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Wild Forbidden Love
Original - Realista - One x One
Esta historia es la historia de un amor inesperado que se da en medio la hostilidad de ambos protagonistas. Dos veterinarios especializados en animales exóticos que se conocen en Trønso, Noruega, mientras estudiaban en la universidad y trabajan en la Reserva Natural del país. Su atracción fue inmediata. Pero eran tan parecidos que en un comienzo no se toleraban.
Su primer encuentro fue en un bar en Noruega, tanto Thomas como Lorena no tenía idea de que ambos estudiarían en la misma universidad. Es que la Norges Europeiske Veterinær Universitetera, era una universidad conocida como una de las mejores en su industria. Más cuando se trataba de especialidades en animales exóticos y en peligro de extinción. Fue un encuentro algo turbulento, se atraían, pero no se soportaban. Sin embargo, fue ese mismo imán que parecía juntarlos que hizo que terminaran teniendo un desliz en pleno callejón atrás del bar.
Mientras mas pasaba el tiempo mas se complicaba la relación entre ellos dos. Pero todo se volvió mas complicado cuando descubrieron que asares del destino sus madres eran hermanas. Cosa que hacia que terminaran siendo primos aun cuando ninguno se conocía de antes. Un detalle irrelevante si nunca se hubieran enterado. Pero que ahora les causaba conflictos familiares. Decidir entre el amor y la familia. ¿O tal vez se podían las dos? Esa era la gran pregunta. Tendrán que enfrentar las consecuencias de sus decisiones, estar dispuestos aceptar todo lo que les venga como resultado de esta relación. Queda en ellos tomar esa difícil decisión. Y una vez tomada igual no será un camino fácil. Pero al final deben pensar en él resultó. Ser feliz...
Su primer encuentro fue en un bar en Noruega, tanto Thomas como Lorena no tenía idea de que ambos estudiarían en la misma universidad. Es que la Norges Europeiske Veterinær Universitetera, era una universidad conocida como una de las mejores en su industria. Más cuando se trataba de especialidades en animales exóticos y en peligro de extinción. Fue un encuentro algo turbulento, se atraían, pero no se soportaban. Sin embargo, fue ese mismo imán que parecía juntarlos que hizo que terminaran teniendo un desliz en pleno callejón atrás del bar.
Mientras mas pasaba el tiempo mas se complicaba la relación entre ellos dos. Pero todo se volvió mas complicado cuando descubrieron que asares del destino sus madres eran hermanas. Cosa que hacia que terminaran siendo primos aun cuando ninguno se conocía de antes. Un detalle irrelevante si nunca se hubieran enterado. Pero que ahora les causaba conflictos familiares. Decidir entre el amor y la familia. ¿O tal vez se podían las dos? Esa era la gran pregunta. Tendrán que enfrentar las consecuencias de sus decisiones, estar dispuestos aceptar todo lo que les venga como resultado de esta relación. Queda en ellos tomar esa difícil decisión. Y una vez tomada igual no será un camino fácil. Pero al final deben pensar en él resultó. Ser feliz...
Participantes
Tomás Sánchez Håland
Edad: 21 años
Ocupación: Estudiante de Veterinario
Nacionalidad: Latino-Noruego
PB: Jacob Elordi
User: Shooting Star
Ocupación: Estudiante de Veterinario
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PB: Jacob Elordi
User: Shooting Star
LorenaCalderón Håland
Edad: 20 años
Ocupación: Estudiante de Veterinario
Nacionalidad: Latina-Noruega
PB: Becky G
User: Rising Sun
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PB: Becky G
User: Rising Sun
Mariano Centamore
Edad: 22 años
Ocupación: Fotógrafo
Nacionalidad: Italiano
PB: Tanner Buchanan
User: Shooting Star
Ocupación: Fotógrafo
Nacionalidad: Italiano
PB: Tanner Buchanan
User: Shooting Star
LivPeletier
Edad: 20 años
Ocupación: Estudiante de Enfermería
Nacionalidad: Estadounidense
PB: Dove Cameron
User: Rising Sun
Ocupación: Estudiante de Enfermería
Nacionalidad: Estadounidense
PB: Dove Cameron
User: Rising Sun
Capítulos
01Unexpected
02You again
03 The arrival of conflicting news
04 A Night to Forget
05 The Art of Veterinary
02You again
03 The arrival of conflicting news
04 A Night to Forget
05 The Art of Veterinary
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Fruitcake sweet candy bear claw lollipop dragée pudding cake dragée. <b style="color: #009d9f;">Así luce la negrita.</b> Pudding cheesecake liquorice muffin caramels. Lollipop powder lemon drops lemon drops tiramisu chocolate bar fruitcake candy tootsie roll. Sweet chocolate bar jelly marzipan.
Sugar plum toffee pastry sugar plum brownie. Gingerbread chocolate bar apple pie chocolate chocolate cake jelly-o jelly sesame snaps. Toffee marzipan wafer lemon drops cupcake bear claw chocolate cake. Tart candy canes chocolate cake.</div>
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7. Just in time
Lorena Calderón - comienzos de septiembre - En la calle a las afueras de la Reserva Natural de los Sánchez - Outfit
Lorena había quedado de mal humor al salir de la reserva. Ella ya se había resignado a que no habría nada entre ella y Tomás. Porque era orgullosa, no iba a ser la que fuera el segundo plato, por más que simplemente tuvieran una relación sin compromiso. Pues es lo que pasaría mientras su tía continuara apoyando que él tuviera una relación con Liv. Y ella no quería tener que estar recordando ese detalle a cada momento. Sin embargo, aun cuando no quería, no podía evitar que le fastidiara la presencia de la rubia. Simplemente, no la toleraba, punto.
Enfocada en intentar no prestar atención aquel asunto y mejor enfocarse en que comería, luego la muchacha se envolvió en su teléfono celular mientras caminaba por aquella acera. No estaba prestando atención a nada más. Apenas y había mirado por un momento el hecho de haber llegado al área del cruce de peatones. La morena solía ser precavida por muy impulsiva y temeraria que fuera, por lo que no haría alguna estupidez que la pusiera en peligro así porque sí. Pero ahora las circunstancias del momento la había llevado a cometer una.
Todo ocurrió demasiado de rápido como para que Lorena lo pudiera asimilar de primera intención. Primero ella se encontraba cruzando la calle, o al menos intentando hacerlo. Segundo escuchó la bocina de los autos. Tercero, sintió como unos brazos la jalaban y la apartaban del camino, envolviéndola de una forma protectora. Cuarto, se encontró abrazada a un chico desconocido pero muy guapo. Eso sí, no le paso por desapercibido a la joven.
Noto como se puso nervioso, ni siquiera le había dado oportunidad de hablar cuando ya se disculpaba. Es más, hasta le estaba hablando en español, aunque igual cuando se percató entonces le hablo en inglés. Era evidente que se trataba de un chico extranjero. — No, por favor… no te disculpes. Al contrario, te agradezco. Me salvaste de un mal golpe, o hasta de morir. — le aseguro Lorena. — Estoy bien, solo aún algo asustada y procesando todo. Fui una tonta, debí de estar más atenta al camino. Esto no me había pasado antes. — aseguro la muchacha. — Y tranquilo, yo también hablo español. — le respondió en dicho idioma para que se sintiera un poco más en confianza. — Te debo una. En serio. Y una grande. — La muchacha lo miro ahora con más detenimiento, pues ya se había calmado un poco del ajetreo anterior. Tenía unos hermosos ojos, una mirada dulce. — Me llamo Lorena. — dijo extendiéndole la mano ya sin esa expresión de susto en el rostro, más bien incluso con una sonrisa.
Enfocada en intentar no prestar atención aquel asunto y mejor enfocarse en que comería, luego la muchacha se envolvió en su teléfono celular mientras caminaba por aquella acera. No estaba prestando atención a nada más. Apenas y había mirado por un momento el hecho de haber llegado al área del cruce de peatones. La morena solía ser precavida por muy impulsiva y temeraria que fuera, por lo que no haría alguna estupidez que la pusiera en peligro así porque sí. Pero ahora las circunstancias del momento la había llevado a cometer una.
Todo ocurrió demasiado de rápido como para que Lorena lo pudiera asimilar de primera intención. Primero ella se encontraba cruzando la calle, o al menos intentando hacerlo. Segundo escuchó la bocina de los autos. Tercero, sintió como unos brazos la jalaban y la apartaban del camino, envolviéndola de una forma protectora. Cuarto, se encontró abrazada a un chico desconocido pero muy guapo. Eso sí, no le paso por desapercibido a la joven.
Noto como se puso nervioso, ni siquiera le había dado oportunidad de hablar cuando ya se disculpaba. Es más, hasta le estaba hablando en español, aunque igual cuando se percató entonces le hablo en inglés. Era evidente que se trataba de un chico extranjero. — No, por favor… no te disculpes. Al contrario, te agradezco. Me salvaste de un mal golpe, o hasta de morir. — le aseguro Lorena. — Estoy bien, solo aún algo asustada y procesando todo. Fui una tonta, debí de estar más atenta al camino. Esto no me había pasado antes. — aseguro la muchacha. — Y tranquilo, yo también hablo español. — le respondió en dicho idioma para que se sintiera un poco más en confianza. — Te debo una. En serio. Y una grande. — La muchacha lo miro ahora con más detenimiento, pues ya se había calmado un poco del ajetreo anterior. Tenía unos hermosos ojos, una mirada dulce. — Me llamo Lorena. — dijo extendiéndole la mano ya sin esa expresión de susto en el rostro, más bien incluso con una sonrisa.
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7. Just in time
Mariano Centamore - comienzos de septiembre - En la calle a las afueras de la Reserva Natural
Definitvamente no estaba acostumbrado a estas cosas. Solo que esta vez solo le había nacido rescatarla de un terrible atropello que hasta podía haber muerto, era imposible dejarla ahí solo por su timidez e incapaz de hacer nada. No era de esas actitudes impulsivas así que ni siquiera sabía bien como sentirse al respecto. La había salvado, así que debía sentirse bien y se regañaba asi mismo al sentir nervios, es que la chica era demasiado bonita y era inevitable no ponerse nervioso, porque la realidad es que no sabía actuar con las mujeres que aunque lo encontraban atractivo, él decía que abría la boca y las alejaba. No era tan así, solo que Mariano no lo sabía, era él mismo que se alejaba de sus propios nervios, lo ponían ansioso, y parecía que esto iba a ser igual.
No fue así.
El rubio se sorprendió muchísimo que la chica se mostrara amable y muy agradecida por su ayuda. En parte, se alegró que lo haya logrado entender en un principio y así no quedar como tonto hablando en español porque también lo hacía, y claro no tenía ese toque de habla de España sino que de algún país latino o sudamericano tal como lo era. Eso lo tranquilizó bastante a decir verdad. Siguió hablando entonces en español, porque la verdad es que sintió que debía responder a todo lo dicho. — Simplemente no podía dejar que te atropellarán... venías muy distraída. ¿Te paso algo malo o fue solo que pensabas en otra cosa? Ya sé... ibas rápido a tu trabajo. — Sacó suposiciones cuando lo cierto que lo único que le importaba es que no se hubiera hecho daño, se daba cuenta que había sido rápido en sacarla de la calle. A lo mejor la había presionado fuerte, así que su mirada se dirigió hacia sus brazos, solo que estaba bien.
—Descuida, veo que estás bien y me alegra que hables en español. —Seguía nervioso así que hacía doble esfuerzo para conversar con ella. Lorena, como se llamaba la chica por una extraña razón lo hacía sentirse más tranquilo. — No me debes ningún favor. — Como se había presentado, él decidió hacer lo mismo, sonriendo — Soy Mariano, un gusto. — Siseó mientras le extendía la mano y comenzaban a cruzar la calle, de la nada ya estaban al frente donde habían varios negocios noruegos, era un lugar muy lindo. —Tal vez... tu puedas ayudarme... estoy buscando... destinos para fotografiar...— Señaló al final solo porque sí. El rubio por un lado no quería que se fuera tan pronto. —Aunque sea solo uno... es para aprovechar la tarde, no molestaré mucho si estás apresurada. — Comentó algo ansioso pero mucho menos de como se había comportado en un principio.
No fue así.
El rubio se sorprendió muchísimo que la chica se mostrara amable y muy agradecida por su ayuda. En parte, se alegró que lo haya logrado entender en un principio y así no quedar como tonto hablando en español porque también lo hacía, y claro no tenía ese toque de habla de España sino que de algún país latino o sudamericano tal como lo era. Eso lo tranquilizó bastante a decir verdad. Siguió hablando entonces en español, porque la verdad es que sintió que debía responder a todo lo dicho. — Simplemente no podía dejar que te atropellarán... venías muy distraída. ¿Te paso algo malo o fue solo que pensabas en otra cosa? Ya sé... ibas rápido a tu trabajo. — Sacó suposiciones cuando lo cierto que lo único que le importaba es que no se hubiera hecho daño, se daba cuenta que había sido rápido en sacarla de la calle. A lo mejor la había presionado fuerte, así que su mirada se dirigió hacia sus brazos, solo que estaba bien.
—Descuida, veo que estás bien y me alegra que hables en español. —Seguía nervioso así que hacía doble esfuerzo para conversar con ella. Lorena, como se llamaba la chica por una extraña razón lo hacía sentirse más tranquilo. — No me debes ningún favor. — Como se había presentado, él decidió hacer lo mismo, sonriendo — Soy Mariano, un gusto. — Siseó mientras le extendía la mano y comenzaban a cruzar la calle, de la nada ya estaban al frente donde habían varios negocios noruegos, era un lugar muy lindo. —Tal vez... tu puedas ayudarme... estoy buscando... destinos para fotografiar...— Señaló al final solo porque sí. El rubio por un lado no quería que se fuera tan pronto. —Aunque sea solo uno... es para aprovechar la tarde, no molestaré mucho si estás apresurada. — Comentó algo ansioso pero mucho menos de como se había comportado en un principio.
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7. Just in time
Lorena Calderón - comienzos de septiembre - En la calle a las afueras de la Reserva Natural de los Sánchez - Outfit
LLo podía notar nervioso, no estaba segura de sí era por la situación, cosa que igual entendía por qué ella también había quedado desconcertada. Aunque igual noto como se calmó cuando se percató de que ella también hablaba español. Un extranjero, estar en tierras ajenas tampoco era algo fácil de llevar para algunos, así que tampoco le sorprendía. — De todos modos, gracias, porque fuiste el único que por lo visto reacciono así. — murmuro mirando a su alrededor. Algunos habían puesto cara de susto o preocupación, pero no se habían movido ni un centímetro, ni siquiera le habían gritado para que se detuviera.
— Parecerá tonto, pero venía muy enfocada en que quería pedir comida, para que cuando llegara ya estuviera lista sin saber que un poco más y se queda allí servida la comida sin que la pudiera comer. — comento la chica negando, era cierto que había salido amargada de la reserva. ¿Pero para que amargarlo también mencionando ese detalle?
— Bien, bueno, te puedo seguir hablando en español. Por mí no hay problema. No tengo mucha gente aquí con quien hablarlo, así que aprovecho cuando puedo. — le confesó al rubio. Era alto, y bastante fornido, pero a diferencia de Tomás tenía un toque de dulzura. Su primo tenía un toque más rudo, eso no quería decir que no tuviera su lado amoroso, claro está. Pero definitivamente, en personalidad más que nada, eran muy distintos.
