Esta es la historia de Elyse Forest una joven de orígenes humildes y que aplico para ser la asistente personal de Jasper un joven CEO de la cadena de Hoteles Rousseau. Su padre recién se retiraba para darle paso a la nueva generación esperando que sus negocios estaba en buenas manos. Aquí es donde se vería cuanto realmente había madurado su hijo. Por otra parte, Elyse obtuvo la oportunidad de su vida, no solo generaría ingresos para su familia. También podría tener la oportunidad de viajar y conocer lugares nuevos. Vivir la experiencia de la glamurosa vida en los hoteles.

Con el tiempo y la constante e inevitable cercanía entre ambos comienza a surgir una atracción entre ambos. Aun cuando los dos provienen de esferas sociales distintas. Pero es esto último una de las principales cosas que provocaran discordia entre ambos. Además de que Jasper no es el ser más maduro y ejemplar que su padre quisiera. El estar viviendo por tanto tiempo en este ambiente lo ha hecho que sea bastante fiestero, irresponsable. Los negocios en realidad seguirían a flote gracias a las gestiones incansables de Elyse quien se toma muy en serio su trabajo. De no ser por ella seguro estaría perdido.

Como en toda historia siempre está la manzana de la discordia. Aneshka Sarka la directora general de ventas y promociones de la compañía. Una mujer que tiene bástate poder en la empresa por controlar como entra y sale el dinero de la misma. La checa siempre le echo el ojo a Jasper y como tuvieron una que otra aventura en el pasado se cree con derechos sobre él. Con la llegada de Elyse se sintió amenazada. Por lo que se encargara de meter veneno en dicha relación.

Escena 1	Escena 2	Escena 3
Escena 4	Escena 5	Escena 6

Asentí a las palabras de Jasper. No conocía del todo a su padre pero seguramente se parecían, solo que el rubio ya se había dado cuenta que era lo correcto y no, dado que la mujer por su fea obsesión quería destruirlo de a poco, así que rogaba que también saliera de aquello  porque en este momento era cuando estaba por ganar no cuando lo dejara en la ruina. El poder provocaba mucho mal cuando no había un control y no se valoraba lo más importante que era la familia, el dinero importaba a mi parecer porque así funcionábamos, solo que habían detalles más lindos y valiosos como era el amor y la unión. — Tal vez de alguna manera tendrás que protegerlo y advertirle — Comenté, porque o sino la más dañada iba a ser su madre.

— Espero que todo termine bien para ustedes, no es justo que alguien arruine todo lo que han alcanzado. Lamentablemente hay mucha envidia y uno tiene que andar con cuidado, sobre todo ustedes que están acostumbrados a tenerlo todo, imagino que debe ser mucho más difícil levantarse cuando quedas sin nada — Di mi punto de vista al respecto  y le di un golpecito en el hombre. Esa mujer era de temer pero no había que demostrar que uno le tenía miedo porque más iba a espantar. Volví a confirmar con la cabeza, el tiempo diría todo.

— Me cae bien y aunque antes lo consideré creído y petulante ha cambiado. Noto que realmente es importante para usted que todo surja así que es imposible dejarlo solo y darle todo el apoyo del mundo, porque sé que aquí tal vez sea complicado, inventará cualquier historia de mi — Exclamé con suavidad aunque ya ambos pensábamos que iba a lograr salirse con la suya porque si que Jasper prefería pasar el tiempo conmigo y eso generaba en ella una gran envidia así que era muy común que intentara a separarnos o alejar también a su equipo, solo que los chicos también estaban advertidos. — No puede estar solo si pretende surgir y lograr metas. Lo compensará todo a su debido tiempo — Sin más, ahí llegamos a la oficina y era cuando teníamos que ponernos a trabajar todos con mucho esfuerzo aún cuando contáramos con una gran desventaja, estábamos en la tormenta ni siquiera se había vuelto fuerte y si esperaba que llegábamos a lo más terrible.

— Para aquello tenemos el fin de semana —Revelé con una sonrisa con respecto a Zac que seguro estaría muy contento cuando se lo dijera — Sé que se va a poner muy contento, pero por el momento y estos días el proyecto es lo más importante. Si aquí no funciona ya se verá que se puede hacer ¿no? Usted esta asociado a varias empresas y sabe como funciona todo esto, con un buen equipo no se dará cuenta como todo va ir funcionando a la perfección — Dije mientras ya abría el archivo y revisaba con tranquilidad cada punto importante y así redactar lo nuevo que saldría en la reunión de equipo que era más tarde.

