La velocidad que estaba adquiriendo para bajar no era muy sana, iba en picado contra el suelo y a duras penas era capaz de aferrarse al mango de la escoba.
Aún así, pudo tirar hacia arriba con todas sus fuerzas y detener el descenso justo en el momento clave, antes de tocar el suelo...
Se dejó caer de la escoba, rodó por la hierba y extendió sus brazos en cruz, jadeando con fuerza. Estaba agotado.

Se había excedido en el entreno, si. Pero había que aprovechar cuando el campo estaba libre. Últimamente se sentía más extraño de lo normal...
Había tenido encuentros con muchas personas y se sentía abrumado...
Y no, no era que el quidditch fuera su pasión, pero si su excusa para hacer cosas imprudentes y sentir la adrenalina... Y bueno, ahora que ya les habían adjudicado los puestos como titulares, no quería perderlo. Ahora si que tenía competencia real como cazador...

Suspiró y se sentó, utilizando todas sus fuerzas. Se sacudió el pelo, estaba empapado en sudor. Qué asco... Se levantó y tomó su escoba, caminando mientras se quitaba las protecciones de camino a los vestuarios.

En cuanto entró, solo lo dejó caer todo con un suspiro y se quitó la parte de arriba de su uniforme. Fue justo en ese momento que percibió... Ese olor... ¿Qué narices era?
Frunció el ceño y se levantó sin darle mucha importancia. Acabó de quitarse la ropa, se enrolló su toalla a la cintura y fue a la zona de duchas.

Antes de llegar frunció el ceño porque el olor parecía aumentar y... ¿Se escuchaba el sonido de la ducha? Si estaba seguro de estar solo...
Había entrado solo, y nadie más se había acercado al campo... Apretó el paso y abrió la puerta, entonces se quedó paralizado.

Había un chico... no uno cualquiera, claro... Darren, bajo la ducha, con toda su ropa en el suelo, mojándose...  ¿Se estaba duchando en ropa interior?
Vale, aquella no era la cuestión. Ver... su cuerpo mojado y lleno de jabón tampoco. El tema era... ¿Qué hacía él allí? Solo los del equipo podían entrar y... ¿Cómo pensaba salir?
Su ropa estaba regada por el suelo, empapada.

—Ahm...—Dijo entonces, pero realmente no supo con qué acompañarlo. Incluso se giró y volvió a mirar, por si se lo había imaginado. Aunque no entendía por qué razón iba a tener alucinaciones con el Huflepuff en la ducha. Y ese olor... eso no podía ser fruto de su imaginación.—Esto... ¿Qué haces?

En cuanto se apartó un poco él tomó asiento, bien pegado, no encima de él pero sí lo suficiente como para que no fuera lo normal. Al menos para algunos, porque para los que conocían a Darren ya no era nada sorprendente que no respetara el espacio personal de las personas que le caían bien o de muchos seres vivos en general.

— Enterrado diría yo, me han enterrado un montón de tejones en un agujero y  no dejaban de caer preguntas y  más preguntas. — rodó los ojos, divertido, comenzando a servirse en el plato de manera distraída. Al escuchar su pregunta alzó la vista, riendo por lo bajo — Amigos, ¿tú no tienes amigos? — preguntó curioso, observando por encima la mesa de Slytherin. Ahora que se fijaba estaba solo, en una esquina, tal vez era porque lo esperaba o puede que fuese por que era tan introvertido como había imaginado en un principio. Se llevó un trozo de pan a la boca, masticando con parsimonia.

A él le costaba mucho entender a las personas que no querían tener gente cerca o hacer amigos, intentaba empatizar pero lo más que lograba era ser comprensivo y respetuoso, a veces le costaba un poco y buscaba regalarles su amistad, porque él sentía que estar solo era algo triste, aunque le habían repetido una y mil veces que algunas personas disfrutaban de aquello. Se acercó un poco más y pegó su hombro con el contrario, bajando un poco más la voz.

— ¿Quieres que yo sea tu amigo, Lex de Slytherin? — ladeó un poco la cabeza, en ese momento le daba bastante igual si sus compaleros de Hufflepuff habían empezado a murmurar o cuchichear, si los miraban o no, si le ametrallarían luego a mil preguntas sobre de dónde había salido ese chico y quién diantres era. Lo cierto es que en ese momento todo lo que le importaba era estar ahí, tan a gusto, comiendo con él. Qué bonito era disfrutar de las cosas simples de la vida.

Así que había tenido “problemas” con sus compañeros que le habían hecho preguntas... Un atisbo de curiosidad le invadió por saber qué les habría dicho para explicar que llevaba las ropas de un slytherin.
Porque lo de la mofeta era difícil de creer aunque fuera cierto...

—No.—Respondió como si nada mientras se servía comida en el plato. Darren estaba muy cerca pero no se percató de si era extraño porque...
Todo en él parecía extraño. Le respondió a su pregunta de los amigos sin pensarlo y claramante. No los tenía. Tenía un aliado... no sabía si eso contaba.
Y un hermano casi tan... entrometido como él.

—Noora...—Añadió casi como una broma, aunque al girarse se quedó petrificado de nuevo al encontrarse el rostro del huflepuff demasiado cerca, casi susurrándole al oído.
Eso le dio escalofríos...
¿Quería... que fuera su amigo? ¿La amistad se forjaba así? Na... solo estaba bromeando, ¿No?

—No lo sé... A veces eres muy ruidoso y...—Dijo dando un bocado al panecillo.—Los animales te hacen cosas raras...—Dijo con una sonrisa. Bromeaba, haciendo alusión a lo de la mofeta.—Ahora hueles mejor... ¿A mi jabón?—Se dio cuenta de como había sonado eso después de decirlo.
Como le dio cierta vergüenza, solo carraspeó y se concentró en su plato.

—Ya tienes muchos amigos... parece... ¿Por qué querrías a una serpiente, Darren de Huflepuff?

Si su hurón era su único amigo realmente lo tenía complicado. Bueno, tampoco complicado, solo era muy diferente a él. Rió por la ocurrencia y se puso a picotear de la comida, a veces hacía pequeños movimientos de cadera como si hiciera un bailecito, había quién decía que no paraba nunca de cantar o bailar, siempre tenía algo dándole vueltas en la cabeza.

