1. Es lo más justo y necesario

Emilia sabía en el fondo que Charlie no la quería como merecía, pero estaba tan enamorada que estaba ciega y se negaba dejarlo ir. ¿Qué importaba si era infiel y que la regañara por todo lo que hiciera? Al menos lo tenía a su lado, porque si que estaba pasando por un problema y tenía la esperanza que algún día cambiará. Era capaz de todo por amor.

Era capaz de soportar mientras se mantuvieran unidos. Ella era su chica y no importaba que hubiera una tercera. Se pasaba muchos rollos más que los comentarios siempre llegaban a sus oídos, donde la rubia los dejaba completamente sordos creyendo que Charlie actuaba de forma incorrecta. No se quería, tenía una mala autoestima y sentía que era el único chico capaz de soportarla a lo largo de su vida.

Pero esa tarde fue lo último que pudo tolerar. Y con el corazón destrozado en aquella plaza comenzaron a discutir porque sí, ya no lo aguantaba más y sentía que debía quererse un poco más, solo por una conversación por chat con su hermana que le dejó las cosas claras y que debía terminar con él antes que fuera demasiado tarde.

Lo peor de todo es que ni siquiera fue ella quién lo hizo, en esa discusión soltando palabras dejaron claro muchos puntos, hasta que Charlie dijo que esto no daba para más, que hace mucho que no la amaba y que lo mejor era terminar, alejarse. Ella devastada dijo que no, pero la realidad es que la trató tan mal, donde la terminó por empujar que se dio cuenta que no merecía nada de ella, era triste porque había quedado con el corazón roto y lo iba a extrañar pero era alguien que no quería volver a ver, y sí… quería que todo se diera vuelta y fuera él quién sufriera.

Hace unos días, Aaron había regresado, se habían vuelto amigos porque tenían gustos en común y porque también no quería escuchar el discurso de “te lo dije” de sus amigas con quienes también había rabiado y enojado, prefirió mandarle un mensaje a a él.

¿Puedes venir? Estoy en la plaza… y no me siento bien. No quiero decirles a mis amigas. Charlie me acaba de terminar.

Fue su mensaje, donde claro la rubia solo lo veía como un apoyo porque no quería estar sola.

1. Es lo más justo y necesario

La única razón por la que nunca había tenido una relación estable era porque la chica de la que realmente se había enamorado era prohibida. Aaron respetaba la relación de Charlie y Emilia, siempre había tragado y aguantado pareciendo simplemente alguien que estaba presente en sus vidas con quien podían contar. Pues eso era lo correcto, era lo que los amigos hacían. Sin embargo, desde hacía un tiempo notaba cuanto el chico la trataba mal, hacía menos. ¿Por qué seguía allí? Era una total bandera roja y, sin embargo, él no tenía derecho alguno a meterse en el asunto. Por desgracia, por supuesto.

Aaron sabía que llegaría el día en el que todo se les saliera de las manos, no terminaría bien. Eso era muy triste, porque él prefería verla feliz, aunque fuera con otro. Pero eso no estaba tampoco pasando. Lo peor es que todo aquello podía dejarla lastimada y sin creer en el amor pensando que todos los hombres eran iguales. Y que él nunca se hubiera visto en nada serio, tampoco ayudaba.

El chico se encontraba jugando con unos amigos basket en una cancha de su comunidad cuando escucho su celular sonar. Por fortuna en ese instante había estado cerca de sus cosas tomando agua. Fue ahí donde lo vio, un mensaje de Emilia, dejándole saber que Charlie le había terminado. A otro eso le hubiera dibujado una sonrisa. Era una puerta abierta para él, pero Aaron sabía muy bien que no era algo bueno. Para nada bueno. Estaba sufriendo demasiado si recurría a él primero que a sus amigas. Esto parecía definitivo.

“Salgo para allá, dame diez minutos.”

Le escribió rápido para que supiera que iría. Tomo sus cosas y ni siquiera se despidió. No paso tanto tiempo cuando había logrado localizar a la chica.  — Emi… — murmuro acercándose tocando suave su hombro por la espalda. — ¿Qué paso exactamente? ¿Cómo estás? — la pregunta era hasta estúpida, pero era más para realmente calcular cuan grave era todo. No se atrevió a tocarla mucho por respeto, pero la verdad la veía y solo quería abrazarla.

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Cuando Aaron le respondió se sintió más tranquila y en respuesta solo le puso un emoticon de una carita sonriente cuando la realidad era que no se sintiera así. Cuando se sintió sola en aquella plaza fue cuando le vino toda la angustia y comenzó a llorar en silencio. Pensaba en todo lo que había vivido con Aaron hasta que se comenzó a dar cuenta que eran escasas ocasiones que se sintió completamente feliz, lo aceptaba y había estado muy ciega en creer que eso era normal. Como había sido su primer novio y por mucho tiempo creía que todo estaba bien.

Pero no lo estaba. ¿Cómo iba a ser capaz de olvidarlo? ¿Cómo lo podía seguir queriendo por todo lo que hizo? ¿Por qué ya lo extrañaba ahora que se sentía sola? No era justo porque realmente no lo merecía, la rubia ya estaba teniendo pensamientos intrusivos que era completo su culpa cuando la realidad no era tan así.

Esos 10 minutos se hicieron eternos. La verdad es que se sentía muy vulnerable y esperaba que Aaron no demoraba.  El castaño siempre había sido dulce, protector y  muy atento con ella. Un momento había creído que algo sentía por su persona pero jamás hizo nada y claro que era incorrecto, supuso que había preferido su amistad con Charlie antes que con ella, pero claro, estaba tan enamorada que en el caso lo habría rechazado.

Todo estaba un poquito mejor desde que había vuelto, la realidad es que se llevaban muy bien y eso era lo primero que se fijó para llamarlo a él. De repente llegó y ella lo miró con sus ojos llenos de lágrimas. —Lo siento, sé que luzco completamente patética — Le costaba mantener la mirada sobre sus ojos castaños ya que sentía vergüenza y en el fondo no quería que la viera así.  — No sé.... si específicamente lo de siempre. Lo enfrenté porque en los últimos días estaba siendo brusco conmigo y estaba de mal humor y se lo dije.  En fin... empezamos a pelear y una cosa llevo a la otra... y aquí me vez terminada cuando.... debí haber sido yo quién lo hiciera. — Le decía entre palabras entrecortadas porque en ese instante también se sentía muy humillada. — Gracias por venir... de verdad no quería llamar a mis amigas y que me dijeran "te lo dije"— Sintió que sus mejillas ardían de la vergüenza y también estaba comenzando a sentir rabia por todo esto. Era muy seguro que había conocido a otra y si no tenía nadie muy pronto iba a estar con alguien. Nunca le importo realmente y eso la hacía sentir muy mal porque lo había soportado, debió haber cortado todo desde el momento que empezó.

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Emilia no le había dicho exactamente como habían pasado las cosas. Pero para que llegara a este punto sabía que no había sido algo pequeño. Aaron conocía muy bien como solían ser las cosas entre ellos dos. Siempre siendo el mal tercio, pero lo había aceptado porque al menos cuando estaba presente tal vez ella no se daba cuenta, pero sí él solía intentar sacarle sonrisa con alguna de sus tonterías. Porque desafortunadamente eran más las veces que los veía discutir qué cariñosos. A veces no comprendía como era posible que le aguantara tanto. Cuando podía lo regañaba, pero él solo le salía con el hecho de que ella solo exageraba, que era algo sin importancia. Como si el castaño fuera ciego y sordo, como para no percatarse de como realmente eran las cosas.

Aaron se apresuró lo más que pudo a llegar a la plaza. Fue un puro milagro que no lo detuvieran por rebasar el límite de velocidad y posiblemente uno que otro letrero de Pare. Pero ahí estaba, había llegado a la plaza. Ahora no le interesaba hablar con Charlie, sabía con la que le saldría y no estaba de humor para escucharlo. Las cosas se habían acumulado y el muchacho se preguntaba. ¿Por qué sí, él se retuvo todos esos sentimientos que tenía hacia ella para que fueran felices el muy idiota en vez de aprovecharlo, valorarla, hacia toda esta mierda? Él no le hubiera hecho nada de esto.