Elyse | Hotel | Por la mañana | Agosto

— Sí, aun sin merecerlo sigue siendo mi padre aunque a él le valga poco que sea su hijo a la hora de creerle a otros. — Decía negando. El asunto con su padre era un tema para tomárselo con cuidado. Pues no solo podía afectar más de lo que estaba su relación con él, también podía afectar a su madre.  Quien quizás no era la mujer más maternal y cercana a él. Su hermana había sido más figura materna que ella. Pero no era una mala mujer, la quería a pesar de todo aquello y le daba rabia que después de tantos años a su lado, aguantando sus cosas, le saliera con algo así. No tenía pruebas de aquello, pero la sospecha era muy fuerte.

— Así es, todos quieren tener poder y riquezas. Pero todas las quieren tener de manera rápida y fácil así impliqué tener que pasar sobre otros. — era justo lo que aquella mujer estaba haciendo.   — Es cierto, no negaré que he vivido acostumbrado a las comodidades y perder todo de golpe podría llegar a ser un cambio demasiado drástico. Igual últimamente he aprendido a valorar las cosas pequeñas y los detalles. Pero tampoco da derecho a otros a apropiarse de lo que no les pertenece como ella intenta hacer. — decía el rubio, él estaba dispuesto a formar su propio patrimonio, pero no dejaba de ser injusto que todo lo que construyo su padre se derrumbara por culpa de una mujer como aquella.

El muchacho sonrió a su asistente. Él sabía bien que tenía razón con las descripciones que hacía sobre su persona. Se había ganado aquellos adjetivos, aunque ahora estuviera cambiando su forma de ser. Viendo las cosas de una forma distinta.  — Sé que esos adjetivos los tuve más que merecido. En cierto modo era la forma que usaba para atraer atención a mi persona. Pero era una atención pasajera que al final de cuentas no me llenaba. — que te tratarán con cariño, amor y dedicación era mejor.  — Es lo que me temo, buscara la forma tarde o temprano de involucrarla y no puedo permitir eso. — Le aseguró, la chica no lo estaba apoyando en vano. Jasper no permitiría que la difamara 6 mucho menos que la dejara sin sustento.

— Cierto, se necesita trabajo en equipo. Es la manera más efectiva de lograrlo. Me costó descubrirlo, pero lo puedo asegurar. — y va a costar comenzar desde cero algún negocio nuevo, pero al menos él tenía el capital para hacerlo. También ya tenía el apoyo de la muchacha, quien obviamente continuaría siendo su mano derecha. Igual sabía que probablemente habría algunos empleados de la cadena de hoteles preferirían irse a trabajar con él. Estaba seguro de que no todos lograrían aguantar la pesadez de aquella mujer y renunciarían si es que ella no los echaba antes. Pues lo que él Igualmente los recibiría con los brazos abiertos por tantos años de lealtad.

— Perfecto, déjale saber que no lo he olvidado. — afirmó. Estaban en la oficina, debían de trabajar, aunque de todos modos era inevitable que aquel asunto no afectará sus labores. Debían de estar atentos y tener un plan de contingencia.  — No te preocupes, haremos un plan B por si es necesario. Tienes razón, solo debo poner en práctica lo que aprendí. Ahora más que nunca tomarlo todo con seriedad. Sí, yo creo y espero, que al menos algunos de los que decían ser amigos incondicionales de verdad lo sean. Porque serían de gran ayuda. Sé que al final podremos contar con gente de confianza. — Además de que no dejaría a nadie a la deriva de los que Aneshka pudiera despedir.  — Además, tengo la mejor asistente de todas. — aseguro con una sonrisa.

— No nos quitará el sueño. Se quedará con las ganas. — afirmó, seguro era más fácil decirlo que evitar sentirse desganado y preocupado. Pero todo comenzaba por una actitud positiva y de victoria. Así que comenzó a revisar sus informes como si fuera cualquier otro día en el que aquella mujer no les hubiera arruinado la mañana.

Jasper Rousseau | Hotel | Por la mañana | Agosto

Me limité solo a escucharlo.  Se notaba que no llevaba una muy buena relación con su padre y eso era triste, se suponía que ante todo tenía que entregarle todo su aprendizaje para algún día fuera el dueño de la empresa y el tipo se las daba para tener líos de faldas. Era lo que pensaba pero prefería dejar mis pensamientos en lo más fondo de mi mente pues no era de mi incumbencia. De todas maneras,  sabía que aquel hombre terminaría por echar al tener el mayor poder. Y todo por culpa de aquella posesiva y con aires de superioridad.

