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Not a clue without its crime Inspired | Otros (Cluedo) | OnexOne
La familia Du Maurier ha sido siempre una de las más prestigiosas, poderosas y ricas del país. El barón Du Maurier tiene influencias y negocios que se extienden por todo el mundo, y un ejército de personas a su cargo, interconectadas con él. La imagen de familia perfecta que han dado siempre al exterior no ha hecho dudar a nadie de que la suerte les había bendecido, pues tenían de todo... Quizás la realidad fuera diferente. Demasiados trapos sucios internos de los que nadie era consciente, y que acaban de estallar.
Jerome Du Maurier ha sido hallado muerto la mañana del día 13 de diciembre de 2022 en su habitación. Un hombre con tanta influencia podría tener muchos enemigos, pero... ¿y si este estuviera dentro de su casa?
Francis Corso
Investigador/Voz en off
40 años
Mark Ruffalo
Freyja
Elsa (Lemoyne) du Maurier
La nuera
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Ivanka
Emrys
Jerome Du Maurier ha sido hallado muerto la mañana del día 13 de diciembre de 2022 en su habitación. Un hombre con tanta influencia podría tener muchos enemigos, pero... ¿y si este estuviera dentro de su casa?
Situación de Elsa el 13 de diciembre
Descubrimiento del cadáver y distribución de la mansión Du Maurier
Pistas:
Reuniones
Comida con los sospechosos
Conversaciones
Información obtenida de Andreas (parte I)
Información obtenida de Andreas (parte II)
Información obtenida de Ottis (parte I)
Información obtenida de Ottis (parte II)
Información obtenida de Ottis (parte III)
Información obtenida de Amelia
Información obtenida de Carine sobre Jonathan (parte I)
Información de Carine sobre Jonathan (parte II)
Información obtenida de Josephine
Información obtenida de la criada
Información obtenida de la baronesa
Información obtenida de Jonathan
Información obtenida de Richard
Información obtenida de Emily (parte I)
Información obtenida de Emily (parte II)
Espionaje
Conversación entre Josephine y Judith
Conversación entre Amelia y Josephine
Conversación entre Emily, Jonathan, Richard, Nicholas, Judith y Andreas
Investigación de salas
Investigación de la sala de negocios
Investigación del jardín
Investigación de la sala de estar (parte I)
Investigación de la sala de estar (parte II)
Investigación de la habitación de Jonathan y Elsa
Investigación del cuarto de herramientas
Investigación de la habitación de Emily
Investigación de la habitación de la baronesa
Fortuitas
Pista de la piscina
Descubrimiento del cadáver y distribución de la mansión Du Maurier
Pistas:
Reuniones
Comida con los sospechosos
Conversaciones
Información obtenida de Andreas (parte I)
Información obtenida de Andreas (parte II)
Información obtenida de Ottis (parte I)
Información obtenida de Ottis (parte II)
Información obtenida de Ottis (parte III)
Información obtenida de Amelia
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Información de Carine sobre Jonathan (parte II)
Información obtenida de Josephine
Información obtenida de la criada
Información obtenida de la baronesa
Información obtenida de Jonathan
Información obtenida de Richard
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Información obtenida de Emily (parte II)
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Conversación entre Josephine y Judith
Conversación entre Amelia y Josephine
Conversación entre Emily, Jonathan, Richard, Nicholas, Judith y Andreas
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Investigación de la sala de negocios
Investigación del jardín
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- Familia:
- ∞Jerome du MaurierBarón du Maurier, asesinado el 13 de diciembre a los 79 años. Su relación con su familia era distante en líneas generales, y su matrimonio con Agatha, un negocio más. Consentidor con Richard, su primogénito, a quien instruía mínimamente para heredar sus negocios pero no daba mucha importancia. Cruel con Jonathan, a quien siempre consideró débil, motivo por el cual él mismo organizó su matrimonio con la persona a la que tiene en más alta estima dada su inteligencia, su nuera Elsa. La relación tanto con su hija menor, Emily, como con sus dos nietos, era de absoluta indiferencia. Sus dos hombres de negocio de confianza, Nicholas (ex-marido de su hija, separación que nunca aprobó) y Andreas (compañero de promoción de su hija, a quien siempre valoró más que a ella), si bien eran su mano derecha, les trataba con condescendencia y como si fueran súbditos. Tuvo un affaire con Amelia, una de las personas del servicio, a quien dejó embarazada y "permitió" conservar el puesto a condición de que mantuviera el secreto. Su relación tanto con ella como con su hija ilegítima Josephine era inexistente.∞Agatha (Levinson) du Maurier78 años, viuda del barón. Su papel en la casa ha estado limitado a los designios de él, siendo contradicha casi en la totalidad de sus deseos, o así lo manifestaba ella: "idea que yo tenía, él tomaba la dirección contraria". Es conocedora de la relación extramatrimonial de su marido y sabe que Josephine es hija suya, pero como con todo a lo largo de sus casi cincuenta años de matrimonio, ha preferido callar. Mirar y callar, y juzgar. La oían murmurar entre dientes "algún día...", pero siempre lo dejaba en el aire. Con la única persona con la que tiene una relación más o menos estrecha es con su hija Emily.∞Richard du Maurier50 años, primogénito del barón. Dedicado a los negocios de su padre, o más bien a fingir que se ocupa de ellos, pero fundamentalmente a dilapidar su fortuna. Hasta ahora llevaba bastante bien los exabruptos del hombre por conveniencia, pero cada vez más se le hacían cuesta arriba, y las disputas a voces se hacían más y más frecuente. Despótico y egoísta, no paraba de recordar a su padre que él sería el heredero "más pronto que tarde", y que no tenía por qué tolerar más desvaríos de una vieja gloria. Ignora por completo al resto de su familia, está demasiado centrado en su futuro imperio.∞Jonathan du Maurier47 años, hijo mediano del barón. Nunca se ha sentido cómodo ni en ese mundo ni con los negocios, pero se ha visto reconducido a ello toda la vida. En la carrera coincidió con Elsa, su esposa, con quien tenía una relación cordial de amistad. Su padre organizó el matrimonio entre ambos, a lo que él se prestó, si bien nunca estuvo enamorado de ella. Poco después de su matrimonio, entró en el negocio familiar Andreas, un compañero de promoción de su hermana Emily, con quien mantiene una relación de amantes de quien nadie es conocedor. Hubo un momento en que estuvo enamorado de él, pero ahora vive amedrentado, bajo la amenaza de que su relación sea destapada y se le expulse de la familia. Su relación con su hermana Emily es tensa, porque últimamente ella lanza injurias sobre su matrimonio, aunque a veces piensa que podrían ser una buena baza para él. Prefiere tener la menor relación posible con su madre y su hermano mayor, y a su padre le odiaba, si bien trataba de disimularlo. Su relación tanto con su esposa como con su hijo es cordial: les tiene un gran cariño, si bien a ella no la ama y nunca ha tenido instinto paternal.∞Ottis du Maurier13 años, nieto del barón. Cariñoso y sensible, pero bastante solitario, pues su entorno no se caracteriza por el calor familiar. Su padre no es malo, pero tampoco especialmente cariñoso con él; con su madre le pasa algo similar. Él, demasiado preocupado por sus propios problemas, y ella por sus negocios. A Ottis le gusta investigar y experimentar, y es un poco temerario. También le gustan las bromas, lo que en una casa como esa no sienta nada bien. Se le ha oído lamentarse en la infancia en muchas ocasiones de sentirse ignorado por todos sus familiares, y de que su abuelo era cruel con él. Llegó un punto en que dejó de hacerlo y empezó a hacer su vida solo, aunque está más presente de lo que parece.