Inevitablemente, lo primero que noto fueron sus ojos llenos de lágrimas. — Oye, no tienes que disculparte por llorar, eso no es patético. — le dijo levantando su mentón. — Si duele lo sacas. — le dijo por qué a fin de cuentas cuando le rompían el corazón alguien era algo completamente normal y él sabía a lo que iba, sabía que las posibilidades de encontrarla llorando eran muy altas. — Espera… ¿Cómo que estaba siendo brusco? ¿Qué te hizo? ¿Te puso la mano encima? No puedo creer que cayera tan bajo. — esto ya era el colmo y tal vez estaba haciendo especulaciones, pero si realmente hizo algo de eso había sobrepasado los límites de la idiotez.

Por su mente pasaba el detalle que, a pesar de todo, él nunca le había dicho nada, solo había intentado protegerla desde las sombras. ¿Tendría que esconder todo eso ahora? Aquel tipo no merecía lealtad alguna. — No tienes de que, te lo he dicho, cuentas conmigo. — aseguro el muchacho. — No… no tengo pañuelos aquí, pero sí tengo desechables el auto. — le señalo. — Aunque creo que ahora quizás… ¿Prefieres un abrazo? — cuestiono el muchacho antes de hacer cualquier cosa. — ¿Puedo? — no deseaba que sintiera que se aprovechaba cuando en realidad solo tenía la necesidad de consolarla.

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Emilia tenía hasta por avergonzarse que había sido injusto y poco correcto cuando estaban con Aaron, más de alguna vez la había regañado en su presencia y ella solo lo tomó como chiste, luego veía al chico que la trataba de animar y ella sonreía más de la cuenta, fue como de a poco se fue convirtiendo en su amigo y lo cierto es que lo había extrañado demasiado cuando se marchó. Ahora mismo ella se enfrentaba a lo que era su primer trabajo y hasta estaba meditando si se quedaba o no, porque sería bueno cambiar de lugar y bueno, ahí Aaron llevaba una mejor suerte al respecto aunque se había venido, por lo que tenía entendido también había sufrido por amor, en fin era el único que podría entenderla e incluso animarla. Sus amigas se irían en contra advirtiendo que no fuera ni capaz de volver con él cuando se arrepintiera, lo dudaba, vio a Charlie bastante seguro, pero sabía que sería débil si le rogaba y eso no podía pasar. Tanto por los recuerdos, la humillación de haber pasado todo esto y miles de razones la hicieron llorar en silencio hasta que llegó a Aaron a su lado: ¡Era su héroe!

— Sí que lo es. No me gusta llorar y que los demás sientan pena por mí. ¡Es seguro que hasta lo sentían! — Chilló con profunda tristeza por lo que ocurría y lo que estaba pasando por su mente en ese instante que era pura confusión de emociones que de verdad queria gritar tan fuerte que hasta podría espantar a los vecinos.

Lo cierto es que ni pensó en decirle que había hecho Charlie aún cuando estuviera bien iba a pensar que no había hecho bien en decir lo que hizo.—  Siempre es violento en como me trata, ahora me empujó aunque no me hice daño por suerte. No te involucres, se supone que son amigos. ¿No? — Se preguntaba porque razón había venido directo hacia a ella que buscar de inmediato a Charlie, imaginaba que era por la llamada.

 — Sería bueno porque también me estoy llenando de mocas y ya no veo tantas lágrimas. ¡Ni siquiera sé cómo no esperé y comencé a llorar en mi casa. Es que me da vergüenza. ¿Sabes? Mis padres y hermana están hartos de verme sufriendo por él. — Le confesó mientras se levantaba para ir a su auto quizás allí estaría mejor, se sentía algo débil pero pudo hacerlo. — Oh, Aaron… eres tan tierno… eres el mejor amigo que una puede desear — Exclamó lanzándose encima en un abrazo y se escondió en su pecho, él ni siquiera imaginaba cuanto había necesitado esto, aunque claro, un abrazo te ponía vulnerable así que empezó a llorar mucho más.

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Con todas sus fuerzas había intentado hacer que Charlie la tratara mejor, pero él era tan egocéntrico que no veía sus errores y nunca los aceptaba. Porque ese era el problema mayor. Nunca reconocía cuando hacia las cosas mal y terminaba por culpa a otros. No se sorprendería de que a uno cuando era él quien le estaba siendo infiel a Emilia terminara por buscar una excusa y culparla de la separación. ¿Por él se podía ir a freír espárragos con su amante si quería, pero porque la tenía que humillar de esa manera? No lo comprendía, cuando ella solo tenía ojos para él. Ya hubiera querido él tener alguna de esas miradas para él.

Hubo un momento en el que estuvo distante. Pero ni siquiera había sido por voluntad propia, se había ido a estudiar y llego a pensar que quisas era para bien. Quizás podía dejar a tras sus sentimientos por la chica de su amigo. Más era evidente de que eso no paso. Nada más había visto como había corrido a ella con tan solo un mensaje. El chico negó al escucharla, le dolía verla sufrir. — Te rompieron el corazón. ¿Como no? No eres de piedra. La verdad dudó mucho que ellos… sientan pena. Y yo… yo lo que estoy es molesto la verdad. — y eso que aún no le daba los detalles.

Soltó un bufido frustrado al escucharla. — Ah, pero es que es un animal. Mira que se lo he dicho. Le tiene que bajar tres rayas a su brusquedad, a las mujeres no se les toca… al menos no de esa forma. ¿Cómo no quieres que me involucre Emilia? Es justamente por eso. Los amigos no son solo para ahí ir apoyando, también para dejarle saber cuándo se está mal. Y si se enoja, que se enoje. Ya me tiene hasta las narices de sus tonterías, y esta… ni siquiera fue una tontería, aunque no quedaras con daño. — en estos momentos solo quería romperle la cara y decirle te lo advertí.

Suspiro de forma larga intentando calmarse. No lograría nada si él se alteraba. Volvió a mirarla, esta vez con ternura. — No tienes por qué ir a casa ahora. Ven conmigo. Al menos en lo que te recompones. No dire nada que te vi llorar. Lo prometo. — aseguro el castaño mientras se dirigían a su auto. Le dio una pequeña sonrisa ante sus palabras. Aunque claro, el escuchar la palabra ‘mejor amigo’ era como una puñalada a su propio corazón. Sin embargo, él mismo había sido el que decidió que las cosas fueran así por hacerse a un lado.

— Solo no me gusta verte triste. — murmuro mientras la abrazaba fuertemente y acariciaba su cabello en el proceso. — Todo va a estar bien Emi, ya los verás. — si tan solo lo dejara él podría intentar hacerla feliz. Miro el auto. — Vamos. — dijo abriéndole la puerta, no sin antes besar su frente. — Ten. — le pasaba de los pañuelos desechables mientras se acomodaba dentro del auto. — ¿Sabes algo? — soltó una pequeña risa al caer en cuenta, tuvo suerte. — Me sorprende que la policía no me detuviera. Lo siento, pero creo que se me fue un tanto el pie en el pedal de la gasolina. — le confesó.

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Agradecía de verdad que Aaron estuviera ahí porque al menos aportaba un granito de arena y se sentía más apoyada. Además sentía que era sincero con ella y actuaba como un excelente amigo que no la iba a juzgar si hacía mal, porque ahora si notaba que lo hizo que fue aguantar. Estaba seguro que tenía a otra chica o simplemente quería ser más libre, no se lo había dejado muy claro y solo terminó con ella porque ya estaba cansando. Si, Charlie era muy egocéntrico y no era la primera vez que lo veía con chicas. Nunca iba a ser la única si seguía estando en su vida, lo malo es que debía superarlo.

