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Jue Ene 26, 2023 6:30 pm por Juno
Recuerdo del primer mensaje :
People fear
what they don't understand
Los hermanos Miller heredaron la hermosa mansión victoriana de sus abuelos maternos en Savannah, Georgia. Ninguno de los dos parecía especialmente interesado en mudarse allí, estaban interesados en vender la propiedad y repartirse la herencia familiar. Sin embargo, no esperaban encontrarse con tantos baches para la venta de la casa: llevan meses discutiendo con la agente de bienes raíces porque ningún comprador parece interesarse finalmente en iniciar la compraventa.
Por teléfono, la agente les habló de múltiples averías que aparecían de repente, de objetos que temblaban de pronto y sonidos inexplicables que alejaban a cualquier comprador. Los hermanos Miller sólo deseaban acabar con este tema lo más pronto posible, pero todo parecía indicar que había algo extraño con esa mansión.
Fue por eso que Jane Miller, egresada de la universidad tecnológica de Georgia, movió todos sus contactos para que enviaran a algún experto a investigar qué podía estar pasando con su casa. Jane estaba convencida de que había una especie de hongo o parásito desconocido en su casa, por eso deseaba que lo identificaran lo antes posible para darle una solución a este asunto. Pero William Miller, en cambio, conversó sobre sus esotéricos contactos, quienes lo convencieron de que seguramente la mansión de sus abuelos debía de estar embrujada.
Fue así como entraron en escena Jack Kim, estudiante estrella de Georgia Tech, y Rebecca Wolfe, la menor de una familia de mediums. Los dos llegaron a Savannah bajo el acuerdo de una buena paga a cambio de resolver el problema de la mansión Miller. El problema fue que los dos tenían maneras completamente distintas de abordar la situación, Jack estaba convencido que allí debía haber algún ente biológico no descubierto, mientras que Rebecca, nada más poner un pie en la casa, supo que estaba frente a un fenómeno sobrenatural.
Trabajar juntos no era una opción, en especial cuando Jack no quería escuchar nada sobre fantasmas o espíritus, mientras que Rebecca estaba tratando de salvaguardar la integridad física de su compañero, además de perseguir fantasmas.
Por teléfono, la agente les habló de múltiples averías que aparecían de repente, de objetos que temblaban de pronto y sonidos inexplicables que alejaban a cualquier comprador. Los hermanos Miller sólo deseaban acabar con este tema lo más pronto posible, pero todo parecía indicar que había algo extraño con esa mansión.
Fue por eso que Jane Miller, egresada de la universidad tecnológica de Georgia, movió todos sus contactos para que enviaran a algún experto a investigar qué podía estar pasando con su casa. Jane estaba convencida de que había una especie de hongo o parásito desconocido en su casa, por eso deseaba que lo identificaran lo antes posible para darle una solución a este asunto. Pero William Miller, en cambio, conversó sobre sus esotéricos contactos, quienes lo convencieron de que seguramente la mansión de sus abuelos debía de estar embrujada.
Fue así como entraron en escena Jack Kim, estudiante estrella de Georgia Tech, y Rebecca Wolfe, la menor de una familia de mediums. Los dos llegaron a Savannah bajo el acuerdo de una buena paga a cambio de resolver el problema de la mansión Miller. El problema fue que los dos tenían maneras completamente distintas de abordar la situación, Jack estaba convencido que allí debía haber algún ente biológico no descubierto, mientras que Rebecca, nada más poner un pie en la casa, supo que estaba frente a un fenómeno sobrenatural.
Trabajar juntos no era una opción, en especial cuando Jack no quería escuchar nada sobre fantasmas o espíritus, mientras que Rebecca estaba tratando de salvaguardar la integridad física de su compañero, además de perseguir fantasmas.
× × × × × × × × × × ×
C A P Í T U L O S
Jack Kim 25 años — Estudiante — Park Hyungsik— Minerva | Rebecca Wolfe 23 años — Médium — Antonia Gentry — Juno |
ONE ON ONE — ORIGINAL — FANTASY — MINERVA & JUNO
- Post de rol:
- Código:
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Última edición por Juno el Mar Jun 06, 2023 4:17 am, editado 2 veces
Juno
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Miér Mayo 10, 2023 4:48 am por Juno
The basement
Chapter II
Rebecca miró atentamente a Jack, cuando éste aceptó buscar noticias sobre el temblor. Fue satisfactorio ver cómo pasaban los segundos y Jack tan sólo fruncía más el ceño. Ella sabía que eso sucedería, por supuesto, porque nadie iba a hablar de un temblor que tan sólo existió en esta casa. Si le importara demasiado reivindicarse frente a él, le diría que esperar hasta las noticias de la tarde, para ver que nadie hablaba sobre ello.
