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Recuerdo del primer mensaje :
El recuerdo de nuestro amor
ONE ON ONE • INSPIRED • LIBROS: LOS JUEGOS DEL HAMBRE
Los niños entre 12 y 18 años de los Distritos nunca estarían en paz por aquel juego que tenían que luchar por sus vidas y sobrevivir. Para peor siempre habría un ganador entre todos los tributos de los Distritos y ante el disfrute de los ciudadanos del Capitolio.Los Juegos del Hambre.
Esta historia de amor transcurre en el Distrito 4, uno de los distritos más ricos y dedicados a la pesca, donde Finnick y Annie se conocen. Bueno… se conocían cuando eran niños solo que era una relación de amistad dado que había cierta diferencia de edad y tuvieron caminos separados por un tiempo cuando Finnick ganó los Juegos número 65 a los 14 años. Toda una fortuna porque uno no tenía cómo saber si iba a sobrevivir o no, cuando habían tributos profesionales que hasta entrenaban para los Juegos.
Cinco años después, lamentablemente Annie es elegida como la tributo mujer del Distrito para participar en los Juegos donde Finnick siendo su mentor hace todo lo posible para mantenerla con vida, y poco a poco se va enamorando de ella. Annie tiene la fortuna de lograr ganar solo por suerte y porque tenía una gran capacidad al nadar luego de aquel terremoto que los mismos organizadores produjeron al considerarlo aburrido. Para la tristeza del pelirrojo es que Annie queda completamente traumatizada. ¿Y cómo? Él en esos cinco años también había estado obligado hacer muchas cosas que no deseaba. Los Juegos simplemente eran el mismo infierno. Y es desde ahí que se fueron acercando tratando de soportar esa vida como ganadores.
Esta historia de amor transcurre en el Distrito 4, uno de los distritos más ricos y dedicados a la pesca, donde Finnick y Annie se conocen. Bueno… se conocían cuando eran niños solo que era una relación de amistad dado que había cierta diferencia de edad y tuvieron caminos separados por un tiempo cuando Finnick ganó los Juegos número 65 a los 14 años. Toda una fortuna porque uno no tenía cómo saber si iba a sobrevivir o no, cuando habían tributos profesionales que hasta entrenaban para los Juegos.
Cinco años después, lamentablemente Annie es elegida como la tributo mujer del Distrito para participar en los Juegos donde Finnick siendo su mentor hace todo lo posible para mantenerla con vida, y poco a poco se va enamorando de ella. Annie tiene la fortuna de lograr ganar solo por suerte y porque tenía una gran capacidad al nadar luego de aquel terremoto que los mismos organizadores produjeron al considerarlo aburrido. Para la tristeza del pelirrojo es que Annie queda completamente traumatizada. ¿Y cómo? Él en esos cinco años también había estado obligado hacer muchas cosas que no deseaba. Los Juegos simplemente eran el mismo infierno. Y es desde ahí que se fueron acercando tratando de soportar esa vida como ganadores.
ANNIE CRESTA Vencedora Distrito 4 • Sophie Turner • Rising Sun |
FINNICK ODAIR Vencedor Distrito 4 • Sam Cafflin •Shooting Star |
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2. SOLO SERÁN
UNOS DÍAS
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Annie • CON Finnick • TREN / CAPITOLIO
Ahora que estaba en una edad en la que los sentimientos afloraban, la chica comenzaba a verlo como algo más que un amigo. Era Finnick Odair. ¿Quién se resistía a él? Pero el detalle era que la muchacha veía más allá de la apariencia del chico, le gustaba como podía llegar a ser tan cercano y protector con ella. Annie sentía que al menos tenía algo de felicidad de tenerlo a su lado.
— Gracias. Me gustó mucho el color. — Decía con las mejillas sonrojadas mientras se mecía de un lado a otro de manera tímida. Escucho lo de las coronaciones, recordaba haberlas visto. Antes le parecía algo vistoso, bonito. Hasta que le tocó vivir los juegos. — ¿Quiere decir que también tendré mi corona? — cuestiono lo obvio la chica, pero solo en realidad intentaba de puntualizar la parte ‘bonita’ de la ceremonia. Al final así eran las cosas en el capitolio, lo bonito que había era material porque la mayoría carecía de algo llamado moral. Pero no juzgaría, no todos eran así.