— Lo peor de todo es que hace mucho que tengo el corazón roto y deje que siguiera rompiéndolo. Entiendo a mis amigas que me juzguen porque sienten miedo de que luego de quejarme vuelva con él como ha pasado hasta ahora. — Murmuró la chica con suavidad porque si se estaba culpando totalmente a ella porque sabía que tuvo que hacer algo desde apenas que comenzó todo, había sido una tonta. — Es que quizás hasta me reclame y crea que me estoy haciendo la víctima cuando solo estoy hablando contigo con lo que pasó. Gracias a Dios no paso nada más pero sé que esconde bastante y solo quería deshacerse de mí, de verdad aunque duela espero que se aleje y ya. — Fue lo que dijo en ese momento, pues Emilia estaba muy voluble y podía cambiar de opinión en minutos, ya que seguía muy confusa con todo.

— Sí, mejor… no quiero estar llorando en la plaza.— Dijo con un puchero ahí sentada cuando le ofreció ir al auto para salir de ahí y también tener esos pañuelos desechables. Soltó un suspiro cuando dijo que quería abrazarla.  —Perdón… es que no puedo controlarlo… sea como sea es como si me hubieran quitado algo de mi y no sé cómo podré superarlo. — Decía llorando entre sus brazos y no estaba del todo bien cuando fueron al auto.— ¿Estás seguro? —Preguntó en cuanto de que iba a estar bien de ahora en adelante.

— Gracias…— Uso los pañuelos y luego comenzó a secarse las lágrimas ahí sentada en el asiento delantero del auto. Se llevó las manos a los labios — Lo siento… si te hubiera pasado algo habría sido mi culpa, que bueno que no te paso nada y si que cuesta pagar un parte, bueno a ti no tanto… tienes suerte de tener un buen trabajo. — Dijo soltando un suspiro y lo miró con sus ojos azulados acuosos y con su nariz tremendamente rojo, si tenía los ojos chinitos de tanto llorar. — ¿Dónde iremos? No quiero quedarme aquí. — Además tenía que mandar un mensaje a casa para decir que llegaría más tarde. Lo cierto es que no quería que se enteraran de nada y cuando le preguntaran solo decir que habían terminado y que no quería saber nada más de Charlie, implorando que no sacaran el tema.

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Todo era muy complicado, a veces no sabía hasta donde estaba bien que metiera sus narices en aquella relación. Siempre había intentado de hacer balance para que no pareciera que su balanza se inclinaba más para un lado que para el otro. Sin embargo, luego de esto era evidente que a Charlie no podía apoyar. Además, seguro andaba como si nada, disfrutando al máximo su momento de aparente soltería. Pues dudaba que realmente lo estuviera, más aún así seguro no era algo permanente. Solo esperaba que no le diera con querer regresar, porque su ego con lo grande que era seguro podía llegar a creer que podía ir y venir cuando le viniera la gana, que Emilia tendría que recibirlo con los brazos abiertos. Eso no podía pasar, no debía de pasar.

— No les quito razón, es que aguantaste mucho. Pero… yo no estoy aquí para regañarte. Lo que paso ya paso. Ahora lo que cuenta es lo que hagas de ahora en adelante. — y es que, aunque sus amigas tenían toda la razón, reclamarle y acordarle todo lo que hizo mal no era algo que ayudaría. Con el tiempo ella misma se daría cuenta o eso esperaba. Además de que él sentía que no era quien para hacerlo, había ayudado como pudo sí… pero no había hecho nada por sacarla de esa relación. — Sería el colmo, sería patético. Porque nada peor que hacer la trastada y luego cantarse inocente, eso sí sería hacerse la víctima. — no se podía culpar por lo que paso, lamentablemente su amigo no era alguien para relaciones serias. — Esperemos, es lo más sano para ambos. — solo esperaba que así fuera.

Por supuesto que no iba a dejar que se sintiera expuesta, o que se llevara un sermón de parte de su familia en estos momentos. No podría salvarla de ello, pero al menos que no fuera en el momento en el cual estaba más vulnerable. — Los cambios no son fáciles, debes vivir primero el duelo de la relación. — murmuraba mientras continuaba acariciando su cabello. — Aun las cosas difíciles pasan Emilia, ahora no los verás claro, pero con el tiempo notaras que sí hay gente que te valora. — comento el muchacho, gente… si claro, como él. Pero no podía ponerse en ese plan, no era correcto en estos momentos.

Estando en el auto al menos tenían un tanto de más privacidad y había podido darle los pañuelos para que se limpiara. — ¿Qué no? No puedes culparte porque sea un arrebatado al volante. Eso es lo que importa, no paso nada. Igual duele, precisamente porque dices… ahí va el dinero por culpa de hacer algo que no debía. — comento el muchacho, admitía sus errores. Pero a veces no podía evitar dejarse llevar cuando se emocionaba o en este caso cuando se llenaba de rabia.

Odiaba verle la carita toda roja y triste de tanto llorar, necesitaba sacarla de allí. — ¿Vamos al mirador a los altos de la ciudad? Es solitario, tiene una linda vista en especial a estas horas. — Sugirió el castaño, solo quería que estuviera en lugar tranquilo. — Quieres algo caliente. ¿Un café o té? ¿Quizás? Que está un tanto fría la noche. — Añadió Aaron encendiendo el auto. Aquel mirador era uno alejado de la ciudad, pero que se veía en todo su esplendor además de que también se podía disfrutar del cielo estrellado.

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Se asustaba con lo que podía hacer y de sus propios actos. Esperaba que si Charlie hubiera terminado con ella por más que doliera fuera de forma definitiva había veces que lo había hecho y duraban días, solo que ahora sí que parecía la definitiva. — Yo sé que he estado actuando mal. ¿Pero qué se puede hacer cuando se está enamorada? De verdad me imaginaba toda una vida con Charlie, pero ya lo sé… no es justo para mi ni para él — Exclamó la rubia con suavidad y aún llorando y moqueando. — No, no puede hacerse el inocente le ha aguantado mucho y ya se estaba pasando. Quizás no soy la chica que esperaba… cuando entro a la universidad se sintió más popular y cambio tanto de la noche para la mañana, no es justo y como dices es lo más sano que todo hubiera terminado… aunque duela — Indicó soltando un suspiro porque también le dolía el corazón por lo que había sucedido. Era como si hubiera perdido su otra mitad y que se llevó su corazón. Ahora ni siquiera se sentía linda por nada.

— De verdad espero que esta herida sane con el tiempo. ¡Me siento patética porque ni siquiera lo vale! Y seguro que él está muy feliz. Me da rabia sentir tanta tristeza cuando ni siquiera lo merece y no siente nada por mi — Lloró aún más fuerte entre sus brazos y sinceramente Aaron era toda una ternura como solía ser así atento con ella, que a veces pensaba como no se había podido enamorar de un hombre así. ¿Es qué acaso le iban los malos?— Vale, pero no vuelvas actuar así yo no me iba a ir por eso te llame. Puede ser peligroso — Lo regañó un poquito mientras que iba al auto.

Asintió. Le gustaba ese lugar y esperaba que no hubiera nadie que era capaz de ponerse hasta gritar, sería una buena terapia y Aaron no la juzgaría. — A mi… a mi… me gustaría tomar algo fuerte, ya somos mayores podemos.. ¿No? — Aunque ni siquiera se le ocurría cual no era mucho de beber alcohol. Lo hacía de manera social y tampoco era que saliera tanto, suponía que tomaba más cerveza aunque de esas suaves de mujer.

La chica mandó un mensaje a su hermana que llegaría algo tarde para que no se “preocupará” y se dispuso a acomodarse cuando el auto partió hacia el mirador. Se sentía muy desolada pero esto era mucho mejor que estar sola en aquella plaza.

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— El amor hace que a veces hagas cosas de las que después no logres entender por qué lo hiciste. Nos pasa a todos, no te culpes por estar enamorada. — le aseguro, él mismo era ejemplo de eso, había priorizado la felicidad de ella por sobre la de él. Era cierto de que cuando se amaba alguien su felicidad podría ser la suya, aunque en el fondo doliera. Pero el problema aquí es que la chica ni siquiera estaba siendo feliz. No podía evitar sentir esa sensación fea en el pecho cada que escuchaba el amor que le profesaba a Charlie. ¿Tanto como para querer vivir toda la vida con él? Sinceramente, el otro chico no merecía tanta devoción.

