Recibir tan dichosa noticia la había llenado de mucha emoción. Hacía ya un tiempo que no recordaba lo que era estar así de contenta. Hinata no solo estaba contenta por ella, sino también por su amigo, pues sabia lo importante que era para el moreno el ingresar en esa universidad en específico. Se sentía feliz por los dos. Incluso había estado dispuesta en probar la cerveza de la cual ya se dio cuenta de que no era lo suyo. — Ya me di cuenta. — Soltó una risita. — Pero necesitaba probarla para que no me cuenten. — Añadió la peliazul mientras le daba cariñitos en la cabecita a Akamaru

— Oh, sí, ya quiero ir de compras. Nada como ir por las compras del nuevo curso. En este caso, nuestro primer año de universidad. Estoy que no me lo puedo creer. — Decía entusiasmada, estaba muy enfocada en esta nueva etapa. Sentía que si todo salía bien, si podía comenzar este nuevo siclo de su vida de forma positiva, entonces quisas los otros aspectos de su vida podrían contagiarse de esa positividad y comenzar a salir también de buena forma.

— Por supuesto que sí, vamos juntos. Ya hicimos la admisión juntos, esperamos los resultados juntos… así que no podía ser diferente para matricularnos. — dijo afirmando con la cabeza mientras sus manos se perdían en las del chico que jugaban con ellas. Que la hubiera acompañado en todo este proceso era importante para ella.

— Tienes razón, deja y les cuento. De todos modos, creo que ya andan preguntando, deja ver si es cierto. — murmuro entusiasmada mientras sacaba su celular notando que tenían algunos mensajes, especialmente de su familia, preguntando si ya tenía los resultados. La chica posó para la foto y volvió la mirada luego nuevamente a su celular. Aunque no pudo evitar pedirle la foto. — Igual quiero que me pases esa foto cuando puedas. — aseguro la joven.


La chica le dio la buena noticia a su familia, ya luego más tarde celebraría con ellos. Pero ahora estaba muy contenta al lado de Kiba. — Y bien… desde ya debemos comenzar a organizarnos. ¿Cuándo iremos a matricularnos? ¿Cuándo iremos de compras? Son dos preguntas muy importantes. — aseguro la muchacha.

Kiba estaba muy emocionado por aquella selección en la universidad que quería y lo mejor de todo es que había quedado con Hinata. No estudiarían lo mismo, pero era muy probable que se encontraran con frecuencia y se la pasarían muy bien. Esperaba encontrarse también con conocidos del colegio que no querían partir a otra ciudad, ya que Shino era de aquellos que tomó esa opción - de todos modos no se iba a salvar de ellos porque vivirían para llamarlo -  y así pasarla mejor.

Con una risa solo de la emoción que tenía acumulada en su pecho escapó como rechazaba rotundamente la cerveza y luego solo se entusiasmó con esos planes de ir de compras. Es que antes no había querido prometer nada porque no sabía los resultados solo que ahora que ambos ya casi eran estudiantes porque primero tenían que ir a matricularse podían tener ese panorama en todos esos meses que quedaban de vacaciones. — Perfecto, tenemos que ir de compras y luego a matricularnos. Quizás al revés no sabemos pero la idea es que vayamos juntos— Ni le importaría la presencia de sus padres ahí para pagar la universidad y hacer todo el procedimiento de matricula. Ya ni le cabía comida de la emoción y lo cierto es que después apenas tuvo tiempo porque su celular comenzaba a sonar como loco por saber como le había ido. Joder.. menos mal que le había ido bien porque o sino sus amigos y familia se habrían sentido muy mal por andar molestando y él ahí triste.

— Esa foto está perfecta y quiero otras, Hinata. Dale,  dame dos y te la envió — Señaló con una sonrisa mientras le acariciaba la mano por lo juguetón que estaba como si fuera un perro muy parecido a Akamaru. No demoró en enviarle la foto por mensaje para comenzar a enviar mensajes a su familia con la foto que se había sacado con Hinata: ¡Quedamos los dos! ¿Pueden creer?  

Tuvo que hacerse el loco porque su hermana altiro comenzó a molestarlo con su amiga y declaraba que quizás ahora tendría más posibilidad de conquistarla y ante de las risas de su madre que tenían un grupo para comunicarse entre todos en familia, aunque ella si le prometió una rica cena para la noche.

— ¿Te parece que en una semana más? Porque siento que iré de celebración en celebración y tu igual estarás en las mismas porque te invitaré a algunas. Además si quieres puedes venir de vacaciones con nosotros  aún quedan varias semanas de vacaciones y después de esos trámites podemos ir. Si te dan permiso claro...— Es que sabía que su padre era algo estricto y sobreprotector con ella por su apacible y tímido carácter, pero tenía el presentimiento que la dejaría solo por el hecho que era él. Kiba siempre se había mantenido desde pequeño como el perro guardián y mejor amigo de Hinata. No había ninguna posibilidad juntos por mucho que su familia notara sus sentimientos, y lo cierto es que se conformaba con eso porque mucho más triste habría sido que no tuvieran ninguna clase de relación.

Hinata estaba tan emocionada que ya estaba loca por ir a comprar las cosas para la universidad. Se sentía contenta como hacía tiempo no se sentía. No es que su vida fuera mala, pero sin duda desde aquella vez en el comedor de la escuela cuando vio a Naruto con Sakura había estado triste. Poco a poco volvía a ser ella misma, pero esta noticia le había dado un empujón extra de entusiasmo y alegría.

— No importa, no importa. Sea como sea, pero hagámoslo. Como dices, lo importante es hacerlo juntos. Oh, y claro, que cierto perrito adorable nos acompañara. — Añadió la muchacha mientras acariciaba a Akamaru. — Igual tendrás que comprar un collar que vaya a juego con tu mochila. Él también necesita algo nuevo para comenzar la aventura universitaria. — dijo de manera juguetona.

En aquella foto Hinata había salido con una sonrisa que no le cabía en el rostro. Realmente estaba contenta. Aunque lo que sí no iba a querer recordar era el mal sabor que la cerveza le había dejado en la boca, eso sí que no.

— Yo quiero sacar fotos de todo el proceso. Que esta sea solo la primera, luego otra haciendo las compras, otra matriculándonos y por último la del primer día de clases. — Sugirió la muchacha. Sería bonito mantener todos esos momentos hermosos plasmados en fotos para que el recuerdo resultara más duradero aún.

— ¿Celebrar? Bueno… sí… sí, quiero. Pero sin cerveza, por favor. — molesto un poquito por lo sucedido anteriormente. Aunque fue su culpa por insistente. Lo que sí le lleno más de ilusión fue lo de las vacaciones. — Esa es la segunda mejor noticia que me han dado en el día de hoy. Por supuesto que la de la aceptación es la primera, pero esta le sigue bastante de cerca. — comento la muchacha entusiasmada.

— Tengo que pedir permiso, eso sí. Pero definitivamente me gustaría. — le dijo dándole una sonrisa tierna. — Gracias por invitarme. — Añadió la muchacha. — Pero pregunta… ¿A dónde irán o posiblemente iremos de vacaciones? Cuéntamelo todo así ponerles mi mejor cara de ilusionada a mis padres para que me deje ir. — Añadió la muchacha. Sin duda estaba resultando en un verano muchísimo mejor de lo que ella imaginó. Ya comenzaba a mentalizarse haciendo su maleta para ir de vacaciones, era algo que siempre le había gustado desde pequeña.