— Así es, tu jabón huele muy bien, ya te lo dije. — confirmó, mordisqueando la punta del tenedor un instante — Esta noche igual duermo abrazando la ropa que me prestaste, disfrutando del aroma al jabón que se le pegó después de ponérmela. Aunque creo que aún huele un poco a ti. — fingió pensar por un segundo — Eso lo mejora.

Dio un trago a un poco de agua para bajar algo más de la comida, pensando bien cómo responder a su siguiente pregunta, era una cuestión interesante. Podría decir mil motivos, simplemente porque a él le encantaría poder ser amigo de todo el mundo en ese lugar, porque disfrutaba conociendo gente nueva y sus distintas vidas y personaliaddes. Pero lo cierto es que había algo especial con él, ¿si le soltaba algo así a bocajarro se asustaría? Miró su plato y jugueteó un instante con la comida, alzándose de hombros.

— Las casas hay que empezarlas por los cimientos. — se puso él todo filosófico, pero en seguida volvió a sonreír, girando el rostro hacia él — Eres un chico interesante, diferente, tengo ganas de saber más de ti y cuando te tengo cerca siento cosas que me gustan, y eso con verte un par de veces. ¿No te parece motivo suficiente para querer ser tu amigo? — a él le parecían motivos de sobra incluso para alguna otras maldades. Bajó un poco más la voz, prácticamente a un susurro, como si se contaran secretos allí, en medio del Gran Comedor. Y literalmente era lo que iba a hacer — Además, si somos amigos puedo intentar robarte todos los besos que quiera.— miró sus labios, notando ese cosquilleo en su vientre, en su nuca, en toda su espalda. De verdad que igual debía consultar si había algún problema con el tema de sus hormonas.

Lex le miró, con la expresión muy seria y parpadeando varias veces cuando escuchó eso... Tenía que estar de coña.
¿Acababa de decirle que iba a dormir abrazado a su ropa? Y lo decía sin más... o no tenía filtro, o no tenía vergüenza, o se estaba burlando de él o... todas juntas...
En cualquier caso no pudo evitar pensar en esa escena... ¿Por qué nadie dormiría abrazado a... algo? A algo de él... no podía llegar a entenderlo...
Y ya estaba mayor para tener miedo por las noches.

Debía bromear... pero le costaba pescarlo. No entendía bien por qué, no era idiota y aunque estuviera siempre serio, solía tener la lengua afilada...
Al menos con Marcus, con el que tenía mucha confianza, o tal vez con los que le daba igual... Pero con Darren... parecía no acabar de reaccionar.

Lo de después no lo esperó. No entendió lo de empezar las cosas por los cimientos, pero supuso que algo tendría que ver la escena de la ducha. Tampoco lo de interesante ni todo lo demás... Que pudiera dar sensaciones que a otro le gustaran o no le resultaran desagradables era todo un logro...
Pero que ademas fueran buenas... pero lo peor era que, sin entender bien la razón, pues él era alguien solitario y no le gustaban las personas que hablaban mucho, ruidosas y rodeadas siempre de gente... Se sentía del mismo modo...

Y un nuevo escalofrío le invadió cuando le confesó que siendo amigos podía robarle besos... Todavía podía sentir el palpitar en su labio inferior del mordisquito que le había dado en el último beso.

—No soy un experto en amistades pero... ¿Eso haces con tus amigos?—Y tan solo era una pregunta que pretendía saber si si o si no, sin más prejuicios o juicios detrás.
Tal vez le estaba dando la importancia que no tenía y el chico fuera besando a todo el mundo. Aunque hacerlo sin ropa y en la ducha parecía... mucho.
Si. Demasiado.

Menos mal que no estaba bebiendo nada porque seguroque lo habría escupido y se le habría salido por la nariz al escucharle preguntara quello. Si bien era malinterpretable, lo cierto es que imaginarse haciendo eso con alguno o alguna de sus amigos era...iugh, no tenía nada en contra pero de verdad que por ejemplo Batsy no era nada, pero nada atractiva a sus ojos. O Henry, ese chico olía requete raro, pero era majísimo, así que no, no se la pasaba besando a todo el mundo.

— Voy a tener que empezar a medir con cuidadito lo que digo...— aseguró divertido, tratando de contener la risa y negando con la cabeza — No, claro que no. — pensó en si dejarlo ahí pero igual es que realmente el conocimiento nulo de Lex era real a causa de su falta de amigos. Lo observó por un instante y se decidió a explicarse — Hay amigos con los que solo pasas el rato, compañeros de clase, grupos de estudio, tus compañeros de casa. Luego los amigos más cercanos, con los que pasas más tiempo, les cuentas tus problemas o si te sientes mal con algo. Después están esos que son casi como hermanos, lo compartes absolutamente todo y saben hasta tus secretos más oscuros, son como de la familia. Y luego hay...

Se pensó por un instante si realmente usar ahora la palabra amigo era una buena idea o si debería intentar enfocarlo de otra manera para no volverle loco. Miró alrededor para asegurarse de que ya la gente estaba a lo suyo, mayoritariamente lejos y bastate pocos. Solo entonces bajó su mano mientras con la otra seguía comiendo, o haciendo como que comía. Esa mano se apoyó en la pierna de su acompañante y comenzó a hacer circulitos con el índice sobre su muslo.

— Luego hay personas a las que les robas besos y, si tienes suerte y no te empujan o te sueltan un bofetón al hacerlo, lo cual estarían en su derecho. Pues...— sonrió, alzándose de hombros — No te mentiré, eres el primer chico al que beso y luego conozco. Tampoco es que haya besado a muchos pero normalmente si pasa es porque son personas que ya conoces y han habido vivencias. Pero no sé, ha pasado, me ha gutado y si quieres podemos ser amigos, podemos no serlo, o podemos inventarnos otra cosa.

Incluso esa expresión en él parecía algo graciosa... Medir las palabras estaba... bien. O no, lo ignoraba. Ya era raro que hubiera compartido una conversación con el ruso, todo de quidditch claro, y con la dulce Poppy, mero interés por temas de su hermano que no venían a cuento...
Pero estar hablando con alguien desconocido porque... si, porque estaba siendo agradable y... casi divertido... y... dios. No quería darle la razón a Marcus.

