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En ese entonces todos se unieron para crear una arma compuesta de varias partes refinadas en rocas que contenían distintos poderes y elementos que solo podían ser comandados por el "Quinto elemento" un arma que era capaz de destruir a este gran peligro, se decía que esta entidad estaba formada tanto del resentimiento como de la fe de de las personas, una combinación perfecta de ambas.
No se contaba con mucha documentación al respecto, pero se dice que el planeta Quishan Wen hizo un trato con el devorador para eliminar o subjugar a los demás planetas, entre ellos a su misma luna, conocida como Dafan Wen. Solo un limitado número de Dafan Wen conocía la identidad de este quinto elemento y habían sido por generaciones los guardianes de ella. En un intento de salvarlo de los demás intentaron escapar con las rocas y con este, pero fueron los demás miembros de las otras razas no solo los que se unieron contra los Wen y el devorador, sino que se dieron a la tarea de eliminar a todos los de esa raza, inocentes o no, respaldados por los Jin (que en secreto querían el poder sobre los otros planetas.)
La nave donde estaban escapando estos Wen fue derribada con todos siendo eliminados incluido el elemento, o aparentemente eso fue lo que paso.
Año 2263, tras mucho tiempo que ha pasado, la raza Jin sigue siendo la que más control tiene, sin embargo su líder solo puede tener más ambición y para conservarla, ahora que el devorador aparece, le ha ofrecido encontrar las rocas, de las cuales se rumora que han reaparecido en la tierra.
Por otro lado, esta amenaza ha llegado a conocimiento de los humanos y su presidente principal ha convocado a fuerzas militares para trabajar contra la amenaza, entre ellos esta un ex militar llamado Lan Zhan que por una herida severa fue dado de baja y que ahora ha dejado de servir a las fuerzas especiales, sin embargo es convocado para tratar de detener la amenaza conociendo a Wei Ying en el proceso, al ser el elemento que escapa de los laboratorios donde ha sido "recreado" a partir de sus recuperados restos. ¿Pueden detener al devorador o la tierra perecera?
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Totalmente muerto. Incluso si lo trajeran del más allá no había nada por lo que valiera la pena, pensó cuando abordo aquella nave con los pocos Wen que con su ayuda lograron escapar de las garras de los malditos Jin y todas aquellas razas que guiados por una mentira se dejarón influenciar al gran punto de ser el enemigo de todos. ¿Acaso eliminar a una raza con la que podían llegar a tener una buena relación era necesario? No. Los Jin eran todos unos malditos cerdos traidores que solo habían estado esperando por una oportunidad. Los destestaba y a pesar de que otros habían al inicio cooperado contra el devorador al final le habían dado la espalda s los inocentes y no lo perdonaría.
Su nave era pequeña pero los pocos Wen a los que pudo salvar eran su prioridad.
Había estado tan cerca de llegar a un planeta seguro, los habían alcanzado y en el intercambio de ataques nadie vio aquella pequeña nave extra perderse en el camino, la suya siendo el distractor.
Lo último que recordaba era la explosión y luego la nada.
~Lo tenemos, un trozo de su cuerpo perfectamente preservado para la reconstrucción. Había mencionado uno de aquellos científicos.
La reconstrucción fue veloz y en nada el cuerpo de aquel ser yacía dentro y quieto mientras las bandas térmicas se ajustaban a su cuerpo. El oxígeno entró y Wuxian tomo un respiro que lo hizo despertar completamente desorientado...todo pasó rápido y solo recordaba caer en algo altamente duro y sólido.
¿En dónde estaba?
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La vida en Cloud Recesses distaba mucho de los otros planetas o satélites de la galaxia. La cultura del lugar era el estudio, la meditación y, la última pero no por ello menos importante, cumplir con las reglas del lugar. Disponían de todo lo necesario como para mantenerse por su cuenta, pero no estaban solos en este mundo y cada tanto se acercaban a este pacifico lugar alguna que otra nave extranjera, lo que alteraba la paz que se mantenía en el lugar ya que si acudían a ellos era justamente por su milicia y condiciones para tener un ejército dispuesto de un momento a otro.
─ Están ingresando, será mejor que vayamos a recibirlos ─ indicó su hermano Lan Xi Chen al ver que la nave estaba cruzando la atmósfera del lugar.
Lan Wang Ji dejó la taza de té en la mesa y se levantó tomando su arma con la mano hábil, cada tanto seguía sintiendo una molestia en su rodilla, una herida que no había podido curar desde caer de una altura considerable en batalla. Su secta había intentado de todo para sanarla, pero era imposible, parecía una maldición. Desde entonces los hermanos de jade no peleaban juntos en batalla ya que Lan no se sentía lo suficiente como para mantener el ritmo del otro. Aun así no se dejó ganar por la depresión y había optado por mejorar su técnica de guqin durante estos años para así compensar aquello que consideraba una falencia.