Al muchacho lo que más le gustaba era que Hinata siempre tomaba en cuenta a Akamaru porque sí que tenía toda la razón que debía comprarle un collar que fuera a juego con su mochila. — De todos modos, ahí tienes mejor gusto que yo y un collar que combine le viene a juego conmigo. Igual pensaba comprarle algún traje,  aunque supongo que seguro podre pedir un traje especial que combine al departamento de veterinaria. — Comentó Kiba que estaba muy ilusionado y solo quería empezar, pero lo cierto es que tendría que esperar algunos meses antes de comenzar a vivir ese sueño que lo tenía desde niño. ¿Y cómo no? Si toda su familia se dedicaba especialmente a los animales por mucho que sus favoritos fueran los perros y los canes.

— ¡Me parece perfecto! Así será…— Grabar todos los momentos en fotos era totalmente importante y significativo así que se aseguraría de arreglar su cámara fotográfica para que fueran de mejor calidad, las fotos de su celular no eran especialmente buena dado que su celular era algo viejo.

— No, no te preocupes. Si tomaste cerveza solo porque quedaste pero no eres una chica que bebe bebidas alcohólicas y nadie tiene que obligarte si no quieres. Sé que vas a celebrar con tu familia pero igual te cae la invitación para alguna de las otras fiestas. Estoy seguro que los chicos igual harán algunas. Espero que no te importe que esté Naruto, tú tienes que celebrar tu selección. — Kiba sabía que aún le dolía pero poco a poco tendría que superarlo porque no valía la pena que estuviera triste por alguien cuando ella en realidad había obtenido un gran logro.

—Iremos a la Playa de Shirahama por una semana. ¿De verdad te gustaría ir? Puedo hablar con mi mamá para que convenza al tuyo. — Señaló el chico con una sonrisa, es que si lograba ir sería muy genial y le ilusionaba la idea que fueran juntos. Se aseguraría que la pasara bien.

La chica del cabello azul estaba demasiado de contenta con todo lo que estaba pasando. Es que era emocionante saber que habían logrado algo tan importante en sus vidas. Esto le daría un nuevo giro a su futuro, podrían ser profesionales en las ramas que más les gustaban. Se trataba de algo que sin duda cambiaria sus vidas, por tanto, era para celebrar y estar contenta. Por eso ni siquiera en estos momentos se acordaba de los sinsabores del amor. No había momento para ponerse triste y apenado por algo que ya fue, y que posiblemente así se quedaría. No parecía que aquello fuera a cambiar y ella ya se había dado demasiado duro contra pared como para insistir. Lo mejor que podía hacer era dejarlo ir por su propio bien emocional. Se decía que había más peces en el mar, así que era cuestión de no ser tan impaciente y dejar que la vida le trajera nuevas sorpresas e ilusiones por sí misma.

— Bueno, sabes que puedo ayudarte con esa elección. Anótalo que definitivamente también es parte de las cosas que debemos comprar antes del comienzo de clases. — aseguro en cuanto el atuendo del perrito. Porque por supuesto que Hinata quería que fuera también estrenando y todo fabuloso.

Era un hecho, buscaría dejar todo el proceso plasmado en fotos y videos. Así podrían rememorar esos días cuando pasaran los años y les pegara la nostalgia. Porque son cosas que se dan una sola vez en la vida. — Eso quiere decir que tendré que igual comprar un nuevo álbum de fotos. — aclaro la peliazul entusiasmada. Aunque mejor prefería no pensar en cuanto le saldría todo, porque vaya que ella se emocionaba y seguía añadiendo a la lista de compras.

— Lo sé, sé que no me obligarías. Fui yo misma de curiosa que ahí fue a probar, aunque luego pusiera rostro de estarse muriendo envenenada. — exagero un poquito, de todos modos, era cierto. Fue ella que de insistente quiso hacerlo, ya lo probo y bueno, ya podía decir que no le gustaba el sabor con certeza. — Claro, igual lo haré con ellos… o sí… no lo había pensado. La verdad ni siquiera había estado pensando en él si te soy sincera. — Suponía que eso, igual, era una buena señal. Ya no andaba por los rincones soñando despierta con el rubio. — Nada va a cambiar, lo contenta que estoy. — tal vez no iba a ser sencillo, pero tenía que pasar página.

— ¿La playa? Sí, por favor. Nada más relajante y lindo que el escuchar las olas del mar. Claro, qué deseo ir… si ella no tiene problemas con eso, por supuesto. — Añadió intentando no parecer excesivamente entusiasta. Pero igual se notaba en sus ojitos que deseaba acompañarlos. — Igual yo intentaré ayudar con eso de convencer. Es que luego de esto merecemos algo así. ¿No? — Comento la muchacha.

Kiba se sentía muy contento en haber logrado esa meta porque desde siempre había deseado ser veterinario, su familia era profesional de esa área y apreciaban mucho a los animales, sobre todo a los perros, entre los tres podrían crear algo más estable en su vida laboral y sería grandioso, pero antes quería aprender de todo un poco y estaba por completo feliz. También estaba muy contento que Hinata saliera bien al respecto a su selección, así olvidaría con más facilidad a Naruto y bien aunque de verdad no fuera con él si quería que encontrara a su alma gemela. Ella tenía todo y merecía ser feliz en la vida. Iba a ser lo posible para ayudarla.

La idea de la playa había salido de la nada, sabía que Hinata era muy sobreprotegida por su padre y quien tenía más carácter era su propia hermana, pero sabía a la vez que confiaban tanto en él como en Shino ya que demostraron siempre ser buenos y excelentes amigos, no creía que tuviera mucho problema con el permiso, y más si le pedía a su madre que fuera a conversar con el suyo.

Se alegró bastante que se animará y así lo expresó con una gran sonrisa en sus labios — Es dentro de algunas semanas, así que demás alcanzamos a matricularnos, comprar parte de los materiales y luego tenemos esos días de playa, sé que te lo pasarás muy bien, además que nunca hemos salido de vacaciones juntos así que sería divertido. — Que haya mencionado a su madre lo hizo reír.— Tanto mi mamá como mi hermana te adoran, así que seguro te tratarán como una princesa.  — Asintió, quizás lo más difícil sería convencer al padre de Hinata.— Y descuida, yo le digo a mamá que vaya a tu casa y pida otro permiso, es lo correcto — Dijo chocando la lata de cerveza con su refresco, aún quedaba comida así que la invitó para que siguiera comiendo.

Hinata se encontraba superemocionada con esta nueva etapa universitaria. Era una forma de también, de volver a comenzar en cuanto a sus sentimientos. Ella no quería estar perpetuamente en tristeza por un amor que no fue. No merecía algo así. La muchacha merecía a alguien que se preocuparan tanto por ella como ella solía importarle a esa otra persona.