— Es que no fue poco como para olvidarlo. Pero tranquilo, algo se me ocurrirá. — le aseguro, porque, aunque fuera modesto, el chico no había sido algo pequeño lo que había hecho por ella. — Ha sido un placer en conocerte Mariano. — le respondió mientras le estrechaba la mano, a pesar del mal rato ya no sentía mal humor. Al menos mientras no recordara por qué había estado de malas.
Ahora sí se podía cruzar, y ambos aprovecharon el momento para hacerlo. Lorena sonrió al escuchar su comentario. Siempre y si podía ayudarle en algo. — Noruega tiene muchos hermosos paisajes, así que ten entiendo. A veces es difícil saber por dónde comenzar, y a donde dirigirse. — afirmo. — Descuida, no me molesta. De hecho, solo iba a comer como te mencione antes. Ya había salido del trabajo… así que tengo la tarde libre. Encantada te sirvo de guía. Eso sí… si no te molesta acompañarme a buscar la comida. Que al final no resulte en vano el haber intentado cruzar sin mirar. — le miro un poco avergonzada por lo ocurrido. Lorena no era penosa, pero no le gustaba quedar como despistada cuando no lo era. — ¿Ya comiste? — le pregunto.
— Si algo debes fotografiar de Noruega, sí o sí… son las auroras boreales. Puede buscarte el mejor lugar para obtener una hermosa toma. ¿Qué te parece? — sugirió la morena. Igual le venía bien pasar un rato tranquilo, sin tensiones de ninguna clase. Simplemente con la naturaleza y la compañía que, aunque recién lo conocía era agradable y parecía ser un amor de persona. ¿Eres fotógrafo o es algo de pasatiempo? Si se puede saber claro. — pregunto curiosa.
— Parecerá tonto, pero venía muy enfocada en que quería pedir comida, para que cuando llegara ya estuviera lista sin saber que un poco más y se queda allí servida la comida sin que la pudiera comer. — comento la chica negando, era cierto que había salido amargada de la reserva. ¿Pero para que amargarlo también mencionando ese detalle?
— Bien, bueno, te puedo seguir hablando en español. Por mí no hay problema. No tengo mucha gente aquí con quien hablarlo, así que aprovecho cuando puedo. — le confesó al rubio. Era alto, y bastante fornido, pero a diferencia de Tomás tenía un toque de dulzura. Su primo tenía un toque más rudo, eso no quería decir que no tuviera su lado amoroso, claro está. Pero definitivamente, en personalidad más que nada, eran muy distintos.
— Es que no fue poco como para olvidarlo. Pero tranquilo, algo se me ocurrirá. — le aseguro, porque, aunque fuera modesto, el chico no había sido algo pequeño lo que había hecho por ella. — Ha sido un placer en conocerte Mariano. — le respondió mientras le estrechaba la mano, a pesar del mal rato ya no sentía mal humor. Al menos mientras no recordara por qué había estado de malas.
Ahora sí se podía cruzar, y ambos aprovecharon el momento para hacerlo. Lorena sonrió al escuchar su comentario. Siempre y si podía ayudarle en algo. — Noruega tiene muchos hermosos paisajes, así que ten entiendo. A veces es difícil saber por dónde comenzar, y a donde dirigirse. — afirmo. — Descuida, no me molesta. De hecho, solo iba a comer como te mencione antes. Ya había salido del trabajo… así que tengo la tarde libre. Encantada te sirvo de guía. Eso sí… si no te molesta acompañarme a buscar la comida. Que al final no resulte en vano el haber intentado cruzar sin mirar. — le miro un poco avergonzada por lo ocurrido. Lorena no era penosa, pero no le gustaba quedar como despistada cuando no lo era. — ¿Ya comiste? — le pregunto.
— Si algo debes fotografiar de Noruega, sí o sí… son las auroras boreales. Puede buscarte el mejor lugar para obtener una hermosa toma. ¿Qué te parece? — sugirió la morena. Igual le venía bien pasar un rato tranquilo, sin tensiones de ninguna clase. Simplemente con la naturaleza y la compañía que, aunque recién lo conocía era agradable y parecía ser un amor de persona. ¿Eres fotógrafo o es algo de pasatiempo? Si se puede saber claro. — pregunto curiosa.
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7. Just in time
Mariano Centamore - comienzos de septiembre - En la calle a las afueras de la Reserva Natural
Como Mariano había quedado algo tenso con la situación no escuchó muy bien que iba por comida y que era por eso que iba tan distraída. Le había agradado que hablara en español, es decir si sabía que iba a encontrar a gente que hablara español, siempre los había pero no tan rápido y era mucho mejor que tuviera ese toque latino que él también tenía. — Me manejo en varios idiomas, definitivamente el noruego no lo es mío, así que siempre será un placer hablar español e italiano. — Dijo divertido. Pero la realidad es que aunque fuera de Italia muy pocas venía ahí a visitar a sus abuelos que eran los únicos parientes vivos junto a un tío que le quedaban. Siempre prefería volver a casa a Republica Dominicana.
Era mucho más conversadora que él aparte de ser muy bonita. Tenía carisma y le agradaba el tono de su voz, sin duda, era perfecta y no de ese tipo de chicas que se fijarían en él. Mejor ni pensarlo aunque como se estaban llevando ya estaba imaginando que podrían ser amigos durante esas semanas que estaría ahí para fotografiar los diferentes paisajes de Europa.
Solo sonrió, porque la morena no dejaba de agradecerle la ayuda. Todavía se preguntaba de como había sido tan impulsivo y bueno, todo estaba hecho y ahora estaba interactuando con la chica que debía ser de su edad o un poco menor. Como era más introvertido, era mucho más fácil observar y ser el oyente todo el tiempo, esconderse tras la cámara para analizar una bella imagen y claro que Lorena era como una musa que seguramente se vería muy bien en sus fotografías.
Dudaba decirle porque recién se estaban conociendo y ahora mismo solo le pedía ayuda para ir a un cierto lugar para fotografiar las auroras boreales. Se sorprendió mucho que quisiera acompañarlo, no estaba acostumbrado a tener compañía, solo que la vio tan entusiasmada e incluso ya estaba diciendo que la acompañará a comprar la comida, que fue incapaz en decirle que no. Era demasiado gentil y amable para rechazarla y como también lo era. — Vaya... solo pensé que me darías el lugar para ir a sacar fotos y ya. No es una mala idea, se ve que has vivido un tiempo aquí a diferencia de mi que soy turista. Algo de Italia conozco pero aquí no había venido nunca. — Murmuró el chico — Solo un poco — Dijo por la comida — En el hotel comí lo suficiente y claro... pensaba ir a la reserva natural, solo que no me dejaron entrar necesitaba los documentos y los olvide en el hotel, además que es algo costoso. — Se quejó soltando una risita mientras seguía los pasos de la morena que iba a ir a comprar su comida que seguramente le convidaría.
Era muy confianzuda para no asustarle un extraño. Sin embargo, nada iba a hacerle ahí solo estaba para sacar fotos y relajarse. Una guía, una nueva conocida venía bien para pasar esos días en Noruega, y ahora que lo pensaba bien también era algo confianzudo, solo que iba a creer en ella. — Era justo a lo que iba, tengo que plasmar una buena imagen de alguna aurora boreal solo necesitaba encontrar el lugar. Solo llegué hace unos días y sinceramente aunque he sacado, todo sitio es diferente para las tomas. — Asintió con la cabeza cuando le preguntó si era fotógrafo profesional o de pasatiempo.
— Soy fotógrafo profesional, solo que no estoy aquí por trabajo. Hace poco egresé de la universidad y aproveché un dinerito que tenía ahorrado para viajar por Europa, como un año sabático en realidad... y bueno aprovecho de hacer el book para que me contraten cuando vuelva a mi país, eso sí... me buscaré un trabajo a terreno. ¿Y tú? ¿Estudias o trabajas? —Dijo en un tono suave mientras iba a su lado. Estaba hablando más de la cuenta y eso hasta él le parecía extraño, le gustaba esa sensación y más que Lorena parecía interesada, no en un aspecto de coqueteo ni nada, sino que simplemente le estaba agradando estar con él como le estaba ocurriendo con ella.
Era mucho más conversadora que él aparte de ser muy bonita. Tenía carisma y le agradaba el tono de su voz, sin duda, era perfecta y no de ese tipo de chicas que se fijarían en él. Mejor ni pensarlo aunque como se estaban llevando ya estaba imaginando que podrían ser amigos durante esas semanas que estaría ahí para fotografiar los diferentes paisajes de Europa.
Solo sonrió, porque la morena no dejaba de agradecerle la ayuda. Todavía se preguntaba de como había sido tan impulsivo y bueno, todo estaba hecho y ahora estaba interactuando con la chica que debía ser de su edad o un poco menor. Como era más introvertido, era mucho más fácil observar y ser el oyente todo el tiempo, esconderse tras la cámara para analizar una bella imagen y claro que Lorena era como una musa que seguramente se vería muy bien en sus fotografías.
Dudaba decirle porque recién se estaban conociendo y ahora mismo solo le pedía ayuda para ir a un cierto lugar para fotografiar las auroras boreales. Se sorprendió mucho que quisiera acompañarlo, no estaba acostumbrado a tener compañía, solo que la vio tan entusiasmada e incluso ya estaba diciendo que la acompañará a comprar la comida, que fue incapaz en decirle que no. Era demasiado gentil y amable para rechazarla y como también lo era. — Vaya... solo pensé que me darías el lugar para ir a sacar fotos y ya. No es una mala idea, se ve que has vivido un tiempo aquí a diferencia de mi que soy turista. Algo de Italia conozco pero aquí no había venido nunca. — Murmuró el chico — Solo un poco — Dijo por la comida — En el hotel comí lo suficiente y claro... pensaba ir a la reserva natural, solo que no me dejaron entrar necesitaba los documentos y los olvide en el hotel, además que es algo costoso. — Se quejó soltando una risita mientras seguía los pasos de la morena que iba a ir a comprar su comida que seguramente le convidaría.
Era muy confianzuda para no asustarle un extraño. Sin embargo, nada iba a hacerle ahí solo estaba para sacar fotos y relajarse. Una guía, una nueva conocida venía bien para pasar esos días en Noruega, y ahora que lo pensaba bien también era algo confianzudo, solo que iba a creer en ella. — Era justo a lo que iba, tengo que plasmar una buena imagen de alguna aurora boreal solo necesitaba encontrar el lugar. Solo llegué hace unos días y sinceramente aunque he sacado, todo sitio es diferente para las tomas. — Asintió con la cabeza cuando le preguntó si era fotógrafo profesional o de pasatiempo.
— Soy fotógrafo profesional, solo que no estoy aquí por trabajo. Hace poco egresé de la universidad y aproveché un dinerito que tenía ahorrado para viajar por Europa, como un año sabático en realidad... y bueno aprovecho de hacer el book para que me contraten cuando vuelva a mi país, eso sí... me buscaré un trabajo a terreno. ¿Y tú? ¿Estudias o trabajas? —Dijo en un tono suave mientras iba a su lado. Estaba hablando más de la cuenta y eso hasta él le parecía extraño, le gustaba esa sensación y más que Lorena parecía interesada, no en un aspecto de coqueteo ni nada, sino que simplemente le estaba agradando estar con él como le estaba ocurriendo con ella.
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7. Just in time
Lorena Calderón - comienzos de septiembre - En la calle a las afueras de la Reserva Natural de los Sánchez - Outfit
Te comprendo, siempre hay un idioma en el cual nos sentimos más cómodos. Yo sí, sé noruego, e inglés. Pero en casa, aun cuando se hablaban, predominaba el español. Claro, hasta que ahora vivimos en Noruega. — y era una fortuna poder hablar nuevamente español. Pues por lo general lo solía hacer con Tomás o sus padres, pero en el caso del primero era evidente que prácticamente no hablaban. Salvo que estuvieran en el trabajo, o con la tía y la situación los forzara hacerlo. — Así que, con gusto, la verdad lo prefiero hablar también. — aseguro la morena. Se preguntaba de donde sería el chico que tenía tan curiosa combinación de idiomas. Bueno, igual podrían decir lo mismo de ella.
Lorena quería compensarlo de una forma u otra, es que no podía hacerse como si fuera un acto de poca cosa cuando no era el caso. ¡Le salvo la vida! Así que, aunque fuera de guía turística, le pensaba compensar. — No que va, aunque insistas en que no te debo nada. Ya te dije que yo no puedo dejarlo así. Por lo que pienso que esta podría ser una buena forma de compensar. ¿No crees? Yo conozco el lugar. ¿Así que para que arriesgarme a que por alguna razón no llegues cuando puedo yo misma asegurarme de que encuentres el sitio correcto? — comento la muchacha.
Si bien era cierto que se trataba de un completo desconocido, pero de verdad que a ella Mariano le inspiraba confianza, no era algo que todo mundo le diera. Igual la estudiante de veterinaria solía ser temeraria, así que tampoco es que le diera miedo el marcharse con un desconocido. Por más grande que estuviera. — Ah, bueno, suelen servir mucho en la comida, no me molestaría compartir. Por eso lo decía. Bueno, yo conozco el sitio, te puedo hechar una manita con eso. Aunque probablemente no ahora qué literal vengo saliendo de allí. — y la verdad no tenía ganas de toparse con Tomás y Liv haciendo pícnic en medio de la reserva.
— No se diga más entonces. Ver las auroras boreales siempre me relajan, así que salimos los dos ganando. Tú con tus fotos, y yo relajándome un poco. — aseguro la morena. — Hay una colina cerca de la reserva en donde se ven perfectas. — le sugirió la muchacha. El chico se veía muy emocionado con el tema, por eso intuyó que era algo que le apasionaba. De ahí la pregunta de si era o no fotógrafo profesional.
— ¡Qué genial! Supongo que eso te serviría como un complemento al resumen. Igual la experiencia de ir buscando los lugares más hermosos para fotografiar ha de ser extraordinaria. — comento la chica, pensándolo bien Mariano tenía una profesión muy interesante. — Las dos cosas, estudio para ser veterinaria y hago prácticas en la reserva. Por eso venía saliendo de allí. — le contaba la chica mientras llegaban pronto al restaurante y solo tomaría algunos minutos para que estuviera lista, pues ya estaba pedida con anticipación, pero igual no habían tenido que caminar tanto, por lo que no había pasado tanto tiempo.
— Oye Mariano. ¿Cuánto tiempo pasaras en Noruega? Lo diré, me caes bien, así que lo de ser guía puede ser por más de un día. Creerás que estoy loca, o que soy atrevida por confiar así de rápido en un desconocido. Pero tengo buenos instintos con las personas como para saber si son o no de confiar. — Mira que incluso sabia que Liv aun cuando le cayera cuál bomba atómica, no era una mala muchacha. Y sí, lo había encontrado guapo, porque no era ciega. Pero tampoco estaba en modo coqueteo, le agradaba de manera genuina, así que le placía ayudarlo.
Lorena quería compensarlo de una forma u otra, es que no podía hacerse como si fuera un acto de poca cosa cuando no era el caso. ¡Le salvo la vida! Así que, aunque fuera de guía turística, le pensaba compensar. — No que va, aunque insistas en que no te debo nada. Ya te dije que yo no puedo dejarlo así. Por lo que pienso que esta podría ser una buena forma de compensar. ¿No crees? Yo conozco el lugar. ¿Así que para que arriesgarme a que por alguna razón no llegues cuando puedo yo misma asegurarme de que encuentres el sitio correcto? — comento la muchacha.
