Empezó en Navidad.

La fiesta navideña del Arsenal FC era una tradición que llevaba celebrándose desde prácticamente la fundación del club. Este año en particular había más alegría que la acostumbrada porque el equipo estaba haciendo una buena campaña y había grandes expectativas para ganar la liga inglesa.

Darien, defensa titular desde hacía varias campañas, estaba en su elemento. Las fiestas parecían su hábitat natural y sus compañeros siempre coincidían en que era el alma del equipo. Incluso si habían perdido un partido, Darien siempre hallaba la manera de mantener los ánimos en alto. Sin embargo, para esta fiesta en particular, su favorita en todo el calendario liguero, su cita le canceló al último momento. Incapaz de conseguir en menos de veinticuatro horas un reemplazo, Darien decidió asistir a la fiesta de navidad completamente solo, aunque eso significaría someterse un poco a las burlas del resto de sus compañeros. Ese era el precio a pagar por ser el más bromista de todos: nadie iba a perder la oportunidad de hacerlo blanco de burlas e ironías por unas horas.

Eleanor, en cambio, llegó directo de Escocia dos días antes de la fiesta para ayudar a un amigo. Ella y Neil Carter, portero titular del Arsenal, se conocían desde hacía mucho tiempo y el chico le pidió que por favor le hiciera compañía en la fiesta de Navidad. Eleanor no conocía todos los detalles, sólo que Neil no estaba pasando por un buen momento sentimental y a ella no le molestaba ponerse un lindo vestido, sonreír para las cámaras y pasarlo bien por una noche. Ella había nacido en el ojo público y ahora se dedicaba al deporte ecuestre, estaba acostumbrada, así que no veía por qué algo tenía que salir mal.

En esa fiesta de Navidad, Darien conoció a la mujer más hermosa que hubiera visto antes y Eleanor apenas podía creer que ese hombre hablara tantas palabras por minuto. Él sólo quería saber más de ella, mientras que ella tan sólo esperaba que la noche terminara.

Ninguno de los dos tenía idea de qué les tenía preparado el destino.

	Eleanor Grosvenor
	Jinete Ecuestre - 29 años - Lucy Boynton - Juno

Darien Boka
Futbolista - 27 años - Daniel Kaluuya - Minerva

One on One - Original - Realista - Juno & Minerva

Eleanor se llevó ambas manos al rostro para ahogar una carcajada cuando escuchó a Darien hablar sobre divas en el fútbol. Quizás él tuviera toda la razón, los únicos futbolistas que ella conocía de primera mano eran Darien y precisamente Neil, quien ya formaba parte de su círculo social, así que quizás no contaba bien en esta analogía.

—Te prometo que en algún momento le diré a Tony que lo describiste como una diva, porque la verdad es que tienes toda la razón —Eleanor no había pensado en esa descripción para su mejor amigo, pero Darien llevaba algo de razón.

Esperaba que los dos se llevaban bien, Eleanor estaba lista para hablar con Tony y pedirle que por favor estuviera dispuesto a dar su brazo a torcer, que tratara a Darien bien. El problema era que, al hacer eso, estaba diciéndole indirectamente a Tony lo que ya ella sabía: que Darien le importaba de verdad. Desde que lo vio lesionarse en pleno partido, Eleanor estaba pensando mucho en eso. ¿Estaba enamorada de verdad? ¿Cuándo había sido la última vez que se sentía así con uno de sus novios?

Quizás nunca. Todo con Darien era tan nuevo que no estaba segura de si estaba atrapada de manera irremediable.

—A Zeus te lo puedes ganar con comida, eso es más sencillo —dijo Eleanor para animarlo. Sacó de su bolsillo la bolsa plástica que estaba llena de gajos de manzana finamente cortados. Ella tomó tomo y extendió el brazo hasta acercarlo a la reja del establo. Zeus se aproximó casi enseguida, las manzanas eran sus favoritas. También le gustaban las zanahorias y la avena, pero las manzanas eran dulces y siempre lo ponían de buen humor—. Eso es, buen chico.

Eleanor animó a Darien a acercarse y le acercó la bolsa que contenía las manzanas. Zeus parecía feliz y no parecía estar reticente, como siempre le sucedía cuando estaba cerca de Darien.

—Toma una y extiéndela despacio hacia él. Yo estoy aquí, no va a pasar nada —comentó, tocando despacio a Zeus, acariciándole el rostro.

Con Darien - Hospital - Abril - 10.00hrs

Darien se sentía algo perdido en aquel espacio, pero se limitó a seguir a Elle. Se preguntaba si ella se sentía así en las instalaciones del Arsenal también.

No las tenía todas consigo con el hecho de acercarse a Zeus, pero Elle parecía segura de que esto iba a funcionar, y Zeus parecía muy tranquilo cerca de ella. Se acercó también y tomó la manzana que se veía más apetitosa de la bolsa. La levantó frente a Zeus y decidió ser valiente, aunque sentía que el caballo iba a morderle la mano junto a la fruta.

Estuvo tentado a cerrar los ojos para esperar el dolor, pero no lo hizo, y Zeus le quitó la manzana con habilidad.

Suponía que para el reino animal también era verdad lo de no morder la mano que te da de comer.

—Hey, mira, ¡me aceptó la manzana! —celebró. Zeus no pareció feliz con su explosión de alegría y relinchó, lo que le hizo apartar la mano —Le agradan las manzanas, pero yo no.

Suponía que eso era un hecho innegable.

Pero Elle estaba sonriendo, así que valía la pena, y si tenía que hacer que aquel caballo testarudo lo quisiera para que Elle sonriera así, tendría que lograrlo. No era opcional.

Y si después tenía que ganarse a aquel famoso mejor amigo... lo haría. No podía ser tan difícil.

