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Le miró, a Destiny, no tenía mucho sentido seguir con ello. Jazz no quería estar mal con ella, le había ayudado en su momento y creía que podían ser buenos amigos, pero no dejaba de ser una más de las niñas de ese internado.

- De eso no hay problema, si salgo con el deberé llevar una chaperona, alguien que mantenga mi dignidad intacta.. - su padre no le dejaría salir con un hombre si no era así, solo tenían que intercambiar nombres.

- Igual descuida.. es una idea tonta.. - Jazz se encogió de hombros, sentado como indio. Debía comenzar a pensar como salir de esa prisión y hacer su propio camino. Pero era difícil considerando su posición.

- Creo que me iré a dormir, ha sido un día horrible .. pero me alegro que hayamos hecho la paz.. - le dijo gateando para besar su mejilla antes de bajar las escaleras del ático y meterse en su cama.

Asintió, eso si que no lo dudaba porque su padre siempre le había dicho que en el momento que comenzaran a cortejarla encontraría una chaperona para que se encargara de que su posible pretendiente no quisiera ir más allá de lo permitido. – Creo que sin problema puedo ocupar ese lugar. – Sonrió de lado encogiéndose de hombros, podía ayudarla con eso por lo menos.

Sonrió por el beso en la mejilla, asintiendo. – Es lo mejor, mañana tenemos misa a las ocho y si no nos despertamos para ir arregladas las monjas se enfadaran. – Y no quería eso, venía teniendo suerte con los problemas con ellas y prefería mantenerlo así porque sus castigos eran realmente una basura.

Volvió a la cama y termino tirándose a la cama, cerrando los ojos relajada e intentando pensar que por fin las cosas iban avanzando como deberían. Termino por sonreír, girándose para la cama ajena y mirándola. – Gracias por confiar en mí. – musitó por lo bajo, sonriendo y cerrando los ojos relajada.

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Al siguiente día nada mejoró para Jazz, había tenido que levantarse y puesto un vestido horrible rosa para ir a misa, por suerte tenía a Destiny que estaba allí para él. Se habían convertido en buenas amigas y sentía que podía ser el mismo cuando estaba a solas. Era un gran alivio, ya sentía tan perdido que muchas veces se quería levantar de la casa.

Había dejado que le arreglaran el cabello, lo tenía tan largo que a las monjas les gustaba usarlo de práctica, haciéndole bucles y llenandole de tiras.

Rodó los ojos mirando a Destiny frente al altar, sintiendo sus rodillas entumecidas de tanto estar arrodillada en la misma posición.

- Preferiría estar con los cerdos.. - le susurró a su amiga, con una sonrisa traviesa.

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Desde que había logrado congeniar con Jasmine las cosas habían mejorado mucho, porque realmente la pasaba bien charlando con ella a pesar de que tuviera esos arranques de locuras con el hecho de que quería ser un chico. Le había dicho que era algo normal o algo así, que no era la única a la que le sucedía, pero había querido investigar sobre el tema y simplemente no había manera de que hubiera información de aquello por ningún lado en el convento claramente.

Intento no reírse por lo que le decía, se mantenía arrodillada, con el rostro bajo y con el ceño levemente fruncido en un vano intento por no reírse. – Shhh. – Le pidió pero la termino mirando de reojo y una sonrisa apareció en sus labios de manera inevitable. – Aunque te ves mejor con ese jardinero que con este vestido. – Le termino murmurando también, cayendo en la típica charla con ella como siempre sin pensar tanto en si las escucharían.

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Hacia bromas e intentaba estar de buen humor todo el tiempo, pero lo cierto en aquellos días que había podido ser sincero con alguien más que consigo mismo tocaban una fibra muy sensible dentro suyo. Necesitaba ser quien deseaba ser. Dejar ese convento, poder ser un varón. La sonrisa de Destiny le salvó de ahogarse en aburrimiento en misa, por suerte.

Al salir caminó arrastrando los pies hacia el jardín. Una de las monjas le llamó la atención para que "caminara derecha". Pero él ya no quería nada de eso.

- Tu no puedes obligarme a caminar como quieras, ni a usar este estúpido vestido.. - espetó, quitándoselo sin cuidado, aunque debajo estuviera bien cubierta para las monjas era un sacrilegio. Jazz dejó el vestido caer y corrió dentro de la habitación en busca de esas cosas, esa noche saldría de allí, no soportaba ya ese sitio.

