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    Light Guardian
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    Vie Abr 01, 2022 10:34 pm


    Nuestro Destino



    ~1x1InspiredLibros


    Estados Unidos, 2030

    Estados Unidos mágico es muy distinto en cuanto a leyes a diferencia de Inglaterra. Muchas veces tienen conflictos,  pero como en todas partes hay muchas familias que consideran y toman mucho más en cuenta la superioridad de la magia y todos están de acuerdo que el estatus del secreto se debe mantener incluso en estos años.

    Solo que nuestra se basa principalmente del deporte mágico más popular del mundo mágico: El quidditch.

    En medio de todo esto se encuentra dos brujos mestizos que pertenecen ambos a este tipo de familias que su vida gira en torno al deporte por lo cual son reconocidos como tal, se trata de Laila y Stephen. Por esto, se han visto obligados a convivir pero la realidad es que desde muy pequeños que se detestan y no toleran porque son el cara y sello de una moneda, completamente distintos: Laila es toda una chiquilla distinguida y dulce mientras que Stephen un canalla que solo quiere disfrutar de la vida.

    Han pasado los años y todo sigue igual, Steph optó ser jugador de quidditch y recién comienza su fama, por el contrario, Laila siguiendo los planes de su  madre se fue como sanadora para ver a los jugadores heridos. Y es como lentamente todo empieza a cambiar entre ellos desde el momento que empiezan a aceptar sus diferencias.






    Laila A. Hills
    PB: Naomi Scott
    User: Rising Sun




    Stephen A. Muller
    PB: Dacre Montgomery
    User: Shooting Star




    Cronología


    — Capítulo 1: Siempre en MI camino
    — Capítulo 2: No, no puedes gustarme
    — Capítulo 3: Cada quién con cada cual
    — Capítulo 4: Lo que te pierdes por no quererme
    — Capítulo 5:El amor ha tocado la puerta
    — Capítulo 6:
    — Capítulo 7:


    Emme


    Post de rol:



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    Sáb Abr 02, 2022 12:22 am


    Siempre en Mi Camino



    ~Laila A. Hills 1 abril de 2030Estadio de los Fitchburg Finches


    Me sentía feliz de saber que pronto seguiría los pasos de mi madre. Convertirme en una de las mejores sanadoras del ambiente deportivo mágico. No se trata de un sanador común, no señores se trata de esos que está a cargo de velar por el bienestar de los jugadores del Quidditch. Son quienes se encargan de que tengan una recuperación lo más pronto posible y lo más exitosamente posible también.  Por eso y porque también mi familia vivía rodeada de quidditch pues mis hermanos jugaban, mi padre ahora es entrenador. Este mundo no era para nada desconocido para mi. Solo que igual a veces una tenía que lidiar con los egos de algunos jugadores. Que vivían creyendo ser lo más deseado del planeta solo por llevar un uniforme de un equipo profesional. Por suerte no son todos y en realidad es solo uno especifico de los que se encuentran jugando en el equipo de mi hermano y que por ende son amigos y me lo tengo que tragar pues igual nuestros padres siempre se han llevado de lo más bien.

    Se trataba de nada más y nada menos de Stephen Muller jugador novato estrella del Fitchburg Finches. Pero que creía que su fama le daba pie para obtener todas las mujeres que quería. ¿Porque era así? Mientras otros luchan por conseguir un amor que los quiera como mi pobre hermano que se topo con aquella zorra que lo dejo con su hijo. Mientras el señorito iba de flor en flor. Me caía mal por ello, podría ser guapo. Podría no ser mala persona,  pero era mujeriego y con un ego gigante y para mi eso era algo de peso para no prestarle atención. Quizás exageraba un poco por caerme mal.

    Pero bueno no pensaré en él,  mejor voy a complacer a mi pequeño sobrino Billy quien quería ver a su padre practicar. Estaba muy insistente, así que  no me pude negar. Por lo que  aproveche que no tenía tareas que hacer que me retuvieran en casa para de está forma llevar a mi sobrino al estadio de los Finches. Ahí estaba el pequeño sonriente con su camiseta del equipo, con su apellido en la espada por supuesto,  y  con una snitch dorada gigante de felpa, al menos era gigante en comparación con el tamaño original de estas pelotas. Mientras la sostenia en una de sus manitas con la otra sostenía mi mano. Fue al llegar a las gradas que el pequeño me soltó y comenzó a abanicar su pequeña mano en dirección a su padre que ya volaba en su escoba. Yo igual no tarde en divisar a mi hermano, pero tampoco tarde en notar a Stephen. Es que era imposible que no se hiciera notar. Solo esperaba que no viniera a chulear hacia aquí.

    - ¡Hola!- grite desde las gradas a mi hermano mientras levantaba al pequeño para que viera mejor.


    Emme
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    Sáb Abr 02, 2022 2:37 am


    1. Siempre en Mi Camino



    ~Stephen A. Muller1 abril de 2030Estadio de los Fitchburg Finches


    Tocaba entrenamiento y Stephen se encontraba con todas las energías para jugar. Aquella sensación de adrenalina y placer con solo el mero de estar en la escoba era divina, sin embargo, también era una satisfacción tener en su mano aquel bate espectacular que lo había llevado a la gloria con solo ser un novato porque no dejaba de tener tan solo 19 años y que iba casi a los veinte.

    Desde que era muy pequeño supo que sería golpeador y hasta optó no entrar a la universidad para irse directo al deporte,  pues sabía que era bueno, era un deportista y nunca tuvo tan atento a las clases como solía ser con el quidditch en Ilvermonny, siempre estuvo seguro que triunfaría porque se le hacía fácil y no tan solo era porque su padre había sido uno de los mejores golpeadores por una década entera, cierto que siguió su ejemplo solo que representaba también un sueño y un objetivo para él que hace 1 año y medio ya estaba cumpliendo en el equipo de Fitchburg Finches.

    Los últimos meses habían estado fantásticos, su desempeño fue excelente y la fama había llegado a él porque el público lo consideraba una estrella admirando así al ser que era muy joven y talentoso. Por supuesto, ya sabían que era hijo del gran Conrad Muller, y todo aquello venía en las venas, fue como empezó a llegar la publicidad mágica, el dinero en grandes cantidades y para que negarlo, las mujeres. Disfrutaba de eso como todo chico recién egresado hace poco del colegio aunque trataba de no dejarse llevar por los excesos dado que era la pérdida total si ocurría, al menos tenía a muchas personas alrededor que lo ayudaban a controlarse siempre, solo que igual le encantaba la vida loca en sus tiempos libres.

    El juego comenzó y notó al otro lado del estadio ya su compañero golpeador (les había tocado ser el equipo B) se las arreglaba con una pirueta para evitar una bludger, sonrió y claro que debía estar muy atento. También su mirada azulada se dirigió a Hills quién en ese momento comenzaba saludar hasta las gradas que al seguirlo pudo notar a Laila y al pequeño Billy, solo que poca atención prestó al pequeño a quién consideraba mucho, sino que estuvo mucho más pendiente en aquella morena de ojos oscuros que era la lata misma,  no dejaba de ser bonita con esa belleza exótica que hubiera dicho, sí seguro podría ligar con ella. Solo que era tan insufrible, tan metida que los sueños se hacen realidad que el amor existe, que realmente sentía arcadas, además que siempre cuando habían de esas tontas reuniones entre amigos; su papá con el suyo eran muy amigos, siempre salía con algo donde no sabía si reír o llorar, nada de su realidad iba a cambiar  pues se llevaban pésimo e igual era divertido molestarla pues se fastidiaba muy fácil. Ya sabía que lo estaría juzgado al fijarse que estaba en el campo como golpeador y sonrió burlonamente con solo pensarlo.

    Pero cuando uno se distrae en pleno juego ya saben lo que sucede, Stephen estaba tan distraído pensando que casi se cae de la escoba al escuchar el grito de su compañero, y por suerte, era rápido por lo que alcanzó a evitar una y preparar bien el bate para golpear la otra, solo que en esta ocasión no tuvo tiempo para escoger donde lanzar a la maldita bludger y la golpeó sin querer hacia las gradas justo donde se encontraban Billy y Laila.

    Hills se dio cuenta donde aquella pelota voladora salvaje se dirigía interponiéndose y quedando al medio.  El rubio termino por cerrar los ojos aunque haciendo una mueca de dolor al ver como golpeaba al pobre Hills en pleno rostro y lentamente este caía en cámara lenta por los aires. Solo que sabía que lo iban a salvar antes. — ¡Tiempo fuera! — Declaró, sabiendo que a la vez que no tendría ni una sola culpa pues el juego era así de rudo.


    Emme



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    Lun Abr 04, 2022 12:55 am


    Siempre en Mi Camino



    ~Laila A. Hills 1 abril de 2030Estadio de los Fitchburg Finches


    A veces habían cosas que simplemente había que dejar a un lado por la familia. Era cierto que Stephen me caía mal, como patada en el hígado. Pero se que su presencia le ayuda a mi hermano y bueno, igual el que nuestros padres sean amigos de años hace que nos tengamos que cruzar en muchas ocasiones quiera o no. Por mi parte estaba bien mientras no intentara nada. Pues lo cierto es que no era de ponerme conflictiva solo porque alguien no me agradara. Eso sí, distancia y espacio personal. Mientras tengamos eso no a de haber tanto problema. Pero eso seria pedir demasiado con él, siempre buscaba la oportunidad para molestar.

    Ahora saludaba a mi hermano, me gustaba ver como volaba por los aires, ver como poco a poco recobraba su confianza en si mismo y de paso volvía a ser la estrella que fue en sus comienzos como jugador. Mi hermano era unos cuantos años mayor que yo, así que podíamos decir que se podía considerar como un jugador veterano en el equipo. Solo que sus conflictos personales habían menguado su rendimiento como jugador profesional de quidditch. Rabiaba tanto que eso fuera así, todo por culpa de aquella mujercita. Si había alguien a quien detestaba con todas mis fuerzas cosa que no era algo muy común en mi, era ella. Igual sabía que tenia que aguantar mi lengua al hablar de ella delante de Billy, pues era su madre. Al menos eso era lo que la mía propia me repetía cada que me escuchaba hablar de ella. Pero insisto en que en algún momento Luke consiga una mujer que valga la pena y a la que mi sobrino pueda llamar mamá. Porque su madre biológica simplemente lo abandono y no quiso saber mas de él. Mas vale que si eso llega a pasar luego no venga con reclamos y hacerse la victima.

    Por ese mismo asunto es que en el fondo sentía algo de estima por el Muller, porque le había sido de apoyo cuando muchos le dieron la espalda. Era buen compañero y amigo, aunque no podía decir lo mismo en el plano de su trato con las chicas. Pero ese era un tema aparte, así que no podía quitarle eso. Yo por mi parte deseaba tener a mi lado a un chico con el cual formar una familia, uno con el cual pasar el resto de mis días. Un amor verdadero. Tener un amor como el que mi madre y padre tenían, que tanto se adoraban y amaba. Esa era mi meta, al menos mi meta a nivel personal. Pues ya saben que a nivel profesional soñaba con ser la mejor sanadora deportiva como mi madre. Sí, seguía mucho sus pasos. Pues para mi ella era una mujer ejemplar que era sinónimo de tenacidad y lucha. Incluso no se dio por vencida hasta conseguir casarse con ese chico que tanto amo y que era sangre pura, mi papá.

    El partido de fogueo había comenzado y mi sobrino saludaba a su padre quien ya lo había visto y le devolvía el saludo. Pude notar la mirada azul de Stephen. Esperaba que solo le estuviera haciendo gracias a Billy, porque sabia muy bien que de mi nada iba a conseguir. Por lo que solo negué con cara de... eres predecible, al notar esa mirada sobre mi. Solo que luego ocurrió algo. De la nada una bludger venia hacia nosotros. No se ni en que pensé en ese momento. Solo me gire para intentar tapar a Billy y que me terminara por golpear a mi.  Pero algo paso, el golpe no llego de pronto sentí gritos, el grito de dolor de mi hermano cuando mire el moreno estaba recibiendo el golpe y comenzaba a caer. No pude evitar gritar. -¡Luke! ¡No! - estaba asustada, se que podían pasar esas cosas pero todo fue tan rápido e inesperado que sentía que se me quería salir el corazón de sitio. El niño ahora lloraba en mis brazos. - Calma cariño... ya tienen todo bajo control... ya van por él. No pasa nada. - decía mientras intentaba calmarlo y acariciaba su espalda. Pero la verdad es que yo aun temblaba con lo ocurrido. Tenia que acostumbrarme a esto, pero se trataba de mi hermano, y le había ocurrido por protegernos. Intente buscar con la mirada a Muller, tendría varias cosas que decirle por lanzar esa pelota de forma tan alocada. ¿Acaso estaba consciente que casi nos pega? Me iba a escuchar. Pero como aun no podía decirle nada porque tenia al niño asustado, la mirada aniquiladora al menos logro llegar hasta él. Que estuviera mas pendiente a lo que hace.


