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Not a clue without its crime Inspired | Otros (Cluedo) | OnexOne
La familia Du Maurier ha sido siempre una de las más prestigiosas, poderosas y ricas del país. El barón Du Maurier tiene influencias y negocios que se extienden por todo el mundo, y un ejército de personas a su cargo, interconectadas con él. La imagen de familia perfecta que han dado siempre al exterior no ha hecho dudar a nadie de que la suerte les había bendecido, pues tenían de todo... Quizás la realidad fuera diferente. Demasiados trapos sucios internos de los que nadie era consciente, y que acaban de estallar.
Jerome Du Maurier ha sido hallado muerto la mañana del día 13 de diciembre de 2022 en su habitación. Un hombre con tanta influencia podría tener muchos enemigos, pero... ¿y si este estuviera dentro de su casa?
Francis Corso
Investigador/Voz en off
40 años
Mark Ruffalo
Freyja
Elsa (Lemoyne) du Maurier
La nuera
47 años
Alexa Davalos
Ivanka
Emrys
Jerome Du Maurier ha sido hallado muerto la mañana del día 13 de diciembre de 2022 en su habitación. Un hombre con tanta influencia podría tener muchos enemigos, pero... ¿y si este estuviera dentro de su casa?
Situación de Elsa el 13 de diciembre
Descubrimiento del cadáver y distribución de la mansión Du Maurier
Pistas:
Reuniones
Comida con los sospechosos
Conversaciones
Información obtenida de Andreas (parte I)
Información obtenida de Andreas (parte II)
Información obtenida de Ottis (parte I)
Información obtenida de Ottis (parte II)
Información obtenida de Ottis (parte III)
Información obtenida de Amelia
Información obtenida de Carine sobre Jonathan (parte I)
Información de Carine sobre Jonathan (parte II)
Información obtenida de Josephine
Información obtenida de la criada
Información obtenida de la baronesa
Información obtenida de Jonathan
Información obtenida de Richard
Información obtenida de Emily (parte I)
Información obtenida de Emily (parte II)
Espionaje
Conversación entre Josephine y Judith
Conversación entre Amelia y Josephine
Conversación entre Emily, Jonathan, Richard, Nicholas, Judith y Andreas
Investigación de salas
Investigación de la sala de negocios
Investigación del jardín
Investigación de la sala de estar (parte I)
Investigación de la sala de estar (parte II)
Investigación de la habitación de Jonathan y Elsa
Investigación del cuarto de herramientas
Investigación de la habitación de Emily
Investigación de la habitación de la baronesa
Fortuitas
Pista de la piscina
Descubrimiento del cadáver y distribución de la mansión Du Maurier
Pistas:
Reuniones
Comida con los sospechosos
Conversaciones
Información obtenida de Andreas (parte I)
Información obtenida de Andreas (parte II)
Información obtenida de Ottis (parte I)
Información obtenida de Ottis (parte II)
Información obtenida de Ottis (parte III)
Información obtenida de Amelia
Información obtenida de Carine sobre Jonathan (parte I)
Información de Carine sobre Jonathan (parte II)
Información obtenida de Josephine
Información obtenida de la criada
Información obtenida de la baronesa
Información obtenida de Jonathan
Información obtenida de Richard
Información obtenida de Emily (parte I)
Información obtenida de Emily (parte II)
Espionaje
Conversación entre Josephine y Judith
Conversación entre Amelia y Josephine
Conversación entre Emily, Jonathan, Richard, Nicholas, Judith y Andreas
Investigación de salas
Investigación de la sala de negocios
Investigación del jardín
Investigación de la sala de estar (parte I)
Investigación de la sala de estar (parte II)
Investigación de la habitación de Jonathan y Elsa
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- Familia:
- ∞Jerome du MaurierBarón du Maurier, asesinado el 13 de diciembre a los 79 años. Su relación con su familia era distante en líneas generales, y su matrimonio con Agatha, un negocio más. Consentidor con Richard, su primogénito, a quien instruía mínimamente para heredar sus negocios pero no daba mucha importancia. Cruel con Jonathan, a quien siempre consideró débil, motivo por el cual él mismo organizó su matrimonio con la persona a la que tiene en más alta estima dada su inteligencia, su nuera Elsa. La relación tanto con su hija menor, Emily, como con sus dos nietos, era de absoluta indiferencia. Sus dos hombres de negocio de confianza, Nicholas (ex-marido de su hija, separación que nunca aprobó) y Andreas (compañero de promoción de su hija, a quien siempre valoró más que a ella), si bien eran su mano derecha, les trataba con condescendencia y como si fueran súbditos. Tuvo un affaire con Amelia, una de las personas del servicio, a quien dejó embarazada y "permitió" conservar el puesto a condición de que mantuviera el secreto. Su relación tanto con ella como con su hija ilegítima Josephine era inexistente.∞Agatha (Levinson) du Maurier78 años, viuda del barón. Su papel en la casa ha estado limitado a los designios de él, siendo contradicha casi en la totalidad de sus deseos, o así lo manifestaba ella: "idea que yo tenía, él tomaba la dirección contraria". Es conocedora de la relación extramatrimonial de su marido y sabe que Josephine es hija suya, pero como con todo a lo largo de sus casi cincuenta años de matrimonio, ha preferido callar. Mirar y callar, y juzgar. La oían murmurar entre dientes "algún día...", pero siempre lo dejaba en el aire. Con la única persona con la que tiene una relación más o menos estrecha es con su hija Emily.∞Richard du Maurier50 años, primogénito del barón. Dedicado a los negocios de su padre, o más bien a fingir que se ocupa de ellos, pero fundamentalmente a dilapidar su fortuna. Hasta ahora llevaba bastante bien los exabruptos del hombre por conveniencia, pero cada vez más se le hacían cuesta arriba, y las disputas a voces se hacían más y más frecuente. Despótico y egoísta, no paraba de recordar a su padre que él sería el heredero "más pronto que tarde", y que no tenía por qué tolerar más desvaríos de una vieja gloria. Ignora por completo al resto de su familia, está demasiado centrado en su futuro imperio.∞Jonathan du Maurier47 años, hijo mediano del barón. Nunca se ha sentido cómodo ni en ese mundo ni con los negocios, pero se ha visto reconducido a ello toda la vida. En la carrera coincidió con Elsa, su esposa, con quien tenía una relación cordial de amistad. Su padre organizó el matrimonio entre ambos, a lo que él se prestó, si bien nunca estuvo enamorado de ella. Poco después de su matrimonio, entró en el negocio familiar Andreas, un compañero de promoción de su hermana Emily, con quien mantiene una relación de amantes de quien nadie es conocedor. Hubo un momento en que estuvo enamorado de él, pero ahora vive amedrentado, bajo la amenaza de que su relación sea destapada y se le expulse de la familia. Su relación con su hermana Emily es tensa, porque últimamente ella lanza injurias sobre su matrimonio, aunque a veces piensa que podrían ser una buena baza para él. Prefiere tener la menor relación posible con su madre y su hermano mayor, y a su padre le odiaba, si bien trataba de disimularlo. Su relación tanto con su esposa como con su hijo es cordial: les tiene un gran cariño, si bien a ella no la ama y nunca ha tenido instinto paternal.∞Ottis du Maurier13 años, nieto del barón. Cariñoso y sensible, pero bastante solitario, pues su entorno no se caracteriza por el calor familiar. Su padre no es malo, pero tampoco especialmente cariñoso con él; con su madre le pasa algo similar. Él, demasiado preocupado por sus propios problemas, y ella por sus negocios. A Ottis le gusta investigar y experimentar, y es un poco temerario. También le gustan las bromas, lo que en una casa como esa no sienta nada bien. Se le ha oído lamentarse en la infancia en muchas ocasiones de sentirse ignorado por todos sus familiares, y de que su abuelo era cruel con él. Llegó un punto en que dejó de hacerlo y empezó a hacer su vida solo, aunque está más presente de lo que parece.