Con Elle - Hospital - Abril - 10.00hrs

Eleanor pronunció la sonrisa complacida cuando vio cómo Zeus, de buena gana, aceptaba la manzana. Sabía que su caballo era más inteligente que eso y que no podía ser sobornado de esa manera, pero precisamente por eso tenían que ser consistentes. Ahora Darien tenía bastante tiempo libre, fuera de sus terapias y estancia en el hospital, todavía no tenía permitido entrenar con el equipo, así que Eleanor podía tomar esta oportunidad para hacerlo partícipe de las actividades que ella hacía.

Nunca había salido con alguien el tiempo suficiente como para hacerlo partícipe de su mundo ecuestre. Por lo general, sus novios iban a sus competencias, pero poco más. Era la primera vez que alguien convivía con Willow y con Zeus de manera frecuente.

Sus amigas tenían toda la razón, estaba completamente enamorada de Darien.

Aquella revelación era tan terrible con certera.

—Zeus es un poco gruñón, pero con la constancia estoy segura de que van a conseguir entenderse. ¿Alguna vez te gustaría aprender a montar? —preguntó por curiosidad, mientras le acariciaba la espalda—. No ahora, por supuesto. ¡Tu entrenador me mataría! Ni hablar de los fanáticos, de seguro que no me dejarían poner un pie de regreso en el Emirates si se filtran fotos. Pero cuando ya estés bien, quizás para el verano, cuando ya haya terminado toda la temporada deportiva. ¿Qué dices?

Eleanor se entusiasmó al pensarlo. Aunque, creía recordar, Darien también era seleccionado nacional. La gente no dejaba de hablar del Mundial. Ella no había considerado ir, tenía otras cosas que hacer. ¿Costa de Marfil había clasificado al Mundial? Se sentía infinitamente culpable porque no lo sabía.

Sonrió y le robó a Darien un beso, feliz y encantada de tenerlo allí en los establos, su lugar favorito en el mundo.

Con Darien - Hospital - Abril - 10.00hrs

Últimamente Darien se veía asaltado por la absoluta certeza de que lo que sentía por Elle era diferente a lo que nunca antes había experimentado. A pesar del dolor y la decepción por su lesión, estaban pasando tanto tiempo juntos que no podía más que darse cuenta de que no quería volver a pasar mucho tiempo separado de ella. No le había dicho nada al respecto porque tampoco quería asustarla.

Aprender a montar noe ra algo qeu hubiera pensado antes de conocerla.

—Si tú me vas a enseñar, me encantaría aprender —aceptó —Pero sí es mejor esperar a que el fisioterapeuta me de luz verde.

Esperaba que fuera pronto. Su recuperación era larga y temía que pudiera afectar sus posibilidades de ir al mundial. Le inquietaba, pero trataba de hundir esa preocupación en lo más profundo, esperando que quedara en nada.

Zeus relinchó cuando Elle le robó un beso, expresando su disconformidad. Ganarse al caballo iba a ser la parte más difícil de todo esto.

Sus amigos ya lo molestaban, diciéndole que si iba a hacerse de alta sociedad ahora. Darien no les hacía caso, pero la verdad era que pronto tendría que aceptar que aquello era más serio de lo que se habría atrevido a imaginar.

Pero era mucho peor pensar en que tal vez en algún momento se terminara.

—Constancia... eso te puedo prometer—le aseguró antes de darle otro beso.

Con Elle - Hospital - Abril - 10.00hrs

"Estás enamorada".

Esas habían sido las palabras textuales de Sophie Graham, su querida amiga, cuando Eleanor le habló de Darien. Su amiga ni siquiera parpadeó y Eleanor ni siquiera había terminado de contar toda la historia. Sophie la sentenció y desde entonces, Eleanor llevaba huyendo a aceptar lo inevitable.

—Por supuesto que voy a enseñarte yo, no podría confiar en nadie más para esa tarea. Por supuesto que usaremos a Willow, ella te quiere y es mucho más dócil, nos tendrá paciencia. ¡Porque este señor de aquí es demasiado amargado! —exclamó Eleanor mientras acariciaba la cabeza de Zeus, quien se inclinó un poco más hacia ella, como si supiera exactamente que estaban hablando de él.

Willow era una yegua joven y era perfecta para esa tarea, en una ocasión la había usado para enseñarle a un grupo de niñas de su colegio, que habían ido allí como una actividad extraescolar. Una de sus antiguas profesoras las había contactado y Eleanor no pudo negarse, fue una actividad maravillosa. Siempre se decía que tenía que hacer espacio para dar clases de equitación, pero lo que le faltaba era tiempo.

—Dependiendo de cómo vayan evolucionando tus terapias, podemos ir viéndolo. Si tienes que quedarte en Londres para las terapias, podemos ocupar parte del verano en clases de equitación. O quizás podrías acompañarme algunas veces, tengo algunas competencias por esas fechas. Pero me gustaría que pudiéramos irnos a algún sitio. Una playa, dicen que el mar cuida cualquier desgaste físico —comentó ella, volteándose para quedar frente a él y echarle los brazos al cuello—. Con esa lesión no voy a permitir que te llamen a selección nacional, no creas que olvido lo que viene en unos meses.

Antes de que Darien pudiera decir nada, Eleanor le robó un beso. Ella normalmente no estaba pendiente de la temporada de fútbol, pero cada cuatro años era distinto. Ronnie se ponía muy intensa y creía haberle escuchado que quería ir al menos a la fase de grupos del Mundial. Eleanor podría considerar acompañarla, pero ahora quería saber primero cómo estaría Darien.

Ahora era su prioridad.

Quizás la próxima vez que viera a Sophie le diría que tenía la razón, que siempre la tuvo. Eso sí, cuando se vieran en persona, no pensaba tener pruebas escritas de su confesión.

Con Darien - Hospital - Abril - 10.00hrs

A pesar de que Zeus lo odiaba, la vista de Elle con él era adorable. Se notaba cuánto lo amaba y que era recíproco. Si algo le gustaba era ver a Elle feliz.