Por supuesto que no funcionaran las cosas con Naruto, no quisiera decir que el chico fuera malo. Más definitivamente no era alguien para ella. Así que ahora tendría que comenzar a construir nuevos sueños, ilusiones. Aprovechando el cambio de aire y de escenario. No es que ahora fuera en busca de novio a la universidad. Para nada. Pero ya no estaría más pendiente al rubio, comenzaría a solo estar pendiente de su propia vida y de las personas maravillosas que tenía a su alrededor. Porque había gente que aún la hacían sonreír, como Kiba por ejemplo. Esta etapa la había hecho valorar más el significado de su amigo en su vida.

Ya estaba todo casi planeado, solo bastaba con terminar de organizarse y que llegara el momento de hacer las gestiones pertinentes. Pero ahora era bueno también pensar en las vacaciones. Luego de una noticia como esta eran más que merecidas para ambos. Solo esperaba que sus padres estuvieran tan entusiasmados por la buena noticia de su ingreso a la universidad que no pusieran ningún pero en cuanto al viaje a la playa. Después de todo estaría en buenas manos. Sabía que no dejarían que nada malo le ocurriera, en especial Kiba.

— Me encanta la idea. Así nos podemos desconectar, por un momento de todo, solo nosotros y la naturaleza. Para así comenzar con toda la batería recargada nuestro primer semestre universitario. Claro, claro sí, dejaremos todo listo antes, así no habría nada por lo que preocuparse. — decía mientras se imaginaba jugando entre las olas del mar y correteando por la arena. — ¡Cierto! Con más razón. — decía ahora dándole un abrazo cariñoso. Sería la primera vez que irían juntos de vacaciones.

— Estoy segura de que sí, pero es cierto, mejor que ella hable con mi padre para que se dé cuenta de que estaré como en familia. No podrá decir que no. Ahora solo a disfrutar este momento.  — decía con entusiasmo. Ya quería que pasarán los días para hacer todo aquello. Pero por ahora solo debían disfrutar de su comida y pasar un buen rato. Algo le decía que toda esa adrenalina por la emoción hoy no la dejaría dormir, pero no le importaba. Esto era un gran logro para ambos y estaba feliz por ello.

 Todo iba perfectamente.

Era un hecho que iba a estar contento durante todo el verano por el buen resultado de quedar en la universidad. Se habían ido a matricular casi enseguida luego de varias celebraciones con la familia y con amigos. Naruto estaba un poco triste porque no lo había logrado, a pesar de lo que había pasado con Hinata no podía tratarlo mal así que era complicado celebrar mucho en su presencia, y lo mejor de todo es que habían logrado convencer al padre de Hinata para que fuera con ellos de vacaciones, la verdad es que junto a su mamá, hermana y él mismo trataron de convencerlo y decir que estaría bien.

Y por eso ya estaban pasando esa semana de verano en un sector de Japón donde había mucha vegetación, playa y animales por doquier, porque en su familia llena de veterinarios y uno próximo aquello era escencial. A su mamá y hermana le gustaba mucho la presencia de Hinata que era muy servicial, ayudaba con la comida y también ayudando en lo posible, era lógico que era él más flojo que se lo pasaba junto a Akamaru y los perros de ellas.

Sí, siempre se ofrecía para pasearlos.  Los tres eran de gran tamaño y que parecía.

Sin embargo, era un hecho que quería pasar el tiempo con Hinata, así que luego de almorzar y tomar una pequeña siesta, se acercó para invitarla a la playa, no importaba si se bañaba, igual serviría para dar un paseo.

— ¿Quieres ir a la playa? No hace mucho calor y servirá para que conozcas. Podemos tomarnos un helado o un refresco mientras bajamos a la playa. Igual ponte bloqueador que el calor es traicionero y tu eres muy blanca — Comentó al último porque a él no le pasaba porque su tono de piel solía ser bronceada. — Y creo que te vendría bien ese sombrero con esa flor que trajiste — Ya le había dicho a su madre que dijo que prefería descansar y su hermana quizás donde andaba paseando esta vez a los perros, hasta Akamaru se había entusiasmado por lo que ese paseo era tan solo para los dos.

La noticia de la aceptación en la universidad había dejado muy emocionada a Hinata. Le hacía mucha ilusión, además de que sentía que esto le servía para comenzar un capítulo nuevo en su vida. Dejar lo demás en el pasado, debía de enfocarse en ella y no seguir lamentándose por la desventura ocurrida con Naruto. No dejaba de ser triste, sí. Ella había quedado destrozada aquella tarde, no era algo que podía olvidar de la noche a la mañana. Se había enamorado a siegas, sola y no era correspondida. Nada que hacer. Por fortuna había recibido todo el apoyo de Kiba, no la había dejado pasar por esto sola. Era un gran amigo, el mejor de todos.

Ahora era momento de disfrutar. Iria de vacaciones. ¿Qué mejor forma de comenzar una nueva etapa? Además, no era algo de todos los días que su padre la dejara ir de vacaciones sin él. Había estado muy entusiasmada por el viaje, que incluso le había comprado un pañuelo a juego con su vestido de playa de estampado de melocotones a Akamaru y un gorrito a Kiba, que si bien seguro no se lo dejaría puesto. Al menos lo haría sacarse una foto con él. Así estaban todos iguales. Pero eso ya sería sorpresa para cuando bajaran a la playa. La muchacha había ayudado con la comida a la madre y hermana de Kiba, le gustaba sentirse útil. Porque claro, ella era su invitada, debía de ganarse su espacio y la verdad estaba contenta con ello. Hinata se encontraba rellenado el agua de los platos de los perritos cuando lo escucho acercarse. — Oh, hola. Sí, ni más faltaba. Estoy deseosa de bajar a la playa. — le decía entusiasmada. — Pues yo me apunto para el helado. — aseguro.

Comenzó a ver a su alrededor para buscar donde había dejado el pote de bloqueador solar. — Lo sé, lo menos que necesito es estar toda roja de quemada apenas comenzando las vacaciones. Igual deberías echarte. — le advirtió mientras comenzaba a ponerse el bloqueador. Dejando incluso tanto más sobre su nariz. — ¿Te refieres a este? — dijo luego de correr a buscar el sombrero con la flor y ponerlo en la cabeza.

— Te traje algo… Bueno, también a Akamaru. Pensé que podríamos sacar una fotografía divertida con ello. — Le dijo sacando de la bolsita el gorro para Kiba y el pañuelo para el perrito mientras se los extendía con una sonrisa en el rostro.

 

Estaba feliz que Hinata pudiera venir a sus vacaciones. Lo cierto es que ya estaba acostumbrado a convivir con mujeres porque su padre había muerto cuando era muy niño y a la vez, no tenía ni un solo hermano. Por eso tenía a Akamaru. Así que ya sabía sus mañas y ahí quedaba hacer las actividades que requerían fuerza y ante todo protegerlas,  tenía la edad necesaria y ahora mucho más porque en unos meses entraría a la universidad a cumplir su gran sueño de ser veterinario.

Y si lo estaba pasando bien. Con Hinata era doble responsabilidad porque era lógico que su padre era muy protector y apenas la había dejado, solo lo hizo porque sabía que la iba a cuidar y ellos eran demasiado amigos desde que eran unos niños. Así que pensaba que no quería que se insolara o tuviera algún accidente que iba lograr que no viniera otra vez o salir juntos.