∞Emily du Maurier43 años, hija menor del barón. Se enamoró perdidamente de Nicholas cuando este empezó a trabajar con su padre, pero su matrimonio ha sido tortuoso hasta su divorcio. Está plenamente convencida de que su ex-marido le ha sido infiel, motivo por el cual renunció a su apellido de casada y volvió al de soltera. Muy unida a Andreas, compañero de negocios de Nicholas y de carrera de ella, entre ambos empezaron a alimentar la hipótesis de la relación extramatrimonial de Elsa y Nicholas, lo cual tanto Jonathan como sus padres se empeñan en ignorar deliberadamente, incrementando la furia de Emily. El que su padre se opusiera a su divorcio detonó un sonado conflicto. Dejó los estudios inconclusos al comenzar con Nicholas, nunca le habían gustado y su situación le permitía no trabajar. Se ha volcado en el cuidado de su hija, con quien tiene una relación demasiado estrecha.∞Nicholas Anderson45 años, ex yerno del barón. Al igual que su suegro, trató su matrimonio como un negocio más, y sus funciones paternales iban más enfocadas a que su hija tuviera conocimientos de negocio (con lo que tiró la toalla tan pronto vio la relación que tenía con su madre) que a ejercer de padre. Su vida son sus negocios, y su divorcio solo suponía un escollo más en estos. Es el más entregado en su trabajo y considera a Andreas un inútil, por lo que no entiende por qué comparte posición y privilegios con él cuando sus categorías son muy diferentes. Se sospecha que tiene una amante, pero a pesar de la creencia de Emily, esta se encuentra fuera del entorno familiar.∞Judith Anderson18 años, nieta del barón. Tiene una relación de codependencia con su madre que hace que piense por y para ella: lo que Emily diga, es sentencia para Judith. Odia a toda su familia porque cree firmemente que han arruinado la vida de su madre, como así ella lo manifiesta, pero en especial a su abuelo, a quien culpa de todas sus desgracias y defectos. Manipula a su padre para obtener de él los caprichos que necesita, porque desde su punto de vista es para lo único que sirve. Su relación con el resto de la familia es muy escasa y solo hace acto de presencia en casa si es con su madre.∞Andreas Spencer43 años, hombre de negocios del barón. Conocía los negocios de la familia Du Maurier desde hacía años, por lo que no dudó en pegarse a Emily en cuanto la conoció en la carrera, lo que le granjeó un puesto entre los negocios del barón con facilidad. Su relación es de calma hostil tanto con Nicholas como con Richard, a quien considera un inútil fácilmente manipulable en cuando el barón fallezca y deje en manos su imperio. Es amante de Jonathan desde hace años, y con él tiene una relación de afecto intermitente: siente algo por él, pero no lo suficientemente fuerte como para poner en peligro todo lo que le ha costado conseguir. Su mayor baza: aprovechar las inseguridades de Emily para dinamitar de un plumazo a Nicholas y el matrimonio de Jonathan, por lo que ha encontrado un filón en acusar a Elsa de infidelidad con su cuñado. Es consciente de que camina sobre la cuerda floja por lo que es muy calculador y astuto en sus movimientos.∞Amelia Robberts50 años, criada y ex amante del barón. Entró en el servicio de la casa siendo muy joven y quedó encandilada por el barón, quien años después mantuvo una relación extramatrimonial. Cuando quedó embarazada, empezó a sufrir amenazas por su parte, lo cual no se vio venir: sabía cuál era su posición pero se había creído el discurso del amor imposible que podría con todo. No quiso abortar a pesar de las insistencias del barón, y dado que un despido iba a ser demasiado evidente y despiadado por su parte, el hombre la dejó trabajar allí a condición de que no dijera nada, y no sería juzgada por su "conducta inapropiada" como madre soltera, sino que tanto ella como su hija serían protegidas. La realidad es que llevaba atada a esa familia toda la vida, y con un secreto que la envenenaba poco a poco. Ha intentado que su hija sea lo más feliz posible con sus circunstancias.∞Josephine Robberts24 años, hija ilegítima del barón. Dentro de sus circunstancias, y de estar siendo criada de la familia desde que llegó a la adolescencia, su madre ha intentado criarla en la medida de lo posible como a una niña feliz. No le dio mayor importancia a estar "recluída" en la mansión del barón: era una casa muy bonita y con los Du Maurier apenas tenía trato, prácticamente ni les veía, era como vivir con su madre en un ala de la casa. A quien sí conocía de toda la vida era a Zach, el chico encargado de las caballerizas, de su misma edad. No ha querido atormentar a su madre con preguntas... hasta hace poco. Zach empezó a plantearle una serie de hipótesis que le hicieron preguntar, motivo por el cual, hace apenas dos años, su madre le confesó de quién era hija realmente, suplicándole que no dijera nada. Solo lo sabe Zach, porque siente que su vida ha sido una mentira desde entonces, y que no es capaz de perdonar lo que le han hecho a su madre. Afortunadamente, se siente muy apoyada por su novio.∞Zach Smith26 años, trabajador de las caballerizas del barón. Ha estado perdidamente enamorado de Josephine toda la vida, fomentando su felicidad con pequeños gestos y queriendo pasar con ella todo el tiempo posible. Empezaron una relación sentimental hace un par de años, y justo cuando planeaba pedirle matrimonio... la chica le confesó que su verdadero padre era el barón. Desde entonces, no ha vuelto a ser la misma, y ahora ve a la pobre Amelia, una mujer a la que siempre había considerado buena pero triste, con otros ojos. No puede soportar que la mujer de su vida sufra, y está convencido de que Amelia necesita una compensación por todo lo ocurrido. Es bastante reivindicativo, motivo por el que ha sido reprendido y amenazado con el despido en más de una ocasión. Pero no van a separarle de Josephine con tanta facilidad.
- Post de rol:
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Los chicos te miran inexpresivos. Zach, con su neutra cortesía habitual, ofrece. - ¿Quiere que le ayude a buscarlo, señora? - Callaron mientras tú hablas, manteniendo la nula expresividad cuando mencionas a Judith. Aunque sí detectas un muy fugaz intercambio de miradas cuando dices que irás a visitar a Judith. Acto seguido, Josephine sonríe dulcemente y añade. - Seguro que poco a poco se va encontrando mejor. La señorita Judith es muy fuerte. - Miró de reojo a Zach. - La apreciamos mucho. - El chico sonrió y asintió una sola vez.
Se despiden con un gesto cortés de la cabeza y Zach añade. - Si encuentro el llavero, se lo llevaré inmediatamente, señora. - Sales de la zona de caballerizas rumbo al jardín.
En el jardín:
Los dos hombres siguen donde estaban, aunque ya no interactúan entre sí, ambos están enfrascados en sus teléfonos móviles y levemente separados. Cuando te aproximas a ellos, el que levanta ligeramente la mirada, como a quien se le cruza una mosca, es Richard. La mantiene lo justo para determinar que vas hacia ellos, pero vuelve a bajarla al móvil como si nada. Andreas, al estar de espaldas a ti, no te llega a ver.
Posibles acciones:
- Hablar con Richard y/o Andreas.
- Revisar y/o utilizar el móvil.
- Trasladarte a otro lugar de la casa para intentar investigar, espiar o hablar con alguien.
Mansión Du Maurier
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14 de diciembre
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Esa chica cada vez la estaba mosqueando más. Parecía muy segura de sí misma, tan tranquila que al final lo que le parecía vislumbrar era una frialdad peligrosa, pero asintió y se excusó para irse. Pues sí, que se pusiera a buscar, que rato iba a estar, y así ella podía investigar sin sentir que tenía a alguien en el cogote permanentemente.
Liberada de la incómoda situación, se fue dispuesta a espiar a los otros dos, pero claramente no era su día o no sabía hacer eso, porque para cuando llegó, ya se habían separado. Bien, pues oportunidad de oro de plantarle cara a la vida, y podía hacerlo con cualquiera de los dos. Decidió acercarse a Andreas, porque, sinceramente, por mucho que quisiera ponerle los puntos sobre las íes a Richard, no le apetecía. Con Andreas al menos sentía que estaba hablando con un ser humano de masa cerebral aceptable.