—De acuerdo —aceptó —Aprenderé todo lo que quieras enseñarme. Seré el mejor estudiante que hayas tenido.

Habló con mucha confianza, aunque realmente esperaba que Willow fuera más dócil, prque dudaba que Zeus lo dejara siquiera subir a su montura.

Las siguientes palabras de Elle lo impresionaron. Si bien llevaban tiempo saliendo, y hacían planes para la siguiente vez que se verían, ahora Elle estaba haciendo planes para meses. Era la primera vez que tenía una lesión tan seria y no estaba solo. Ni iba a estarlo.

La certeza de que ella quería y esperaba estar tanto tiempo junto a él era demasiado. Se acercó a abrazarla, estrechándola contra él.

—Gracias, Elle. Gracias por estar conmigo en todo esto—le dijo al oído.

Claro que seguiría todos sus planes. Y más. Todo lo que Elle quisiera. No pensaba dejarla ir.

Con Elle - Hospital - Abril - 10.00hrs

Contra todo pronóstico, Inglaterra se estaba jugando un pase a la semifinal del Mundial. Eleanor había ido con sus amigas, Ronnie no dejaría pasar la oportunidad de tomarse vacaciones para estar metida en los estadios, a la par de estar haciendo turismo en Alemania. Como la lesión de Darien había tomado más tiempo de recuperación de la cuenta, el Arsenal pidió que no fuese llamado a la selección nacional, así que ella lo había llevado para pasar tiempo juntos. Él estuvo apoyando a la concentración de Costa de Marfil hasta que ésta quedó fuera en las rondas eliminatorias.

Oficialmente no tenía que regresar a trabajar con el club hasta las próximas semanas, así que Eleanor lo tenía exclusivamente para él. El partido de Inglaterra sería el día de mañana, así que le dijo a Darien que lo invitaría a pasear. Hasta ahora el público los había tratado bastante bien, nadie los había acosado aunque entre ella y Ronnie habían contratado seguridad, el hermano de Sophie también había hecho lo mismo.

Eleanor había seleccionado Tiergarten, un hermoso parque en medio de Berlín, para que ambos pudieran pasar tiempo a solas. Aunque le parecía genial compartir tiempo con Sophie y Ronnie, así como los hermanos de Neil, ella también quería pasar tiempo solo con Darien.

Sus amigas llevaban metiéndose con ella desde que se montaron en el avión y no le habían dado tregua. Cuando les dijo que ya los verían mañana por la mañana para organizarse e ir al estadio, Ronnie tan sólo le mandó una nota de voz llena de risas.

—¿Te gusta? Cuando vine aquí la primera vez me enamoré, estaba esperando poder presentártela. Ronnie y Sophie querían venir, pero las eché por el día de hoy —Eleanor tomó a Darien de la mano y tiró de él, haciéndolo avanzar justo a un claro donde había un estanque lleno de patos—. También hice una reserva en mi restaurante favorito de Berlín, te va a encantar, lo prometo. ¿Cómo te has sentido?

Eleanor había hecho todo lo posible porque Darien caminara lo menos posible y forzara más de la cuenta su cuerpo. Darien ya le había dicho que estaba tomando el rol de enfermera, pero ella no estaba segura si se estaba burlando o estaba empezando a molestarse por ello.

—Vi que habría buen clima esta noche, podríamos… —Eleanor se fijó en el teléfono para revisar que no había imaginado el pronóstico del clima. Sin embargo, vio un montón de mensajes de Ronnie y Sophie. Se asustó al pensar que algo había pasado, pero se sorprendió al ver que eran muchos mensajes con enlaces a artículos y videos. Uno era incluso una nota de la BBC. Eleanor frunció el ceño cuando vio fotos de Santiago Gutiérrez y luego de una mujer que ella no conocía—. ¿Qué mierda…?

Eleanor soltó un respingo, no podía ser cierto lo que estaba leyendo.  

Con Darien - Berlín - Junio - 20.00hrs

Aquel no era el mundial que había planeado tener. Debía agradecer estar de regreso de su lesión, pero no había llegado a tiempo a la preparación física. Así que había tenido que ver desde las gradas cómo su selección quedaba eliminada. Sin embargo, como todo tenía siempre dos caras, esta tenía algo positiva.

Estaba pasando sus vacaciones con Elle y eso era más que cualqueir otra cosa que hubiera querido.

Era extraño de todas formas. Pronto tendría que regresar para la pretemporada como quienes no fueron convocados al mundial. Santi se había ido en octavos después de que lo dejaran fuera, y aparentemente cuando él volviera a Londres él ya se habría marchado a Barcelona. Y mientras tanto, Neil estaba intentando todavía ganar el mundial con su selección.

Pensaba un poco en todo ello mientras miraba aquel lugar que Elle lo había llevado a conocer. Le había gustado escuchar cuál era el plan que tenía en mente, pero su expresión de sorpresa lo sobresaltó.

—¿Qué? —preguntó con alarma, asomándose en el teléfono de Eleanor, intentando averiguar qué la había hecho reaccinar así—. ¿Qué es esto?

Las fotos de Santi, una mujer que no se le hacía para nada conocida, y...

El titular decía algo de una hija.

¡Una hija!

Miró a Eleanor con terror.

—¿Que Santi tiene una hija? —se mordió la lengua antes de decir que eso no era posible porque claro que era posible pero... 'cómo se iba a saber hasta ahora?—. ¿De dónde salió esto?

Sacó su teléfono para empezar a investigar a su vez. Necesitaba saber qué rayos estaba pasando.

Con Darien - Berlín - Junio - 20.00hrs

Eleanor no era una ingenua. Sabía bien la fama que tenían los jugadores de fútbol, cuando empezó a salir con Darien, parte de sus dudas era precisamente su reputación. Darien nunca salía por más de un par de meses con una chica y solía salir en los tabloides de vez en cuando. Santiago era un poco más de lo mismo, él nunca se dejaba ver por mucho tiempo con una chica, no había tenido relaciones estables en Londres, que ella estuviera enterada.