Si bien era cierto que se trataba de un completo desconocido, pero de verdad que a ella Mariano le inspiraba confianza, no era algo que todo mundo le diera. Igual la estudiante de veterinaria solía ser temeraria, así que tampoco es que le diera miedo el marcharse con un desconocido. Por más grande que estuviera. — Ah, bueno, suelen servir mucho en la comida, no me molestaría compartir. Por eso lo decía. Bueno, yo conozco el sitio, te puedo hechar una manita con eso. Aunque probablemente no ahora qué literal vengo saliendo de allí. — y la verdad no tenía ganas de toparse con Tomás y Liv haciendo pícnic en medio de la reserva.
— No se diga más entonces. Ver las auroras boreales siempre me relajan, así que salimos los dos ganando. Tú con tus fotos, y yo relajándome un poco. — aseguro la morena. — Hay una colina cerca de la reserva en donde se ven perfectas. — le sugirió la muchacha. El chico se veía muy emocionado con el tema, por eso intuyó que era algo que le apasionaba. De ahí la pregunta de si era o no fotógrafo profesional.
— ¡Qué genial! Supongo que eso te serviría como un complemento al resumen. Igual la experiencia de ir buscando los lugares más hermosos para fotografiar ha de ser extraordinaria. — comento la chica, pensándolo bien Mariano tenía una profesión muy interesante. — Las dos cosas, estudio para ser veterinaria y hago prácticas en la reserva. Por eso venía saliendo de allí. — le contaba la chica mientras llegaban pronto al restaurante y solo tomaría algunos minutos para que estuviera lista, pues ya estaba pedida con anticipación, pero igual no habían tenido que caminar tanto, por lo que no había pasado tanto tiempo.
— Oye Mariano. ¿Cuánto tiempo pasaras en Noruega? Lo diré, me caes bien, así que lo de ser guía puede ser por más de un día. Creerás que estoy loca, o que soy atrevida por confiar así de rápido en un desconocido. Pero tengo buenos instintos con las personas como para saber si son o no de confiar. — Mira que incluso sabia que Liv aun cuando le cayera cuál bomba atómica, no era una mala muchacha. Y sí, lo había encontrado guapo, porque no era ciega. Pero tampoco estaba en modo coqueteo, le agradaba de manera genuina, así que le placía ayudarlo.
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7. Just in time
Mariano Centamore - comienzos de septiembre - En la calle a las afueras de la Reserva Natural
El rubio se sentía muy cómodo con ella y la realidad es que le estaba tomando confianza demasiado rápido. No siempre en la vida te encontraban personas así y su padre le decía que debía aprovechar a esas personas. Cuando era un niño había tenido una amiga que por circunstancias de la vida ella tuvo que irse y ahora solo se comunicaban a través de las aplicaciones, no era lo mismo. Quizás cuando fuera a Asia donde se había ido podría ir a visitarla porque sabía que lo recibiría con los brazos abiertos. Esa sensación que tenía con Natasha la estaba teniendo con Lore y lo más loco es que se parecían bastante.
Iba a confiar justamente por ese consejo de su padre y porque Natasha se iba a sentir feliz que se hiciera una amiga porque no era el ser más sociable que digamos. Y aún así había hablado como nunca que hasta sentía su garganta seca, no dejaba de sonreír. Coincidían en los idiomas y a la vez, hasta quería ser su guía turística. ¿Qué mejor? — Genial, nunca pensé que iba a tener tanta suerte en haber salvado a una chica de ser atropellada y que al final terminará guiándome por los buenos paisajes de Noruega. ¿Hace cuánto que vives aquí? — Quiso saber. Porque se notaba que llevaba un buen tiempo y estaba seguro que su noruego era bastante bueno a comparación el que tenía él.
Los ojos de Mariano brillaron cuando le ofreció comida y además que ella conocía muy bien la reserva. Por supuesto que no la iba a obligar para nada ir cuando podían ir otro día, dado que aunque se muriera de vergüenza si se iba atrever a pedirle su teléfono. — Está bien, te aceptaré un poco de comida y vaya, no sabía que venías de ahí. Creo que me estás resolviendo la vida porque si pensaba volver e insistir, no tengo que ir ahora, sé me apetece más que me guíes al lugar adecuado. — Murmuró el latino demasiado entusiasmado por todo y queriendo desde ya conocerla un poco más y pasar esos días con ella, tenía ganas de ver la reserva, sin embargo, si no podían sabía que podría recomendarle otros sitios.
Sujetó bien su bolso con alegría ya que quería ir a la colina para sacar unas buenas fotos y tal vez hasta le sacaría a algunas a ella. Respondió bastante fluido y animado que era fotógrafo profesional y que se había tomado un año sabático luego de egresar de la universidad, por su parte, Lorena le dijo que era veterinaria. — ¡Genial! Me encantan los animales y no tan solo los domésticos. Imagino que en la reserva hay bastantes especies exóticas como en Republica Dominicana. — Señaló, pues Lore podía contarle todo de su carrera y de animales, y él la escucharía fascinado.
Como no tenía un lugar especifico y le gustaba estar viajando en realidad nunca había tenido una mascota, tendría que establecerse para recién tener un gato o un perro.
Una nueva sensación rara sintió cuando la chica dijo lo que estaba pensando él. Esto no ocurría todos los días, era como una bonita casualidad o obra del destino, no lo quería pensar de un modo romántico, pero en cuanto a amistad también ocurría y simplemente no podía dejar ir a Lorena, todo había sido bastante especial para decir: Nos vemos un día y al otro, si te he visto no me acuerdo.
— Un par de semanas, quizás un poco más si tengo la motivación necesaria para quedarme aquí. — Dijo con una sonrisa tímida aunque bastante directo ya que se refería a ella. — ¿Sabes? Es raro. No suelo interactuar mucho con la gente... en realidad prefiero no hacerlo como siempre ando enfocado en las fotos y ahora mismo viajar que trato de no forjar vínculos. Soy más bien tímido, pero contigo es como si te conociera de toda la vida y además te pareces a una amiga mía. La única que tengo... en realidad— Señaló Mariano que ya no se sentía tan tímido, Lorena tenía como esa clase de magia que permitía que él también se dejará llevar por ella. No ocurría siempre así que solo tenía que aprovechar esas semanas con ella. —Me gustaría que fueras mi guía más de un día y esperando que sea toda la semana que pedir que sea el par es mucho, ¿no? — Le extendió la mano para que comprendiera que esto también era una promesa. Iba a confiar y sabía que esta vez no se iba a equivocar.
Iba a confiar justamente por ese consejo de su padre y porque Natasha se iba a sentir feliz que se hiciera una amiga porque no era el ser más sociable que digamos. Y aún así había hablado como nunca que hasta sentía su garganta seca, no dejaba de sonreír. Coincidían en los idiomas y a la vez, hasta quería ser su guía turística. ¿Qué mejor? — Genial, nunca pensé que iba a tener tanta suerte en haber salvado a una chica de ser atropellada y que al final terminará guiándome por los buenos paisajes de Noruega. ¿Hace cuánto que vives aquí? — Quiso saber. Porque se notaba que llevaba un buen tiempo y estaba seguro que su noruego era bastante bueno a comparación el que tenía él.
Los ojos de Mariano brillaron cuando le ofreció comida y además que ella conocía muy bien la reserva. Por supuesto que no la iba a obligar para nada ir cuando podían ir otro día, dado que aunque se muriera de vergüenza si se iba atrever a pedirle su teléfono. — Está bien, te aceptaré un poco de comida y vaya, no sabía que venías de ahí. Creo que me estás resolviendo la vida porque si pensaba volver e insistir, no tengo que ir ahora, sé me apetece más que me guíes al lugar adecuado. — Murmuró el latino demasiado entusiasmado por todo y queriendo desde ya conocerla un poco más y pasar esos días con ella, tenía ganas de ver la reserva, sin embargo, si no podían sabía que podría recomendarle otros sitios.
Sujetó bien su bolso con alegría ya que quería ir a la colina para sacar unas buenas fotos y tal vez hasta le sacaría a algunas a ella. Respondió bastante fluido y animado que era fotógrafo profesional y que se había tomado un año sabático luego de egresar de la universidad, por su parte, Lorena le dijo que era veterinaria. — ¡Genial! Me encantan los animales y no tan solo los domésticos. Imagino que en la reserva hay bastantes especies exóticas como en Republica Dominicana. — Señaló, pues Lore podía contarle todo de su carrera y de animales, y él la escucharía fascinado.
Como no tenía un lugar especifico y le gustaba estar viajando en realidad nunca había tenido una mascota, tendría que establecerse para recién tener un gato o un perro.
Una nueva sensación rara sintió cuando la chica dijo lo que estaba pensando él. Esto no ocurría todos los días, era como una bonita casualidad o obra del destino, no lo quería pensar de un modo romántico, pero en cuanto a amistad también ocurría y simplemente no podía dejar ir a Lorena, todo había sido bastante especial para decir: Nos vemos un día y al otro, si te he visto no me acuerdo.
— Un par de semanas, quizás un poco más si tengo la motivación necesaria para quedarme aquí. — Dijo con una sonrisa tímida aunque bastante directo ya que se refería a ella. — ¿Sabes? Es raro. No suelo interactuar mucho con la gente... en realidad prefiero no hacerlo como siempre ando enfocado en las fotos y ahora mismo viajar que trato de no forjar vínculos. Soy más bien tímido, pero contigo es como si te conociera de toda la vida y además te pareces a una amiga mía. La única que tengo... en realidad— Señaló Mariano que ya no se sentía tan tímido, Lorena tenía como esa clase de magia que permitía que él también se dejará llevar por ella. No ocurría siempre así que solo tenía que aprovechar esas semanas con ella. —Me gustaría que fueras mi guía más de un día y esperando que sea toda la semana que pedir que sea el par es mucho, ¿no? — Le extendió la mano para que comprendiera que esto también era una promesa. Iba a confiar y sabía que esta vez no se iba a equivocar.
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7. Just in time
Lorena Calderón - comienzos de septiembre - En la calle a las afueras de la Reserva Natural de los Sánchez - Outfit
Esto había sido un evento inesperado, pero no tenía por qué ser malo. — La vida a veces puede tener senderos misteriosos. — comento con una sonrisa ante sus palabras. — Una forma extraña de conocernos es cierto, pero nos conocimos al final de cuentas. Esa es para que no olvidemos el momento. — afirmó la muchacha, se podía sentir ya tranquila después de lo ocurrido. No había pasado a mayores, se había topado con alguien agradable, así que al final de cuentas no tenía por qué andar quejándose.
— Pues llevo aproximadamente poco más de un año. Aunque siempre tuve familia aquí, así que Noruega nunca fue una total desconocida para mí. — Le explicaba. Pues aun cuando no llevara tiempo extremadamente largo en el país, al menos al tener a su madre que era de allí, estaba año tanto de la cultura y del idioma.
Le agrado saber que aceptaba compartir con ella la comida. Se lo ofrecía en buena lid. Siempre era mejor comer acompañado que solo. — Perfecto. Descuida, me alegra servir de ayuda y sí, siempre es bueno insistir en lo que quieres mientras aún existan posibilidades. — aseguro la morena, claro que lo decía más por la vida en general, y no tanto en las relaciones. Para Lorena, desde que la rubia apareció en sus vidas, toda posibilidad, incluyendo las relaciones sin compromiso con Tom, habían quedado en el olvido.
Aun cuando no tenía intención de regresar hoy a la reserva por no se sentía de ánimos para ello. No dejaba de ser uno de sus lugares favoritos. Adoraba poder estar con los animales y cuidar de ellos. — Sí, los animales son geniales. A mí me encantan también de todo tipo. Incluso esos que son de temer. A veces solo es cuestión de tratarlos con respeto y precaución. — aseguro la chica. — Así es, tenemos muchas especies exóticas y protegidas. Las ayudamos a preservar. ¿República Dominicana? — se puso a analizar por un momento. — Eso suena interesante de conocer. Nunca he ido, pero si hay animalitos exóticos ten por seguro que captura toda mi atención. — comento contenta. Ese tema siempre la ponía feliz. — ¿Acaso es de ahí de donde sale tu español? — preguntó intrigada.
La noticia de que se quedaría algunas semanas le alegro a Lorena. Definitivamente, era alguien que no le molestaría frecuentar. Había una conexión y de las sanas, Mariano le trasmitía calma. Así que no veía el porqué no seguir viéndose más allá de la ayuda que ofreció, claro está. Le provocó ternura su comentario. Se veía que le costaba interactuar con los demás, así que el que se le diera fácil las cosas con ella era un motivo más para desear ser su amiga. — ¿De verdad? Siento lo mismo, hay una conexión entre ambos que no se da siempre o tan rápido. Ni siquiera si es alguien habladora como yo siente eso con todo mundo. Al comienzo no caminaba por aquella acera con el mejor de los humores, debo admirarlo. Y aunque si me arrepiento de haber intentado cruzar a lo inconsciente, me alegro de que de algún modo eso hizo que nos cruzáramos en el camino del otro. — Quizás de otra manera no se hubieran hablado.
— Da lo por echó, quién sabe… tal vez si me divierto puedo aceptar extenderlo a las dos semanas. — Le extendió la mano nuevamente para sellar aquella promesa. — Solo prométeme que luego me mostrarás las fotos que saques. — comento mientras pagaba la comida y al fin podían partir a la colina. — Vamos, podemos ver las auroras boreales mientras comemos así no te pierdes de nada. — Sugirió mientras salían del local. No estaba muy lejos aquella colina, así que pronto se toparon con aquella verde colina donde había algunas mesas de madera y la vista daba hacia un lago el cual sobre el mismo se dibujaban hermosas auroras boreales.
— Pues llevo aproximadamente poco más de un año. Aunque siempre tuve familia aquí, así que Noruega nunca fue una total desconocida para mí. — Le explicaba. Pues aun cuando no llevara tiempo extremadamente largo en el país, al menos al tener a su madre que era de allí, estaba año tanto de la cultura y del idioma.
Le agrado saber que aceptaba compartir con ella la comida. Se lo ofrecía en buena lid. Siempre era mejor comer acompañado que solo. — Perfecto. Descuida, me alegra servir de ayuda y sí, siempre es bueno insistir en lo que quieres mientras aún existan posibilidades. — aseguro la morena, claro que lo decía más por la vida en general, y no tanto en las relaciones. Para Lorena, desde que la rubia apareció en sus vidas, toda posibilidad, incluyendo las relaciones sin compromiso con Tom, habían quedado en el olvido.
Aun cuando no tenía intención de regresar hoy a la reserva por no se sentía de ánimos para ello. No dejaba de ser uno de sus lugares favoritos. Adoraba poder estar con los animales y cuidar de ellos. — Sí, los animales son geniales. A mí me encantan también de todo tipo. Incluso esos que son de temer. A veces solo es cuestión de tratarlos con respeto y precaución. — aseguro la chica. — Así es, tenemos muchas especies exóticas y protegidas. Las ayudamos a preservar. ¿República Dominicana? — se puso a analizar por un momento. — Eso suena interesante de conocer. Nunca he ido, pero si hay animalitos exóticos ten por seguro que captura toda mi atención. — comento contenta. Ese tema siempre la ponía feliz. — ¿Acaso es de ahí de donde sale tu español? — preguntó intrigada.