Solo que tampoco se iban a quedar encerrados en la casa cuando tenían todo un paisaje y la hermosa playa. — Perfecto,  no sé que hace falta pero aquí te espero, yo tengo el short de baño puesto por si las dudas. — Había comentado sobre el bloqueador y no basto mucho el tiempo que la chica quisiera echarle también. La dejo y quedo mirándola sorprendido notando que a ella ni siquiera le importaba la escasa distancia por la confianza — ¿Eh? No soy pequeño, sé echarme bloqueador solo a menos que sea en la espalda ahí si necesitaría ayuda. De todas formas, gracias — Señaló porque reconocía que de igual forma era descuidado y en ese aspecto no se cuidaba, y muy mal, porque creía que tan solo porque su piel era morena no se iba a dañar demasiado solo iba a quedar más moreno, pero en cambio ella si iba a tener problemas.

Sonrió.  Siempre salía con un vestido llamativo y algo que estuviera a tono con su ropa. Esta vez, era un sombrero muy llamativo pero lo peor de todo es que también traía algo para ellos. Eso lo puso poner rojo, porque sentía que estaba muy bien así por lo tanto puso su cara " ¿Qué pretendes hacer conmigo?" Pero su carita era toda tierna y era difícil negarse.

— ¿Una fotografía? ¿Qué es? — El chico estaba poniendo el arnés a Akamaru pero por el momento cuando no andaba mucha gente iba a dejarlo suelto por lo que llevaba la correa ya en la mano. La miró silencioso y expectante en que le entregaría. Igual seguían estando en la casa así que le hizo un gesto para que salieran y comenzarán a caminar, ahí esperaba el regalo. Era demasiado tierna por lo que ya esperaba que fuera algo de ese estilo que iba hacer que sintiera vergüenza, pero como se trataba de Hinata iba a terminar por ocuparlo igual. El que estaba entusiasmado era Akamaru que movía su cola y miraba impaciente a la peliazul.  

La muchacha estaba muy contenta y emocionada con el viaje. Era lindo tener amigos como Kiba, el chico siempre buscaba la forma de hacerla feliz, de sacarle una sonrisa. Ya comenzaba a dejar atrás esos momentos tristes. Debía seguir a delante y disfrutar la nueva etapa de la vida. Todo tenía su momento, y quizás lo que ocurrió, pasó justamente en esa transición del colegio a la universidad para que fuera menos duro. Quizás para algunos aquello podría parecer contradictorio. Pues tanto cambio junto igual podría ser abrumador. Pero la verdad es que no, pues eso le había tener la mente centrada en lo nuevo que era la universidad, le daría una emoción distinta. Así que le estaba funcionando.

Se podía sentir ese calorcito familiar cuando se encontraba con la familia del castaño. La trataban muy bien, como si también fuera parte de la familia. Justamente por ello fue que su padre había terminado por aceptar, por eso y porque sabía que Kiba estaba siempre rodeado de mujeres al tener hermanas. Así que tampoco es que la estaba dejando ir sola de vacaciones con un chico por muy amigos que fueran.

— Yo igual llevo mi bañador debajo del vestido. Estoy preparada en caso de que se nos antoje meternos al agua. — no sabía si lo harían o no, pero era mejor estar preparada.

La muchacha fue por el bloqueador y ahí estaba ahora ayudando con el mismo con una sonrisa en el rostro. — Sí, tal vez sabes y puedes echarlo tú mismo. Pero la pregunta es si recordarías hacerlo. — comento levantando una ceja antes de terminar. — Descuida, ya luego si es necesario te asisto. Por mi cuenta corre que no te quemes. — añadió soltando una risita.

Había mencionado que le tenía algo para él y Akamaru. Era una tontería, y capaz ni lo volvían a usar. Pero a sus ojos sería un bonito recuerdo de estas vacaciones. — Sí, una foto. Quiero guardarla de recuerdo. — afirmó Hinata.

Antes de contestar que era no pudo evitar reír.  Mientras se tapaba la cara de manera juguetona. — Es un pañuelo para Akamaru y un garro para ti, a juego con mi vestido. — Le anuncio ahora que ya estaban fuera de la casa y caminaban hacia la playa.

— No es necesario que te lo dejes puesto. Pero si quiero una foto de los tres a combinación. Por favor. — pidió la muchacha mientras le hacía ojitos de cachorro.

 
Hinata era su mejor amiga y por supuesto que intentaba que subiera sus ánimos, de a poco iba a mejorando y la idea es que estuviera perfectamente cuando comenzará la universidad, lo bueno de todo eso es que Naruto había reprobado por lo tanto no se lo iba a encontrar ahí, a menos que fuera a buscar a Sakura al campus. Ya le había quedado claro que sus sentimientos no eran correspondidos pero bueno si alguna vez que sí ahí recién aceptaría, no quería que Hinata anduviera con un chico que fuera confuso en sus sentimientos.

Ir a la playa con ella era genial, porque se distraería y entre todos la consentían, hasta notaba que tenía mucha más confianza y hablaba mucho más ahí, no andaba con ese dejo tímido que tenía siempre. — Sí, pero mi piel es morena tanto, no me hará mucho daño y no quedaría tan rojo como tú, Hinata ¿Te pusiste suficiente?  — Que vaya que las quemaduras de sol eran bastante molestas y ella siendo tan pálida hasta le podía dar insolación. — Es bueno que tengas de esos potes pequeños para proteger tu rostro — Terminó por decir.

Ahí Hinata trataba de convencerlo con una foto con artículos que había comprado para tener los tres, no le gustan muchos esas cosas cursis y tiernas, se le perdía todo lo alfa que llevaba dentro pero bueno tampoco se podía resistir a ese puchero. — Vale… mira estamos a punto de bajar me dará mucha vergüenza pero le podríamos pedir a alguien que la saque y desde ahí se verá todo el paisaje… luego nos podemos sacar otra en la playa — Propuso el chico mientras se ponía el gorro. No estaba mal una selfie, era mucho más alto así que quedaron en una posición perfecta y luego le preguntó a un tipo iba a bajar si por favor le sacaba la foto — Así tenemos más recuerdos — Igual se puso rojo porque el chico se río y dijo que eran una pareja muy mona y adorable.

Su estado de ánimo había mejorado mucho. Estaba curando sus heridas poco a poco. No es que sus sentimientos desaparecieran por completo. Pero poco a poco iría pasando la página. Ayudaba el hecho de que no se lo tendría que encontrar en la universidad por el momento. No es que se alegraba de que hubiera reprobado, no le deseaba cosas malas. Más sin duda por cosas de la vida, eso le daba más tiempo a ella de superar sus sentimientos hacia Naruto.

La familia de Kiba la había hecho sentir como si fuera parte de ellos. Eso se sentía bonito, y la había hecho sentir más confianza a su alrededor. Hinata estaba contenta con el viaje y eso se le podía notar en su rostro que emanaba una alegría contagiosa. — Sí, y yo ya hice lo propio.  Pero, aunque no te pongas rojito igual, la exposición al sol prolongada hace daño sin importar el tono de piel. — Dijo levantando una ceja. Dando a entender que solo estaría tranquila si él también se lo echaba. — Esa es una buena idea. ¿Crees que haya una tiendita en el área de la playa donde pueda conseguir uno? Porque sí, este es muy exagerado para andar cargando con él. — admitió la muchacha con una sonrisa mientras le mostraba el pote de bloqueador.