Pero, por la expresión de Darien, se dio cuenta de que éste tampoco tenía idea de lo que estaba pasando. Asumía que entre ellos se guardaban las espaldas, pero la expresión de sorpresa de Darien era genuina, de seguro que tampoco tenía idea sobre la hija de Santiago. Eso sólo quería decir que, o Santiago lo había ocultado bastante bien, o él mismo lo ignoraba. La verdad era que no sabía cuál de las dos opciones era peor. Hasta ahora, Eleanor había tenido una buena imagen de Santiago, pero tampoco lo había tratado demasiado, así que no sabía bien qué pensar al respecto.

Lo único claro, era que esta noticia ponía a todos en jaque. ¿Santiago no estaba a punto de ser traspasado de equipo? Ronnie había dicho eso un par de veces, pero ella había estado tan concentrada en el viaje y en Darien, que no le había prestado tanta atención como ahora.  

—Si tú no lo sabías, eso quiere decir que nadie lo sabía —concluyó Eleanor, porque sabía que Darien era el mayor confidente de Santiago. No quería ni imaginarse cómo estaría la prensa en Londres—. Dicen que la mujer está enferma, ¿tú la conociste? Darien, esto pinta terrible. ¿Tienes forma de hablar con él? No me imagino cómo debe estar, y Neil tampoco puede hablar con él, ¿cierto?

De hecho, por lo que sabía, si Neil estaba en la concentración de la selección, no había manera de que tuviera acceso a las noticias. Eleanor se mordió el labio inferior y miró a su alrededor. Nadie parecía estar dándole importancia a ellos, ni los había reconocido, pero sentía un cosquilleo paranoico en su interior.

—En esta noticia dice que Santiago todavía no ha dado declaraciones, pero la madre de la chica sí que está dando notas a la prensa… —Eleanor frunció el ceño, pues no quería repetir en voz alta lo que decía la nota—. Nada agradable, por cierto.

Con Darien - Berlín - Junio - 20.00hrs

Darien no podía procesar lo que Eleanor le estaba diciendo. Si todo eso era verdad, la imagen de Santi iba a quedar destrozada. Su amigo no tenía la mejor relación con la prensa. No era particularmente amable con los periodistas, y estos habían vendido un discurso sobre él que llenaba el imaginario social con la idea de un hombre violento, de mal humor y pésimo carácter.

A eso iban a sumar ahora lo de padre abandónico.

La prensa rosa iba a explotar aquel tema, y la deportiva a veces no era mejor. En especial si podía vender mucho a partir de aquella noticia.

Miró de nuevo las imágenes en el teléfono, pensando en la pregunta de Elle.

—No se me hace familiar —dijo lentamente—. Santi no solía tener relaciones que duraran mucho... Excepto con Emma que salía de vez en cuando, con las demás solían ser algunas noches nada más.

No lograba recordar aquella cara. No era una modelo, definitivamente. A esas las recordaba a la mayoría porque las seguían viendo en desfiles o prensa. Tampoco era otra deportista, no le sonaba de nada.

—No se necesitan demasiados intentos para dejar a una chica embarazada —comentó. Se mordió la lengua después, arrepentido de haber sido tan franco. Seguro que a Elle no le gustaría escucharlo hablar así—. Pudo ser algo de una vez, pero supongo que eso no deja mejor a Santi.

¿Cómo había sido tan estúpido? ¿Por qué no se había cuidado? ¿En qué posición estaba ahora?

Aquello podía hasta acabar con su fichaje que no estaba todavía concretado.

—Tengo que llamarlo, otra cosa es que quiera hablar con algo. Santi es un poco cerrado cuando está lidiando con emociones fuertes—Suspiró ante la pregunta sobre Neil—. Neil está en concentración, no hay forma de contactarlo a menos que fuera una emergencia familiar y me temo que no clasifica. Vaya sorpresa se va a llevar después de la semifinal.

Seguro esperaría encontrarse fotos de Santi con el uniforme del Barcelona... No de la madre de su hija.

Con Darien - Berlín - Junio - 20.00hrs

Eleanor se sintió un poco estúpida cuando Darien le dijo que, por supuesto, no se necesitaba más que una ocasión para dejar a una chica embarazada. Fue una frase escalofriante, aunque no dejaba de ser cierta. Quizás era que Eleanor estaba bastante acostumbrada a cuidarse, llevaba un ritmo muy estricto con sus pastillas anticonceptivas, sobre todo ahora que estaba teniendo una relación seria. Jamás se perdonaría un desliz en este momento de su vida. ¡Ella y Darien ni siqueira habían hablado sobre hijos!

Carraspeó, pues se dio cuenta de que no tenía caso pensar en esas tonterías. Después de todo, lo importante aquí era que Santi tenía una hija ilegítima de la que acababa de enterarse de su existencia.

La prensa iba a hablar de esto por meses.

—Creo que la única forma de que la prensa olvide un poco esto es que ganemos el partido, es más, tendríamos que ganar el mundial para que dejen de acosar a Santi con esto —exclamó Eleanor, creyendo que no estaba exagerando ni por un momento.

Se humedeció los labios, mirando a Darien con tensión cuando éste dijo que debería llamar a Santi. Aunque ella sabía de primera mano que Santi no era esa persona violenta de la que hablaba la prensa, de seguro que no iba a ser fácil una llamada en este momento. ¿Le tomaría siquiera el teléfono?

—Inténtalo, puede que no te conteste, pero déjale un mensaje. Quizás es importante que sepa que estás de su lado, ¿sabes? Hablará cuando quiera contigo, pero que sepa que cuenta contigo —se atrevió a decir, acercándose a él, para darle un toquecito en el costado, como si quisiera insistirle con todo el cuerpo—. Me preocupa Neil. Sabes que… bueno, él también quiere a Santi tanto como tú, esa noticia es un bombazo. Seguro se va a enterar pronto, es imposible que no se filtre.