— La verdad es que nunca he logrado comprender bien que pasa por su mente. Como fue capaz de dejarte ir por cualquiera otra. Pero si era como dices que quizás esperaba otra cosa… no debió seguir ilusionándote, enamorándote para luego abandonarte de la forma más cruel. — Quizás si se hubieran separado antes, el dolor hubiera sido menos, pero el daño ya estaba hecho y eso le daba aún más rabia. — Lamento, no haberte advertido antes… pero era complicado para mí. Más ahora me doy cuenta de que simplemente no, no es algo que puedo solaparle. — afirmo el castaño.

El abrazó era quizás lo más reconfortante que podía darle ahora. Más que cualquier palabra. El chico no dejaba de acariciar su cabello mientras la oía sollozar. — Ahora es muy reciente, pero llegará el momento en que te vea feliz, se arrepienta de lo que hizo… y ya será tarde. — porque quizás podría perdonarlo como persona, pero realmente esperaba que no volverá con él. Sabía que eso no terminaría bien y Emilia merecía ser valorada.

Era cierto que se llevó su regaño cuando iban en el auto y le menciono lo de ir a exceso de velocidad. Sin embargo, al menos le hizo pensar en otra cosa, aunque fuera por unos momentos. — Vale, tendré más cuidado. Tampoco quiero terminar por preocuparte. — le aseguro dándole una pequeña sonrisa. Aaron le había ofrecido aquello de beber porque pensó que le ayudaría, no estaba muy seguro de si era buena idea tomar alcohol en estas circunstancias. Pero la mirada de la chica le decía que solo quería olvidar y desconectarse de su realidad, así que acepto. — Está bien. Que conste que pediste algo fuerte. —

El chico se detuvo en un puesto de gasolina y compro una botella de tequila para luego volver al auto y así proseguir su camino al mirador. Aaron estaciono el auto justo enfrente, donde se veía todita la ciudad. — Bueno, aquí tienes. Solo con cuidado, el primero puede ser muy contundente. Es mejor ir de a poquito.  — Advirtió el chico, no quería que terminara mareada. ¿Sería esta buena idea?

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Soltó un suspiro. El amor podía ser demasiado lindo cuando todo era estable pero cuando se volvía una enfermedad y tóxico solo sufrías y era lo que había pasado con ella. Por supuesto, los consejos de Aaron servían mucho y solo lo escuchaba porque en ese instante solo seguía llorando por lo que asentía.

— Mejor que no lo hicieras, porque en ese momento estaba tan ciega y aún me aferraba a la esperanza que ibamos a estar bien, que no te hubiera creído ninguna palabra y quién habría salido mal por entrometido hubieras sido tú, no convenía… actuaste bien, era algo que tenía que darme cuenta sola — Exclamó sintiendo una pizca de alegría porque veía que el castaño se preocupaba por ella y no la quería ver sufrir, personas como él faltaban en el mundo pues ella creía que no esperaba nada a cambio.

El abrazo estaba ayudando mucho porque al menos se sentía acompañada y a él ni siquiera le molestaba que dejara mojado su polerón ni nada parecido. — Sería el colmo porque eso sería egoísmo puro de su parte porque quiere decir que no le gusta verme feliz. — Tenía que superarlo. Quería borrarlo de su corazón y su mente, sobre la misma tenía deseos de vengarse pero no tenía idea que iba hacer, quería que la rogara y ella decirle que no, que la había perdido.

Ya en el auto, fue inevitable que Emilia lo regañará precisamente por venir rápido a buscarla cuando ella si pretendía esperarlo. — Solo no lo vuelvas hacer si hay una próxima ocasión, no quiero acaparar pero tampoco quiero pasar esto sola — Lo miró con un puchero porque eso quería decir que era seguro que lo buscaría.

— No me hagas sentir culpable sabes que no bebo, pero esta vez lo necesito. — exclamó que como estaba sensible no le había gustado ese tonito de que ella había querido, muy bien pudo haberse negado. Soltó otro suspiro y se miró al espejo, mientras que el compraba, la verdad es que lucía patética con sus ojos hinchados y de verdad no sabía como no le decía nada, su nariz seguía muy roja. — ¿El tequila es ese que uno lo toma con vaso pequeño y con limón, verdad? — Esperaba que estuviera bien, necesitaba olvidar y no importaba embriagarse. — Sé que no te aprovecharías de mi… pero si termino muy ebria. ¿Podría quedarme en tu casa? No quiero contar nada en mi casa, que se den cuenta solo que no viene. — Le estaba pidiendo muchos favores e igual sentía que estaba abusando, pero en ese instante era la única persona que tenía y prometía por dentro que cuando se sintiera mejor iba a compensarlo con creces. — Vale esta bien... si pongo cara fea no te burles — señaló tomando un pequeño traguito cuando ya estaban en el mirador. Ni siquiera tenía ganas de salir del auto.

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De todos modos había sido mejor, así pues, de seguro hubieran complicado las cosas. No solamente con ella, quien no quería saber de él. Aun cuando su única intención fuera abridle los ojos. Si no que también su amigo, seguramente se molestaría mucho con él por no estar de su lado. Pero ahora sería diferente, ya no iba a volver a permitir que saliera con una de las suyas. Ya no iba a ser su alcahuete. Charlie si sabía bien que era un egocéntrico y narcisista, mejor que estuviera solo, que no tuviera relación seria alguna. Porque será el problema era que para él nada era suficiente y la pobre Emilia había tenido que pagar las consecuencias.

Aquello se lo había dicho porque estaba prácticamente seguro de que pasaría y no deseaba que cayera de nuevo en ese círculo vicioso. Asintió ante sus palabras. — Yo a veces ni siquiera comprendo que pasa por su cabeza, de veras. Pero por supuesto que sería el colmo, y de verdad solo espero estar equivocado y que siga su vida como le parezca, pero sin causar más daño. — le decía, y es que no deseaba que el otro chico llevara una vida infeliz. El cariño no se desaparecía así porque sí, pero había algunas personas que era mejor mantenerlas a la distancia.

El salir de allí y estar apartados de todos los espectadores era justo lo que la chica necesitaba. Aaron sabía que a veces tenía el pie ligero y se le iba hasta el fondo el acelerador. Más tenía que tener cuidado, esa era una realidad. Solo que en aquel momento solo tenía en su mente llegar lo más pronto posible a donde la chica se encontraba. — Pues yo espero que no haya otra ocasión, y no porque no quiera llegar a ti. Si no, porque no deseo que tengas que pasar por algo así nuevamente. — le aseguro el castaño.

— Lo siento. — murmuro antes de bajarse del auto a comprar la bebida. No iba a lanzar más leña al fuego con el tema que sabía que estaba sensible. En cambio, trato de apresurarse de comprar la bebida, había traído con él, además de la botella, dos pequeños vasos y un limón. En el mirador aún seguían el auto mientras el chico le pasaba el tequila a Emilia. Al menos allí estaban cómodos. — Sí, ese mismo. Conseguí igual un limón. — dijo sacándolo de la bolsa y con la navaja de bolsillo lo pico a la mitad. Pasándole un pedazo a la chica.

Sus mejillas se sonrojaron ante su pregunta, lo que sí era cierto que él no haría nada, que ella no se sintiera cómoda. Aaron solo deseaba que estuviera tranquila. — Por supuesto que no lo haría, no te preocupes… puedes quedarte conmigo si es necesario. — le afirmo, no la pensaba dejar a su suerte. — No te preocupes, yo aun cuando la he tomado en otras ocasiones sigo haciendo los mismos gestos chistosos cuando me doy el primero. Es más… déjame y te muestro. — le aseguro sirviéndole un poquito. A lo que no pudo evitar poner cara rara en lo que bajaba por su garganta. — ¡Taran! ¿Crees que puedas superar esa cara? — le reto con una sonrisa a la chica.