— Uff, saberlo me tranquiliza. No quiero estar allí sola. Aunque sé que en algún momento estarán solo a la distancia. — pero al menos le reconfortaba poder ver a su alrededor y toparse con sus ojos verdes. — Bueno… sí, mejor ensayar un poquito. Ceasar hace su esfuerzo, pero el escándalo del público a veces me bloquea y me pongo nerviosa. — confeso la pelirroja, al menos el presentador tenía la costumbre de sacar lo mejor de los tributos. Pero Annie prefería ya tener una idea de que contestar así no se trababa y por ende no se ponía ansiosa y terminaba en una crisis frente a todos.
— De acuerdo. Pondré lo mejor de mi parte. — le había dicho muchas cosas, pero había logrado captarlas. Soltó un suspiro y sonrió al escuchar la parte del apoyo. — Me haces sentir segura. ¿Lo sabías? — le comento. — ¿Podrías tomar mi mano al menos mientras nos dejen estar cerca? — le pregunto viéndole con ojitos brillantes, necesitaba un poquito de más seguridad en este momento y su mano se la provenía.
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2. Solo serán
unos días
unos días
Finnick • CON Annie • Tren / Capitolio
Estar a solas con Annie solo aumentaba el amor eterno que le tenía. Pero no podía ponerla en riesgo en el Capitolio, nunca se había negado a nada para cuidar a los suyos, no quería correr la misma suerte de Johanna por ejemplo y de muchos otros. Snow era despiadado cuando desobedecían y se iba contra sus seres queridos, con sólo enterarse que sentía una fuerte atracción por Annie se iba a aprovechar de eso, fuera como fuera tenía que resistirse.
Esperaba que no se enamorase y lo viera como un amigo, pues podría soportarlo, todo sería más sencillo. — Tendrás tu corona sí… Te encantará — Sospechaba porque lo había preguntado porque era al menos algo positivo de todo. La coronación seguro sería tranquila lo que si iba a ser polémico iba a ser la entrevista, y tendrían que dar indicaciones como equipo por si acaso le venía una crisis al ver y recordar todo lo sucedido, al Capitolio todo le gustaba hacerlo a su manera mientras fuera todo un espectáculo para la gente.
— Lo que viene será sencillo porque solo te coronaran y ya. Como dije, todo será más difícil mañana. ¿De acuerdo? Es importante que sepas que estaremos contigo, solo focaliza tu atención en alguien en el público y sé concisa. — Repitió, y la idea no era que se deprimiera más. — Oh sí… de eso todos nos encargaremos, ensayaremos y sentirás más seguridad. ¿No te importa dormir mucho esta noche, verdad? ¿O prefieres levantarte mañana muy temprano? — Igual prefería que fuera en la noche, ya que su estilista junto su equipo querría que luciera a su estilo y despampanante. Sí, tendría que estar muchas horas ocupada, para las mujeres y bueno un poco con él, se esmeraban tanto que no sabía como no tenían sueño. Era el doble más exigente que cuando sé era tributo pues ahora eran vencedores.
— Me alegra hacerte sentir más segura. Quiero que estés bien — Señaló con una sonrisa encantadora — Te dejaré tomar mi mano antes que entres. ¿De acuerdo?—Aunque igual se la tomó en ese momento antes de ser llamados que la coronación que quedaba media hora para la coronación y todos debían estar listos.
Fue raptado por el grupo de estilistas que siempre decían que hasta con un atuendo y maquillaje sencillo lucía apetecible. Un poco de maquillaje de aquí por allá ya estaba perfecto con el traje que habían elegido. Le gustaba lucir presentable justamente porque de esa manera se los ganaba y juntaba información.
Tal como prometió, tomó la mano de Annie y la mantuvo así, porque empezaron a llamarlos uno por uno. Por suerte, mencionaron su nombre justo antes que ella — Suerte, hoy eres la estrella — Le guiñó un ojo y salió en medio de unos estruendosos aplausos.
Esperaba que no se enamorase y lo viera como un amigo, pues podría soportarlo, todo sería más sencillo. — Tendrás tu corona sí… Te encantará — Sospechaba porque lo había preguntado porque era al menos algo positivo de todo. La coronación seguro sería tranquila lo que si iba a ser polémico iba a ser la entrevista, y tendrían que dar indicaciones como equipo por si acaso le venía una crisis al ver y recordar todo lo sucedido, al Capitolio todo le gustaba hacerlo a su manera mientras fuera todo un espectáculo para la gente.
— Lo que viene será sencillo porque solo te coronaran y ya. Como dije, todo será más difícil mañana. ¿De acuerdo? Es importante que sepas que estaremos contigo, solo focaliza tu atención en alguien en el público y sé concisa. — Repitió, y la idea no era que se deprimiera más. — Oh sí… de eso todos nos encargaremos, ensayaremos y sentirás más seguridad. ¿No te importa dormir mucho esta noche, verdad? ¿O prefieres levantarte mañana muy temprano? — Igual prefería que fuera en la noche, ya que su estilista junto su equipo querría que luciera a su estilo y despampanante. Sí, tendría que estar muchas horas ocupada, para las mujeres y bueno un poco con él, se esmeraban tanto que no sabía como no tenían sueño. Era el doble más exigente que cuando sé era tributo pues ahora eran vencedores.