∞Emily du Maurier43 años, hija menor del barón. Se enamoró perdidamente de Nicholas cuando este empezó a trabajar con su padre, pero su matrimonio ha sido tortuoso hasta su divorcio. Está plenamente convencida de que su ex-marido le ha sido infiel, motivo por el cual renunció a su apellido de casada y volvió al de soltera. Muy unida a Andreas, compañero de negocios de Nicholas y de carrera de ella, entre ambos empezaron a alimentar la hipótesis de la relación extramatrimonial de Elsa y Nicholas, lo cual tanto Jonathan como sus padres se empeñan en ignorar deliberadamente, incrementando la furia de Emily. El que su padre se opusiera a su divorcio detonó un sonado conflicto. Dejó los estudios inconclusos al comenzar con Nicholas, nunca le habían gustado y su situación le permitía no trabajar. Se ha volcado en el cuidado de su hija, con quien tiene una relación demasiado estrecha.∞Nicholas Anderson45 años, ex yerno del barón. Al igual que su suegro, trató su matrimonio como un negocio más, y sus funciones paternales iban más enfocadas a que su hija tuviera conocimientos de negocio (con lo que tiró la toalla tan pronto vio la relación que tenía con su madre) que a ejercer de padre. Su vida son sus negocios, y su divorcio solo suponía un escollo más en estos. Es el más entregado en su trabajo y considera a Andreas un inútil, por lo que no entiende por qué comparte posición y privilegios con él cuando sus categorías son muy diferentes. Se sospecha que tiene una amante, pero a pesar de la creencia de Emily, esta se encuentra fuera del entorno familiar.∞Judith Anderson18 años, nieta del barón. Tiene una relación de codependencia con su madre que hace que piense por y para ella: lo que Emily diga, es sentencia para Judith. Odia a toda su familia porque cree firmemente que han arruinado la vida de su madre, como así ella lo manifiesta, pero en especial a su abuelo, a quien culpa de todas sus desgracias y defectos. Manipula a su padre para obtener de él los caprichos que necesita, porque desde su punto de vista es para lo único que sirve. Su relación con el resto de la familia es muy escasa y solo hace acto de presencia en casa si es con su madre.∞Andreas Spencer43 años, hombre de negocios del barón. Conocía los negocios de la familia Du Maurier desde hacía años, por lo que no dudó en pegarse a Emily en cuanto la conoció en la carrera, lo que le granjeó un puesto entre los negocios del barón con facilidad. Su relación es de calma hostil tanto con Nicholas como con Richard, a quien considera un inútil fácilmente manipulable en cuando el barón fallezca y deje en manos su imperio. Es amante de Jonathan desde hace años, y con él tiene una relación de afecto intermitente: siente algo por él, pero no lo suficientemente fuerte como para poner en peligro todo lo que le ha costado conseguir. Su mayor baza: aprovechar las inseguridades de Emily para dinamitar de un plumazo a Nicholas y el matrimonio de Jonathan, por lo que ha encontrado un filón en acusar a Elsa de infidelidad con su cuñado. Es consciente de que camina sobre la cuerda floja por lo que es muy calculador y astuto en sus movimientos.