Se acercó a él y decidió ir de frente, y con esa misma frialdad que de otros le inquietaba. — Andreas, creo que es el momento de que nos contemos lo que sabemos, lo que podemos poner sobre la mesa. Siento que somos los únicos que, o no han perdido la cabeza, o no se están divirtiendo con todo esto. — Lanzó una mirada furtiva a su cuñado. — Sé que eres tú, junto con Emily, el que vas diciendo que tengo algo con Nicholas. — No lo sabía, no tenía pruebas, pero había llegado a esa conclusión. — Eso y lo de Miller, pero es que eso ahora mismo no me puede importar menos. Miller sea. — Dijo haciendo un gesto en la mano para mostrar que zanjaba el tema. — Pero estoy muerta de miedo por mi familia. Y tú sabes cosas. Sabes cosas de mi marido, del padre de mi hijo, cosas que él ha negado, me ha mentido. Cuéntame lo que sabes, Andreas, por favor, aunque sea por ayudar indirectamente a Emily, porque Judith ha aparecido en semejantes circunstancias que esto va a ser muy difícil de explicar a la policía, y yo no tengo nada contra ellas a pesar de todo, las puedo ayudar. — Suspiró y le miró a los ojos. — No eh parado de trabajar estos días y no sé qué ha pasado aquí, por favor, cuéntame todo lo raro que hayas visto, hazme un resumen de toda la familia para que yo sepa cómo están las cosas. —
Hablar con Andreas
Mansión Du Maurier
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14 de diciembre
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Freyja
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El hombre se gira cuando le hablas, pues estaba de espaldas y enfrascado en su móvil, y suelta aire por la boca, entre resignado y cansado de la situación. - ¿Segura? - Responde con un punto irónico, aunque sin perder el cansancio en su voz, y una ceja arqueada, cuando dices que sois los únicos que aún no habéis perdido la cabeza. Ante tu acusación, rueda los ojos y mira a otra parte. - Pero claramente tienes la cabeza muy en tu sitio... - Te mira. - ¿De verdad eso es lo que importa ahora, cuando tu suegro acaba de aparecer asesinado en su cama? Tu suegro y tu jefe. Y es altamente probable que haya sido alguien de aquí, y si no, alguien de fuera le tenía muchas ganas y se ha colado en casa con total impunidad. No sé qué me parece peor. - Chasquea la lengua. - Pero olvidaba que necesitas tener un papel protagonista permanentemente. - Andreas era otro de los que no llevaba nada bien que el barón te tuviera en tan alta estima, por lo que es un arma a utilizar contra ti a casa cosa que argumentes: tendrás que cuidar tus palabras.
Mientras hablas, te mira cruzado de brazos, inexpresivo, aunque con leve altanería. - No sé qué tiene que ver todo eso, la verdad. - Se encoge de hombros. - No sé qué tienen que ver, según tú, las mentiras del padre de tu hijo con que tu sobrina se drogue. - Hace un gesto de la cabeza que señala al piso de arriba, sin perder la postura. - Quizás deberías preguntarle a Nicholas, que lleva todo el día especialmente nervioso y no hay quien le separe del cabecero de la cama de la yonkie de su hija. Ese sí que oculta cosas. - Vuelve a chasquear la lengua. - Si bien no ayudaría a vuestros rumores. -
- ¿Quieres saber lo que he visto? - Pregunta, sarcástica y retóricamente. Se descruza de brazos, saca del bolsillo su móvil, abre el chat correspondiente y lo alza ante ti, plantando la pantalla delante de tus ojos. - Esto. Lo que está pasando ahora, lo que pasó ayer, lo que ha pasado la última semana, el último mes y lo que lleva pasando siempre. - Observas la pantalla y ves que, tras el comentario de Andreas de que las reuniones se posponen hasta nueva orden y los diversos mensajes de aceptación de tus compañeros, ha escrito Richard.
"Seguimos trabajando con normalidad. Si alguien necesita algo, que me consulte".
Adams escribe acto seguido.
"Necesitaba consultar una cosa con el barón, ¿está disponible? ¿Cuándo podría hablar con él?"
Richard contesta.
"He dicho que a partir de ahora lo que sea conmigo"
Casi simultáneos, hay un mensaje de Nolan y otro de Andreas, por este orden.
"¿Pero va todo bien?"
"En el día de hoy, el grupo Du Maurier estará cerrado salvo emergencias, por asuntos personales de la familia. Intentaremos daros más información mañana, disculpad".
El resto vuelven a ser mensajes de pulgares hacia arriba y "ok", y justo cuando terminabas de leer el chat, ves que alguien está escribiendo a Andreas por el chat privado, porque alcanzas a ver la ventana emergente. Es Nolan.
"¿Entonces lo de Nich...?"
No llegas a leer el mensaje entero por el corte de texto. Andreas baja el móvil y te dice, en una voz más susurrada y bastante tensa. - ¿Sabes lo que tenemos ahora? Un gilipollas a los mandos que no atiende a razones y que nos va a hundir. No piensa, no mide, da palos de ciego, y no lleva con el supuesto cargo que va a heredar ni dos horas, y ya la está liando. - Suelta aire por la nariz. - Perdona si no tengo tiempo para tus dramas personales, intento que este barco no se vaya a pique mientras tú juegas a los detectives y a salvar justo hoy a tu familia. Muy buen día para eso. -
Posibles acciones:
- Continuar hablando con Andreas.
- Hablar con Richard.
- Revisar y/o utilizar el móvil.
- Trasladarte a otro lugar de la casa para intentar investigar, espiar o hablar con alguien.
Mansión Du Maurier
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Entornó los ojos y suspiró fuertemente. ¿Pero por qué lo intentaba? Se cruzó de brazos y dijo, todo lo fría que pudo. — Al barón no lo puedo resucitar. Para mí era como un padre, era mi mentor y la persona que más ha confiado en mí. Pero le lloraré cuando mi familia esté fuera de peligro. — Y no pensaba dar más explicaciones porque aquel no era ni de la familia y ya le estaba sobrando. O empezaba a darle información, o ya se las apañaría para echarlo de ahí. Ignoró lo de protagonista. — ¡Pues por eso necesito que me ayudes! No estoy aquí casi, no sé qué ha podido pasar para acabar así, no me siento segura con mi hijo aquí y un asesino suelto. —
Así que Judith se drogaba. No eran noticias de última hora precisamente, pero la confirmación por parte del perrito faldero de la madre, le venía bien. Y lo de que Nicholas estaba allí, también. Suspiró. — Sabes que es mentira. No tengo tiempo ni de ver a mi hijo, y además Nicholas y yo no podríamos ser más incompatibles. Pero supongo que todo eso te da igual. — Es que no podía dejarlo pasar. Qué rumor tan absurdo. Pero por lo menos, algo activó a Andreas, aunque fuera el odio a Richard.
Lo que leyó tampoco le sorprendió. Estaba claro que Richard se comería todo lo que pillara por delante en cuanto el barón no le frenara, y era un móvil de asesinato como otro cualquiera, pero no podía aislarse en esa posibilidad nada más. Aquel mensaje de Nolan, sin embargo… Se irguió e hizo como si nada, suspirando de nuevo. — No me digas que no sabías que esto iba a pasar. Andreas, si valoras tu posición aquí no te enfrentes abiertamente a Richard, es un depredador de los grandes, pesados y violentos. Hace mucho ruido y es tonto, pero también es peligroso. — Y ahí le iba el consejo gratis. Primero, porque lo pensaba de verdad, segundo, porque como Andreas se empeñara en algo, ella tendía a empeñarse en lo contrario, así que si quería poner su vista sobre Richard, ella empezaría a buscar otras opciones. — Y sí, quiero cuidar de mi familia. Quiero salvar lo que pueda de este huracán. Si te da por ayudarme y que te deba una… Ya sabes donde estoy. — Eso era lo único que funcionaba con las serpientes como él. Y dicho eso, se alejó muy digna de allí.