La noticia de que se quedaría algunas semanas le alegro a Lorena. Definitivamente, era alguien que no le molestaría frecuentar. Había una conexión y de las sanas, Mariano le trasmitía calma. Así que no veía el porqué no seguir viéndose más allá de la ayuda que ofreció, claro está. Le provocó ternura su comentario. Se veía que le costaba interactuar con los demás, así que el que se le diera fácil las cosas con ella era un motivo más para desear ser su amiga. — ¿De verdad? Siento lo mismo, hay una conexión entre ambos que no se da siempre o tan rápido. Ni siquiera si es alguien habladora como yo siente eso con todo mundo. Al comienzo no caminaba por aquella acera con el mejor de los humores, debo admirarlo. Y aunque si me arrepiento de haber intentado cruzar a lo inconsciente, me alegro de que de algún modo eso hizo que nos cruzáramos en el camino del otro. — Quizás de otra manera no se hubieran hablado.
— Da lo por echó, quién sabe… tal vez si me divierto puedo aceptar extenderlo a las dos semanas. — Le extendió la mano nuevamente para sellar aquella promesa. — Solo prométeme que luego me mostrarás las fotos que saques. — comento mientras pagaba la comida y al fin podían partir a la colina. — Vamos, podemos ver las auroras boreales mientras comemos así no te pierdes de nada. — Sugirió mientras salían del local. No estaba muy lejos aquella colina, así que pronto se toparon con aquella verde colina donde había algunas mesas de madera y la vista daba hacia un lago el cual sobre el mismo se dibujaban hermosas auroras boreales.
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7. Just in time
Mariano Centamore - comienzos de septiembre - En la calle a las afueras de la Reserva Natural
Mariano era mucho más silencioso y que hubiera hablado más de la cuenta lo tenía un poco asombrado. Es que ya podía notar que Lorena era totalmente distinta a él y parecía que si congeniaban luego de salvarla de un atropello.
Le agradaba mucho que supiera del español y que pudieran comunicarse así, porque al contrario de ella, Mariano no sabía hablar noruego y si decía algunas palabras eran mal pronunciadas. Era genial que se hubieran conocido y sentía que debían seguir frecuentando porque su estadía ahí sería mucho más amena con ella. Era raro porque no sabía interactuar mucho con las chicas pero con Lore todo se hacía más sencillo y era como si la conociera de toda la vida a pesar de ser unos desconocidos que se habían conocido tan solo hace unos minutos, el rubio sonreía.
Estuvo muy atento escuchando como se expresaba en cuanto a los animales y lo apasionada que era con su profesión. — Se nota que eres muy apasionada a tu carrera, tanto como a mi me pasa con la mía. Si es de mi interés fotografiar animales también solo que aquí no se me dio tanto la oportunidad espero que pueda entrar otro día a la reserva gracias a tu ayuda. — Que quería hacerlo, pero siempre teniendo el respeto si se lo permitían porque imaginaba que algunos animales sobre todo exóticos se podrían alterar con su cámara. Pero podrían haber otros y la verdad es que también se conformaba con los paisajes.
—Sí, soy de Republica y si hay varios animales como la jutía, el manatí, las cotorras y también hay iguanas. Te gustaría, lo sé. Además que lo mejor es su clima, debo reconocer que Europa es mucho más húmedo y frío. — Exclamó Mariano que no estaba juzgando el clima pero con razones prefería su clima más tropical y casi de todo un verano. Amaba las playas y las zonas isleñas.
— De ahí es — respondió simpático. Que reconociera también que habían tenido una clase de conexión y química de esas extrañas que no puedes creer le alegró un montón, además que la morena al ser más extrovertida se expresaba demasiado bien así que quedaba conmovido con sus palabras, la verdad es que por muy loco y extraño que pareciera se alegraba mucho de haber encontrado una amiga allí. —Es que estoy muy sorprendido conmigo mismo y es genial. Nunca pensé que pasaría algo como esto en Noruega, así que feliz de dejarme llevar. ¿Te ocurrió algo muy feo para que vinieras tan distraída y de mal humor? — Le preguntó con suavidad porque entendería si no se lo quería decir.
Sonrió. Era la idea que hasta podría extender más la estancia en Noruega por ella y espero paciente que le entregaran la comida. — Dalo por hecho, te mostraré todas las fotos que saque… aunque claro que se notan mejor en el portátil. — Susurró el chico mientras la seguía porque si que quería contemplar mejor las auroras boreales. Era muy probable que se lo pasaría muy bien.
Le agradaba mucho que supiera del español y que pudieran comunicarse así, porque al contrario de ella, Mariano no sabía hablar noruego y si decía algunas palabras eran mal pronunciadas. Era genial que se hubieran conocido y sentía que debían seguir frecuentando porque su estadía ahí sería mucho más amena con ella. Era raro porque no sabía interactuar mucho con las chicas pero con Lore todo se hacía más sencillo y era como si la conociera de toda la vida a pesar de ser unos desconocidos que se habían conocido tan solo hace unos minutos, el rubio sonreía.
Estuvo muy atento escuchando como se expresaba en cuanto a los animales y lo apasionada que era con su profesión. — Se nota que eres muy apasionada a tu carrera, tanto como a mi me pasa con la mía. Si es de mi interés fotografiar animales también solo que aquí no se me dio tanto la oportunidad espero que pueda entrar otro día a la reserva gracias a tu ayuda. — Que quería hacerlo, pero siempre teniendo el respeto si se lo permitían porque imaginaba que algunos animales sobre todo exóticos se podrían alterar con su cámara. Pero podrían haber otros y la verdad es que también se conformaba con los paisajes.
—Sí, soy de Republica y si hay varios animales como la jutía, el manatí, las cotorras y también hay iguanas. Te gustaría, lo sé. Además que lo mejor es su clima, debo reconocer que Europa es mucho más húmedo y frío. — Exclamó Mariano que no estaba juzgando el clima pero con razones prefería su clima más tropical y casi de todo un verano. Amaba las playas y las zonas isleñas.
— De ahí es — respondió simpático. Que reconociera también que habían tenido una clase de conexión y química de esas extrañas que no puedes creer le alegró un montón, además que la morena al ser más extrovertida se expresaba demasiado bien así que quedaba conmovido con sus palabras, la verdad es que por muy loco y extraño que pareciera se alegraba mucho de haber encontrado una amiga allí. —Es que estoy muy sorprendido conmigo mismo y es genial. Nunca pensé que pasaría algo como esto en Noruega, así que feliz de dejarme llevar. ¿Te ocurrió algo muy feo para que vinieras tan distraída y de mal humor? — Le preguntó con suavidad porque entendería si no se lo quería decir.
Sonrió. Era la idea que hasta podría extender más la estancia en Noruega por ella y espero paciente que le entregaran la comida. — Dalo por hecho, te mostraré todas las fotos que saque… aunque claro que se notan mejor en el portátil. — Susurró el chico mientras la seguía porque si que quería contemplar mejor las auroras boreales. Era muy probable que se lo pasaría muy bien.
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Lorena Calderón - comienzos de septiembre - En la calle a las afueras de la Reserva Natural de los Sánchez - Outfit
La vida parecía gustarle poner a las personas en la vida de Lorena de las maneras más peculiares que se pudiera tener. Era como si quisiera que dejará siempre una impresión difícil de olvidar. Definitivamente, este era el caso con Mariano. Jamás olvidaría que le había salvado la vida. No era un detalle menor. Por muy modesto que el chico fuera, no cualquiera se ha arriesgado de tal manera por alguien que ni conocía. Por eso se le dejó saber que lo agradecía. Pero a veces, como las palabras se las lleva, el viento prefirió hacer algo más concreto para agradecerle que lo salvara de ser atropellada. Por eso quería servirle de guía por Noruega. Era una buena forma de mostrarle lo agradecida que estaba.
Lorena podía estar todo el día hablando de animales. Así que esperaba que no se aburriera de escucharla porque ella igual encontraba muy interesante lo de la fotografía. Se podían crear fotos tan alucinantes que a veces ni parecían reales. Uno que otro datito debía de darle. Pues lo único que se sabía sacar era selfi. — Es fascinante cuando puedes trabajar en lo que te apasiona. — aseguró la muchacha. — Claro que sí, ya verás. Nada más imagínate cómo quedaría una foto de alguno de nuestros animales exóticos a la luz de las auroras boreales o el atardecer. — Le comentaba para entusiasmarlo.
— Oh por Dios, claro que sería genial conocerlo. Además de animales interesantes, una playita caribeña ha de ser un lugar que definitivamente me gustaría visitar. — aseguró la morena con una sonrisa mientras imaginaba el contraste del calor de Dominica con el frío de Noruega. — Yo tengo familia por parte de padre en Argentina. No sé si has tenido la oportunidad de visitarla. — comentó dándole así un poco de trasfondo del porqué puede también hablar el español.
Congeniaron de forma instantánea y eso hacía que el interés de la morena fuera mayor. Quería darse la oportunidad de conocerlo, parecía del tipo de personas que cualquiera deseaba tener en su vida. — Cuando ocurren estas cosas es mejor aprovecharlas. No es algo que ocurre siempre. — Admitió Lorena. Soltó un suspiro ante su pregunta. — La verdad es que no es sencillo estar en un lugar tranquila haciendo tu trabajo y que de pronto aparezca alguien que no deseas ver, que solo arruina tu día. — no le dio mucho detalle, pero sí era evidente que no le había agradado ese encuentro y que le había amargado el día en ese momento.
Por fortuna ya estaba de un mejor humor, aun con todo el susto del auto que casi la arroyaba. — En ese caso igual puedo tener un poco más de paciencia y esperar a que las pases al portátil. Es que fotos como esas es mejor apreciarlas en todo su esplendor. — aseguro la chica. Al llegar al lugar, la chica coloco en una de las mesas la comida y comienzo a servir en los platos desechables que les habían proveído. — Listo, buen provecho. Déjame ver qué te parece la comida noruega. — dijo acercándole la porción del muchacho con una sonrisa. — ¿Sabes? Esta es la mejor hora para estar aquí, los colores de las auroras en esta parte son más intensos a estas horas. — Moría por saber cómo quedarían aquellas fotos. — ¿Qué ha sido lo más impresionante o loco que has fotografiado? — Pregunto curiosa mientras comenzaba a probar la comida.
Lorena podía estar todo el día hablando de animales. Así que esperaba que no se aburriera de escucharla porque ella igual encontraba muy interesante lo de la fotografía. Se podían crear fotos tan alucinantes que a veces ni parecían reales. Uno que otro datito debía de darle. Pues lo único que se sabía sacar era selfi. — Es fascinante cuando puedes trabajar en lo que te apasiona. — aseguró la muchacha. — Claro que sí, ya verás. Nada más imagínate cómo quedaría una foto de alguno de nuestros animales exóticos a la luz de las auroras boreales o el atardecer. — Le comentaba para entusiasmarlo.
— Oh por Dios, claro que sería genial conocerlo. Además de animales interesantes, una playita caribeña ha de ser un lugar que definitivamente me gustaría visitar. — aseguró la morena con una sonrisa mientras imaginaba el contraste del calor de Dominica con el frío de Noruega. — Yo tengo familia por parte de padre en Argentina. No sé si has tenido la oportunidad de visitarla. — comentó dándole así un poco de trasfondo del porqué puede también hablar el español.
Congeniaron de forma instantánea y eso hacía que el interés de la morena fuera mayor. Quería darse la oportunidad de conocerlo, parecía del tipo de personas que cualquiera deseaba tener en su vida. — Cuando ocurren estas cosas es mejor aprovecharlas. No es algo que ocurre siempre. — Admitió Lorena. Soltó un suspiro ante su pregunta. — La verdad es que no es sencillo estar en un lugar tranquila haciendo tu trabajo y que de pronto aparezca alguien que no deseas ver, que solo arruina tu día. — no le dio mucho detalle, pero sí era evidente que no le había agradado ese encuentro y que le había amargado el día en ese momento.
Por fortuna ya estaba de un mejor humor, aun con todo el susto del auto que casi la arroyaba. — En ese caso igual puedo tener un poco más de paciencia y esperar a que las pases al portátil. Es que fotos como esas es mejor apreciarlas en todo su esplendor. — aseguro la chica. Al llegar al lugar, la chica coloco en una de las mesas la comida y comienzo a servir en los platos desechables que les habían proveído. — Listo, buen provecho. Déjame ver qué te parece la comida noruega. — dijo acercándole la porción del muchacho con una sonrisa. — ¿Sabes? Esta es la mejor hora para estar aquí, los colores de las auroras en esta parte son más intensos a estas horas. — Moría por saber cómo quedarían aquellas fotos. — ¿Qué ha sido lo más impresionante o loco que has fotografiado? — Pregunto curiosa mientras comenzaba a probar la comida.
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7. Just in time
Mariano Centamore - comienzos de septiembre - Parque
Mariano sentía que Lorena no iba a morir porque los vehículos no iban a gran velocidad pero sí que hubiera quedado accidentada con el golpe y por lo tanto, por eso mismo la había salvado porque era ilógico que se quedará con los brazos cruzados. Podía notar que la chica estaba muy agradecida con él, y aunque fuera extraño en definitiva sentía como una clase de conexión con ella, porque era la primera latina que se encontraba en Noruega, podía entenderla y sentía que podían llegar a conocerse más, tener esas ganitas de quedarse más tiempo ahí por haber hecho una amistad, al menos ya no estaría tan perdido allí en un lugar que no conocía a nadie y estaba ahí solo por aventurero y solo porque quería sacar las mejores fotografías.
Con tan solo escuchar como se expresaba de su profesión y como lo mezclaba todo a través de la fotografía (ya podía imaginar esa toma donde podría salir un animal exótico junto al paisaje de las auroras boreales) era genial. Sus ojos azules solo brillaron y se ilusionó con solo ya pensarlo. — Realmente me gustaría que eso pasará, Lorena. Si me ayudas estaré eternamente agradecido, puede gustarme la fotografía pero le tengo gran cariño a los animales, me hace gracia que seas justo estudiante de veterinaria. — Murmuró el dominicano con una sonrisa en los labios porque reconocía que había conocido a una chica de lo más interesante y así solo por salvarla, de casualidad o como el destino lo había perdido.
Hablar de sus países también era interesante. Le gustaba hablar de República Dominicana porque era un lugar de ensueño, él lo amaba y se sentía parte, sin embargo, igual necesitaba conocer diferentes partes del mundo. — Si se da la oportunidad al menos ya tienes un sitio donde llegar. Y no, no he visitado Sudamérica todavía. ¿Mal, no? — comentó el chico — Lo que pasa es que también tengo familia en Italia y por eso aproveche de venir por Europa, por lo cual aproveche la oportunidad, Latam siempre será mi primera opción. — Reconoció. Simplemente creía que ese continente era vida, más ancestral, y recubierto de naturaleza aunque Europa no quedaba para nada atrás, por algo lo eligió primero.
— ¿Pero es tan grave irte apresurada solo porque viste alguien que no te agradaba? — Mariano siempre había sido un chico pacifico que se la pensaba primero y luego reaccionaba, cero conflictivo prefería alejarse aunque si no estaba haciendo nada, no tenía porque huir de ahí mucho más si estaba haciendo algo importante, como andar sacando una foto por ejemplo.