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    Lun Abr 04, 2022 5:11 am


    1. Siempre en Mi Camino



    ~Stephen A. Muller1 abril de 2030Estadio de los Fitchburg Finches


    Sus miradas se cruzaron por un momento y no pudo evitar quedar perplejo para distraerse, seguro lo estaba haciendo a propósito para distraerlo, pero no señorita samaritana, Stephen no estaba dispuesto aceptar sus malas miradas tenía que concentrarse, sin embargo, no lo consiguió porque fue en ese instante que tuvo que evitar una bludger y golpear la otra que desafortunadamente fue a las gradas. No fue a propósito pero por el escándalo que se había formado hasta se había detenido el juego por eso reclamo por un tiempo fuera.

    El entrenador había sido rápido para que no cayera en seco al césped dándose a la vez otro golpe mucho más fuerte con lo débil que estaba, se mordió el labio preocupado más por su amigo que el niño que estaba bien y mucho menos por Laila. Luke era uno de sus grandes amigos y sabía lo que había pasado en el último tiempo gracias a esa cualquiera que se había largado y abandonado así como así. Esa mujer no merecía nada, era ella quién perdía más porque Luke era un gran chico que merecía mucho más y estaba seguro que conseguiría a otra que lo iba a valorar. Lo había engañado de una forma hasta el punto de enamorarlo y después se largó dejándolo destrozado, era para que quedara roto, sin embargo, no estaba solo; tenía muchos amigos que podrían ayudarlo a seguir adelante y también estaría él, no lo llevaba por un camino de mala influencia porque Luke no era así para nada, pues era mucho más veterano que él sabía de eso, también era el responsable que se calmara un poco.

    Era para sentir rabia y preocuparse por ese fatal golpe. Descendió justo al momento que los medimagos especialistas en jugadores de quidditch lo atendían y lo colocaban en la camilla. — No fue a propósito, hermano. ¡Lo sabes! — Masculló mientras escuchaba el gruñido de su mejor amigo. — ¡Ya sé! ¿Laila y Billy están bien? — Levantó la mirada hacia las gradas viendo que el pequeño lloraba y Laila lo mantenía en brazos dedicándole una mirada despectiva. Sabía que se venía el regaño del siglo solo que no durante el entrenamiento.

    Preocupados, pero están bien gracias a ti— Siseó. Ya hablaría luego con Laila y trataría de animar al pequeño. — Quizás sea conveniente que vayan contigo ¿no? — Otro gruñido y siseo un NO fuerte al momento que lo llevaban a la enfermería o a San Mungo según el daño, estos golpes eran pan de cada día, hasta el momento no había recibido ningún golpe pero había visto a muchos caer.

    El entrenamiento siguió, otro jugador reemplazó a Luke y el juego continuó, solo que antes paso por las gradas para decirle. —  Fue llevado a la enfermería me pidió que no fueran, hola peque. No llores, papá está bien.  — Dijo mientras hacía aparecer unas orejas de oso para que el niño se le dibujara una sonrisa.

    El sonido del silbato resonó y tuvo que volver al campo. Ya más concentrado solo evito las bludgers y tuvo más cuidado para donde las enviaba, bueno, por supuesto, varios del equipo contrario recibieron unos cuantos golpes de su parte. Eso sí que era parte del juego.

    Solo que tuvieron mala suerte a pesar de sus buenas jugadas de Steph, porque el buscador del equipo A fue quién obtuvo la snitch luego de media hora de entrenamiento.

    Ya pronto, el entrenador solo hizo la retroalimentación y quienes eran los posibles para jugar en el nuevo partido del fin de semana donde era escogido. — ¿Han tenido noticias de Luke? ¿Podrá jugar? — Se atrevió a preguntar dónde el entrenador decía que sí y que estaba siendo atendido en la enfermería que no fue necesario llevarlo a San Mungo.  

    Miró a las gradas y Laila ya no estaba ahí.



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    Mar Abr 05, 2022 2:41 am


    Siempre en Mi Camino



    ~Laila A. Hills 1 abril de 2030Estadio de los Fitchburg Finches


    A todas estas no lograba comprender porque se había distraído Muller. Ninguno de nosotros estaba llamándolo o haciéndole gestos para llamar su atención. De hecho yo al menos solo lo mire con cara de mejor dirige tu vista a otra parte. Pero el rubio parecía que podía distraerse con cualquier falda que se le cruzaba delante. Eso me lo demostraba. Oh, pero estaban en juego. Debía tener cuidado, podría ser todo lo suelto que le diera la gana. ¿Pero cual es la necesidad de estar pendiente a esas cosas en pleno juego? ¿Cual? No lo entendía. Por cosas como esas es que lo había visto feo.

    Aquel impacto con la bludger en mi hermano había sido tan solido y de lleno que lo había tirado. Es que se había atravesado en su camino haciendo que no tuviera nada con que amortiguar el golpe. Era por cosas como estas que se necesitaba estar bien preparados para ser sanadores de equipos deportivos. En especial en el quidditch con dichas pelotas tan alocadas y peligrosas. Estaba nerviosa, y desesperada. Se trataba de mi hermano, no de algún jugador particular. Yo estudiaba para esto, y se que puedo hacer un muy buen trabajo. Pero no es lo mismo tener que lidiar con la situación y tener a un niño pequeño al mismo tiempo al cual intentar de controlar para hacer que se calme y deje de llorar. Creo que era el llanto del niño lo que me tenia mas nerviosa. Pues Billy no sabe lo que esta pasando. Simplemente sabe que el balon golpeo a su padre y lo lanzo en picada gradas abajo.

    Por suerte los sanadores del equipo eran muy competentes y actuaron rápido. Yo aun continuaba desde las gradas ahora viendo en dirección al césped del campo de juego. Aun cuando Billy insistiera en ir a ver a su papá no podíamos bajar hasta allí. Iba a tener que esperar que estuviera en casa porque una enfermería tampoco era lugar para un niño. Por lo que el pequeño me hacia pucheros porque no podía ir. - Lo siento pero no se puede cariño. - le asegure insistiendo en que no iba a poder ser.

    Se llevaban hacia la enfermería a mi hermano, pero ahí apareció Stephen asegurando que ya se lo llevaban pero que estaría bien y que no quería que fueran con él. No estaba segura si lo hacia para evitar que lo terminara de fulminar con la mirada o realmente así era. Era probable que fueran las dos cosas.  Pues al menos logre escuchar discutir a mi hermano que no estaba feliz de perderse el entrenamiento o al menos eso suponía. Desde aquí arriba es imposible escuchar con claridad. Seguramente no era tan grave, pero necesitaría de buena atención por lo que tardarían su buen tiempo allí así que por eso seguro no nos querría allí. - Mas vale que sea cierto Muller. - murmure en un tono suave pero sin quitar la expresión de querer matarlo con la mirada. Solo que bueno al menos el niño estaba comenzando a cambiar su carita a una mas tranquila mientras el mismo se secaba las lagrimas. - Shi. - le respondió al rubio. Solo solté un suspiro. No podía evitar que esos dos se llevaran bien.

    Como no pretendía quedarme a terminar de ver el partido de practica, ya no tenia sentido. Mi hermano no estaba y no quería que fuera ocurrir algún otro accidente y el niño lo viera. Sería mucho para él en un solo día. Por lo que salí a las afueras del estadio donde había un parquecito justo al lado del mismo. Me pareció buena idea dejar que jugara un poco antes de regresar a casa. Así al menos daba tiempo de que mi hermano estuviera de vuelta. Por lo que ahí estaba, subiéndolo a un mini tobogán de bebes para luego ir a recibirlo en el final del mismo. - ¡Ota vez! - decia con entusiasmo el niño. - Solo una ultima vez. Ya se esta haciendo algo tarde. - le asegure.



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    Mar Abr 05, 2022 7:50 pm


    1. Siempre en Mi Camino



    ~Stephen A. Muller1 abril de 2030Estadio de los Fitchburg Finches


    Stephen estaba acostumbrado a ser tratado con esa rudeza por Laila que ya era inmune a sus malas palabras, donde solo se limitaba a sonreír burlonamente, por mucho que tenía que mantenerse serio con la situación que no dejaba de ser preocupante, aún así tenía que mantener al niño más tranquilo, pues el pequeño seguía llorando.— Allá tú si crees o no — Dice con ironía y luego toda su atención se enfoca al pequeño moreno. — Así luces mejor, con esa bonita sonrisa de bebé — Murmura cariñoso, queriendo acariciar el cabello de Billy, pero al estar en escoba se le hacía imposible.  Le tenía un gran aprecio a aquel pequeño, era la ternura personificada y no tenía mamá, así que en parte se acordaba él mismo a los 10 años e incluso siendo más niño, porque aunque adoraba a su padre, este había estado muy ausente en su infancia por su trabajo como jugador así que se lo decía todo el tiempo a Luke, porque sí podría encontrar tiempos libres para su hijo.

    Ya cuando el entrenador dio las indicaciones para el próximo juego y seleccionaba a los candidatos para titulares, el rubio se dio cuenta que la morena no se encontraba en las gradas, no tenía idea donde estaba y muchos menos se percató cuando se encontraba jugando muy concentrado. — Supongo que su hermana ya se encuentra en la enfermería con él — Siseo con normalidad sin preocuparse tanto, porque la realidad es que Laila tenía derecho de hacer lo que se le viniera en gana y muy normal, que estuviera preocupada por su hermano mayor. Quizás, hasta estaba incordiando a los pobres medimagos.

    Por lo que cuando se fue a las duchas paso primero a la enfermería, donde ni tuvo la oportunidad de acercarse pues un medimago de inmediato lo echo de ahí diciendo que estaban haciendo su trabajo y Luke no contaba con visitas. Así que sí Laila había hecho caso solo que no tenía idea donde se encontraba.  Siguió su camino a la ducha, donde se dio un baño corto solo para quitarse el sudor - tenía la manía de bañarse seguido por cuestión de mantener una buena imagen -  y se despidió de sus amigos. Normalmente,  siempre contaba con alguna chica para una cita y si mal no recordaba tenía una con Gemma. Miró el celular para revisar su agenda y notó que efectivamente era así, ya afuera podría atender seguramente todos los llamados de la chica.

    Apenas salió del estadio y su celular comenzaba a resonar como loco,  estaba dispuesto a contestar cuando vio que Laila y Billy se encontraban en aquel parque.  El niño reía mucho con el tobogán y sintió esa necesidad - ahora que podía - para acercarse,  poniendo su celular en modo avión para que dejaran de joder e ir a jugar un rato con el pequeño. Laila no importaba.

    ¡Hola, Billy! ¿Cómo estás? — Lo saludó, alzando la voz y levantando la mano como un saludo. Estuvo rápido cerca de ellos y apenas pudo, alzó al pequeño que reía al estar en altura. — ¡Vamos, huyamos de Laila!  Es un monstruo muy feo y mandón — Solo para fastidiarla comenzó a correr con el niño como si fuera un secuestrador de mentira, riendo al escuchar las sonoras carcajadas del pequeño. Un placer que solía tener era poner a Billy en contra Laila que solía ser demasiado correcta, y como él era un remolino de revolución sabía que el niño prefería mucho más sus juegos alocados.


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    Vie Abr 08, 2022 1:55 am


    Siempre en Mi Camino



    ~Laila A. Hills 1 abril de 2030Estadio de los Fitchburg Finches


    A veces pensaba que le gustaba contrariarme. En serio. Esa sonrisita sindica de no me importa lo que digas de mi. Sinceramente me desesepera. Cosa que realmente es una lástima porque la realidad es que sí no tuviera esa actitud, y no fuera un mujeriego. Podría resultar en ser en un chico muy encantador y guapo. Pero no, ahí siempre buscando como arruinará ese encanto.

    Intentaba controlar mis ganas de decirle algo más contundente. Como por ejemplo, que estuviera más atento a las cosas que hace. Pues por estar distraído no vio hacia donde lanzaba el balón. No se me olvidaba qué la única razón por la cabra por la que ahora mi hermano se encuentra camino la enfermería es por el hecho de que esté se cruzó en el camino de la bludger para evitar  que la misma llegará hasta donde nosotros. En otras palabras hubiéramos sido nosotros quiénes recibieramos el golpe por su descuido. Aun así no pude evitar responderle. - Sí claro, eso es mi problema y por eso Vuelvo y repito más vale que sea así. - insistí. En realidad no dije nada más porque igual estaba buscando la forma de tranquilizar a Billy y tal parecia que el chico lo estaba logrado. Así que punto para él. Pues incluso logré notar la sonrisita en la cara de mi sobrino.

