Inspirado en el mundo mágico de Harry Potter, pero ambientado en la época de 1960, poco antes de la época de los Merodeadores nacieran. En un mundo y una sociedad mágica en la que tenían grandes expectativas para Pólux C. Black y Yacine R. Lestrange. Dos jóvenes provenientes de familias sangre pura, muy importantes y de prestigio. Por tanto, dos de los candidatos para hacer una buena alianza con familias de alguna de las prestigiosas jovencitas sangre pura y así mantener el legado de la pureza de la sangre en las siguientes generaciones. Muy buenos amigos se volvieron en sus últimos años del colegio, Pólux parecía ya tener el destino sellado luego de llevar varios años de novio con una chica, mientras que, por otro lado, el que parecía no tener remedio era Yacine. Que se la pasaba de flor en flor, de aquí para allá sin decidirse por una. Tal parece que estaba esperando que sus padres lo obligaran a elegir una.

Entre juego y juego, a esos dos se les olvidó todo lo que sus padres tenían planeado para sus futuros. Simplemente, cruzaron esa raya de la amistad sin marcha atrás una vez probaron la libertad que ofrecía su ingreso a la universidad. Menudo escándalo se formaría si llegara a oídos de los Black y Lestrange, que sus hijos optaron por preferir la compañía de una pareja del mismo sexo. El drama se le ha de acrecentar aún más sumándole que era un tema tabú para dicha época, y una gran deshonra para unas familias tan importantes. ¿Terminará por ser borrados del árbol familiar? Esa es muy buena pregunta.

Pólux C. Black 18 años — Nick Robinson — Shooting Star
	Yacine R. Lestrange 18 años — Franco Masini — Rising Sun
Annabelle Black NPC — Maia Mitchell — Shooting Star
	Eleanor Lestrange NPC — Katryn Newton — Rising Sun

Inspired — Libros — Harry Potter.

El amor que se sentían era cada día más grande y lo cierto es que por eso tenían todo planeado porque no podían defraudar a su familia: debían casarse, debían tener herederos y por eso se habían aliado justamente con sus primas para que ellas también en cierta forma pudieran ser libres, no dejar que involucraran sentimientos amorosos, que el cariño y aprecio iba a estar pero no así un amor de una verdadera pareja. Sin lugar a dudas, su corazón pertenecía a Yacine Lestrange.



Fin del Capítulo

Pólux C. Black — Agosto —Isla de Pascua (Chile) — Outfit

Los chicos habían comenzado sus vacaciones de la manera más candente posible. Vaya que había disfrutado de ese momento a solas, frente al amanecer y a la intemperie. Necesitaba más momentos así, más momentos en donde no tuviera que preocuparse por ser descubiertos. Ellos sabían las consecuencias de aquello. Pero tampoco andarían haciéndose las víctimas sufridas. No, señores, ellos tenían todo un plan fríamente calculado para salirse con la suya. Algo muy propio de un Black o Lestrange. Siempre picando adelante, siempre buscando cómo ser quienes tenían el control.

Yan estaba consciente de que, aunque le gustaba la idea de estar todo el día a solas con Pólux, era realmente tentador. No podían dejar a las muchachas solas por tanto tiempo. Por más que se tuvieran la una a la otra para hacerse compañía no sería lo mismo. Ellos las invitaron, no podían dejarlas así tiradas. Además de que lo mejor era tenerlas contentas. Así que debían compensar con algo. Fue ahí donde se le ocurrió que podían alquilar una de las terrazas del restaurante más caros que había en la isla. De esta manera podrían tener una deliciosa comida y al mismo tiempo estarían en un lugar privado.

Al rubio y al castaño les interesaba saber cuán dispuestas estaban ellas a esto. Porque les gustara o no, sería una relación de cuatro, no de dos. Tenían que tener eso claro desde un comienzo. El detalle estaba en cómo decirles. Conocía a su prima y podría decir que era lo bastante leal como para no delatarlos o criticar. Pero, la pregunta sería esa. ¿Estaría dispuesta a compartir a su futuro marido con su primo? Eso era lo que estaba por descubrir. Porque él ya sentía algo más que atracción, lo necesitaba cerca, así que no aceptaría la idea de tenerlo lejos. Para eso estaba dispuesto a darle a Anabelle Black lo que ella quisiera a cambio de su complicidad.

El rubio esperaba a la salida que el resto estuviera listo. Aprovecho que para variar las chicas se solían tardar más y, por tanto, eran ellos los primeros en estar listos. — Qué apetecible. — le guiño a Pol al verlo aprovechando que estaban aún solos. — ¿Listo para ver que sale de todo esto? Espero salga bien, algo me dice que sí. — Añadió sintiéndose positivo al respecto. — Lo necesitamos. — finalizo.

YACINE R. LESTRANGE— Agosto —Isla de Pascua (Chile) — Outfit

Que manera de comenzar las vacaciones,  Pol no podía negar que anehelaba siempre tener sexo con Yacine y como esta vez lo había dejado ser el dominante, por Merlín, aquel recuerdo aún lo tenía en su cabeza y pensaba repetirlo en varias ocasiones cuando estuvieran en su casa para ir a la universidad y quizás, con algo de suerte podrían acostarse antes que terminaran las vacaciones. Sin embargo, ambos coincidieron que aquí no podían dejar solas a las chicas que eran sus prometidas y merecían toda su atención, por lo que coordinaron una salida a un ostentoso y elegante restaurante de la isla donde se comerían bien y aprovecharían de decir su relación. La verdad, es que confiaba plenamente en su prima porque estaba al tanto que todo lo hacía por conveniencia y así era lo mejor para poder asegurarse su libertad, que  claro igual nunca se sentiría inseguro de que la tuviera Yacine.