— Es que es más por lo que analizo no es que pueda dar una opinión con mucho fundamento porque soy del otro lado, donde la gente se esfuerza y trabaja, que ni piensa que algún día llegará a ser jefe. Pero claro supongo que ahí uno se tiene controlar, al tener este trabajo pude darme cuenta que tengo más ganancias y puedo darme más gustos pero sé que no todo es duradero así que no me puedo volver loca. ¿Cierto? — Ahora mismo  hasta sentía miedo por la compra de mi nueva casa la cual todavía tener que seguir pagando y sin trabajo ni siquiera sabía como lo iba hacer. Tocaría ahorrar. — Los detalles pequeños te llenan el corazón a veces no son tan relevantes pero si le tomas el peso vaya que es reconfortante —Me alegraba que empezará a ver ese punto de vista porque a pesar de que estaba pasando un infierno y muchos problemas se veía más positivo de cuando lo conocí. — Pensé que eras así gracias a Dios estaba muy equivocada — Terminé por decir muy sincera.

Sonreí divertida cuando asumió que merecía esos adjetivos aún cuando me estaba pasando de la raya ya que era mi jefe. Pero ahora solo había que pensar en el presente y no dejarse llevar como había sido antes. Notaba su cambio y tampoco era que me sintiera responsable, es que el chico se había dado cuenta de tantas cosas que eso mismo hizo que comenzará a ser de otra manera. — El trabajo en equipo nunca falla sobre todo si tiene uno competente y le puedo asegurar que cuenta con un excelente equipo que cada día esta confiando más en usted, así que siga así — No dejaría que se fuera hacia abajo y que terminará en una caída sin termino. Esto se tenía que acabar tarde o temprano, y bien que si habían factores externos que no le permitieran seguir que continuarán, todo dependía de como se iban a poner los asuntos desde ahora en adelante.

Ya luego de ese momento más tedioso podía decir que me sentía mucho más relajada en la oficina. Anoté con rapidez todo lo que me decía y ni tenía como lo lograba pero hizo que mis mejillas se pusieran coloradas al decir que era la mejor asistente de todas, logró que me sintiera especial y eso hacía que hiciera con más ganas y motivación mi trabajo — Era eso lo que pretendía y debe ser así porque tengo el mejor jefe de todos — Susurré simpática y muy honesta. Tomé el teléfono para informar al grupo que tenían que estar puntuales para la reunión que el proyecto seguía en marcha.

Fin del Capítulo

Elyse | Hotel | Por la mañana | Agosto

Las cosas comenzaban a mejorar gradualmente luego de que hubiera ocurrido aquel incidente en el que había tenido aquel rotundo fracaso por culpa del sabotaje recibido, pues así fue, aunque su padre no le quisiera creer. Jasper nunca en su vida había estado tan comprometido con algo, con ganas de demostrar de lo que verdaderamente estaba hecho. Sabía que no había sido el mejor al comienzo, que no había tenido la responsabilidad suficiente. Pero ya no era así, y no encontraba de que otra manera podía demostrar que era capaz. Su padre estaba cegado por esa imagen de él de la cual seguía aferrado. Aunque claro, ayudaba que tuvieran murmullos a sus oídos en contra de su hijo.

Siendo sinceros el menor de los problemas del muchacho era justamente su padre, aun cuando fuera el dueño de toda la cadena de hoteles. Su mayor estorbo, la que le ponía las piedras en el camino y se había dedicado a hacerle la vida miserable era Aneshka. Todo por despecho. Aún recordaba la escenita que había hecho la vez que ellos estaban de lo más tranquilos desayunando. Interrumpiendo así su paz y tranquilidad. De aquel incidente ya había pasado también un tiempo. Fue desde ese momento que por alguna cosa extraña las cosas se comenzaron a calmar, a caer en su lugar.

Estaban comenzando a poner en marcha el nuevo proyecto. Todo parecía ir muy bien, demasiado bien. Jasper no quería confiarse, pues se le hacía muy raro que su examante estuviera tan tranquila después de armar tanto alboroto. Ella no se rendía fácilmente, y cuando callaba había que tener mucho cuidado porque algo tramaba. Solo que en estos momentos estaban tan envueltos en el nuevo proyecto que solo tenían cabeza para el mismo. Rousseau estaba contento, satisfecho.