Pero Rebecca tenía mejores cosas que hacer, sobre todo ahora que había ganado la partida. Jack se quedaría, porque ella tuvo la razón: no hubo tan temblor. No le cabía la menor duda de que Jack encontraría alguna excusa racional a la cual aferrarse, para probar que el temblor tenía una explicación real. Como dijo, Rebecca no tenía tiempo para eso en este momento.
—Bien, entonces ya que estamos… —se encogió de hombros y se acercó, con mucho cuidado, hacia la puerta. Se fijó en el piso dónde exactamente estaba poniendo los pies, pues no quería tropezar con nada. Ya sabía que estaban en un sitio inestable y no quería darle razones a Jack para que quisieran largarse de allí—. Sí que puedo intentar forzarla, no se necesita tanta fuerza física, de hecho. Sólo hace falta algo de maña.
Rebecca se sintió un poco avergonzada cuando sacó la piza del bolsillo de su chaqueta, porque estaba repitiendo la misma frase que le escuchó a su primo Derek. Recordaba que se había espantado la primera vez que lo vio forzar una puerta, porque ambos estaban empeñados en descubrir secretos familiares que, tal y como probaron, era mejor mantener encerrados. Pero ahora era diferente, lo que estaba detrás de aquella puerta necesitaba ser descubierto.
—¿Puedes alumbrarme con el teléfono? Quizás así es más fácil —le pidió a Jack, pero no lo estaba mirando a estas alturas. Estaba ocupada con la pinza, balanceándola dentro del cerrojo. Al principio, el hueco parecía muy duro, como si la pinza fuera a quebrarse en cualquier momento. Pero, conforme pasaron los segundos, Rebecca empezó a sentirse más confiada, viendo cómo la cerradura empezaba a ceder. Soltó un respingo cuando escuchó el chasquido del seguro abrirse. Pronunció la sonrisa cuando colocó la mano sobre el pomo, girándolo muy despacio—. Está oxidado, pero creo que lo logré. Quizás sí es buena idea si lo empujas tú.
No era sólo para que Jack se hiciera el héroe, ella sabía bien que era menudita y su fuerza muscular era menor al promedio. Era esa la razón por la cual casi nunca sus primos estuviera cerca cuando iban de cacería.
Pero Rebecca tenía mejores cosas que hacer, sobre todo ahora que había ganado la partida. Jack se quedaría, porque ella tuvo la razón: no hubo tan temblor. No le cabía la menor duda de que Jack encontraría alguna excusa racional a la cual aferrarse, para probar que el temblor tenía una explicación real. Como dijo, Rebecca no tenía tiempo para eso en este momento.
—Bien, entonces ya que estamos… —se encogió de hombros y se acercó, con mucho cuidado, hacia la puerta. Se fijó en el piso dónde exactamente estaba poniendo los pies, pues no quería tropezar con nada. Ya sabía que estaban en un sitio inestable y no quería darle razones a Jack para que quisieran largarse de allí—. Sí que puedo intentar forzarla, no se necesita tanta fuerza física, de hecho. Sólo hace falta algo de maña.
Rebecca se sintió un poco avergonzada cuando sacó la piza del bolsillo de su chaqueta, porque estaba repitiendo la misma frase que le escuchó a su primo Derek. Recordaba que se había espantado la primera vez que lo vio forzar una puerta, porque ambos estaban empeñados en descubrir secretos familiares que, tal y como probaron, era mejor mantener encerrados. Pero ahora era diferente, lo que estaba detrás de aquella puerta necesitaba ser descubierto.
—¿Puedes alumbrarme con el teléfono? Quizás así es más fácil —le pidió a Jack, pero no lo estaba mirando a estas alturas. Estaba ocupada con la pinza, balanceándola dentro del cerrojo. Al principio, el hueco parecía muy duro, como si la pinza fuera a quebrarse en cualquier momento. Pero, conforme pasaron los segundos, Rebecca empezó a sentirse más confiada, viendo cómo la cerradura empezaba a ceder. Soltó un respingo cuando escuchó el chasquido del seguro abrirse. Pronunció la sonrisa cuando colocó la mano sobre el pomo, girándolo muy despacio—. Está oxidado, pero creo que lo logré. Quizás sí es buena idea si lo empujas tú.
