Había sido un fin de semana totalmente diferente, en primer lugar porque su padre le había dado permiso para volver a su casa en dos ocasiones, lo cual era raro teniendo en cuenta que casi siempre solo los sábados tenían permiso de ir a Hogsmeade, pero lo que más le había sorprendido había sido que le permitiera estar en la mansión con Thomas a solas. Era por demás sobreprotector, por lo que le parecía rara toda la situación pero quería pensar que era por el simple hecho de que podía confiar en su hija por sobre todas las cosas. Además, jamás le había dado un solo motivo para no tener confianza en ella y sus decisiones.

Estaba recostada en el jardín de su casa, escuchando lo que Thomas leía sobre aquel libro de defensa contra las artes oscuras con atención, era un libro que claramente no había en Hogwarts, sino uno de su propia colección de Durmstrang. – Realmente me cuesta creer lo poco preparados que estamos para luchar los de Hogwarts, deberían prepararnos un poco mejor. – Termino diciendo, mirándolo de repente con atención, su mente se había desviado por unos momentos al hecho de que estaría haciendo Tess en ese preciso instante, no le había dicho que estaría allí con Thomas aunque no tenía una razón en específica, solo le había dicho que tenía cosas que hacer.
 

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Thomas tenía muchos pensamientos respecto a esa reunión, pero tras comentárselo a su padre, sabía que era una buena idea. Era consciente de que ya había ciertos tratos sobre la mesa, y que no estaba en derecho de contárselo a Harmony, pero su estrategia para ganarse su confianza había sido un éxito desde el principio.

El rubio llevaba meses observando sus alrededores, y siempre se le dio bien analizar a los demás. No costó demasiado darse cuenta de que Harmony era una persona particular respecto al contacto físico, rara vez permitía que la gente la tocara y eso hizo que Thomas adoptara ciertos comportamientos con ella.

Nunca la tocaba más de la cuenta, apenas había posado su mano sobre su antebrazo un par de veces para intentar tener un gesto reconfortante con ella sin sobrepasar sus límites. Dejaba que ella se acercara a él, y no negaba que le sorprendía que realmente hubiera decidido invitarle a solas a su casa.

—Las clases de defensa son un verdadero chiste— dijo, y no ponía en duda las capacidades de la profesora encargada de la clase, pero las restricciones del colegio eran las que eran —. ¿Has revisado el libro que te compartí?— preguntó, tampoco le molestaría si le decía que no, era contenido que seguramente encontraría en la zona prohibida de la biblioteca, que Thomas seguía sin saber por qué existía. ¿Para qué tener libros que los estudiantes no podían tocar?
 

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Su padre se había mostrado tan conforme por esa pequeña reunión con Thomas que por un momento había dudado en llevarla a cabo, pero se esforzaba realmente en pensar que era por confianza y no por otra situación. También no había podido evitar pensar en Tess, no sabía cómo reaccionaría cuando se lo contara porque era claro que no le caía bien, no tenía razones según ella, pero no le caía bien y era notorio.

Asintió, era claro que las clases de defensa eran un verdadero chiste y por eso mismo ella se veía constantemente con ganas de aprender más, el joven Ravenclaw la estaba salvando en ese sentido de todo aquello. – Si, lo he revisado y hay algunos hechizos muy interesantes pero la verdad que como estaba en el colegio no me he animado a practicar ninguno. – Las paredes oían además que había estado pasando más tiempo con Tess, lo que significaba dejar eso completamente de lado.

Se terminó acomodando, sentada con las piernas cruzadas en forma de indio delante de él, ladeando el rostro y mirándolo con interés. – deberías darme algún tipo de demostración de tu poder, aquí no hay nadie cerca y sería divertido, luego intentare imitarte por lo menos un poco. – Bromeo, sabiendo que no lograría hacerlo de la misma manera que él pero por lo menos intentaría y haría su mejor esfuerzo.
 

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Thomas sonrió ante la sugerencia de la pelinegra, no porque dudara de su capacidad para hacer una demostración mágica, si no porque dudaba que allí tuvieran los medios. Consideraba que la magia estaba en la información, quizá por eso había parado en la casa de Rowena Ravenclaw y no en Slytherin.

—Hay mucho que no te cuentan sobre las artes oscuras... ¿Sabes que se considera magia negra cualquier hechizo que pueda producir algún tipo de dolor o inconveniente a tu objetivo, por menor que sea? Por ejemplo, el embrujo oppugno— dijo, moviendo su varita para que una bandada de mariposas aparecieran y se posaran sobre la Gryffindor —. No van a atacarte, pero te molestan— afirmó, llamándolas fuera con su varita después de su inofensivo truco.