Habían tomado la comida y dirigido al lugar donde se iban a sacar fotos. Con solo ver lo hermoso que estaba el paisaje ya se había emocionado mucho. Sonreía bastante cuando la chica puso las porciones de la comida en aquellos platos y probó de inmediato, era un goloso. — Está muy buena, aunque debo reconocerte que no soy nada mañoso con la comida, puedo comer de todo. — Murmuró divertido mientras con lentitud sacaba comida del plato e iba saboreando su sabor. — Está muy buena, y ahhh solo quiero sacar fotos. — Ya quería hacerlo solo que tampoco se iba a negar a una buena charla que había salido de la nada y creía que sería un tonto si se alejaba sin más solo por sacar fotos cuando eso lo hacía siempre. — Es que el lugar es espectacular, gracias por traerme sé que voy a sacar buenas tomas. — Comió otro bocado porque la comida estaba realmente exquisita, ya en el hotel probaría más pero esta ya era significativa pues estaba acompañado. —Uhmmm…— Se puso a pensar que tipo de fotos eran las más alocadas. — Una vez se me ocurrió sacar fotos haciendo surf, no todas salieron espectaculares que aunque soy bueno, mantener una cámara ya de por sí es difícil, pero sí que hubieron como tres que salieron muy bien, lo más divertido es que una el surfista salió justo saltando por una ola que lo pillo, y PAM la imagen quedó capturada. — Le contó su experiencia de que esa era una de las fotos más alocadas, la verdad es que tenía cientos pero era la primera vez que se ponía a conversar de ello.
Con tan solo escuchar como se expresaba de su profesión y como lo mezclaba todo a través de la fotografía (ya podía imaginar esa toma donde podría salir un animal exótico junto al paisaje de las auroras boreales) era genial. Sus ojos azules solo brillaron y se ilusionó con solo ya pensarlo. — Realmente me gustaría que eso pasará, Lorena. Si me ayudas estaré eternamente agradecido, puede gustarme la fotografía pero le tengo gran cariño a los animales, me hace gracia que seas justo estudiante de veterinaria. — Murmuró el dominicano con una sonrisa en los labios porque reconocía que había conocido a una chica de lo más interesante y así solo por salvarla, de casualidad o como el destino lo había perdido.
Hablar de sus países también era interesante. Le gustaba hablar de República Dominicana porque era un lugar de ensueño, él lo amaba y se sentía parte, sin embargo, igual necesitaba conocer diferentes partes del mundo. — Si se da la oportunidad al menos ya tienes un sitio donde llegar. Y no, no he visitado Sudamérica todavía. ¿Mal, no? — comentó el chico — Lo que pasa es que también tengo familia en Italia y por eso aproveche de venir por Europa, por lo cual aproveche la oportunidad, Latam siempre será mi primera opción. — Reconoció. Simplemente creía que ese continente era vida, más ancestral, y recubierto de naturaleza aunque Europa no quedaba para nada atrás, por algo lo eligió primero.
— ¿Pero es tan grave irte apresurada solo porque viste alguien que no te agradaba? — Mariano siempre había sido un chico pacifico que se la pensaba primero y luego reaccionaba, cero conflictivo prefería alejarse aunque si no estaba haciendo nada, no tenía porque huir de ahí mucho más si estaba haciendo algo importante, como andar sacando una foto por ejemplo.
Habían tomado la comida y dirigido al lugar donde se iban a sacar fotos. Con solo ver lo hermoso que estaba el paisaje ya se había emocionado mucho. Sonreía bastante cuando la chica puso las porciones de la comida en aquellos platos y probó de inmediato, era un goloso. — Está muy buena, aunque debo reconocerte que no soy nada mañoso con la comida, puedo comer de todo. — Murmuró divertido mientras con lentitud sacaba comida del plato e iba saboreando su sabor. — Está muy buena, y ahhh solo quiero sacar fotos. — Ya quería hacerlo solo que tampoco se iba a negar a una buena charla que había salido de la nada y creía que sería un tonto si se alejaba sin más solo por sacar fotos cuando eso lo hacía siempre. — Es que el lugar es espectacular, gracias por traerme sé que voy a sacar buenas tomas. — Comió otro bocado porque la comida estaba realmente exquisita, ya en el hotel probaría más pero esta ya era significativa pues estaba acompañado. —Uhmmm…— Se puso a pensar que tipo de fotos eran las más alocadas. — Una vez se me ocurrió sacar fotos haciendo surf, no todas salieron espectaculares que aunque soy bueno, mantener una cámara ya de por sí es difícil, pero sí que hubieron como tres que salieron muy bien, lo más divertido es que una el surfista salió justo saltando por una ola que lo pillo, y PAM la imagen quedó capturada. — Le contó su experiencia de que esa era una de las fotos más alocadas, la verdad es que tenía cientos pero era la primera vez que se ponía a conversar de ello.
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7. Just in time
Lorena Calderón - comienzos de septiembre - En la calle a las afueras de la Reserva Natural de los Sánchez - Outfit
Ya ni valía la pena perturbarse por lo que había ocurrido en la reserva. Pero obviamente no le dejaba buen sabor de boca el recordarlo. Que simplemente no la soportaba, no la toleraba, le irritaba su presencia. Sin contar que seguía enojada con Tomás.
Lo único que agradecía es que a costa de esto ahora estaba conociendo a un chico tan agradable y porque no admitirlo, guapo, como Mariano. Parecía un chico dedicado y quería ayudarlo. — Pues así será. Y si, también le tienes cariño a los animales, sé que quedaras encantado con los de la reserva. — comento la morena. — Casualidades de la vida, casualidades muy oportunas. — Añadió, porque de toda la gente que se pudo haber cruzado en su día termino siendo justo ella.
Como si no hubiera sido suficiente, ambos tenían sangre latina en las venas. ¿Podía ser mayor la coincidencia? Difícil. — Queda marcado como mi próximo destino vacacional, créeme que lo consideraré. — aseguro la chica sobre la República Dominicana. — Sí, muy mal. Pero al igual que yo ahí debes anotarlo en tu lista de futuros viajes. — dijo entre risas. — Uh, Italia. Ahí también a de ser un lugar con hermosos sitios para fotografiar. — aunque él tenía razón, Latinoamérica siempre sería especial, es que tenía una cultura muy pintoresca como para ser ignorada.
Todo bien hasta el tema del porqué salió alterada de aquel lugar. — Grave no sé… Molesto sí, y mucho, digamos que es de este tipo de personas que llegan queriendo acapararlo todo. — y con acaparamiento se refería a que no solo buscaba llamar la atención de Tomás, también de la tía y para peor, hasta a sus padres le había agradado. ¿Y ella donde quedaba? Por supuesto que en cuestión de segundos se sintió desplazada por Liv.
Cuando llegaron a su destino, ya todo estaba listo para poder comenzar a comer. Lorena tan pronto tenía su porción lista comenzó a comer. — Me alegra que te gustara. Claro, siempre es bueno tener un paladar así. Aunque es aún mejor cuando comes algo a lo que le tenías muchas ganas. ¿Cuál es la más que te gusta? — pregunto solo por curiosa, y por conocerle más.
Sonrió al ver lo impaciente que estaba por sacar las fotos. — Ya casi, ya casi. Solo termina tu comida y serás libra para hacer fotos. — Murmuró divertida, cuál madre que se quería asegurar que su niño comiera antes de jugar. — No hay de que, yo soy la que te agradece. No solo por salvarme, sino por hacerme compañía. — luego del mal rato era agradable tener la presencia del rubio.
Escucho con curiosidad su relato. — Ya imagino, ha de ser toda una tarea. Pero supongo que igual fue una sesión fotográfica divertida. — Nunca se hubiera imaginado una sesión de fotos en las olas del mar. — ¿Imagino que tienes cámaras, aprueba de agua o es algún tipo de aditamento que se le pone para cubrirlas? — no conocía mucho de cámaras, la única cámara que tenía era la de su celular. Se limpió la con una servilleta y miro a Mariano. — ¿Listo? No creo que quieras perderte esta vista. ¿O Sí? — señalo al cielo mientras lo invitaba a ponerse en pie para comenzar a sacar fotos. — Umm crees que me puedas sacar una a mí? — pregunto curiosa.
Lo único que agradecía es que a costa de esto ahora estaba conociendo a un chico tan agradable y porque no admitirlo, guapo, como Mariano. Parecía un chico dedicado y quería ayudarlo. — Pues así será. Y si, también le tienes cariño a los animales, sé que quedaras encantado con los de la reserva. — comento la morena. — Casualidades de la vida, casualidades muy oportunas. — Añadió, porque de toda la gente que se pudo haber cruzado en su día termino siendo justo ella.
Como si no hubiera sido suficiente, ambos tenían sangre latina en las venas. ¿Podía ser mayor la coincidencia? Difícil. — Queda marcado como mi próximo destino vacacional, créeme que lo consideraré. — aseguro la chica sobre la República Dominicana. — Sí, muy mal. Pero al igual que yo ahí debes anotarlo en tu lista de futuros viajes. — dijo entre risas. — Uh, Italia. Ahí también a de ser un lugar con hermosos sitios para fotografiar. — aunque él tenía razón, Latinoamérica siempre sería especial, es que tenía una cultura muy pintoresca como para ser ignorada.
Todo bien hasta el tema del porqué salió alterada de aquel lugar. — Grave no sé… Molesto sí, y mucho, digamos que es de este tipo de personas que llegan queriendo acapararlo todo. — y con acaparamiento se refería a que no solo buscaba llamar la atención de Tomás, también de la tía y para peor, hasta a sus padres le había agradado. ¿Y ella donde quedaba? Por supuesto que en cuestión de segundos se sintió desplazada por Liv.
Cuando llegaron a su destino, ya todo estaba listo para poder comenzar a comer. Lorena tan pronto tenía su porción lista comenzó a comer. — Me alegra que te gustara. Claro, siempre es bueno tener un paladar así. Aunque es aún mejor cuando comes algo a lo que le tenías muchas ganas. ¿Cuál es la más que te gusta? — pregunto solo por curiosa, y por conocerle más.
Sonrió al ver lo impaciente que estaba por sacar las fotos. — Ya casi, ya casi. Solo termina tu comida y serás libra para hacer fotos. — Murmuró divertida, cuál madre que se quería asegurar que su niño comiera antes de jugar. — No hay de que, yo soy la que te agradece. No solo por salvarme, sino por hacerme compañía. — luego del mal rato era agradable tener la presencia del rubio.
Escucho con curiosidad su relato. — Ya imagino, ha de ser toda una tarea. Pero supongo que igual fue una sesión fotográfica divertida. — Nunca se hubiera imaginado una sesión de fotos en las olas del mar. — ¿Imagino que tienes cámaras, aprueba de agua o es algún tipo de aditamento que se le pone para cubrirlas? — no conocía mucho de cámaras, la única cámara que tenía era la de su celular. Se limpió la con una servilleta y miro a Mariano. — ¿Listo? No creo que quieras perderte esta vista. ¿O Sí? — señalo al cielo mientras lo invitaba a ponerse en pie para comenzar a sacar fotos. — Umm crees que me puedas sacar una a mí? — pregunto curiosa.
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7. Just in time
Mariano Centamore - comienzos de septiembre - Parque
Mariano se la estaba pasando en grande porque nunca pensó que encontraría a una latina tan simpática y encantadora ahí, se notaba que la estaba pasando mal por algo y él con su carácter tan amable ya quería hacer algo para recompensarla, más que aún con su bajo estado de ánimo ya lo había llegado a un lugar donde pudiese tomar fotografías y eso lo tenía enormemente feliz.
La comida había estado exquisita y como era tan comunicativo solo lo expresaba con sonrisas, la verdad es que admitía que estaba con muchas ganas de sacar fotos que la comida la comió rápido y se aseguro de no sacar mucha porque la había comprado ella así que perfectamente podía comer en el hotel. — Es que siempre he preferido la comida fresca: mariscos, ensaladas, una pasta fría.. ese tipo de comida.. aunque me puede la pasta y la pizza — Igual le gustaba mucho la comida de Dominicana por lo que ahí con tantas frutas y verduras quedaba más que satisfecho.
— Con mucho esfuerzo fue una de las primeras que me compré, las fotos en el agua son increíbles y viviendo cerca de la playa era ley — Le contó agradecido que se sintiera contenta con su compañía y que hubiera disfrutado de su anécdota, pero ya no podía más con los pies por lo que el momento que terminaron de inmediato comenzó a ubicarse y sacar fotos que a su juicio estaban saliendo increíbles.
No le molestaba que le hablara por lo que asentía y sonreía, fue demasiado gracioso que le planteara que quería sacarse una foto. Era imposible que se iba a negar por lo que de lado le sacó una foto espontánea diciendo que era perfecta y solo comenzó a decir. — Ponte justo ahí, cerca de esas flores. Puedes sonreír, ponerte seria siento que en todas vas a salir muy bien, es que eres bonita y seguro que demasiado fotogénica. — La ayudo a ubicarse, busco que se pusiera en una posición donde su imagen saldría increíble y sin más comenzó a sacarle fotos.
La comida había estado exquisita y como era tan comunicativo solo lo expresaba con sonrisas, la verdad es que admitía que estaba con muchas ganas de sacar fotos que la comida la comió rápido y se aseguro de no sacar mucha porque la había comprado ella así que perfectamente podía comer en el hotel. — Es que siempre he preferido la comida fresca: mariscos, ensaladas, una pasta fría.. ese tipo de comida.. aunque me puede la pasta y la pizza — Igual le gustaba mucho la comida de Dominicana por lo que ahí con tantas frutas y verduras quedaba más que satisfecho.
— Con mucho esfuerzo fue una de las primeras que me compré, las fotos en el agua son increíbles y viviendo cerca de la playa era ley — Le contó agradecido que se sintiera contenta con su compañía y que hubiera disfrutado de su anécdota, pero ya no podía más con los pies por lo que el momento que terminaron de inmediato comenzó a ubicarse y sacar fotos que a su juicio estaban saliendo increíbles.
No le molestaba que le hablara por lo que asentía y sonreía, fue demasiado gracioso que le planteara que quería sacarse una foto. Era imposible que se iba a negar por lo que de lado le sacó una foto espontánea diciendo que era perfecta y solo comenzó a decir. — Ponte justo ahí, cerca de esas flores. Puedes sonreír, ponerte seria siento que en todas vas a salir muy bien, es que eres bonita y seguro que demasiado fotogénica. — La ayudo a ubicarse, busco que se pusiera en una posición donde su imagen saldría increíble y sin más comenzó a sacarle fotos.
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7. Just in time
Lorena Calderón - comienzos de septiembre - En la calle a las afueras de la Reserva Natural de los Sánchez - Outfit
El lugar era ideal para poder ver y apreciar las auroras boreales Lorena estaba segura al chico le encantarían las fotos que podría sacar en este lugar. Con lo bueno que era como fotógrafo seguro que incluso con menos podría hacer una toma espectacular. Otra cosa buena era que ahora había podido comer con gusto. Porque antes, probablemente con el coraje que tenía ni siquiera le daría apetito, solo iba a comer porque debía de hacerlo. Así que era otra cosa que tendría que agradecerle a Mariano, recién había mejorado su ánimo.