Por otro lado, Eleanor era otra cosa, no la conocía tanto y aunque era irremediablemente hermosa y era todo su tipo no tenía idea como lo iba a tomar, por mucho que su querido amante le asegurará que todo iba estar bien. Por supuesto, podrían darse el gusto de tener hijos porque un heredero Black era la regla en la familia para seguir por completo las normas.  Todo por conveniencia y aunque habría aprecio y cariño, no pensaba tratarla mal por nada por respeto también a Yacine y quería que se llevaran bien.

Las chicas siempre demoraban en llegar y no importaba que fueran impuntuales la verdad mientras se vieran preciosas. Por lo que fueron ellos quienes llegaron primero en ese sitio que era tan solo para ellos. — Opino lo mismo y ganas me dan de llevarte a un rincón. — Exclamó con una sonrisa divertida mientras lo miraba de arriba a abajo. — Pues espero que sí... no conozco mucho a tu prima y ni sé si va aceptarme del todo aún cuando quiera darle todo a cambio de esa complicidad. — Reveló el pelinegro. — Sí, aunque nunca podamos estar de la forma que queremos realmente es lo mejor que podemos tener. — Exclamó, y fue cuando justo las chicas llegaron, le habían entregado el traslador que se habían antes para hacer todo el papeleo y el pago. Ellas eran sus invitadas de honor. — Luces radiante, Eleanor — Dijo de manera inmediata y yendo hacia a ella al momento que llegaron con Annie. Sonrió a su prima con cariño y luego la volvió a mirar para darle una vuelta siendo muy atento, siempre lo sería por algo sería su mujer.

Pólux Black— Agosto —Isla de Pascua (Chile) — Outfit

La muchacha lo había estado pasando bien en aquellas vacaciones en la Isla de Pascua con su primo y su nuevo prometido, y la prometida de su primo. Tener un poco de libertad era genial, porque claro que los chicos siempre iban a tener más libertad que las chicas, cosa que nunca le hizo mucha gracia, pero era la realidad. A comparación de Yacine que era más aventado y un coqueto andante, Eleanor era más recatada en esos aspectos. Pero no quería decir que fuera indiferente. Solo que entre ella y su prometido la verdad no había nada. Era pura conveniencia, pero si debía de casarse con alguien prefería hacerlo con alguien que le agradara y el Black juntaba todas las características que ella quería para aceptar un marido. Incluso era guapo y joven, no podía pedir más.

Sin embargo, su interés últimamente en estos días había recaído en la prima de su prometido, no lo podía evitar, habían pasado más tiempo juntas porque los chicos parecían divertirse mucho más sin ellas. No los culpaba, a fin de cuentas, eran mejores amigos, aunque sentía que había algo más y no les decía. En fin, no sería nadie para juzgar, en especial ella. Más porque una vez más recordaba que esto era un trato, algo por conveniencia y sabía que su primo no la ofrecería a cualquiera. Podría parecer que no quería a nadie, pero estaba segura de que a ella sí. Además, le placía mucho vengarse de Lizbeth.

— ¿Crees que estoy bien así? ¿Quizás sea mucho para una cena en una terraza por más fina que sea? — le pregunto a la otra chica dando una vuelta para que la viera. Normal que tardaran más arreglándose, esperaba que no se fueran a desesperar por tener que esperar por ellas. — Bueno, creo que igual lo dejaré así. Nos hemos tardado un mundo. Aunque, bah… igual a válido la pena. — aseguro y es que igual la otra chica se veía preciosa, así que esperaran. Al final lo bueno se hacía esperar.

Al final bajaron y se toparon con sus flamantes prometidos. — Oh, gracias. Igual luces muy guapo. Lamento la espera, aunque al parecer valió la pena. — Admitió la rubia, dejando que Pólux le diera aquella vuelta para verla. — Y bien, cuando deseen podemos partir. — Pidió la muchacha.

ELEANOR LESTRANGE— Agosto —Isla de Pascua (Chile) — Outfit

La morena sabía que este matrimonio era solo por conveniencia y le agradaba, Yacine era un buen prometido pero se notaba a leguas que ella no le gustaba nada, solo que se conformaba que fuera atento y amable con ella. Más le interesaba sin duda su prima que con los años se había vuelto muy bonita y ella era si era mucho más cercana y agradable aunque fuera un poco más introvertida que su futuro marido. Por supuesto que no dudaba de Polux, que su primo siempre había sido todo un caballero, tan serio y todo un Black que la verdad es que siguiendo la tradición feliz se casa con él, que bien que los Black no les importaba casarse entre primos y no importaba si no hubiera amor, solo que Yacine era mucho más de lo que espero y se sentía conforme.

¿Y cómo no apreciarlo? Los chicos ni habían dudado en invitarlas a sus vacaciones a la Isla de Pascua que ella en lo personal no conocía de nada y ciertamente le pareció una isla muy ancestral y mágica, preciosa. Aunque hacía frío de noche durante el día si tenía una rica temperatura y aprovechó asolearse, genial igual porque se suponía que en esa parte si que era invierno a diferencia de otros lugares.

