todo lo sucedido, teniendo una familia funcional a pesar de tener que callar su verdad, sabía que él podía hacerlo, pero cuando veía a Zephyr en lo último que pensaba era en eso.

— Nos encontramos, fue diferente, además lo mejor que pudiste hacer fue rechazarme— musitó—. Habría sido un problema para ambos irnos juntos y que algún puro nos viese — respondió, volviendo a sentir ese maldito nudo en su garganta. Cada palabra lo alejaba de Zephyr en lugar de acercarlo y lo odiaba, no podía evitar querer un poco más, pero en su lugar seguía yendo hacia atrás.

Apretó los puños sin darse cuenta, desde que ellos empezaron a desarrollar esa relación Leo había parado cualquier otro tipo de acercamiento. No era que pudiese tener muchos, sus gustos no encajaban con los cánones que debía tener como sangre pura. Existía para continuar un legado y ser el orgullo de su apellido, no importaba que el amor de su vida fuese otro hombre, eso no servía en aquella sociedad arraigada en unos principios arcaicos.

— ¡Importa! — Alzó la voz sin darse cuenta, levantando la mirada hacia él, porque sabía que en el momento en el que pudo extender el brazo hacia él, que fuese solo suyo tuvo que recordar quien era. Por mucho que hubiese deseado que Zephyr le susurrase palabras de amor, le jurase que no habría nadie más para él, sabía que en algún momento tendría que admitir que era imposible. Por esa misma razón tuvo que quedarse de piedra —. Como si a ti te hubiese importado una mierda como me sentía yo cuando empezaste a jugar con tu novia, ¿crees que soy idiota? — Preguntó, volviendo a mirarlo directamente —. No soy un idiota que vaya a reclamarte, puedes salir con quien te de la gana y montar tantos espectáculos como quieras, pero al menos ten la decencia de admitir las razones por la que los haces, y ya está, que seas muy feliz con ellas — escupió.

Ya estaba, él mismo quería alejarse, ¿por qué tenía que doler tanto saber que Zephyr no lo veía como una prioridad? No podía ser un juego, pero a esas alturas tampoco nada real, así que lo mejor es que no fuese nada, ¿no?

09.01.2020 + Pasillo

Fue como si lo abofeteara. Cada palabra era un nuevo golpe y dolieron, dolieron como cabronas. Zephyr apretó los dientes, no era así como quería que su conversación con Leo empezase ni, mucho menos, terminara. Pero se sentía atacado, cansado y acorralado y, como cualquier animal cuando se siente así, su respuesta fue atacar también, más fuerte y más duro.

— ¿Qué no me importa? —siseó.—¿Qué no me importa dices? —era injusto, él le había pedido que lo intentaran, le había pedido ser solo ellos dos y olvidarse de todo (y todos) lo demás. Pero Leo no había querido, lo había rechazado y le había roto el corazón. No era justo que le viniera ahora con esas.

— Yo no escogí que me prometieran con Samantha igual que tú no escogiste a tu prometida. —aunque decididamente él había tenido mucha más suerte.— Pero esto es lo que tú querías, querías que hiciéramos lo que se supone que debemos hacer como heredados sangre pura. Te pedí que nos olvidáramos de esto, que fuéramos solo tú y yo y lo rechazaste, ¿y ahora te cabreas porque hago lo que se supone que debo hacer?

— Y decir que fue lo mejor, que podrían habernos visto, no te importaba tanto que pudieran vernos mientras me pedías que te follara en aquel baño. —aquel era un golpe bajo, lo sabía y se arrepintió tan pronto como lo dijo, pero no rectificó, ya no podía.

09.01.2020 + PASILLO

La expresión de Leo se crispó al escucharlo, sus puños se cerraron y lo observó. Esta vez sin permitirse bajar la mirada, dejando que la ira se hiciese con su sistema, las palabras que habría podido controlar se esfumaron en un solo momento, porque allí estaban atacándose el uno al otro como si no hubiese mañana. ¿Podrían haber tenido algún futuro cuando el orgullo de ambos se ponía en el camino?

— ¡No te hagas el puto inocente ahora! — Gritó, dando un paso adelante para que quedasen más pegados de lo que deberían, tenían suerte de que el pasillo estuviese desierto, cualquiera pensarían que estaban a punto de golpearse el uno al otro —. ¿Acaso tu novia no es una elección que hiciese conscientemente? — Tiró la pulla sin importarle lo que pudiese significar. Lo había tenido que ver, sus gestos cariñosos, la manera en la que miraba, como la besaba. Todo eso todavía ardía en su alma y sobre todo ver como cruzaba miradas con él como si hubiese ganado un juego silencioso —. Si, me importa mi familia, mi hermana, mi apellido, lo que me han enseñado... Es una realidad injusta, no lo vamos a negar, pero si algo tengo muy claro es que mientras tuve elección esa fuiste tú, hasta que no vinieron a decirme que tenía que comprometerme con alguien la persona siempre fuiste tú, ¿puedes decir lo mismo? — Soltó, tan cerca que podría casi sentir el aliento contrario rozando con su piel.