    No me iba a quedar allí, porque no sabía al final si aquel golpe era meritorio de llevarlo al hospital o bastaría con ser atendido en la enfermería. Quería verlo,  claro que sí,  al igual que el niño. Pero Billy era mi responsabilidad en estos momentos y si mi hermano no quería que lo viera en ese estado eso haría. Además ya se había  controlado el llanto. No quería que volviera. Así  que lo mejor era que se volvieran a ver en casa. Por lo que decidí mejor jugar un rato en el parque con el niño. Él le haría mucho bien el jugar un rato así olvidaría pronto el incidente. Pues los niños tienen la capacidad de olvidar rápido las cosas que no les gustan.

    Me encontraba de lo más feliz esperando debajo del tobogán a qué mi sobrino se deslizará para atraparlo. Ya llevábamos bastante rato jugando, yo no me había dado cuenta ni siquiera de qué hora era. Por lo que me sorprendió escuchar la voz del rubio. ¿Qué se supone que está haciendo aquí? Lo bueno de esto es ver la carita de felicidad de Billy. Que aunque parezca increíble ya llevaba un rato qué había dejado de preguntar por su padre. Cosa que al menos en estos momentos era bueno pues al menos así no recordaba para nada él dramático incidente.. el chico se ponía gracioso pero no iba a caer en su juego. No quedaría cómo la tía gruñona que él hacía pensar al niño que era. No señor está tía es muy divertida por lo que aún cuando le di mi  mirada aniquiladora. No pude evitar luego sonreír y comenzar a correr detrás de ellos. - Me las van apagar. ¿Cómo que moustro? - ya luego le reclamare por llamarme así pero ahora solo quería hacer reír al niño. - ¡Vuelven aquí!- exclamé. - No me hagantrampa. Son más rápidos.-



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    Vie Abr 08, 2022 4:58 pm


    1. Siempre en Mi Camino



    ~Stephen A. Muller1 abril de 2030Estadio de los Fitchburg Finches


    Era contagiosa la risa del pequeño que solo hacía sonreír al rubio.  Y parecía que Laila se había tomado una pastilla que la hacía feliz que no se tomó para nada mal su atrevimiento, y eso era completamente extraño para Stephen, porque la morena generalmente – cuando estaba él – su humor descendía hasta el punto que solía ser irritante. Ya estaba asumido que no le caía y no se llevarían nunca, dado que podía ser muy paciente y de buen humor solo que cuando perdía la paciencia no era el más agradable que digamos.

    Y supo que esta era la primera vez que sentía que Laila se veía mucho más linda con aquella sonrisa, siguiendo el juego de su pequeño sobrino y el suyo, que continuó corriendo hasta que disminuyó la velocidad y la estudiante de sanadora logró alcanzarlos. Estuvieron un buen rato jugando entre los tres,  hasta que Billy levantó sus manitas y pidió a Laila que lo tomara en brazos, depositando un suave beso en una de las mejillas de su tía y colocando luego la cabecita el hombro de la chica. — ¿Cuánto tiempo estuvimos jugando? Parece que ya no aguanta el sueño. — Decía Steph acariciando de nuevo el suave cabello del bebé adorable mientras lo miraba con cariño y porque realmente, sentía mucho cariño por los niños pequeños que eran el futuro y solo servían para entregar ternura.

    Vamos a sentarnos en un banco, imagino que te ubicarán a ti cuando Luke se recuperé. Lo último que vi, es que aún estaba siendo atendido por los sanadores, quizás tenga cirugía estética mágica y se vuelva más guapo de lo que ya es. — Bromea divertido y donde incluso, hasta imaginaba la situación, tratando de no reír tan fuerte por el niño que se acomodaba mucho más en los brazos de Laila y soltaba un profundo bostezo.

    Mira nuevamente a la morena y como se sintió algo más incómodo por lo bella que se veía, bajo la vista hacia el pequeño y solo agregaba más de la broma. — Tendrás que espantarles a las mujeres y saber de un principio cual podría ser la adecuada. — Solo que no pudo evitar volver a mirarla, fijándose que sus ojos eran muy agradables para presenciar y gustándole, tanto su color negro azabache y su forma. ¡Y esas pestañas! Junto a esos labios carnosos que tentarían a cualquiera – se preguntó porque no tenía novio – porque claro que creía que Laila tenía esa belleza exótica que llamaba la atención de los hombres.  

    Lo peor de todo es que se había quedado contemplándola tan concentrado que el comentario de la chica de todas formas iba a llegar y tenía que prepararse mentalmente para encontrar una buena excusa para esto.

    Sí es que la encontraba. De todas formas, era su culpa que delatara esa personalidad que sí lo estaba fascinando o ¿solo estaría actuando? ¡Era Laila Hills!



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    Sáb Abr 09, 2022 5:42 pm


    Siempre en Mi Camino



    ~Laila A. Hills 1 abril de 2030Estadio de los Fitchburg Finches


    Stephen podía sacar mi lado más irritable. Tenía esa habilidad y cualidad que no podía tener cualquiera.  Así que igual podía decir que era hasta un honor para él.  Pero ahora esa risita tan contagiosa de mi pequeño sobrino era imposible estar de malas. Ni siquiera por él,  además como dije, no negaba el bien que le hacía a Billy.  Podía llegar a decir que hasta no caía tan mal. A veces me pregunto porque no puedo ser así todo el tiempo. Se que igual tampoco es que me hiciera mucha gracia eso que me llamó. Pero ahí le estaba demostrando que yo igual podía llegar a ser muy divertida. Oh sí,  no crean que no se como divertirme. Por supuesto que se. Todo esto me había dejado una amplia sonrisa en el rostro. Lo cual era bueno después de aquel mal rato.

    No podía creer que estuviéramos los tres jugando juntos. ¿Quien lo iba a decir? Por alguna razón todo había confabulado para que así sucediera.  ¿Cosa del destino? Tal vez, aunque quizás era un poco exagerado llamarlo así. Porque vamos, solo jugamos con el niño. Llevarnos aunque fuera un poco bien no tenía porque ser algo tan importante. ¿O sí? Pues por más adorable que se viera en esa faceta, y sí, es cierto que no podría negar que es guapo.  Pero no Laila,  el chico no es para ti. No es de los que tengan expectativas de formar familia.  Ya lo ha dejado claro con su forma de ser. Así que saca todas esas ideas bobas de la cabeza. Había veces que debía de regañarme a mi misma para evitarme salir lastimada.

    Se suponía que sería una última vuelta en el tobogán y nos iríamos porque ya se comenzaba hacer tarde. Y sin embargo entre juego y juego luego de que llegó Stephen hasta habíamos perdido la noción del tiempo. Oh pobre de mí hermano. Creo que por un momento hasta nos habíamos olvidado de él. - Vaya, creo que bastante. Uy, para desgracia de Luke no lo encontrará despierto. Pero no modo, al final le hizo bien. - que esa era la idea. Que se olvidará del incidente que tanto lo había asustado. Lo cargaba ahora en brazos. -No mecaes bien,  y se que lo tienes claro. Pero gracias, igualse quele haces bien al niño.- me sincere, no le podía negar ni reconocer lo que hacía por él. Son cosas que si me importan y lo agradeceré siempre. No parecía que fuera a durar mucho tiempo más despierto. Ya incluso se ponía cómodo y sus ojitos se comenzado a cerrar.

    - Seguramente, era la más cerca que estaba de la escena. Oye ni así, mi hermano necesitaría de cirugía. - le dije negando aunque sin ese tono de modestia con el que solía por lo general responderle. No lo sé, hoy parecía un diferente. - No dudes eso, seré la primera en hacerlo. Debe tener la indicada. - comentaba ya sentada en aquella banca, mientras pasaba suave mi mano por su cabecita. Por un momento me sentí algo rara. No lograba entender porque me veía tanto. En especial las miradas fijas. Creo que de no ser por mi tez morena se hubiera hecho más evidente el sonrojo. Así que no pude evitar que era lo que tanto veia. - ¿Tengo algo? - pregunté curiosa mientras igual no había podido evitar aprovechar de igual hacer una inspección más detallada de su rostro. Esos ojos claros parecía el mismo cielo del medio día. Laila. ¿Pero que te pasa? ¿Es enserio? No podía creer que estuviera callendo en esto.



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    Dom Abr 10, 2022 1:02 am


    1. Siempre en Mi Camino



    ~Stephen A. Muller1 abril de 2030Estadio de los Fitchburg Finches


    Habría actuado de inmediato si no hubiera sido Laila. Sabía que era bella, interesante, una buena chica y muy inteligente, solo que su problema era precisamente que solía ser todo lo contrario que esperaba en una chica y ciertamente merecía a alguien mucho mejor que él que no podría darle lo que ella esperaba.

    En esos instantes, estaba demasiado cautivado por esa fascinante sonrisa que ablandaba el rostro que estaba acostumbrado a ver que solía verse demasiado esquivo, delatando así cuanto le fastidiaba y como también era molestoso, idolatraba joderla más para que todo fuera de ese modo. Solo que este par estaba olvidando que tenían un sinfín de características que incluso llegaba a que se gustaran más.

    No podía dejar de mirarla hasta el punto que la estaba incomodando, por ello, trataba de seguir con la conversación antes que el pequeño comenzara acomodarse y empezar a bostezar.  — No querrá verlo todo lastimado, pero probablemente que mañana ya estará con mejores ánimos y pedirá él mismo que se lo lleven. — En parte, entendía que Luke no quisiera ver a Billy de esa forma porque podía asustarlo así que tendrían que inventarse algo creíble para el otro día que estaría mucho mejor, se veía que los sanadores se estaban esmerando con él.

    El pobre pequeño iba a tener que acostumbrarse ver a su papá donde en algunas ocasiones llegaría con varios golpes, el juego era así y menos mal que no era auror. Era como una ley de hijos de jugadores de quidditch o aurores, su madre lo había sido y si quería olvidar como la vio la última vez.

    Esboza una sonrisa y niega divertido, al escuchar las palabras escuetas de la chica respecto que no le caía bien.  ¡Qué directa! — Tampoco me caes bien, pero por Billy y Luke soy capaz de todo, soy así con todos mis mejores amigos y después de todo lo que me ha ayudado Luke a mí también ¿Cómo no hacerlo? — Stephen estaba dejando en claro que ese era su modo de actuar y que se diera cuenta que no todo era tan malo como parecía aunque ese lado atrevido era muy difícil de sacar. Y por lo cual, ella también debería dejar de tener mente tan cerrada. En fin, no estaban destinados para estar juntos y aún así, no podía dejar de mirar todos los detalles de su rostro. Era tan hermosa.

    Tiempo al tiempo necesita sanar primero. Fuera poco igual estuvo muchos años con ella y no deja de preguntarse porque lo hizo, ya cuando lo comprenda se va a empezar a levantar y será ahí que conocerá la chica adecuada. — Le guiña el ojo. No lo estaba haciendo en un intento de coquetear sino que más bien de animarla porque sí había notado que ese tema de su hermano la tenía muy mal y muchas veces era ella quién lo defendía en la prensa despotricando contra la mujer inútil que se había largado muy probablemente con otro.

    Sin duda alguna, nadie merecía que rompieran su corazón de manera tan cruel y olvidar todos los momentos maravillosos que se había vivenciado, pero lo que era peor es que ni siquiera había asumido su maternidad. Sin duda alguna, el pequeño Billy lo menos que le faltaría amor porque tenía a mucha gente a su alrededor.

    Ya después no pudo evitarlo. Sus labios lo habían tentado mucho y se perdió en su mirada de ese color oscuro que incluso era cautivante. — ¿Te han dicho alguna vez que tienes una belleza muy particular y exótica? — Las palabras se escapan de su garganta, sin percatarse aún de lo que había hecho e incluso, agregó. — Eres demasiado hermosa. — Ya ni siquiera podía actuar como siempre por lo cautivado que se encontraba, su diestra se dirige a su cabello con suavidad. Era la primera vez que tocaba su cabello y este era muy suave, daban ganas de mantener sus dedos seguidamente en su cabellera y acariciarlo todo el tiempo.

    Click.

    Estaba perdido, solo quería acercarse más a ella y así lo hizo. Con atrevimiento lleva su mano al mentón contrario y lentamente se fue acercando.