Al cabo de unos veinte minutos estaban en el salón donde recibían a los invitados saludándolos con las formalidades de siempre y dándoles la bienvenida con un agasajo. La preocupación era notable en el rostro del representante de la familia Mo que expresó sus inconvenientes para lidiar con cierto misteriosos eventos que acontecían en su satélite, por lo que pedían ayuda al clan Lan para solucionarlo, además de ofrecer una buena cantidad de dinero por la tarea. Tras observar a Lan Zhan, el mayor terminó por hacer una reverencia e indicar que dispondrán todo para ir mañana al lugar y comenzar con el trabajo.
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Todo ests listo señor solo tenemos que comunicarnos con esté no creo que sea completamente hostíl. Los registros indican que su forma de vida es pácifica la mayor parte del tiempo. O eso era lo que ellos pensaban dentro de esa nave reconstruyendo a lo que se rumoraba como el ser más perfecto del mundo. Sus gastos no fueron un impedimento si las advertencias sobre este incidente eran una clara señal.
Wei Ying estaba altamente confundido, el estaba muy seguro de como se había sentido ser consumido por esa explosión mientras alejaba a los pocos Wen que continuaban vivos de las manos de todos los otros planetas...los odiaba...nunca se sintió tan traicionado como en ese entonces. No debió confiar en aquellos que afirmaban que los Jin serían suficientemente honorables.
Tomando ahora grandes bocanadas de aire empezó a ser más consciente de sus alrededores. Recostado en una cápsula cubierto solo por vendas en algunas partes. ¿Qué es esto? Preguntó pero no recibió respuesta.
Se sobresaltó cuando alguien toco la cápsula, no los comprendía y lo miraban con ese tipo de ojos como los Jin, con avaricia. Su ira se dejo sentir y la cápsula estalló.
Alarmas saltando lo hicieron correr sin pensar que encontraba por el aire. Una ventana rota y Wei Ying había saltado, sabía que esa caída no lo mataría. Se estrelló contra el techo de una estructura y tan pronto se repuso corrió apresuradamente, de nuevo sonaban alarmas en el lugar gritando sobre atrapar al intruso, pero Wei Ying no se dejaría ni atrapar ni experimentar, no sería así de ingenuo nuevamente.
Varios individuos de blanco salieron de las estructuras, algunos se acercaron tanto que tuvo que quitarlos a golpes. Ojalá tuviera sus armas, habían sido de sus mejores compañeras de batalla. ¿Se habían perdido en el espacio?
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No tenía mucho más para hacer una vez se fueron los invitados, seguramente debía de tener listo al equipo sobre los pormenores y chequear si la nave estaba en condiciones de despegar ─ Me encargaré de preparar las cosas para mañana, si te parece ─ dijo a su hermano mayor tras una reverencia. Su rostro se mantenía indescifrable, algo lo tenía desvelado hace días y no conseguía llegar al sueño profundo como solía pasar. Tras horas de meditación no conseguía ningún indicio. Lo mejor sería dejar eso de lado de momento y revisarlo más tarde, ahora tenía una tarea en la que enfocarse. Salió del salón y fue por sus discípulos que se encontraban entrenando para esas horas. Tras darles aviso de las directivas estos fueron a cambiarse y al cabo de media hora estaban disponibles en la entrada, revisando las condiciones de la nave. Se trataba de un ejemplar cuya forma recordaba a un bote y portaba una luz azul que colgaba de la parte frontal, muy similar a los peces linterna. La paz del grupo fue rota cuando un miembro del clan bajó rápido al encuentro de estos alertándolos de un incidente en el cuadrante cincuenta, sección primera, algo relacionado a experimentos que habían llevado a cabo en un laboratorio y con los cuales el equipo enviado no podría contener por mucho tiempo, siendo que ellos eran los disponibles en la plataforma se les pedía asistir en tanto pudieran conformar un ejército como tal.
Con lo que tenían a manos emprendieron el viaje, el guqin era su arma principal desde el accidente por lo que se obligó a llevarlo consigo en este caso. La nave se alzó y cruzó la atmósfera de Cloud Recesses en apenas un minuto. Llegaron al lugar con visibles incidentes, rápidamente Lan Sizhui, Lan Jingyi y Su She, fueron los primeros en desplazarse mientras Lan Zhan controlaba desde las alturas, desde los techos tenía una posición estratégica. Escuchó gritos y golpes y acudió al lugar, esperando ver cuál era la amenaza y controlar el tema, sin entrar en combate directo.