Ella también se estaba cambiando porque los chicos la habían invitado a cenar, real las estaban tratando como sus invitadas, dormían hasta tarde, comían rico y la playa era exquisita. Ahí mientras terminaba de retocarse el maquillaje escuchó a Eleonor. ¿Tenía que ser tan insegura? — Ni tengas dudas luces preciosa aunque si te recomiendo que lleves tu capa temperada que hay mucho viento a esta hora, solo que imagino que los chicos ya se aseguraron de eso —Comentó mientras miraba el traslador para ir a aquel restaurante que los chicos se habían ido primero imaginando que tenían que pagar y porque querían asegurarse que estuviera todo en orden.— Luzco bien. ¿Verdad que sí? — Señaló porque sí sería lindo recibir un elogio de ella también.

Cuando llegaron solo observó como Polux se acercaba a Eleanor siendo muy caballeroso. Por su parte, como no tenía problema alguno se acercó a Yacine y levantó el brazo para que lo afirmara. — El restaurante desde aquí luce bien. ¿Qué tal todo? Ah... Yacine siempre estás un poco desordenado — Dijo mientras le ordenaba la camisa  y pronto se marchaban hacia la terraza donde iban a comer. Al llegar solo se sentó y fue cómodo que ella quedará frente a Eleonor tal como chicos quedaban entre sí. Era como podía presenciar más su belleza y a la vez poder comer tranquilos y tener una buena charla entre ellos.

Anabelle Black— Agosto —Isla de Pascua (Chile) — Outfit

Jamás había sentido algo tan intenso por alguien, con Pol quería estar de todas formas posibles, en cada rico. Pero también había algo que le decía que velaría por él si alguien se atrevía a intentar, solo intentar dañarlo. Le importaba, era especial. Entre ellos había amor, aunque fuera a su manera, aun cuando muchos creyeran que eran incapaces. Fríos, y sin sentimientos. Bueno, quizás solo eran reservados con eso. No todo mundo era digno del aprecio y amor de un Lestrange o Black. Comenzando por la arpía de Lizbeth, maldita zorra si tan solo supiera se retorcería de la rabia. Lo cual sería satisfactorio, pero también un riesgo para ellos. Así que por desgracia eso no podía ser, pero sí podía al menos restregarle a su prima en la cara. Le dolería igual, seguía siendo una Lestrange, y nunca le había agradado Eleanor. Todo el plan era perfecto.

La tentación siempre era grande. — Eso a mí me encantaría. — le dijo en un gruñido coqueto. — Desafortunadamente, no creo que tengamos tiempo suficiente. — Decía negando, era fácil que esos dos encendieran la llama, así quera mejor intentar controlarse o las chicas terminarían por enterarse de la forma menos indicada. — Confía en mí, sé lo que te digo. Además, ya sabes que tenemos ese enemigo en común. — Decía evidentemente refiriéndose a su ex. — Igual sé que tendrán tiempo de conocerse. — Añadió el rubio. — Lo sé, por eso sé que quieres, y yo también que todo salga bien. Es nuestro mejor chance. Así que no lo podemos dejar pasar. — aseguro, y es que luego sería más difícil salirse con la suya si esto no salía como esperaban. Pero Yan tenía altas expectativas.

Al menos ya las chicas habían llegado, así que el tiempo de espera había terminado. — Cuanta elegancia y belleza junta. — le decía a las chicas, pero igual Pólux sabía que estaba incluido. Pues por supuesto había sido a quien había admirado con detenimiento cuando recién se encontraron. — Oh, gracias, pero si no tengo ese toque desordenado no sería yo. — aseguro con una guiñada. Aunque de todos modos se dejó arreglar de la chica, necesitaba ganársela. Tomo su brazo y comenzaron a partir aquella terraza.

— ¿Les gusta el lugar? ¿Cómo se han sentido estos días? — pregunto el rubio tratando de entrar en conversación. Porque claro, no podían soltarle todo de sopetón. Igual por debajo de la mesa, como tenía a Pol de frente, se le hacía más sencillo enviar señales con la mirada. — Ahora que estamos todos, sería bueno hablar un poco de los compromisos. ¿No creen? — cuestiono, después de todos al final serían una sociedad los cuatro.

YACINE R. LESTRANGE— Agosto —Isla de Pascua (Chile) — Outfit

El Black hizo un gesto amargo porque era cierto que ni siquiera se iban a poder encontrar, tenían que respetar a las chicas y bueno solo quedaba en la espera que terminaran esas vacaciones para estar juntos.

Dio otro gruñido porque sinceramente en lo que menos que quería pensar era en Lizbeth, no había sabido nada de ella pero que mejor ni se apareciera, sentía demasiada rabia por aquella chica que hasta lo humilló al estar engañandolo y había dejado mucho que desear. Sabía que no lo iba a dejar en paz que era en lo peor, y buscaría la forma para despedazarlo, pero ahí actuaría de igual forma, ya ni importaba que fuera mujer, él no haría nada más pero si ella se involucraba solo lo iba hacer. — Ni me la recuerdes, cada vez que lo haces me pongo de mal humor. Ni vale la pena recordarla aunque sé que se va aparecer en algún momento, todo es demasiado reciente. — Meditó el pelinegro negando con la cabeza porque la loca era de esa manera, le gustaba hacer acto de presencia a pesar que igual tenía todo como ellos para seguir con su vida y esperaba que bien lejos, no… la conocía tanto que no lo iba hacer.