Hinata sabía que aquel no era el estilo del chico, y por eso le sugirió que al menos solo lo usará para la foto. Es que había encontrado toda tan mono, tan bonito. Que le hacía ilusión preparar una página con adornitos y calcomanías al álbum de fotos para poner dichas fotografías. — Me parece perfecto. Eres el mejor. — Le aseguró la muchacha con una sonrisa y ojitos brillantes.

Realmente lo creía, Kiba había sido el mejor amigo de todos. El que la había acompañado en sus peores momentos y el que era capaz de aguantarse la vergüenza con tal de sacarle una sonrisa. Sin duda no sabría qué se haría sin él. Hinata posó y sonrió para la foto. — Sí, hare todo un álbum de recuerdos. — Aunque no pudo evitar ponerse más roja que si le hubiera ya dado una insolación por el sol cuando chico que les tomaba la foto pensaron que eran pareja. Ni siquiera se atrevió a decir nada hasta que estuvieron lejos del muchacho, y aun así no se atrevió a comentar al respecto. Aunque sí le había calado en la mente aquel comentario.

Mientras caminaban la chica noto los distintos kioscos. — Mira, allí están los kioscos. ¿Helado o refresco? — al menos ella ya le había comentado que se decantaría por el helado. — Igual traje un disco volador para jugar con Akamaru. — le dijo señalando su bolso.

 
No había forma de debatir con Hinata sabía que iba a tener que usar bloqueador a pesar de su tono de piel. Además que tenía razón en mucho sentidos igual se estaba exponiendo al sol. Se encogió de hombros y la miró a los ojos, era lógico que no se iba a negar a echarse un poco más en la cara y en la espalda si en algún momento se lanzaban al mar. — Nunca he visto en los kioscos o tiendas cerca de la playa pero si en la farmacia, hay unos especiales solo para el rostro — Le comentó porque era bueno que tuviera uno en esos días, muy probable que hasta se lo obsequiaría. Sabía que se exponía mucho más al sol que él mismo.  No le iba a sorprender nada si la veía rojita el otro día.

La verdad es que perdió la vergüenza cuando se puso el gorro y todos tuvieron al estilo que quería Hinata. Dejo que ella se lo pusiera a su perro y empezaron con las fotos a modo selfie primero y luego le pidieron a un chico que se animó en hacerlo. Se contuvo en golpearlo cuando los nombró por pareja, para Kiba  eso era imposible porque mucho que le gustara sabía que Hinata no se olvidaría de Naruto de un día para otro y solo lo veía como un amigo. Por suerte, no había dicho nada así que omitió el tema e hizo como si no le importará, es que ciertamente no quería ni comentarlo.

Mantuvo silencio mientras bajaban la escalera hacia la playa que estaba abajo como una paradisiaca con arena blanca y rocosa. Por alrededor estaba el pueblo entre una farmacia y locales para comer. Kioscos y tiendas, ya que ellos estaban en altura y que mejor así  al menos ella ya le había comentado que se decantaría por el helado. —  ¿Qué era lo que querías? —  Preguntó distraído porque se había quedado pensando con lo ocurrido con ese chico y su dicho. ¿Realmente parecían pareja? —  Vamos —  Dijo mientras escuchaba que decía Hinata con lo que quería. Soltó un suspiro y miró los productos para refrescarse y comer. — Debo buscar algo que pueda comer Akamaru... solo le traje agua y no es justo —  Por supuesto como buen amante de los animales, un papá dog lover sabía que era lo que le podía dar o no. —  Verdad... es la tienda que está allá ¿Notas el cartel? —  Notó que había un cartel con un perro y habían variados productos para Akamaru, lo cierto que se preocupaba más por Aki que él mismo. —  Me gusta ir siempre por ese sector de la playa, no se forman tantas olas y así también Akamaru juega. Tiene su tienda favorita y es perfecta —  Era todo un afortunado que a su perro le encantara el agua ya que muchos le tenían miedo el sonido de las olas o estas mismas, Akamaru solo con las olas pequeñas jugaba mucho, igual tenía que estar pendiente si quería orinar o ir al baño, permitían a los perros pero mientras uno estuviera muy pendiente  de estos.

Lo importante aquí es que se cuidaran los dos del sol, pues quizás uno estaba más expuesto que el otro, pero no dejaba de ser dañino. Así que por tal razón era que intentaba insistir. Definitivamente, era buena idea el tener un pote de bloqueador tamaño bolsillo para retocar la cara después de un rato. Pues era la parte más sensible y el que se echaron ahora mismo no duraría eternamente. — Pues siendo el caso podemos aprovechar para ver si aún les queda alguno de eso. — comento la peliazul quien había quedado convencida con la idea.

Al bajar a la playa, la chica estaba contenta porque Kiba a pesar de todo, había accedido a usar lo que le regalo. Tendrían aquellas fotos de recuerdo y ya estaba pensando como las decoraría cuando las pusiera en el álbum de fotos. En lo que no quería pensar mucho porque le daba vergüenza, era en el comentario del chico que les saco la foto. Ellos eran amigos. ¿Por qué no lo notaban? Tampoco es que fuera algo desagradable porque Kiba era un gran chico y sabía que la quería mucho. Pero igual ella en estos momentos no pensaba en el amor, al menos no en el amor de ese tipo. Necesitaba a su amigo.

Por fortuna el chico tampoco mencionado y aunque hubo un momento de silencio un tanto incómodo, todo se disipó cuando continuaron su camino. Ya habían aprovechado de comprar en la farmacia el mini bloqueador solar y ahora iban hacia los kioscos que estaban cerca de la playa para comprar refrigerios. — Yo quiero un helado. — le respondió la muchacha ante su pregunta. Sería muy bueno para refrescarse.

La chica miró al perrito. Era cierto, Akamaru tan leal y buen compañero, merecía más que solo agua.  — Tienes razón, también merece algo delicioso. ¿Pero dónde conseguimos algo para él? — dijo mirando a su alrededor. — Sí, la veo. Tienen productos para mascotas. Debe haber algo rico para él. — aseguro la muchacha mientras se doblaba un poco para acariciar la cabeza del perrito.

Había llevado con ella aquel disco porque con él no solo Akamaru se entretendría, sino ellos también podrían hacerlo mientras jugaban con el animalito. Escucho las palabras de Kiba por lo que asintió. Aquella zona parecía un buen lugar para irse a jugar y caminar. Prefería que no estuviera el lugar atestado de gente. — Qué bonito lugar. ¿Desde cuándo vienes aquí? — le comento mientras observaba el mar. Pues el chico parecía conocerlo bastante bien y era obvio que había venido en más de una ocasión. — Es tan azul, y al mismo tiempo espumoso. — Añadió mientras caminaban.

La chica se quitó las sandalias y las echo en su bolsito. Para así comenzar a caminar por la orilla del mar con su helado en la mano. — Al menos así ya me voy mojando las puntitas de los pies en lo que cruzamos hasta llegar a la tienda de cositas para mascotas. — aclaro la muchacha. — ¿Venderán helados para perritos? — se preguntó la muchacha antes de llegar al lugar. Ella nunca había estado allí, así que ni idea, aunque si había oído que eso era algo que existía.

