Bueno, el último tiempo tenía demasiadas cosas en la cabeza y especialmente todo lo que pasaba con Sam dándole vueltas. Creía que el único que podía ayudarle un poco, o por lo menos escucharla porque sabía que con su hermano podía ser sincera y que no juzgaría de ninguna manera sus sentimientos. Si bien podía decirle si consideraba correcta o no, la situación, lo que quería era poder hablar con alguien de eso que presionaba su pecho y que no podía verbalizar con nadie más. Simplemente porque en nadie confiaba como confiaba en Leo, era su otra mitad.

Se sentó en los jardines con un libro, algo raro en ella, pero intentaba mantener su cabeza ocupada todo el tiempo desde que había sucedido el baile, prefería hacerlo así porque de lo contrario terminaba dándole mente a Sam, a lo que sentía por ella y a lo que habían hablado luego del baile.

Cuando lo vio llegar sonrió levemente, dejando el libro de lado y acomodándose un poco en el árbol donde se encontraba apoyada, sentada al pie del mismo. – Espero no haberte jodido el día con esta improvisada reunión. – Bromeo.

17.01

Tener que fingir delante de todo el mundo estaba siendo una pesadilla. Leo se había puesta la careta de hijo perfecto sin pestañear. Reía de los chistes de sus compañeros y hablaba de lo afortunado que era con su futura esposa. Una mierda, era un puto dolor asqueroso, la hermana de un tío que parecía sacado de una historia de terror. No veía el momento de poder quedarse a solas con sus pensamientos, pero eso significaba terminar con Zephyr en la cabeza.

No quería.

No podía en realidad. Todo lo que tenía que ver con él dolía, se daba cuenta de todos los momentos que podrían haber atesorado y sobre todo como el mundo colapso. Aquella noche estuvo dispuesto a dejarlo todo, dejar que Zephyr lo sacase de la fiesta y no volver. Mierda, si tan solo él no se hubiese marchado, pero lo hizo y ahora ya no había forma de convencer a Leo. No se volvería a acercar, por el bien de todos los involucrados.

Aunque lo matasen por dentro.

Así que cuando su hermana lo cito fue en automático, terminó sus deberes y se encontró con ella en su espacio seguro, allí donde los ojos y oídos indiscretos no pudiesen saber de lo que hablaban.

— Solo tenía que terminar unos deberes de pociones — anunció, aún con la máscara puesta, no quería que Lana lo viese, no en ese momento. Sabía que se daría cuenta enseguida y ya había derramado demasiadas lágrimas —. ¿Qué ocurre?  

 17.01

Por más molesto que podía ser, hablar con alguien era necesario en ese tipo de situaciones. No con cualquier persona, claro estaba, pero su hermano le daría quizás la razón en que todo lo que estaba pasándole por la cabeza era una completa estupidez y que no debía dejar que esas cosas la confundieran de alguna manera. Tenían en claro sus deberes, sus padres se los habían dejado en claro, aunque Leo había sido el primero de los dos que había terminado siendo afectado por aquello. Sabia que no faltaría mucho para que ella lo fuera también, aunque de momento disfrutaba de su libertad.

Lo quedo mirando cuando le dijo que tenía que terminar unos deberes de pociones, asintiendo, ella debería hacerlos también pero realmente no le estaba dedicando el tiempo que debería a las cosas. — No hemos tenido tiempo de hablar desde el baile. — Explico vagamente, mirando el suelo por unos momentos y luego mirándolo a él. — ¿Cómo te sientes con eso? — Primero quería saber como lo había tomado, aunque imaginaba que mal, quería que Leo fuera quien pusiera en palabras sus sentimientos, aunque, conociéndolo, sabía que era muy complicado que fuera totalmente sincero en un principio por lo menos.

17.01