Miró de vuelta su plato jugueteando con el cubierto cuando empezó a hacerle una descripción del tipo de amigos que había. Aburrido... ¿En serio? ¿Todos esos tipos? Para Lex solo había los compañeros de clase con los que no hablaba, los compañeros de Quidditch con los que no hablaba (salvo uno) y su hermano el que era como un hermano pero había empezado a hablar más en las últimas semanas. Y si compartía secretos era por su legeremancia, básicamente...
Pero igual era... aburrido.

Al menos hasta que llegó esa parte. En cuanto sintió el roce en su muslo se le cayó el tenedor de la mano. Al parecer sus habilidades pisco motrices se iban a la mierda cuando a Darren se le antojara.
Le miró entonces... Personas a las que robas besos y no te empujan y... eso le había gustado. Y no engañaría a nadie si dijera que a él no...
Y podían ser amigos, o no. O a saber.
Esa opción le hizo sonreír un poco.

No dijo nada, solo bajó su mano con disimulo y acarició por encima de la mano del huflepuff, todavía sobre su muslo. Eso era... extraño, no solía compartir espacio físico con nadie y... si lo hacía dolía, pero aquello no eran golpes precisamente...
Subió la mano sobre la mesa y carraspeó un poco.

—¿Darren de Huflepuff, te han dicho alguna vez que estás loco? Aunque ahora ya sé que el que muerdes eres tú...

Aquel contacto era increíblemente agradable, le habría gustado que lo hiciera por más tiempo pero igual era mucho pedir, así que siguió comiendo tan alegremente, mientras mantenía la otra mano en el muslo contrario, como si fuera lo más normal del mundo, ¡no se la había apartado! Eso era prácticamente darle permiso, ¿cierto?

— Más veces de las que soy capaz de contar. — y parecía de lo más orgulloso al decirlo, lo cual sonaría ridículo ante cualquiera, al menos cualquiera que no le conociera — Y aún sabiendo que muerdo te quedas cerca de mi, ¿qué significa eso? ¿Te gusta que te muerda un tejón enloquecido?

Iba a soltar alguna paparruchada más de las suyas pero sintió una figura acercarse a ellos y por inercia apartó la mano de la pierna contraria. Era una de sus compañeras de casa y también de clase. No parecía muy segura de acercarse, principalmente miraba a Lex con algo de desconfianza.

— Hey, Patri. ¿Ocurre algo? — no es como que quisiera tenerla ahí mirándoles como un pasmarote así que intentó darle pie a la chica, que pareció volver en si y parpadeó, mirándole y sonriendo.

— A-ah, sí. Oye, unos cuantos vamos a jugar a verdad o reto mágico en la sala común y me han mandado a preguntarte si te nos quieres unir. — miró por un lado de la chica hacia otro grupito de su clase que estaba en la entrada del Gran Comedor y los miraban, haciéndole un gesto con la mano — Dicen que no nos perdonarías si no te invitáramos a tu juego favorito.

La chica cruzó los brazos tras la espalda, en una postura algo casual pero so notaba un poco nerviosa. El Hufflepuff miró su plato, que con la tontería se lo había ido acabando y apretó un poco los labios, poniendo boca de pez de manera pensativa. Podría irse perfectamente porque ya estaba bastante lleno. Luego miró a Lex y terminó por sonreír, volviendo a mirar a la chica.

— Id tirando vosotros, ya si eso me reengancho luego o ya para la próxima. — ella miró de nuevo al Slytherin, quizás un poco sorprendida — En serio, prometo no enfadarme, palabrita. Pero la próxima vez yo elijo el primer reto mágico y os aseguro que será inolvidable.

Ella soltó una pequeña risa pero asintió, por lo visto un poco más conforme con su respuesta y asintiendo. Se despidió para volver con sus compañeros, se vió que les dio la explicación y luego salieron juntos del Gran Comedor, aún echaron un par de miradas atrás pero no insistieron más.

No era ninguna sorpresa al parecer, claro que le habían llamado loco... porque lo estaba, completamente, y lo sabía... ahora también lo sabía el slytherin como conocía su tendencia a morder...
Esa pregunta que le hizo era bastante clave...
Se quedaba cerca... ¿Porque no le importaba que le mordiera? Más bien... No le había desagradado nada...
Bajó la mirada y frunció el ceño solo encogiéndose de hombros. No tenía explicación... aquello no debería gustarle. Era un desconocido, ruidoso cuando no estaba con animales, loco, imprudente...
Todo muy... Sin sentido...
Pero allí estaba, como si pudiera calmarle igual que calmaba a Noora...

Se tensó cuando apartó la mano de su muslo porque sabía lo que eso significaba, alguien acercándose... Ni si quiera sabía por qué tenía claro eso, pero allí estaba esa chica Hufle ofreciéndole a jugar a verdad o reto...
Lex alzó una de sus cejas. ¿A eso le gustaba jugar? Lo había visto a veces, los chicos hacían cosas estúpidas, ridículas, vergonzosas y...
¿De esos mordiscos que le gustaban al tejón? Estaba seguro de que esa chica era justo lo que quería...

Lex tomó una patata de forma distraída dando por hecho que hasta ahí llegaba su cena... Pero para su sorpresa, Darren le dijo que no iría.
El slytherin miró entonces a ambos sin creerlo, pero efectivamente, se marchaban y Darren se quedaba ahí, sentado con él...

—Reto mágico inolvidable...—Repitió. No... no tenían nada que ver... no se parecían en absolutamente nada... ¿Por qué era que se sentía tan agradable estar con él?—Un juego de hacer el ridículo... ¿Esas cosas te divierten?

Resultaba curioso que aunque fuese el Slytherin quién preguntase también ayudaba mucho a que el propio Darren le conociese un poco mejor. Algo le decía que si hubieran coincidido en la misma casa no habrían sido capaces de llevarse bien, seguro que en primero le habría cogido manía por haber sido demasiado efusivo, entusiasta y ruidoso. Ahora se había calmado, aunque nadie lo diría. Tampoco nadie allí habría sido capaz de imaginar cómo era su vida antes de Hogwarts.