Eleanor temía a la conferencia que tenían que dar siempre después del partido. Neil era muy bueno con la prensa y solía ser uno de los escogidos por el entrenador para hablar con los medios porque se desenvolvía con mucha soltura.

Con Darien - Berlín - Junio - 20.00hrs

Suspiró al escuchar a Eleanor. Le parecía que estaba siendo muy optimista. La prensa no se iba a olvidar de esto nunca. Ni aunque ganaran el mundial. Provisionalmente tal vez, por un día dejarían el tema... pero volverían.

Eran como un perro con un hueso. Habían alimentado páginas de prensa rosa y de malas conjeturas a costa de la imagen de Santi por años. Esto era como una navidad adelantada para ellos. Y un infierno para su amigo.

Suponía que Elle tenía razón, así que sacó su teléfono.

—Tienes razón. Voy a mandarle un mensaje, me contestará cuando quiera hablar —dijo tras pensarlo un poco—. Seguro quepor ahora no quiere ni ver el teléfono, pero así cuando lo haga encontrará al menos algún mensaje de alguien que le importa de verdad.

Suponía que debía estar hablando con su amigo Félix sin parar, pero bueno, no tenía tantos amigos y Darien quería pensar que a él lo contaba como uno.

Primero pensó en dejarle un texto, pero después pensó que sería mejor un audio, algo más personal.

—Hola, Santi, estaba viendo las noticias aquí con Elle... —empezó el audio, y luego dudó. ¿Qué se suponía que hiciera? ¿Felicitarlo? ¿Darle las condolencias? ¿Preguntarle cosas? Miró a Elle un momento, como si en ella encontrara las respuestas—. La prensa es un asco, como siempre, ¿pero cómo estás? Suena grave todo. Escríbeme o llámame si quieres que hablemos.

Estuvo a punto de borrarlo después de mandarlo. No sonaba bien. Miró a Eleanor con duda.

—¿Crees que así esté bien?—preguntó dejando ver su duda—. En este tipo de cosas serias seguro que Neil sí sabría qué decir. A mí se me ocurren muchas cosas inapropiadas que intenté mejor no decir.

Sabía que Elle tenía razón de preocuparse. Neil era muy cercano a Santi, se iba a preocupar muchísimo cuando se enterara de las noticia sy desde la concentración no podría hacer nada. Esperaba que no lo desconcentrara para los partidos qu ele quedaban del Mundial. Clasificaran a la final o no tendría un segundo partido todavía.

Seguro que Santi echaría en falta hablar con él también.

Qué absoluto desastre todo.

Con Darien - Berlín - Junio - 20.00hrs

Eleanor se sintió muy orgullosa cuando Darien tomó su consejo y le dejó a Santi un mensaje. Ella creía que era un buen mensaje, sobre todo considerando la situación; así que le dio un beso en la mejilla y asintió a sus palabras. Sabía que las amistades entre hombres eran completamente distintas a las amistades femeninas, ella misma no hablaría con Tony en el mismo tono que lo haría con sus amigas. Tampoco conocía del todo la naturaleza de la amistad de Santi, Neil y Darien. Pero, por las palabras de su novio, de seguro que era mucho más cálida y cercana de la que creía la prensa.

Todavía no se alcanzaba de creer lo que acababa de ver. Era una noticia que parecía de película. ¡Eso de los hijos ilegítimos parecía un guión o un libro!

Eleanor miró su teléfono una vez más, tenía un mensaje de Tony, mientras que el chat de su grupo de amigas estaba a reventar. Casi todas querían saber si ya Darien lo sabía. Ronnie incluso le preguntó si ella y Darien estaban en un lugar público. Aquella pregunta la dejó pensando si no se estaban exponiendo.

En este momento, la prensa daría cualquier cosa por una declaración.

—Mierda… —dijo de pronto, mientras buscaba la mirada de su novio—. Darien, sé que teníamos planes y todo pero, ¿crees que sea prudente que nos dejemos ver en público? Todo es tan reciente, que no sé si alguien quisiera abordarte. Quizás estoy siendo un poco paranoica, pero no me gustaría correr el riesgo.

Después de haberlo dicho, se preocupó de haber sonado demasiado paranoica. O que Darien creyera que estaba exagerando. Eleanor le gustaba la idea de pasar una velada juntos, en público, pero luego de esto no quería exponer a su novio.

Tony tenía razón cuando le decía que ser novia de un futbolista era estar expuesta a otro tipo de fama. Ella era feliz siendo reconocida en el mundo ecuestre, cada vez que ponía un pie en la pista, la gente la reconocía y eso le encantaba. Pero el nivel de exposición que tenía Darien era completamente diferente. Incluso esto podría afectarlo a pesar de que no era el protagonista del escándalo.

—Lo siento, no quise sonar histérica, podemos hacer lo que tú quieras —matizó Eleanor, mientras buscaba su rostro para acariciárselo—. Yo estaré bien mientras estemos juntos.

Con Darien - Berlín - Junio - 20.00hrs

La siguiente reacción de Eleanor lo tomó por sorpresa. No había esperado para nada que se volviera tan paranoica con el tema de la prensa. La tomó de las manos y negó, mirándola a los ojos.

—No creo que vengan por mí tan rápido —respondió intentando sonar calmado—. Ahora mismo deben estar acosando a Santi. Tal vez quieran mi reacción pero primero tienen que encontrarme. No pueden saber todavía que estoy aquí.

La palabra clave era "todavía". Eventualmente lo encontrarían y querrían hacerle preguntas, así que tal vez sí era buena idea desplazarse a algún espacio más privado, pero odiaba la idea de que la prensa marcara lo que podían o no hacer Eleanor y él.