No era sólo para que Jack se hiciera el héroe, ella sabía bien que era menudita y su fuerza muscular era menor al promedio. Era esa la razón por la cual casi nunca sus primos estuviera cerca cuando iban de cacería.
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Vie Mayo 19, 2023 6:46 am por Minerva
The basement
Chapter II
Jack no estaba acostumbrado a que los otros lo dejaran participar. Las personas no eran su especialidad, eso lo había tenido claro, por eso dentro de su largo currículo de carreras empezadas y no terminadas, no se incluía ninguna ciencia social.
Si lo hubieran hecho apostar, se habría inclinado por pensar que Rebecca lo iba a echar del sótano en el que tan ostinadamente insistía en mantenerse a pesar de lo que acababa de suceder. Él se quedaba de verdad por ella, aunque no le hacía gracia la idea de que la casa les pudiera caer encima.
Sin embargo, ahora Rebecca parecía haberse hecho a la idea de que él se quedara ahí.
Lo sorprendió demasiado verla forzar la puerta. Le parecía muy genial de su parte saber hacer eso, aunque fuera algo sospechoso a su vez, porque, ¿para qué necesitaría hacer algo ilegal como eso antes? Pero tal vez no quería saber. Le alumbró con el teléfono como le indicó mientras la miraba con admiración.
—Eso es lo más genial e ilegal que he visto hacer a alguien alguna vez—declaró con convencimiento, mientras bajaba el teléfono.
Ahora, lo de empujar la puerta no le hacía mucha gracia. ¿Y si era algo de lo que sostenía la estructura, y al moverla algo se caía? Miró a Rebeca con aprensión.
—No estoy convencido de que esto sea seguro, el marco puede estar sosteniendo la estructura y al quitarle la puerta podría ceder a la presión —le advirtió.
Pero ella estaba contando con él, y la gente no solía pedirle cosas a Jack que no tuvieran que ver con las cosas sobre las que sabía. Así que pensó que si se había quedado para evitar que le cayera algo encima, esto cumplía el propósito. Solo que si la casa les caía encima se iba a sentir muy idiota por haber cedido a pesar de su recelo.
Suspiró, negó con la cabeza y empujó la famosa puerta, que emitió un horrible chirrido. Debía tener las bisagras super oxidadas.
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Dom Mayo 21, 2023 5:01 am por Juno
The basement
Chapter II
Rebecca soltó una carcajada cuando lo escuchó decir que era lo más genial, aunque ilegal, que había visto hacer a alguien. Ella estaba de acuerdo en que tener esa habilidad en su hoja de vida no era algo de lo cual podría sentirse orgullosa. Por un instante, estuvo a punto de contarle a Jack sobre cómo había aprendido a hacer eso.
Pero cuando se giró hacia él, se dio cuenta de que eso no tenía sentido. Para contarle eso, también tendría que hablarle de su familia y estaba seguro de que Jack pensaría que se había vuelto loca. Así que tan sólo recibió su comentario con un leve asentimiento y una sonrisa, mientras le dejaba espacio para que, por favor, hiciera lo que ella le había pedido. Quería que empujara la puerta.
—Empújala un poco, si no sucede, pues nos vamos… —Rebecca se sintió un poco culpable, pues era un comentario ambiguo. Pensaba dejarlo estar por el día de hoy, pero volvería. De ser necesario, podría volver por la noche. Intentó hacerse con la idea, fingir que era más valiente de lo que en realidad era.
Por suerte, la puerta sí que cedió. Hizo un ruido espantoso, pero cedió lo suficiente para que pasara una persona. Rebecca no tenía a mano una linterna, así que tuvo que usar la luz de su teléfono para alumbrar. Allí había lo que parecía ser un archivador, que tenía dos cajas llenas de papeles. En otra esquina, había un sofá viejo y, junto a él, había un cofre. Era de tamaño considerable, casi tan grande como el sofá.
¿Iba a tener que abrir también ese cofre? Rebecca suspiró hondo y, sin pensarlo mucho, le dio su teléfono a Jack.