— Interesante, ya imagino, es que sería difícil poder resistirse a una buena pasta o un pedazo de pizza. Pero entiendo lo que te refieres siempre está en que te gusta más. — Comento a la muchacha ante su respuesta. — Me gustan también los mariscos. — añadió la chica.
Quedo sorprendida con las fotos bajo agua debía de ser algo impresionante. — Oh, me encantaría ver fotos bajo el agua. Sería divertido nadar y poder fotografiar los peces, corales y arrecifes. Eso sí, lejos de los tiburones. El atrevimiento no llega a tanto. — aclaró la chica. — A de ser especial entonces esa cámara para ti. Yo aún conservo la primera bata de veterinaria que tuve. Era una pequeñita cuando era niña y decía querer dedicarme a ello. — Claro, en su caso eso se lo habían regalado sus papás. Pero también tenía ese significado especial para ella.
Lo observaba curiosa como se preparaba para así tomar sus fotos. Lorena había quedado encantada con su meticulosidad y cuidado. Por lo que siendo tan impresionada que también quiso una foto. — Gracias. ¿Dónde? ¿Aquí? — Dijo acomodándose al lado de las flores para posar en la foto. Una amplia sonrisa apareció en su rostro cuando le dijo que era una chica bonita. — ¿Enserió? — preguntó con una ceja alzada. Mientras posaba ahora como si oliera una de las flores. — Sí, insiste un tantito más me creeré modelo. — Bromeó cambiando de pose a una más sería, de mirada intensa. Ella no necesitaba mucho para seducir a la cámara, a decir verdad. — Esto es divertido. — Señaló ahora riendo mientras hacía como si observará las auroras y no le prestaba atención a la cámara. Ya saben, foto casual sin que me dé cuenta.
— Interesante, ya imagino, es que sería difícil poder resistirse a una buena pasta o un pedazo de pizza. Pero entiendo lo que te refieres siempre está en que te gusta más. — Comento a la muchacha ante su respuesta. — Me gustan también los mariscos. — añadió la chica.
Quedo sorprendida con las fotos bajo agua debía de ser algo impresionante. — Oh, me encantaría ver fotos bajo el agua. Sería divertido nadar y poder fotografiar los peces, corales y arrecifes. Eso sí, lejos de los tiburones. El atrevimiento no llega a tanto. — aclaró la chica. — A de ser especial entonces esa cámara para ti. Yo aún conservo la primera bata de veterinaria que tuve. Era una pequeñita cuando era niña y decía querer dedicarme a ello. — Claro, en su caso eso se lo habían regalado sus papás. Pero también tenía ese significado especial para ella.
Lo observaba curiosa como se preparaba para así tomar sus fotos. Lorena había quedado encantada con su meticulosidad y cuidado. Por lo que siendo tan impresionada que también quiso una foto. — Gracias. ¿Dónde? ¿Aquí? — Dijo acomodándose al lado de las flores para posar en la foto. Una amplia sonrisa apareció en su rostro cuando le dijo que era una chica bonita. — ¿Enserió? — preguntó con una ceja alzada. Mientras posaba ahora como si oliera una de las flores. — Sí, insiste un tantito más me creeré modelo. — Bromeó cambiando de pose a una más sería, de mirada intensa. Ella no necesitaba mucho para seducir a la cámara, a decir verdad. — Esto es divertido. — Señaló ahora riendo mientras hacía como si observará las auroras y no le prestaba atención a la cámara. Ya saben, foto casual sin que me dé cuenta.
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7. Just in time
Mariano Centamore - comienzos de septiembre - Parque
Era agradable hablar con Lorena. Era como estar en casa, que claro que los lugares de Europa eran por completo diferentes a los que estaba acostumbrado, claro que podría tener sangre italiana pero no estaba tan acostumbrada a como solía ser República Dominicana. — Los mariscos, fruta y mucha verdura — Reconoció que amaba la comida fresca pero aquí no daban ganas porque hacía mucho frío o al menos lo que acostumbraba.
— No no no… a menos que haya un experto en ellos. No es que tenga tanta experiencia para hacer todavía eso pero creo que me atrevería. No es tan difícil si tienes la cámara adecuada. — Le contó a la morena que de verdad estaba siendo demasiado gentil y simpática con él, no acostumbraba hablar mucho de su vida porque si que era muy introvertido pero con ella era todo muy distinto y aquello no le pasaba siempre.
Sin más, comenzó a sacarle fotos mientras le daba indicaciones. Sonrió algo tímido mientras alejaba la cámara y se mostraba. — Sí, ¿por qué no? — Dijo riendo mientras seguía sacando fotos. — Creo que por ese lado también quedaría bien… se te da bien posar y el cielo luce maravilloso — Comentó porque sin duda no le importaba hasta hacerle un book o una sesión. No eran fotos del todo profesionales pero sabía que estaban quedando bien. Sonrió.
— ¿Quieres que te las imprima o te la mando por teléfono? — Era un hecho que quería seguir en contacto y no era que fuera por interés porque sabía que iba a tener que pagar su entrada, pues sería mucho abuso, pero quería entrar a la reserva a fotografíar el lugar. No era para su trabajo sino que mostrar un poco lo que hacía y por gusto.
Y fue que se quedaron conversando un buen rato. Ella por supuesto que tuvo que volver a su trabajo y bien, él tenía que seguir recorrieron pero quedaron en juntarse otro día.
— No no no… a menos que haya un experto en ellos. No es que tenga tanta experiencia para hacer todavía eso pero creo que me atrevería. No es tan difícil si tienes la cámara adecuada. — Le contó a la morena que de verdad estaba siendo demasiado gentil y simpática con él, no acostumbraba hablar mucho de su vida porque si que era muy introvertido pero con ella era todo muy distinto y aquello no le pasaba siempre.
Sin más, comenzó a sacarle fotos mientras le daba indicaciones. Sonrió algo tímido mientras alejaba la cámara y se mostraba. — Sí, ¿por qué no? — Dijo riendo mientras seguía sacando fotos. — Creo que por ese lado también quedaría bien… se te da bien posar y el cielo luce maravilloso — Comentó porque sin duda no le importaba hasta hacerle un book o una sesión. No eran fotos del todo profesionales pero sabía que estaban quedando bien. Sonrió.
— ¿Quieres que te las imprima o te la mando por teléfono? — Era un hecho que quería seguir en contacto y no era que fuera por interés porque sabía que iba a tener que pagar su entrada, pues sería mucho abuso, pero quería entrar a la reserva a fotografíar el lugar. No era para su trabajo sino que mostrar un poco lo que hacía y por gusto.
Y fue que se quedaron conversando un buen rato. Ella por supuesto que tuvo que volver a su trabajo y bien, él tenía que seguir recorrieron pero quedaron en juntarse otro día.
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7. Just in time
Lorena Calderón - comienzos de septiembre - En la calle a las afueras de la Reserva Natural de los Sánchez - Outfit
El haberse cruzado con Mariano había sido lo mejor que le pudo haber ocurrido en el día de hoy. Porque de lo contrario posiblemente aún seguiría con mal humor. De eso estaba muy segura la morena. El rubio le daba un toque tranquilo al ambiente, agradable y dulce. ¿Como andar con cara de amargada con gente como él a su alrededor?
Era interesante el escuchar su trasfondo familiar. Pues era curioso como ambos tenían cosas en común. Los dos con una parte de su familia en el viejo mundo y la otra en el nuevo. Y aunque el italiano y el noruego eran idiomas muy diferentes, sí podían compartir el español. Además de las gastronomías llamativas. Era fascinante y sin duda deseaba que esta no fuera la única vez que se vieran porque realmente le interesaba llegar a conocerlo mejor.
— Vaya, eres una caja de sorpresas. — Respondió al escuchar que él sí se atrevería a sacarle fotos a los tiburones. — Bueno, es cuestión de tomar las precauciones necesarias, supongo. — igual ella le tendría sus recelos. Pero que tuviera esa valentía igual le pareció atractivo.
Lorena sabía que era bonita y fotogénica. Sin embargo, no recordaba que le sacaran alguna secesión de fotos, aun cuando fuera improvisada. Solo quizás para las fotos de la graduación de escuela superior y nada más. Así que en estos momentos lo estaba dando todo, se sentía toda una modelo. Una muy obediente, por cierto, pues estaba siguiendo cada una de sus indicaciones para así asegurarse de salir fabulosa. Aunque si Mariano era tan bueno con las fotos, no la dejaría que saliera mal en ninguna de ellas. — Gracias, gracias. Los autógrafos para después. — bromeo contenta mientras hacía la última pose.
La morena se puso pensativa por un momento ante su pregunta. — Mejor envíamelas. Tampoco quiero abusar. Yo me encargo de la impresión. — le aseguró. Qué igual por más que fueran unas fotos sencillas, los fotógrafos solían cobrar por ello, y él se había ofrecido hacérselas solo por el placer de la fotografía. Al menos así no lo haría malgastar sus materiales de impresión fotográfica. Además de tener su número de teléfono de paso. — Luego te paso mi número para que me las envíes. — le indico antes de seguir con la conversación que estaba muy amena e interesante. Sin duda volvería a la reserva de mucho mejor humor. Había hecho un nuevo amigo. ¿Como no estarlo? Esta apenas era el primer encuentro de muchos.
Era interesante el escuchar su trasfondo familiar. Pues era curioso como ambos tenían cosas en común. Los dos con una parte de su familia en el viejo mundo y la otra en el nuevo. Y aunque el italiano y el noruego eran idiomas muy diferentes, sí podían compartir el español. Además de las gastronomías llamativas. Era fascinante y sin duda deseaba que esta no fuera la única vez que se vieran porque realmente le interesaba llegar a conocerlo mejor.
— Vaya, eres una caja de sorpresas. — Respondió al escuchar que él sí se atrevería a sacarle fotos a los tiburones. — Bueno, es cuestión de tomar las precauciones necesarias, supongo. — igual ella le tendría sus recelos. Pero que tuviera esa valentía igual le pareció atractivo.
Lorena sabía que era bonita y fotogénica. Sin embargo, no recordaba que le sacaran alguna secesión de fotos, aun cuando fuera improvisada. Solo quizás para las fotos de la graduación de escuela superior y nada más. Así que en estos momentos lo estaba dando todo, se sentía toda una modelo. Una muy obediente, por cierto, pues estaba siguiendo cada una de sus indicaciones para así asegurarse de salir fabulosa. Aunque si Mariano era tan bueno con las fotos, no la dejaría que saliera mal en ninguna de ellas. — Gracias, gracias. Los autógrafos para después. — bromeo contenta mientras hacía la última pose.
La morena se puso pensativa por un momento ante su pregunta. — Mejor envíamelas. Tampoco quiero abusar. Yo me encargo de la impresión. — le aseguró. Qué igual por más que fueran unas fotos sencillas, los fotógrafos solían cobrar por ello, y él se había ofrecido hacérselas solo por el placer de la fotografía. Al menos así no lo haría malgastar sus materiales de impresión fotográfica. Además de tener su número de teléfono de paso. — Luego te paso mi número para que me las envíes. — le indico antes de seguir con la conversación que estaba muy amena e interesante. Sin duda volvería a la reserva de mucho mejor humor. Había hecho un nuevo amigo. ¿Como no estarlo? Esta apenas era el primer encuentro de muchos.
Fin del Capitulo
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8. A life with you
Tomás Sánchez - Comienzos de Noviembre - Reserva - Con Liv
Había pasado tiempo y Tomás ni siquiera hablaba con Lore, eso lo estaba poniendo de nervios porque cuando lo intentaba ella se alejaba y a veces era él quien estaba de malas.
Era un hecho se que se habían alejado de puro orgullo, sin embargo, era muy posible que eso era lo mejor que podía pasar porque su amor de por sí era demasiado prohibido para que se volviera formal.
Ahora estaba “comprometido” y pronto sería la ceremonia, eso sí… primero tenía que terminar la carrera para casarse, notaba que Liv realmente lo quería y era tan adorable, que nuevamente se estaba ganando todo lo que sentía por ella, no se dio nunca cuenta que ese cariño era porque tendía a protegerla, era fraternal y tal vez hasta como un hermano, eso ni significaba que la amaba, solo que aún estaba demasiado ciego para notar que el amor verdadero era hacia a Lore.
El chico y su rubia aprovechaban de caminar por las reservas cada vez que podían, eso significaba que se cruzaran con Lore de vez en cuando, lo bueno que muchos veces le avisaron justo a tiempo para dar media vuelta y adiós conflicto, si, también se iba contar Liv que no tenía nada que ver con el asunto, la pobrecita ni siquiera imaginaba que él había tenido una aventura con su prima y simplemente era algo que no pudo evitar, ninguno de los dos.
Pero se veía que todo había cambiado. Unos días atrás, la morena había sido muy poco correcta y muy fría con la rubia y eso, todavía la tenía muy mal a ella. Tomás igual se había ido contra ella, sin duda, cada día todo iba de mal en peor.
— Estaba pensando que uno de estos días salgamos a otra parte, sé que amas la reserva pero hay muchos otros lugares en Tromso que podemos visitar, es más hay un hotel divino que es mucho de tu estilo. ¿Qué dices? — El chico sujetaba su mano con cariño, sí no podía decir que no que se sentía muy cómodo con la chica, jamás reclamaba, siempre era sonriente, lo consentía y sí, era la mujer perfecta para él. Lorena estaba quedando poco a poco en el olvido, pero no del todo. Y estaba consciente de eso, solo que era lo mejor. — ¿Por esa carita? Me gusta verte más contenta, dime que pasa y veré como logro animarte otra vez, aprovecha que estoy libre— No podía hacerlo cuando estaba en la universidad pero su mundo giraba ahora en la chica cuando podía hacerlo.
Era un hecho se que se habían alejado de puro orgullo, sin embargo, era muy posible que eso era lo mejor que podía pasar porque su amor de por sí era demasiado prohibido para que se volviera formal.
Ahora estaba “comprometido” y pronto sería la ceremonia, eso sí… primero tenía que terminar la carrera para casarse, notaba que Liv realmente lo quería y era tan adorable, que nuevamente se estaba ganando todo lo que sentía por ella, no se dio nunca cuenta que ese cariño era porque tendía a protegerla, era fraternal y tal vez hasta como un hermano, eso ni significaba que la amaba, solo que aún estaba demasiado ciego para notar que el amor verdadero era hacia a Lore.
El chico y su rubia aprovechaban de caminar por las reservas cada vez que podían, eso significaba que se cruzaran con Lore de vez en cuando, lo bueno que muchos veces le avisaron justo a tiempo para dar media vuelta y adiós conflicto, si, también se iba contar Liv que no tenía nada que ver con el asunto, la pobrecita ni siquiera imaginaba que él había tenido una aventura con su prima y simplemente era algo que no pudo evitar, ninguno de los dos.
Pero se veía que todo había cambiado. Unos días atrás, la morena había sido muy poco correcta y muy fría con la rubia y eso, todavía la tenía muy mal a ella. Tomás igual se había ido contra ella, sin duda, cada día todo iba de mal en peor.
— Estaba pensando que uno de estos días salgamos a otra parte, sé que amas la reserva pero hay muchos otros lugares en Tromso que podemos visitar, es más hay un hotel divino que es mucho de tu estilo. ¿Qué dices? — El chico sujetaba su mano con cariño, sí no podía decir que no que se sentía muy cómodo con la chica, jamás reclamaba, siempre era sonriente, lo consentía y sí, era la mujer perfecta para él. Lorena estaba quedando poco a poco en el olvido, pero no del todo. Y estaba consciente de eso, solo que era lo mejor. — ¿Por esa carita? Me gusta verte más contenta, dime que pasa y veré como logro animarte otra vez, aprovecha que estoy libre— No podía hacerlo cuando estaba en la universidad pero su mundo giraba ahora en la chica cuando podía hacerlo.