— Pues sí. — reconoció, alzándose de hombros — Aunque antes los retos eran más divertidos, a medida que hemos ido creciendo cada vez les gustan más los retos de besuquearse o encerrarse en el armario. — rodó los ojos, no muy complacido, pero sin perder la sonrisa — Aunque no hace mucho reté a uno de mis compañeros a declararle su amor al profe de Cuidado de Criaturas Mágicas, le tuvo que decir delante de toda la clase que había soñado que vivían junto sen una preciosa casita en una ciénaga y ahora no podía dejar de pensar en él. Su cara fue maravillosa. Casi tan genial como cuando con trece años me mandaron a mi de noche en calzones a pasearme por el castillo hasta encontra a un profe de guardia y decirle que una cabra con ojos de sapo se había comido mi ropa, fue un toma y daca de retos. — comenzó a reírse un poco de recordarlo, había sido un momentazo — Ese chico ahora es uno de mis mejores amigos, se apunta a todo, lo adoro.

Suspiró con cierta nostalgia, adoraba Hogwarts, allí había podido ser quién era, explotar todo su potencial y ser libre y feliz, no le importaba si acababa castigado alguna vez o si alguien se había reído a su costa, lo cierto es que se tomaba las cosas de forma muy distinta a como lo había hecho en su colegio muggle. Lo volvió a mirar, entrecerrando los ojos.

— Si aprendes a reírte de ti mismo los demás no podrán hacerlo sin tu consentimiento, ¿sabes? Ya no se reirán nunca de ti, se ríen contigo. Es como si te caes, puedes avergonzarte y marcharte abochornado o reírte con los demás. Yo prefiero hacer lo segundo. Por eso ya no me preocupa hacer el ridículo y la gente siempre piensa que todo lo que me ocurre es parte de mi vida, no una circunstancia de la que burlarse. — siempre había excepciones, por supuesto, porque personas con maldad había en todas partes, pero toda esa práctica había ayudado a que a él ya no le afectara si existía alguien así, los ignoraba y seguía con su vida — ¿Te parece mal?

Retos de besuquearse o meterse en el armario... Esas cosas siempre le habían parecido juegos para cobardes, querían tener todo eso pero no tenían el valor para pedirlo.
Tampoco era que juzgara demasiado porque no había estado muy presente  en ninguna de esas fiestas, los Slytherin eran menos...
Juerguistas, y en cualquier caso nunca estaba en la sala común.

Lo que todavía le pareció con menos sentido era el tipo de retos que le estaban contando. ¿Qué gracia tenía incomodar a un profesor? O salir en pelotas... ¿A quién le divertía que pudieras estar incómodo y tener problemas? Aunque fuera algo normal, para Lex se le hacía retorcido, de alguna forma,  y de mal gusto.
El discurso de que si te reías de ti mismo nadie más podía reírse de ti... Le sonaba a frase de galleta de la fortuna. No dudaba en su eficacia, y estaba claro que Darren no le iba mal del todo pues parecía pasarlo bien pero...
¿Sabía cómo no se reían de uno? No dejándolos reírse de uno.

—¿Mal?—Solo movió sus labios ligeramente hacia abajo. No le parecía ni bien ni mal. La gente hacía cosas y a él no le gustaban la mayoría de ellas, solo eso.—No suelo... Juzgar lo que hagan otras personas me guste o no. Pero digamos que si me dijeras de jugar... No lo haría.—Terminó con una ligera sonrisa. Exponerte a hacer el tonto o tener problemas solo para conocer el secreto de alguien... O que no conocieran el tuyo...—No me parece que la recompensa sea equivalente a los retos...— Y si se jugaba... Tenía que haber alguna recompensa, ¿No?

Lex bajó la mirada y la llevó hacia un lado, girándose ligeramente para poder ver el rostro del Huflepuff. De verdad que no se parecían en nada...
Aunque para ser honestos... ¿Quién se parecía a Lex?

—Creo que esa chica habría querido una prueba de armario contigo...

Ni siquiera se había parado a pensar nunca en si ese juego tenía recompensas o no, para él era solo echar un buen rato y  unas risas, congeniar con otra gente, generar lazos y confianza. Se alzó de hombros.

— No todo en esta vida es cuestión de si consigues una recompensa, a veces solo haces algo porque te apetece, al menos yo me guío por eso. Pero oye, está bien que no juzgues a los demás, juzgar está muy feo y no sirve de nada. — le dedicó una sonrisa, porque pese a todo eso estaba bien. Se había puesto a rebañar con el pan todos los restos de salsa de su plato, pero al escucharle dejó todo lo que estaba haciendo y se giró también un poco hacia él para poder mirarlo, con cierta curiosidad — Es probable, hace ya un par de meses me dijo que le gustaba así que yo no lo descartaría.

Y era muy mona, muy simpática y agradable, pero Darren neceitaba algo más, porque las personas así estaban bien pero como amigas, si iba a tener que darle a todas las personas monas, simpáticas y agradabes la oportunidad de algo más iba a ser una locura su vida. No sentía ningún tipo de interés por esa compañera, pero le resultaba divertido que el Slytherin lo sacara a relucir, sí que tenía buen ojo después de todo.

— No necesito conocerte desde hace mucho para saber que no eres de hablar por los codos peeero...— sonrió de medio lado, terminando por pasar  una de las piernas al otro lado del banco, así pudo quedar sentado de frente a él, con las piernas abiertas y mirándolo con comodidad — ¿Qué piensas de que esa chica quiera encerrarse conmigo en un armario?— no es que supiera muy bien qué pretendía pero era divertido saber qué pasaba por esa cabeza tan extraña suya.

¿Que no todo en esta vida era cuestión de recompensas? Claro que si... Nadie hacía nada si no, o al menos en el mundo de Lex.
Estudiar para ser mejor mago y tener una reputación, hacer esto o aquello para que tus padres estuvieran conformes o en su caso, no hacerlo para que tampoco quisieran llorar demasiado...
Nadie se movía simplemente por... Pasar un buen rato... ¿No?
Claro que él tampoco conocía a muchas personas. Tal vez justo por eso, porque le cansaban las recompensas. Todo tenías que hacerlo por algo y ese algo no solía ser suficiente aliciente para hacerle hacer nada.

El slytherin alzó una ceja cuando Darren comentó de esa manera despreocupada y como si hablara del tiempo, que no descartaba que la chica quisiera algo con él ya que se le había confesado hacía unos meses. No había ni risillas, ni rubor... Ni vergüenza ni nada. Normalmente las personas se ponían muy tontas hablando de esas cosas... Pero no parecía importarle al Huflepuff y fue... Curioso.