— Me alegra hacerte sentir más segura. Quiero que estés bien — Señaló con una sonrisa encantadora — Te dejaré tomar mi mano antes que entres. ¿De acuerdo?—Aunque igual se la tomó en ese momento antes de ser llamados que la coronación que quedaba media hora para la coronación y todos debían estar listos.
Fue raptado por el grupo de estilistas que siempre decían que hasta con un atuendo y maquillaje sencillo lucía apetecible. Un poco de maquillaje de aquí por allá ya estaba perfecto con el traje que habían elegido. Le gustaba lucir presentable justamente porque de esa manera se los ganaba y juntaba información.
Tal como prometió, tomó la mano de Annie y la mantuvo así, porque empezaron a llamarlos uno por uno. Por suerte, mencionaron su nombre justo antes que ella — Suerte, hoy eres la estrella — Le guiñó un ojo y salió en medio de unos estruendosos aplausos.
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2. SOLO SERÁN
UNOS DÍAS
UNOS DÍAS
Annie • CON Finnick • TREN / CAPITOLIO
Annie asintió cuando le menciono con una pequeña sonrisa que sí tendrá la corona. No era por los lujos, no era vanidad, para ella aquella corona era un juguete de consolación por seguir viva. Una distracción a todo lo feo. — Puedo buscar alguien que me parezca gracioso en el público. — intento bromear la muchacha intentando liberar la atención. Aunque estaba segura de que sus ojos querían vagar de un lado para otro buscándolo a él. Pero eso de encontrar alguien gracioso en el Capitolio igual no era cosa difícil, con sus atuendos llamativos y extravagante seguro encontraba alguien que se hubiera excedido con la extravagancia. En fin, lo que tenía era que intentar era el permanecer calmada. Mantener su respiración controlada y así evitar que le diera una de sus crisis allí arriba.
— Que sea en la noche, creo que podré dormir más tranquila si estoy poco más segura de lo que voy a decir mañana. — le confesó la muchacha mientras jugaba con la tela suave de su vestido. Es que si no lo hacía seguro no descansaría bien por la ansiedad, eso sin contar las pesadillas que eran punto aparte.
Estaba por llegar el momento de la verdad, y Annie le miro con ojitos brillantes a Finnick. No podía evitar sentir mariposas cuando notaba aquella encantadora sonrisa. Tomo su mano, eso había calmado el movimiento nervioso que había tenido de estar jugando con su vestido. Aunque ahora jugaba con los dedos del chico. Igual tuvo que soltarlo por unos momentos mientras lo preparaban a él. Pero tal como le prometió antes de entrar al escenario la había tomado de la mano. Casi no quería soltarlo cuando se dio cuenta de que tenía que hacer su entrada. Por un momento se volteó a verlo dándole una sonrisa nerviosa.
Los aplausos le habían resultado algo estruendosos. Intentaba no prestarle atención, pero sí podía sentir como su corazón se aceleraba. — Un dos… tres. Respira. — intentaba decirse a sí misma. Mientras luchaba consigo misma para no llevar sus manos a sus orejas para tapárselas y hacerse una rosca en el suelo en lo que se callaba todo. Los ruidos fuertes, le acordaba los cañonazos de cada vez que un tributo moria, o peor aún el estruendoso ruido del agua cuando cubrió la arena, matando a todos menos a ella que tuvo la dicha de saber nadar y flotar. Sus manos temblaban, y cuando pensó que iba a explotar, que no lo iba a resistir, hicieron callar al público. No había sido un momento largo por fortuna, aunque para Annie se sintió eterno.
— Damas y caballeros, su vencedora de los setentavos Juegos del Hambre. — Anunciaron presentándola. Para así prosiguiera el presidente a colocarle la corona y felicitarla. — Gracias. — le murmuro al hombre casi inaudible. Annie, prácticamente ni se atrevió a mantener la mirada fija sobre él. Buscaba seguir la técnica de Finnick de fijar en alguien más la vista. Porque de verdad que aquel hombre la intimidaba demasiado. Ahora mismo solo quería que le dijeran que podía bajar de aquel escenario y volver a sostener la mano de su mentor. De hecho, lo busco con la mirada, tratando de encontrar una señal en su mirada que le dijera que ya esto estaba por terminar y podía ir a su lado.