Ahora mismo quería protegerlo a toda costa porque lo amaba, es que Lizbeth ni siquiera sabía lo que pasaba con ellos, y si se llegaba a enterar lo iba a tomar como un punto fuerte para defenderse provocando caos entre familias que no era permitido, así que aunque era triste siempre tendrían que mantener esto en secreto y tener a Yacine como un amante porque no iban a poder llegar a ser más. Nunca. Al menos lo que siempre hablaban es que ya su corazón se lo había entregado y era él a quién amaba, solo que la vida dictaba otra cosa para un Black y un Lestrange, tenían que aferrarse a eso para no caer.

Que las chicas fueran sus cómplices en todo esto iba a ser esencial porque de todas maneras le aseguraban prestigio y felicidad aunque no hubiera amor, no se iba a poder perdonar si la chica sufría. — Sabes que no quiero que se involucre más de la cuenta no quiero que sufra innecesariamente por eso tienen que saber. No la conozco tanto, quizás hasta sea fría y no le importe eso. ¿Verdad? — Estaban conversando cuando llegaron las chicas completamente radiantes y aunque saludó a su querida prima que lucía grandiosa dejo que tuviera espacio con Yacine para irse con Eleanor. — Y vaya que valió la pena. He notado que la has pasado bien y bueno todavía faltan días, quiero que estas vacaciones no se te olviden — Murmuró contento mientras depositaba un beso en su mano con una sonrisa antes que Yacine comenzará hablar animado y como cotorra.

Se fueron a sentar y fue el rubio que comenzó. Por su parte, lo miró porque no era el momento y espero que la mesa se llenará de ricos platos que ellos mismos podrían servirse como buffet, con las comidas típicas de la isla y también inglesas que también lo habían pedido. — Sí, a mi… aparte de eso me gustaría como se sienten respecto al compromiso, sé que ha sido demasiado apresurado y es imposible que haya amor. ¿Qué piensan? De verdad no nos enojaremos ni nada, pues ya dijimos que en ambos casos la libertad será lo principal. — Sentenció Pol que a la brevedad se comenzó a servir que era mejor hablarlo con tranquilidad, ya que sentía la sospecha que estaban todos en las mismas.

Pólux Black— Agosto —Isla de Pascua (Chile) — Outfit

Se terminó de arreglar y a pesar de que había terminado un tanto con dudas de como lucia la morena se las despejo. — Gracias. Tienes razón, no me arriesgaré a pasar frío allí. — era lo bueno de esas capas mágicas atemperadas. La miro con detenimiento ante su pregunta y sonrió. — Por supuesto que sí. — dijo asintiendo. Anabelle era preciosa y de eso no tenía duda. — Ese vestido pareciera que lo hicieron exclusivamente para ti. — aseguro la rubia. Por supuesto que ella no era tan aventada como Yacine que lo que pensaba lo decía y luego ni siquiera se inmutaba de opinión. Pero Eleanor tampoco es que fuera una blanca paloma, solo era más comedida y prudente.

Al fin bajaron a encontrarse con los chicos, igual lucían muy bien. Tampoco estaba ciega para no notarlo. Tenía un prometido guapo aun cuando prefiriera a su prima. En resumen, esos Black gozaban de buenos genes. Y ahí salía Yan con uno de sus comentarios. Podría jurar que era capaz de coquetearle hasta al viento. Bueno, de todos modos, todos se andaban lanzando piropos entre ellos.

Sonrió ante su comentario y luego asintió. — De maravilla, créeme que no se me olvidaran. Necesitaba un poco de esta libertad. Espero que pronto nos muestre más de este hermoso paraíso. — comento y aunque no es que se sintiera prisionera en su casa, si al ser una chica, sus padres solían estar más atento a todas sus movidas. Así que estando lejos de ellos, con mar de por medio, hacía todo más placentero. Además de que había logrado pasar mayormente esos primeros días con Anabelle, que sí bien a otra eso le hubiera molestado. Porque su prometido no estuviera a su lado, a ella le daba igual, no tenían esa obligación, además no la había dejado sola. La había dejado en buena compañía, en una compañía que llamaba más su atención. Igual claro que siempre era grato poder compartir con él y su primo. ¿Por qué no? Serían un equipo.

Ya estaban a la mesa, incluso con la comida frente a ellos cuando la conversación comenzó a fluir. No le sorprendía del todo que el primer tema en salir fuera el compromiso. Escucho la pregunta de Pol mientras observaba que se comería. — Pues la verdad es que yo no tengo descontento alguno. O sea, un compromiso arreglado, sin amor y por conveniencia, era algo que siempre vi venir. La diferencia es que en este caso al menos esos intereses son nuestros intereses, no el de nuestros padres. Además, que estoy segura de que al menos algún tipo de vínculo podremos llegar a crear. — Reconoció. No pretendía que la amara, ella igual lo veía difícil, pero igual podían formar un vínculo de amistad fuerte y con eso le bastaba. Después que la respetara y la dejara ser, era más que suficiente. No todas tenían esa suerte. — Ambos respetamos nuestras libertades, así que estaremos perfectamente bien. — Añadió.