Se movió, como si estuviera "cabalgando" en el banco. Lex se giró un poco, apoyando su codo en la mesa y ladeando ligeramente su cabeza. ¿Qué quería? Se le había cambiado la expresión...
Si, el slytherin no era la persona más habladora del mundo, pero era observador... Y aprendía deprisa.

—¿Qué pienso de que esa chica quiera encerrarse en el armario contigo? — Lex volvió a alzar un poco su ceja. Esa era una pregunta extraña. Bueno... Era... comprensible. ¿No? Darren era el tipo de persona que debía gustar a todo el mundo. Animado, simpático, amable y dulce cuando hablaba con animales... Tenía un lado loco que mordía pero no creía que lo conocieran y... Era chiquitín y lindo... ¿Era lindo? Si... Algo así, no sé si para la chica lo sería también pero... No parecía algo absurdo o descabellado.

—Que es una chica lista, supongo.—Aunque, probablemente, la pregunta no iba por ahí. La cuestión era que no le había dicho que no...
Así que tal vez, si tuviera intención de ir a... meterse en el armario con ella...

—Aunque... no podrías colgarte de su cuello.—Dijo mirando al frente. Al menos no como lo había hecho del suyo...

¿Una chica lista por gustarle él? Bueno, era una forma bonita de verlo, eso le subía bastante los ánimos, la verdad. Su sonrisa se amplió al escucharle, incluso se suavizó su expresión, pues fuera su intención o no acababa de hacerle un cumplido. Pero no acabó ahí la cosa, lanzó esa última frase y se atrevió a dejar de mirarle, ¡ja!

Se habría reído porque no sabía si se daba cuenta de lo que hacía o era algo totalmente involuntario, ya de verdad que empezaba a dudar de todo. Pero lo que no iba era a dejar escapar esa situación. Se mordió el labio inferior, le gustaba que acada vez había menos gente y eso le daba más libertad. Se acercó un poco más a él, que había dejado uno de los puntos más críticos de cualquier ser humano vulnerable. Pegó los labios a su oreja y cubrió con la mano, como si le estuviera contando un secreto, así se vería desde fuera, pero lo que pasaba allí detrás era más turbio.

— ¿Eso quiere decir que prefieres encerrarte tú conmigo en el armario y que me cuelgue de tu cuello? —  susurró, atrapando un pedacito de su oreja entre sus dientes para dar un suave tirón. ¡La culpa era suya! Él le soltaba esas cosas y le provocaba con esa cara, esos gestos, esa actitud y el no saber si se le insinuaba o no. Era tan diferente a todas las personas que conocía que eran tan evidentes que le resultaba simplemente...pff...

No le miró, aunque notó que se le acercaba. Parecía que quería decirle algo al oído, incluso ponía su mano en plan secreto...
Aquello era algo raro, porque no solía tener esa cercanía con nadie pero... Ya había compartido ducha, que le susurrara no seria para tanto...
Así que se inclinó para que pudiera llegar mejor.

Aunque no esperaba que le dijera eso... ¿Encerrarse en el armario con él? No. Si. Tal vez. ¿Por qué en el armario? Era decir...
Era pequeño y oscuro... Oh. Entendía. Eso tenía su ventaja... Aunque no se podía ver... Pero que se colgara de su cuello no se había sentido mal...
Pero entonces sintió aquello y no pudo evitar apartarse.

Se deslizó por el banco para apartarse y llevó su mano a su oreja. Era... Aquello... Le había dado escalofríos por todo el cuerpo, todavía lo sentía, había bajado por su columna vertebral, se había sentido de nuevo como bajar en picado con la escoba y...
Había un ligero palpitar más abajo...
No había sido premeditado, sencillamente no podía esperarse aquello. Que eso pudiera... sentirse así... Incluso sentía un ligero calor en sus mejillas.

Le miró unos instantes intentando buscar en el rostro del chico por qué había hecho eso. No era que... hubiera sido desagradable, precisamente pero...

—¿Te burlas de mi?—En realidad parecía bastante evidente que si... No que hiciera eso para reírse de él pero. Lex frunció un poco el ceño.
Darren sabía muchas cosas... Demasiadas cosas...

—Lo de las duchas... ¿No sería un reto de esos?

¡Ya había conseguido espantarlo!, mira que se lo decían, que no fuera tan directo que la gente a veces se asustaba. Intentaba pensar en cuando él era más niño y lo eran con él y no le gustaba, pero es que le costaba con según quién. Ahora se había apartado y lo cierto es que tampoco era para tanto, pero fueron sus palabras las que borraron por completo la eterna sonrisa del rostro del Hufflepuff. Esas palabras le habían dolido y no podía en ese instante pensar en lo que podía estar sintiendo él, tal vez lo haría más tarde.

— ¿Eso es lo que piensas de verdad? — preguntó, encogiéndose un poco en el asiento y agachando la mirada, no pudiendo evitar hacer una mueca. Sin duda se había llevado una imagen muy equivocada, porque una cosa era tomar el pelo de manera inocente y con excusas evidentemente absurdas a algún adulto o compañero, peor lo que había pasado en el baño era algo totalmente diferente. Volvió a alzar la mirada hacia él — Yo no le haría daño a alguien con algo así, Lex. — en ese instante ya no tenía ganas de bromas — Lo que pasó  fue porque así me salió en esa situación y si volviera atrás volvería a hacerlo. Pero en ningún momento he intentado burlarme de ti o molestarte. Siento mucho si te has sentido de esa manera.

Se echó un poco hacia atrás en el banco, empezando a deslizarse con intenciones de salir. Le gustaba ese chico, era extraño pero oye, era un gran amante de la lectura y  los comics así que para él los flechazos on eran descabellados. Tenía algo diferente y especial, pero si lo que lograba era hacerle sentir como que se burlaba de él o le tomaba el pelo tampoco quería eso, no quería hacerle sentir de esa manera tan desagradable, sobretodo porque después de la conversación que habían tenido no parecía que él supiera "reírse de si mismo" o tomárselo como un juego.