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2. Solo serán
unos días
unos días
Finnick • CON Annie • Tren / Capitolio
Finnick quedaba mucho más cautivado con lo tierna que era Annie. No se merecía ningún mal del Capitolio así que trataría de protegerla lo más posible. Se dejaba llevar por las cosas sencillas como era tener en sus manos una linda corona que solo mostraba que tenía casi un carácter de una princesa. Sonrió con encanto y jugo un momento con su cabello. — Son lujos que ya tienes solo por ganar, hay cosas positivas que son más que merecidas— Terminó por decirle. Ese día solo la coronarían, no la llenarían de preguntas aunque si suponía que tendría la típica pregunta a quién le dedicaba el premio o un tema de ese estilo.
— No es por angustiarte pero trata de no nombrar a muchas personas. Solo agradece que tuviste siempre un buen equipo de trabajo y que aún te sorprende que ganaste. — A Annie se le notaba que estaba traumatizada como a muchos otros que habían ganado, aún recordaba a los adictos del otro distrito que para estar bien solo se dejaban llevar por la droga, y de algún modo igual pensaba que era así que no lo cotizaban mucho porque eran inservibles, uno tenía que encontrar el arma para alejarse del Capitolio. En parte, él no se acomplejaba con lo que hacía aún cuando eran abusos, sin embargo, sabía y quería pensar que esos secretos en algún momento iban a servir para destruir a Snow y no importaba si tenía que morir en el intento. Sabía demasiado y también de personas importantes, en parte creía que podía controlarlos y mantenerlos tranquilos.
Talvez. Solo tal vez, Annie se mantendría alejada de todo esto porque sentirían lástima por lo que había pasado. Que sintieran compasión y así podría estar más tranquila junto a su familia, Mags y él. La quería tener apartada de todo y que no se vivenciara lo mismo que pasaba él, que Annie no iba a poder soportarlo.
El tiempo paso rápido y suponía que querían hacerlo así porque si que estaban atrasados. Así que Annie no tuvo que responder ninguna pregunta. El presidente Snow, ese ser horrible que olía a sangre todo el tiempo - sabiendo muy bien el porque - se acercó a ella y le dio la felicitación correspondiente y le dijo que esperaba que se recuperara pronto. Finnick como estaba más lejos no escuchó así que eso solo quedaría entre ella y ese desgraciado. Desde esa distancia, el pelirrojo no quería que la evaluará o analizará más de la cuenta como deseable porque ahí si habrían problemas, sabía que Annie era su debilidad.
Muy pronto los llamaron a ellos para felicitarlos y premiarlos, a Annie la habían hecho sentarse en el asiento ya luciendo esa bonita corona con algunas esmeraldas que entonaban con sus ojos, mientras que el chico la miraba de vez en cuando para que mantuviera la calma. El día de mañana con la entrevista iba a ser más dificil, pero al menos tendrían tiempo para ensayar todo lo que tenían que decir, claramente que con esto ya se daba cuenta que tenía que protegerla más que el triple.
El show dio por terminado entre fuertes aplausos y fue detrás del escenario que recién se pudo acercar. Finnick estaba a punto de intercambiar palabras con ella cuando alguien se le acercó declarando que el presidente lo buscaba, y sabiendo perfectamente para lo que era solo le dijo a Annie. — Volveré en unas horas, aprovecha de comer y descansar — Acarició con suavidad su mano esperando que no se diera cuenta nunca de nada de lo que realmente pasaba con él. Seguro un cerdo no se había podido resistir lo bien que se veía esa noche.
— No es por angustiarte pero trata de no nombrar a muchas personas. Solo agradece que tuviste siempre un buen equipo de trabajo y que aún te sorprende que ganaste. — A Annie se le notaba que estaba traumatizada como a muchos otros que habían ganado, aún recordaba a los adictos del otro distrito que para estar bien solo se dejaban llevar por la droga, y de algún modo igual pensaba que era así que no lo cotizaban mucho porque eran inservibles, uno tenía que encontrar el arma para alejarse del Capitolio. En parte, él no se acomplejaba con lo que hacía aún cuando eran abusos, sin embargo, sabía y quería pensar que esos secretos en algún momento iban a servir para destruir a Snow y no importaba si tenía que morir en el intento. Sabía demasiado y también de personas importantes, en parte creía que podía controlarlos y mantenerlos tranquilos.
Talvez. Solo tal vez, Annie se mantendría alejada de todo esto porque sentirían lástima por lo que había pasado. Que sintieran compasión y así podría estar más tranquila junto a su familia, Mags y él. La quería tener apartada de todo y que no se vivenciara lo mismo que pasaba él, que Annie no iba a poder soportarlo.