—Escucha, no veo nada, así que alumbra hacia el cofre. Vamos a abrirlo… —comentó, mirándolo a los ojos. Espera que Jack le dijera que sí. Tenía esperanzas, ya la había ayudado con la puerta. Así que, ¿qué más le daba alumbrar hacia el cofre? El lugar era lúgubre pero la presencia de los espíritus se había diluido, así que Rebecca sabía que, por el momento, no había peligro.
Pero cuando se giró hacia él, se dio cuenta de que eso no tenía sentido. Para contarle eso, también tendría que hablarle de su familia y estaba seguro de que Jack pensaría que se había vuelto loca. Así que tan sólo recibió su comentario con un leve asentimiento y una sonrisa, mientras le dejaba espacio para que, por favor, hiciera lo que ella le había pedido. Quería que empujara la puerta.
—Empújala un poco, si no sucede, pues nos vamos… —Rebecca se sintió un poco culpable, pues era un comentario ambiguo. Pensaba dejarlo estar por el día de hoy, pero volvería. De ser necesario, podría volver por la noche. Intentó hacerse con la idea, fingir que era más valiente de lo que en realidad era.
Por suerte, la puerta sí que cedió. Hizo un ruido espantoso, pero cedió lo suficiente para que pasara una persona. Rebecca no tenía a mano una linterna, así que tuvo que usar la luz de su teléfono para alumbrar. Allí había lo que parecía ser un archivador, que tenía dos cajas llenas de papeles. En otra esquina, había un sofá viejo y, junto a él, había un cofre. Era de tamaño considerable, casi tan grande como el sofá.
¿Iba a tener que abrir también ese cofre? Rebecca suspiró hondo y, sin pensarlo mucho, le dio su teléfono a Jack.
—Escucha, no veo nada, así que alumbra hacia el cofre. Vamos a abrirlo… —comentó, mirándolo a los ojos. Espera que Jack le dijera que sí. Tenía esperanzas, ya la había ayudado con la puerta. Así que, ¿qué más le daba alumbrar hacia el cofre? El lugar era lúgubre pero la presencia de los espíritus se había diluido, así que Rebecca sabía que, por el momento, no había peligro.
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Lun Mayo 22, 2023 6:24 am por Minerva
The basement
Chapter II
Aquello era lo más cerca a algo ilegal que había hecho en su vida. Y que alguien que no fuera familia o compañero de trabajo le pidiera ayuda. No tenía idea de por qué Rebecca podía estar tan interesada en el interior de esa habitación que estaba sucia, mohosa y húmeda. Tenía un fuerte olor a viejo que le hizo cosquillas en la nariz y le dieron ganas de estornudar.
Rebeca parecía muy segura de que el foco de su teléfono sería suficiente para moverse ahí adentro, pero Jack tenía sus dudas. No había ninguna ventana o fuente de luz, estaban en una habitación del sótano sin bombillos. Miró el cofre con dudas.
—¿Estás segura que tienes permiso para hacer esto?—preguntó, fruciendo ligeramente la expresión.
A él le habían dado acceso a la casa, pero no se atrevería a registrar las cosas cerradas en ella. Sin embargo, Rebecca parecía decidida, así que suspiró y buscó en el bolsillo de atrás de su pantalón. Por suerte lo había tenido con él al bajar las escaleras corriendo. Andaba un foco de buena potencia, el que utilizaba para examinar minuciosamente los rincones oscuros.
—Creo que este nos funcionará mejor —señaló, encendiendo al luz y apuntando hacia el cofre.
Frunció el ceño, molesto con la intensidad de la luz que él mismo sostenía. Tal vez lo mejor era salir de esto rápido. ¿Qué podía encontrar Rebecca en aquel viejo baúl? Viejos recuerdos y cosas deterioradas por el paso del tiempo.
Se restregó la nariz, que seguía picándole del polvo y los olores a guardado en aquel lugar. Necesitaría tomarse un antialérgico cuando salieran de ahí.
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Mar Mayo 23, 2023 4:50 am por Juno
The basement
Chapter II
Aunque ya estaba contando con la ayuda de Jack, la verdad era que Rebecca se sintió conmovida cuando el chico decidió alumbrar con la linterna de su teléfono. La verdad sea dicha, era una linterna mucho mejor que la suya. Pero Rebecca no cambiaba su teléfono en unos tres años, más o menos, de seguro que ese modelo ya era poco más que un fósil considerando cómo se movía el mercado de telefonía últimamente.