Emily estaba en el salón la última vez que la vio, y, si tenía suerte, Nicholas estaría con Judith según había dicho Andreas así que… Tenía poco tiempo para intentar hablar con él a ver qué se estaba cociendo allí.
Terminar conversación con Andreas e ir a la habitación de Emily para hablar con Nicholas
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Andreas sonríe de lado y deja escapar una muda carcajada sarcástica, cruzándose de nuevo de brazos. - Gracias por el consejo. - Hace una pausa. - ¿Quién te iba a decir que tu mejor ayuda sería yo? - Suspira y niega, resignado. - Mira, no sé en qué pretendes que te ayude. Sé lo mismo que tú... Y diría que yo tengo más riesgo de aparecer muerto que tu hijo, si es verdad que el asesino ha actuado por inquina personal. - Arquea las cejas. - Y tú también lo tendrás, como sigas metiendo las narices donde no te llaman. Serás muchas cosas, Elsa, pero policía no es una de ellas. -
En la segunda planta:
Entras de nuevo en casa y subes a la segunda planta sin cruzarte con nadie: parece que todos siguen ubicados donde les dejaste. Conforme recorres el pasillo y te aproximas a la habitación, escuchas bramar a tu sobrina.
J: ¡Que te vayas, joder! ¡Que para eso no te quiero aquí!
N: Tú no eres consciente...
J: QUE ME DEJES EN PAZ, HOSTIA, LÁRGATE. QUE EMPIEZO A GRITAR AHORA MISMO.
N: ¡Por favor! Que solo intento ayud...
J: QUE TE VAYAAAAS.
Te cruzas con Nicholas justo en la puerta. Está agobiado y sudoroso, y con el móvil en la mano. Trata de disimular al verte. - ¿Qué? Andreas intentando limpiar la mierda de Richard otra vez ¿no? - Comenta, como si tal cosa, como si estuvierais en uno de vuestros días de trabajo, pero le notas incómodo y la frase ha sonado muy artificial, como si se esforzara en cambiar de tema. - Jodeeeer y dale con el puto trabajo madre mía... - Oyes a Judith de fondo, en una voz lo suficientemente alta como para que la oigáis. Nicholas traga saliva, mira nervioso hacia atrás, encaja la puerta tras él y, discretamente, te aparta un poco para hablarte en confidencia, en el pasillo.
- Elsa... Esto... - Se frota la frente y resopla un poco. Parece ciertamente agobiado. - La baronesa tiene razón. Tenemos que fingir un infarto. Esto... Esto nos hunde como se sepa, Elsa. - Se moja los labios y vuelve a mirar a los lados, bajando la voz. - Como Richard sigue así, se acabará sabiendo. Andreas se está haciendo con el control y no me extraña, porque tú ni hablas, el resto del equipo son unos ineptos, y yo... - Suelta aire por la nariz. - Emily está desquiciada, no creo que sea el mejor momento para que yo me haga cargo de nada. Todo lo que hago lo toma como un ataque personal. - Alza las manos. - Deja de investigar. Vamos a hacer un plan. - Traga saliva. - Judith... necesita descanso. - ¡¡QUE NO HABLES DE MÍ QUE TE ESTOY ESCUCHANDO, CABRÓN!! - Escuchas a la chica gritar desde la habitación. Nicholas, aunque nervioso, continúa, pero baja la voz. - Tu hijo está aquí. Jonathan está descompuesto, Emily desequilibrada, la baronesa en shock. Richard va a empezar a hacer tonterías ya mismo y ahora mismo el que tiene la cabeza más fría es Andreas. - Arquea las cejas. - ¿Y de verdad quieres a ese tío al frente de esto? - Vuelve a hacer gesto de calma con las manos. - Bajemos al salón. Hablemos... Intentemos acordar esto. Que la baronesa decida. Que esto sea lo más discreto posible. -
FIN DEL CAPÍTULO DOS
Instrucciones: Responde a Nicholas y, tras tu respuesta, el capítulo dos se dará por terminado. Podrás darle tu opinión al respecto (con sus derivadas consecuencias) y, una vez finalizada la conversación, puedes bajar con él al salón como te propone, o puedes poner alguna excusa para trasladarte a otra estancia. Simplemente, comenta lo que vas a hacer, y se expondrá la situación en el post de narración del próximo capítulo.
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— No me tomaré eso como una amenaza, Andreas. — Dijo, casi sarcástica, antes de irme. Menudo apaño harían matándola a ella, a ver quién iba a ganar nada con su muerte en ese gallinero demasiado lujoso y lleno de inútiles. Si querían echarla, nada la retenía ahí, así que, si no lo hacían, era porque la necesitaban para algo y no la matarían tampoco.
Desde antes de llegar a la habitación ya vio que la tensión estaba por las nubes, pero Judith ni siquiera parecía grogui por la resaca o triste por su abuelo, sino poseída por una furia animal, que quizá respondía al mono, pero más bien parecía un arranque de ira de la chica contra su padre. Nicholas, como siempre, se puso muy bien puesto, fingiendo que tenía la situación bajo control, cuando su hija adolescente lo acababa de echar a gritos de su cuarto. Ella no mostró otro rostro más que el de preocupación que llevaba encima desde que se enteró de todo.
Asintió, apenas parpadeando, al discurso que Nicholas tenía muy asegurado en su cabeza y que probablemente solo estaba modificando levemente por estar transmitiéndoselo a ella. — No hablo porque, hasta donde yo sé, queréis mantener esto en secreto, y cuanto más se diga, peor. — Se cruzó de brazos y alzó una ceja. — Pues claro que se está haciendo con el control, Nicholas. ¿Qué esperabas que ocurriera cuando el barón muriera? ¿Que la empresa pasara mágicamente a manos de alguien que no fuera Richard? — Le señaló. — ¿A ti? ¿A mi? No somos familia. ¿A tu ex mujer? Cada día estaba más tensa con el barón… No, Nicholas, ahora mismo hay que saber qué mierda ha pasado aquí para acabar así. —
Parpadeó con lo del ataque al corazón. — ¿Y que haya un asesino suelto y que caiga el siguiente que le estorbe? — Preguntó con incredulidad. Encima referencia a Andreas. Demasiado complaciente para comprarle nada al señor “no tengo tiempo para tus reuniones secretas”. No le rebatió nada más, se calló y asintió, porque sabía que eso SIEMPRE funciona con los hombres poderosos: de verdad creen que cuando una mujer calla, no está pensando y maquinando a gritos en su cabeza. Así son ellos. — Ahora mismo voy. Plantéaselo tú, siempre has sido más santo de su devoción que yo. — Dijo sin más, y se apartó del camino del hombre, mirando el móvil, poniéndose al día en lo que se hablaba en el grupo. Pero, en cuanto se quedó a solas, entró en la habitación de Emily para hablar con Judith.
Entrar a la habitación de Emily y hablar con Judith
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En estos momentos, crees tener localizadas a todas las personas de la casa, a saber:
- Judith está en la habitación de Emily
- Nicholas, según sus palabras, ha bajado al gran salón
- Has dejado a Richard y a Andreas en el jardín
- Has dejado a Zach y Josephine en las caballerizas
- Has dejado a Jonathan, Ottis, Emily y Agatha en el gran salón
- El servicio está en las cocinas, y la última vez que viste a Amelia fue allí, acompañando a la criada que descubrió el asesinato
Algunas de estas personas podrían haber cambiado de escenario, pero a priori, esa es la ubicación que tú controlas. Esta información te sirve para saber dónde encontrar a la gente en caso de querer hablarles o espiarles, y también para saber qué habitaciones de la casa se encuentran vacías, por si quieres investigar. Las zonas de la casa que en estos momentos tienes investigadas son la sala de negocios y el jardín, aunque mediante Richard has descubierto también una pista en la piscina. En cuanto a informaciones de personajes, tienes los datos narrados por Andreas, por Ottis y porla criada que descubrió el asesinato. Por espionaje o por casualidad, has oído hablar a Zach y Josephine, visto un mensaje de Nolan a Andreas y escuchado una discusión entre Judith y Nicholas. ¡Te quedan muchas pistas por descubrir!