 
Asintió. Irían a la farmacia y así se protegería del sol, la pobre Hinata era la que quedaría como cangrejo si se quemaba  con el sol así que no podía dejar que se expusiera tanto, igual lo iba hacer para que lo regañara pero sabía que él solo iba a quedar más moreno. Quedo meditando con lo que había dicho ese chico, era lógico que su corazón le pertenecía a ella pero jamás se atrevería a más, pues sabía los sentimientos de Hinata y sabía que le costaría dejar ir a Naruto pues sabía que había estado enamorada de él desde pequeña y ahí ni siquiera quedaba como un tercero y otro amor, era su amigo y eso lo tenía más que claro. Había que continuar, si estuviera con ella sería un sueño hecho realidad pero justo estaba consciente que la realidad quería otra cosa así que era probable que con el tiempo iba a conocer a alguien y todo ese cariño se desvanecería pues solo quedaría como un platónico.

— Vale... hay mucha variedad — Decía mientras se sacaba el gorro y lo dejaba en el bolso de Hinata. Ya lo usaría para otros fotos ahora solo quedaba llegar a la calle donde estaban las tiendas antes de llegar a la playa. Sin embargo, como quedaba todo relativamente cerca ya el ambiente ya era refrescante,  se sentía el olor a mar y el ruido de las olas tenían ya su propia entonación como si estuvieran dando un concierto para la gente que bajaba o venían de otros lados. Le gustaba el color del cielo.

— Bueno mi padre compro esta casa y nos la dejo... mi mamá dice que cuando eran novios venía con su familia — Comentó — Pero comenta que no habían tantas tiendas antes se ha civilizado más, antes era más naturaleza. Nos gusta venir aquí — Le contó mientras compraba el refresco y le preguntaba. — ¿Cuál quieres? — Le señaló la gran variedad de helados que había antes de señalar el negocio donde compraría comida para Akamaru. Estaba acostumbrado hacerlo y Aki le gustaba muchísimo. —Por el calor que esta haciendo creo que sí — De todos modos su perro comía lo que sea y tenía suficiente agua — Aunque igual quiero comprarle galletas que lo mantendrán muy entretenido — Señaló el chico con una sonrisa en los labios antes de dirigirse a la tienda, tomó un trago — ¿Por qué no te quedas y así disfrutas del agua? ¿Quieres que pida un quitasol? — Le preguntó porque así tranquilamente se podía sentar en la toalla y mirar el mar. El por supuesto no iba poder evitar lanzarse a las olas con un buen chapuzón, amaba con su vida esa playa, el agua de por sí era calma y por eso le gustaba traer a Akamaru, que ya estaba inquieto porque le ladraba a las olas pues ya quería ir a jugar en el agua.

Los chicos ya había comprado aquel bloqueador solar para la cara de repuesto mientras estuvieran en la playa. Ahora les quedaba disfrutar del bonito día que tenían por delante sin tener que preocuparse por los castigos que pudiera darles el candente sol. Sin lugar a dudas esto la ponía contenta, no podía quejarse. Su vida realmente estaba tomando un mejor giro de lo que esperaba. Tendría la oportunidad de estudiar donde quería, ahora estaba de vacaciones en un hermoso lugar y tenía un amigo que era el mejor del mundo. Sin embargo, sí se le había quedado algo navegando en su mente que nada tenía que ver con la amistad y fue el comentario del chico que les tomo la foto. Nunca lo había visto de esa forma. Se preguntaba cuanto hubiera cambiado si se hubiera fijado en Kiba en vez de Naruto. Pero rápido quito esos pensamientos de su mente, sentía hasta algo de vergüenza por tan siquiera considerarlo. Eran amigos. ¿Que pensaría el moreno si supiera que se había puesto imaginar esas cosas?

La temperatura definitivamente estaba buena para un rico helado, pero Hinata no estaba segura aún de qué sabor pedirlo, en especial cuando el chico le aseguro que había una gran variedad. — En ese caso tendré que verlos porque será una difícil elección. — afirmo la muchacha. Mientras tanto, aprovechaba de conversar con Kiba, el rico aroma a sal marina y la fresca brisa le recordaba que estaba de vacaciones. Sin contar el hermoso panorama que tenía frente a ellos. — Ay qué lindo, entonces con el tiempo viajar aquí se volvió una tradición familiar en vacaciones. ¿No? — comento curiosa. Encontraba lindo que la historia se remontara hasta los días de noviazgo de los padres del chico. Se veía que el lugar estaba lleno de historia. — Hubiera sido lindo ver cuando todo aún seguía al natural. No está mal ahora, sigue siendo un lugar precioso. Pero de seguro lo era aún más antes. — finalizo, lo natural siempre era aún más hermoso, aunque el hombre podía ser capaz de crear hermosos lugares. Jamás sería lo mismo.

Cuando al fin estuvo frente a los helados se puso un momento pensativa mientras vagaba su vista por los recipientes de los distintos sabores. — Creo que ese que dice fiesta tropical. — comento señalando el que era una mezcla de colores verdosos, amarillos y naranjas. Se veía muy refrescante. La chica continuó su camino feliz con helado en mano mientras ahora pensaban en que podían comprarle al perrito. — Pues helado y galletitas. ¿No Akamaru? Te va a encantar. — aseguro la muchacha al animalito con una sonrisa.

— Está bien aquí te espero, y si por favor trae uno así podemos tomar un poco de sombra y descansar cuando queramos. — Aseguró la chica. — ¿Puedo llevar a Akamaru a jugar en lo que regresas? Se ve ansioso por jugar. — señalo la muchacha al ver al perrito ladrar a las olas. — Iré buscando el disco de juguete. — comento mientras ponía la toalla y se sentaba sobre ella para buscar en su bolso. — ¡Aquí está! — decía para sí misma, ya queria jugar.

 
Ya no llegaba a ser doloroso cuando pensaba en el amor imposible que sentía por Hinata, porque realmente solo quería verla feliz y si no era con él, no importaba. Solo se aseguraría de estar a su lado como compañero y amigo. Sin embargo, que los confundieran lo había dejado pensando un poco más de la cuenta y como no quería que se arruinará nada, el chico prefirió omitir esos pensamientos. Se puso hablar de que venían aquí siempre por tradición familiar, una vez al año era perfecto y cuando necesitaban tranquilidad cualquiera de los tres venía. Le gustaba el lugar y ahora que empezaría a independizarse al ser universitario y donde necesitaría un lugar tranquilo para estudiar solo iba a empezar a hacerlo. — Mi hermana viene mucho aquí cuando necesita tiempo para ella y mi madre también, dejamos los días de vacaciones para venir siempre juntos. Es lo que dejo papá así que es recuerdo también de él, lo pasaba muy bien con todos cuando era un niño, mucho antes de conocerte de hecho — La había conocido como a los 8 años y desde ahí que eran muy buenos amigos, por eso mismo no quería arruinar nada con amor que si no salía bien podía ser perjudicial.