ELEANOR LESTRANGE— Agosto —Isla de Pascua (Chile) — Outfit

La rubia hacía que se sintiera bien con sus elogios,  el clima de ese lugar solía ser helado a esas horas por eso le recomendó que se abrigara porque luego podría tener riesgo de enfermarse, igual la chica lucía muy bien con lo que se pusiera. — Gracias, linda. Sí esta hecho a medida, tengo a una excelente diseñadora, si quieres puedo darte su contacto porque de verdad se luce con cada estilo — Terminó por decirle antes de encaminarse al restaurante cercano al hotel donde se iban por supuesto a un salón exclusivo para los cuatro. Le gustaba que su futuro marido tuviera dinero y aunque no sentía ni una pizca de amor se  acostumbraría con la comodidad.

No le parecía del todo mal Yacine, tenía ese toque rebelde que le agradaba. No quería tener a alguien que fuera serio y muy estricto. Ella no se sentía del todo alocada así que alguien diferente venía bien, solo sonrió y se fueron a la mesa a sentarse.  La comida apareció rápido al ser un lugar puramente mágico, es que lo cierto es que se hubiera sentido incomoda si fuera más muggle, se habían tenido que cruzar con algunos y no eran de todo su agrado. Parecía que todos pensaban igual que ella.

La conversación empezó a fluir entre ellos y soltó un suspiro. Coincidía mucho con Eleanor — Bueno no puedo negar que Yacine me parece un poco más liberal que mi primo y por eso solo pido que si quiere esas libertades no manchen mucho mi reputación ni nada, no quiero ser tildada como la pobrecita traicionada por su propio marido. Si tienes algo con alguien me gustaría que fueras sigiloso, ya había tenido otros prospectos pero a mi juicio y el de mis padres eres el mejor así que no me defraudes, y descuida tampoco lo haré — Señaló mientras tomaba la copa de vino elfico y bebía un poco. Sabía que era directa y estaba segura que le diría ahí si tenía algo o no. No le molestaba para nada porque sabía bien como se sentía aunque sí exigía respeto y que su apellido no se manchara por nada, no quería verse como esas mujeres que solo vivían para su marido e hijos tampoco. — Todavía me pregunto porque no nos casaron, por suerte cambiaron de parecer con nosotros — Se dirigió a Polux con una sonrisa que sabían perfectamente como eran las costumbres de los Black.

Anabelle Black— Agosto —Isla de Pascua (Chile) — Outfit

Habían tomado las decisiones correctas. Estaban un paso adelante de sus familias, así no se arriesgaban a que les arruinaran los planes. Es más, el que ellos mismos tomaran la decisión de formar aquellos compromisos, de tener la iniciativa, los dejaba bien parados ante sus familias, pues era justamente lo que esperaban de ellos. — Tienes razón, se me quema la lengua de solo mencionar a esa víbora. — Decía con desprecio el rubio, era obvio que nunca le había agradado, pero luego de todo lo ocurrido ahora la detestaba más. — Además, aquí la estamos pasando demasiado bien como para aguar el momento. — se corrigió a sí mismo, era mejor no traerla a colación. Ya tendrían tiempo para eso, pero no era ahora.

Yacine sabía que la relación de ellos estaba condenada a ser oculta, pero si sus matrimonios funcionaban, quizás podían idear una forma de mantenerla por largos años. Podían hasta vivir en “familia” después de todos lo serían. Por otro lado, debían de tener cuidado con aquella chica, podía intentar algo en su contra y no debían de darle las herramientas. Pero si se creía que Yan le pondría todo fácil para destruirlos estaba equivocada, no permitiría que intentara volver a ensañarse con Pol en la vida, lo pagaría muy caro. Los sentimientos por su mejor amigo habían crecido, era amor aun cuando no lo dijera. Así que haría cualquier cosa por él.

— Lo sé, yo tampoco pretendo hacer sufrir a tu prima. — Podía ser lo que quisieran, pero tenía su ética, y si alguien le importaba no lo lastimaba. Así que de ahora en adelante aquella chica entraba en esa lista, por eso prefería no dejar que se hiciera falsas expectativas. Mantener todo claro, podía haber cariño, sí, pero nunca serían un matrimonio real. — Sí, no te preocupes después que vayamos con las cosas claras, te puedo asegurar que Eleanor no le importara. Se ve delicada y reservada, pero no es de las chiquillas que se la pasa chillando por las esquinas. — Tal vez era la más “sensible” de los cuatro, más aun así no era de llorar por cualquier cosa. A la rubia le bastaba con su lealtad al trato que harían y que la tratara bien, de eso estaba seguro.

La conversación en la mesa había comenzado. Había llegado el momento de la verdad. Debian poner las cartas sobre la mesa aprovechando lo bien que les estaba yendo en este viaje. El Lestrange escuchaba atentamente los comentarios de su prometida mientras sonreía. — Me alagas con eso, gracias. — Admitió porque claro que el rubio solía tener esa actitud un tanto vanidosa y las palabras no provenían de cualquiera. — Tranquila, la verdad sé que tengo mi reputación. Pero igual ya estoy más… controlado con eso. — por no decir directamente, aunque solo tenía un amante. — Eso no va a ocurrir, no permitiré que nadie hable tonterías y manche tu reputación. De hecho, respecto a esa parte es que queremos hablar… y posiblemente sea la parte más fundamental para que todo esto funcione. — comento mientras le daba una mirada a Pol para que le complementara. — Hay un detalle importante que aún desconocen, pero que es muy importante, de verdad si las involucramos en esto es porque confiamos que ustedes no son de las que juzgan y lo entenderían. — Añadió, no podía negar que estando cerca de soltar la sopa lo ponía un poco ansioso y eso se lo hacía saber al moreno por debajo de la mesa.