—El problema es que Hogwarts os hace pensar que causarle dolor al oponente es algo negativo, ¿por qué crees que piensan así? Solo usamos magia ofensiva cuando estamos en peligro, ¿qué sentido tiene evitar causar dolor cuando van a causártelo a ti?— preguntó, empezando a hablar sobre el tema con una pasión que siempre se despertaba con las artes oscuras.
 

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En eso tenía razón, había mucha información que ellos no tenían por el mero hecho de que para Hogwarts todo lo que fueran artes oscuras estaba completamente prohibido y si encontraban a cualquier estudiante en algo como eso terminaba expulsado. Creía que le daban muchas vueltas a algo que para los magos debería ser fundamental, pero dejaba que fuera así por el mero hecho de que ella podía tener un entrenamiento aparte con su padre, como lo hacían siempre durante el verano, aunque ahora que Thomas también podía ayudarla era mucho mejor.

—Vaya, eso suena interesante, lamentablemente aquí hasta algo tan simple como esto es considerado arte oscura y puede terminar en una expulsión del castillo. —Le parecía una completa locura no poder hacer algo tan sencillo como eso, la fastidiaba enormemente. — Sobre mi vida o las de los demás siempre elegiré la mía, eso es claro. — O la de Tess, inclusive sobre la propia, pero se mordió la lengua para no nombrarla ni comentar nada indebido. — Cuando todo se desaté ellos también usaran las artes oscuras contra nosotros, es cuestión nuestra estar mejor preparados.
 

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Agradecía darse cuenta de que Harmony estaba exactamente en la misma página que él, con el paso de los días se daba cuenta de que eran bastante compatibles, casi le parecía lógico que su padre hubiera visto una posibilidad en ella. Su apellido era importante en su sociedad, y seguramente podría regresar a Noruega y casarse bien, pero sabía que era necesario empezar a sentar sus bases en el Reino Unido... Ganar un lugar entre las familias sagradas del país.

—Eso es justamente lo que quería escuchar... Es lo que tienes que pensar, ante cualquier situación, siempre vas a estar tú primero. Y quien escojas proteger sabrá que está respaldado por alguien que utilizará hasta el último recurso para sobrevivir— aseguró, porque él también velaba por su propia seguridad y la de su familia.

—Para mi, mi familia y amigos son lo más importante... ¿Has tenido oportunidad de conocer a mi hermana?— preguntó, tomando asiento mientras jugueteaba con su varita, observando a la chica. No sabía si había tenido el placer, pero esperaba poder presentarlas.
 

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Asintió, no dejaba de pensar en Tess cuando él decía aquello. Pensaba en que podía protegerla de todos, tal vez ella no lo entendiera o quizás inclusive quisiera resistirse a todo aquello pero eso no quitaba que la protegiera de todo y de todos en todo momento. Tess era lo más importante, quizás no lo viera en ese entonces pero inclusive el hecho de estar con Cephus y los demás era para asegurarse que luego podría protegerla también. — Claro que lo haré, además de que jamás pondría a ningún traidor o sangre sucia por encima de mi misma. — Solo esperaba no hacer mal las cosas con ella.

—Sí, nos llevamos bastante bien. — no tenía un gran juicio de valor sobre ella, no era tan cercana como con Thomas pero era claro que compartían el mismo modo de vida y los ideales. — Creo que mi padre me ha dicho que pasaremos navidades juntos así que supongo que podre conocerla inclusive un poco mejor. — ladeo el rostro, intentando no pensar que preferiría mil veces pasarlo con Tess que con la familia de él.
 

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Asintió con la cabeza, con el paso de los días le gustaba cada vez más pasar tiempo con Harmony. Sentía que estaba bien alineada, y aunque había muchas cosas que podría cambiar acerca de algunas personas con las que había visto a la chica, estaba convencido de que, teniendo en cuenta su entorno, era perfecta para él.

—Me alegro, me gusta la idea de que mi hermana tenga amistades merecedoras de ella... Es una chica bastante especial, y muy curiosa, así que serás una buena influencia para ella— comentó, siempre que hablaba de su hermana le salía ese tono protector.

Estaba por decir algo cuando escuchó el movimiento de los elfos dirigirse hacia la puerta, y levantó la mirada para ver a Harmony: —¿Tenemos compañía?— preguntó, sin molestarse por esconder los libros que había traído, dudaba que algún indeseable entrara en casa de los Haydeen.
 

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—No dudo que la tendrá, no digo que en Slytherin todo lo que brilla es oro, pero estará mejor rodeada que en resto de las casas. — no era personal ni para Ravenclaw ni para Gryffindor en si, sino que era tan simple y sencillo como que la familia de cualquier purista desearía que su hijo estuviera en las filas de las serpientes, por un tema de comodidad y de saber que no tenían que tratar con ningún tipo de traidor o muggle, aunque había excepciones en aquella casa.