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Si Wuxian hubiera tenido tiempo suficiente, habría admirado la belleza del sitio e incluso se habría sentido muy contento de explorarlo en su totalidad, incapaz de mantenerse quieto por mucho tiempo debido a su impetuosa y alegre naturaleza, más no era este el caso, estaba a) en un planeta desconocido, b) en alguna parte donde lo habían despertado y encerrado en una cápsula que francamente le traía muchos malos recuerdos de haber estado atrapado en su nave al morir, y c) que en serio estaba vivo, y completo, su piel inmaculada, ni siquiera una cicatriz de viejas heridas se conservaba en este, d) estos lo tenían con poca ropa lo cuál lo perturbaba también puesto que esas vendas solo cubrían sus partes necesarias no se consideraba que fuera moda al juzgar por como el resto vestía.Esto no era justo, el si bien no estaba feliz de estar muerto, tampoco de estar vivo sin saber las intenciones de estos, además confiarse en que seguramente prometerían muchas cosas sería otra mentira. Por eso había dejado que su lado guerrero saliera a flote, siendo emboscado por varios flancos, estar en desventaja no era una desconocida acción, y lo sentía trataría de no matarlos más poco prometía al respecto con eso.
En su mirada y rostro estaban los gestos de alguien que estaba listo para esto, en cuanto los primeros atacaron solo los evadío, como si no pudiera ser capaz de acercarse a ellos, generando que estos se confiaran solo para verse cayendo estrepitosamente, los había estado midiendo para ver como se movían, no por algo era un ser usado para la guerra por si solo con el resto de los elementos.
Con esa corta ventaja también se había quedado con algunas de sus armas en defensa y contendía con grupos de 3 a 5 miembros por los techos y suelos, no se le veía tan cansado, más Wei Ying sabía que su energía estaba disminuyendo lentamente, no tenía el descanso adecuado y ahora que otros caían por el aire murmuró maldiciones en su idioma propio, uno de estos parecía altamente torpe en sus movimientos (Su She) mientras que los otros dos eran demasiado jóvenes (Lan Sizhui y Lan Jingyi) y arriesgandosé contra este. Casí había terminado de desarmar al primero cuando casi resbalo del techo aunque mantuvo el equilibrio por poco.
Arriba de su cabeza flotaba una nave, Wuxian se haría con ella y saldria huyendo en cuando se deshiciera de estos perseguidores.
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Cruzó el espacio de un techo a otro hasta dar con el lugar donde estaban batallando. Eran tres blancos contra uno … ¿acaso eran vendas? Supuso que la amenaza sería mucho peor, y no lo decía porque no tuviera técnica o fuera bueno, sino porque no dejaba de ser una sola persona sin protecciones, sin más que unas pocas ropas combatiendo con las que parecían unas improvisadas armas. Parecía probar el agarre con cada golpe, estaba seguro que se trataba de alguien con condiciones para el cultivo. Lan Zhan decidió esperar, no le parecía correcto intervenir sobre las acciones de sus discípulos. Con Su She tendrían que mejorar algunas cosas ya que había dejado a sus dos camaradas luchando solos, abandonando un flanco del equipo. Desde su garganta brotó un sonido desaprobatorio. Pero lo que más llamó la atención del hombre no fue la técnica del contrincante y su destreza, sino que parecía luchar con determinación. Pocas veces había observado aquella mirada profunda, no era por miedo, sino por decisión de vivir su lucha. Aquellos eran de los peores contrincantes y lo sabía. Pero ¿quién era y por qué luchaba contra quienes le pedían bajar las armas?
Al ver que los más jóvenes del equipo dudaban y a Su She sin poder recuperarse, tomó su guqin y tocó las suaves primeras notas de “Inquiry”, una melodía lenta y tranquilizadora que solo buscaba mantenerlo a raya y consultar sus verdaderas intenciones, si bien las palabras no eran lo suyo, estaba seguro que la música podía expresar aún mucho más en menos tiempo además levantó una de sus manos en señal de cese a las agresiones, solo movimientos defensivos por parte de su clan. Aquella guerra ni siquiera se trataba de una agresión directa en su casa. Lan Zhan, se quedó visible, a unos metros de estos, sobre el tejado sin dejar de clavar su mirada en la contraparte.
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Nada mal, dos de ellos podŕían lograr sobreponerse a él cuando el cansancio fuera mucho más notorio, pero Wei Ying era conocido por ser muy testarudo al respecto, y ciertamente no se dejaría ganar si podía tener la oportunidad de llevarse aquella nave para si mismo y darse el tiempo no solo de reconocer en donde estaba sino de tener recuperación adecuada para sus heridas. Se sentía observado de modo penetrante, asumió que sería claro la persona que se encontraba en la parte superior de la nave. Bueno pronto tendría su atención y se vería obligado a dejar la seguridad de esta, que si era completamente incómodo pelear con aquellas vendas y con armas no suyas, siempre intentando pasar aquellos límites que otros buscaban imponerle del modo que fuera, no era sencillo pero ya se había liberado de uno de ellos, y otros tantos se quedaron por el camino, sentía hambre y un sin fin de emociones que retornaban para alguien que por mucho tiempo estuvo muerto.