En estos momentos son las 11:37
En la habitación de Emily:
Detectas que Nicholas te ha mirado con desconfianza cuando has asegurado que te quedabas allí, incluso se ha mostrado dubitativo. Parecía querer decir algo... pero, simplemente, ha tragado saliva, se ha dado vuelta y, como si no quisiera hacerlo y mirándote a lo lejos, ha bajado las escaleras. Aprovechas ese momento para entrar en la habitación de Judith.
- La otra... - Resopla, pero la percibes tensa, como a su padre, como si intentara mantener en pie un teatro. - ¿Qué quieres tú ahora? - Se gira en la cama y te da la espalda. - Joder, no se puede descansar en esta puta casa. -
Instrucciones: Trata de hablar con Judith.
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No se esperaba que su sobrina la recibiese con los brazos abiertos, pero lo tenía que intentar. También, cuando una persona está tan alterada con alguien concreto, que se le presente una persona que era justo lo contrario que el objeto de su ira, y con los nervios templados, sin dramas, como intentaba llegar Elsa, podría ser beneficioso.
Se sentó suavemente al borde de la cama y posó la mano al lado de Judith, pero sin llegar a tocarla para no agobiar. — Solo quería ver que estabas bien. Me he asustado mucho cuando te he visto en el jardín con Zachy… Pensé que te había pasado algo grave, y ya hemos tenido una mala noticia esta mañana, me alegro solo de verte consciente y con suficientes fuerzas para contestar a tu padre. — Suspiró y posó la mano sobre la de la chica. — Últimamente solo he estado trabajando y me he perdido tantas cosas… — Se mordió el labio y alzó la mirada. — Si no quieres contarme qué ha pasado, lo entiendo… Solo quería decirte que puedes confiar en mí. Sé que las cosas con tu padre son tensas, y créeme, lo entiendo, porque lo he tenido enfrente como hombre de negocios… — Rio un poco. — Los he tenido enfrente a todos… Así que, en parte, te puedo entender, y si está en mi mano, te puedo ayudar. —
Hablar con Judith
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Cuando comienzas a hablar, Judith resopla y masculla, murmurando cosas que atinas a escuchar (como "qué pesada" o "lo que me faltaba") y otras que no entiendes bien, pero prosigues tu conversación. A medida que vas hablando, la chica se calla, pero sigue sin mirarte ni cambiar su postura. Poco a poco percibes que tiembla ligeramente.
- Quiero que me dejéis en paaaaz jodeeer. - Afirma, pero el tono se oye acuoso y mucho más inseguro que en los bramidos previos, como si fuera su último cartucho para quedarse tranquila o no estuviera muy convencida. - Lo que ha pasado, pues ya sabes lo que ha pasado. - Dice mordaz, sin girarse, cruzada de brazos. Está cada vez más temblorosa y se nota que contiene el llanto en el tono de voz. - ¿Qué voy a saber yo? No se nada, hostias. - El final de la frase se ve interrumpido por su sollozo. Ves, aún a su espalda, que se limpia las lágrimas con rabia y, al acabar, baja la mano dando un puñetazo al colchón. - Joder, me cago en la puta. - Masculla. No parece muy recuperada a nivel mental de las consecuencias de lo que haya consumido, aunque el bajón en el ánimo es considerable, y al menos ha dejado de gritar e increpar.
- Que me importa una mierda el puto trabajo. - Reacciona ante tu mención de "hombre de negocios". Solloza fuertemente, y vuelve a limpiarse las lágrimas. En el gesto, el cuerpo se gira levemente hacia ti. - Joder, que me tiene harta. Capullo... - Y vuelve a sollozar. No deja de temblar y sospechas que hay algo detrás.
Dejas que llore un poco en silencio, y en una de esas, te mira. Chasquea la lengua, cambia la mirada a otra parte, se tapa la cara con las manos y vuelve a mascullar. - Joder, joder... - Mientras llora, pero no dices nada: está muy alterada y temes que, si hablas, lo puedas empeorar. - Que yo no he hecho nada, joder... - Dice en una de esas. Por fin, se destapa la cara y te mira. - Tía... Yo no he sido. - Dice, suplicante y llena de lágrimas. - Yo no he hecho nada... - Pero unas zancadas y una figura en la puerta que ha irrumpido bruscamente os saca de la conversación.
Su presencia te ha sobresaltado, pues estabas muy concentrada. El hombre te mira con resentimiento. - Te he dicho que dejes descansar a mi hija, Elsa. - Dice Nicholas con los dientes apretados. Se pone de canto en la puerta y te hace un gesto para que salgas. - Por favor... - Papá, dejam... - ¡CÁLLATE! - Grita, y la chica tiembla entera y vuelve a sollozar de nuevo y a darte la espalda, hecha un ovillo. La olles mascullar con rabia otra vez, llorando. - Elsa. - Te dice de nuevo. - Judith necesita descanso. Vamos al salón. -
Instrucciones: Responde al diálogo y elige una de estas opciones, determinando simplemente qué vas a hacer. Masterización pondrá tras tu respuesta las consecuencias.
- Salir de la habitación: accede a la petición de Nicholas y sal de la habitación. Puedes directamente aceptar ir con él al gran salón o puedes negarte a hacerlo (aceptas salir de la habitación pero no para irte con él).
- Quedarte en la habitación: declina la petición de Nicholas y asegura que vas a permanecer en la habitación.
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Claramente, Judith estaba muy alterada y aturullada. Todo el mundo estaba así, y quien no, no le daba información, y así se ponía muy complicada la cosa. Trató de hacer un gesto tranquilizador con las manos, sobre todo para que bajara la voz, que no quería alertar a media casa. — Judith, yo estoy aquí para escucharte, habla conmigo… — Y entonces negó haber hecho nada y ella aprovechó ese momento para acariciar su mano. — Claro que no, cariño. Nadie cree que tú hayas hecho nada, por supuesto. — Bueno, eso habría que matizarlo, pero, de momento, partirían de esa premisa.
O no, porque ahí apareció Nicholas otra vez. Sí que es un capullo más pesado que un mal matrimonio y de eso sabemos mucho aquí, se dijo a sí misma. Suspiró y entornó los ojos. — Tu hija no necesita descansar, Nicholas, necesita que la escuchen porque está alteradísima. — Se levantó y se acercó a él, bajando la voz. — ¿Quieres que venga la baronesa a poner orden porque no para de gritar? Mejor. ¿Quieres que suba Emily y griten las dos? — Negó con la cabeza y dijo. — Si quieres calmar los ánimos déjala que se desahogue conmigo. Yo la convenceré para que descanse y no haga ruido. Tú haz lo que mejor se te da: convencer de tus teorías a la baronesa. Y deja tranquila a tu hija, que así no va a levantar cabeza. — Puso un expresión más comprensiva. — Estamos todos muy nerviosos, pero tú sabes que los adolescentes se llevan mejor con cualquiera que no sean sus padres, ¿qué malo puede pasar si se desahoga, yo la escucho y logro que se eche a dormir tranquila? — Porque le intrigaba la respuesta, demasiada insistencia en aislarla.
Quedarse en la habitación
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Por segunda vez, te niegas a la petición de Nicholas de abandonar la habitación de Emily para dejar a Judith descansar. Los ánimos están muy tensos y ha sido una jugada arriesgada.
Instrucciones: Lanza un dado Acierto/Fallo. Si aciertas, convencerás a Nicholas de tus palabras. Si fallas, tratará de echarte por la fuerza. Simplemente lanza el dado y masterización roleará lo que ocurre a continuación.