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Podía presentir que Aaron no estaba con Charlie esta vez, por más que fuera su amigo. No eran los mejores amigos por lo que calculaba, Charlie no le tenía tanto aprecio tampoco se lo había comentado en algunas oportunidades donde decía que no siempre contaba con él ante sus ideas. También decía que era un egoísta y que no le ayudaba, que disfrutaba solo de su dinero y tantas porquerías que ahora recién se estaba dando cuenta que habían celos de por medio. Asintió y simplemente no dijo nada más al respecto. — Quiero pensar que esto ya es el termino por más que cueste asumirlo porque fueron tantos años que igual va a costar dejarlo ir. El amor es así y da rabia porque terminas con dolor, se ve que él no… ya estaba cansado de mi — Quizás la mejor opción era mostrarse con la mejor versión de ella pero lejos de este de todas las maneras posibles y que no hubieran recaídas, pues podía pasar y ella no quería quedar como la tonta y darle poder sobre ella.

El castaño la complacía en todo y solo quería que estuviera bien y estaba funcionando ahora que no se sentía sola, pero no tenía idea cómo sería cuando volviera a casa. No tenía ganas de volver y lo asumia, no quería dar explicación alguna de lo que había pasado pues era un libro abierto y esto le dolía, por eso quería alcoholizarse cuando la verdad ni siquiera bebía alcohol ni fumaba, no tenía adicciones así que solo sería por esa noche, tampoco se arruinaría su vida con excesos por un hombre por mucho que se sentía totalmente perdida. Pero no… no estaba sola, Aaron no le recalcaba nada y solo la apoyaba.

Miró el limón y luego tomó vasito que también tenía para comenzar a beber. Sonrió, la cara de su amigo se había arrugado toda al beber y negó con la cabeza, además que lógico que también había notado que se había sonrojado. — Gracias, que hoy no quiero volver a casa, no tengo cara para mostrarles como me siento, notaban algunas cosas y sobre todo mis hermanos así que siento que es más que merecido  — Tomó su vaso y tomó un pequeño trago. — Asqueroso… no me gusta el alcohol quizás pudimos pedir algo más dulce pero vale, esto es mejor que nada. — Tomó otro trago e hizo la misma cara dándose cuenta que luego se hacía más tolerable. Seguramente terminaba vomitando con poco, pero quizás era el único modo para quitarse todo de encima.

— ¿Ponemos algo de música? — No se habían dado cuenta pero ya había pasado como una media hora ahí en el auto en ese mirador que si había ido unas cuantas veces con amigos y con Charlie, era la primera vez que estaba con Aaron. Se sentía algo mareada por lo que se había detenido en beber, lo que sí es que sentía más desinhibida y tal vez hasta más habladora. — Pecado, ahora que lo pienso ni siquiera sé muy bien tu estilo de música. ¿Cuál te gusta? Tal vez hasta coincidimos. —Murmuró la rubia con una pequeña sonrisa por el momento que aún tenía un mar de emociones dentro.

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Algo le decía que no iba a volver a ser igual su amistad con Charlie. Como lo sería después de todo lo ocurrido, además de los sentimientos que él albergaba por Emilia y que se los había contenido por su amigo. ¿Había valido la pena? No estaba tan seguro de eso. Pues al final todos habían salido sufriendo de una manera u otra, bueno todos menos Charlie. — Lo sé, es algo que no se va de la noche a la mañana. Solo no dejes que te vea derrotada, no merece esa satisfacción. — le admitió, sabría que estaría herida, dolida, triste. Pero el chico no merecía ni una de sus lágrimas.

Era probable que ya ella notara de qué lado estaba en estos momentos. No lo había defendido ni por un segundo. ¿Como hacerlo? La había embarrado por completo, no tenía justificación alguna. Ni como ayudarlo, e igual sentía rabia al darse cuenta como la estaba haciendo sufrir. Sentía impotencia por no poder evitarlo, pero él era solo un amigo.

Por ahora solo quedaba hacerle compañía, entretenerla, hacer que se olvidara del mal rato, aunque fuera por un momento. Allí estaban solos en el auto con una botella de tequila. ¿Quién lo diría? Pero quien diría más aún, lo de que le pidiera quedarse en su casa. No se la había visto venir, pero no la dejaría a su suerte. Él estaba consciente de que era querer que nadie viera el lado vulnerable, en especial cuando te decían te lo dije. Pues su propio hermano solía cuestionarle porque prefería callar y guardarse todo lo que sentía. Que iba a sufrir en silencio de gratis, y así había sido. Solo que había aprendido aguaitárselo, se tomaba muy en serio lo de preferir la felicidad de la persona amada a la propia.

— Comprendo, él mío a veces igual puede ser un tanto inoportuno con los comentarios. Aunque solo lo haga porque me quiere y prefiere lo mejor para mí. Seguramente es igual, pero a veces no comprenden que las decisiones son nuestras y de nadie más. A veces hay que caerse. — comento el muchacho antes de darle la demostración de cómo se veía tomando tequila. — Bueno, para una próxima podemos comprar algo más dulce, aunque realmente espero que estemos tomando para celebrar algo mejor. — comento, porque en definitiva no deseaba que la historia se repitiera.

— ¿Vez? Poco a poco va pasando. Supongo que igual el limón ayuda a que no sea tan fuerte, aunque lo ponga un tanto agrio. — menciono dando otro trago él. Miro la radio cuando menciono la música. Soltó una risa al escuchar su comentario. — Pues yo tengo gustos musicales como si hubiera crecido en la época de mi padre. ¿Los clásicos del pop rock? Ya sabes, Queens, Michel Jackson, Bon Jovi… — Decía rascando su nuca, aunque con una sonrisa al notar la de la chica. — ¿Qué? ¿Quieres cantar algo? ¡Porque te digo que esto es muy bueno para la entonación! Nadie nos juzgará. — bromeo, pues no había nada mejor que jugarle al karaoke estando medios entonados.

1. Es lo más justo y necesario

Se daba cuenta que Aaron estaba con ella e igual dudaba de su amistad con Charlie, que en todo sentido le importaba más ella así que se sentía apoyada. Asintió, porque tenía razón no quería que la viera derrotada para no dar esa satisfacción.— Con esto solo quiero encontrar la mejor versión de mi misma, Aaron. No quiero darle el gusto y cuando me guste, saber como ignorarlo. En este momento no sé que hacer pero sé que puedo encontrar una solución si te tengo conmigo  — Musitó la chica con suavidad sintiéndose muy apoyada y que a de poquito le estaba quitando la penita con sus consejos.

Cuando llegaron al Mirador sus consejos se volvían más concisos y seguros. Hasta había comprado tequila y limón, el cual no le gustaba tanto porque era demasiado fuerte para su gusto. Por lo que no tomó mucho y más que arrugaba la cara — Créeme que no soy tanto de alcohol pero quiero olvidar un poco, no estar llorando por algo que no vale la pena y que en cierta manera tendré esa libertad que nunca tuve —Señaló por lo de estar bebiendo por cualquier cosa tampoco quería volver a casa por lo que agradecía que pudiera quedarse en la suya. Igual si se llegaba a enterar podría pasarse muchas películas lo cual resultaba divertido.

— Me encanta esa música y sobre todo pop y rock. Nada de corta venas sí... me iré por Queen algo más animado. ¿Te parece? — Sugirió con una pequeña sonrisita antes de empezar a escuchar música, cantando de vez en cuando y bebiendo del tequila que tal como había dicho era bastante agrio.  Ya habían pasado varios minutos y ella se sentía más animada y a la vez, incluso más mareada en ese sentido aunque no podría decir que se sentía ebria por lo que había dejado de tomar ya que andaba con algo de mucho mejor ánimo — Tranquilo... supongo que no estoy tan loca. Me basta cantar suavecito y ya — Dijo agradecida con él y se acomodaba a su lado para apoyarse en su hombro. Quizás era hasta eso mismo que Charlie aborrecía, no solía ser tan extrovertida y no se le ocurrían locuras como otras personas y temía que Aaron pensará igual.

— Salimos... desde aquí las estrellas se ven bonitas imagina afuera. Y bueno... tal vez ahí se me ocurra gritar no sé... ¡Es que no soy de ese estilo! Pareciera que el tequila ya hace efecto solo que nunca pensé que me daría sueño. — Soltó una risa que reconocía que hasta se le trababa un poquito la lengua. — Eso pasa cuando eres sola bebedora social, te juro que no tomó demasiado, es más asumo que soy bastante aburrida — Señaló mientras se encogía de hombros y alzaba la mirada para verlo que no se había apartado de su lado. Se sentía protegida y mejor así de cerquita.