El tiempo paso rápido y suponía que querían hacerlo así porque si que estaban atrasados. Así que Annie no tuvo que responder ninguna pregunta. El presidente Snow, ese ser horrible que olía a sangre todo el tiempo - sabiendo muy bien el porque - se acercó a ella y le dio la felicitación correspondiente y le dijo que esperaba que se recuperara pronto. Finnick como estaba más lejos no escuchó así que eso solo quedaría entre ella y ese desgraciado. Desde esa distancia, el pelirrojo no quería que la evaluará o analizará más de la cuenta como deseable porque ahí si habrían problemas, sabía que Annie era su debilidad.
Muy pronto los llamaron a ellos para felicitarlos y premiarlos, a Annie la habían hecho sentarse en el asiento ya luciendo esa bonita corona con algunas esmeraldas que entonaban con sus ojos, mientras que el chico la miraba de vez en cuando para que mantuviera la calma. El día de mañana con la entrevista iba a ser más dificil, pero al menos tendrían tiempo para ensayar todo lo que tenían que decir, claramente que con esto ya se daba cuenta que tenía que protegerla más que el triple.
El show dio por terminado entre fuertes aplausos y fue detrás del escenario que recién se pudo acercar. Finnick estaba a punto de intercambiar palabras con ella cuando alguien se le acercó declarando que el presidente lo buscaba, y sabiendo perfectamente para lo que era solo le dijo a Annie. — Volveré en unas horas, aprovecha de comer y descansar — Acarició con suavidad su mano esperando que no se diera cuenta nunca de nada de lo que realmente pasaba con él. Seguro un cerdo no se había podido resistir lo bien que se veía esa noche.
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2. SOLO SERÁN
UNOS DÍAS
UNOS DÍAS
Annie • CON Finnick • TREN / CAPITOLIO
— Tienes razón. — murmuro. En definitiva, Annie hubiera preferido no tener nada de aquello porque eso implicaba toda la pesadilla por la que tuvo que pasar. Sin embargo, ahí estaba, no podía hacer nada para borrar ese hecho. Lo único que le quedaba era el hecho de saber que nadie había muerto por su mano. Aun así no dejaba de ser traumático. La muerte de su compañero de distrito sin duda fue algo que realmente la marco profundamente. Pero era lo que había y algo bonito tenía que sacar en todo esto. Annie era como una niña que se le dibujaba una sonrisa cuando le ponían una curita con dibujitos sobre un feo golpe.
— Eh sí… no hablar mucho. Yo no sé igual si logre hablar mucho. — Confesó la chica mientras lo miraba. — Equipo de trabajo, y haber ganado. — se repetía a sí misma para recordarlo. No estaba segura de porque se lo decía. Los juegos habían terminado. ¿No? Ella ya no era elegible para más ninguno, y el resto los elegían al azar en la cosecha. ¿Había algo más de lo que se debiera preocupar? Además de sus alucinaciones, ataques de pánicos y pesadillas, por supuesto. Definitivamente, la joven estaba bien, pero luchaba con todas sus fuerzas por mantener la cordura. ¿Después de toda esta pesadilla podría lograr sanar por completo?
Para la pelirroja estar nuevamente en el ojo público habías sido todo un desafío. El ruido la había sacado de su concentración y la había puesto nerviosa. Aun cuando no había hecho el gesto de llevarse las manos a los oídos para tapárselos y hacerse un ovillo en el suelo, sí se podía notar en sus ojos esa pisca de nervios y temor. Era posible que por ello no le habían preguntado tanto, igual de todos modos era la coronación. El momento de la entrevista aún no llegaba. Intento fijarse más en lo bonita que era la corona que le estaban por colocar en su cabeza y sobre todo en los ojos de Finnick. Pues podía notar como el chico con tan solo un gesto o mirada lograba hacerla sentir más segura.
Menos mal que pronto pudo bajarse de allí, pues de igual forma la presencia del presidente Snow tan cerca de ella la intimidaba. Annie deseaba ya poder encontrarse con su mentor, por fortuna no paso tanto tiempo y la chica sintió una sensación de alivio al bajar de aquel escenario. — Mira qué bonita. — le decía la muchacha mostrándole la corona mientras señalaba su cabeza. Solo que no se esperaba que el chico estuviera poco con ella en aquel momento.
— Lo haré, pero… ¿Por qué te vas? ¿No comerás conmigo? — pregunto un tanto confundida mientras le miraba con ojitos brillantes. — Bueno… igual puedo comer con Maggs. ¿Pero tardarás mucho? — continuaba preguntando. Es que de verdad hubiera querido compartir ese momento con él cambien, pero tal parecía que no iba a pasar. Aunque definitivamente en su cabecita no se le ocurría porque razón sería.