∞Amelia Robberts50 años, criada y ex amante del barón. Entró en el servicio de la casa siendo muy joven y quedó encandilada por el barón, quien años después mantuvo una relación extramatrimonial. Cuando quedó embarazada, empezó a sufrir amenazas por su parte, lo cual no se vio venir: sabía cuál era su posición pero se había creído el discurso del amor imposible que podría con todo. No quiso abortar a pesar de las insistencias del barón, y dado que un despido iba a ser demasiado evidente y despiadado por su parte, el hombre la dejó trabajar allí a condición de que no dijera nada, y no sería juzgada por su "conducta inapropiada" como madre soltera, sino que tanto ella como su hija serían protegidas. La realidad es que llevaba atada a esa familia toda la vida, y con un secreto que la envenenaba poco a poco. Ha intentado que su hija sea lo más feliz posible con sus circunstancias.∞Josephine Robberts24 años, hija ilegítima del barón. Dentro de sus circunstancias, y de estar siendo criada de la familia desde que llegó a la adolescencia, su madre ha intentado criarla en la medida de lo posible como a una niña feliz. No le dio mayor importancia a estar "recluída" en la mansión del barón: era una casa muy bonita y con los Du Maurier apenas tenía trato, prácticamente ni les veía, era como vivir con su madre en un ala de la casa. A quien sí conocía de toda la vida era a Zach, el chico encargado de las caballerizas, de su misma edad. No ha querido atormentar a su madre con preguntas... hasta hace poco. Zach empezó a plantearle una serie de hipótesis que le hicieron preguntar, motivo por el cual, hace apenas dos años, su madre le confesó de quién era hija realmente, suplicándole que no dijera nada. Solo lo sabe Zach, porque siente que su vida ha sido una mentira desde entonces, y que no es capaz de perdonar lo que le han hecho a su madre. Afortunadamente, se siente muy apoyada por su novio.∞Zach Smith26 años, trabajador de las caballerizas del barón. Ha estado perdidamente enamorado de Josephine toda la vida, fomentando su felicidad con pequeños gestos y queriendo pasar con ella todo el tiempo posible. Empezaron una relación sentimental hace un par de años, y justo cuando planeaba pedirle matrimonio... la chica le confesó que su verdadero padre era el barón. Desde entonces, no ha vuelto a ser la misma, y ahora ve a la pobre Amelia, una mujer a la que siempre había considerado buena pero triste, con otros ojos. No puede soportar que la mujer de su vida sufra, y está convencido de que Amelia necesita una compensación por todo lo ocurrido. Es bastante reivindicativo, motivo por el que ha sido reprendido y amenazado con el despido en más de una ocasión. Pero no van a separarle de Josephine con tanta facilidad.
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<cap>Capitulo 1</cap></div></div><a href="/u1691" class="creditos">Emrys</a><link href="https://fonts.googleapis.com/css2?family=Roboto:wght@100;300;400;500;700;900&display=swap" rel="stylesheet"><style>.brop {--blanco: #fafafa;--blancooscuro: #f5f5f5;--gris: #eee;--negrorgb: 0,0,0;--borde: 1px solid #dadada;--accent:#953a48;background: var(--blancooscuro);text-align: justify;width: 550px;display: flex;margin:10px auto;}.broth {padding: 25px;background: var(--blanco);font: 13px arial;line-height: 18px;width: 350px;padding-right: 15px;}.broth titulo {display: block;text-align: right;padding: 7px 7px 25px;font: 25px Roboto;text-transform: uppercase;letter-spacing: -1px;line-height: 23px;position: relative;}.broth titulo:after {content: "";width: 50%;height: 1px;position: absolute;border-bottom: var(--borde);bottom: 15px;right: 0;}.broth titulo b{font-weight:600;color:var(--accent);}.brothers {width: 120px;padding: 20px;background: var(--blancooscuro);display: flex;flex-flow: wrap;justify-content: center;align-items: flex-start;align-content: flex-start;font-family: Roboto;position:relative;}.brothers img {width: 100px;height: 100px;border-radius: 100%;margin: 5px 0;object-fit: cover;border: 5px solid transparent;box-shadow:0 0 0 1px var(--accent);}.brothers span {display: block;margin: 3.5px 0;font-size: 12px;text-transform: uppercase;width: 100%;text-align: center;position:relative;}.brothers span:nth-of-type(1) {margin-top:10px;}.brothers span:nth-of-type(2n){font-weight: 700;color:var(--accent);}.brothers span:last-of-type:before {border-bottom: var(--borde);content: "";position: absolute;width: 100px;left: 11px;bottom:-7px;}.brothers cap {position: absolute;bottom: 5px;right: 5px;font-size: 8px;text-transform: uppercase;letter-spacing: 4px;opacity: 0.7;font-weight:800;}a.creditos {width: 500px;display: block;margin: auto;text-align: center;text-transform: uppercase;font-weight: bolder;font:9px arial;padding: 10px;text-decoration: none;letter-spacing: 1px;}</style>