—Vaya, gracias por eso Jack. Por la luz, quiero decir… —comentó con su mejor sonrisa, ignorando por completo la pregunta sobre el permiso para entrar allí. Bill le había dado libertad total y ella le dejó claro desde la primera llamada que quizás tendría que remover algunas cosas de la mansión para poder obtener respuestas. Él dijo que asumiría todas las consecuencias, así que Rebecca se lo estaba tomando a pecho.
Rebecca continuó con su trabajo, pero abrir un cofre antiguo era mucho más complicado que una simple puerta. Pasaron varios minutos, lo que a ella le pareció una eternidad, hasta que sintió el cerrojo ceder. Estaba tan viejo que pudo sentir con claridad cómo el óxido se le pegaba en las palmas de las manos, pero todo valió la pena cuando el candado cayó al suelo.
—¡Lo logré! —exclamó encantada de la vida y se giró hacia Jack. Estaba eufórica, incluso si él la estaba mirando como si fuera una mafiosa. Quizás no debió emocionarse demasiado y carraspeó para abrir el cobre. No estaba segura de qué material estaba hecho, pero era viejo y pesaba un montón, así que tuvo que usar ambas manos—. Jack, por favor, ¿puedes iluminar el fondo? Necesito ver que hay allí.
Estaba seguro de que lo escuchó estornudar. De seguro que alguien como Jack estaría completamente escandalizado de que ella no estuviera usando guantes, pero Rebecca no tenái tiempo para esas minucias. Tomó entre sus manos un libro que parecía casi tan antiguo como la casa y luego sacó otro cofre, mucho más pequeño, tanto que le cabía en la palma de una mano. Además de eso, había juguetes rotos, de porcelana, esparcidos por todo el resto del cofre.
—Me llevaré esto, quizás luego deba volver, pero no quiero ser la culpable de que te dé una bronquitis alérgica… —susurró, bastante apenada. Le hizo un gesto a Jack para que la acompañara fuera del maldito sótano. Rebecca seguía persiguiendo la presencia de los espíritus, pero era como si estuvieran agazapados en algún rincón. Ya no parecían molestos, pero eso no quería decir que iban a dejar de fastidiar a cualquiera que quisiera ser un comprador de esa mansión.
—Vaya, gracias por eso Jack. Por la luz, quiero decir… —comentó con su mejor sonrisa, ignorando por completo la pregunta sobre el permiso para entrar allí. Bill le había dado libertad total y ella le dejó claro desde la primera llamada que quizás tendría que remover algunas cosas de la mansión para poder obtener respuestas. Él dijo que asumiría todas las consecuencias, así que Rebecca se lo estaba tomando a pecho.
Rebecca continuó con su trabajo, pero abrir un cofre antiguo era mucho más complicado que una simple puerta. Pasaron varios minutos, lo que a ella le pareció una eternidad, hasta que sintió el cerrojo ceder. Estaba tan viejo que pudo sentir con claridad cómo el óxido se le pegaba en las palmas de las manos, pero todo valió la pena cuando el candado cayó al suelo.
—¡Lo logré! —exclamó encantada de la vida y se giró hacia Jack. Estaba eufórica, incluso si él la estaba mirando como si fuera una mafiosa. Quizás no debió emocionarse demasiado y carraspeó para abrir el cobre. No estaba segura de qué material estaba hecho, pero era viejo y pesaba un montón, así que tuvo que usar ambas manos—. Jack, por favor, ¿puedes iluminar el fondo? Necesito ver que hay allí.
Estaba seguro de que lo escuchó estornudar. De seguro que alguien como Jack estaría completamente escandalizado de que ella no estuviera usando guantes, pero Rebecca no tenái tiempo para esas minucias. Tomó entre sus manos un libro que parecía casi tan antiguo como la casa y luego sacó otro cofre, mucho más pequeño, tanto que le cabía en la palma de una mano. Además de eso, había juguetes rotos, de porcelana, esparcidos por todo el resto del cofre.
—Me llevaré esto, quizás luego deba volver, pero no quiero ser la culpable de que te dé una bronquitis alérgica… —susurró, bastante apenada. Le hizo un gesto a Jack para que la acompañara fuera del maldito sótano. Rebecca seguía persiguiendo la presencia de los espíritus, pero era como si estuvieran agazapados en algún rincón. Ya no parecían molestos, pero eso no quería decir que iban a dejar de fastidiar a cualquiera que quisiera ser un comprador de esa mansión.