1. Es lo más justo y necesario

Escuchar a la rubia decir que quería mostrar la mejor versión de ella le dejaba un poco más tranquilo. De verdad que Charlie no merecía sus lágrimas, había provocado todo esto y seguramente le daba igual porque se sentía triunfante al haber sido él quien le puso fin a todo. Porque claro, según él, era irremplazable. — Ahora quizás es muy pronto, pero ya encontrarás la forma. Me alegra saber que deseas dar tu mejor versión. Es la mejor forma de mostrarle que fue él quien perdió. — y que no necesitaba de él para ser feliz.

En el mirador comenzaron a probar aquel tequila. Aaron sabía bien que ella no era mucho de tomar, por eso le había estado un tanto raro, más aún así la había complacido llevándole aquella botella. Es que a veces simplemente era necesario olvidar. — Sí, hay que pensar en otras cosas. Te hará bien. Solo toma hasta donde creas no más. — le dijo el muchacho. Él tampoco se pondría a tomar demasiado, aunque si tenía mucho más aguante. Pero debía manejar así que no quería perder los sentidos.

— Oh, pero qué genial descubrimiento. Bueno, yo no es que sea solo lo que escuche, pero definitivamente son mis favoritos. — le contaba el muchacho, era la primera vez que se ponían a hablar de gustos. Lo cual era raro, pero le agradaba darse cuenta de que tenían cosas en común. — Me parece perfecto. — le respondió mientras buscaba la música. Soltó una risa al escucharla. — Está bien, solo no te rías si me sale un gallo al cantar. — Bromeó cuando dijo que ella lo había suavecito.

Aaron sintió como la chica se recostaba en su hombro mientras él cantaba un poco y bastante mal entonado el We are the Champions. Solo que luego solo se dejó llevar por escuchar la música mientras estuvieron así un ratito hasta que la escucho mencionar que quería ir afuera. — Pues vamos afuera, tienes razón están muy bonitas. Aprovechemos antes de que te gane el sueño. — le dijo antes de salir del auto.

— Vamos agárrate de mí, por las dudas. — le ofreció, podía sentir en su voz que estaba un poco enredada y si tenía algo de sueño poder agarrarla para que no se fuera a caer. — Ten, aquí arriba si está un tanto helado. — le dijo poniendo en sus hombros su chaqueta. — Mira podemos sentarnos en ese banco. — señalo el chico para que se pusieran cómodos, quizás podían contar estrellas.

1. Es lo más justo y necesario

Sabía que iba a tener que asumirlo totalmente y pensar como lograr esa versión de sí misma que la hiciera sentir mejor. La idea era ignorarlo por completo y seguro tener a alguien al lado para poder brillar como se merecía, no estar apagada como lo estaba cuando se encontraba al lado de Charlie. — Sí… sé que es pronto. Quizás cuanto tenga que llorar para salir de esto. ¿Pero podré sola? — Le preguntó con sus ojos azules aguados y haciendo un puchero. Sabía que no iba a poder sola.


— Nunca pensé que serías el causante de una ebriedad que no estoy segura que sé de. Es muy amargo — Exclamó un poquito más animada cuando se encontraban en el Mirador y sí, ya había aceptado que no iba a tomar porque no era de ese modo y de verdad el trago era asqueroso, ya decía que a lo mejor algo más dulce hubiera sido perfecto.

— Bueno… igual no te puedo negar que tengo música variada si de hecho hasta de otros idiomas tengo y aunque no sé da igual me gustan, es muy loco. Pero claro es mi playlist están los grupos que me dices — Como había bebido lo suficiente para sentirse un poco más desinhibida y también algo más mareada prefirió quedarse así porque en vez de alocarla el trago le había dado sueño, además que normal que comenzará a sentir los efectos de dolor de cabeza por haber estado llorando. — Relájate, no me voy a reír — Estando ahí comenzaba a pensar que tal hubiera sido si Aaron fuera el chico que le gustara realmente, seguro la habría llenado de detalles y hubiera sido muy romántico, tristemente no lo amaba y no podía hacerle eso.

Era mejor salir del auto un rato y el aire le jugo un poquito una mala pasada porque se sintió más mareada. — No creo que soporte mucho afuera como que maree…pero quiero ver las estrellas. Gracias — Sonrió, mientras se sujetaba para ir a esa banca para contemplar las estrellas.— Están preciosas siempre me han gustado. — Señaló acomodandose mejor a su lado porque si que hacía frío. — Eres muy bueno conmigo… de verdad… no sé como agradecértelo — Murmuró. Se preguntaba que pasaba por la cabeza del chico en ese momento, dudaba que esos pensamientos locos de algunas veces fueran ciertos. ¿Le gustaba a Aaron?

1. Es lo más justo y necesario

Aaron solo deseaba poder ayudarle a sentirse mejor. Era lo único que intentaba, no quería nada a cambio, salvo notar que al menos saliera de ese oyó donde estaba. Que viera que no era el fin del mundo, que la vida continuaba y que ella podía seguir teniendo más oportunidades, las cuales no tenían por qué ser al lado de Charlie. — Bueno. Nadie dijo que estarías sola. Tienes gente que te apoyamos, aunque eso sí… las decisiones son tuyas. —

El chico estaba dispuesto a ayudarla en lo que pudiera, no sería fácil, pero lo intentaría. Río un poco cuando escucho su comentario. — Oh, pero no es esa mi intensión que conste. — aclaro el castaño. — Lo sé, quizás hubiera sido mejor con alguno otro. Pero bueno, era lo que había. — para una próxima traería otro tipo de licor, aunque esperaba de verdad de que no fuera una próxima en este tipo de circunstancia triste.

— ¿En otro idioma? ¿Y las entiendes? O eres como yo que se inspira con una canción y luego te das cuenta de que realmente no entendiste nada, pero igual te gusto el ritmo. — confeso el muchacho. A veces era mejor ni intentar cantarlas porque luego parecía que solo estabas lanzando maldiciones porque decías miles de disparates. — Sí, es loco que resultara que tuviéramos gustos similares. — siguiendo su consejo simplemente se dejó llevar por la música para ponerse un rato a cantar.

Cuando salieron a ver las estrellas, la chica lucia más mareada de lo que imagino. — Oh tranquila, estaremos bien sentados, supongo. — le comento dejando que se sujetara bien de su brazo. — Sí, están muy lindas. ¿Cuántas crees que haya? Yo no estoy muy seguro, no estoy mareado, pero no sé si estoy lo suficiente sobrio como para contarlas y no repetir las que ya conté. — comento mientras hacía el intento de no perderse mientras contaba las estrellas.

El chico había preferido padecer el frío antes que ella, podía aguantar más. La miro por un momento cuando escucho su comentario. Hubiera querido decirle que le diera una oportunidad, pero eso no estaba bien y no era lo que quería. Aaron realmente quería que lo quisiera de verdad. — Bueno, yo solo te pido que él ni nadie te vuelva hacer sentir así. Sabré con eso que puse mi granito de arena para que sigas adelante. — comento el muchacho, verla salir de aquel momento de tristeza le daría satisfacción y por ahora era suficiente para él.

1. Es lo más justo y necesario

El apoyo que entregaba Aaron era especial y único, la hacía sentir bien y mucho más tranquila.  Estaba segura que sería ese granito de arena que haría que se fuera fortalecerse y todo iba a mejorar. Como si fuera un psicólogo, pero con él ya no lo iba a necesitar porque  la estaba guiando y acompañando.  — Se que mis amigas lo van a querer matar y mis padres ya no querrán verlo en la vida, es que con ellos siempre escondí lo malo, quizás ni me crean. Muy al contrario de mis hermanos que sabían un poco lo que pasaba... pero claro sé que gran culpa es mía yo no lo quería dejar ir y pensaba que solo pasábamos un mal momento y que todo mejoraría — Se encogió de hombros y ahora venía un poco más el enojo con ella misma por dejar que pasara el tiempo y no hacer nada.