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    Lun Abr 11, 2022 1:33 am


    Siempre en Mi Camino



    ~Laila A. Hills 1 abril de 2030Estadio de los Fitchburg Finches


    ¿Que pasa? ¿Que pasa? No, Laila, no. A veces no me queda de otra que darme coraje conmigo misma. ¿Es que porque tengo que ser así? ¿Preguntenme? ¿Porque? Si tengo muy claro que este no es un chico con el cual pueda aspirar a cumplir todos mis sueños y metas. Necesito de uno que esté ahí para mí, que siempre me tenga presente. Que no voltee a ver a nadie más porque le soy suficiente para él. Pero no, Stephen era de muchas mujeres. Yo no puedo con eso. No podría darle el lujo de involucrarme con alguien así. ¿Acaso había la posibilidad de que dejara de ser así? Porque esa sería la única manera. El problema está en que no estoy segura de si debería creerlo o no. Es solo que me estaba mostrando una faceta desconocida, porque aunque sabía que se llevaban bien. No tenía idea de que fuera de esta manera con los niños. Esto hacía que me diera como una cosquilla en el estómago porque me hacía sin querer visualizarlo como papá. Uno bueno de hecho. Pero volvemos a lo mismo. No, con esa vida y actitud que lleva es imposible no dudar.

    - Quizás sí, así está mejor. Ya mañana para él quedará todo en el olvido y mi hermano podrá darle alguna escusa boba para que no se asuste. - porque era un niño, lo que fuera que su padre le dijera se lo creería. No se trataba de mentirle únicamente porque sí, pero todos habíamos notado lo afectado que se había puesto el niño con la escena. Así que lo mejor era que no recordara el incidente que eso luego podía perturbarlo. Además, el asunto no paso a mayores, así que no necesitaba preocuparse en vano. Porque sí, igual posiblemente, Luke necesite de algunos ungüentos y hechizos para mejorar,, pero no había un golpe que lo dejara corriendo peligro. Por suerte. - Sé que siendo su papá jugador es el pan nuestro de cada día. Yo lo sé muy bien, igual tú. Pero, solamente espero que si volviera a ocurrir algo así delante de él, al menos este un poco más grande y comprenda que es parte del juego. - asegure. Quizás era mucho pedir, pero esperaba que así fuera.

    Tenía que hablarle con toda la sinceridad del mundo para que al mismo tiempo notara que cuando do le decía que le hacía bien al niño no pensara que se lo decía en tono irónico o burlón. No, para nada. Yo con esas cosas no jugaba. Era una realidad y lo podía reconocer. Como todo mundo tengo mi orgullo, pero no soy de esas chicas que nunca dan su brazo a torcer por orgullo. Sé cuando es necesario ceder. De hecho, hay ocasiones que aunque nos duela, hay que hacerlo por el bien de alguien que queremos. Como mi insaciable necesidad de dejar pelona a la madre de Billy esa vez del divorcio en el tribunal. Ganas no faltaban, pero no podía caer así debajo, ni tampoco podía hacer pasar a mi hermano por otro mal rato. De este tipo de cosas es a lo que me refiero. - Pues estamos a mano, y sí. Mi hermano es un gran chico que no ha tenido mucha suerte y que mereces solo cosas buenas. - asegure con una sonrisa.

    - Sí, el tiempo dirá. Realmente espero que así sea. Merece que sea así. - coincidí con él. ¿Ven? No siempre es necesario llevarse la contraria. Al menos había cosas en las que podíamos ponernos de acuerdo. Como el esperar lo mejor para ese par tan querido por ambos. El niño ya se había dormido. Estaba tan sereno y tranquilo que agradecía que ahora durmiera. Aunque igual si hubiera seguido despierto, tal vez este momento incómodo no estaría ocurriendo. Volvían esos pensamientos a mí, yo que quería espantarlos. - Bueno, no te negaré que sí, me han dado cumplidos. - admití, sabía que tenía mis encantos. No lo iba a negar. - Pero eso de exótica creo que es la primera vez que me lo dicen. - le respondí con una mirada algo nerviosa. ¡¿Que está pasando?! Sus dedos jugaban con mi cabello... se estaba acercando demasiado. Yo no podía dejar de ver a sus ojos claros, y aunque intente no ver a sus labios no fue posible. Estábamos demasiado cerca. Tan cerca que por un momento creí que iba a pasar. ¡Un beso! Pero no. Escuche una voz que me llamo con nombre y apellidos haciendo que me despegara algo nerviosa y de forma muy rápida. - Oh, sí, ya voy. Deme un segundo. - le pedí al sanador que me llamaba. Se trataba de mi hermano. - Podrías hacerme un favor? - le dije a Stephen. - ¿Llevarías a Billy a casa? - le pedí señalando al pequeño con la vista para que lo tomara en brazos y así lo llevara con él. - Te lo agradeceré muchísimo. - añadí con toda sinceridad. Intentaba de pensar que no había pasado nada, y aunque no paso, casi pasa. Así que no era nada... casi pasa. Por favor... ahora no podre quitarlo de mi cabeza.




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    Lun Abr 11, 2022 2:51 am


    1. Siempre en Mi Camino



    ~Stephen A. Muller1 abril de 2030Estadio de los Fitchburg Finches


    Concordaba con absolutamente todo lo que decía sobre Billy y Luke. Por mucho que se cayeran mal, era un hecho que no podía juzgarla que era una pésima hermana y tía para ellos. Lo cierto, es que aquello era el problema para él Laila Hills era demasiado perfecta y que quería una vida perfecta,  y él a pesar de serlo pero en términos de seguridad en sí mismo y porque era una estrella como jugador de quidditch dejaba mucho que desear al ser demasiado liberal porque amaba disfrutar de la vida sin compromisos y ataduras. No dejaba de pensar que la chica aunque sin intención lo mantendría atado y finalmente, le rompería el corazón como muchas veces ya le había tocado.

    Aún así, era inevitable no quedar enredado con aquella sonrisa y voz suave que le dedicaba al fin. Hasta podía notar un leve sonrojo en su tez morena y su mirada hasta se deslizaba por sus propios labios que había provocado en Stephen mucho más. Una sonrisa apareció en su rostro, al escuchar cuan honesta solía ser en cuanto a su belleza aunque no le gusto demasiado que otros ya estuvieran elogiándola. Nunca la había visto con un chico y prefería no hacerlo porque sería extraño.  Sin embargo, si todo seguía así sería algo que vería tarde o temprano.

    Esos mismos pensamientos lo llevaron a acercarse sin pensar si quiera que lo alejaría. Todo parecía tan brutalmente mutuo que hasta gustaba y solo deseaba besar sus labios como si no hubiera un mañana la iba a cagar en grande solo que era imposible no hacerlo, necesitaba saborear sus labios, sintió como sus narices se rozaban, el olor de su perfume y de su aliento por la distancia que quedaron que fueron centímetros.

    Hasta que ella se volteó y entendió el motivo.

    Quiso matar a aquel sanador por aquella interrupción solo que notó que no había sido con intención por la expresión de Laila y del propio medimago era que se trataba de Luke, así que ni tenía derecho a enojarse. “¿Qué diablos, Stephen? ¿Cómo fuiste capaz de hacer algo así? ¡Se trata de Laila!”

    Se regañaba así mismo, hasta que la morena volvió a su lado y dictaba algo preocupada.  Trató de reprimir aquel suspiro al mirarla, resignado.— Sí, no te preocupes. Yo llevo a Billy a casa y aprovecho de contarle a tu madre ¿sí? — Sabía que al menos en eso confiaba en él y que estaría mucho más tranquila que se llevara a Billy y tanto, como habría confiado Luke. Era casi como un padrino sin tener ese formalismo.

    Espero que todo esté bien. Me avisas qué tal va  todo. — Sin más, sacó su celular y sacando el modo avión miles de mensajes volvieron a gobernarlo. — Dame tu celular, es más fácil que un patronus. — Sabía que tenía uno, porque Luke también lo usaba y lo había visto sonreír hablando con ella. Luego, tomo al pequeño en sus brazos y se lo acomodo bien para que su cabecita quedara bien en su hombro ni daba rastros de despertar así que fácilmente se podían aparecer en la mansión Hills.

    Ya, anda. No pierdas más el tiempo. — La incitó para que fuera con el sanador a ver a su hermano y al rato el rubio desapareció del parque para llegar a la mansión. Tocó el timbre, y la tía lo miró muy sorprendida que llegara con el pequeño. Fue comenzó a explicarle lo que había sucedido solo que algo le llamo su atención. — Debes estar preocupado, hijo. Tu cabello esta oscuro. ¿Quieres pasar a comer algo? Por favor.. es por agradecimiento. — Decía la mujer y atino en aceptar.

    Sí, pero no puedo quedarme mucho. Tengo que salir — Evidentemente, encontró extraño que su cabello estaba oscuro y él mismo hizo que volviera a su color natural sin comprender mucho la razón. Ya luego de pasar unos minutos con la Señora Hills se despidió de ella y se fue a su casa.


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    Miér Abr 13, 2022 6:47 pm


    Siempre en Mi Camino



    ~Laila A. Hills 1 abril de 2030Estadio de los Fitchburg Finches


    Hacía ya un buen tiempo en el que no me sentía tan confundida. ¿Porque tenía que ser así? Yo tengo muy claro las cosas que quiero y como las quiero. Sin embargo su presencia me estaba revolviendo todo. Me comenzaba a envolver y dejar llevar por la sonrisa encantadora y sincera que le daba a mi sobrino. Como si se tratara de alguien más, como si ese no fuera Stephen Muller. Ese chico que se cree la última limonada del desierto y al que ninguna de las chicas puede resistirse. Estaba terminando por caer también en ese bote. ¿Es en serio? Tanto negarme. Solo que en mi defensa podía decir que caía por razones totalmente distintas. Como bien dije, era por esa faceta que le desconocía y que en el fondo me hacía creer que tal vez era más diferente de lo que creía.

    Era inminente, estar tan cerca iba hacer que terminara por obtener ese beso. Me estaba perdiendo en su mirada azulada. Casi podía sentir esa cosquilla en los labios de imaginar probar los ajenos. Simplemente me había envuelto y dejaría que pasara lo que tuviera que pasar aunque luego me estuviera regañando por haberlo hecho. Es que a veces no descubrimos las cosas por miedo. Cosa que hacía que me diera cuenta de que tal vez la razón por la que no lo conocía bien era por el hecho precisamente de no intentar conocerlo. Podía llevarme una sorpresa si lo hacía. Tal como me la llevé hoy al ver ese gesto con el niño. Porque sí sabía que se llevaban bien, que había aprecio. Sin embargo no los había visto interactuar. Pues por lo general solía mejor marcharme y dejar que mi hermano se entendiera con él para no tener que lidiar yo con su ego. Y miramos ahora. Las cosas cambian de un segundo a otro.

    Maldecía a mis adentros con la interrupción. Hubiera querido decir que lo hice porque casi nos besamos. Pero no, la realidad es que maldecía porque interrumpieron  ese posible beso que no llego a suceder. Solo que no me atrevía a decirlo en voz alta. Cuan inoportuno resultó el sanador. Al menos lo bueno era que el motivo de la interrupción fue para dar conocimiento de que ya podía ir a ver a mi hermano. Por supuesto que no le diría lo que casi ocurre. Pero si el resto. Así se quedara tranquilo de saber que su hijo está bien y que no se pasó la tarde llorando.

    - Gracias. Sí, cuéntale por favor. Así no la toma por sorpresa cuando lo vea llegar. -
    mamá estaba acostumbrada a ver lesiones de todo tipo, pero no deja de tratarse de su hijo. Así que por supuesto que sé asustaría de primera intención si lo ve llegar a casa así y ella no sabe el porqué. Por lo que era mejor que ya lo supiera de antemano. Luego de lo que casi ocurre eso de que pidiera el número celular era potencialmente sospechoso. No era tan ingenua para creer que solo era por caso de emergencia. Pero igual lo hice. - A ver, anota. - dije comenzando a dictar aquel número.  La verdad no era mucho de usarlo porque no todos los magos solían usar tecnología no-maj. Sin embargo al menos en USA eran más abiertos a ello. Había visitado otros países y de verdad que eran más enchapados a la antigua. Por suerte solía tener buena memoria por lo que podía aprenderme los pocos números que tenia de contacto incluyendo el mio propio de memoria. -Listo. - dije al concluir. - Y de nuevo,  en serio... gracias. - Le asegure antes de marcharme dándole una sonrisa genuina como nunca le había dado.

    Fui tan rápido como pude a ver a mi hermano. Aunque no dejaba de tener esa sensación en mi pecho por aquel beso que no ocurrió. Será algo que tendré rondando por mi mente por mucho tiempo. -Hermano, me alegra que no pasara a mayores. Tremendo susto nos diste.- Le aseguró sentándome en la orilla de la camilla.  - Lo siento. Es parte del juego. - ¿Tu y Billy están bien? - pregunto preocupado.  - Tranquilo, estamos bien, Billy ya está en casa. Stephen se lo llevo y jugo un rato con él. Así que todo bien. - mi hermano puso cara cara no lo puedo creer pero al menos quedo conforme. Ya estaban por darle el visto bueno para partir a casa, por lo que lo acompañe hasta que fue el momento de partir. Había sido un día loco, raro. Pero al final lo logramos sobrevivir.