Ha sido placentero pero tengo tantas cosas que hacer... Dijo mirando a esos pequeños con sus trajecillos blancos, seguro que no entenderían nada de lo que dijera, pero ya tenía sus movimientos estudiados, era hora de moverse, y fue así como empeźo a devolver mucho más brutalmente los golpes y ataques, avanzando pasos aunque ciertamente hasta ahora no mato a nadie, solo los incapacito por un buen rato.
La melodía fue un tanto repentina pero le hizo entrecerrar sus ojos, ¿Qué busca realmente con esto? Se rpreguntó a sí mismo, bueno no importaba lo que deseara no lo tendría, pero si de eso se trataba tal vez necesitaba comandar algo más que solo las armas. Wei Ying por algo se había adaptado a los sonidos.
Sonriendo como un gato que acaba de encontrar a un gordo y jugoso canario, paso a un lado de los temporalmente congelados chicos que estaban divididos en lo que sea que les hubieran ordenado, la nave no se encontraba tan lejos, solo necesitaba pasar exítosamente al nuevo de blanco con el Guqin. Sería divertido enfrentarlo pero no creia que fuera a ganar como con los otros en el estado en que se encontraba, necesitaría su fuerza completa, Wei Ying se puso a silbar y como un llamado varias aves llegaron a fungir como una distracción, más no se veían comunes, sino como una forma de energía, rojiza. Distraigan a todos los que se acerquen. Les comando.
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─ Maldición ─ abandonó la melodía, no parecía tener el efecto esperado la música del guqin, sumado tenía a sus dos discípulos restantes paralizados en el camino. Aún no había considerado el verdadero objetivo del hombre de las vendas. Posiblemente estaba en modo berserk atacando todo lo que se le anteponía con…¿La nave?¿Acaso era eso lo que buscaba? un medio para salir de allí. Se giró al oír graznidos a lo lejos, una parvada se acercaba desde diversas direcciones con claras intenciones de atacar lo que fuera que se antepusiera en el camino de este. Se acoplaban como si se tratara de su guía.
Recordó que la ayuda estaba en camino y solo debía mantenerlo controlado el tiempo suficiente. Selló el acceso a la nave, no le dejaría tan sencilla la vía de escape.
Mientras tanto lo que se le ocurrió fue tocar unas cuantas notas para espantar las aves ya que en caso de continuar terminarían por impedir el descenso de las otras naves de Gusu Lan que ya debían de estar en arribando.
Por el rabillo del ojo notó que Su She se estaba encargando de quitarle la parálisis a sus compañeros, por lo que era momento de abandonarlos e ir al encuentro del extraño. Disponía de amuletos que podrían bloquearle el paso por unos momentos, aunque al ver su experiencia y decisión podía confirmar que no lo mantendrían por mucho tiempo detenido.
A pesar de su historial, decidió no perderlo de vista y aprovechó a seguir su huida, aun sabiendo que mañana la herida volvería a dolerle como la primera vez. Guardó el guqin y salió corriendo a buscarlo con su espada en mano, era preferible no dejar todo al azar, el momento de paz había terminado.
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Tenía intenciones de gritar de felicidad, era una sensación que no sentía hace tiempo, pero cuando vio que sus comandos eran escuchados supo que no todo estaba perdido, que sus habilidades si podrían servir para protegerse a si mismo, el error que la mayoría cometía era tratarlo o de idiota a pesar de que si, era impulsivo o que a veces sus planes no eran convencionales o jugarle mal, y como había pasado con los Jin, el como muchos otros se había confiado del honor de esas basuras, para que al final destruyeran a los que tenía no solo una lealtad sino lo más cercano a una relación de familia, y no era una situación que pensará olvidar o perdonar.Que tierno, pensó que tendría efecto en mí. Dijo viendo como el nuevo extraño entendía que no funcionaba, al menos había intentado hacerlo en un modo completamente distinto a los otros, pero mientras pudiera ver como peleaban encotraría la forma de burlar sus defensas o intentarlo. Por ende se deslizaba por todas partes, como uno solo con las aves aunque era notoría la posición donde se encontraba exactamente.
No será tan sencillo burlarlo es demasiado inteligente, piensa Wei Ying, ¿Como lo despistarías para hacerlo perder tiempo? Era pensar en planes al momento no siempre funcionaban, pero no quedaba de otro modo. Hmm tenía una espada en la mano quiza un poco de pelea cara a cara podía servirle, cambio un poco el rumbo para "permitir" que lo alcanzara y cuando lo tuvo casi cerca formo un sonrisa juguetona en sus labios antes de intentar tirarlo del techo con su propia espada.