—¿Tienes algún otro lugar en mente?—preguntó antes de negarse de plano a moverse—. [b]No quiero que esto nos eche a perder la salida. Me rehuso a volver al hotel y escondernos.

Él no había hecho nada malo, y de hecho estaba seguro que lo único malo que había hecho Santiago era usar mal un condón. O no usarlo. En realidad no quería saber los detalles.

Tomó a Eleanor de la mano y tiró de ella para acercarla. Quería abrazarla y besarla, y convencerse a los dos de que todo iba a estar bien. Santi era como un gato, siempre caía de pie. Una parte de la prensa lo odiaba y lo odiaría siempre, al igual que una parte de la afición, pero otra... Otra simplemente lo adoraba y todo les daría igual.

A algunos hasta les parecería bien. Algo muy de macho eso de ir teniendo hijos. Había gente así de básica. Santi, en realidad, no era así. Él estaría horrorizado de tener una hija y no haber sido parte de su vida, de eso estaba seguro. Santi admiraba a su padre y habría querido ser un padre igual.

Pero todo eso Eleanor no lo sabía ni podía saberlo. A penas había compartido algún espacio con sus amigos del equipo de fútbol más allá de Neil.

Con Darien - Berlín - Junio - 20.00hrs

Eleanor se estremeció cuando Darien la tomó de las manos e intentó tranquilizarla. Bien, su novio sí que había pensado que se estaba comportando como una paranoica. Quizás estaba exagerando un poco, estaban en Alemania, donde la prensa estaría ardiendo en este momento era en Londres, estaban lejos y Darien, aunque era muy cercano a Santi, no era el futbolista que había dejado una hija perdida por allí. En realidad, no era una parte directa de problema, tan sólo un daño colateral.

Incluso si la prensa lo encontraba en Berlín, quizás no tendrían por qué exagerar y acosarlo.

—Bueno, sí había preparado para nosotros una cena, en un buen restaurante. ¡Es un sitio al que nunca he ido! —dijo Eleanor, alzando ambas manos en señal de disculpas—. Así que no sé qué tan bueno es, pero una de mis amigas fue allí alguna vez y quedó encantada. Es comida fusión, pensé que te gustaría tener una experiencia culinaria diferente.

Eleanor amaba cualquier tipo de experiencia culinaria, en especial si tenía una buena compañía. Volvió a dejar el teléfono hasta el fondo de su bolso y tomó a Darien del brazo, con una enorme sonrisa.

Seguro que Ronnie no le iba a perdonar que no la llamara enseguida, pero también tenía que entender que quería pasar un tiempo a solas con su novio. No importaba si Londres estuviera ardiendo. Ella podía ponerle una pausa, luego pensaría en cómo podría apoyar a Darien, quien a su vez querría ayudar a Darien con todo este lío. Se preguntaba si llegaría algún punto en que pudieran reírse de esta situación. Quizás a Darien le gustaría la idea de ser un tío postizo, pero todavía era muy pronto para pensar en ello.

Eleanor no pensaba decirlo ahora mismo, no quería que esta conversación desviara hacia otros temas, pero ella adoraba los niños. Estaría encantada de malcriar a la hija de Santi, si éste se los permitía.

—El restaurante queda a unas cuadras, no hace falta que pidamos un taxi, aunque si lo prefieres… —Eleanor prefería caminar siempre que podía, eso de estar sedentaria o de estar tomando un auto de manera innecesaria no iba con ella. Pero pensaba complacer a Darien por esa noche, de ser necesario.

Con Darien - Berlín - Junio - 20.00hrs

Al pensarlo detenidamente, la reacción de Eleanor lo enternecía. Estaba genuinamente preocupada por Santi, por Neil y por él. Neil era su amigo de toda la vida, pero era su relación con él lo que la estaba arrastrando a todo el drama futbolístico.

Se giró hacia ella y la tomó de las manos.

—No vamos a permitir que el drama de Santiago nos eche a perder la cita —le aseguró—. Solo estemos atentos por si aparecen paparazzi para evadirlos.

Ya tenían práctica con eso, desde los inicios de su relación tenían qeu tener cuidado con los fotógrafos que los perseguían para vender alguna exclusiva a la prensa rosa.

Ël, por su parte, tenía que concentrarse en su relación de pareja y preocuparse por Santiago cuando pudiera hacer algo por él. Por ahora, mientras no le respondiera su mensaje, no podía hacer absolutamente nada por él.

Dudó en si recibar el chat de jugadores del club. Santi se había salido porque se iba a ir, así que seguro estaban hablando allí sobre la noticia. Pero, ¿qué iban a decir? No podían hacer más que teorizar si Santi sabía o no previamente de la existencia de la niña, y Darien dudaba que se atrevieran a hablar mal de él donde Neil y él pudieran leerlo o escucharlo.

—Prometo contarte si Santi me responde algo.—añadió—. Pero creo que tardaremos en saber de él.

No era solo una corazonada. Lo conocía. Santi debía estar sumergido en su propia preocupación. ¿Cómo se sentiría con la idea de tener una hija? Darien no podía ni empezar a imaginárselo.

—Vamos a conocer ese restaurante—dijo tras un momento. —Tenemos que hacernos de una opinión propia.

Tiró de ella, dispuesto a caminar. Tenían que tener la cita más normal posible. De regreso en Inglaterra sí era probable que ya no pudieran hacerlo por un tiempo.

Con Darien - Berlín - Junio - 20.00hrs

Si Darien estaba dispuesto a salir con tranquilidad por las calles de Berlín, no iba a ser ella quien se lo impidiese. Después de todo, antes de que empezara esta hecatombe, lo único que Eleanor quería era pasar un tiempo a solas con su novio.

Ya tendrían todo un apocalipsis de verdad cuando regresaran a Londres. Se ocuparía de eso en cuanto se subieran al avión, de momento, era poco lo que ella podía hacer.