Ahora mismo se encontraban en la sala de juntas revisando el concepto de los restaurantes que tendría el nuevo hotel y para ello había involucrado al chef Carter quien era el jefe de la cocina del restaurante del hotel donde se encontraban sus oficinas. El hombre era uno con experiencia y que llevaba muchos años trabajando allí. Había comenzado como lavaplatos y fue escalando hasta ganarse su puesto. Así que tomarlo en cuenta estaba más que merecido. El hombre parecía apoyar a Jasper, y secundaba sus ideas mientras daba otras. Por supuesto también tenía a su lado a Elyse, su mano derecha y amiga incondicional que no lo había soltado en ningún momento.

Jasper sintió que tocaron la puerta. — Adelante, sea rápido que estamos ocupados. — señalo el joven CEO a la persona que tocaba a la puerta. Era el mensajero del correo interno que venía con un par de cartas en las manos. — Traigo correspondencia para la señorita Forest y para el señor Carter. — el rubio negó. ¿Por qué los interrumpía? ¿No podía esperar? Lo que le estuvo extraño era que él sobrellevara el nombre de la oficina de recursos humanos. — Dígales a recursos humanos que la próxima vez les deje la correspondencia en sus respectivas oficinas. — le señalo antes de que el mensajero entregara las cartas y se marchara. El chico soltó un suspiro. — Bueno sé que dije que estamos ocupados, pero tomemos un pequeño receso. Así pueden leer con calma que tanto querían. No comprendo por qué su prisa, se me hace extraño. — le estaba demasiado raro, porque jamás habían hecho algo así.

Jasper Rousseau | Sala de juntas | Por la tarde | Noviembre

Había hablado con mis padres porque estaba preocupada. El ambiente de aquella empresa era muy tóxico más de lo que había pasado y  como trataban al pobre Jasper que se esforzaba para tomar un nombre allí, más respeto. Y como actuaba esa chica era insoportable, solo porque no aguantaba verme al lado de mi jefe y como estaba surgiendo, lo cierto es que me esperaba cualquier cosa porque así era la vida de quien era empleado por muy eficiente que fueras, pasara lo que pasara iba a ser injusto  porque consideraba que estaba haciendo bien mi trabajo, pero quizás que se podrían inventar además que eran personas de mucho poder.

Lo que me daba más miedo era dejar a mi jefe que había demostrado que era un emprendedor esforzado, pero que estaba dentro de una jaula y no podía crecer tal como quería ya que estaba atrapado, me esforzaba cada día para ser una buena profesional y entregarle todo mi apoyo porque si que estaba cabizbajo al ver como todos sus sueños se venían abajo. Veía al chico bueno que era y el compromiso que le estaba dando a ese hotel.

Tal día, estábamos en la sala de juntas y trataba de redactar todo con rapidez en la computadora con respecto a los restaurantes que habrían en el hotel que tanto esfuerzo que entregábamos cada día en esto. Escuchaba con admiración al chef, tenía novedosas respecto a platos y aseguraba que tenían unos secretos que solo motivaría a todos con su paladar.

Me dedicaba a anotar y buscaba con la vista a Jasper sobre todo cuando la idea le parecía bien, y ya luego íbamos a elegir y descartar, pues también teníamos que ver el presupuesto y todos esos detalles. Solo que todo cambió cuando llegó alguien a la oficina, y me entrego una carta a mi y  a Carter. La tome confusa, sintiendo una fuerte corazonada y vi también a Carter que no pudo evitar mirarme nervioso.

Aunque Jasper habló yo estaba callada y no podía evitar estar algo desconcentrada. Carter había quedado en las mismas, por lo que fue bueno que el jefe diera un receso para leer con calma.— Sí que es extraño, generalmente la dejan en la respectiva oficina —  Fue cuando comencé que comprendí lo injusto que era todo, seguí y tan solo al leer y releer el primer párrafo, supe lo que estaba pasando. En ese instante, sentí demasiada frustración, pena y rabia. — Lo lamento tanto, jefe. Pensé que iba a tener más tiempo pero parece que no. Acabo de recibir mi carta de despido y no entiendo las razones — Y todo fue instantáneo, porque a la vez, era Carter quién se unía — Señor Rosseau también lo lamento, somos trabajadores eficientes aquí se está cometiendo una gran injusticia — Sentía una pesadez en mi pecho,  y mi corazón latía rápido, así que termine por sentarme. Esa maldita se había salido con la suya.