— Yo me alegro de que así no fuera. Imaginen. ¿Cómo perder la oportunidad de unir tan importantes familias? —  comento con orgullo, porque igual sentía que era muy buen negocio desde su punto de vista purista.

YACINE R. LESTRANGE— Agosto —Isla de Pascua (Chile) — Outfit

Ya ni tenía ganas de hablar de  su ex que a su juicio era una calaña y una porquería. No había que confiarse con sinceridad había sido humillada porque se atrevió a desafiar a un Black. Y eso que no era uno de los más reconocidos pero no dejaban de portar el apellido y eso los hacía estar en la gloria, los Lestrange al ser buenos aliados se estaban ganando los compromisos y eso mismo les estaba pasando, él no tenía problema alguno de casarse con la prima de Yacine mientras que los entendieran en su situación, ahí sí no sabía si era adecuado contarlo todavía.

Ciertamente al estar ahí, les gusto el punto de vista de las dos y notó que estaban más que felices porque eran ellos quienes eran sus prometidos y que ante todo si iba estar esa alianza sin joder la reputación de ninguno. Porque claro que estaba consciente de quién amaba era precisamente a Yacine y dudaba que alguien más ocupara su corazón. Ya se había entregado en cuerpo y en alma, solo que aún le seguían gustando las chicas por fortuna así que no tendría problema en procrear porque el apellido debía seguir prosperando. Esperaba.

No lo hacía para inseguridad a Yacine, sino más bien que su atención estaba totalmente focalizada en su prometida que merecía ante todo su respeto y aprecio. — Te conozco poco y es mutuo, tampoco me conoces. Pero eres la prima de Yacine y si que me agradas, nos hace falta juntarnos un poco más para ganar confianza y aunque no habrá amor, siento que perfectamente podemos ser amigos. Es más... sé que no es común pero si quieres seguir tus estudios y aportar en los negocios que tendremos como familia tienes todo el derecho de hacerlo — Le guiñó un ojo y luego miró a Yacine. Suponía que no se estaba refiriendo justamente en el hecho de que quería contar de su relación, lo harían aunque no estaba seguro si era el momento pues sabía que tenía que conocerlas un poco más, estaba al tanto que Anabelle lo comprendería, la conocía era su prima así que lo iba aceptar tal como era y esos gustos que estaba reconociendo ahora por esa relación a Yacine, serían infieles aunque siempre mantendrían el secreto, suponía que ninguno estaba dispuesto a revelar lo que pasaba y querían seguir con todo lo que le entregaba el apellido, no podía ser de otra manera.

— Lo pensé en algún momento pero justo conocí a esa zorra y creí en ella, y así me mantuve por años — Dijo con una sonrisa — Entre familias es más pura la sangre — Murmuro con descaro, entendía que los Lestrange jamás entenderían eso pero pasaba en los Black y con sinceridad no encontraba que pasara nada malo. — Sí, de acuerdo... estamos demostrando que los Blacks igual nos podemos juntar con los Lestrange, tenemos que mostrar estabilidad ante todo aún cuando tengamos secretos. ¿Ustedes lo tienen chicas? — Sonrió con una ladina mientras miraba a una por una.

Pólux Black— Agosto —Isla de Pascua (Chile) — Outfit

No le iba a reclamar a su prometido de que en cierto modo las hubieran dejado sola por mucho tiempo mientras estaba de vacaciones, pues al final sabían que no eran una pareja como tal. Era un acuerdo, y el solo hecho de que estuviera aquí disfrutando de tal maravilloso lugar era más que suficiente. Sin contar de que tampoco la había dejado del todo sola. Estaba con Anabelle, quien estaba siendo muy buena compañía. Además, la cena lo compensaría. Aún faltaba para volver a casa, se la estaba pasando bien. — Se nota que lo está. — aseguró la rubia. — Oh sí, eso me gustaría. Más tarde me lo pasas, no se te olvide. — Respondió Eleanor.

Habían llegado al restaurante y todo estaba fluyendo bastante bien. Los chicos estaban siendo galantes a pesar de todo, eso le agradaba. Era justo lo que necesitaba, tener un aliado, un amigo y no dudaba que incluso aunque no fuera de forma romántica pudieran quererse. La lealtad ante todo. Pues ninguno de ellos eran de darles su confianza y sentimientos a cualquiera. Eran Slytherins, precavidos y reservados en esos asuntos. Sabían que no todo mundo los merecían.

Eleanor noto lo bien que se veía la comida, además de tener un olor exquisito. Estaba segura de que tan pronto la probara quedaría satisfecha. Otro punto más a favor de los chicos. — Ese es el punto, nosotras no podemos quedar en vergüenza. Que seamos ante el público, ante el resto del mundo, una pareja “ideal”, “perfecta”. Ya lo que hagan a puerta cerrada con alguien más, que sea solo eso. Un secreto del que nadie debe enterarse. — comento, validando la opinión de la castaña. Lo menos que necesitaban eran que sintieran lástimas por ellas, las pobres esposas abnegadas que sus maridos les veían la cara de tonta. No, ellas tenían una reputación también que cuidar.