¿Era lo que pensaba de verdad? No. Pero alguna explicación tenía que buscarle a todo aquello. El huflepuff tenía montones de amigos, era un chico alegre, ya había aceptado que atractivo, aunque nunca antes hubiera pensado eso de un chico, y sabía que no tenía problemas para tener... Compañeros de armario.
¿Por qué perder el tiempo con un slytherin incapaz de mantener una relación social normal con nadie? No tenía sentido y aquella era una explicación lógica... Aceptable.

La reacción de Darren... No. Lex frunció el ceño sintiendo una ligera presión en el pecho, parecía que estuviera dolido... O triste... Y no le gustaba ver esa expresión en él no... no le pegaba.
El slytherin miró al frente unos segundos, pensando que él siempre estaba serio, que alguien se pusiera serio no era razón para sentirse mal o culpable pero...
No era el caso de Darren, no había parado de sonreír desde que le había visto.

Él no le haría daño a nadie... Lo sabía. Había visto las marcas de Noora por su brazo, y eso ya era indicativo suficiente  para saber que... Así era.

— No.—  Respondió, aunque tarde. Pero encontrar palabras era... Difícil.— No es lo que creo.— Pero tenía que dar una explicación y...
Se frotó su oreja. Eso le había asustado. No iba a reconocerlo, por supuesto... Pero... Ese cosquilleo repentino daba impresión.

— No hagas eso en... aquí.— Comentó aún serio y bajó su mano, apoyándose en la mesa y mirándole. No tenía ni idea de cómo era tratar con alguien...
Y a pesar de eso este chico... aquí estaba. Con su paciencia y sus... ¿Golosinas?

— No quiero tener... problemas entre las piernas en público.— Añadió como explicación. ¿Eso contaba como disculpa?

Ya estaba levantando el culo para marcharse antes de que aquello se pusiera aún peor cuando escuchó hablar al menor. Se detuvo en seco y poco a poco volvió a sentarse. Ni siquiera decía lo que pensaba, solo soltaba cosas por esa boca probablemente como método de defensa, ¿era eso lo que le pasaba? No sabía cómo reaccionar a sus ataques y se defendía atacando también. Eso relajó unpoco más a Darren, era algo incómodo pero no algo con lo que no pudiera vivir, era como uno de esos gatos que si rascas demasiado tiempo de repente te arañan pero si te marchas vienen a acurrucarse contigo. Sí, tenía pinta de eso.

— Vale, no volveré a hacer algo así en público, lo siento. — volvió a sonreír, con calma y suavidad, pero no se volvió a acercar a él, mantuvo la distancia, dejaría que se acercase el contrario si le apetecía y si no, pues así estaban bien — Pero no quiero hacer nada que te moleste, así que sí me gustaría que me dijeras algo con sinceridad...

Se mordió los labios mientras pensaba bien cómo plantear su pregunta, dando golpecitos con los pies en el suelo, con las puntas. Mira que podría estar jugando con sus compañeros y ahí estaba, tratando de entenderse con alguien que era tan  opuesto a él como la noche y el día. Lo que era la vida.

— ¿Sí que te gustaría que lo volviera a hacer si estamos a solas? — tanteó, tamborileando con los dedos sobre el banco, él siempre con su música — Lo de ahora, lo del baño...lo que sea.

No era estúpido. Que no le salieran las palabras no quería decir que en su cabeza no supiera que eran insuficientes y una gilipollez que nadie tomaría... Como una disculpa.
Entendía que el chico se largara, como se largaban todos o ni si quiera se molestaban en quedarse, mucho había estado...
Pero no lo hizo.
Se quedó... y volvió a sonreír... De nuevo pensó en sus manos llenas de arañazos...
¿Le estaba tratando como a Noora?

Asintió cuando dijo que no haría eso en público. Bien... Porque... reaccionar de aquella manera a alguien era... Raro. Solía molestar con aquello a Marcus pero sentirlo y sin importar estar en el comedor era...
Muy raro.

Darren empezó como a canturrear y moverse de más, le estaba poniendo algo nervioso porque además había empezado la frase pidiéndole sinceridad.
Bueno... Lex no solía mentir, no mucho, solía omitir. Tener que expresar algo, y podía entender por donde iba, le ponía nervioso...

Juntó sus manos en la mesa, apoyado de sus codos y miró al huflepuff. ¿Quería que lo repitiera si estaban a solas? Era un buen momento para cortar aquello.
Ni si quiera lo entendía bien. Si, cuando le conoció llamó su atención como para sentarse a ver como jugaba con su hurón, eso ya había sido raro, pero besarse con alguien y... con un chico... eran cosas que estaban años luz de sus planes porque ni si quiera pensaba en hablar con nadie...
Pero, siendo honestos. De no haberle gustado, la cara de Darren estaría aún aplastada contra las duchas.

Presionó sus dientes, lo que hizo que se marcara en sus mejillas esa tensión. Su expresión se tornó muy seria. Y asintió. Muy despacio y apenas perceptible pero lo hizo.
Había sido una mierda de respuesta y era consciente, pero al menos no le había dejado de mirar a los ojos. ¿Contaba?

No hubo tiempo de añadir demasiado. Unos slytherin que pasaban por detrás, dieron un claro empujón a Darren fingiendo haber sido accidental.
No le habían hecho nada, porque estaba sentado, pero fue suficiente para que Lex frunciera el ceño.

—Ups... como no deberías estar aquí no te vimos, hijo de muggle. — Dijeron cuchicheando entre risillas. ¿Darren era hijo de muggles?

Lex se levantó y caminó hacia ellos, empujándoles del mismo modo, solo que ellos si cayeron al suelo. No dijo nada, pero su expresión podría haberles dicho un: "Ups... ¿Existís?"
Le hizo un gesto al huflepuff con la cabeza para que le siguiera.

Estaba tan concentrado en esa respuesta, en ese sí o no, en esa ansieda contestación que finalmente no llegó con palabras, que no se fijó en que unos idiotas estaban haciendo lo suyo; idioteces. Él estaba fijo en ese movimiento tal leve de cabeza que esperaba no haberse equivocado al creer ver un "sí". Su sonrisa iba a ampliarse pero ese empujón le hizo sorprenderse, frunciendo el ceño ante sus palabras.