Elyse | Sala de juntas | Por la tarde | Noviembre

Jasper había aprendido su lección y había sido por las malas. No podía dar nada por sentado, debía trabar por ello y debía tener cuidado de quien tenía a su alrededor. Le había costado comenzar a limpiar su nombre de algo que ni siquiera había sido su culpa. Aquel día había sido el más vergonzoso de su vida y jamás lo olvidaría. Pero al menos sí había logrado pasar la página. Todo comenzaba a mejor más en sus adentros podía reconocer que nada de esto era completamente seguro mientras Anileshka siguiera envuelta en la empresa y en la vida de su padre.

Por lo pronto el joven había optado por enfocar todos sus esfuerzos en el nuevo proyecto que los llevaría a mostrar que incluso después de los tropiezos si realmente se quiere, se puede salir adelante. Tenía empleados muy trabajadores, muy leales y muy creativos que le habían tendido la mano involucrándose lo más que podían en el proyecto. Por supuesto que de todo esto era justamente Elyse la que más había ayudado y no se refería solo a la parte operativa, sino a la parte sociológica. Pues sentirse apoyado, que no estaba solo había sido el empujón que Rousseau necesitaba. El CEO había aprendido a que debía bajarle a los excesos si de verdad quería ser exitoso. No todo lo tenía a la mano, y no todas las chicas caían rendidas a sus pies.

La junta iba a transcurriendo de lo más bien hasta que llegó la interrupción del mensajero. Cosa que no le agrado para nada. Nunca se interrumpía una junta por algo así. Solo si era una emergencia. Pero claro, aquel chico no tenía la culpa. Solo era el mensajero. Así permito que entregara las cartas no sin antes hacerle aquella advertencia.  — Es lo que me da mala espina. No hay razón para que estén interrumpiendo. — Murmuró molesto. Pero aquello no era lo peor de todo. Pues no se esperó lo que ocurrió luego que aquel chico se marchó y las cartas fueron abiertas.

— ¿Qué me están diciendo? ¡Esto no es posible! No pueden estar tomando decisiones sin consultarme. — protesto, ya comenzaba a sentir que las mejillas se le tornaban rojizas del coraje que esto le estaba ocasionando.  — Permíteme un momento Elyse. — dijo pidiéndole la carta a su asistente haciendo que su ceño se frunciera.  — Esto es inaudito. Me tendrán que dar muchas explicaciones. — Dijo sin más rompiendo la carta. Si no los llegaban a reinstalar iban a tener problemas con él porque no lo aceptaría. Si insistían en que se fueran, él también se largaba y con todo y proyecto. Tampoco les dejaría a su disposición el arduo trabajo de su equipo.  — Lo sé perfectamente Carter. ¡No se quedará así! — aseguro saliendo como un torbellino hacia la oficina de Recursos Humanos.

Jasper Rousseau | Sala de juntas | Por la tarde | Noviembre

Todo esto era muy raro. Demasiado extraño y sentía que el final se acercaba. No era muy común que se interrumpiera una reunión. Temblé cuando comencé a abrir la carta, y claro que todo se vino abajo cuando la leí. Lo peor es que no era solo yo sino también Carter.

Estábamos despedidos sin una razón aparente que decir que el trabajo no era satisfactorio  era una absoluta mentira. Se estaban yendo contra Jasper y se notaba de quién venía, todos en esa junta sabíamos que podía pasar al seguir el proyecto y ser leal al CEO. Y como nosotros dos éramos los más cercanos fuimos que pagamos primero.

No quería llorar y no pensaba hacerlo, aunque ya mis ojos azules se habían aguado amenazando por la frustración que sentía en ese momento. ¡Todo era tan injusto, pero esperable! Lamentablemente, eran quienes tenían más poder en la empresa quienes estaban ganando y esto, y sabía que Jasper también lo sabía era que venía de su propio padre.

Ya había visto enojado al jefe y también muy triste. Había sido yo que lo aconseje y calme cuando el chico llegó a la habitación de mi hotel totalmente desecho. Me sentí muy angustiada al verlo de nuevo así porque era obvio que querían que se metiera en problemas, así que ni sabía que hacer ni como detenerlo. No podía mostrarme del todo como la amiga adelante los demás. — Lamentablemente, sabíamos que iba a pasar, jefe. Es muy injusto pero tampoco queremos que se meta en problemas y... — Ni siquiera me escuchó y lo entendí, no podía culparlo porque la realidad estaban eliminando el proyecto poco a poco.

Era culpa de esa mujer.