La nave estaba ya solo a unos cuantos metros... era cosa solo de minutos ya.
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No parecía estar molesto, por el contrario, estaba disfrutando como un niño que se escapa de su casa y sale libre a correr por el patio mientras sus tutores corren tras este. No mostraba intenciones hostiles ya que sus camaradas estaban paralizados mas no heridos. Comenzó a correr tras la bandada de aves notando que no podía identificar a la persona en medio, era realmente difícil apuntar o atacar sin saber exactamente dónde, a pesar de esto no perdió de vista al conjunto, confiando en la llegada de las otras naves, allí podría empeorar o mejorar la situación. Con una rápida mirada pidió a los suyos controlar la nave ya que era la única salida que tenía de aquel lugar.
Estaba confundido, si bien llevaba su espada a mano sin desenfundar, no era su idea atacar sino mas bien amenazar. La paz debía prevalecer después de todo.
- ¡Detente…!- clamó mientras avanzaban en una frenética e interminable corrida.
- ¿Cuál es tu meta? - consultó una vez mas tras cruzar otro tejado y esperando respuesta.
De pronto cesó la marcha y pudo ver al fin su rostro, era tal y como esperaba, el rostro de un niño divirtiéndose con sus travesuras.
Intentó tomar su espada del agarre para quitarle estabilidad pero Lan Zhan apoyó su otro pie de base y al cambiar el peso desenfundó la espada quedándose entre el forajido y la nave, si iba a pasar, primero debía dejarlo fuera de combate.
- No quiero pelear contigo, no me obligues a hacerlo, acabas de alterar el lugar completo - le señaló con su mano libre el espacio por el que habían pasado ambos hace apenas unos segundos, parecía como si un huracán hubiera pasado por allí. Examinó su reacción para chequear que no estuviera orate y ver si podían dialogar de par a par.
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Se divertía como hace mucho no sentía dicha euforia, como antaño cuando a los que jugaba una que otra broma era a sus Wen, no los del bastardo que arruino el nombre, sino aquellos que eran su familia, por mucho que trato de protegerlos, de asegurar que no eran los monstruos que el resto del mundo pintaba que eran, poco pudo hacer al respecto, había sido tan doloroso haber perdido el control que enfrento a medio universo para tratar de salvarlos.
Igualmente, los que lo perseguían no tenía idea de que intenciones realmente tenían, salvo que si podía no matar a nadie se vería mucho más inocente, incluso desconocía en que parte del universo es que se encontraba del todo, no parecía ser territorio conocido, pero por lo que medio entendía todos eran Lan, que confuso que se llamarán igual.
Como fuera si era la única nave que estaba al alcance de su mano no podía perder tiempo alguno en subirse a ella, mirando como solo una persona ya era la única siguiéndolo, tenia que admitir que no era malo, se veía agradable a la vista, y Wei Ying que había sido un coqueto en otros tiempos no dejaba de admirar a tan fino espécimen que tenía de frente, delicioso decía su cerebro, y con ese porte parecía etéreo.
No, no lo iba a dejar pasar, por lo que formo un puchero en su rostro, no entendía nada del idioma en que le hablaba, pero se señalo a si mismo y a la nave, iba a subir a la buena o la mala. -No es mi culpa si ellos me vienen siguiendo. Me trajeron aquí sin decirme nada y no sé quiénes son, pueden ser gente mala. -Dijo y sin más trato de pasar por un lado en una forma de poderse escurrir entre la defensa que tenía el otro, no debía perder tiempo peleando, no tenía las energías necesarias para eso.
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Si bien no era de los mas expresivos intentó hacerse entender, sobre todo al ver que no le respondía con palabras sino que parecía sentirse acorralado o algo por el estilo a considerar que de momento la única salida que tenía era pasar por sobre él y meterse a la nave. Lo sentía como un pequeño hermano suyo hallado en medio de una travesura, agotando su última instancia antes del castigo. Y no muy lejos de ellos se acercaba personal del laboratorio (lo poco que quedaba), con una especie de arma no letal, usada sólo para el control de lo que sea que manejan dentro de sus instalaciones o alrededores. Lan no conocía bien lo que realmente se investigaba en ese lugar, pero si se trataba de seres vivos y eran maltratados de esta forma que necesitaban escapar como sea… algo no le cerraba del todo.Se encontraba ante el gran dilema, hacer lo que debía y entregar al “espécimen” que había escapado o seguir su corazón y ceder ante ese rostro compungido que lo miraba como gato bajo la lluvia.
Sumado a todo esto sabía que contaba con pocas posibilidades de ayudarle en espacio abierto porque en breve llegaría el grupo de ayuda que no solo los triplicaban en cantidad sino que además tenían entrenamiento avanzado en controlar el caos.