Mansión Du Maurier
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¿Convencido?
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El miembro 'Ivanka' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Acierto/Fallo' :
'Acierto/Fallo' :
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Ves como a Nicholas se le abren las fosas nasales como un toro apunto de embestir. - ¿Eso es una amenaza? - Suelta aire por la nariz. - Si algo hemos aprendido de nuestro cuñado Richard es que cuando una persona está drogada es mejor que no abra la boca. Solo podría decir tonterías. - Jodeeeer. - Se quejó Judith de nuevo, echándose a llorar con las manos en la cara y encogiéndose en si misma en la cama.
No parece ni de humor ni dispuesto a dejarte conversar con Judith, y la chica está cada vez más alterada. Pero tus palabras en aparente son de paz parecen convencerle lo suficiente como para que no intente echarte de allí por la fuerza. - ¿Y qué crees que te va a contar? - Te pregunta, y acto seguido mira a la chica. - ¿Qué tienes que contar? ¿Eh? ¿De qué necesitas desahogarte? - ¡De nada! - Brama, enfadada. - ¡Que no he hecho nada, hostia! ¡Dejadme ya tranquila! - El hombre la señala con la mano, frunciendo los labios y mirándote con un gesto de obviedad.
Se dirige a uno de los sillones pegados a la pared de la habitación, en línea con la esquina inferior de la cama, justo para el lado que mira Judith. La chica se gira, bufando, para darle la espalda a su padre, quedando ahora frente a ti, pero se está tapando la cara con un cojín. El hombre cruza una pierna por encima de la otra y entrelaza las manos, agarrándose las rodillas. Te mira con una sonrisa irónica y te dice. - Estoy deseando ver cómo fluye esta conversación. -
Posibles acciones:
- Intenta hablar con Judith (recuerda que Nicholas está presente y atento a vuestra conversación).
- Intenta hablar con Nicholas (recuerda que Judith está presente y muy alterada).
- Intenta hablar con ambos.
- Permanece en la habitación en silencio, esperando a reacciones por parte de los otros.
- Sal de esta estancia en dirección a otra para intentar investigar, espiar o hablar con otra persona.
Mansión Du Maurier
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Suspiró ella también. Nada, no la iba a dejar. — Pues si se droga algún motivo tendrá. — Ya soltó, enfadada, porque la actitud de Nicholas era para matarle. Negó con la cabeza y solo dijo. — Bruto… — Se acercó ignorándole a la cama y acarició el brazo de Judith. — Escúchame, cariño. — Quitó el cojín suavemente para que le mirara. — Estás a salvo en esta casa, ¿vale? Conmigo siempre puedes hablar. — Levantó la mirada con otro suspiro para ver que Nicholas no pensaba irse de allí. Menuda cabezonería más sospechosa. — Si me necesitas — susurró — me escribes un mensaje y subo a hablar contigo, ¿vale? — Se separó y alzó más la voz. — Intenta descansar lo que puedas, y luego vendrán a traerte algo que te asiente el estómago, ¿tienes frío? — La arropó un poco con las mantas y le apartó el pelo de la cara. Sí que parecía que estaba ida. — Venga, tranquila, ¿vale? Todo se solucionará. —
Se levantó de la cama y se fue hacia Nicholas. — Venga, vámonos, ya que tienes tanta prisa. — Bajó la voz y dijo. — Pero ya que quieres hacer creer a todo el mundo que fue un infarto, vayamos a la habitación a comprobar que tu versión y la de la baronesa no son incompatibles con lo que haya ahí de verdad. — Ya estaba tardando en ir, pero se le acababa de presentar una oportunidad de oro de ver la reacción de Nicholas o si intentaba modificar algo en la escena.
Intentar ir con Nicholas a la sala de estar
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Judith te mira temblorosa y con los ojos vidriosos, y con un punto de desconfianza. Mira de reojo a su padre y, antes de volver a taparse con el cojín, dice. - No seas tan amable conmigo. - Con inseguridad. Cuando dices que subirán a traerle algo, te mira súbitamente aunque sin mover ni un músculo, solo los ojos. - Dile a Josephine que me traiga un café. - Pide.
En el pasillo del primer piso
Salís de la habitación, él en silencio digno y muy convencido de bajar, pero tú, llegados a la primera planta, le solicitas entrar en la sala de estar, solicitud que él, por la expresión que pone, no se había visto venir. - ¿Estás loca? - Mira a los lados, nervioso. - ¿Por qué quieres ver a tu suegro muerto? Joder, eres más pérfida de lo que pensaba. - Niega. - ¿Qué más da cómo haya muerto? Contará lo que nosotros digamos, nadie tiene por qué venir a comprobarlo. O, si lo hacen, ya nos las ingeniaremos para que a la prensa se filtre lo que nos interesa y la policía no haga muchas preguntas. - Rueda levemente los ojos, asqueado, y dice. - Tampoco es como que gozara de mucha estima ahí fuera. -
Se cruza de brazos. - Yo no pienso entrar, me parece de mal gusto. - Hace una pausa, valorando. - Entra tú. Te espero en la puerta. -
Instrucciones: La habitación del barón se encuentra dividida en tres áreas. Dispondrás de un máximo de siete minutos para investigar la habitación del barón y el cuerpo. No tienes por qué hacer todas las acciones en el mismo post, puedes hacerlas poco a poco y esperar la información de masterización para seguir tomando decisiones. Si consumes menos de siete minutos, saldrás de la habitación sin problemas y sin ser vista; si consumes exactamente siete minutos, tendrás que tirar un dado acierto/fallo para ver si te han visto salir de la habitación (y a Nicholas en la puerta) o no; si te pasas de los siete minutos, te pillarán en la habitación. Puedes volver a la habitación en otro momento en el que las circunstancias te lo permitan si quieres seguir investigando.
Posibles acciones:
Área 1: Zona izquierda de la sala
Acceso a la biblioteca, trasladarse a investigar la biblioteca - 3 minutos
Mobiliario, mesas de negocios y alrededores - 1'5 minutos
Papeles de negocios y documentos personales - 2 minutos
Área 2: Zona central de la sala
Puerta, mobiliario cercano - 0'5 minutos
Ventana, vistas y alrededores - 1 minuto
Mobiliario central y alrededores - 1'5 minutos
Área 3: Zona derecha de la sala
Mobiliario y alrededores - 1'5 minutos
Cadáver - Mirar superficialmente, 1 minuto; mirar minuciosamente, 3 minutos
Importante: Todas las acciones pueden pedir hacerse una segunda vez si Elsa no se ha quedado tranquila en su revisión y cree que hay más datos ocultos. Si no hay más datos, narración dirá "no encuentras nada más" y el gasto será, en todos los casos, de 0'5 minutos. Si hay más pistas por la segunda revisión, es gasto de minutos será el mismo que la primera vez que se realiza la opción.
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Trató de no fruncir el ceño ante las últimas palabras de Judith, y más se escamó aún con lo de Josephine… ¿Judith era tan cercana a esos dos chicos? En las últimas horas no dejaba de ver los nombres de esos tres juntos por una cosa u otra, pero simplemente dejó la habitación, sin perder de vista la petición de su sobrina.
Trató de no suspirar muy fuerte a Nicholas. ¿Qué vio Emily en ese hombre? ¿Qué le seguía viendo para ponerse como una hidra solo de pensar que ella pudiera tener algo con él? — Soy realista, gracias. — Contestó, fría. — ¿Quieres contar una versión de algo? Pues mejor que seas consistente y que se sostenga. — Negó con la cabeza. No, Nicholas diseñaba la realidad a su antojo, y si no lo salía, seguía diseñando hasta que le convencía, aunque lo enmarañara todo tanto que al final no se entendiera nada de lo que quedaba. Le miró de arriba abajo al llegar a la puerta y se ahorró el “cobarde de mierda, seguro que la tienes pequeña y de ahí que vayas de gallito el resto del tiempo, pero a la hora de la verdad no hagas nada” que se le pasó por la cabeza.