No había otra respuesta, porque era quién estaba manipulando al Señor Rosseau.

Se había salido con la suya.  ¡Y era lo más frustrante porque la empresa se podía ir a la quiebra por su culpa!  Y tan solo, simplemente porque estaba enojada con Jasper por haberla rechazado. No podía creer lo que era capaz de hacer una mujer dañada y con tanta influencia que todo lo que hacía era con verdadera  crueldad.

Con Carter y los demás decidimos seguirlo, pero para peor de las cosas y desgracia para todos, quienes salían de la oficina de Recursos Humanos, eran nada menos que el señor Roseauu y esa tal Anneshka o como fuera. La miré fulminante, imagino que también mis compañeros lo hicieron. — ¿Y tú quién te crees de venir de esa manera corriendo así? ¡No das ningún ejemplo en esta empresa! La decisión fue tomada, y fui yo. — Dijo el padre de Jasper adelantándose a todo y mirando tanto a Carter como a mi con superioridad, era quién mandaba y no podíamos hacer nada. Ni serviría una denuncia porque había que pagar abogados y la empresa contaba con muchos así que parecía ser que la injusticia se iba a quedar así.

Elyse | Sala de juntas | Por la tarde | Noviembre

Aquella bruja se las iba a pagar caro, aún no sabía como, pero se las pagaría. Para comenzar no iba a dejar que tuviera el gusto de aislarlo quitando a toda su gente de confianza de su alrededor. Porque seguro lo hacía para que se sintiera completamente en sus manos aun cuando el jefe fuera él. Sin contar que también sabía que se había ensañado con Elyse por el puro despecho. Pues que se ardiera aún más, porque Jasper apoyaría a su asistente hasta el final. Aquella promesa que la otra vez le había hecho no era en vano.

Sentía pura rabia, en especial cuando noto que se le habían aguado los ojos a la chica. Sabía que de todos era a ella a la que más placer seguramente le estaba dando echar.  — Claro que sabía que tarde o temprano haría algo para fastidiar, pero no… no me puedo calmar. ¡Poco me importa meterme en problemas, porque ella ya tiene problemas conmigo y muy serios! — exclamo exasperado por toda la situación. Haciendo que sin pensarlo más saliera como torbellino enfurecido a reclamar.

Paro en seco cuando se topó con su padre saliendo de la oficina, junto a la bruja. — ¡Me creo alguien que está en contra de una injusticia! Ese es el ejemplo que estoy dando… Papá. ¿Cuál es el que usted está dando? ¿Por qué con qué justificación va a salir de querer echar a dos de las personas más leales de esta empresa? Uno que incluso lleva años sirviéndose y otra que es mi mano derecha. Esto es sabotaje y no creo que saliera de su cabeza. Si no de la de esta bruja que tiene a su lado. — poco le importo haber sido poco elegante, poco respetuoso con la mujer. De todos modos, él tenía claro que era lo que iba a hacer. También se largaría.

— Controla tus palabras Jasper. Qué vergüenza, nunca supiste tratar a una dama por muy elegante que te hagas. Pero te pasa por juntarte con quien no debes, te están haciendo un favor querido. Verás como te irá mejor. Me siento tan decepcionada y herida. — le dijo la mujer haciéndose la víctima indignada.  — Ve lo que le digo, eso fue seguramente esa mujer que se hizo la victima otra vez, y por eso me acusa. No te hagas, con tu carita de yo no fui. — añadió comenzando a señalar a Elyse.

— Yo sé tratar a una dama, el problema es que no estoy tratando con una. Agradece que no te llame como realmente quería. — si fuera por él le hubiera dicho zorra frente a todos, pero se controló. — ¿Sabe qué? Siga tomando consejos de esta 'dama'. Cuando lleve a la ruina todo esto aquí, no me llame. Ya me harté de querer seguir intentando demostrarle el valor que tengo. Le quitaré ese problema de encima. Yo también renuncio… Sr. Rousseau. — El chico miro a Elyse y a Carter. — No las arreglaremos. — aseguro, aún se podía ver en su mirada como corría fuego por sus venas por la rabia. — Oh y sí…  A ver qué explicación le dará a madre. — la verdad no sabía qué reacción tendría su madre, pero sí era una forma sutil de recordarle la existencia de su esposa. Porque por desgracia no dudaba que Aneshka estuviera intentando endulzarle el oído a su padre.