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No dudaba en que las cosas para Jazz debían ser complicadas, las monjas siempre lo tenían a la vista, se fijaban en sus pequeños errores y lo castigaban ante el más mínimo desperfecto en su vestimenta o en sus reacciones. Ella…él, lo que fuese, no ayudaba a que todo fuera lo más llevadero posible, pero se notaba que cada vez le costaba más la situación y no sabía que hacer para poder ayudarlo. – Jasmine. – Murmuro preocupada en cuanto hizo todo aquello, porque sabía que nada de eso la llevaría a buen camino.

No dudo en ir rápidamente hacía la habitación ella, rogando que las monjas no fueran tan rápidamente a buscarla para llevarla a su castigo, porque eso era evidente que eso era lo que iba a suceder. – ¿Qué haces? Te van a castigar de nuevo, no tendrías que haberte sacado el vestido delante de ellas. – Se preocupaba mucho por Jazz, era una locura lo que había hecho, las monjas definitivamente irían por ella y eso no terminaría con un final feliz.

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Respiraba con fuerza, sentía que estaba teniendo un ataque de pánico porque por momentos le costaba respirar, estaba rígido, aunque buscaba empacar sus cosas en un pequeño bolso de viaje, no quería llorar, no quería que nadie más le dijera como debía ser, como comportarse, no era una señorita, todo temblaba y no sabía que hacer.

Y para peor, la única persona que sabía su identidad de género llegaba allí nombrándole por su nombre de chica. La fulminó con la mirada. No debí decirte nada, eres igual a todas ellas.. - le dijo, bajándose las enaguas para ponerse un pantalón y una camisa un poco más grande que tenía escondidas entre sus ropas.

- Tu dices ser mi amiga, y aun así.. mi nombre no es más Jasmine, mi nombre es Jasper.. - murmuró, recogiéndose el cabello y poniéndose un sombrero para ocultarlo, iba a irse de allí, no podía soportarlo más.

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Frunció un poco el ceño, porque inevitablemente estaba a la defensiva con ella cuando no tenia nada que ver. Destiny estaba haciendo su mejor esfuerzo para entenderla, dentro de sus propias creencias, dentro de sus limitaciones y de todo lo demás, pero parecía no ser suficiente. Entendía que estar ahí debía ser una tortura si se consideraba un chico, pero también sabía que podía ser todo aún peor si la descubrían, la meterían en un asilo mental y seguramente la torturarían, había leído mucho de eso en secreto y no quería que sucediera.

La miro con atención y miro hacía afuera, las monjas aún no llegaban, si la veían así iban a encargarse de hacérselo pasar mal. – Jasper…lo que sea, lo siento. – Tartamudeo, mirando de nuevo hacía afuera, sentía su corazón latirle en los oídos, terminaría metida en problemas también pero no era lo que más le preocupaba en ese momento. – No puedes irte, te meterán en un manicomio si te encuentran o aun peor. Solo…solo debes tener algo de paciencia y hacer lo que quieren hasta que salgamos de aquí, no seas impulsivo.

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Tenía muchas ganas de llorar y echar todo por encima, sentía tanta presión, impotencia y desesperación que no podía vivir con eso. Lo peor de todo era que Destiny tenía razón, le tomarían de loco, peor, de loca. Nadie iba a aceptar que era un chico atrapado en un cuerpo equivocado.

Se sentía tan bien que ella utilizara su pronombre correctamente que en un acto de demostrar que la quería y le agradecía eso Jazz se acercó y dejó un beso en sus labios, fue corto, nunca había dado uno, pero se sentía bien.

- Creo que.. es verdad.. no hay mucho que hacer verdad? Gracias por.. por ser mi amiga en este tiempo Dest.. - le dijo, con los ojos brillantes, aunque mantenía una sonrisa leve por lo que acababa de hacer.

- Quizás no pertenezco a este mundo, las personas tienen mucho que aprender.. - le dijo antes de caminar despacio hacía el baño y encerrarse dentro, ya no quería eso. Se quitó el sombrero y lo dejó caer al suelo, temblando por lo que estaba decidido a hacer, está vez si lloraba mirando como la bañera se llenaba de agua y mantenía unas tijeras apretadas en su mano izquierda.

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Se quedo totalmente estática y pálida cuando él comenzó a acercarse hasta que beso sus labios, abriendo y cerrando la boca en varias oportunidades sin saber bien que decir en ese momento. Era claro que estaba sorprendida y que eso era una locura, pero no se había sentido ni asqueroso ni traumante como se suponía que se debía sentir.- Si perteneces a este mundo, solo ellos no lo entienden pero eso no significa que nadie no pueda hacerlo. No te puedes dar por vencido, así como así. – Dejo en claro, siguiéndolo y golpeando la puerta del baño.