Y entonces todo se terminó de torcer, sabía que no debía hacerlo, pero fue involuntario. Zephyr habló con toda la intención de hacerle daño y la mano de Leo impacto en el rostro del joven sin pensárselo dos veces. Notando su respiración acelerada, aún con el brazo extendido. Nunca debería haberse enamorado de él.

09.01.2020 + Pasillo

Si las palabras de Leo se habían sentido como golpes directos a su corazón, su bofetada fue todavía peor. Por acto reflejo se llevó una mano a la mejilla abofeteada, los ojos bien abiertos de sorpresa ante un golpe que no se había esperado.

Que un mago utilizara la fuerza física para golpear en vez de la magia era grave, hablaba de hasta qué punto la rabia corría por su sangre, hasta qué punto llegaba su desesperación para causar dolor… Leo y él habían tenido discusiones muchas veces antes, pero nunca habían llegado tan lejos. Tampoco sus vidas habían sido tan difíciles por entonces.

— Tú no sabes nada de lo mío con Morgana, eso algo… es algo que ...—sería fácil explicarle la verdad, aunque así traicionaría a su amiga.— ¡Lo he intentado, Leo! Merlín sabe que lo he intentado, pero tú siempre ponías excusas, no querías que nos vieran juntos, no querías que nadie supiera de nosotros y, sí, me gustó verte celoso mientras estaba con Morgana, lo admito. —contó al menos su verdad, dejando la de la chica en secreto.— Por una vez no fue a mí a quien partieron el corazón aunque me arrepentí después. —acabó susurrando porque era cierto que aquella misma noche, ya acostado en su cama, en lo que no podía dejar de pensar no era en el ataque, si no en la cara de Leo cuando se habían mirado.

— No sé qué es lo que quieres de mí. Hace unos días me besaste como si fuera a acabar el mundo y ahora, de pronto, no quieres verme... —¿Por qué era el amor tan complicado? ¿Por qué era su vida tan complicada?

09.01.2020 + PASILLO

Las palabras que salían de la boca de Zephyr importaban poco en ese momento, porque el dolor que estaba sintiendo Leo en ese momento era de otro mundo. Le daba la sensación de que se iba a doblar en cualquier momento, que su propio cuerpo no aguantaría el peso que residía en su pecho. Merlín sabía todo lo que él estaba intentando mantener, como su vida parecía estar dictada por lo que su familia quería y él cumplía, de igual  forma que sabía que Zephyr tenía sus propias responsabilidades.

— ¡Claro que te quería, mi problema siempre ha sido que te quiero Zephyr! — Habló, tan claro como podía hablar en ese momento. Su mano se aferró al cuello del uniforme contrario, sintiendo que temblaba como si el mundo se estuviese terminando de romper a su alrededor —. ¿Crees que no se me rompía el alma al saber que no podía darte lo que necesitabas? Mi vida está dictada por la familia en la que nací, es un lugar del que no puedo escapar y por todos los magos antiguos del mundo, tú tampoco — dejó claro —. Ambos vivimos atrapados en las historias que nos han tocado y cuando estábamos en nuestra puta burbuja éramos felices, joder que si éramos felices, pero tú querías más porque tu visión de niño mimado nunca ha visto más allá de sus obligaciones y yo no podía permitirme lo mismo que tú, porque mi padre no quiere al Leo real, quiere a la versión de hijo perfecto que cree que tiene — lo soltó sin ningún tipo de cuidado.

» Nunca pensaste que yo también estaba dolido, solo viste tu dolor y no el mío, así que me importa una mierda lo que decidieras hacer con tu novia mestiza, lo que sé es que el daño está hecho y eso no va a irse a ninguna parte — dijo, riéndose —. Puede que te hiciese daño, pero mi vista siempre estaba en elegirte a ti cuando podía, nunca a nadie más, el tuyo, estuvo en elegir a quien fuese para dejarme claro que yo solo era un juego — y la rabia bulló nuevamente.

Bajó la vista y negó suavemente, porque aquel día, esa noche del compromiso estuvo dispuesto a dejarlo todos por él.

— Esa noche, podría haberlo abandonado todo por ti, porque te amo, sin duda lo hago, pero tú mismo hiciste lo que yo tantas veces había hecho, elegiste el deber por encima del amor y me recordaste que ese también era mi papel — uno que había olvidado por unos minutos de gloria, por haber querido los brazos de Zephyr.