— Eso me agradaría, es importante conocernos mejor. Así podemos echarnos la mano el uno al otro. Ser un equipo. Y descuida, no pretendo que te enamores de mí, no me interesa eso. Pero sí podemos ser amigos, al final de cuentas también el amor se da de otras formas. No todo tiene que ser romance. — Reconoció la rubia. Una amplia sonrisa apareció en su rostro. Le agrado que la tomara en cuenta, pues había muchos que ni les preguntaban a las chicas de la familia si les interesaba el asunto. — Me parece un buen trato, por supuesto será mutuo. Pues sé que mi padre y tío también les interesara tenerte en vuelto. Después de todos por algo les intereso tanto la idea de juntar las familias con nuestras uniones. — Aseguró la muchacha. Aquello parecía un negocio redondo.

La Lestrange rio al escuchar los comentarios de Anabelle y Pólux, es que era tan cierto. — Yo supongo que conmigo pensarían que mi primo iba a ser muy mala influencia para mí. No dudo que igual se les pasará por la mente. Pero… creo que prefiero los Black. — aclaro la muchacha, que no solo lo decía por su prometido, también le comenzaba a agradar demasiado su prima.

Coincidía en que era necesario este junte ante familias. Solo que no se esperó que hiciera aquella pregunta. Haciendo que la muchacha tomara su bebida y diera un rápido sorbo de la misma antes de contestar. — Eh… sí, supongo que sí.  Todos tenemos secretos en la vida. ¿No? —  y es que, aunque no creía que le fuera a dar disgusto tener intimidad con un chico, a ella sabía que le llamaban más la atención las chicas.

ELEANOR LESTRANGE— Agosto —Isla de Pascua (Chile) — Outfit

Esa reunión en el restaurante estaba resultando ser mucho más interesante de lo que imaginaba. Su prometido era increíble y aunque no estaría nunca enamorada de él, la buena convivencia y el respeto mutuo era lo único que pedía así que estaba resultando mucho mejor de lo que espero. Ya había dicho suficiente y tenía sed, pero agradeció lo que decía Yacine — Algo me dice que eres un hombre con muchos secretos, pero como dije antes mientras me respetes siendo sigiloso y un buen marido todo estará bien.  Ah... lo otro. No quiero quedar embarazada de inmediato primero son mis estudios. ¿Te vez siendo padre, Lestrange? — Lo molestó ya que había notado que le gustaba ser sarcástico todo el tiempo y sentía que se iban divertir mucho estando juntos. — Tenemos que conocernos un poco más, salgamos un día para que me cuentes de tus gustos y  lo que no....quizás hasta coincidimos — Se divirtió charlando con el rubio antes que se enfrascaran en una conversación de grupo.

— Tienes mucha razón, Eleanor... no depende solo de nuestros apellidos sino con el hecho de ser mujeres. Quedamos muy mal cuando hay equivocaciones y errores, así es la sociedad espero que eso con el tiempo cambie pues tenemos muchos derechos y debería ver una clase de igualdad — Comentó cuando la preciosa rubia hablo y sintió que debía darse el tiempo de hablar con ella. Los chicos igual estaban ocupados en sus cosas así que había tiempo para interactuar con ella.

La verdad es que no podía estar más orgullosa de su primo como lo estaba en ese momento.  — Yo me habría casado contigo sin pensarlo, pero estaba esa y uff... no me gusta seguir reglas tan estrictas, Yacine esta bien es todo tu opuesto — Le comentó a su primo, deslizando la mirada hacia su prometido y luego hacia la rubia. Sí, definitivamente la prefería a ella, es decir, le provocaba mucho más cosas que Yacine con esos grandes ojos celestes y grandes pestañas, real parecía toda una muñeca.

— Hay algo que nos están guardando y ya dijimos que mientras todo se cumpla como queremos, no dudo que sean excelentes esposos, no diremos nada. Hablen, que no mordemos — Murmuró con una pequeña risa cantarina mientras los miraba a los dos, y sobre todo a Yacine, porque algo le decía que era más boca suelta que su propio primo. Hizo un gesto con sus manos para que hablará. Se sentía curiosa... igual creía que no podía ser más alocado que el suyo que ella se reservaba bastante con aquello por lo que dirían y ante todo aunque quisiera no iba a manchar el apellido Black.

Anabelle Black— Agosto —Isla de Pascua (Chile) — Outfit

Todo estaba surgiendo como habían planeado los chicos. Aunque aún faltaba el toque final, y el más importante. Saber cuál sería su reacción ante su secreto, conocer si de verdad podían confiar en ellas. Yacine, estaba bastante confiado de que así sería porque él tenía la constancia de que Eleanor era de confianza, y Pol tenía la constancia de que Anabelle también lo era, así que eso le bastaba. Claro si por alguna extraña y desafortunada razón no salían como esperaban, bueno ellas los conocían bien y sabían que se debían atener a las consecuencias. Porque no les iría lindo tal como a Lizbeth, pero de verdad dudaba que fuera el caso.