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Sáb Mayo 27, 2023 7:58 am por Minerva
The basement
Chapter II
Jack estaba cada vez más sorprendido con aquella chica. No entendía la mitad de las cosas que hacía o decía, pero parecía tan absolutamente segura de todo que no podía dejar de admirarla. Incluso cuando estaba forzando propiedad privada y pensaba llevársela con ella. Esperaba que realmente tuviera permiso para hacer eso.
Se sintió avergonzado con su comentario sobre su bronquitis alérgica. No creía llegar a eso en esta ocasión, pero sí que había sido un niño enfermizo. Sus compañeros se metían con él por eso. Era el nerd y el enfermizo. Tal vez si hubiera tenido mejor salud no se habría dedicado tanto a los estudios. Tampoco era en sí que pasara enfermo. Pero sí era muy alérgico y propenso a cuadros respiratorios.
La siguió fuera del sótano, aliviado de salir de allí, mientras se rascaba la nariz, intentando disimular los estornudos y la tos. No quería que Rebecca también lo viera como un nerd debilucho.
Tal vez fuera tendría mejor señal y podría averiguar algo sobre el temblor.
—Creo que después de una hora sin réplicas podríamos estar más tranquilos—comentó, aunque dado que no había pasado nada todavía se permitió tomar un tiempo para revisar que su equipo en el primer piso estaba bien.
Miró hacia arriba preocupado. Tal vez debería tener tanto compromiso con su trabajo como Rebecca, pero no, había dejado sus muestras atrás para huir, asustado por el temblor.
Tal vez Rebecca estaba en el lado equivocado de la ciencia, pero tenía un compromiso profesional que a él le faltaba. Pero seguía pensando que lo prudente era salir, no regresarse al segundo piso. Pero no tenía claro si Rebecca pensaba igual que él o esperaba hacer algo más dentro de la casa.
—¿Salimos un rato prudencial de la casa? ¿Rebecca?r .
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Lun Mayo 29, 2023 1:33 am por Juno
The basement
Chapter II
En cuanto escuchó la palabra “réplica” soltó una risita y quiso decirle a Jack que, por favor, buscara otra vez en su teléfono. Pero Rebecca estaba tan eufórica que pensó que no iba a perder el tiempo en esas niñerías. Eso sí, tendría que manipular con mucho cuidado ese libro, se notaba que podría dañarse si no lo trataban con sumo cuidado.
Rebecca colocó el libro, junto con el cofre, en el bolso que había traído. Ella no necesitaba tantos instrumentos como Jack, ni muchísimo menos. En lo que sí estaba de acuerdo, era que podían salir de allí. Mientras en la casa no hubiera personas, nadie correría peligros. Si los espíritus estaban tan aferrados a esa casa, era difícil que intentaran saltar a otros objetos. Ella no había vivido semejante cosa, pues era algo muy raro, pero sí escuchó historias de su tía Christine.
—Tienes razón, Jack. Podemos salir de la casa un rato, yo de momento tengo que revisar lo que encontré. Para eso no tengo que estar aquí. ¿Quieres ir a revisar tus instrumentos? No sé si quieres dejarlos aquí de todas formas. Sé que no me vas a creer, pero te prometo que mientras nadie entre en la casa no va a temblar de nuevo. Pero si necesitas ayuda para moverlos, puedo echarte una mano —ofreció Rebecca con sinceridad, pues era lo mínimo que podía hacer por él luego de que la ayudó en el sótano.
Jack parecía buena persona, Rebecca hasta diría que podría caerle bien, si no le recordara a sus compañeros de clase, que por tanto tiempo la habían hecho llorar y hecho sentir como una tuerca inservible en un engranaje que no concordaba con ella. Pero no era una malagradecida, así que lo ayudaría si él así lo quería.
—Después, si tú quieres, puedo invitarte algo de comer. Voy a regresar al motel, de camino podemos comer juntos. —Rebecca le regaló una sonrisa, esperando que aceptara. Luego, cuando regresara a su habitación, podía revisar el libro con más minuciosidad. Le preocupaba un poco, mientras más antiguo parecía un objeto, más tiempo habría fallecido el espíritu.
Pero quería pensar con optimismo, no quería alarmarse antes de tiempo.