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    Miér Abr 13, 2022 8:29 pm


    2. No, no puedes gustarme



    ~Stephen A. MullerJunio, 2030Hospital (1ª escena)


    Aquella tarde, Stephen volvió a su casa luego de pasar unos minutos con la señora Hills. Se había hecho una tortura porque la mujer era muy parecida a Laila en cuanto a rasgos por lo que no podía dejar de pensar que hubiera sucedido si ese beso se habría dado al final sin aquella maldita interrupción.

    Estaba tan confuso que decidió darse un baño caliente - sí, por tercera vez en el día -  y fue que se dio cuenta que su cabello volvía estar oscuro. ¿Es qué acaso eso significaba algo en la metamorfomagia? Bien, tenía que reconocer que encontraba fascinante a la morena y desde aquella sonrisa tendría por completo su atención. Solo que al final, luego de meditarlo decidió que lo mejor que podría hacer era dejarlo pasar, que creyera que solo se había dejado llevar si se lo preguntaba y seguir con su vida. Lógico, Luke jamás iba a permitir que se acercara de esa forma a su hermana si era quién estaba más al tanto de sus actitudes frente a las mujer y esos deseos de libertad sin compromisos. No, no podía gustarle.  

    Terminaría con el corazón roto y le estaba haciendo un bien.

    Tendría que olvidar a la fuerza esa sonrisa genuina y natural, esa mirada sincera que hasta hacía que pensara que lo veía de una manera muy distinta que las demás y olvidar esa sensación de estar acariciando su cabello tan suave.

    Decidió salir con Gemma que lo había llenado de mensajes y llamadas telefónicas, solo que cuando estaba a punto de salir se dio cuenta que Laila le había mandado un mensaje que todo estaba bien y que respondió con un "me alegro y un emoji de guiño.

    Después de eso, solo basto esa cita para  frecuentarse más con Gemma que había resultado ser una mujer que también adoraba su libertad, tenían mucho en común y que en cierta manera estaba rehuyendo de un idiota que solo se estaba haciendo el interesante con ella. Dejándose llevar por esas libertades con ella no se dio cuenta como habían pasado los meses, donde solo focalizaba su atención en el juego y salir con Gemma, sin dejar de lado a Luke. Deseaba conversar con Laila pero después de esos breves mensajes ya no habían vuelto hablar más y no había respondido los "Hola" que dejaba. ¿No querría saber de él? Probablemente.

    Cuando pensaba en ella, su cabello siempre se ponía oscuro y no deseaba preguntar a su padre, que en ciertos días llegaba a casa y pasaban el tiempo juntos. Fue cuando de la nada misma llegaron a finales de Mayo,  estaban en pleno partido cuando avisan que el Hospital del MACUSA había sido atacado por unos maleantes y quienes estaban dentro fueron torturados, entre ellos:  pacientes, sanadores y aprendices.

    Tuvo un muy mal presentimiento que una bludger le rozó fuertemente la pierna y al mirar a Luke; supo que no estaba para nada equivocado. Estaba nervioso y era porque sabía algo.

    Solo que el juego no se puede terminar hasta que se atrapa la snitch y gracias a Merlín que no demoraron. Siguió a Luke tratando de mantener distancia cuando el moreno se acercaba a uno de los aurores que estaban a punto de partir al hospital. Luke se descompuso de manera inmediata— ¡¿Qué ocurre?! — Cuestiona, preocupado.  Luke no hablo en enseguida, pues trataba de encontrar respuestas con el auror que lo mantenía para que no se cayera al suelo.

    ¡Es Laila! ¡Es una de las víctimas! — Expresó el chico, cuando pudo, dejando a Stephen completamente helado. — Pero no está en riesgo vital solo con heridas severas, esos malditos se esmeraron en el ataque. — Informó el auror que ahora lo miraba a él. Eso lo tranquilizó, pero seguía preocupado. — Tenemos que ir, tranquilo. Yo te llevaré. — Steph trata de mostrarse tranquilo, sabiendo que el otro quería hacerlo. Por lo que, sin siquiera cambiarse el uniforme, desaparecieron cuando ya Luke estuvo más relajado.



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    Lun Abr 18, 2022 12:30 am


    2. No, no puedes gustarme



    ~Laila A. HillsJunio, 2030Hospital (1ª escena)


    Aquel día había sido uno que se quedó rondando en mi mente. La escena aún permanecía fresca en mi memoria. Las miradas, la cercanía, esa sensación extraña de que tal vez estaba equivocada. Que era un chico diferente a la idea que yo misma me había planteado. Estoy segura de que de no ser por el sanador que llego de la nada e interrumpió, aquel beso se hubiera dado. ¿Qué hubiera pasado? No tengo idea. Al comienzo tuve que aguantarme esa sonrisita tonta que me había quedado porque no quería que Luke comenzara a interrogarme. Lo menos que necesitaba era que se involucrara en el asunto cuando eran amigos. Por lo que lo mejor era que no supiera absolutamente nada de lo que estuvo por pasar. Salvo el hecho de que Stephen estuvo un rato distrayendo al niño y que luego lo llevo con mamá. De lo demás, nada, absolutamente nada debía de saber, era mejor así.

    Cuando ya mi hermano estuvo en casa, y sabíamos que la herida no iba a pasar a mayores, recordé que precisamente Stephen había anotado el número para mantenerlo al tanto. Al menos eso decía él. Así que le envíe un mensaje poniéndolo al tanto de lo que le dijeron los sanadores, todo estaba bien con Luke. Luego de eso llegaron uno que otro mensaje adicional. No voy a negar que respondí uno que otro... sentía una sensación rara de hacerlo. Era como si de una vez por todas le diera la oportunidad de conocerlo mejor. Aunque debo reconocer que me trancaba a veces, no sabía que responder cuando simplemente ponía un hola. Pensaba y pensaba si debía o no responderle. Dar pie a una conversación que no tuviera nada que ver con mi hermano o mi sobrino. ¿Quidditch quizás? Tal vez podría comenzar por ahí. Sentía un cosquilleo en el estómago de pensar hacerlo, de hecho ya tenía listo un hola a punto de ser enviado cuando escucho a mi hermano hablar con alguien por teléfono. Sí, era el propio Stephen pues escuche su nombre salir de la boca de Luke. Por lo que opte por esperar un poco más, no quería interrumpir la conversación. Me hice la tonta que solo jugaba uno de esos jueguitos bobos del móvil mientras veía a Luke de un lado para otro hablar con el rubio. No estaba allí para escuchar la conversación, solo quería saber cuando él terminara para así yo hablar con él sin que mi hermano se enterara. Pero... entre una cosa y otra, salió el tema de una chica... una tal Gemma que por lo visto, o le coqueteaba, o salían... o lo que fuera. No importa. Lo que importa es que ya se me comenzaba hacer raro tanta atención hacia mí. Sin hacer el menor de los ruidos borré de la barra de escribir mensajes, aquel hola y puse las notificaciones en silencio. No las necesitaba, los demás por lo general me llamaban mejor, o lo hacía como los magos... por patronus. Así que no volví a responder sus mensajes. ¿Para qué? Me sentí como una tonta.

    El tiempo había pasado, y aunque no podía olvidar lo ocurrido en aquel parque infantil, aquel casi beso. Tampoco olvidaba que ahora andaba con otra. Así que intentaba borrar todos esos pensamientos de mi mente. No quería recordarlo, porque me recordaba que una vez más tenía razón y no seguí mi instinto, más bien me deje guiar por mis sentimientos. Me enfocaba en mis estudios y en trabajar. El Hospital de la MACUSA era el mejor lugar para aprender antes de que me adentrara de lleno en la medimagia deportiva. Pues en un hospital se ve de todo un poco, por lo que prepara mejor a una como sanadora. Parecía ser un día normal de trabajo cuando de pronto escuche un desorden en los pasillos. No pude evitar salir a ver que pasaba que nadie ponía orden a ese gallinero que traían los visitantes. Mala idea, no era un simple alboroto. Había un grupo enmascarado lanzando hechizos a diestra y siniestra. Para comenzar mayormente eran hechizos de contención. Evitando que la gente pudiera moverse y sacar sus varitas. Yo incluida entre ellos. Tal parecía que buscaban a algo o alguien. Pero no podría saberlo porque hablaban en claves. Lo peor es que comenzaban a interrogar a la gente como si supieran de lo que estaban hablando.

    Un chico practicante de los de primer año se quiso hacer el valiente e intento detenerse aun con las manos atadas le dio un rodillazo en la entre pierna a uno de los maleantes. Cosa que los molesto, no les gustaba ser retados, por lo que comenzar a uno por uno a torturarnos. 'Para que aprendan a quedarse callados y tranquilos' decían. Ni siquiera se podía culpar al chico por esto, porque se notaba en la forma que disfrutaban hacerlo que aun sin aquel rodillazo lo hubieran hecho de todos modos, solo por placer. Tenía varios cortes ya en mi piel, pero lo más que había dejado mal era el crucio. Me sentía débil, más vulnerable que nunca. Pero igual me paso por evitar que le lanzaran hechizos cortantes a una anciana. Esta gente eran unos malditos, deberían todos podrirse en el infierno. Cuando creíamos que ellos ganarían la batalla, al fin aparecieron los aurores a imponer orden. Algo tarde, pero llegaron.  

    Como hubo algunos pisos que lograron acuartelarse y no ser atacados, fueron ellos los que pudieron luego atender los heridos, incluyendo a los que se encontraban heridos del personal. Aun cuando había sido torturada y herida, no había ninguna que pusiera en peligro mi vida. Pero sí que se notaba el esmero y maldad con la que había sido tratada. Mi rostro no tenía ese brillo, más bien se veía apagado. Reflejaba tristeza porque me dio miedo no volver a ver mi familia más... y sin incluso al estúpido de Stephen que por un momento considere pedir verlo aunque fuera una última vez... Oh, pero ya no, aún sigo enojada. Más bien conmigo misma, por tonta. Ahora me encontraba sola en una de las habitaciones, las ventajas de ser hija de alguien famoso, tenía la cabeza recostada en la almohada viendo al techo blanco de aquel lugar. Sin embargo, no me había querido dormir, pedí... no, rogué que no me pusieran sedantes hasta al menos ver a mi familia. Ya luego podría descansar tranquila. Fue ahí que escuche voces, y mi nombre. La primera era de mi hermano... y la segunda... rayos. ¿Qué hace aquí? No sabía que pensar, estaba aquí... eso es importante para mí, pero... no, Stephen sigue siendo el mismo mujeriego de siempre.



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    Lun Abr 18, 2022 7:55 am


    2. No, no puedes gustarme



    ~Stephen A. MullerJunio, 2030Hospital (1ª escena)


    Perderla para Stephen no era opción. Sabía que no podía gustarle de esa forma porque iba a terminar herida y no quería ilusionarla en algo que ni siquiera sabía si podía realizar. Claro, que con aquella sensación había imaginado a los dos tomados de la mano o dándose un beso,  pero la realidad es que eran personas muy distintas y sería ella quién terminaría enamorada y el muy confundido.

    Perdería tanto y ella no era una chica para usar para el rato, Laila era para más y lógicamente merecía a alguien mejor que él.

    Pero saber que había estado en peligro ya lo dejaba por completo asustado y nervioso, que necesitaba verla y saber si todo estaba bien. No lo estaba, pero ya verla ahí como una superviviente a un ataque ya lo dejaría más tranquilo. Luke estaba mucho peor que él, estaba seguro que solo quería matar a los responsables y ni siquiera atinaba a tranquilizarse por nada, así que ahí tuvo la excusa para acompañarlo, sabiendo bien que igual quería acompañar a Laila.

    No habían hablado hace meses, era lógico que no estaba interesada en él para no responder ninguno de sus mensajes por la aplicación. Gemma era para el rato, ambos no querían compromiso alguno y nunca le había hablado de Laila en todo caso, porque ni siquiera sabía si esto era mutuo. Se asustaba que lo fuera porque era ahí que no tenía idea que iba hacer.

    Solo que esto era mucho más importante que andar pensando en “Lo que pudo ser” Quería verla y necesitaba demostrarle al menos una muestra de apoyo, asegurando que estaría ahí cuando quisiese.