—Bueno, te recordaré eso del “drama de Santiago” cuando nos presente a su hija y estemos consintiéndola comprándole cosas. ¿No te pasa eso con los niños? Mi hermano menor todavía es demasiado joven para darme sobrinos y mis amigas son peores que yo, me harán tía pasados los cuarenta. ¡Así que…! —Eleanor tronó los dedos, de pronto emocionada por conocer a la hija de Santiago. De seguro era una niña completamente adorable.

Además, si todo lo que decían eran cierto, esa niña iba a necesitar de más cariño de lo normal.

Eleanor, tomó a Darien del brazo y lo llevó hacia las afueras del parque, lista para buscar en el teléfono la dirección. Apoyó la cabeza en el hombro de Darien y suspiró, con una sonrisa en los labios.

—Darien… —dijo, mientras buscaba su mirada—. Estoy muy contenta de que nos hayamos conocido. Gracias por haber dejado tirada a tu cita en esa fiesta de navidad. También tengo que darle las gracias a Neil por haberme descuidado por cinco minutos. Estaremos de acuerdo en que eso no se hace, ¿cierto?

Ella soltó una carcajada y, antes de Darien pudiera decirle nada, le robó un beso. Si ahora mismo venían los papparazzi a buscarlos, por lo menos podrían decir que estaban demasiado ocupados en su propia relación como para haberse enterado de los problemas de Santiago.

O, como Darien lo llamaba, del drama de Santiago.

Con Darien - Berlín - Junio - 20.00hrs

Le alegró notar que Elle estaba más relajada mientras salían del parque en busca del restaurante. Darien todavía se sentía inquieto, pero no podían hacer realmente nada por Santi en ese momento, así que no había nada malo en que disfrutaran de ese tiempo juntos en Alemania, ¿cierto?

Podía ser que la prensa los encontrara, pero esperaba que no, al menos no por esa tarde.

Estaba más preocupado por Neil, irían a por él a la conferencia de prensa si el entrenador lo llevaba, y era muy probable. Los etrenadores amaban ponerlo en las ruedas de prensa, tenía mucha habilidad para responder preguntas con trampa. Pero esta no la vería venir. Esperaba que alguien en la concentración tuviera la previsión de contarle lo que estaba pasando.

Si él tuviera alguna influencia con el cuerpo técnico de Inglaterra intentaría convencerlos de hacerlo. Técnicament eno tenía que ver con Neil... pero sí que tenía que ver. Él lo sabía bien.

—Ya verás que no te dejaré sola ni cinco segundos en las fiestas que me lleves de acompañante o viceversa —le aseguró—. Porque este año, Neil tendrá que ver quién le acompaña, no pienso cederle a mi novia.

Le dedicó una sonrisa. Tal vez se estaba adelantando mucho, estaban en verano y él ya estaba pensando en las fiestas de Navidad, pero no podía visualizar un escenario donde Elle y él no tuvieran una próximas navidades juntos.

—Igual que no pienso dejarte ahora—añadió—. Vamos a probar ese restaurante y pasaremos la noche con la claridad de que la noticia esta vez no somos nosotros. Y ya al regreso a Inglaterra buscaremos cómo apoyar a Santiago. Seguro que sí nos veo comprando cosas para la niña. El propio Santi querrá comprarle de todo para consentirla, lo puedo imaginar perfectamente..

Santi iba a perder la cabeza por una hija. Nunca lo habría visualizado como padre de familia, pero ahora que sabía que iba a suceder, podía imaginarlo desviviéndose por la pequeña y sin la menor idea de qué hacer con ella.

No era como que Darien supiera mucho al respecto y pudiera ayudarlo con esa parte, pero sí que podría ayudarlo a malcriarla con regalos.

—Podemos llevarle un regalo desde acá—sugirió. —Para cuando vayamos a conocerla.

No creía que fuera adelantarse pensar que una vez aparecida la niña, Santi la iba a hacer parte de su vida.

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Eleanor soltó una carcajada cuando Darien dijo que no pensaba dejarla sola ni un solo minuto en las fiestas del Arsenal. La verdad era que ella no estaba muy resentida con Neil, creía que se había portado como un caballero, era sólo que tenían menos cosas en común. Cuando Ronnie iba con él, no se separaban casi nunca. Eran demasiado almas gemelas, por eso todo el mundo imaginaba que estaban saliendo. Ella no comprendía por qué no lo desmentían, pero cuando se lo preguntó a Ronnie, ella simplemente dijo que era un fastidio tener que estar dándole explicaciones a la prensa.

Suponía que podía comprenderla, por supuesto. Ahora mismo ella había tenido que esquivar preguntas relacionadas con Darien, Eleanor no entendía por qué la gente se obsesionaba tanto con la vida de los futbolistas. Con que ganaran premios debía ser más que suficiente, ¿o no?

—Luego van a decir que eres un encimoso conmigo, ¿quieres ser así de insoportable? —Eleanor le robó un beso, encantada de lo que acababa de decir. Creía que el corazón se le saldría del pecho de la pura felicidad que estaba sintiendo.

A pesar de que insistía en que la prensa no iba a importarles lo que estuvieran haciendo ellos dos, la verdad era que Eleanor se sintió un poco más relajada cuando por fin llegaron a las puertas del restaurante. Respiró aliviada cuando le dijo su nombre de la reserva al chico que los recibió en la entrada.

Aunque llevaba mucho tiempo entrenada en ignorar las miradas de los demás, en este momento no pudo evitar fijarse en sus alrededores. Sostuvo a Darien con más firmeza de la necesaria cuando notó que había gente en una mesa que los estaba mirando más de la cuenta. Esperaba que fuera sólo curiosidad genuina y no que los hubieran reconocido. No parecía que tuvieran los celulares a mano, a punto de tomarles fotos.