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2. Solo serán
unos días
unos días
Finnick • CON Annie • Tren / Capitolio
Agradecía que Annie confiaba tanto en él que era obediente, porque Finnick solo deseaba lo mejor para ella por los sentimientos que tenía y sí que explotaría si llegaban hacerle algo. La pelirroja era muy bonita, pero parecía ser que la imagen de que había quedado vulnerable y debilitada no sería tan atrayente para el Capitolio, ahora estaba al tanto que él quedaría al descubierto porque no se alejaría de ella. Era su mentor.
Acarició su mejilla como la última muestra de apoyo al momento que empezaba la coronación, esta estuvo bien, él no le quito la vista de encima para que se sintiera tranquila, y sí que parecía una pequeña y adorable muñeca que lucía con esa corona que le entregaron, también habían sido premiados ellos, solo sonrió ante los fuertes aplausos hacia su persona desde en un principio que remarco en popularidad aunque claro que en un comienzo ni estaba enterado que era lo significaría eso, no era lo peor, al menos estaba vivo porque para mantenerse en pie a pesar de ideales tan distintos era hacer creer que era uno más parte de ellos. No todos los ciudadanos eran crueles o muy alocados con los juegos, encontrabas de todos y si daban ganas de ser amables con ellos, pero eso pasaba totalmente, el pelinaranja fingía en la ciudad.
También el equipo de organización se podrían dar cuenta de cuanto Annie podría soportar se vio que fue el tiempo adecuado para que la chica se sintiera tranquila. Finnick contempló la corona que le mostraba y volvió a sonreír — Es muy linda, tenemos que buscar un buen rincón y visible de tu casa para que luzca, eso me recuerda que tienes que mudarte a la aldea, hay de todo pero seguro que te querrás llevar algunas cosas, te voy ayudar. ¿Sí? — Señaló mientras intercambiaba palabras con ella. El problema es que fue interrumpió y Finnick trato no mostrar el asco que quiso aparecer en su rostro porque sabía que compartir ya era otra cosa para después, detestaba eso pero ya no podía salir de ahí porque era la forma que cuidaba a sus seres queridos, ahora estaba Annie de por medio porque a quién siempre protegió era a Mags.
— Perdón, pequeña. Pero ya tendremos tiempo de comer pronto. ¿Quizás en el desayuno? Sí es probable que sí... —Le prometió porque sabía que cuando volvería ya sería tarde y muy probablemente estaría durmiendo. Sabía que Mags distraería a la chica y seguro hasta la acompañaría en su sueño. Lamentaba dejarla pero nada podía hacer contra eso, porque si se comenzaba a negar iba a ser peor y Finnick lo sabía muy bien. — Si... me temo que demorare más de lo debido, pero no te preocupes — Acarició su cabeza y luego se marchó. No era muy grato pasar en el Capitolio solo que aún vivía, se consideraba inteligente y si obtenía buenos beneficios en esas jugadas, tenía que seguir como tal.
Fin del Capítulo
Acarició su mejilla como la última muestra de apoyo al momento que empezaba la coronación, esta estuvo bien, él no le quito la vista de encima para que se sintiera tranquila, y sí que parecía una pequeña y adorable muñeca que lucía con esa corona que le entregaron, también habían sido premiados ellos, solo sonrió ante los fuertes aplausos hacia su persona desde en un principio que remarco en popularidad aunque claro que en un comienzo ni estaba enterado que era lo significaría eso, no era lo peor, al menos estaba vivo porque para mantenerse en pie a pesar de ideales tan distintos era hacer creer que era uno más parte de ellos. No todos los ciudadanos eran crueles o muy alocados con los juegos, encontrabas de todos y si daban ganas de ser amables con ellos, pero eso pasaba totalmente, el pelinaranja fingía en la ciudad.
También el equipo de organización se podrían dar cuenta de cuanto Annie podría soportar se vio que fue el tiempo adecuado para que la chica se sintiera tranquila. Finnick contempló la corona que le mostraba y volvió a sonreír — Es muy linda, tenemos que buscar un buen rincón y visible de tu casa para que luzca, eso me recuerda que tienes que mudarte a la aldea, hay de todo pero seguro que te querrás llevar algunas cosas, te voy ayudar. ¿Sí? — Señaló mientras intercambiaba palabras con ella. El problema es que fue interrumpió y Finnick trato no mostrar el asco que quiso aparecer en su rostro porque sabía que compartir ya era otra cosa para después, detestaba eso pero ya no podía salir de ahí porque era la forma que cuidaba a sus seres queridos, ahora estaba Annie de por medio porque a quién siempre protegió era a Mags.