Jasper Rousseau | Sala de juntas | Por la tarde | Noviembre

La injusticia que se estaba cometiendo era muy grande y no era solamente porque me habían despedido, no era egoísta de pensar solo en mi en un caso así, sino que despedían a un amigo y un trabajador muy eficiente que se había alianzado con Jasper y entregar su apoyo. Sin duda alguna, sabía que esa mujer tenía culpa de todo porque estaba endulzando y quizás conquistando al Sr Rosseau para salirse con la suya y vengarse de Jasper, se notaba que lo quería dejar en la ruina y solo, para que el pobre fuera corriendo hacia a ella. ¡Pero no! Yo iba a permitirlo porque no podía dejarse manipular por alguien que era menos que él y en todo sentido.

Lamentablemente, la sangre era débil y el Señor Rosseau había caído en sus garras. Era evidente que me sentía demasiado incomoda con la situación de encontrarnos frente a frente con ellos. El Señor Rosseau no había dejado de decir a libre voz que la decisión había sido tomada por él, cuando era evidente que era esa mujer que estaba detrás de todo esto. — Pues las razones que nos han dado a los dos no están bien justificadas y claramente ha sido influido. No me hago para nada la víctima, más bien soy sincera en decir y alegar cuando algo no es conveniente para la empresa, es triste que crea más en esta mujer que su propio hijo que en definitiva ha dado todo para ser valorado por usted, como su asistente me he dado cuenta de eso y lo frustrante que es para él  — No pude evitar decir, fuera como fuera ya estaba despedida y no me iba a quedar como una sumisa ante el dueño de la empresa.

Mientras tanto, fue el hombre que tomó la palabra para contestarnos a los dos. — No voy a permitir que trates así a Anneshka frente a mi, cuando solo quiere mejor para la empresa. Sabes bien que la empresa te ha quedado grande desde que entraste, tus proyectos no son un aporte y solo son sueños ilusos que no valen nada. — Luego me miró a mi — Es muy común que se esta dejando llevar por la seducción de mi hijo, esa su estrategia para llevarlas a la cama y todas caen. ¿Tienes claro cuantas asistentes hemos tenido contratar por el mal actuar de su jefe? Es un vividor. — Inculcó  el hombre que me miraba con enojo y dejando en evidencia que no le agradaba ningún poco.

La verdad ignoré completamente a la tipa que se quería hacer escuchar pero para mi valía madres su presencia porque no iba a entrar en su mismo juego, por lo cual, sin tomarla en cuenta seguí contestando al señor que se estaba equivocando y siendo influenciado — Pero ese no ha sido el caso porque no soy de ese tipo, para mi es importante el trabajo y viendo en otro aspecto, si lo defiendo porque Jasper es un gran profesional y usted lo está desvalorando. No me importa lo que me diga a mi, pero lo que está haciendo hará que en un tiempo más se arrepienta porque está dejando de lado a su heredero y quién llevará mejor su empresa. — Nunca pensé que Jasper actuaría después y diría renunció. Quienes estaban observando y viendo todo, quedaron boquiabiertos y la verdad todos, porque si note incomodidad en el padre de Jasper y en la mujer que al parecer esperaba otro resultado.

— Si esa esa su decisión y traiciona así la empresa que construí, la puerta es ancha, Señor Rosseau jr. Si no hay nada que decir, diríjase a recursos humanos y haga todo el papeleo. No cambiaré de opinión. — Lo que no esperaba el hombre es que todo el equipo de Jasper, incluyéndome lo comenzaron a defender, dictando que también renunciarían entre otros miembros de la empresa que empatizaban con el chico y no toleraban el mal actuar del dueño.  — Formaremos otro equipo, Jasper. Y lo haremos bien, ahora ya no tienes ataduras —Trate de animarlo porque sabía que todo esto había sido demasiado caótico para todos.

Elyse |Pasillo | Por la tarde | Noviembre

Esto estaba siendo el colmo de los colmos. Era increíble la influencia que podía tener una mujer en las decisiones de su padre. Le tenía la mente nublada, solo por encandilarse con la juventud de la susodicha. Lo peor del caso es que era su madre la que pagaría la peor parte. ¿Pero sabían qué? Lo que Anneshka no sabía era que su padre nunca dejaría por voluntad propia a una mujer como su madre, y que de seguro ella era un capricho, un pasatiempo. Ahí es donde la vera rabiar. Porque Jasper ya no le quedaban dudas de que podía haber algo entre ellos, esto se lo confirmaba. Y él por su parte no le daría gusto de verlo derrotado, no volvería a ella en busca de ayuda si era lo que esperaba. Se iba a quedar sin la soga y sin la cabra.