La escena daba MUCHA impresión, no quería mirar al barón, y había sangre por todas partes. Miró muy minuciosamente que no pisaba ninguno de los charcos de sangre y se dirigió a la zona central de la habitación, para ver si encontraba una explicación a lo de la ventana. Cerró los ojos, intentando no mirar mucho al cadáver mientras mascullaba. — ¿Cómo hemos llegado a esto? — Sacó un pañuelo limpio del abrigo que todavía llevaba puesto pero abierto para no dejar huellas en nada.
Investigar el área 2
Mansión Du Maurier
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La visión nada más entrar es impactante: detectas que el barón está, efectivamente, en su cama, y que hay mucha sangre, si bien la mayor parte de esta está en el área tres (la cama y sus alrededores), llegando manchas y residuos de la misma hasta el área dos (centro de la sala) y nada al área uno (zona izquierda).
Junto a la puerta hay una mesita auxiliar, el lugar donde habitualmente la criada deja la bandeja del desayuno. El centro de la sala dispone de un pequeño sofá con tres cojines a juego, que sirve de barrera entre la zona de las gestiones del barón y la zona de descanso (áreas uno y dos). Junto al sofá, de espaldas a la puerta y de frente a la ventana, el sillón que habitualmente Jerome usaba para sentarse. Frente a dicho sillón hay una mesita baja, para tomar un tentempié o revisar puntualmente algunos papeles. Bajo estos muebles hay una ornamentada alfombra. Frente a la puerta está la ventana, completamente abierta tal y como señaló la criada.
Lo primero que llama tu atención al entrar es que, en la mesita auxiliar, están las llaves de la puerta, y estas están manchadas de sangre. Las llaves suelen estar ahí, pero que estén manchadas de sangre es llamativo: la criada no ha dicho que la puerta estuviera cerrada con llave, de hecho pudo entrar sin problemas, por lo que se entiende que, cuando ella entró, ya estaban ahí, pero las manchas hacen pensar que en algún momento fue usada.
La alfombra parece que está ligeramente torcida bajo los muebles. El resto de cosas están en su sitio.
Sobre la mesa se encuentra el teléfono móvil del barón, pero este tiene una clave de acceso que tú desconoces, por lo que no puedes entrar en él. También hay varios papeles. Son documentos oficiales, muy largos que no puedes entretenerte ahora en leer. Tiene varios epígrafes, todos dentro del siguiente título: DESTITUCIÓN DE CARGOS Y DESPIDOS
Te acercas a la ventana. El quicio inferior está sucio, ennegrecido por una parte, como si alguien hubiera dejado la huella de un zapato. Hay restos de tierra y un poco de sangre. Al asomarte, ves que hay restos de pisadas por el techo pero la sangre cada vez es más tenue hasta desaparecer.
El suelo tiene varias pisadas de sangre por todo el lugar, que van desde la zona de la cama (área tres) recorriendo toda la central, desde la ventana hasta la puerta. La alfombra no está manchada, o si lo está, no se aprecia.
Has consumido tres minutos. Dispones de un máximo de cuatro si no quieres ser descubierta.
Instrucciones:
Posibles acciones:
- Abandonar la sala.
- Continuar revisando. Te quedan las siguientes opciones disponibles:
Área 1: Zona izquierda de la sala
Acceso a la biblioteca, trasladarse a investigar la biblioteca - 3 minutos
Mobiliario, mesas de negocios y alrededores - 1'5 minutos
Papeles de negocios y documentos personales - 2 minutos
Área 2: Zona central de la sala
Revisión de la puerta y mobiliario cercano - 0'5 minutos tanto si encuentras algo como si no.
Revisión de la ventana, vistas y alrededores - 1 minuto si encuentras algo, 0'5 si no.
Revisión del mobiliario central y alrededores - 1'5 minutos si encuentras algo, 0'5 si no.
Área 3: Zona derecha de la sala
Mobiliario y alrededores - 1'5 minutos
Cadáver - Mirar superficialmente, 1 minuto; mirar minuciosamente, 3 minutos
Importante: Todas las acciones pueden pedir hacerse una segunda vez si Elsa no se ha quedado tranquila en su revisión y cree que hay más datos ocultos. Si no hay más datos, narración dirá "no encuentras nada más" y el gasto será, en todos los casos, de 0'5 minutos. Si hay más pistas por la segunda revisión, es gasto de minutos será el mismo que la primera vez que se realiza la opción.
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¿Cómo? ¿Llaves manchadas de sangre? ¿Nada más entrar? Aquello no tenía sentido… Pero lo apuntó mentalmente. La alfombra torcida podría indicar un forcejeo, pero no estaba ni siquiera manchada, así que podría haber sido también que, quien escapara la removiera sin querer… ¿Pero sin dejar ninguna huella en aquel sitio que estaba lleno de sangre?
Los papeles los conocía. El barón era expeditivo con los despidos, y muy exigente con la gente que trabajaba para él, así que, en cuanto consideraba que no cumplían, les echaba. Ojalá poder pararse a ver de quiénes eran aquellos papeles, pero no podía. No parecía haber sangre encima de ellos, y eso también era llamativo, teniendo en cuenta cómo estaba el sitio.
Sabía, no obstante, que algo tenía que ver la ventana, porque no tenía ningún sentido que estuviera abierta con aquel frío, y las pisadas estaban más que claras, obviamente de salida, porque eran más fuertes cerca de la ventana y más tenues alejándose. Las pisadas dentro parecían un poco erráticas y no entendía bien la dirección que llevaban, pero menos aún entendía que no hubiera sangre de forma llamativa en la alfombra.
Zona 2:
Revisión de puerta y mobiliario cercano
Revision de mobiliario central y alrededores
Zona 3:
Revision superficial del cadáver
Mansión Du Maurier
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Vuelves a revisar la zona de la puerta y sus muebles aledaños, pero no encuentras nada relevante, salvo lo visto hasta ahora.
Tras esto, revisas de nuevo los muebles y alrededores de la zona central. La alfombra está ligeramente torcida y te hace pensar que ha sido hace poco, porque al fijarte bien en el suelo, se observa la fina línea de polvo y la diferencia en el color de la madera de donde se suponía que debía estar a donde está. Además, te extraña de que el barón haya dejado el móvil encima de la mesa: es un hombre incansable en su trabajo, siempre lo lleva con él y se acuesta mirándolo, debería estar en su mesita de noche. Ni la mesa, ni el sofá, ni el sillón tienen manchas de sangre, pero cuando te fijas bien, el sillón parece tener una pequeña magulladura en una esquina, un roce de la madera, como si le hubieran dado un golpe. En cuanto a los papeles, son papeles genéricos, no hablan de nadie en concreto, sino que es el aspecto legal de cómo proceder con un despido y qué alegaciones se pueden realizar para que no sea considerado como improcedente.
Pasas al área en la que está el cuerpo del barón. La imagen impresiona por la cantidad de sangre, pero te acercas prudencialmente, no mucho, para mirarlo aunque sea de forma superficial. El barón está tumbado en la cama, boca arriba, como si estuviera dormido, tapado por las ropas de la cama hasta los hombros. Por la postura en la que está, perfectamente tumbado, se diría que no ha habido forcejeo de ningún tipo. Tiene los ojos cerrados y la boca ligeramente entreabierta, y por lo que intuyes (pues está tapado por todas las mantas y sábanas) tiene los brazos en posición relajada a los lados del tronco. Hay mucha sangre por todas partes, y con tanto ropaje, es difícil saber en qué zona ha sido atacado el barón (piensas que apuñalado, si bien no ves arma del crimen por ninguna parte, pero es lo que hace pensar tanta sangre; quizás disparado en varias ocasiones, pero nadie ha dicho oír nada, si bien el arma podría tener un silenciador).
Has consumido seis minutos. Dispones de un máximo de uno si no quieres ser descubierta.