No dudo en comenzar a golpear la puerta cuando sintió que todo se complicaba aún más, no sabía que estaba haciendo Jazz dentro del baño pero no tenia un buen presentimiento, no con todo lo que había pasado y con la presión de las monjas llegando en cualquier momento a verlo. – Jazz no me hagas que tenga que llamar a las monjas, abre por favor. – Pidió golpeando repetidamente, sintiendo como su pecho se apretaba ante la idea de que algo le sucediera, estaba aterrada realmente. – Jazz, no me hagas esto. – Rogó, golpeando la puerta con más fuerza e intentando que abriera.

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Se sentía completamente inestable, con lo que sentía, con ese beso que había significado tanto ahora que se ponia a pensarlo, las lágrimas caían por sus mejillas lentamente, estaba tan triste.

Los gritos de Destiny y golpes lo hacían estremecer, ella iba a alertar a las monjas le había dicho, soltó las tijeras, porque de verdad se estaba haciendo daño y dolía, todo dolía en ese momento en que quería huir pero era tan cobarde que ni siquiera podía hacerlo.

Jazz abrió la puerta y la miró con un puchero en los labios, tenía las muñecas sangrando y no atinó más que a abrazarse a ella entre el llanto y la debilidad que sentía.

- Soy.. un cobarde.. - susurró, con su rostro mojando el hombro de la chica, estremeciendose ante el dolor que sentía.

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Una vez que abrió la puerta finalmente pudo respirar, porque había pensado que había hecho lo peor, si Jazz hacía eso…simplemente no había vuelta atrás y era algo que la aterrorizaba realmente. No quería que se hiciera daño, aunque no tenía idea realmente de que era lo que sentía encerrado en aquel cuerpo de mujer cuando no se consideraba una. Además, era claro que sufría poniéndose esos vestidos y con todo lo que las mojas le exigían.

Se mordió el labio inferior cuando lo vio así, abrazándolo con fuerza y negando. – Al contrario, eres mucho más valiente de lo que imaginas. – Porque matarse hubiera sido la salida fácil a ese sufrimiento y él no lo había hecho a pesar de todo lo que estaba sintiendo. – Ven, vamos a limpiarte. – Le pidió, haciendo que entrara de nuevo al baño y buscando el botiquín para poder curar sus muñecas sangrantes. – Encontraremos la solución a todo esto, solo necesitamos un poco de tiempo.

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No sé sentía valiente, para nada, pero ya estaba, necesitaba pensar todo más tranquilo y no con ese ataque de pánico que había sentido. Jazz se dejó limpiar, tendrían unas vendas por los cajones pero aquello no dejaba de doler y este se recostó sobre la cama, se sentía mareado pero contenido.

Cuando las monjas llegaron tenía los ojos cerrados y se había relajado gracias a los cuidados de Destiny por lo que estás decidieron no hacer ningún alboroto.

- Destiny.. siento mucho.. por ese beso.. - susurró esperando su amiga estuviera despierta aún, no quería que ella se sintiera mal por su impulsividad. Demasiado hacía ayudandolo a mantener su identidad a salvo.

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No quería que Jasmine se sintiera mal, pero tampoco realmente sabía que hacer con toda la situación. Creía que la única manera de poder ayudarla a salir adelante era apoyándola en todo eso e inclusive así las cosas eran terriblemente complejas para las dos. No veía una luz al final del túnel a pesar que le dijera que si, pero simplemente se negaba a darse por vencida con ella y con toda la situación.

Cuando las monjas las dejaron solas se encontraba recostada a su lado, mirándola dormir y entreabriendo los ojos cuando la escucho, sintiendo el nudo de su garganta crecer un poco más. – No pasa nada, fue el momento. – La excuso, o tal vez fue más excusar la situación para si misma que otra cosa realmente.

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El día anterior había sido una completa pesadilla y había dejado a Jazz sin fuerza para volver a enfrentar a las monjas y a nada más. Se sentía enfermo de frustración por lo que estaba pasando y aún más confundido por aquel beso que le había dado a Destiny, sabía que ella le había dicho que no era nada.

Pero para este era mucho más que nada.

- Solo quiero quedarme en cama hoy, quizás mañana iré a clases.. - le dijo desde la cama cuando ella se estaba preparando para la clase de literatura clásica y aunque le gustaba no tenía deseos de asistir.

Con mucho sueño se volteó en la cama y siguió durmiendo un par de horas más hasta que fue hora de que ella regresara, necesitaba ser sincero, aún más con ella, estaba sintiendo cosas que quizás espantaran a su única amiga allí dentro y no quería ello.