Le fastidiaba un poco porque ya había tenido que pasar por todo eso en la escuela muggle, que siguieran existiendo esas tonterías en sitios como Hogwarts era ridículo y lograban enturbiar la experiencia, aunque había intentado aprender a ignorarlo, no dejaría que le intimidaran. Sin embargo no parecía que Lex lo fuera a llevar tan bien como él. Se puso en pie con intención de impedir si aquello se ponía más feo, pero lo único fue acabar con el enemigo al suelo y le pidió que lo siguiera.

Lo cierto es que unos años atrás había intentado echar una mano al chico del suelo, porque así era él, estúpidamente amable incluso con quién le intentaba hacer daño, pero había escarmentado por la forma en la que le habían respondido así que esta vez solo apretó los labios y alzó los hombros en un claro "te lo buscaste", para ir luego tras el otro Slytherin. Cuando estuvo a su lado y salieron del Gran Comedor lo miró, mordiéndose el labio inferior. En realidad no sabía muy bien qué pensaría él sobre su familia, sabía que había algunos que...bueno, no les hacía gracia, como los que acababan de meterse con él.

— No hacía falta que hicieras algo así. Pero gracias por sacar la cara por mi. — aunque él se defendía solito, a su manera, claro. Pero era de bien nacidos ser agradecidos, eso decía su padre — ¿Tú no tienes problemas con...bueno, con los que son como yo?

Las ideologías podían ser muy importantes, podían separar incluso familias, lo que podría hacer con dos personas que apenas se comenzaban a conocer.

No le había gustado aquello. No importaba quién fuera Darren, si estaba sentado a su lado no deberían atreverse ni a acercarse. Tendría que haber estado más atento pero... se había distraído justo con él... Y con aquello que acababa de confirmarle, más o menos.
No sabía a dónde caminaba, solo quería sacarle de... las pocas miradas que había allí, por si alguno era tan capullos con los que se habían comido el suelo.

Le miró de reojo cuando se dio cuenta de que le seguía. Dijo que eso no era necesario, si... nadie estaba muy conforme con la violencia en Hogwarts... Tal vez podías reírte de ti mismo para que no se burlaran de ti, pero no podías empujarte a tu mismo, era mucho más efectivo así...
De modo que solo se encogió de hombros. Ni si quiera lo había pensado. Tal vez le había molestado especialmente porque estaba confesando algo que le avergonzaba y esos idiotas se habían entrometido.

Se detuvo cuando le hizo esa pregunta. ¿Tenía problemas con los que eran cómo él? Le miró y luego tomó aire, dejó sus manos en sus caderas y miró hacia un lado.

—Suelo tener problemas con todos los que son como tu... si a con “ser como tu” te refieres a ser... ser humano en general.—Las bromas de Lex serían más graciosas si se notara que eran bromas, tal vez con alguna sonrisa o algo de eso...

En cuanto al asunto de ser hijo de muggles... bueno, su familia era de tradición, una familia noble y esas mierdas, a su madre slytherin si le importaban esas cosas, tradicionales, clásico, vomitivo...
Pero a él realmente... ni lo había pensado demasiado.

—No. He... ido alguna vez. A ciudades muggles...—Comentó sin entender demasiado por qué. Eso se suponía que era secreto...
Le miró unos instantes y tras parpadear volvió a andar. Los pasillos ahora daban un poco de repelús, por el frío y la oscuridad.
El inconveniente de no ser de la misma casa era que... bueno, no podían ir a ninguna sala común... Y si volvía a la suya se pondría a jugar a eso de los retos.

—¿Tienes... prisa por volver...?

Le relajó muchísimo saber que él no daba importancia a todo ese asunto de la sangre, de la pureza y de más. No sabía si Lex era de esas familias arraigadas a las viejas costumbres pero al menos él no lo parecía, por lo visto hasta se había dado alguna que otra escapada al mundo muggle, sintió hasta cierta curiosidad por saber qué tipo de sitios habría visitado, se lo preguntaría en otra ocasión.

Se detuvo también, echando un vistazo a esos pasillos vacíos y luego suspirando. Lo cierto es que no tenía muchas ganas de volver, estaba pasando un rato bastante peculiar con él y de alguna manera le apetecía extenderlo, pero el otro chico era tan difícil de descifrar que no sabía si él se sentiría igual o qué. Así pues lo miró de frente, poniendo los brazos en jarras y sonriendo una vez más, alzándose un poco de hombros.

— Hombre, prisa no, la verdad. Pero no sé cuánto más podremos estirar andar por ahí sin que nos caiga una bronca. — tampoco era tan tarde, probablemente un ratito más podrían estar juntos, la cuestión era a dónde querría ir, porque a esas horas lo normal era que cada uno se refugiara en su casa común porque ya el resto de lugare estaban cerrados o prohibidos y quedarse en el pasillo sonaba raro, ¿no? — ¿Y tú? ¿Tienes algún plan en tu Sala Común que requiera de tu atención? — en cierto modo lo dudaba así que soltó una risilla, acercándose un poco más a él — Aunque bueno, si quieres quedarte un rato más podríamos buscarnos algo que hacer, supongo...¿sentarnos en las escaleras y dejar que nos den un paseo?

Sin duda todo el asunto era algo que debía... Reflexionar. Ser hijo de muggles, Huflepuff, un chico, mayor... Eran asuntos que no iban a tomarse bien en casa, probablemente. Dudaba que ni que a Marcus le hiciera gracia y no sabía qué era peor, si lo de ser chico o lo de ser hijo de muggle...
Pero tampoco es que se estuvieran casando o algo así, en realidad acababan de conocerse y lo que sucediera no tenía nada que ver ni con sus familias ni con nadie de la escuela.

Lex alzó una ceja cuando escuchó a Darren. ¿Si? ¿Creía que le esperaban en el salón común de Slytherin para jugar a verdad o trato?
Cuántos compañeros iban a decepcionarse si no aparecía por allí pronto...
Al parecer, solo bromeaba. Esa risilla empezó a parecerle divertida... Y lo de las escaleras le dio una idea.

—Ven.—Empezó a andar, y era la primera vez que compartía algo que no debía hacer con... Alguien. No era buena idea estar por allí, el toque de queda estaba cercano y los pasillos no era un buen lugar para pasear, pero nunca antes había tenido que encontrar un "escondite" para dos.
La sala de los menesteres habría estado bien... Pero siendo sinceros, no recordaba todo lo que le había dicho Marcus para llegar a ella. Pero la idea de las escaleras...