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8. A life with you
Liv Peletier - Comienzos de Noviembre Reserva - Con Tomás
Todo comenzó a brillar para Liv ahora que se habían comprometido. Era como un sueño hecho realidad. Desde muy niña había soñado con casarse y cuando conoció a Tom, su corazón había quedado prendado de él y había comenzado a soñar que cuando fuera grande seria con él con quien deseaba casarse. Tomás siempre la había cuidado, la había llevado bajo su ala. Era imposible que no generara sentimientos por él y que hasta cierto punto lo idealizara.
Estos días estaban siendo muy felices para ellos. En especial para Liv, no paraba de bromear diciendo que sería su enfermera personal y que lo atendería cada que algún animal lo atacara. Porque claro, había que reconocer que por más que se amara la naturaleza no dejaba de ser una vida con instintos de supervivencia, instintos animales que si algo le dolía y pensaban que le harías daño, aunque solo te acercaras ayudar, podía atacarte. Por lo que era común tener heridas menores provocadas por los animalitos enfermos. Claro que por supuesto siempre le recalcaba que prefería no tener que hacerlo porque eso implicaba que se encontraba bien.
Liv no era tan apegada a los animales como lo era él, más, sin embargo, la chica sí sabía apreciar del bonito lugar que era la reserva y caminar era relajante hasta que comenzaron los encontronazos con Lorena, la prima del chico. No lograba comprender el porqué la muchacha le hacía tantos desplantes. ¿Qué le había hecho? Hasta donde ella sabía no le había hecho nada malo, por lo que a veces le frustraba y ponía triste saber que al parecer nunca se iban a llevar bien. Porque evidentemente tampoco la rogaria, ella estaba consiente de que nada de eso era su culpa si la otra chica era un tanto mal humorada. Ella se lo perdía porque facial pudieron haber sido buenas amigas.
Por suerte hoy no parecía que se toparían con la morena, pues habían recorrido un buen tramo de la reserva y ni sus luces. Más no podía evitar pensar en ello, es que no se lo explicaba. Se decía a sí misma que no le daría importancia a nada de eso, pero ahí estaba de nuevo. Sobre pensado las cosas. — Oh, lo siento, tengo la cabeza en otra parte. — murmuro la muchacha intentando procesar todo lo que el chico le había dicho. — Sí, dices que me encantara, me gustaría visitarlo. ¿Qué tiene de especial? — le pregunto con curiosidad. Aunque fue imposible evadir las preguntas del chico sobre que le ocurría. Su cara la delataba. — Ya sé, tampoco me gusta andar apagada. Es solo que… No entiendo a tu prima. No sé por qué me odia tanto. Pero bueno, que pases todo el día conmigo definitivamente me podría animar. — Añadió regalándole una sonrisa.
Estos días estaban siendo muy felices para ellos. En especial para Liv, no paraba de bromear diciendo que sería su enfermera personal y que lo atendería cada que algún animal lo atacara. Porque claro, había que reconocer que por más que se amara la naturaleza no dejaba de ser una vida con instintos de supervivencia, instintos animales que si algo le dolía y pensaban que le harías daño, aunque solo te acercaras ayudar, podía atacarte. Por lo que era común tener heridas menores provocadas por los animalitos enfermos. Claro que por supuesto siempre le recalcaba que prefería no tener que hacerlo porque eso implicaba que se encontraba bien.
Liv no era tan apegada a los animales como lo era él, más, sin embargo, la chica sí sabía apreciar del bonito lugar que era la reserva y caminar era relajante hasta que comenzaron los encontronazos con Lorena, la prima del chico. No lograba comprender el porqué la muchacha le hacía tantos desplantes. ¿Qué le había hecho? Hasta donde ella sabía no le había hecho nada malo, por lo que a veces le frustraba y ponía triste saber que al parecer nunca se iban a llevar bien. Porque evidentemente tampoco la rogaria, ella estaba consiente de que nada de eso era su culpa si la otra chica era un tanto mal humorada. Ella se lo perdía porque facial pudieron haber sido buenas amigas.
Por suerte hoy no parecía que se toparían con la morena, pues habían recorrido un buen tramo de la reserva y ni sus luces. Más no podía evitar pensar en ello, es que no se lo explicaba. Se decía a sí misma que no le daría importancia a nada de eso, pero ahí estaba de nuevo. Sobre pensado las cosas. — Oh, lo siento, tengo la cabeza en otra parte. — murmuro la muchacha intentando procesar todo lo que el chico le había dicho. — Sí, dices que me encantara, me gustaría visitarlo. ¿Qué tiene de especial? — le pregunto con curiosidad. Aunque fue imposible evadir las preguntas del chico sobre que le ocurría. Su cara la delataba. — Ya sé, tampoco me gusta andar apagada. Es solo que… No entiendo a tu prima. No sé por qué me odia tanto. Pero bueno, que pases todo el día conmigo definitivamente me podría animar. — Añadió regalándole una sonrisa.
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8. A life with you
Tomás Sánchez - Comienzos de Noviembre - Reserva - Con Liv
No le sorprendió para nada que Liv estuviera con bajos ánimos e incluso molesta - por mucho que le costara demostrarlo - con los malos comentarios de Lore hacia su persona. Esa actitud inmadura de la morena hacía que se alejará más porque la que menos culpa tenía era Liv. Era él quién tenía que cargar más con esa culpa de no decirle que tenía asuntos pendientes y a una novia afuera. Nunca pensó que su atracción fuera tan fulminante que hasta lo haría dudar, el problema fue que todo fue tan intenso que terminaron mal por aquello.
Tomás pensaba que era lo mejor porque no iban a permitir que estuvieron juntos, tal vez ella conocía con el tiempo a alguien y volverían a ser esos primos que se juntaban y charlaban en buena onda. Lorena era muy intensa y reconocía que él también así que en esas instancias como se juntaban estas cosas también dudaba que tuvieran una relación de amabilidad y fraternal como debía ser la familia.
Gruñó un poco.
— Es tan solo que tiene mal carácter y de verdad si quieres pasarla bien es mejor que la ignores, Liv — Comentó el moreno siendo muy sincero que conocía las debilidades de la morena que se iba a quedar más callada e iba a preferir no molestar si ellos la ignoraban. — Es rara y apasionada, así que cuando algo se le mete a la cabeza es insoportable, no la juzgo porque soy igual pero me da rabia que joda tu día con un comentario cuando la verdad solo le quieres caer bien — Murmuró el chico negando con la cabeza y mejor salió con el plan que quería realizar con ella.
— El hotel tiene unas ventanas hermosas muy grandes y se pueden contemplar las auroras boreales en una buena temperatura. Sirven un riquísimo chocolate caliente y bocadillos muy ricos — La animó con una sonrisa mientras sostenía sus manos e iban a ver algunos animales cerca del lago pero el problema fue que cuando estaban llegando, no había sido el único que había tenido la misma idea. Lorena ahí estaba y en compañía de un rubio que sacaba fotos. Eso lo indignó aunque el nunca reconocería que era por celos. — Tengo entendido que las fotos aquí están prohibidas — Alzó la voz.
Tomás pensaba que era lo mejor porque no iban a permitir que estuvieron juntos, tal vez ella conocía con el tiempo a alguien y volverían a ser esos primos que se juntaban y charlaban en buena onda. Lorena era muy intensa y reconocía que él también así que en esas instancias como se juntaban estas cosas también dudaba que tuvieran una relación de amabilidad y fraternal como debía ser la familia.
Gruñó un poco.
— Es tan solo que tiene mal carácter y de verdad si quieres pasarla bien es mejor que la ignores, Liv — Comentó el moreno siendo muy sincero que conocía las debilidades de la morena que se iba a quedar más callada e iba a preferir no molestar si ellos la ignoraban. — Es rara y apasionada, así que cuando algo se le mete a la cabeza es insoportable, no la juzgo porque soy igual pero me da rabia que joda tu día con un comentario cuando la verdad solo le quieres caer bien — Murmuró el chico negando con la cabeza y mejor salió con el plan que quería realizar con ella.
— El hotel tiene unas ventanas hermosas muy grandes y se pueden contemplar las auroras boreales en una buena temperatura. Sirven un riquísimo chocolate caliente y bocadillos muy ricos — La animó con una sonrisa mientras sostenía sus manos e iban a ver algunos animales cerca del lago pero el problema fue que cuando estaban llegando, no había sido el único que había tenido la misma idea. Lorena ahí estaba y en compañía de un rubio que sacaba fotos. Eso lo indignó aunque el nunca reconocería que era por celos. — Tengo entendido que las fotos aquí están prohibidas — Alzó la voz.
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8. A life with you
Liv Peletier - Comienzos de Noviembre Reserva - Con Tomás
Le alegraba poder estar devueltas junto a Tomás por lo que aquello le llenaba de mucha ilusión y la hacía revivir todos esos sueños que habían quedado pendiente antes de que se hubieran distanciado por haberse mudado de país. El moreno había sido el chico de sus sueños, con el que sé vía casada y con un futuro prometedor. Por lo que a eso era en lo que quería pensar y no en peleas tontas con una chica que apenas conocía. Así que a pesar de que la había sorprendido en un momento de divagación mental mientras le hablaba, ahora le prestaba toda su atención. Y es que el chico podía notar fácilmente cuando algo le ocurría. No le había quedado más que admitir lo que traía en su cabeza. — Eso, intento, pero ya sabes que a veces le doy muchas vueltas a las cosas, aunque no quiera. — Reconoció Liv, pues quería ignorarla. Más no le era tarea fácil.
Comentó el moreno siendo muy sincero que conocía las debilidades de la morena que se iba a quedar más callada e iba a preferir no molestar si ellos la ignoraban. — A mí no me incomoda lo rara, o apasionada que sea. Pero sí sus comentarios. — Murmuró el chico negando con la cabeza y mejor salió con el plan que quería realizar con ella. — Sí, pero la diferencia es que eres así cuando alguien te cae mal por alguna razón particular. No por pura diversión. — y es que a veces sentía que lo hacía por divertirse o simplemente de verdad tenía una seria fijación inexplicable con ella. — Ni que yo fuera alejarte de ella. No podría alejarte de tu familia. — Reconoció de forma inocente.
Fue cuando le comenzó a contar sobre el lugar especial que una sonrisa genuina apareció en su rostro. — Wow, eso suena muy hermoso! Te pasas, de verdad. Eres el mejor. — dijo con entusiasmo mientras sostenía sus manos para luego dejarle un beso de agradecimiento en la mejilla. Continuaron caminando, estaba de mejor ánimo. Ya hasta mantenía la sonrisa y no soltaba la mano de Tomás. Solo que se detuvo en seco cuando escucho las palabras del chico. Fue ahí donde noto lo que estaba ocurriendo. — ¿Quién es? ¿Lo conoces? — cuestiono al ver a la otra chica con un chico desconocido. — Tan bien que iba todo… — murmuro haciendo puchero porque sabía que Lorena no dudaría en salir con algún comentario y arruinaría el momento.
Comentó el moreno siendo muy sincero que conocía las debilidades de la morena que se iba a quedar más callada e iba a preferir no molestar si ellos la ignoraban. — A mí no me incomoda lo rara, o apasionada que sea. Pero sí sus comentarios. — Murmuró el chico negando con la cabeza y mejor salió con el plan que quería realizar con ella. — Sí, pero la diferencia es que eres así cuando alguien te cae mal por alguna razón particular. No por pura diversión. — y es que a veces sentía que lo hacía por divertirse o simplemente de verdad tenía una seria fijación inexplicable con ella. — Ni que yo fuera alejarte de ella. No podría alejarte de tu familia. — Reconoció de forma inocente.
Fue cuando le comenzó a contar sobre el lugar especial que una sonrisa genuina apareció en su rostro. — Wow, eso suena muy hermoso! Te pasas, de verdad. Eres el mejor. — dijo con entusiasmo mientras sostenía sus manos para luego dejarle un beso de agradecimiento en la mejilla. Continuaron caminando, estaba de mejor ánimo. Ya hasta mantenía la sonrisa y no soltaba la mano de Tomás. Solo que se detuvo en seco cuando escucho las palabras del chico. Fue ahí donde noto lo que estaba ocurriendo. — ¿Quién es? ¿Lo conoces? — cuestiono al ver a la otra chica con un chico desconocido. — Tan bien que iba todo… — murmuro haciendo puchero porque sabía que Lorena no dudaría en salir con algún comentario y arruinaría el momento.
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8. A life with you
Mariano - Comienzos de Noviembre - Reserva - Con Lorena y luego ¿?
Mariano esa mañana despertó muy contento porque Lore lo había invitado a la reserva y tenía mucha ilusión porque ni siquiera iba a pagar, no podía sacar muchas fotos a menos que fueran en silencio y sin flash, pero bueno no eran fotos profesionales sino más para destacar que animales había conocido, claramente aquí habían animales que no conocía y quería recorrer en mayor parte la reserva.
Había quedado con la morena en juntarse en la entrada para que le dieran el pase de invitado y luego cuando llegó tuvo que registrar su cámara y lo hicieron pasar con ella que la trataban con mucho respeto, era trabajadora allí y parecía que hasta tenía el permiso de la jefa. Así que muy bien, aún cuando no era muy sociable, era feliz que Lore lo entendiera y que abriera su mundo con estas clases de aventuras, claramente no llego con las manos vacías, y aparte de las fotos le traía un chocolate, dado que le había dicho que le gustaba lo dulce.— No te imaginas lo contento que estoy, Lore. Jamás habría tenido la oportunidad de venir aquí y tu lo conseguiste. ¿Qué pasa? ¿Eres familiar de la dueña? — Le preguntó solo por curiosidad y porque no se aguanto. No estaba acostumbrado a estos tratos y lo hacía sentir muy bien. Lore era una amiga espectacular y con la que no perdería el contacto cuando se fuera a su país.
— Oh, te traje las fotos y nada de pago. ¿Eh? Me gusto el resultado y bien... también te traje un chocolate — dijo nervioso — es que no podía llegar con las manos vacías y aún siento que te debo algo. ¿Te gustaría ir a cenar? — Quizás esa noche no, pero muy bien que podían dejar otro día.
Llegaron a un espacio y le estaba sacando una foto a un animal, donde se lo permitieron por supuesto cuando escuchó una voz. Ese chico alto se estaba dirigiendo a él pero sobre la misma miraba a Lore. Venía con una rubia demasiado bonita a su lado, que igual lo miró y luego a su amiga. ¿Qué pasaba? — Esto... ¿Hay algún problema? — Le preguntó a la chica que de un momento a otro parecía estar más enfadada y Mariano ni sabía que pasaba allí.