    Llegaron al hospital del MACUSA que estaba siendo restaurado en la planta atacada y era la sala de urgencias que estaba recubierta de heridos en todas las camillas. ¿Para que negarlo? Aquella área era un completo caos, porque comenzaban a llegar todos los familiares, donde algunos estaban tranquilos y se iban directo a ver a sus heridos, y por otro lado, estaban quienes se estaban quejando de cómo era posible que hubiera un ataque en un lugar donde habían miles de personas vulnerables y débiles.  Que esto no podía volver a ocurrir bajo ninguna circunstancia.

    Quiso hacerlo y se veía que Luke también, solo que ambos pensaron que lo mejor era preguntar sobre Laila y donde se encontraba, si tenía visitas y miles de preguntas que ambos le hicieron a la encargada en la recepción que estaba muy nerviosa por todas las personas que debía atender.

    Finalmente, le dieron la información necesaria pero solo dejo que uno entrara a la vez. Lógico, que pensó que no tenía nada que hacer ahí, quién merecía verla era precisamente Luke como su hermano mayor y ahí solo le tocaría esperar. — Bien, ya estamos aquí y debes mostrarte tranquilo, porque lo menos que necesita es ver una cara angustiada o preocupada, tienes que darle fuerza, compañía y apoyo. ¿Quieres que llame a tus padres?  A ti se te va a quebrar la voz y yo puedo tranquilizarlos que todo está bien pero que necesitan venir. — Su amigo le tomó el hombro y asintió con la cabeza, enunciando un gracias por todo lo que había hecho y que lo acompañara.

    Vio hasta que abrió la puerta, logró ver algo de Laila recostada en la camilla y como saludaba a Luke, solo que cerraron la puerta y solo salió para mandar un patronus para avisar tanto a su padre como los de Laila.

    Un mensaje corto que haría que llegaran rápido.

    Pasaron algunos minutos y Luke volvió a salir. — ¿Y cómo está? ¿Muy herida? — Luke soltó un suspiro y asintió. — Está recuperándose, pero se ve que fueron unos enfermos con todos e incluida mi hermana. — Susurró cabizbajo, ahora recién podía mostrarse con tal preocupación pero agradecido que a pesar de todo esto, Laila al menos estaba con vida. — Recibió un crucio ¿Puedes creerlo? — Stephen con aquella mención deseo que ojalá hubiera estado ahí para devolvérselas porque en el caso de ver algo así se habría sumergido en un odio eterno. — Malditos…espero que se pudran en la cárcel. — Exclamó muy molesto y apretó el puño de la frustración, que hizo que Luke lo mirara sorprendido.

    Perdona, no me gustan para nada los ataques y que gente inocente termine involucrada,  me recuerda a lo que viví con mi madre. — Murmura el rubio sacando una rápida excusa, lo cierto, es que era en parte una mentira pero a la vez, una gran verdad. Dado que sí estas situaciones le recordaban aquel trauma de su infancia, pero también que Laila había vivido aquello no le gustaba para nada. — ¿Quieres verla? Eso es nuevo, pero se entiende la razón... — Stephen asintió con la cabeza y estaba a punto de hacerlo, cuando llegaron sus padres y el suyo que venía muy preocupado a la vez, perdiendo rotundamente su oportunidad. Solo que ya lo haría, era lógico que los siguientes en entrar serían ellos, por lo que se quedó con sus padre.

    Yo voy por un café, luego dile a mis padres que quieres entrar. — Comentó con tranquilidad y solo rogó que no se quedara dormida. Su padre lo miró algo confundido y volvió a decir que estas situaciones no le gustaban y que alguien como Laila no merecía algo así, terminando por convencerlo.  


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    Mar Abr 19, 2022 2:46 am


    2. No, no puedes gustarme



    ~Laila A. HillsJunio, 2030Hospital (1ª escena)


    Era triste pensar que la gente había perdido el sentido de respeto por la vida ajena. Es cierto que no habían ocurrido muertes. Al menos no en el área donde me encontraba, pues la verdad no tengo información sobre lo que paso en el resto del lugar, salvo por el hecho de que hubo plantas que lograron resguardarse del ataque. Pero con o sin fatalidades se habían esforzado por maltratar a todo mundo. No existe piedad en su vocabulario. Porque los que trabajamos allí estamos saludables, pero los pacientes, ellos ya venían con sus problemas, con sus dolores y ahora ocurre esto. Son unos desgraciados.

    Me dolía todo mi cuerpo, sentía que no podía mantenerme de pie ni aunque quisiera. Mucho me dijeron 'es necesario ponerte el sedante, así puedes descansar y podrás sanar más rápido' bien que lo sabía. Sin embargo, yo necesito ver primero a mi familia, escuchar sus voces. Así que lo siento, pero me resistí, por algo a veces dicen que los sanadores y medimagos son los peores pacientes. Es muy cierto, aun sabiendo que es lo mejor para uno terminamos siendo tercos. Pero no lo puedo evitar, ya luego pueden ponerme todo lo que les dé la gana. Esto es prioridad para mí. Más luego del susto que pase, el pensar que no los volvería a ver... incluso incluyendo a quien no lo merece... Stephen.

    Sabía que de todos modos no tardarían en llegar, aunque a decir verdad los minutos se volvían eternos. Como si fueran en cámara lenta, después de todo lo ocurrido. Podía incluso escuchar tic toc, tic toc del reloj en la pared ahora que todo se había ido en silencio. Todo hasta que comencé a escuchar las voces conocidas provenir del pasillo. No, no... no es posible que también viniera con mi hermano. ¿Qué haces Steph? ¿No ves que me causa conflicto verte? Por algo no le había vuelto a responder. Porque me sentía confundida, y hasta cierto punto decepcionado luego de saber que estaba saliendo con otra chica. Lo peor es que debo poner cara de no me importa frente a Luke. No puede sospechar nada. Bastante raro se le hizo nuestra interacción en el parque con el niño, y eso que no le conté todo lo que ocurrió. Menos mal que pude justificarlo todo con Billy. Todo era por Billy, y así fue en un comienzo, pero luego no fue solo por él. Realmente me había hecho verlo de una forma distinta. Hasta lo de Gemma claro esta.

    Para suerte mía Luke entro soló a verme. - Hermano. - le dije con ojos llorosos, recibiendo un suave abrazo de él. Pues estaba consiente de que me dolía todo el cuerpo. - Van a pagar por esto, ya verás. - aseguro mi hermano molesto. Estaba tan furioso que casi no dijo nada, únicamente se mantuvo un rato en ese abrazo acariciando mi cabello. Luego salió pues debía avisar a nuestros padres. Mis padres llegaron y no pudieron evitar dejar ver su preocupación. Estuvieron un rato conmigo e insistían en lo de los sedantes. Aun seguía algo terca con eso. Es que la verdad no me gusta estar ahí tirada toda soñolienta. Pero se que mamá tarde o temprano terminaría por convencerme. Solté un suspiro al verlo salir. Cerré por un momento mis ojos pensando que ya nadie más iba a entrar a mi habitación hasta que mis padres llegaran. Me equivoqué, pronto sentí el sonido de la puerta abrirse nuevamente. Por un momento lo pensé en abrirlos, pero luego de algunos segundos los termine por hacer y allí estaba parado cerca a mi cama. Stephen Muller, con cara de asustado. Como si realmente se hubiera preocupado. Sentí una esa sensación nuevamente, esas mariposas en el estómago. Mariposas traicioneras porque mi mente me decía que no debía ilusionarme con él... de nuevo. - No creí que fueras a venir a verme. - le dije con una voz débil. - Igual no me desagrada. - aclare, aunque luego me arrepentí de admitirlo. Pero bueno, ya era tarde. Ya lo había escuchado de mis propios lados.



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    Mar Abr 19, 2022 5:28 am


    2. No, no puedes gustarme



    ~Stephen A. MullerJunio, 2030Hospital (1ª escena)


     Se quedó hablando con su padre que estaba igual de preocupado que él. — Sabía en el fondo que ustedes dos se caerían bien, pues han crecido. — Comentó el hombre con un dejo maduro en su voz y desordenó el cabello de su hijo que se lo quedo mirando algo pasmado, solo que a pesar de ser padre e hijo, también eran amigos. — Somos muy diferentes, pero hay en ciertas cosas que podemos congeniar, sobre todo si se trata de Billy. Además que  nadie merece ser torturado de esa forma, así que por ello también mi preocupación.  Conrad, miró a su hijo y termino por asentir. — Ese pequeño... se que te reflejas en Billy y Laila lo cuida como si fuera su propio hijo, normal que congeniaran por él. — Stephen con una sonrisa, termina por contarle que había sucedido con Luke ese día donde termino golpeado en pleno rostro y luego como empezaron a jugar con Billy en aquella plaza donde se habían divertido un montón e incluso, olvidado las diferentes. Por supuesto, que omitiendo detalles pues sabía del discurso que se iba a formar si algo más pretendía, por lo que arremetió que sentía un poco de cariño hacía a ella.

    Entre conversación y conversación, fue cuando salieron los padres de Laila de la sala. Los pasos de Stephen fueron apresurados sin poder evitarlo, se mordió el labio y solo pregunta. — ¿Sigue despierta, no? —La señora Hills asintió con la cabeza algo sorprendida por su actitud, pues toda la vida se habían llevado pésimo y ahora estaba preocupado, daba para pensar. — Sigue despierta, no quiere los sedantes.. pero ya la obligaré ¿Quieres entrar? — Preguntó, al momento que su marido se dirigía donde Conrad y se ponían a charlar. Sentía que la mujer lo estaba analizando y quizás, suponiendo más de la cuenta. — Sí, quiero verla. Aunque sea por un rato...— Reconoce, controlando sus poderes porque sintió algo de vergüenza.

    Adelante, pero no demores mucho. Laila debe descansar. — Stephen correspondió a su sonrisa y sintiendo esos nervios repentinos al abrir la puerta, solo se topó con su mirada cuando ya estuvo dentro. Cerró la puerta y se acercó.

    Sintió otra vez, esas ganas enormes y mutilantes de destrozar todo a su paso cuando la vio tan herida y vulnerable en la camilla, que no pudo contener ese suspiro que se escapó de su garganta. — Nadie lo cree, pero aquí estoy. — Sisea, mientras se acerca y se acomoda en una silla para quedar cerca de ella.  Su piel estaba más pálida, incluso tenía moretones en su rostro y unas heridas que estaban sanando, como también sus brazos. Menos mal que estaba tapada porque estaba seguro que podrían haber más. — Y tampoco es que me desagrade tanto venir a verte, estaba muy preocupado. — Termina por reconocer con una pequeña sonrisa, atreviéndose a tomar su mano sintiendo ese calor armonioso donde sabía que también era que estaba generando nuevos sentimientos hacía a ella, porque a la vez, sentía que debía protegerla si en alguna otra ocasión pasaba lo mismo.

    No puedo mentir que quiero destrozar a cada sujeto que te hizo esto — Termina por decir, muy sincero. — Al menos dime que te defendiste y eres buena en hechizos de ataque. — Señaló. Una parte de él, decía que no y que solo tenía ese talento hacia la sanación como él en el deporte, solo que debía reconocer que su mejor asignatura en Ilvermonny había sido DCAO.


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    Vie Abr 22, 2022 2:06 am


    2. No, no puedes gustarme



    ~Laila A. HillsJunio, 2030Hospital (1ª escena)


    No quería aquellos sedantes, pero mamá tanto estaría hasta que me convencería de hacerlo. En especial porque la única razón por la que aún no me los daban era por haber prometido tomarlos luego de que mis padres llegaran a verme. Pero ahora no estaba tan segura. Es que como bien dije, no me gusta eso estar toda boba y con sueño. Más luego de todo lo ocurrido. Siento que necesitó mantenerme alerta. Descansar sí, pero sin que el sueño sea pesado. No sé si me entienden. Quizás solo es la paranoia del momento. Pues fue un momento bastante traumante para todos que es inevitable mantenerse con el miedo a que algo más pueda ocurrir nuevamente. Pero no, ya mi padre me había dicho que los aurores de la MACUSA habían tomado cartas en el asunto. Al menos, algo positivo entre todo el desastre. Aunque me hubiera gustado que hubieran sido más rápidos en responder la emergencia. Por suerte no hubieron muertos.

    En el fondo quería verlo, pero también en el fondo esperaba que mis padres le dijeran a Stephen mejor no entres, deja que descanse. Eran sentimientos encontrados. Sin embargo, cuando pensaba que ya nadie más entraría y me disponía a cerrar mis ojos, a ver si lograba, aunque sea relajarme un poco escuche nuevamente la puerta. Ahí estaba el rubio parado cerca de mí. Vaya que sentía el corazón salirse de mi pecho. ¿Qué rayos me pasa? No, esto no está bien Laila. No puedes sentir nada por ese chico, es tu perdición. ¿A caso no te has dado cuenta? ¿Eres tonta o que? Necesitaba a veces regañarme a mi misma para evitar hacer tonterías. Por eso es que a veces tenía al corazón y a la razón en guerra. Menudo dilema. ¿A cuál debía seguir? Esa es una gran pregunta.