Frunció el ceño, confundida porque no recordaba tener visitas y que su padre regresara. — No lo sé. — Al levantarse y ver entrar a su padre su rostro se ilumino, acercándose y abrazándolo mientras recibía un beso en el cabello como siempre. El amor que sentía por su padre era tan incondicional que por eso mismo dejaba sus propias opiniones de lado muchas veces, no le interesaba que no la entendieran. — Tenemos la mejor compañía. — Bromeo con Thomas, sabiendo que había confianza entre los dos como para poder decírselo sin que su padre se lo tomara a mal.
 

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—Tengo mis dudas al respecto después de ver ciertas cosas, pero... No puedo pedir otra cosa de este colegio— dijo, porque seguía sin entender como el producto de una traidora a su familia estaba en la casa de Salazar Slytherin, pero no hizo mayor comentario porque no quería perder su tiempo hablando de él.

Al escuchar la voz del padre de Harmony, Thomas se levantó del sofá y sonrió dulcemente al verlo. Los elfos se apuraron para ir a la cocina, y no se molestó ni siquiera en esconder los libros ahora que estaba seguro de que la persona que entraba no iba a juzgarlo por intentar enseñarle a su hija todas las herramientas a las que un puro debería acceder. Quería demostrar que estaba siendo una buena influencia.

—Buenas tardes, señor Haydeen— saludó, extendiendo su mano para darle un apretón. El hombre se lo devolvió, y los elfos tomaron su abrigo y sirvieron el té para los presentes.

Pasaron unos cuantos minutos en una charla sencilla, hasta que el tema del festival salió a colación y el rubio aprovechó la oportunidad para mirar a Harmony: —Era algo que, de hecho, quería preguntarte... ¿Quieres que pase a buscarte para ir al festival? Mi madre me ha recomendado un restaurante en el que podemos comer antes de la exhibición de escobas— comentó, mirando tanto a Harmony como a su progenitor, para asegurarse de tener su visto bueno.
 

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Era raro que su padre llegara antes de un viaje de negocios, sin embargo, su semblante era bueno y definitivamente parecía de buen humor por lo que eran señales que todo saldría bien aquel día. A pesar que él jamás se mostraba de mal humor o cualquier otro tipo de mal actitud delante de ella, le preocupaba un poco que hubiera pensado mal en un primer momento al ver a Thomas allí, pero a simple vista se lo notaba terriblemente encantado y feliz con la situación.

Se sorprendió por su propuesta y agradeció haber tragado el té, porque de lo contrario se hubiera ahogado seguramente. Se quedó en silencio por unos momentos, pero al ver a su padre, que sonreía y la miraba con ese brillo tan particular en los ojos, asintiéndole para darle su visto bueno a la situación. — Sí, claro, me encantaría. — Fue lo único que pudo decir, sonriéndole de lado fingiendo emoción por la situación, aunque no la tenía en lo absoluto. Tenía planes con Tess y no sabía como iba a decirle que estaban cancelados, especialmente porque dudaba que entendiera que era por pedido de su padre, casi literalmente teniendo en cuenta la forma en que la había mirado.
 

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Thomas se quedó a la expectativa, pero sabía por la expresión del hombre frente a él que estaba haciendo lo correcto. Su padre le había estado escribiendo, sabía que el tema de su compromiso era algo ya confirmado, y que les darían la noticia durante las navidades para que fuera una sorpresa. Thomas se estaba encargando de que para Harmony fuera una transición sencilla, dando pequeños pasos para que confiara en él. Ese era uno de ellos.

—Perfecto, pues en ese caso... Es una cita— dijo, en ese mismo tono alegre que llevaba utilizando desde que el padre de Harmony se presentó allí. El hombre se levantó de su silla, dándole un apretón en el hombro a su hija por un momento, como si quisiera darle a entender que aprobaba por completo la situación.

—¿Crees que deberíamos ir regresando al colegio? ¿O quieres quedarte un poco más?— preguntó, porque mirando por la ventana daba la impresión de que no les quedaba mucho tiempo antes del toque de queda.
 

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No le gusto como sonó aquello de que era una cita, para nada, pero decir algo en presencia de su padre era completamente imposible teniendo en cuenta que aquel apretón había dejado claro que su padre no pensaba que decir algo que no fuera lo que él quería en ese momento estaba totalmente descartado. Además, se lo debía, su padre había dado todo por ella y no dudaba que si quería que fuera al festival con él lo haría, no era más que eso, por más que Thomas lo hubiera llamado de otra manera en un primer momento.

—Creo que lo mejor será que vayamos, no quiero que se nos haga tarde. — Se levantó sin dudarlo, lo único en que pensaba en ese momento era en poder ir al colegio para buscar a Tess y hablar con ella sobre todo lo que estaba sucediendo, no sería lo mejor pero definitivamente era lo que debía hacer. Tess no se merecía que le mintiera en lo absoluto.

 

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