Solo asintió con respecto al trago. Ya no quería tomar más porque era demasiado fuerte y ya había sido suficiente más que le había bajado el sueño y estaba más relajada, sinceramente si se quería quedar ahí apoyada en su hombro y solo escuchar música, no quería abusar pero sinceramente era como un bálsamo que estaba aliviando su pena.

 — No, no entiendo nada. Pero en Youtube traducen las canciones y ahí sé lo que significan. Son bien bonitas, sobre todo las coreanas y japonesas con un ritmo muy bonito.... a veces uno llega a entender con solo escuchar  — Le comentó aunque luego sintió vergüenza porque le estaba mostrando su lado más friki y seguro aburrido que Charlie tanto detestaba.  — Siempre me caíste bien, pudimos haber conversado más pero te fuiste pronto, me alegra que hayas vuelto.  — Reconoció, pues del todo el grupito de Charlie era el más sencillo, estudioso y que seguramente le tenían envidia porque era quién también se había independizado más rápido, vivía solo aunque no tan alejado de sus padres eso significaba que era alguien que disfrutaba estar con su familia.

— Mucho más de millones... eso leí una vez.  ¡Creo que billones!  — Murmuró cuando estaba sentada en aquella banca conversando con él y se arropaba con la chaqueta y  entraba en calor al estar cerquita de este.  — ¿Hay alguna en especial que te guste?  — Preguntó para sacar tema pero corría viento así que ya estaba pensando que había sido una mala idea. — Te vas a congelar aquí. No estemos mucho ¿vale? Será bueno que pronto vayamos a tu casa.  — No había cambiado de opinión al respecto de volver a la propia donde le pedirían explicaciones.

Encontró muy tierno lo que dijo que hasta le nació darle un suave beso en la mejilla.  — Eres como ángel de la guarda. Gracias...Seguro estaría llorando todavía si no fuera por ti... que hasta llegaste a enorme velocidad donde estaba. Cuando me sienta mejor prometo que te invitaré a almorzar ¿vale? Solo tienes que decirme cual es tu comida favorita —Señaló con una leve sonrisa. Y claro por una pequeña parte aunque en ese instante no lo notaba demasiado le gustaba que Aaron estuviera de su lado que el desu propio amigo, no estaba bien, pero se lo iba a quitar porque si deseaba pasar tiempo con él.

1. Es lo más justo y necesario

Sabía que Charlie si intentaba volverse acercar no le iba a ir para nada bien, pero bueno él se lo había buscado. Tenía que aceptar las consecuencias de sus actos y por falta de concejos no había sido. Pero su egocentrismo pudo más, y Aaron ya estaba harto de lidiar con eso. No quería decir que el afecto que le tuviera desapareciera, pero, sin embargo, esa lealtad que solía tenerle cada vez pendía más de un hilo cuando se trataba de Emilia. — Pues se lo ha ganado, y no hay como defenderlo. Tuvo oportunidades de hacerlo bien y no siguió consejos. Emi, quizás es cierto que las decisiones que tomaste sobre él no fueron las mejores. Pero ahora solo hay que pensar en las que ahora harás. De los errores se aprende. Ahora solo hay que ver hacia delante. —

La música había mejorado el ambiente y para qué negarlo, el alcohol también. Aunque fuera en porciones moderadas. Hasta estaban hablando de gustos musicales haciendo que descubriera cosas de ella que no sabía. — ¿En serio? Oye, pero eso, igual sirve para aprender el idioma. ¿No? — comento interesado cuando menciono lo de escuchar canciones en japonés o coreano, pues no se esperaba que escuchara canciones en idiomas tan complicados. — Igual la música se dice que es el lenguaje universal. Porque más allá de la letra, suele trasmitir un sentimiento. — le comentaba, a diferencia de su amigo, él era más atento a los detalles y se interesaba por conocer lo que le gustaba e importaba a otros. — Lo sé, pero tenía que hacerlo… debía estudiar. Pero ya estoy de vuelta. — le respondió, en parte era cierto y en parte el muchacho había intentado alejarse a ver si se iba todo aquel sentimiento, pero fue en vano.

— Vaya, eso sí, son muchas estrellas. — murmuro cuando ya estuvieron afuera. — Pues sonara cliché, pero la más que me gusta es esa. — dijo señalando la más brillante del cielo. — Sirius es la estrella que más brilla en el cielo. Aunque… ¿Sabías que el sol también es una estrella? Sí, ya sé… a veces se me escapa un tanto lo nerd. — Admitió el muchacho. — Yo estoy bien así. Aguanto más frío del que crees. — comento. — Pero sí, creo que es mejor ir ya mismo a casa. —

Sintió un calorcito en la mejilla con aquel beso que le hizo dibujar una pequeña sonrisa. — No hay de que, de verdad, no podía dejarte así. Lo necesitabas. — aseguro el chico. Admitía que se sentía bonito. — Bueno, a eso no diría que no. ¿Qué tal unas alitas de pollo en salsa agridulce? — sugirió el muchacho. Le volvió a echar una última mirada al cielo estrellado y luego a Emilia. — Quizás ya sea momento de irnos. Ahora si me está dando frío. — Admitido con una risita. — Vamos. — le dijo ofreciéndole su brazo para que no se fuera a caer. Verla más calmada, igual lo tranquilizaba.

1. Es lo más justo y necesario

El muchacho dio su opinión certera e incluso ruda. No podía negar que tenía razón al respecto porque Charlie pues había tenido oportunidades y no la había valorado, lo seguía amando con todo su ser  pero prefería alejarse por mucho que costara y brillar por su propia cuenta costara lo que costara, y gracias el apoyo de Aaron sentía que lo iba a lograr. — Cuesta asumir que todo fue un error y me da pena escucharlo, pero tienes razón ya es tiempo de mejorar y dejarlo ir. Espero que se mantenga lejos — Que aunque había una posibilidad  de que volviera a buscarla la esperanza era bastante escasa, ella tenía que seguir adelante a costa de lo que fuera y ser incluso mejor que él, tomar otras cosas como su último año de estudios y no deprimirse porque eso iba a ser peor.

Sí, cada vez sentía más rabia por el chico.

Escuchar  música en el auto y con ese toque de alcohol en su sistema la había calmado mucho. Pero ya no quería beber más ya que no era de ese tipo por lo que ya se estaba durmiendo y le parecía poco sano, se divirtió mucho más conversando con él respecto a la música.— Algunas palabras son fáciles pero tendría que estudiarlas con profundidad para entender o lograr comunicarme.  Es mejor llevarse por la música. ¿No crees?  — Inculcó la rubia que disfrutaba del ambiente que se había formado y tan integro como relajante. — Toda la razón. Eres muy culto, Aaron — Lo elogió porque de la nada sacaba frases de ese estilo y hacía que lo admirara, con Charlie era todo tan superficial como de piel que ahora que lo pensaba jamás había tenido una conversación que disfrutará del todo como ocurría con Aaron.

— Me alegra que lo hicieras y te ha ido muy bien.  Seguro que estás muy orgulloso de tus logros pero igual estoy contenta que hayas vuelto — Señaló la chica que se preguntaba porque y como nunca se había fijado en él, pero suponía que era justamente porque Charlie estaba en su mente y a él lo veía como un gran amigo nada más.

Ya sentada en el banco donde hacía frío la muchacha jugaba con sus propias manos para mantener el calor igual servía estar cerquita, y miraba con cariño las estrellas, encontró a Sirius que era la estrella más brillante de aquella constelación. — Es eso o has leído Harry Potter. — Molestó soltando una pequeña risita y luego asintió porque de verdad coincidía con él que era la estrella más brillante del cielo esa noche.