Instrucciones:
Posibles acciones:
- Abandonar la sala: Abandona la sala sin ninguna consecuencia, aunque Nicholas está en la puerta, por lo que no podrás simplemente pasar de largo. Él querrá hablar contigo y preguntarte qué has visto, así que simplemente narra que abandonas la habitación tras lo que has visto.
- Continuar revisando. Solo te queda un minuto, por lo que podrás hacer acciones que consuman menos tiempo sin miedo a ser descubierta. En el caso de utilizar una acción de un minuto exacto, deberás tirar además un dado de acierto/fallo. Si la acción o acciones que eliges sobrepasan los siete minutos, cuando acabes, alguien te descubrirá. La primera acción que sobrepase los siete minutos será la última que puedas concluir, no puedes rebasar por mucho ese tiempo. Te quedan las siguientes opciones disponibles:
Área 1: Zona izquierda de la sala
Acceso a la biblioteca, trasladarse a investigar la biblioteca - 3 minutos
Mobiliario, mesas de negocios y alrededores - 1'5 minutos
Papeles de negocios y documentos personales - 2 minutos
Área 2: Zona central de la sala
Revisión de la ventana, vistas y alrededores - 1 minuto si encuentras algo, 0'5 si no.
Área 3: Zona derecha de la sala
Mobiliario y alrededores - 1'5 minutos
Cadáver - Mirar minuciosamente, 3 minutos
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Todo lo que veía le daba información, pero no le concretaba casi nada y, mientras tanto… Era incapaz de deducir qué había matado al barón. No obstante ya tenía dos claves: el tresillo y la alfombra del centro de la sala y la ventana. Suspiró y salió con mucho cuidado, dirigiéndose hacia Nicholas.
— Eso está lleno de sangre, hay pisadas por todas partes y algunas salen por la ventana. — Sus pensamientos sobre las llaves, el móvil y los papeles de encima de la mesa, se los guardaba para ella. — Tu teoría del infarto no se va a sostener por ningún lado aunque, sinceramente, no soy capaz de ver qué lo mató. — Frunció los labios. — Si cada uno empezara a decir qué recuerda de ayer por la tarde, al menos tendríamos un relato más o menos coherente, pero como lo único que hacéis es chillar y criticar pues… — Salió de la habitación y fue hacia la escalera, señalando para que pasara antes que ella. — Vamos, Nicholas, ¿no tenías tanta necesidad de hablar con la baronesa? —
Salir de la habitación
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- ¿Qué has visto? - Pregunta Nicholas, tenso, nada más abandonas la sala, con los brazos cruzados y los dientes apretados, mirando de soslayo al interior. Escucha atentamente lo que le dices. - Mi teoría del infarto, que te recuerdo que es de la baronesa y no mía, se sostendrá si esta información no sale de aquí. - Niega. - Nadie tiene por qué saber qué ha ocurrido aquí dentro. Que el servicio limpie y que el cadáver se vele en la más estricta intimidad. Sabes de sobra que podemos conseguir que la teoría del infarto se mantenga a la vista pública. -Rueda los ojos. - Deja de hacerte la detective, Elsa. ¿Quieres que te recuerde que lo ha matado alguien de aquí? A ver si vas a ser demasiado molesta y te van a hacer lo mismo a ti también. - Te mira cuando le dices de bajar, y tras una pausa momentánea, insiste. - ¿No has visto nada más? ¿No hay pruebas... de quién ha sido? - Echa aire por la nariz, se frota los ojos y avanza contigo hacia las escaleras. - Vamos. -
Posibles acciones:
- Revisar/utilizar el teléfono.
- Desplazarte a otra zona de la casa para intentar espiar, investigar o hablar con otra persona.
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— Sangre. Mucha. — Respondió, no comprometiéndose a nada. Asistió en silencio al discurso de Nicholas cruzada de brazos. — A los muertos se les hace la autopsia por ley, Nicholas. Ni tú ni todo el dinero del barón pueden cambiar eso, y, de hecho, veremos si no hay cláusulas en su testamento que aludan a esta cuestión, a si se hace una cosa u otra con el dinero si aparece muerto. — Alzó la ceja, sin mover ni un milímetro su posición. — Pues qué mal gusto tendría el asesino. Yo no soy nadie en esta casa, ¿por qué iba a querer matarme nadie? — Levantó levemente la comisura del labio. — Ser invisible tiene también sus ventajas. — Toda la vida haciéndome de menos y ahora iban a empezar a verme, tendría guasa.
Negó con la cabeza. — Ni una. Solo mucha sangre y un poco de desorden. — Insistió. — Será que no las veo porque no soy detective. — Dejó caer. No, que al señorito no le gustaba que hiciera preguntas, pero sí quería saber qué descubría. Pues buena suerte. — Ve tú al salón, ahora voy. Voy a pedirle a Josephine el café que ha pedido tu hija. — Y se adelantó hacia la cocina. Si estaba Josephine, le iba a venir muy bien, pero sus miras ahora estaban puestas en Amelia. Repitiría la excusa al pasar por el salón, esperando que nadie se lo impidiera.
Dirigirse a la cocina por el salón
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Al entrar en él ves a las mismas personas que se encontraban allí cuando lo abandonaste por última vez: Jonathan, Ottis, Emily y la baronesa. Tu entrada provoca que todos te miren, súbitamente los tres primeros, en tensión; con desdén la última. Ottis parecía estar esperando verte aparecer, y en cuanto a Jonathan, inmerso en su teléfono móvil, lo ha bajado y estudia si vienes a quedarte o a pasar de largo. Emily se ha percatado de que no entras sola, sino con Nicholas, y al veros juntos ha soltado un bufido despectivo y agresivo, torciendo una sonrisa sarcástica y buscando la mirada de Jonathan mientras niega con la cabeza.
Emily, con el puño en la boca, ha desviado la mirada mientras cruzas el salón, sin querer mirar ni a Nicholas ni a ti. El hombre ha entrado informando de que Judith se encuentra mejor, pero nadie parece hacerle caso, si bien la baronesa (con su desdén habitual) es la única que le mira mientras habla. Jonathan y Ottis te siguen con la mirada al pasar, aunque las emociones que transmiten son... levemente diferentes. No sabrías definir en qué sentido, porque has pasado de largo.
En el comedor:
Atraviesas el comedor en dirección a la cocina, pero antes de llegar, te interrumpe una voz a tu espalda. - Mamá. - Ottis tiene la voz insegura, y tiene mala cara. Se acerca a ti. - ¿Puedo contarte una cosa un momento? -
Posibles acciones:
- Ignora a Ottis o pídele hablar más tarde y continúa hacia la cocina.
- Habla con Ottis en el comedor.
- Vuelve al salón y pídele a Ottis que hable allí contigo, junto a los demás.
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No esperaba otra cosa de ninguno de los presentes: la desidia de su suegra, las tonterías de su cuñada, la cara de espantapájaros de Jonathan… — Voy a avisar a Josephine de que le lleve el café a Judith. — Dijo de pasada. Entonces recordó algo que se le había ocurrido arriba, pero no había tenido ni un minuto para hacerlo.
Sacó el teléfono y mandó un mensaje a Carine. “Carine, necesito que me hagas un favor. Sospecho que Jonathan me está engañando… Necesito pruebas pero últimamente nunca estoy sola en la casa. ¿Puedes mirar en sus cosas y decirme si ves algo extraño? Lo valoraría mucho.” La chica no era tonta, normal no le iba a parecer, pero, precisamente, por no ser tonta, entendería que tenía más que ganar que perder con aquello.
Y en lo que tardó en escribir el mensaje, apareció su hijo ahí. El ambiente no debía haber estado precisamente encantador allí, desde luego, pero no se le veía bien. Se le acababa el tiempo y no tenía todas las versiones que quería, pero su hijo iba primero. — Claro, cariño, dime, ¿ocurre algo? — Pasó un brazo por los hombros de su hijo y miró a los alrededores para ver que nadie les escuchaba.
Usar el teléfono para mandar un mensaje a Carine y hablar con Ottis
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