— Perdón, pequeña. Pero ya tendremos tiempo de comer pronto. ¿Quizás en el desayuno? Sí es probable que sí... —Le prometió porque sabía que cuando volvería ya sería tarde y muy probablemente estaría durmiendo. Sabía que Mags distraería a la chica y seguro hasta la acompañaría en su sueño. Lamentaba dejarla pero nada podía hacer contra eso, porque si se comenzaba a negar iba a ser peor y Finnick lo sabía muy bien. — Si... me temo que demorare más de lo debido, pero no te preocupes — Acarició su cabeza y luego se marchó. No era muy grato pasar en el Capitolio solo que aún vivía, se consideraba inteligente y si obtenía buenos beneficios en esas jugadas, tenía que seguir como tal.
Fin del Capítulo
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3. Enfrentando
los miedos
los miedos
Annie • CON Finnick • Villa de los Vencedores
Al fin había terminado todo aquel bullicio del Tour de la Victoria. La muchacha estaba deseosa de estar en casa. Ya no tendría que estar frente a los lentes las cámaras, ni frente a un público ensordecedor. A veces no comprendía por qué lo celebraban con tanta euforia. Ella no era una celebridad, ni siquiera había un gran espectáculo en la arena. Solo tuvo la suerte de ser la que sabía nadar y, por tanto, terminó siendo la única sobreviviente al final. Es más estaba segura de que nadie habría imaginado verla como vencedora. En fin, nada de eso importaba ya. Annie estaba devuelta en el distrito cuatro. Su hogar.
La pelirroja, como el resto de los vencedores del distrito, ahora vivía en la Villa de los Vencedores. Eso le daba algo de tranquilidad. Ahora más que nunca tendría cerca a Finnick y Maggs. Eso era un gran alivio para ella, pues de todas las personas en el mundo podía decir que eran quienes único realmente la comprendían. En especial Finnick. Siempre atento, siempre protector. Annie no podía evitar que sus ojitos se iluminarán al verlo. Después de los juegos tenerlo cerca era de las pocas cosas que la ponían realmente contenta.
Ella quería tener una vida normal. Pero era claro que jamás volvería a ser la de antes. Los miedos la perseguían. Muchos solían decir que la mejor forma de superar a tus miedos es al enfrentarlos. Por lo que pensó que tal vez eso le ayudaría. ¿Por qué no? A otros les había funcionado. El problema es que la huella que habían dejado aquellos juegos había sido muy grande. Necesitaría más que solo eso. Sin embargo, ahí le había caído la idea de que tal vez si veía los juegos podía darse cuenta de que muchas cosas de las que pasaron no fueron su culpa. Por ejemplo, su compañero de distrito no murió porque ella no lo pudo ayudar. Simplemente, murió porque estuvo parado justo en el lugar equivocado. Más cuando en aquella entrevista se lo mostraron no había tenido el resultado que esperaba. Aquello solo la dejó peor. El ver a detalle, incluso cosa de las que en el momento no se fijo. Ahora hacía que todo le calará aún más en su corazón. Cosa que la dejo más apenada.
Al menos estaba ya en lo que seria su nuevo hogar. La muchacha estaba inquieta de un lado para otro mientras esperaba que Finnick llegara. Así le podía preguntar. Él siempre le tenía respuesta para todo. Además de que prefería que estuviera cerca, pues cuando se ponia intranquila no sabía como iba a terminar por reaccionar. — Bueno, bueno… seguro ya mismo llega. Sí, sí. — se decía así misma mientras caminaba en círculo mientras enrollada un mechón de caballo en su dedo de forma inconsciente por los nervios. Pues últimamente todo se los ponía de punta.
— ¡Finnick! —
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3. Enfrentando
los miedos
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Finnick • CON Annie • Villa de los Vencedores
Odiaba con todas sus fuerzas el Capitolio. En el fondo, sabía que pasaría porque eran muy estrictos con sus reglas y los eventos que seguían iguales a lo largo de los años. Ni siquiera empatizaban con las diferentes personalidades, ni siquiera tomaron en cuenta que Annie había quedado muy mal con los Juegos y aún así le recordaron todo su trauma.