    Quiero creer que es normal que se asustara. Digo, fue un suceso bastante escabroso. Algo que nadie con dos dedos de frente y con sensibilidad pudiera disfrutar. Si no todo lo contrario, espantarse y sentirse desconcertado. Una ligera sonrisa algo cansada apareció en mi rostro al escucharlo. Es que por más rabia y decepción que tuviera con él no podía evitarlo cuando se comportaba así de atento. - ¿De verdad? No pensé que te preocupara tanto por mí. No al menos para que estuvieras 'muy' preocupado... eso es nuevo. - no pude evitar señalar lo obvio. Sabía que por ser amigo de mi hermano podría preocuparse por lo ocurrido. Pero Stephen decía estar 'muy' preocupado. Lo cual quiere decir que se había preocupado más de la cuenta. Podía sentir el calor de su mano que se sentía más cálida que de costumbre, o tal vez era porque me sentía que el calor humano me reconfortaba más que de costumbre.

    - Tuve la oportunidad de defenderme. El problema es que cada que alguien intentaba defenderse agarraban al más indefenso y ese era el que pagaba los platos rotos. - le contaba, a veces el ser impetuoso no podía poner en riesgo a otros. Los muy malditos, en vez de seguir dueliando con quienes los retaban, la tomaban con los vulnerables. Como las buenas ratas de alcantarillas que son. - Aunque no te negaré que intente hacerme la valiente igual... es que no podía dejarlo así. Querían torturar a una pobre anciana e intervine. Eso me costó un crucio. Es lo más horrible que puedes imaginar. - le aseguré. Aún sentía esa sensación de dolor en mi cuerpo, sin importar que ya hubiera pasado tiempo.

    -Me duele todo. - confesé. - Pero no me arrepiento de haberlo hecho si te soy sincera. Y te creo cuando dices que si pudieras destrozabas cada sujeto. Porque no merecen menos. Son unos cobardes. - intente obviar un poco el dato que lo decía mayormente por lo que me hicieron a mí, porque sentía el corazón salir de mi pecho. No puedes gustarme Stephen, no se puede. Estas con la tal Gemma, que no sé ni de donde salió, pero ahí está. Así que no, basta, corazón loco. No me pongas esos sentimientos ahí.



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    Sáb Abr 23, 2022 5:20 pm


    2. No, no puedes gustarme



    ~Stephen A. MullerJunio, 2030Hospital (1ª escena)


     No sabía si era correcto entrar a verla. No habían hablado hace meses y algo pasaba, Stephen creía que era simplemente porque no había interés de la chica hacia su persona, que solo se trataba de una ilusión de sí mismo y que nunca pasaría nada. Gemma ni era la adecuada para tratar de olvidar la sensación que tuvo al estar a punto de besarla y como se perdió en sus ojos. No, porque solo era diversión entre ellos, una relación sin compromiso hasta que el idiota se diera cuenta y ellos, solo quedaría en una amistad como siempre fue.

    Por eso, tal inseguridad para entrar del metamorfo y finalmente lo había hecho. Pudo notar la sorpresa y la incredulidad de la morena que de inmediato enfatizó que era extrañarlo verlo ahí.  Con solo contemplarla, se regañaba internamente que tenía que ser el mismo de antes, solo que era imposible, ya no podría ser el maldito que incluso la molestaba después de lo que había pasado entre ellos.  Su corazón golpeaba con fuerza y su estómago dolía.

    —No es que sea todo el tiempo un ogro y me preocupo frente a estas situaciones. — No quería pecar de evidente y con orgullo respondió aquello. Mejor hacerle creer que era solo preocupación y ya. — ¿Está mal qué me preocupe por ti? — Cuestiona al notar ese énfasis por el “Muy” No la notaba como siempre. Al menos no mantenía esa mirada cálida y dulce que le entregó ese día en el parque, pensando que todo iba a cambiar después al menos en un sentido que se llevarían mejor.

    Prefiere enfatizar sobre el ataque porque no sabía mucho que decir al respecto, y como era el tema había que profundizarlo. La expresión de su rostro se endurecía al escucharla. ¿Cómo eran capaces de irse por la gente más débil y vulnerable cada vez que intentaban luchar? — Cobardes — Gruñó, estaba enfadado y sentía que esos inútiles debían pagar, quedándose una larga temporada en la cárcel mágica norteamericana que ni siquiera se sabía dónde estaba ubicada.

    Hiciste bien, yo a pesar de todo habría intentado hacer lo mismo. Tu hermano me contó sobre el cruciatus y está muy molesto, no lo merecías. — Lo cierto, es que a pesar de que su vida era alocada en términos de libertad, había sido sana. Lejos estaba de recibir o enfrentarse a cruciatus todo el tiempo. No era auror y sinceramente, nunca se había tenido que enfrentar a un ataque como había ocurrido con ella. —  Nunca me ha pasado, pero todos sabemos porque son imperdonables,  y mucho menos he tenido que enfrentar un ataque, espero que te haya servido la clase de DCAO de Ilvermony.  — Señala ofreciéndole una sonrisa tremendamente dulce. — Alguna vez, no sé… si tienes tiempo deberíamos practicar. No soy tan malo en hechizos — Sentía un gran orgullo que fuera su mejor materia, era como si hubiera heredado toda la fuerza, la rapidez y el potencial de su madre que durante mucho tiempo fue auror. — Y ahí tú, me enseñas alguno de sanación que ahí si soy terriblemente malo—. Reconocía sus desventajas y ni sentía vergüenza al recalcarlo, nunca fue tan talentoso en las materias como ella. Vivía para el deporte, solo que igual quería que se volviera más fuerte, es que esos podrían volver o pertenecer a un grupo que llegaría otra vez al establecimiento hospitalario.

    Acaricia levemente su mano y luego la saca, pensando que tendría su piel sensible — Deberías dormir, me dijeron que no querías aceptar los sedantes —. El ambiente ya se estaba tornando como el de aquel día y eso lo espantaba.  De todos modos, no era que se podía quedar mucho, los minutos pasaban y probable que venían a buscarlo. Termina por decidir, que se quedaría hasta que la chica se quedara dormida. ¿Eran tan necesarios los sedantes? Es que lucía tremendamente cansada.



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    Mar Abr 26, 2022 1:28 am


    2. No, no puedes gustarme



    ~Laila A. HillsJunio, 2030Hospital (1ª escena)



    Aún permanecen en mi mente todas las imágenes de lo que ocurrió algunas horas antes. Todo era tan crudo, tan espeluznante que era difícil de olvidar. Los gritos, los quejidos de dolor. Las súplicas porque los dejaran en paz. Era perturbador como había personas que podían albergar tanto mal en sus corazones para no tener ni siquiera una pizca de piedad. Por eso mismo en lo que me concierne intentaba poner mis miedos a un lado e intervenir. No podía quedarme de brazos cruzados mientras maltrataban a la gente solo por salir ilesa.  Únicamente que al final por cómo se estaban comportando de despiadados esos tipos, el hacerse más valiente de la cuenta no terminaría por dañar al que la demostraba, más bien lo hacía pensarlo dos veces si no quería tener en su conciencia el que otra persona pagará las consecuencias de tus actos. La manipulación psicológica es cosa sería y ella la usaron a su favor. ¡Malditos!

    Bien que no me esperaba para nada el tener a Stephen por aquí. No, al menos el tenerlo aquí conmigo, cerca a mi cama del hospital.  Supuse que nada más había llegado para acompañar a Luke porque de seguro estaría muy nervioso y alterado como para llegar hasta aquí solo. Era buen amigo, eso nunca lo negaré por más que estuviéramos siempre llevándonos la contraría. Existen cosas que no se pueden tapar con un dedo. Esta es una de ellas. Tampoco es que pesara que era un ser sin sentimientos. Sí, los tenía, solo que tal vez no uno capaz de tener sentimientos en el plano romántico. Porque aun cuando ocurrió aquel extraño suceso entre nosotros en el parque, él pareciera demasiado ocupado con aquella chica. Rayos, me pone entre la espada y la pared. No sé ni que creer. Por un lado, tengo toda sensación de nervios y mariposas en el estómago. Mientras que por el otro término sintiendo esa decepción cada vez que recuerdo su conversación con Luke, conversación que hizo que terminara por dejar de enviarle mensajes de texto.

    -Bueno, nunca dije que pensara que fueras un ogro... de hecho sé que tienes tu lado protector. - comente. Sí, era un alago. Aunque rápido aclare. - Siempre has estado pendiente de Billy, que esté bien y mi hermano... por eso no considero que seas un ogro. - intentaba ocultar esa ligera sensación de estar avergonzada. Porque podría delatar que me gustaba más de la cuenta que estuviera a mi lado. - La verdad no, aunque no sabía que serías capaz de sentir tanto coraje por algo que me pasara a mí. - añadí, porque tampoco quería sonar malagradecida cuando en realidad estaba demasiado feliz de tenerlo aquí aun cuando esté confundida.

    Le contaba más a detalles de lo ocurrido. Coincidíamos en que habían sido todos unos malditos cobardes. Era un desastre horroroso, lo que causaron en el hospital. - Es triste que para conseguir sus objetivos tengan que meterse con personas inocentes e indefensas, y más aun, con personas enfermas. Esas personas no tienen corazón alguno. Son unos malditos. - proteste, estaba cansada y toda adolorida, sin embargo, no podía quedarme callada ante lo que sentía por lo ocurrido. Era doloroso ver tanta injusticia y crueldad. Más doloroso que los mismos golpes que había recibido. Solté un suspiro al escuchar lo del cruciatus. Había sido una experiencia horrenda. - Fue horrible, no se lo deseo ni a mi peor enemigo. Ni siquiera quiero recordar esa sensación de dolor, desesperanza. - le comentada dejando escapar un suspiro. - Pero sí, no cambiaría lo que hice. Fue lo correcto. - Lo miré directamente a los ojos. - Sé que sí, sé que igual harías lo mismo. - asegure, Stephen era valiente aun con todos los defectos que pudiera encontrarle.

    - Así es, por algo están prohibidos. Pero estas personas se nota que no les importa nada, solo conseguir sus objetivos. Además parecían que hasta lo disfrutaban. Es enfermizo. - le comenté, se me retorcía el estómago de solo recordar las expresiones de satisfacción en sus rostros. Lo que luego me dijo me dejo un poco paralizada. ¿Me quería dar clases de defensa? - ¿Lo dices en serio? - pregunté nada más para confirmar si realmente estaba entendiendo lo que parecía que entendí.  - Bueno, pues podría ser. Supongo que luego de esto es importante saber las dos cosas. - asegure. Estire mi mano con algo de pesar por lo mal que me sentía, para que la estrechara. - Tenemos un trato entonces. - le indiqué con una pequeña pero agotada sonrisa.

    Sentía esa caricia en mi mano, que me ponía la piel de gallina. Seguro pensaría que era por mi estado, pero no. Todo era por él. Solo él. Ya lo sé, soy pésima paciente. Pero necesitaba verlos primero y bueno, en cierto modo soltar todo lo que sentía para poder descansar. - asegure, perdiéndome de nuevo en sus ojos azules. - Si quieres puedes llamar por mí a los sanadores para que lo hagan. Por favor. - le pedí de favor, en verdad si me encontraba demasiado cansada.



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    Miér Abr 27, 2022 9:32 pm


    2. No, no puedes gustarme



    ~Stephen A. MullerJunio, 2030Hospital (1ª escena)


     La conversación fluía como sí hubieran madurado desde ese día en el parque y se veía que ya no volverían a ser los mismos tercos y molestos que antes. Y vaya que era mejor aclararlo. — Sé que has cambiado mucho de opinión y actitud hacia a mi persona desde el parque, y es mutuo. Ya no considero que eres una princesita delicada y consentida. —. Dijo en ese tono bromista y movía las manos en modo exagerado para animarla. — y por eso también me preocupe por ti y por otros asuntos que me competen sobre mi madre. — No ocultaba eso, solo era un tema que no profundizaba. Laila lo sabía y todos los Hills sabían. Los Muller siempre tendrían el fantasma de Evolet Muller detrás de ellos.

    Así que no tenía que hacerse la sorprendida. Stephen detestaba con su alma a aquellos que se iban contra la paz y la comunidad, sabiendo que el bien y el mal  existían, y nunca desaparecerían, tenía demasiado claro que camino escogía desde tal día. Y por él,  sí deseaba que esos malditos se pudrieran en la cárcel por todo lo que habían hecho en un lugar donde  la mayor parte de las personas estaban indefensas y enfermas. No podía entender la maldad con tal calaña, esperaba que al menos hicieran alguna subasta y aportar al hospital de algún modo, solo que estaba al tanto que tales traumas de las personas que vivenciaron iban a persistir por un tiempo.