09.01.2020 + Pasillo

No había esperado que le respondiera o, por lo menos, no que le respondiera así. Las palabras del Gryffindor lo dejaron totalmente aturdido. Fueron un golpe tras otro y tras otro, verdades amargas que habían permanecido demasiado tiempo sin decirse.

— ¿De verdad eso es lo que piensas? ¿Así es cómo lo ves, cómo me ves a mí? —balbuceó vacilante. Siempre había pensado que lo suyo con Leo era un toma y daca, era cómo funcionaban. Cuando había aceptado salir con Morgana había sabido que le molestaría, sí, quería verlo celoso, también. Pero había pensado que Leo respondería con alguna otra jugarreta y volverían a lo de siempre.

Dejarlo en aquel baño no había sido fácil, pero era lo que tenía que hacer y había pensado que él lo entendería, era lo que Leo siempre promulgaba, el deber era el deber. Pero, tal vez, lo que el chico necesitaba era que alguien se plantara y le hiciera ver que el deber y sus padres podían irse a la mierda, que solo importaban ellos. Zephyr siempre había pensado que era la persona indicada para eso, pero al parecer había estado equivocado, tremendamente equivocado.

— Yo… siento haberte hecho daño, no es lo que pretendía. —la disculpa pretendía ser sincera, pero lo cierto era que una parte de él estaba satisfecha con el daño hecho. Aquello siempre sería suyo y Leo no podría olvidarlo nunca.

09.01.2020 + PASILLO

Ojalá no fuese como lo veía, poder cambiar la imagen que tenía delante en ese instante. Quería hacerlo con toda su alma, poder voltear el rostro y taparse los ojos para fingir que aquello que mataba su corazón no era verdad, que podían volver a esa sala exclusiva para ellos y que nadie más podría molestarlos. Lo necesitaba, más que nada en el universo, pero sabía donde estaban sus pies, cual era su realidad y que debía ser honrado con su familia. Era lo más importante de todo.

— ¿Y cómo quieres que te vea Zephyr? En algún momento, hacerme daño fue más importante que quererme — dijo, sin ningún tipo de duda, clavándose sus propias palabras como puñales en el pecho. Esa era la verdad que ambos intentaban ignorar, ojala pudiesen ver que no era verdad, que tenían una forma de solucionarlo.

Lo veía tan negro, por cada palabra pronunciada ellos se alejaban más del otro. Una par de él quería extender los brazos y abrazarlo, besarlo y perderse en su piel. Saber que el fuego que se avivaba en su interior solo era por una persona, otra parte de él hacía que quisiera quebrarse en mil pedazos. Odiaba esa sensación, que la máscara que siempre llevaba se perdiese entre todo, pero también era consciente que se recompondría, pues era un puro orgulloso, alguien que tenía una reputación y que no podía caer.

— Acepto tus disculpas, pero no creo que el perdón sea tan sencillo — dijo y por primera vez en mucho tiempo la máscara que nunca utilizaba para Zephyr se había alzado, su rostro impasible lo miro durante unos segundos, como si esperase algo más, pero no supiese que —. Creo que será mejor despedirse aquí, Zephyr — terminó por decir.

09.01.2020 + Pasillo

Fue capaz de verlo, consciente del momento en que Leo se puso la máscara. La máscara del chico arrogante y sangre pura que todos conocían e ignoraban que hubiera algo más detrás. Que esgrimiera aquella falsedad que siempre portaba como una coraza ante él fue lo más doloroso porque lo estaba poniendo al nivel de todos los demás.

El dolor lo enfureció y la furia demandó dolor.

Sus manos se apretaron en puños a sus costados, apretó los dientes y contuvo la respiración. Quería hacerle daño, todo el daño que pudiera, pero sabía que se arrepentiría más tarde. Leo podía ser orgulloso, cabezota y tremendamente exasperante, pero era la persona de la que estaba enamorado. Siempre pensó que, fuera como fuera, estarían juntos, que Leo nunca lo dejaría, igual que él no podía dejarlo a él.

Pero también se había equivocado en eso.

— Muy bien. —volvió a hablar tras un largo silencio. Los ojos le escocían y su pecho parecía estar siendo aplastado por un troll invisible, pero aún así, encontró fuerzas para sacar la voz.— Si es lo que quieres, está bien. Adiós, Leopold. —utilizó su nombre completo a propósito, como una manera infantil de fastidiarlo.— Felicidades por tu futuro matrimonio, por cierto, tus padres deben estar orgullosos por una vez. —siseó con toda la maldad justo antes de dar media vuelta y marcharse.

Si lo hubiera llamado, habría dado la vuelta y corrido a disculparse y besarlo y disculparse otra vez. No pasó, por supuesto.

09.01.2020 + PASILLO