Independientemente de todo, el muchacho no podía evitar sentir una rabia interna enorme y estar mal humorado. Todo era tan injusto, aquella mujer se había aprovechado de la fama de poco responsable que en un momento tuvo para poner a su padre encuentra suya. Aun cuando estaba intentando cambiar, de hacer las cosas de forma correcta. De verdad se había estado esforzado y ahora todo resultaba en vano. Además, lo más que le molestaba era que si el problema era con él, metieran a gente inocente en el asunto. No iba a aceptar aquella injusticia con sus empleados. Mucho menos con esos que habían sido de tanto apoyo y ayuda para él sacar sus proyectos adelante.

— Te recuerdo que solo entraste por tu cara bonita, y si sigues aquí es porque Jasper se encaprichó contigo. No tienes ningún mérito, te despiden por mediocre. Ya ni acostarte con él te va a ayudar a sobrevivir aquí. Porque seguro que ya lo hiciste. ¿Verdad? — el ladrón juzgaba por su misma condición y aquellas palabras hacían que Jasper se le pusieran rojas del coraje las orejas. Menos mal que Elyse cada día lo sorprendía más con lo valiente que era, y lo leal.

— Respeta Anneshka. Sí las cosas han estado mejorando es por la capacidad de Elyse de mantener todo organizado y a tiempo. Además de las ideas que aporta. Algunas si tienen neuronas y bien desarrolladas, no necesitan de su cuerpo para escalar puestos. — Le dijo con seriedad, es que siempre hablaba quien menos podía.

Escucho las palabras de su padre que solo hacían que se sintieran como una balacera sobre él. Se suponía que era sangre de su sangre. Su decencia, su futuro. Pero no, la prefería a ella. Ni siquiera en estos momentos se portaba como padre. Aquella ambición lo iba a llevar a la ruina.  — ¿Sabes por qué tal vez me ha quedado grande? Porque nunca hiciste tu trabajo como padre. Nunca te tomaste la molestia de enseñarme nada. Ni tú, ni mamá. Técnicamente, fue mi hermana la que me crío, y tienes todavía el descaro de reclamar por mi “incompetencia”. — no pudo evitar comenzar a reclamar todo eso que llevaba guardado desde niño.

— Ella siempre supo de la pata que cojeaba y pero también supo poner sus límites. Y yo tendré mis defectos, pero he aprendido de ellos. ¿Vividor? Aquí la única vividora es esa que tienes al lado. Si quisiera ser un vividor, mejor me hubiera conseguido una vieja millonaria que de seguro no le molestaría mantenerme y complacerme todos mis caprichos. No estuviera aguantando todos tus regaños. Yo solo necesitaba un guía que nunca llego. Porque quiero a este negocio, pero no seré yo quien lleve a la ruina la empresa familiar. — los ánimos se habían caldeado y se podían notar algunos empleados viendo por los rincones de forma disimulada.  — Qué pena que tenga que venir alguien fuera de la familia para darse cuenta de lo que realmente valgo. Ese apoyo y comprensión es a la que le soy leal. Porque ninguno de los dos merecía ese despido. Es en serio cuando digo que también me voy. — afirmó con seriedad, Jasper se mostraba decidió y valiente, sin importar que su propio padre lo rebajará solo por cumplir el capricho de aquella mujer. Sabía que el mayor estaba furioso, y quien sabía como se tomaría todo lo que le dijo, pero no le importaba. No cambiaría de parecer.

— Te vas a arrepentir de escoger las decisiones erróneas. Te pudiste evitar de mucho de haber seguido nuestros consejos. Pero es mejor así. Nunca has estado a la altura de tu padre. — Jasper solo le dio una mirada fulminante sin ni siquiera dirigirle nuevamente la palabra a ninguno de los dos. Solo volvió con sus empleados, sentía el pecho que se le salía de su lugar de tan alterado que lo habían dejado. Pero se mantuvo firme. Eso fue lo que provoco que todo el equipo se fuera de su lado. Para su sorpresa, también habían renunciado. Aquí se veía donde estaba la verdadera fidelidad.  — Gracias, sabían que me apoyaban en especial tú… y Carter, pero jamás imagine que fueran tantos. Ahora más que nunca no me arrepiento de nada. Aunque cueste. — aseguro mientras dedicaba su atención a la chica.

Jasper Rousseau | Sala de juntas | Por la tarde | Noviembre