— ¡Sería perfecto! Que rico... aunque sí estamos en tu casa te voy a pedir un té de igual manera — Murmuró divertida y agradecida que le hubiera hecho caso para partir ya que estaba helado, aunque aquello ya la había despertado un poco. Ya con la comida se le pasaría el mareo no se sentía ebria pero la sensación no le gustaba solo que igual confiaba porque estaba con el castaño. — Sí vamos... me tente con esas alitas de pollo — Señaló mientras tomaba su brazo. Lo cierto es que aunque aún estaba dolida esa noche al menos no había estado tan mala y era todo gracias a Aaron que no la dejo sola. Sus consejos habían servido y lo cierto es que no sentía ganas de separarse de él, esperaba no ser una molestia pero ella ya lo había tomado como un guía y su compañía para esos momentos tan duros, sabía que iba a tener que decirles a sus amigas  solo que más adelante, estaba bien con el chico en cuanto a eso.

Esperaba contar con él en esos días que lo pasaría más mal. No por egoísta sino porque le hacía bien.

Fin del Capítulo

2. Es momento de sonreír

Luego de aquella noche habían pasado los días y solo después fue que tuvo una conversación con su Charlie. El muy descarado se atrevió a culpar a la muchacha y admitir que se había ido el fin de semana de paseo con otra. Según él, para liberar el estrés. Solo que no se esperaba la reacción de Aaron. Tuvieron una fea discusión, y aunque seguían siendo amigos, el otro se había enojado mucho con el castaño por haberle dicho sus verdades. Por lo que le seguía llegando al pensamiento de Aaron si realmente valía la pena ser leal al otro. Él solo lo estaba siendo porque tenía principios y por los años de amistad. Pero había cosas que se debían ganar y el otro cada día lo hacía peor.

Ya había tomado una decisión. No estaría más pendiente de él, que le hablará cuando le quisiera hablar. Aaron no se iba a disculpar por decirle la verdad, tenía que aprender las consecuencias de sus decisiones. Así que ahora prefería estar pendiente solo a Emilia. Sabía que la chica ahora necesitaba todo el apoyo que fuera posible. Estaría días tristes. Así que algo tenía que inventarse para ayudarme a recuperar el amor, ánimo. Lo menos que necesitaba la muchacha mira que la acordarán sus errores, por lo que estaba seguro llegó al salir de su casa le haría bien punto a que la noche había tomado muchas notas mentales sobre las cosas que le gusta y he anotado que era fanática de El joven mago. Por lo que cuando vio que aún quedaban boletos para una exhibición sobre Harry Potter no dudo en comprar un par de ellos sin tan siquiera avisarle. La tomaría por sorpresa.

El chico llegó temprano a la casa de la muchacha. No deseaba que los padres de ella comenzarán hacerle preguntas, por lo que se coló en el patio hasta llegar a la ventana de la habitación de la muchacha. Aaron vestía casual, pero llevaba una capa del uniforme de Hogwarts puesto. Los vecinos creerían que se había metido un loco al patio de los Hopper.

Se colocó frente a la ventana y comenzó a lanzar piedritas a la misma intentando llamar su atención. No quería gritar porque de lo contrario alertaría a los demás y capaz lo corrían de allí sin tan siquiera hablarle. Igual le había enviado por las dudas un texto que decía asómate por la ventana.

— Vamos…— Murmuró para sí misma mientras intentaba ver si notaba algún movimiento dentro de la habitación. Las cortinas no ayudaban mucho.

2. Es momento de sonreír

Quizás era una masoquista pero había visto que el maldito de Charlie que aquel fin de semana del termino se había atrevido publicar fotos con otra chica, Sacó todas las fotos de ellos  juntos en las redes sociales y no le quedo de otra que sacarlas también porque no sería la tonta de estar sufriendo y verse como la débil aún cuando la realidad estaba hecha mierda. Pero claro que eso hizo que los demás se dieran cuenta y no quería estar dando tantas explicaciones y que bien que habían terminado no quería mostrar pena a nadie para que luego le llegaran con comentarios a Charlie, el único que sabía de eso era Aaron, sus hermanas y ya. Ni siquiera se atrevió a decir como realmente se sentía - por mucho que lo calculararan - a sus amigas.

Eran días que quería pasar sola, dedicarse a estudiar y estar encerrada en su habitación comiendo helado. Necesitaba meditar pero todo recaía que a pesar de sentir pena tenía mucha rabia por su ex y de alguna manera se quería vengar de él para que se diera cuenta lo que había perdido y que no era la chica débil que real era. No. No podía mostrar verse así, por más que todo fuera fingir esto con el tiempo se iba a volver verdadero.

Y ahí estaba en su habitación. Sus padres habían comprendido lo sucedido y a pesar de que aún estaba sorprendidos y asombrados por lo que había hecho Charlie, si le había mostrado la foto para que se dieran cuenta que ella no era la que estaba tonteando y pues  no era de ese tipo le daban ese espacio pues asumían que sería un proceso difícil.

Estaba ahí terminando de redactar una pregunta de la tarea cuando escuchó unos pequeños golpecitos por la ventana. Seguro algunos niños estaban jugando y bien que el ruido la distraía y fue solo por eso que fue a ver que pasaba para ponerse a alegar.

Pero no eran los niños del barrio sino más bien que ahí estaba Aaron con la capa de uniforme de Hogwarts —  ¡Hey! ¿Qué haces aquí y  por qué estás así? —  Dijo con una pequeña risa que al castaño se le ocurría cada cosa y estaba ahí para animarla. Ahí escuchó pasos atrás y vio a su hermana mayor que le sonrió coqueta. —  ¿Qué pasa Aaron? No te quedes afuera, entra. Ya bajo —  Murmuró divertida mientras le pedía un momento porque claro ya se imaginaba que la iba a invitar a ver las películas de Harry Potter e imaginaba que podía ser en cualquier casa.

Llegó hasta la puerta y ahí se quedo mirándolo con diversión. —  Siempre quise una. ¿Son muy costosas? —  Preguntó por curiosidad por la capa y el uniforme.

2. Es momento de sonreír

En estos momentos mira mejor ni siquiera mencionar el nombre de su amigo que siendo sinceros ya ni siquiera está más seguro de llamarla así. No se lo había gana aún con toda la lealtad que él había tenido con Charlie. Aun cuando siempre intentó darle los mejores consejos para que todo le saliera bien. Pero claro, cuando se trataba de algo que no le gustaba, entonces Aaron era el malo el que se metía en lo que no le importaba. Así que lo mejor era por estos momentos hacer como si no existiera.

Hoy no pensaba en hablar de cosas tristes, sino todo lo contrario. El día de hoy lo había sacado para divertirse. Le daría a Emilia un momento en el cual distraerse y de paso que quedará como un buen recuerdo en su memoria. De hecho, este tipo de cosas nunca las había podido hacer con su Amigo. Charlie solía ser nace el tipo de chicos que les gustaba la fiesta, el andar tomando. Eso de ir a convenciones, exhibiciones, sacarse fotos, comprar chucherías y volverse niño por un día, nunca habían ido con él. Pero tal parecía que con la chica podría sacar esa parte suya. Se daba cuenta de que cada vez tenían más cosas en común de lo que pensaba. Quizás por eso también se había fijado en ella, entre muchas otras cosas más claro.

Allí estaba en su ventana esperando aquí se asomará o qué tan siquiera le hubiera respondido el mensaje. Fuera lo que fuera que estuviera haciendo parecía que estaba distraída. Por un momento pensaba que se le iban a agotar las piedritas para estar lanzándole a la ventana. Solo que cuando vio que se asomaba por la ventana dibujo una sonrisa en el rostro. — ¡Hola! No perdí la mente, tiene una explicación validad. — aseguro el muchacho respecto a su atuendo.

— Está bien, ya voy. No sabía si era seguro entrar. — Admitió el chico antes de dar la vuelta y llegar hasta la puerta donde se encontró con la rubia. Miro su túnica y luego volvió sus ojos a ella. — Todo depende, esta es una imitación, pero igual se ve bien, solo no es tan gruesa. Así que no costo tanto. Además… hay otra de donde está salió. — aseguro el chico, dando a entender qué igual tenía una para ella.

— No podemos ir a la exhibición de Harry Potter que hay en la ciudad sin estar uniformados. Eso sería pecado. — anuncio mostrándole los boletos. — ¿Vienes conmigo, verdad? — pregunto mientras la miraba con entusiasmo esperando por una respuesta.