Rebecca colocó el libro, junto con el cofre, en el bolso que había traído. Ella no necesitaba tantos instrumentos como Jack, ni muchísimo menos. En lo que sí estaba de acuerdo, era que podían salir de allí. Mientras en la casa no hubiera personas, nadie correría peligros. Si los espíritus estaban tan aferrados a esa casa, era difícil que intentaran saltar a otros objetos. Ella no había vivido semejante cosa, pues era algo muy raro, pero sí escuchó historias de su tía Christine.
—Tienes razón, Jack. Podemos salir de la casa un rato, yo de momento tengo que revisar lo que encontré. Para eso no tengo que estar aquí. ¿Quieres ir a revisar tus instrumentos? No sé si quieres dejarlos aquí de todas formas. Sé que no me vas a creer, pero te prometo que mientras nadie entre en la casa no va a temblar de nuevo. Pero si necesitas ayuda para moverlos, puedo echarte una mano —ofreció Rebecca con sinceridad, pues era lo mínimo que podía hacer por él luego de que la ayudó en el sótano.
Jack parecía buena persona, Rebecca hasta diría que podría caerle bien, si no le recordara a sus compañeros de clase, que por tanto tiempo la habían hecho llorar y hecho sentir como una tuerca inservible en un engranaje que no concordaba con ella. Pero no era una malagradecida, así que lo ayudaría si él así lo quería.
—Después, si tú quieres, puedo invitarte algo de comer. Voy a regresar al motel, de camino podemos comer juntos. —Rebecca le regaló una sonrisa, esperando que aceptara. Luego, cuando regresara a su habitación, podía revisar el libro con más minuciosidad. Le preocupaba un poco, mientras más antiguo parecía un objeto, más tiempo habría fallecido el espíritu.
Pero quería pensar con optimismo, no quería alarmarse antes de tiempo.
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Dom Jun 04, 2023 7:00 am por Minerva
The basement
Chapter II
Jack se sintió gratamente sorprendido del ofrecimiento de Rebecca, aunque también le resultó extraño que pensara en irse tan pronto, cuando era quien más había insistido en qeudarse dentro de la casa después del temblor.
No estaba acostumbrado a qu ela gente le ofreciera ayudarlo, y pensó en inicio a negarse. Pero Rebecca estaba siendo muy amable y hasta le ofreció comer juntos. Eso tampoco le solía pasar.
Lo pensó un momento y lanzó una mirada al piso superior, pensativo. No debía dejar sus muestras ahí.
—Creo que... eso estaría muy bien—respondió todavía con duda.
Miró su maleta en la sala y se decidió.
—Si me ayudas a sacar la maleta, mientras subiré un momento por mis muestras de hoy para irlas a dejar al laboratorio después de comer. .
Solo tenía que subir a toda prisa, aunque tuviera miedo de una réplica. Por ahora la casa parecía más estable de lo que se había sentido. Iría un momento y volvería para ir a comer con Rebecca. ¿Desde cuándo tenía planes así? Por un momento temió que al volver a bajar Rebecca habría cambiado de opinión y se habría ido.
Pero desechó la idea. Rebecca podía tener ideas miuy desinformadas sobre la naturaleza, pero era buena gente. Podía confiar en ella.
—Regreso de inmediato—declaró con un poco más de seguridad.
Ya volvería él a la casa después del laboratorio. Aún tenía mucho que hacer.
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Hoy a las 4:16 am por Juno
Really Bad Weather
Chapter III
Así como sabía de la existencia de fantasmas, Rebecca conocía a personas que tenían el don de la videncia. Aprendió a valorar más su don como médium al imaginarse lo terrible que sería tener visiones sobre el futuro sin previo aviso. Sin embargo, en circunstancias como la de hoy, quizás lo hubiera preferido.
Cuando llegaron a su motel, que les quedaba más cerca desde la mansión, Rebecca le dijo a Jack que podía dejar allí sus instrumentos para no tener que cargar con eso en medio de las mesas de un restaurante. Lo que parecía una buena idea terminó como un completo desastre porque ni bien llegaron y empezó a llover. El cielo estaba algo nublado cuando salieron de la mansión, pero no había nada que pudiera presagiar el diluvio universal que cayó sobre la ciudad.
Fue por eso que, varias horas después, ella y Jack seguían en la habitación. Ya había escampado la lluvia lo suficiente para que Rebecca se atreviera a pedir una pizza a domicilio, que ella misma se ofreció a pagar, a pesar de la reticencia de Jack. La pizza demoró casi una hora en llegar y Rebecca le dio una holgada propina al repartidor. Tuvo que improvisar con chips y bebidas que encontró en la máquina expendedora que quedaba al final del pasillo.