El rubio había ahora puesto su atención en la castaña, necesitaban compaginar para que todo aquello funcionara antes de revelar la verdad. El Lestrange estaba dispuesto a darle todo a Anabelle, de hacerla sentir como una verdadera reina que los demás vieran que ante todos ella era la única en su vida. Porque no iba a permitir que el nombre de ninguna de ellas se enlodara. Sin embargo, la chica tendrían que aceptar que en realidad sí había alguien más, Pólux. Por quien jamás imagino que llegara a sentir tanto, y de una forma tan apasionada. Pensaba que no era capaz de amar de esa forma, pero se había equivocado. Imaginaba que simplemente la entrada a su corazón era angosta y no cualquiera podía acceder a ella.  — Créeme que así será, no podría dejar que tengan el nombre de mi futura esposa por el suelo. De ninguna manera. — le aseguro a la muchacha con seriedad.

Escucho su pregunta y alzo la ceja curioso. La verdad de ponerse a planteárselo si le gustaría o no, nunca lo había hecho. Sabía que debía ser padre eso sí. Igual no estaba mal esparcir por el mundo futuros seguidores del purismo que algún día pudieran ayudar a erradicar la plaga de los sangre sucia del mundo mágico. — Sí eso ayuda a que haya más sangre pura y para hacerles saber su lugar a los sangre sucia… Sí, creo que sí quiero. — le respondió con descaro. Al final no creía que fuera mucho lío, porque aspiraba a que tanto sus hijos como los de Pol crecieran juntos. Serían una gran familia disfuncional, y poderosa.

— Suena a buen plan, mientras más nos conozcamos mejor. — y no tenía problema alguno, pues la chica le agradaba. Sabía que al menos bien se llevarían, y hasta una amistad podrían entablar. Miro a Pol cuando las chicas mencionaban lo de que para ellas si algo salía mal las consecuencias serían peores que para ellos. — Creo que eso lo tenemos muy consciente, pero podemos jurar que nada de eso va a pasar. — aseguro el rubio.

Sí, todos tenían secretos. Podía notarlo en los ojos de las chicas, aunque aún no decían nada. Rozo nuevamente la mano del Black por debajo de la mesa y sonreí. Ya era momento de destapar la caja de pandora. — Creo que tienen razón, y al mismo tiempo pienso que a la que conozcan el secreto, también igual comprenderán por qué les aseguramos tanto de que no tienen nada de que temer. — comento el Lestrange. — Pólux y yo somos mucho más que solo mejores amigos, no precisamente como hermanos. — miro al castaño otra vez para que lo siguiera. — Todo queda en familia. — Añadió guiñándoles. Porque es que Yan no podía evitar ser descarado. — Es la única forma de estar juntos, sin sospechas y al mismo tiempo cumplir con nuestro destino. — finalizo.

YACINE R. LESTRANGE— Agosto —Isla de Pascua (Chile) — Outfit

Las preguntas comenzaron a surgir y se veía que cada uno estaba más interesado en quién iba a ser su pareja, reconocía que le gustaba la forma de ser de la Lestrange, no era tan descarriada como Yacine y suponía que iba a ser una excelente confidente, que podía ser su amiga y en cierta manera, igual iba a ser su lugar seguro. La miró con interés y sonrió — Creo que nos amaremos de una forma fraternal, porque no pretendo que te sientas incomoda, claro soy estricto en ese aspecto como por ejemplo las infidelidades o las mentiras, como paso con mi ex que solo me utilizaba, mientras sepamos todo creo que irá bien, aún cuando no sea un matrimonio funcional o una familia. ¿Cuántos hijos te gustaría tener? —Preguntó al final porque igual había quedado interesado con aquella pregunta y respuesta de  su prima y Yacine. Si opinaba muy parecido, sea como fuera, aunque todo fuera una mentira seguía pensando que la perseverancia de sangre era la prioridad y por lo tanto, los hijos tenían que llegar, sus apellidos irían a la gloria misma y serían poderosos. Entre los cuatro estarían muy bien.

— Comprendo y es verdad, es la mujer quien siempre sale más parada, pero creo que ahí pienso como Yacine, la vamos a proteger y haremos creer que somos felices, y si lo seremos a nuestra forma. —Ellas se sentirían poderosas en muchos sentidos y estarían así los cuatro hasta el final de sus días, todo quedaría en familia y ya. Había mucha astucia allí y veía que las chicas iban a entender y aceptar todo, cuando igual tendrían la libertad.

Era un hecho que Yacine era mucho más atrevido con él, pero también se sintió bien que esperara su opinión antes de comenzar a decir todo de golpe. Sin más, igual tomó la mano del rubio cuando la noticia fue revelada. Y sonrió. — Ese es nuestro secreto y aunque sabemos que nunca lo van aceptar y tampoco queremos perder todo lo que nos trae nuestro apellido, creo que un matrimonio por conveniencia y libre de mentiras es lo ideal. — Las miró a los dos, analizando la expresión de la chica. Al menos podía notar que su prima lo miraba con orgullo y sonreía, eso lo tranquilizo, porque significaba que lo aceptaba. — Veo que lo aceptan y no se sorprenden. ¿También tienen sus secretos? Cuéntenos, todo quedará aquí y jamás será revelado, si tenemos que usar una maldición lo haremos. ¿Pero será tan necesario? —Ahora si estaba muy interesado en escuchar a cada una, la conversación se estaba poniendo plena y se estaban volviendo todos cómplices.

Normal que igual necesitaban a otras personas que aceptaran y empatizaran con su relación.

Pólux Black— Agosto —Isla de Pascua (Chile) — Outfit