—¿Un regalo? —dijo de pronto, tratando de enfocarse en la conversación con Darien—. Seguro, me encanta la idea. Siempre es bueno dar un regalo más personalizado, pero hay cosas genéricas y seguras que casi siempre le gustan a los niños. ¿Crees que se enojen si pido una mesa más apartada de las otras?

Eleanor se odió a sí misma por haber dicho en ese tono tan inseguro. Cuando miró a Darien, le regaló una sonrisa nerviosa.

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Disfrutó ver lo complacida que parecía Elle con su comentario. Claro que no pensaba dejarla sola, no se fiaba de todos sus compañeros tampoco. Pero no le iba a decir eso. No quería que Elle tuviera que lidiar con ellos.

Una vez llegado al restaurante volvió a sentirla inquieta. Sonrió ante su pregunta.

—Pide lo que quieras —le animó—. Lo importante es que estés cómoda.

Le hizo el cabello hacia atrás por encima del hombro y le hizo señas al mesero. Este parecía haberla escuchado, o los reconoció y tuvo la deferencia de ofercerles una mesa apartada en un balcón.

Se sentaron allí, mientras pensaba en la respuesta sobre el regalo.

—Pues no lo sé, no tengo experiencia con niños—admitió—. ¿Qué le gusta a las niñas? Por lo que vi es pequeñita, tampoco será un regalo que recuerde toda su vida, supongo. Así que algo que le guste. Vamos a tener competencia entre tantos tíos que le saldrán en el equipo.

Sonrió ante la idea. Seguro que Santi no lo veía tan divertido todavía, pero a él empezaba a entusiasmarle la idea. Le gustaban los niños, pero no había tenido mucho contacto con los de su familia mientras él jugaba en otro país...

—¿Tú qué tal?—preguntó. —¿Tienes experiencia con niños?.

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Eleanor se anotó mentalmente dejarle una propina generosa al mesero por la mesa en el balcón. Incluso le parecía que había ajustado la puerta del balcón sin que ella o Darien se lo hubieran pedido. Ella lo tomó como una señal para relajarse y disfrutar del resto de la noche, pues ya habían pasado un mal rato con las noticias. Además, sabía que cuando volviera con sus amigas, de seguro que el tema de la nueva paternidad de Santiago iba a ser la comidilla. No dejarían de hablar de ello por días, sería mucho peor cuando por fin pudieran hacer contacto con Neil.

Sintió mucha compasión por Neil, pero también por Santiago. Se vendrían días difíciles, sin duda alguna. ¡Darien apenas se había recuperado de su lesión! Parecía como si la vida no quisiera darle un suspiro a nadie.

—El menú me sonó maravilloso cuando lo revisé hace unas horas, pero voy a tener que echarle un vistazo de nuevo.

A Eleanor le resultó muy tierno cómo Darien hablaba de la hija de Santiago. Al parecer, no tenía mucha experiencia con niños. Eso significaba que consentiría a la pequeña a rabiar, ese era el efecto que tenían los niños casi siempre. Era un efecto parecido a con los animales bebés, sólo que los niños se volvían el triple de adorables cuando empezaban a hablar y parecer unos adultos en miniatura.

—Todavía no tengo oficialmente sobrinos. Phil es todavía muy joven. Pero en el club ecuestre a veces doy clases a niñas pequeñas, no sé si te lo dije. Hace algunos años que lo hacía todos los veranos, porque es la época en que las señoras deciden que no quieren pasar tiempo con sus hijas en casa y entonces empiezan a buscar desesperadamente qué hacer con ellas —Eleanor pronunció la sonrisa, aunque sentía cierta amargura porque sabía que ese también había sido su casa. Por suerte, nunca lo sintió así cuando estaba creciendo, porque sí que tenía muy buenas amigas—. Aunque creo que está demasiado pequeña como para montarla en un caballo. ¡Quizás un poni! Eso es imposible de superar, voy a ganarle a todos los tíos futbolistas.

Eleanor sonrió con suficiencia, emocionada ante la idea. Un hermoso poni sin duda que le ganaba a un montón de hombres tratando de enseñarle cómo patear un balón. Ella iba a ser la tía favorita en un santiamén. Miró el rostro afectado de Darien y alzó la mano para llamar al mesero.

De pronto pensó si Darien, aunque inexperto, le gustaban los niños tanto como para tener hijos. Eleanor nunca había durado lo suficiente con una pareja como para llegar a ese tipo de planteamientos.

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El menú realmente tenía muy buena pinta. Era una suerte que Elle y él disfrutaran de los mismos tipos de comida, y que él no fuera un obsesivo contando colorías como Santi.

Cuando el mesero se acercó ambos ordenaron, pero Darien seguía pensando en todo lo que Eleanor había dicho. Nunca se había dado cuenta de que le entusiasmaban tanto los niños. ¿Sería que quería tener hijos? No era algo que hubieran hablado, su relación no había llegado a ese nivel todavía.

—No sabía que ibas a estar en competencia con nosotros los futbolistas —señaló—. Pero no es una competencia justa si tienes ponis de tu lado.

¿A qué niña no le iba a fascinar un poni?

—Lo único que yo tengo a mi favor es que Santi me quiere—admitió—. Pero en ese sentido Neil nos lleva ventaja a todos, así que asumo que no hay competencia.

Se encogió de hombros. No sabía cómo fuera a ser la hija de Santi. Podía tener el mismo mal humor de su padre. Si era así, que Dios ayudara a su compañero...

—Estoy seguro de que debes ser magnífica con las niñas—replicó. —Me encantará verlo. Deberíamos ir a visitarlos apenas regresemos.

Eso si era que la niña estaría con Santi. Su amigo no se haría a un lado ahora que tenía una hija. Tenía eso muy claro. Pero, ¿le darían a la niña directamente? ¿No se quedaría con su madre enferma? ¿O sí?

Nuevamente pensó en llamar a Santi, pero estaba seguro de que no iba a responderle.

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