Había quedado con la morena en juntarse en la entrada para que le dieran el pase de invitado y luego cuando llegó tuvo que registrar su cámara y lo hicieron pasar con ella que la trataban con mucho respeto, era trabajadora allí y parecía que hasta tenía el permiso de la jefa. Así que muy bien, aún cuando no era muy sociable, era feliz que Lore lo entendiera y que abriera su mundo con estas clases de aventuras, claramente no llego con las manos vacías, y aparte de las fotos le traía un chocolate, dado que le había dicho que le gustaba lo dulce.— No te imaginas lo contento que estoy, Lore. Jamás habría tenido la oportunidad de venir aquí y tu lo conseguiste. ¿Qué pasa? ¿Eres familiar de la dueña? — Le preguntó solo por curiosidad y porque no se aguanto. No estaba acostumbrado a estos tratos y lo hacía sentir muy bien. Lore era una amiga espectacular y con la que no perdería el contacto cuando se fuera a su país.
— Oh, te traje las fotos y nada de pago. ¿Eh? Me gusto el resultado y bien... también te traje un chocolate — dijo nervioso — es que no podía llegar con las manos vacías y aún siento que te debo algo. ¿Te gustaría ir a cenar? — Quizás esa noche no, pero muy bien que podían dejar otro día.
Llegaron a un espacio y le estaba sacando una foto a un animal, donde se lo permitieron por supuesto cuando escuchó una voz. Ese chico alto se estaba dirigiendo a él pero sobre la misma miraba a Lore. Venía con una rubia demasiado bonita a su lado, que igual lo miró y luego a su amiga. ¿Qué pasaba? — Esto... ¿Hay algún problema? — Le preguntó a la chica que de un momento a otro parecía estar más enfadada y Mariano ni sabía que pasaba allí.
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8. A life with you
Lorena Calderón - Comienzos de Noviembre - Reserva - Con Lorena y luego ¿?
Las cosas con Tomás no habían mejorado, al contrario, cada vez estaban más tensas y era por la presencia de Liv en su vida. Ya nada iba a ser lo mismo y aunque ella estaba consciente de que lo que tenían no era algo serio, se había sentido engañada y había tomado aquello como una señal de que debía de alejarse. Que aquello solo le traería problemas, así que lo mejor que podía hacer era mirar para otro lado. Pero claro, el tenerlos cerca hacía que todo se complicara porque no podía desdibujar sus expresiones de incomodidad de su rostro. Al menos la tonta de Liv desconocía el verdadero motivo por el cual le caía mal.
Había pasado algunos días desde que conoció a Mariano, había sido una linda coincidencia el haberlo conocido. Así que era de esas personas que una vez las conocías querías que permanecieran en tu vida. Le agradaba y era tan gentil que quiso ayudarlo con su trabajo como fotógrafo. Por eso este día lo había invitado a la reserva tal como le había dicho. Allí podría encontrar muy buenos paisajes y animales para fotografiar. Sería como el paraíso.
Pronto se habían juntado, Lorena estaba de muy buen ánimo. Por el momento todo paresia que estaría bien. Solo esperaba que Tomás se llevara a su amiguita para alguna otra parte y los librara de su presencia, aunque fuera por el día de hoy. — Oh Mariano, ni me alegra poder ayudar y sobre todo ver ese entusiasmo que traes. — aseguro la morena contenta. — Algo de eso hay, mi tía es una de las dueñas. — le comento al muchacho mientras comenzaba a caminar.
— ¡Gracias! Ya quería verlas. Estoy intrigada de como quedaron. — Reconoció Lorena mientras miraba lo que le entregaba. — Los chocolates son la mejor paga de todas Mariano, imposible superar algo tan delicioso. Pero… no me negaré en acompañarte a cenar. — aseguro decidida la muchacha, el chico le caía muy bien, era lindo, agradable y le proporcionaba calma. Una que bastante falta que le hacía.
Todo estaba fluyendo bien, estaba contenta. Ahí observaba a Mariano mientras tomaba fotos a los animales, cuando escucho voces conocidas. El problema es que eran voces conocidas que no deseaba escuchar y eso se había visto reflejado en su rostro. Peor fue cuando noto que su primo venía a retarlos. Eso sí no lo iba a permitir. — No, no hay ningún problema. — Respondió al rubio mientras se cruzaba de brazos para mirar a Tomás seriamente. — Las fotos están prohibidas si no se pide autorización. ¿Pero qué crees? — Le respondió mientras miraba de arriba abajo a la rubia y luego volvió la mirada a Tomás. — La tía nos dio permiso. Es bueno para el negocio. — y es que Lore no era tonta, siempre tenía todo calculado, pero claro, que esto era solo el comienzo de una nueva discusión.
Había pasado algunos días desde que conoció a Mariano, había sido una linda coincidencia el haberlo conocido. Así que era de esas personas que una vez las conocías querías que permanecieran en tu vida. Le agradaba y era tan gentil que quiso ayudarlo con su trabajo como fotógrafo. Por eso este día lo había invitado a la reserva tal como le había dicho. Allí podría encontrar muy buenos paisajes y animales para fotografiar. Sería como el paraíso.
Pronto se habían juntado, Lorena estaba de muy buen ánimo. Por el momento todo paresia que estaría bien. Solo esperaba que Tomás se llevara a su amiguita para alguna otra parte y los librara de su presencia, aunque fuera por el día de hoy. — Oh Mariano, ni me alegra poder ayudar y sobre todo ver ese entusiasmo que traes. — aseguro la morena contenta. — Algo de eso hay, mi tía es una de las dueñas. — le comento al muchacho mientras comenzaba a caminar.
— ¡Gracias! Ya quería verlas. Estoy intrigada de como quedaron. — Reconoció Lorena mientras miraba lo que le entregaba. — Los chocolates son la mejor paga de todas Mariano, imposible superar algo tan delicioso. Pero… no me negaré en acompañarte a cenar. — aseguro decidida la muchacha, el chico le caía muy bien, era lindo, agradable y le proporcionaba calma. Una que bastante falta que le hacía.
Todo estaba fluyendo bien, estaba contenta. Ahí observaba a Mariano mientras tomaba fotos a los animales, cuando escucho voces conocidas. El problema es que eran voces conocidas que no deseaba escuchar y eso se había visto reflejado en su rostro. Peor fue cuando noto que su primo venía a retarlos. Eso sí no lo iba a permitir. — No, no hay ningún problema. — Respondió al rubio mientras se cruzaba de brazos para mirar a Tomás seriamente. — Las fotos están prohibidas si no se pide autorización. ¿Pero qué crees? — Le respondió mientras miraba de arriba abajo a la rubia y luego volvió la mirada a Tomás. — La tía nos dio permiso. Es bueno para el negocio. — y es que Lore no era tonta, siempre tenía todo calculado, pero claro, que esto era solo el comienzo de una nueva discusión.
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8. A life with you
Tomás Sánchez - Comienzos de Noviembre - Reserva - Con Liv
Es que lo más malo era justamente que con Lorena se parecían demasiado en muchos sentidos, y una de las características más fuertes, era que ambos solían ser chispitas. Era obvio que teniendo algo que no era posible y que se había terminado de esa manera, iba a joder toda la convivencia y lamentablemente llevaba a Liv en el saco, cuando no tenía nada que ver. — No prometo nada porque sé que no me hará caso pero intentaré hablar con ella, que si está enojada contigo no te meta en esos asuntos, porque claramente sé que lo menos que te gusta es el conflicto — Razonaba el moreno mientras caminaban de la mano por la reserva para que ella observara a los animales y así aprovechaba de ver como iba todo. Algún día junto a Lorena iban a ser dueños de todo esto, así que el aprendizaje era esencial, también tenía que aprender a llevarse con los trabajadores, solo que por ahora ya estaba por terminar la carrera donde la práctica seguramente la haría en otra parte. Solo que quedaría para el otro año. En la veterinaria eran muchos años, y tanto la teoría como la práctica eran importantes.
— Tampoco intentes caerle bien porque ya te tiene en mira, es de esas chicas bastante intensitas, nada que ver como eres tu, que eres toda una dama y tan refinada — Exclamó mientras besaba su mejilla y luego le sugería esa ida a aquel hotel donde la pasarían perfectamente bien. — Bien, necesitaba tu confirmación aunque ahora que lo pienso igual te habría gustado que te sorprendiera — Dijo contento, solo que eso cambió cuando el chico vio que Lorena estaba con un rubio que no conocía, bastante atractivo para su gusto, que más encima estaba sacando fotos.
Y claro que los animales se podían asustar con aquello.
Sin embargo, el reconocía que eran más celos de ver a Lore con un chico tan pronto luego de que nada funcionará. — No tengo idea quién es — Le respondió a Liv y luego se dirigió a ellos. — Hay mucho problema, los animales se pueden asustar con las cámaras o incluso sentirse amenazados, me extraña que mi prima no te haya avisado, ama hacerse la rebelde — Dijo negando la cabeza. —No estaba enterado de eso, pero puede ser... suele ser permisiva contigo. ¿Y que tan importante es para el negocio? — Sí, se quedó allí para molestar y que se enojará aún más. ¿Qué se creía en cambiarlo así de fácil? Uff, se parecían más de lo que él le gustaba.
— Tampoco intentes caerle bien porque ya te tiene en mira, es de esas chicas bastante intensitas, nada que ver como eres tu, que eres toda una dama y tan refinada — Exclamó mientras besaba su mejilla y luego le sugería esa ida a aquel hotel donde la pasarían perfectamente bien. — Bien, necesitaba tu confirmación aunque ahora que lo pienso igual te habría gustado que te sorprendiera — Dijo contento, solo que eso cambió cuando el chico vio que Lorena estaba con un rubio que no conocía, bastante atractivo para su gusto, que más encima estaba sacando fotos.
Y claro que los animales se podían asustar con aquello.
Sin embargo, el reconocía que eran más celos de ver a Lore con un chico tan pronto luego de que nada funcionará. — No tengo idea quién es — Le respondió a Liv y luego se dirigió a ellos. — Hay mucho problema, los animales se pueden asustar con las cámaras o incluso sentirse amenazados, me extraña que mi prima no te haya avisado, ama hacerse la rebelde — Dijo negando la cabeza. —No estaba enterado de eso, pero puede ser... suele ser permisiva contigo. ¿Y que tan importante es para el negocio? — Sí, se quedó allí para molestar y que se enojará aún más. ¿Qué se creía en cambiarlo así de fácil? Uff, se parecían más de lo que él le gustaba.
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Liv Peletier - Comienzos de Noviembre Reserva - Con Tomás
Aveces Liv se preguntaba si había la posibilidad de que las cosas en algún momento cambiaran con Lorena. ¿Podrían llevarse bien en algún momento? Ella por su parte le gustaría que así fuera. Porque sabía que era familia de Tomás, y, por tanto, alguien importante en su vida. No le gustaba tener esa sensación de no ser bienvenida por parte de ella, no al menos sabiendo que no había hecho algo para ganarse ese rechazo. Liv no esperaba que fueran las mejores amigas, pero sí que al menos pudieran cruzarse y hablar como personas civilizadas normales.
¿Acaso era eso mucho pedir? — Te lo agradezco. La verdad no me gustaría que te metas en problemas con tu prima por mí, pero creo que de por sí ya está enojada. — Decía negando, agradecía que siempre quisiera velar por ella. Al menos el tener la caminata con el chico le estaba ayudando un poco con el ánimo, Tomás solo con su compañía siempre lograba hacerla sonreír. Podría tener todo el carácter del mundo, pero con ella era distinto. Era especial, la cuidaba y eso le encantaba. — Yo solo quiero que no se meta conmigo, es lo único que pido. — le respondió con un puchero frustrada, pero luego una pequeña sonrisa ilumino su rostro ante él alago del chico y aquel beso en su mejilla haciendo que se pusiera rojita. — Qué lindo. — murmuro.
Se motivó cuando le dijo que la llevaría aquel lugar. Una vez más Tom, haciendo cosas que la hacían sentir flechada por él. Y para nada le hubiera molestado que hubiera sido una sorpresa, fuera como fuera, estaba siendo lindo con ella y eso la derretía. — Por supuesto que igual me hubiera encantado. Sabes bien que me gustan todas esas cosas, los detalles. — aseguró dejando escapar una risita. Cuando parecía que todo estaba tranquilo, que nada la mortificaría por hoy y que simplemente disfrutaría de la compañía del chico, se toparon con Lorena. Quien estaba muy bien acompañada. — Vaya, quizás es amigo de Lorena. Igual no tiene pinta de ser de aquí. — Murmuró la muchacha. Había quedado confundida con la escena, aunque tenía que admitir que el muchacho desconocido no tenía pinta de mala persona. Mínimo no era ácido como la morena. Noto por supuesto aquella mirada sobre ella por parte de la otra, ya esto la estaba fastidiando.
Los escucho discutir, ella quería que todo esto no se fuera a salir de control porque ambos se veía que tenían igual carácter. — Tom, Tommy, creo que es mejor hablar con tu mamá. ¿No? Ella es quien mejor nos puede aclarar esto. — Comento la muchacha con la intención de ayudar a que las cosas se calmaran. Solo esperaba que como siempre la otra no sacara de contexto como solía hacerlo. Es que Tomás tenía razón, podían asustar a los animales. Pero quizás el rubio tenía buenas intenciones. Por lo que era cuestión de buscar la forma de que hiciera su trabajo sin que perturbara a los animalitos.
¿Acaso era eso mucho pedir? — Te lo agradezco. La verdad no me gustaría que te metas en problemas con tu prima por mí, pero creo que de por sí ya está enojada. — Decía negando, agradecía que siempre quisiera velar por ella. Al menos el tener la caminata con el chico le estaba ayudando un poco con el ánimo, Tomás solo con su compañía siempre lograba hacerla sonreír. Podría tener todo el carácter del mundo, pero con ella era distinto. Era especial, la cuidaba y eso le encantaba. — Yo solo quiero que no se meta conmigo, es lo único que pido. — le respondió con un puchero frustrada, pero luego una pequeña sonrisa ilumino su rostro ante él alago del chico y aquel beso en su mejilla haciendo que se pusiera rojita. — Qué lindo. — murmuro.
Se motivó cuando le dijo que la llevaría aquel lugar. Una vez más Tom, haciendo cosas que la hacían sentir flechada por él. Y para nada le hubiera molestado que hubiera sido una sorpresa, fuera como fuera, estaba siendo lindo con ella y eso la derretía. — Por supuesto que igual me hubiera encantado. Sabes bien que me gustan todas esas cosas, los detalles. — aseguró dejando escapar una risita. Cuando parecía que todo estaba tranquilo, que nada la mortificaría por hoy y que simplemente disfrutaría de la compañía del chico, se toparon con Lorena. Quien estaba muy bien acompañada. — Vaya, quizás es amigo de Lorena. Igual no tiene pinta de ser de aquí. — Murmuró la muchacha. Había quedado confundida con la escena, aunque tenía que admitir que el muchacho desconocido no tenía pinta de mala persona. Mínimo no era ácido como la morena. Noto por supuesto aquella mirada sobre ella por parte de la otra, ya esto la estaba fastidiando.
Los escucho discutir, ella quería que todo esto no se fuera a salir de control porque ambos se veía que tenían igual carácter. — Tom, Tommy, creo que es mejor hablar con tu mamá. ¿No? Ella es quien mejor nos puede aclarar esto. — Comento la muchacha con la intención de ayudar a que las cosas se calmaran. Solo esperaba que como siempre la otra no sacara de contexto como solía hacerlo. Es que Tomás tenía razón, podían asustar a los animales. Pero quizás el rubio tenía buenas intenciones. Por lo que era cuestión de buscar la forma de que hiciera su trabajo sin que perturbara a los animalitos.
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