    Solo tenía que ver lo espantada que estaba la pobre morena en la camilla, expresando todo lo que sucedió. La dejo hablar, dejo que quitara todo lo que llevaba dentro porque poco a poco así se sentiría mejor. — Es que hay tanta gente demente que ni siquiera están conscientes de que causan mal, muchos otros que sí. No les importa abusar del resto pero ahí son unos cobardes quejicas cuando se ven arruinados por quienes se saben defender. — Explicó Stephen sintiendo orgullo que al menos lo había intentado. Eso hacía que empezara admirarla y bueno también necesitaba que fuera entrenada por algo se ofreció hacerlo.

    Sonríe por la expresión de sorpresa de la chica — Sí, ¿por qué no? —, afirmó, muy convencido con su propuesta y sonrió aún más cuando Laila terminó por aceptar y así aprender mutuamente, porque la realidad es que era un desastre con los hechizos de sanación y también con las pociones, respecto a las últimas de la cual sentía orgullo y que tuvo que aprender a la fuerza era la “Crece-Huesos”.

    Hay que esperar que te recuperes del todo para coordinar el día y uno que podamos ambos. — Enfatizó con entusiasmo, mientras acariciaba su mano la cual quitó por la sensación que le produjo. No, simplemente no podía sentirse atraído de esa forma por la morena. Sería su perdición, sabía perfectamente cual tipo de chicas eran para él. Gemma, lo era y eso que no era para nada una chica libertina, solo que no estaba muy interesada en él para espantarse e huir. Solo sería cuestión de meses y seguirían siendo los mismos amigos de siempre después.
    Además, que ni podía negar que muchas otras habían estado con él durante ese último tiempo que se suponía que estaba en “pareja”

    Está bien — Dijo, aceptando — Ahora solo trata de tranquilizarte, cerrar los ojos y pensar en ti. — Decide aconsejar—  Nos vemos otro día. — Se despidió, deseando inclinarse para depositar un beso en su frente pero no lo hizo.

    Al salir de la sala,  sus padres aún seguían ahí con el suyo. Levantaron la mirada y se adelantó. — Está preparada para los sedantes. Me pidió que buscara un sanador…— La señora Hills lo interrumpió dictando que eso haría de inmediato, Steph miró al rato su papá. — Creo que necesito un buen baño en este instante ¿Nos vamos? — Pareció ser una pregunta solo que no lo era, ya que no sacaban nada en quedarse ahí.  

    Conrad pensó lo mismo y al despedirse de los dos, solo salieron del hospital despidiéndose a la vez a camino de Luke.

    Laila estuvo un par de días en el hospital en espera que las heridas más profundas sanaran y luego tuvo una semana de licencia. Al enterarse, decidió que no estaba mal ir a verla, y pasando por una tienda ese mismo día en la mañana – la visitaría durante esa tarde - se sorprendió comprando un wampus de peluche por la casa de Ilvermorny que había pertenecido al contrario de él que era un ave de trueno.

    Con algo de vergüenza, ya estaba durante esa tarde tocando el timbre de la mansión Hills. Solo deseaba que no pensaran más por esa visita y mucho más porque sentía la bolsa de cartón rosa en una de sus manos.



    Emme



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    Dom Mayo 01, 2022 1:01 am


    2. No, no puedes gustarme



    ~Laila A. HillsJunio, 2030Hospital (1ª escena)



    - Bueno, eso es un avance supongo. A veces las cosas ocurren porque no nos damos la oportunidad de conocernos bien. - pero claro, eso no quería decir que el que supiera que era por mucho mejor chico de lo que creía dejaría de ser un picaflor. Por desgracia ya lo había comprobado. - Ya sé, a de ser difícil no pensar en ella luego de ver eventos como estos. - Era doloroso darse cuenta de que había personas tan malvadas que no les importaba dañar a inocentes que incluso se encuentran débiles y enfermos. Sabía muy bien que Stephen no podía estar feliz con ello, más por la historia que cargaba de su mamá. Por ese lado, tampoco me sorprende en el que sienta esa necesidad de justicia y de querer proteger a los más indefensos. Aunque seguía sintiendo esa sensación extraña cada que se trataba de mí. No podía evitarlo, me perturba tener esa sensación de que tal vez no le sea tan indiferente. ¿Por qué? Pues porque sé muy bien sus andadas. Tiene una chica con la que sale, y quien sabe cuál otra más a de tener por el lado, además de Gemma. Había creído que tal vez lo ocurrido en el parque era una señal de que podía cambiar; sin embargo, me daba cuenta de que seguía siendo el mismo mujeriego. Sí, era cierto que me trato distinto y es lo más que me causa conflicto. Sentir que se ha fijado en mí, porque sé que aunque lo haga de verdad podría terminar siendo solo una más de su colección.

    Al menos ya podíamos hablar con tranquilidad, sin terminar llevándonos la contra. La realidad es que me estaba haciendo bien el poder expresarme y soltar todo eso que tenía en el pecho, acerca de lo ocurrido. Es que no es lo mismo, con mi familia sentía que si le contaba todo con exactitud se volverían locos de únicamente imaginarlos. No, no podía más luego de ver la cara que tenía Luke cuando me vio por primera vez. Por lo que al menos poder decírselo a Stephen era como un desahogo. - Eso es lo más irónico de todo, que hacen esas cosas por no enfrentar a los que les hacen frente porque saben que pueden perder la batalla. Por eso buscan usar esas estrategias baratas y cobardes. - pues saben que la mayoría si ven que dañaran a un inocente por su culpa mejor se evitan de enfrentarlos. Un método efectivo, pero muy bajo, son unas ratas de alcantarilla. Pero no todos los maleantes tenían esas tácticas, algunos tenían algo de 'decencia' o más bien 'honor' y gustaban de enfrentarse a quienes los retaban. Además, a veces había que arriesgarse de todos modos. Estas situaciones eran muy impredecibles, por lo que era bueno estar preparados. - Bien, bien. Que así sea. Es algo que nunca esta demás. - comente, además, sería un intercambio de conocimientos. Era como un trato, tú me enseñas defensa, y yo te enseño sanación.

    Era obvio que no podría ser pronto. Las técnicas de sanación mágicas eran por mucho más efectivas y rápidas que las muggles, pero no quería decir que de un día para otro uno ya se encontraba como nuevo, porque de lo contrario no moriría nadie en los hospitales porque todos se podrían salvar. Así que sí, debía primero recuperarme de mis heridas, y también descansar. Necesitaba esos sedantes, así que al fin me deje de la terquedad para al final terminar por aceptar que vinieran a ponérmelos. - Lo sé, al menos ya logré soltar todo lo que sentía en el pecho.  Gracias por ello. - le dije viéndole con una mirada y sonrisa agotada. Hubiera querido que se quedara más rato, sentir por un momento que ese era el Stephen que quería, el que se preocupaba por mí, el que me veía con sumo cuidado y que rabiaba por lo ocurrido. Pero la realidad es otra, y debo de aceptarlo ahora que aún estoy a tiempo. No es un chico para mí. - Nos vemos. - le aseguré antes de que se marchara. Pronto me comenzaron a colocar los sedantes y en menos de lo que canta un gallo ya no podía dejar abiertos mis ojos quedándome profundamente dormida. Era necesario, solo así sanaría más pronto.

    Había estado un tiempo en el hospital. No fueron tantos días, pero si lo suficiente para sentirme por completo recuperada. Ya era hora la verdad, odiaba estar ya en ese lugar. Ni siquiera quería pisarlo de nuevo por un par de días, aun cuando fuera para hacer mi práctica. Por lo que decidí tomarme esos días libres, lejos del hospital de la MACUSA. Es que necesitaba salir de ese ambiente. Volver a sentir aire fresco, por decirlo de otro modo. O al menos aire que no fuera de hospital.

    Me sentía bien, la verdad, por lo que no crean que me la pasaba metida en la cama. Nada más necesitaba descasar un poco de ese ambiente. Por lo que cuando sonó el timbre baje yo misma para abrir la puerta. Se me hizo algo extraño pues no tenía idea de que esperábamos visitas. - Buenas... oh Hola Stephen... si buscas a Luke creo que salió hace poco. - aclare. ¿Por qué a quien más vendría a ver si no era a mi hermano? Aunque luego vi la bolsa rosa y se me hizo raro. Otra vez esa sensación en mi pecho que me decía... es por ti tonta. Es por ti. La cual yo misma la manda a guardar silencio. No puedo ser yo, por favor. No puedo gustarle, no. - Adelante, pasa. Tampoco tienes porque quedarte a fuera. ¿Se te apetece algo? - le decía, intentaba mantener un tono neutral en la voz, que no sonara emocionada ni mucho menos nerviosa. No podía darle señales de que me gustaba o estaría perdida.


    Emme
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    Dom Mayo 01, 2022 6:12 am


    2. No, no puedes gustarme



    ~Stephen A. MullerJunio, 2030Mansión Hills (2ª escena)


     Aquella conversación había quedado latente en el chico. Sabía que su relación ya no era la misma de un tira y afloja, podían conversar con tranquilidad y la química fluía en ambos. Podía notar algo nerviosa a Laila cuando charlaba con él y como sus ojitos negros brillaban al mirarlo. Sabía que no era el hombre adecuado para ella y aún así, sintió esas fuertes ganas de ir a verla apenas se enteró que estaba en casa.

    Ni siquiera se lo había dicho a Luke que quedó incluso algo curioso; que se preocupara tanto por su hermana y este terminó por decirle que efectivamente habían conversado en el parque y creía que podían llegar a ser amigos, solo que estaban recién comenzando. Por supuesto, que Luke igual salió con tal discurso que se quedarán así como amigos que no le parecía mal pero que si se iba para otro lado  las pagaría, porque ambos sabían como era él. Stephen se había defendido que estaba saliendo con Gemma y que no veía a Laila de esa manera, solo que Luke señaló que ambos estaban conscientes que él no estaba enamorado de ella y se estaban utilizando. Nada pudo hacer por esa sobreprotección de hermano y hasta él mismo lo creía, no era para Laila, para nada, solo lo haría sufrir y no quería eso.

    Pero ahí estaba haciendo todo lo contrario a como debía actuar. Se había quedado en espera que salieran  a recibirlo, pensando que sería la Sra. Hills quién abriría como siempre la puerta, solo que se encontró con nada menos que Laila desde un principio. Su cuerpo lo traicionaba de sobremanera con solo contemplarla, lógicamente pensó que la escena sería diferente y nada, de primeras se encontraba con ella y sintiendo sus mejillas se acaloraban al instante. Se le hizo un nudo en la garganta.

    Mantuvo silencio por unos segundos que se le hicieron eternos hasta que pudo contestar el saludo. Presionó fuerte con su diestra el cordón que sujetaba la bolsa de cartón rosa. — Hola, Laila… Pensé que te pillaría acostada. — Saludó, reconociendo que habría preferido aquello pero parecía ser que Laila estaba mucho mejor y con lo inquieta que era prefería estar de pie. No dio paso alguno y se quedó ahí como un tonto. —Se ve que estás mucho mejor, y no.. no vengo a verlo a él. — Decía tratando de mantener la compostura y pensar que se trataba de una alguna amiga – que sí tenía aunque nadie le creyera – para no mostrar con demasiada evidencia su interés hacia a ella. — Vine a visitarte a ti. — Terminó por decir, notando como la chica también miraba la bolsa con sorpresa.

    Iba a decirle que era para ella, pero fue la morena quién interrumpió y lo invita a pasar, sintiéndose aliviado. — Gracias, sí.. sería bueno tomar una gaseosa. — Tenía la garganta seca por la impresión y necesitaba alguna bebida con urgencia.  

    Pasó a la casa y directamente se fueron hacia el living de la casa, parecía que la Sra Hills ni el pequeño Benjamín se encontraban. ¿Estarían solos?

    Se iba  sentar en el sillón cuando recordó el regalo y ahora ya no tenía excusa. Por lo que antes que la chica fuera por las gaseosas – y seguro uno que otro bocadillo al ser tan atenta como su madre – extendió la bolsa hacía a ella y dijo: — Toma, es para ti.. un regalo por tu recuperación. — No tenía idea como se lo iba a tomar pero esas muestras también eran por educación y no lo veía tan mal.

    Ahora solo quedaba ver su reacción y vaya que en el fondo, sentía mucha impaciencia de ver sí le gustaba o no. Sí sus mejillas se ponían rojas y sus ojos – que tanto le gustaban, maldita sea – se iluminaban.



    Emme



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