- Maldición - susurró, sabiendo que estaba entre la espada y la pared pero si tenían un ápice de suerte aún podía darle una mano y llevarlo a otra atmósfera donde pudiera esconderse un tiempo o incluso a su hogar como un infiltrado hasta conocer sus motivos, su historia y lo que sea que pasó con esta criatura que no distaba mucho de uno de ellos ahora que podía contemplarlo de cerca.
Lo mejor es que se viera como un asalto o un secuestro. Lo observó abriendo sus ojos bien grandes en señal de atención, con su mano contraria le hizo el gesto de avance esperando que este lo evadiera como fuera así podía subirse a la nave y sin importar si sabía o no manejarla, no importaba porque allí estaría él detrás, siguiéndole los pasos en plan persecución ¿Cómo hablar cuando no había un idioma en común? No lo sabía, solamente esperaba que fuera ya y no se demorara demasiado porque no había tiempo que perder si es que querían tener al menos una mínima chance.
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Cualquiera con un mediano juicio sentiría que era normal al que si terminabas en un sitio desconocido con gente mirándote como si fueras un demente (aunque eso le pasaba también a menudo estando en vida pasada por decirlo asi) lo más lógico era salir corriendo y ponerse a salvo, además no tenía idea alguna de lo que pretendían hacerle o el motivo por el que se encontraba ahí, lejos de comprender el idioma en que le hablasen.El sujeto bonito frente a si mismo se veía como si necesitara una buena noche de diversión, no le molestaría ser quien lo hiciera, pero estaba en un sitio donde ni sabía si además habitaban otro tipo de personas alrededor como un pueblo, eso no impidió mantener su mirada fija en este esperando el primer descuido para salir corriendo, Wei Ying sabía que era veloz, aun cuando este lo alcanzara pronto, eso era lo que más divertía, que parecía tener un igual.
Aunque la prioridad era saber en donde se encontraba realmente, pero escapar para poner en orden sus ideas, presentía que no sería tan sencillo, ya los que lo habían capturado parecían alarmados de que pudiera haber escapado. No volvería con ellos, lo sentía mucho, pero algo le gritaba que planeaban cosas no buenas para él, no sería el arma que ellos pudieran usar en contra de la vida, una vez lo usaron de ese modo para eliminar a la poca familia que el consideraba como invaluable, nunca más.
Como el tiempo continuaba agotándose y se encontraban en una encrucijada, lo mejor era tomar las cosas en sus manos, ya los escuchaba acercarse cada vez más a aquellos encargados de llevarlo de regreso, no eran todos, pues Wei Ying los había noqueado bastante fuerte.
Apenas dio un paso, vio una señal, no pudo menos que sentirse complacido de que le diera el tiempo de poder avanzar para ir a la nave. Fingiendo que se iría directamente al ataque, en los últimos momentos lo evadió soltando esa risa que había estado conteniendo para abordar la nave…de la que no sabía nada, así que lo que una persona normal haría era justo lo mismo que él: tocarlo todo a ver cual era el botón adecuado o el mando.
No tuvo que girarse para saber que el otro había abordado la nave, una que no se movía, asi que con un montón de gestos de manos y su no entendible idioma le hablo. -Ayúdame a mover esta nave no tengo idea de como hacerlo. -Con esperanza de que pudiera comprenderlo, el a su vez se encargaría de sus perseguidores.
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Creía que había entendido la propuesta, aún no sabía cómo y tampoco sabía en lo que se estaba metiendo con sus ideas. Confiaba en la corazonada que le había dicho que era mala idea entregar al individuo, si la suerte había querido que fuera libre era porque su destino estaba lejos de ese lugar. Simuló haber caído mal para esquivar el ataque en una simulación totalmente improvisada por parte de ambos, y apenas aterrizó volvió a seguirlo, esta vez con dirección a la nave. Los que habían venido con él no estaban en su campo de visión e imaginaba que habían sido vencidos por este y quedado atrás. El resto del clan Lan no demoraría en llegar, apuró su paso y encaró hacia la sala de control. El prófugo se notaba tenso y nervioso, era evidente que no sabía manejar la nave. Por su parte no era normal que la piloteara pero sabía cómo hacerlo.
Le asintió para luego pedirle espacio con un suave movimiento para que lo dejara cerrar las puertas de acceso desde la consola y tras esto echó un vistazo al cielo. Unas luces azules se divisaron en el horizonte y se ampliaban. No encendió las de la nave, estaba seguro que en caso de una fuga lo que menos le importaría sería el tema de la seguridad. Activó el despegue y giró la dirección en sentido inverso a las luces. Lo miró y señaló el asiento del copiloto, mientras tenía la atención de este le mostró la forma de asegurarse al asiento para el despegue que ya estaba en curso, en medio de las vibraciones de la nave.