La pudo notar firme en todo momento tratando de contener las lágrimas pero cuando todo terminó y estuvo cerca de ella que se desvaneció. Temblaba tanto y perdió la consciencia. Por suerte, no le vino ninguna crisis que la medicina en la gran ciudad era mucho avanzada a comparación de los otros distritos, pero Finnick temió que la vieran como una débil. No hubo tiempo de preocupaciones porque apenas despertó más sedada que otra cosa, se marcharon de inmediato hacia su distrito donde por un tiempo iban a poder estar en paz, al menos cuando comenzará la gira donde ella era la protagonista y como era su mentor, la podía acompañar.
Habría tiempo para que se recompusiera y que esas crisis se fueran desvaneciendo con el tiempo, lo único que sabía que iba a tener que estar más cerca que nunca junto a Mags que la cuidaba mucho al igual que la propia familia de Annie. Solo esperaba que no se fueran contra ellos que eran las personas más cercanas de la pelirroja.
Ese día, hizo todo lo posible para conseguir algo dulce para llevarle al momento de visitarla. Al encontrarlo, ahí tuvo que detenerse al correr al encontrar a un par de amigos que querían saber como estaba y claro, muy mal, ya quería ser voluntarios para los juegos. El distrito 4 destacaba también por ser de uno de los profesionales y si que estaban más preparados, pero no todos porque era cuestión de suerte. Annie nunca se preparo para eso por eso había quedado tan mal.
Al llegar a la Villa abrió la puerta de la casa de la chica que prefería tener cerca de la suya y al escuchar su nombre. De inmediato fue hasta a ella para abrazarla. Su pequeña. Detestaba verla así de nerviosa cuando antes era una chica tan llena de vida.
Acarició su cabello y su espalda, e hizo que la mirara a los ojos. — Hola, bonita. Lamento la demora buscaba algo para ti que sé que te hará sentir mejor — Dijo con una pequeña sonrisa sin soltarla. Necesitaba asegurarse que se sintiera bien, aunque algo le decía que su compañía le hacía muy bien y no pretendía apartarse.
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3. Enfrentando
los miedos
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Annie • CON Finnick • Villa de los Vencedores
Esos juegos jamás se desaparecerían de su mente. El terror de sobrevivir todo aquello la iba a perseguir por el resto de sus días. Tendría que vivir con ello, y ella quería superarlo. No crean que no lo deseaba, Annie quería ser esa chica risueña y alegre de siempre. La que tenía lindos sueños y no la que tiene pesadillas. Deseaba tanto no sentirse imponente, temerosa y nerviosa, que eso estaba haciendo que a veces hasta se desconectará de la realidad. Para bien o para mal.
Por fortuna para la pelirroja estaba de vuelta en su distrito. Extrañaba tanto ese lugar llamado hogar. Quizás no tenía los lujos o delicias culinarias como las tenía el Capitolio, pero allí estaba tranquila. Además de que allí tenía a la gente que le importaba. Aquello era razón suficiente para querer volver. Aun así cuando llegó faltaba la presencia de alguien, que sabía que no tardaría en aparecer en la nueva casa que le asignaron en la Villa de los vencedores. Ese alguien era Finnick, para Annie era más que su mentor. Poco a poco se dio cuenta de que no solo era su amigo, sino que comenzaba a sentir cosas por el que no podía explicar. Pero que fuera lo que fuera algo era seguro para la chica. Finnick era importante para ella.
Trataba de mantener la calma, últimamente se ponía más impaciente de la cuenta cuando se sentía vulnerable. Tenerlo lejos le hacía sentirse desprotegida aun cuando solo hubiera sido por un período corto. Tenía que trabajar con eso porque no siempre podría estar pendiente de ella por muy que lo deseara. Pues a veces surgían situaciones que estaban fuera de las manos del chico. Si logro sobrevivir a todo aquel macabro juego sola, también podía sobrevivir la vida fuera de ellos por sí misma. Pero todo a su tiempo, ahora lo necesitaba. Necesitaba ese abrazo, esas palabras tranquilizadoras.
No oculto su emoción al verlo llegar. Aquel abrazo fue tan reconfortante que ella solo cerró los ojos y hundió su cabeza en el pecho del chico mientras lo rodeaba con sus brazos. Solo levanto la mirada cuando el chico le habló. — Te extrañé. — Murmuró viéndole con ojitos tristes, sabía que no había sido tanto tiempo, pero para ella este punto era suficiente. — ¿Algo para mí? Gracias. — preguntó ahora con un tono de emoción. Haciendo que su mirada cambiara a una de ilusión por un momento. — ¿Qué me trajiste? — continuo preguntando, aún se sentía agobiada por todo lo ocurrido, pero aquello había generado que su interés se enfocará en lo que chico le había traído. Haciendo que por un momento dejara de pensar en las cosas feas que había vivido y que tuvo que rememorar cuando pusieron frente a ella aquella repetición.
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