— Mmm... estoy en cincuenta a cincuenta con eso. Los negocios son necesarios, además que uno siempre se le olvida algo o tiene hambre, para que negar la sed. Te hubieras quedado sin helado si hubiera estado como antes — Aunque asumía que tenía razón igual bastaría con 1 o 3 negocios. Al menos todavía seguían cuidando la naturaleza y no se veía del todo mal.

Fueron a la heladería que era como una casa rodante y sonrió por el sabor que ella elegía — No lo he probado me tienes que convidar un poco — Bromeó mientras que él se iba por un refresco de arándano y piña. Muy pronto se fueron a la playa y sin más, ya empezaron a coordinarse para ir a la tienda de Akamaru y así disfrutar el esplendido día de playa, aún cuando fueran unas horas sabía que la pasarían muy bien. — ¿Estás bien con el bloqueador, verdad? De vuelta podemos pasar a comprar para que lo tengas para mañana, seguro nos van a tener preparado asado en la cena. — Exclamó con una sonrisa mientras asentía en dejar con ella a Akamaru que sabía que después de él y su familia, Hinata era una de las personas que su can más confiaba.

—Adelante, no demoro nada... Akamaru no hagas rabiar a Hinata, ¿sí? — Soltó el chico mientras acariciaba detrás de su oreja y el perro blanco movía mucho su cola. — Galletas y helado, no lo olvide. Ah, también el quitasol — Se tomaría su tiempo y eso hizo, solo pasaron como cinco minutos cuando ya estaba de vuelta. Al llegar fue bonita la imagen que presencio de ellos dos, podía hacer el tercio pero claro que le hubiera gustado más de otra manera. Se sonrojó — Maldito chiquillo — Bufó antes de llamar la atención de Hinata y le hacía una seña para que continuara jugando, él todavía tenía que enterrar en la arena el quitasol.

Que Kiba compartiera con ella un lugar tan significativo para su familia igual la hacía sentir especial. Ella estaba clara de que el chico era una gran persona, un gran amigo y que la quería demasiado, pero eran estos detalles en los que ella podía notarlo más aún. No tenía ni que decirlo, con sus gestos demostraba cuanto le importa y apreciaba. — Siendo así me hace sentir afortunada de poder estar aquí con ustedes. — afirmo la chica, y es que le hacían sentir como de la familia. — Definitivamente, es un lugar especial. Gracias por compartirlo conmigo, en especial al ser un recuerdo de tu papá. — le comento con emoción.

Hinata sonrió mientras caminaban y observaba el paraíso que tenía a su alrededor. — Eso no te lo niego, de que el tener lugares donde comprar ‘provisiones’ es una ventaja, la es. De lo contrario habría que dar un largo viaje al pueblo para hacer las compras. — confeso, aquello les hacía ahorrar tiempo.

Y mira que definitivamente agradecía que estuvieran allí, porque aquellos helados se veían deliciosos y refrescantes. — Lo es, te lo aseguro. — comento luego de darle la primera probada. — Está bien, te dejaré un poquito. — le aseguro, para que no se quedara con las ganas de probarlo. — Creo que por el momento estoy bien de bloqueador. — afirmo la chica. — Sí, me parece bien. Es mejor hacer provisión antes de que se termine. — era lo malo de que fuera un envase pequeño, el del bloqueador. — Qué delicioso. Hace tiempito que no como asado. — le comento la muchacha contenta de que probablemente le esperaba aquel manjar al regresar.

— ¿Verdad que te vas a portar bien? — le decía Hinata al perrito mientras dejaba escapar una risita. — Sí, esas tres cosas. Aquí te esperamos. — esperaba que no se le olvidara nada, o tendría que dar más de un viaje. Mientras el chico iba a hacer sus compras, la muchacha se disponía a comenzar a jugar con Akamaru. Ya había logrado dar con el disco para jugar, así que les esperaba una linda tarde de juegos.

— Vamos Akamaru. — Decía poniéndose en pie para así caminar hacia la orilla de la playa donde podían comenzar a sentir el agua en sus pies. Hinata lanzo el disco para así el perrito lo atrapará. La chica corría de un lado para otro por la orilla de la playa mientras jugaban entre risas. Le hizo un gesto con la mano a Kiba para saludarlo al ver que llegaba con las cosas. Akamaru tenía el disco en su boca y la chica le hizo una ceña para que fuera a buscar al chico. — Kiba, ven a jugar con nosotros. Por favor. — le decía desde la distancia la muchacha, aunque sin levantar mucho la voz, mayormente haciéndole seña con los brazos para que se acercara.

 
—Sabía que el lugar te iba a encantar y así nos distraeríamos mucho antes de entrar a la universidad. Agradezco mucho a tu padre que te haya dejado venir — Señaló el moreno con una sonrisa porque veía radiante a Hinata con su felicidad. No quiso mencionarle a Naruto porque sabía que lo trataba de olvidar y estaba en proceso de hacerlo, por lo tanto, tampoco sería alguien que hiciera lo posible para que olvidara al amor de su vida cuando estaba consiente que Hinata llevaba demasiado tiempo con ese amor imposible en su interior. — De nada, solo quiero disfrutes los días que estaremos aquí.

Luego de eso solo charlaron y aunque el suceso del chico seguía latente prefería olvidar mientras se ponían de acuerdo con el helado, el bloqueador y le contaba incluso de la rica barbacoa que haría su familia cuando se dignarán aparecer. Kiba igual pretendía bañarse así que era muy lógico que tomara un baño para sacarse el agua salada del cuerpo. Era muy bueno ver a la peliazul animada por cada panorama y plan que hacían, hasta lo alentó para que fuera a comprar un helado y comida para Akamaru. Hasta se pusieron hablar del paisaje que aunque los negocios jodían en parte el ambiente si que eran muy necesarios para la gente que bajaba a la playa queriendo disfrutar, se daba cuenta que la mayor parte eran turistas, estaba seguro que los ciudadanos de allí solo se quedaban en casa o se iban a pasar las vacaciones a otros lados.

Dejo a su perro con toda la confianza del mundo con Hinata y se fue a comprar los aperitivos y cuando volvió, noto que ver a los dos juntos era una imagen digna de ver. Quedo impactado por lo tanto, en vez de enterrar el quitasol en la arena tomó la cámara del bolso de  Hinata y les sacó una foto. — ¡Espérame un momento! Aún tengo que hacer por aquí, sigan jugando — Sinceramente luego de hacer aquello se sentó en la toalla porque era mejor contemplarlos por un rato más porque quería que fuera una imagen que atesoraría y no olvidaría tan fácil.

¡Cuánto deseaba que fuera su chica! Que Hinata en vez de estar enamorada de Naruto lo estuviese de él.  Solo que era imposible, todo estaba en contra porque el amor que sentía su amiga era muy fuerte hacia el rubio por lo cual estaba destinado a ser solo su mejor amigo. Soltó un suspiro, sabía que no podía ilusionarse con fantasías que solo formaba su cabeza y seguir adelante, para demostrarle que a pesar de todo estaría a su lado.

Sin más, se fue hacia a ellos como si no hubiera pasado nada y ya descalzo fue refrescante sentir el agua bajo sus pies. —¡Lánzame el disco! — Había ido directo con su short de baño porque Akamaru apenas se fijo que estaba en el agua y entendía que el disco iba a ir hacia a él, se lanzó hacia su persona y aunque no lo tomó por sorpresa igual terminó cayendo fuertemente en el agua. — ¡Akamaru! ¡Loco! — Exclamó molesto pero con solo ver su carita de inmediato cambió su expresión, el pobre también había quedado empapado. — Ufff... está helada. ¿No quieres bañarte, Hinata? — Propuso entre carcajadas.