—Jack, deja de mirar la pizza de esa forma. Sé que no está tan calentita como se supone y seguro que tuvo mejor aspecto cuando salió de la cocina, pero es comida honesta que te ofrezco por tu amabilidad —comentó Rebecca, mientras le hacía un gesto para que se acercara. Había colocado la pizza sobre la cama y los chips y bebidas sobre la mesita de noche. Al menos las bebidas sí que estaban muy frías, eso compensaba un poco la situación alimenticia tan precaria en la que estaban—. Te debo un almuerzo con propiedad, lo prometo.
En realidad, estaba convencida de que, en cuanto escampara, Jack saldría corriendo por la puerta. Si no lo había hecho hasta ahora era porque implicaba mojar sus preciados instrumentos y no iba a arriesgarse. Para suerte de Rebecca, su mochila era impermeable y había protegido todo lo que había tomado del sótano. Tenía una llamada perdida de Bill, pero pensaba llamarlo más tarde, cuando estuviera a solas en su habitación. También tenía montones de mensajes de sus primos, Neil y Derek, quienes querían saber qué había encontrado. Tan sólo les dejó unos cuantos emojis, para asegurarles que estaba bien, o serían capaces de venir a buscarla.
—Jack, si no comes conmigo, me voy a ofender. Y, no sé si lo sabes, pero los Wolfe somos muy vengativos con la gente que nos ofende —dijo de manera amenazante. En realidad, su vena vengativa venía de su línea materna, su madre Sarah era de armas tomar, pero Jack no tenía por qué saber eso. Sólo hacía falta que creyera en sus palabras.
Cuando llegaron a su motel, que les quedaba más cerca desde la mansión, Rebecca le dijo a Jack que podía dejar allí sus instrumentos para no tener que cargar con eso en medio de las mesas de un restaurante. Lo que parecía una buena idea terminó como un completo desastre porque ni bien llegaron y empezó a llover. El cielo estaba algo nublado cuando salieron de la mansión, pero no había nada que pudiera presagiar el diluvio universal que cayó sobre la ciudad.
Fue por eso que, varias horas después, ella y Jack seguían en la habitación. Ya había escampado la lluvia lo suficiente para que Rebecca se atreviera a pedir una pizza a domicilio, que ella misma se ofreció a pagar, a pesar de la reticencia de Jack. La pizza demoró casi una hora en llegar y Rebecca le dio una holgada propina al repartidor. Tuvo que improvisar con chips y bebidas que encontró en la máquina expendedora que quedaba al final del pasillo.
—Jack, deja de mirar la pizza de esa forma. Sé que no está tan calentita como se supone y seguro que tuvo mejor aspecto cuando salió de la cocina, pero es comida honesta que te ofrezco por tu amabilidad —comentó Rebecca, mientras le hacía un gesto para que se acercara. Había colocado la pizza sobre la cama y los chips y bebidas sobre la mesita de noche. Al menos las bebidas sí que estaban muy frías, eso compensaba un poco la situación alimenticia tan precaria en la que estaban—. Te debo un almuerzo con propiedad, lo prometo.
En realidad, estaba convencida de que, en cuanto escampara, Jack saldría corriendo por la puerta. Si no lo había hecho hasta ahora era porque implicaba mojar sus preciados instrumentos y no iba a arriesgarse. Para suerte de Rebecca, su mochila era impermeable y había protegido todo lo que había tomado del sótano. Tenía una llamada perdida de Bill, pero pensaba llamarlo más tarde, cuando estuviera a solas en su habitación. También tenía montones de mensajes de sus primos, Neil y Derek, quienes querían saber qué había encontrado. Tan sólo les dejó unos cuantos emojis, para asegurarles que estaba bien, o serían capaces de venir a buscarla.
—Jack, si no comes conmigo, me voy a ofender. Y, no sé si lo sabes, pero los Wolfe somos muy vengativos con la gente que nos ofende —dijo de manera amenazante. En realidad, su vena vengativa venía de su línea materna, su madre Sarah era de armas tomar, pero Jack no tenía por qué saber eso. Sólo hacía falta que creyera en sus palabras.
2PM — Motel — Savannah, GA — Con Jack
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