Un grupo salió despedido por los costados de la nave por la fuerza de las turbinas y dejaron de tener apoyo en la plataforma. Cruzaron el cielo y salieron despedidos al espacio donde la presión hacía el viaje lento. Se desabrochó el cinturón de contención y tras estabilizar la nave lo estudió con más tranquilidad. Se trataba de un chico joven y de mirada curiosa.
- ¿Quién eres? ¿Por qué te tenían cautivo en ese laboratorio? - preguntó lento para ver qué tanto lo entendía. Supuso que podía estar herido y esa fué su consulta siguiente. Se levantó del asiento y fue a un armario de donde tomó una túnica de su clan y se la entregó ya que sus ropas estaban rotas en varios lados.
~ Sin prisa pero con alma ~
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Podía encontrar más de una sola razón por la que era mejor salir corriendo ahora, no tenía tanto tiempo como pensaba, cada momento era una ventaja para sus enemigos, no podía considerar un aliado a quien no conociera, sus motivaciones, lo sentía en el fondo, y lo creía fervientemente, eran usarlo para algo no bueno. Wei Ying creía que esos tiempos ya eran pasados, recordaba a sus Wen, los que se habían jugado la vida por él. A cambio el fervientemente intento devolverles un poco de ello, de no ser por los Jin, aquellos usurpadores, y sus amenazas, él no se habría visto en la necesidad de crearles una forma de escapar que no involucrase algo similar a una guerra galáctica. El destino era cruel con él, al traerlo de vuelta a la vida, sabía que sería cuestión de tiempo para que preguntasen por la fuente de su poder, uno que temieran en su tiempo, el que le daba la fama de un ser divino, algo de risa, porque nunca se consideró como uno.
Mayormente casi todos se quedaron atrás gracias a las ilusiones creadas, o mejor dicho por las aves que conjurase, tardarían en dispersarse, a menos que el quedase completamente sin una sola gota de energías, o se desmayase, lo que pasara primero. Deseaba continuar peleado con ese sujeto de blanco, era bueno, y su fuerza parecía controlada.
Se apartó de la nave, comprendiendo que lo ayudaría, sus ojos grises miraban lo que hacía con bastante interés, tanto que el sin una sola gota de vergüenza invadía el espacio personal ajeno, para ver antes de que con un puchero se sentase en donde indicaba, no es que no supiera lo que una nave hace, sino que realmente quería verlo para hacerlo por sí mismo. La nave se movía, era un completo éxito, pensó, pero, aun así, los captores no dejarían que se fuera tan fácilmente, de eso estaba seguro.
La nave ya no iba tan rápido, podía sentir la mirada de este sobre su persona, una mirada intensa que parecía leer su alma. Ladeo su cabeza, no se comunicaban de la misma forma, así que era difícil entender de que le estaba hablando, por lo que encogía sus hombros. –¿No sé? Libre, malos, ellos son los malos. –Suponía que preguntaba por los otros científicos, y luego tomo las túnicas que le daba, recordó que estaba casi desnudo, salvo por unas vendas a su alrededor, mismas que se empezó a desatar ahí mismo frente al otro.
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Estaba totalmente en falta y lo sabía. Su mente buscaba uno y mil motivos para incumplir con las rigurosas reglas del clan Lan que conocía de memoria, grabadas en su ser como las líneas de sus manos. Su rostro permanecía serio pero sereno y atento a cualquier inconveniente. Las luces de la nave quedarían apagadas hasta salir de la zona para no ser detectados, caso contrario tendría que idear un buen plan para librarse de la reprimenda y castigo que le esperaban en Receso de las Nubes.
Notó que debajo de la nave, aquellos que intentaron volver a capturar al chico, estaban intentando defenderse del constante ataque de pájaros imaginarios, lo que confirmaba que no iban a poder incriminarlo. Eso era algo positivo. En todo momento lo habían visto combatir al supuesto reo y no colaborar con él. Algo en el corazón de Lan Wang Ji, le decía que no era un reo como tal. Seguramente lo habían mantenido en ese laboratorio por algo, y por todo el despliegue de personal podía confirmar que había algo que no debía salir a la luz y ese chico lo sabía o era parte del plan mantenerlo cautivo.
Intentó comunicarse, aunque no era lo mas sencillo porque apenas podía entender algunas palabras y, por otro lado, él mismo no era el ser mas sociable del mundo. Asintió a sus palabras, era evidente que lo tenían en el lugar contra su voluntad, de no ser asi no tenía lógica que buscara huir de allí. El tema era saber los motivos.
Tras tomar una túnica del guardarropas que pudiera quedarle se la entregó haciendo un claro gesto de “puedes ponerte esto” asi pasar por uno mas del clan antes que un fugitivo.