Para la chica todo esto era un respiro, un momento de relajación y disfrute antes de comenzar esa nueva etapa en su vida. Por lo que igual se alegraba de que su padre le hubiera permitido hacer este viaje. Pues sabía que no le hubiera dado permiso si se tratara de otra persona. Pero la mamá de Kiba había sido muy diligente y convincente para que el hombre aceptara. El que el chico tuviera hermanas, igual había influido. — Y yo agradezco a tu mamá, fue clave en convencerlo para que me dejara ir de vacaciones con ustedes. — reconoció la muchacha con una sonrisa.

— Lo haré, disfrutaré mucho estas vacaciones. — aseguro Hinata dejándole saber que su objetivo sería cumplido. Ella pensaba en desconectarse de la realidad y vivir esto como un bonito sueño. Pues igual, el lugar parecía un paraíso a sus ojos. Definitivamente, necesitaba esto, y Kiba lo sabía bien.

La chica había disfrutado de aquel helado refrescante el cual le dejó un poquito en el fondo del vaso a Kiba quien querría probarlo. Solo esperaba que no se derritiera mientras tanto porque el calor estaba un tanto castigante. Ahora mismo con el helado estaba bien, pero sí había despertado su atención lo de la barbacoa. Así que esperaba encontrarse con una de regreso y así no quedarse con las ganas. Hinata dejó todo listo para ponerse a jugar con el perrito en lo que el chico regresaba. Le parecía adorable ver como Akamaru jugaba atrapando el disco. Cuando el chico volvió y le indicó que siguiera jugando, Hinata continuo con el juego, pero se podía notar las mejillas sonrojadas al darse cuenta de que los estaba fotografiaba.

Hinata había intentado no darle color a lo que el chico que les tomó la foto había mencionado sobre ellos. Pero de vez en cuando le venía al pensamiento. Solo que intentaba alejarlos, lo menos que quería era que se pusiera todo raro entre ellos por culpa de aquello. La peliazul sonrió al verlo sentado observando. No faltó mucho para que se les uniera. — ¡Aquí va! — Exclamó la chica lanzado el disco hacia Kiba esta vez. Para luego notar en cámara lenta como Akamaru se le tiraba encima al chico haciendo que ambos cayeran en el agua. — ¿Todo bien? — preguntó un momento preocupada, pero luego río al ver que todo estaba bajo control.

— Bueno, si quiero. Pero… ¿Está muy helada? — decía caminando poco a poco los pies al agua hasta que comenzó a taparla. — ¡Fría! ¡Fría! — Decía la chica mientras intentaba terminar de mojarse. — Bueno a la que se acostumbre el cuerpo no se siente. Debo mantenerme en movimiento. Lanzame el disco Kiba. — comento soltando una risita.

 
La verdad es que había quedado muy contento que el padre de Hinata, que de por sí era estricto confiara en él y en su familia para dejar que Hinata viniera con ellos para pasar una excelente semana juntos. Serviría para llegar mejor a la universidad y con una mente mucho más tranquila. Imaginaba que el hombre estaba consciente que su hija había estado deprimida - los padres siempre se daban cuenta de todo - y hasta Neji le había agradecido por estar tan tanto a ella.

Sonrió. Se aseguraría que la peliazul estuviera cómoda y contenta, llena de anécdotas de unas vacaciones que se podrían repetir el año siguiente o durante el invierno si todo salía bien. La veía cada vez animada y sin poder evitarlo, dejaba que se expresará aún incluso cuando tuviera que andar con un accesorio infantil y colorido que no era nada de su estilo para que estuviera feliz.

Fue a comprar lo de Akamaru y por suerte, alcanzó a guardar las cosas en la mochila antes que llegara su perro y lo empujara hacia el mar donde quedaron más que empapados, era así de impulsivo y loco, y amaba que fuera de esa manera. Río fuerte cuando este le lamió la cara y empezó a carraspear porque era obvio que el agua estaba salada. — Sí, sí... estamos bien pero es tan loco que ahora tendrá que sacarse el sabor salado de la boca — Dijo entre risas mientras trataba de incorporarse. Por ese lado, no estaba muy hondo así que le ofreció que sumergiera al agua para seguir jugando allí.

— ¡Descuida, te vas acostumbrar! A veces esta peor — Le comentó el chico —Sumérgete un poco más que metiendo solo los pies vas a sentir más frío— Propuso el chico con calma mientras le lanzaba el disco un poco después. Estaba seguro que se iban a divertir un buen rato allí, fue gracioso como Akamaru fue hasta a ella porque era quién quería alcanzar el disco primero. El can igual se lo estaba pasando muy bien.

Quería creer que serían unas vacaciones increíbles.

Aquel lugar era muy bonito y la tenía contenta. Nada mejor que pasar sus vacaciones en la playa. Pues quien sabía cuando pudiera volver después de que comenzarán sus estudios y la llenaran de tarea. Por lo que agradecía grandemente a Kiba el que pensara en ella y la llevara con su familia. La verdad era un gran chico, y su compañía le hacía bien. Además, tener también cerquita a Akamaru le encantaba, tal vez no era su perrito, pero lo quería como si lo fuera. Por eso cuando llegó con aquellos coloridos regalos no solo le había traído uno a su amigo, también le había traído al perrito.

Con esos dos se podía esperar cualquier cosa y la verdad había sido divertido ver como caían al agua. Solo que ella era preocupada y no dudo en preguntar cómo se encontraba primero antes de echarse a reír. — Pobrecito, ha de ser horrible tener la legua toda salada. — comentaba la muchacha negando.

— ¡Eso espero! Se ve muy linda como para no bañarse. — Hinata se introducía en el agua poco a poco, es que estaba muy fría como para hacerlo de sopetón. Pero no podía negar que se veía tan bonita el agua cristalina que invitaba a bañarse en ella. En efecto, fue inevitable sentir cesación de como si te clavaran alfileres en los pies al sentir el agua fría mojándola. — ¿Pero cómo hago eso? ¿De golpe? — se cuestionaba la chica que daba saltitos en el agua buscando la forma de adentrarse más.

Vio como Kiba le lanzaba el disco y corrió hacia el mismo para intentar atraparlo, pero Akamaru fue más rápido y ella que tanto había huido a caer de golpe en el agua fría fue inevitable hacerlo. La chica cayó de culetazo en la arena junto con el perrito quien triunfante tenía el disco en su boca. Mientras ella se llenaba de arena y una pequeña ola que rompía en la orilla los bañaba. — Ay, frío, frío.  — Repetía mientras intentaba sacarse el pelo mojado de la cara aún sentada en el suelo. Igual el can se había quedado a su lado para asegurarse de que estaba bien.  — Estoy bien, pero me bañaste. — le decía mientras acariciaba su cabecita. — Vamos juguemos con Kiba… — le murmuro al perrito. — Vamos, buen chico. — Añadió poniéndose de pie y tomando el disco para esta vez lanzarlo ella.