—Venga.—Le dijo al llegar a la zona de escaleras móviles que los llevaba a cada una de su sala... Pero en el momento justo saltó hacia unas, tirando de Darren, que se movieron algo más bruscas de lo normal, ascendiendo. Le sonrió ligeramente y subió esas escaleras.

—Atento que hay que volver a saltar...—Lo repitieron varias veces hasta llegar a unas, en lo alto del castillo, que se movían mucho más despacio.
Sonrió ligeramente y se sentó en el escalón.—Aquí no suele venir nadie... Está bastante arriba y... Si por casualidad alguien subiera siempre... podemos fingir que nos perdimos.—Y era un lugar que le gustaba porque estaba junto a una gran ventana, aunque hacía frío se podía ver la noche de Hogwarts...

Todo lo que recibió por respuesta fue una invitación que no tardó en seguir, sus pasos iban tras los del Slytherin de forma animada, estaba contento porque él parecía tener algo en mente y sentía mucha curiosidad, aunque el camino fuera casi como la muerte, claro para él era fácil ir pegando saltos de un lado a otro porque estaba acostumbrado a las alturas de tanto volar en escoba pero a él le costaba un poco más, mira que las primeras semanas en las escaleras habían sido difíciles, ya se había adaptado pero bueno.

— ¿A dónde me estás llevando, Lex de Slytherin? — su voz era divertida, sujetándose para no acabar rodando escaleras abajo y que aquel encuentro acabara en tragedia, lo que le faltaba, empezar el día siendo mofeteado sin piedad y acabarlo con un par de huesos rotos.

Terminaron en una escalera y él mismo tomó asiento, una vez más cerca del contrario, pero esta vez no dejó espacio alguno entre ambos, ya no había que guardar decoro porque allí no había nadie, ¿no? Además, si decía algo siempre podía usar la excusa de que hacía frío. Echó un vistazo por la ventana, la verdad que para ser octubre la noche estaba bastante despejada y el cielo muy  bonito.

— ¿Sabes? Cuando era niño mi abuela y yo nos sentábamos en los bancos de los parques cuando anochecía para ver las estrellas. Ella me enseñó todas las constelaciones...— su voz era nostálgica, mucho más relajada que anteriormente, aunque en seguida soltó una risita por lo bajo — O lo intentó, porque no me acuerdo de ninguna a estas alturas, solo esa del cinturón y porque es muy evidente. — rodó los ojos, abrazá dose las rodillas y jugueteando con los pies contra el suelo, de nuevo con su propio ritmo interno — ¿Sules venir aquí mucho? A lo mejor con las chicas que te gustan...— bromeó, elevando las cejas varias veces de forma juguetona.

Tal vez debería haber tenido en cuenta que no todo el mundo se sentía tan cómodo con el movimiento en las alturas como él, pero estuvo pendiente del huflepuff y no lo había llevado mal...
Al menos ya estaba sentado a su lado, tal vez algo mareado porque se había sentado muy cerca, no le molestaba eso... Ahí podría aferrarse a la piedra maciza que había a los lados como barandilla o... a él.

Desvió su mirada hacia el cielo que podía verse desde la ventana escuchando de forma calmada las palabras de Darren. Volvía a tener ese tono que resultaba casi... Hipnotizador. Le contaba un secreto, algo familiar con su abuela, un momento agradable...
¿En serio conocía todas las constelaciones? Ese era un típico comentario que habría hecho su hermano... Pero el que añadió después sin duda no.
Se le escapó una ligera sonrisilla... Así que no recordaba nada...

—Ahm...— ¿Chicas que le gustaban? ¿En plural? ¿Tenía pinta de que le gustaran muchas chicas? En realidad todo el mundo le llamaba la atención más o menos igual... Básicamente nada.—Si, la verdad que si... vengo bastante con mi princesa.—Susurró y le miró con una muy ligera sonrisa en su rostro, aunque la expresión era amable, acasi divertida pues sus ojos no estaban entrecerrados ni con el ceño fruncido. Estaba... relajado.

—Creo que la conoces.—Mencionó mirando al frente y pasando su lengua por sus labios.—Es algo arisca, pero... al parecer no le caiste mal... Se llama Noora. ¿Te suena?—Dijo bromeando. Si, solía ir allí con su hurón. No es que tuviera nadie más con quien quisiera estar...
A solas.

—Tu... ¿Te pierdes mucho con las chicas que te gustan?

Se veía venir con todo aquello de su princesa que iba a hacer referencia al hurón, aun así le sacó una pequeña risa, un poco tontorrona, porque igual la situación, la compañía, cómo se le veía en la penumbra de la noche, verle sonreír de esa manera...bueno, estaba entrando en lo que se diría ese mood.

— Ah, sí. Algo recuerdo. Era una cosita adorable y peludita que le encantan mis golosinas. — recorcó, apoyando el codo en la rodilla y la mejilla en la mano, rememorando su encuentro de un par de días, las marcas casi habían desaparecido del todo, solo quedaban las que habían sangrado — Me encantan los animales que parecen ariscos al principio pero luego resultan ser encantadores.

No negaría que aquello iba con segundas, porque realmente el Slytherin tenía toda la pinta de ser el típico chico duro que no caía bien con facilidad o que ponía mala cara por inercia, aunque con él no había sido tan así, pero empezaba a verlo, sobretodo por  cómo reaccionaba  a algunos temas y cómo se había comportado con sus compañeros. Ante su pregunta alzó los hombros, mirando al frente.

— Alguna vez lo he hecho, sí. — reconoció, no era mentira, no siempre pasaba nada, a menudo era solo echar unas risas, a veces a alguna le había dado un besito en la mejilla y poco más, pero le gustaba disfrutar de ese tipo de situaciones — Aunque bueno...— se mordió el labio inferior, jugueteando con sus propios pulgares antes de volver a mirarle — Nunca me había sentido como ahora. — y  no era mentira, no lo decía por la situación o por hacerle sentir nada específico, era la más pura realidad — Contigo es distinto. Nunca me había perdido con un chico. Ni con un Slytherin. Ni en general con alguien que me hiciera sentir como tú.— puede que fuera por todo lo que había dicho, pero si lo comparaba seguramente lo que había sentido en otras ocasione seran hormiguillas en el estómago, ahora realmente podía decir que sentía las mariposillas revolotear.