Lo que no esperó es que este empezara a quitarse las pocas vendas que le cubrían el cuerpo de un momento a otro. Los ojos de Lan Wang Ji se abrieron de par en par, y con rapidez se giró hacia el guardarropas nuevamente haciendo como que buscaba algo dentro. Sus mejillas lucían tenuemente rosadas tras la rápida imagen. No era normal que tomara baños con sus compañeros por la vergüenza que le daba mostrar sus lesiones frente a los demás. En su clan era visto como un maestro y prefería hacerlo en solitario por ese mismo motivo. Esperó hasta oír algún ruido que le indicara que podía darse vuelta sin sorprenderlo desnudo.
Tocaba presentarse y para hacerlo se tocó el pecho en señal de presentación.
- Yo Lan Wang Ji ¿Tu? - terminó la consulta señalándole, para saber al menos cómo referirse a él y después dónde ir para que no lo buscaran.
~ Sin prisa pero con alma ~
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Phoenix
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La herida en su mano era curiosa, o mejor dicho extraña, un cultivador no debería tener problema alguno en lograr que la sangre parase de salir de dicha herida con un núcleo dorado, era lo que más los protegía después de todo. De acuerdo, no suelen recibir a muchos visitantes, discúlpelos si llegan a verse algo rudos con un desconocido. Era un riesgo llevarlo a la aldea, pero era lo más cercano a su parecer que ir a ciegas buscando en otro sitio a un médico, por demás la mayoría de los Wen en ella eran mejores en medicina que él. No importaba tanto que la aventura en el exterior fuera algo corta esta primera ocasión, un deber de los cultivadores era ayudar a aquellos que lo necesitaban y este joven en verdad si no era tratado podía terminar muriendo o peor por la falta de sangre. Vengo de ella, es por eso que el camino lo sé hasta con los ojos cerrados, no tengas preocupaciones por ello. Ahora esperaba que los mayores no quisieran dejarlo afuera solo por eso, pero como decía, era un deber también médico atender a los necesitados.
Lo hago con gusto, nunca dejaría atrás a alguien que puede necesitar ayuda, iría en contra de todo lo que me hace un cultivador, entiendo porque no querías que matase a tu familiar, era una persona amada para ti, la compasión es algo de lo que muchos carecen. Era por más decir que el estado de las tierras de sus mayores estaban así, no cabía duda de que los cultivadores de grandes clanes solo se interesaban en casi lo que se centraba en sus tierras, ni siquiera entendía porque dejaban que esto llegase a tan grande magnitud, era así como las tierras se volvían infértiles e igual a los túmulos funerarios.
Comprendía poco del razonamiento de aquellos que lo trajeron a la vida, no encontraba como es que lo lograron, porque su cuerpo no conservaba algunas heridas que en vida se hiciera y de las que conservase, no es que se viera todo el cuerpo entre la prisa, pero recordaba una en su mano que era pequeña hecha del pequeño Yuan que ya no se veía reflejada, iba en contra de todo lo que sabía el dudar de los que lo revivieron, pero el instinto decía que no eran lo que aparentaban.
Por ende, es que había terminado por escapar del complejo y de buscar cómo llegar a un sitio seguro, recordaba vagamente un camino a un grupo religioso que eran algo así como guardianes de su legado, si los encontraba, podrían darle más detalles.
El cansancio iba siendo mayor conforme la nave ascendía, su control a larga distancia de las aves tomaba mucha de su energía, algo que debió pensar, aunque su modus operandi casi siempre era hazlo y luego piénsalo, eso evitaría que los vieran o que lo continuaran buscando…por ahora, incluso sentía algo de nausea y mareo. Trato de mantener la concentración, más era casi imposible, su mente aun procesaba todo lo vivido, cuál bajón de adrenalina, ahora solo quería dormir un poco, más no se sentía a salvo del todo.
Solo quedaba confirmar si el bonito extraño de verdad le prestaría una ayuda o era una forma de ganar tiempo antes de que otros llegaran para llevárselo, aun cuando eso sería una completa pena, el otro realmente le atraía en una forma curiosa, no decía demasiado, era tan serio, quería molestarlo para generarle reacciones.
Mientras tanto es que justamente pensaba en la ropa, pero había llegado con clara evidencia la túnica, y tuvo que ahogarse de risa, ¿acaso el bonito era tímido? ¡Qué tierno! Para no hacerlo sufrir demasiado, trato de vestirse pronto, pero era un poco complicado porque no estaba acostumbrado a ese estilo de túnica. Hizo un ruido de molestia, pero gano esa batalla. Ahora sí que podía verlo de frente. Lan Wang Ji, se dijo en su mente y comprendía que quería que dijera. - ¡Wei Ying! –Dijo señalándose con entusiasmo, porque no sabía si alguien recordaría en los viejos extractos el nombre de Wuxian. - ¿Sabes a dónde vamos? –Intento hacer los gestos con sus manos para indicar el camino.
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