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Tan pronto envías el mensaje respondes a Ottis, por lo que no te ha dado tiempo a ver si Carine te ha respondido. El chico suelta un poco de aire por la boca, parece agobiado. Agacha la cabeza, apretando los labios, y comienza. - Es que... antes... hay una cosa que no te he contado. - Traga saliva. - No... no me acordaba, me he acordado después, y... tenía miedo de que me regañaras. - Te mira y se encoge un poco. - ¡Lo siento! Si me castigas, lo entenderé. Pero no lo hice... no sabía... Yo no sabía que iba a pasar esto, te lo juro. -
Vuelve a agachar la cabeza. - Ayer... La clase de caballo suele terminar sobre las seis y media de la tarde, a veces un poco más. Papá no es tan estricto con la hora. - Te mira con los ojos entornados. - Quiero decir... contigo me gusta ser siempre muy puntual... - Se encoge de hombros. - De todas formas, a menos cuarto yo estaba todavía solo por ahí, Zach ni había aparecido, y me extrañó, porque bueno, él me deja muchas veces dar un paseo solo, pero no me deja solo solo toda la clase, normalmente viene, y no venía. Y pensé, ya es supertarde, como papá esté esperando desde las y media se va a enfadar y se va a creer que me he perdido y me he ido solo por ahí. Entonces volví, pero papá no estaba, estaría liado, yo que sé. Y dije, bueno, pues entro yo al establo y le digo a Zach que ya estoy aquí, a lo mejor está papá dentro con él, porque le escuchaba hablar. - Se rasca la coronilla. - Pero estaba con Judith, y... se estaban metiendo un montón con el abuelo. Decían cosas feísimas de él. Y me dio coraje, porque debería estar conmigo con los caballos, y encima de que no estaba, se estaba metiendo con el abuelo. Y la prima es una borde, ni me mira cuando me ve. Es que ni me había saludado. -
Se encoge de hombros. - Así que... les gasté una broma a los dos... y ahora... - Te mira apurado. - ¡No pensé que fuera a ser para tanto! Como yo estaba por la parte de atrás, y justo desde la ventana se ve Rocín, el caballo de Judith, pues... le quité la medalla que le tiene puesta en la cola. ¡Es una horterada! Es una medalla de oro superfea con una J, para que todos sepamos que es de ella. ¡Debería de ser una R, que es el nombre del caballo! ¡No, no debería de ponerle nada! ¿Qué hace un caballo andando por el campo con una medalla de oro? Es una idiotez. - Traga saliva otra vez. - Y... para que el abuelo la regañara, por meterse con él, o si el abuelo no se daba cuenta para que se creyera que se la había quitado o perdido Zach, y así me vengaba de los dos a la vez, pues... Había allí unas escaleras, así que subí al techo y lancé la medalla dentro de la habitación del abuelo. - Tiembla un poco al decirlo y te mira con disculpa. - Y ahora va a estar allí... y... a lo mejor piensan que ha sido ella porque está allí su medalla, o yo qué sé, o piensan que he sido yo, o... o... - Tiembla de nuevo. - ¿Y si por mi culpa, por dejar la escalera ahí, mataron al abuelo? Porque el asesino aprovechó que estaba para subir... - Baja la cabeza y se le cae una lágrima. - Lo siento, lo siento, mamá, ya sé que siempre me dices que no haga bromas... Lo siento, soy idiota... Ya no lo voy a hacer más, nunca nunca más. -
Instrucciones: Responde a Ottis. Tras esto, puedes:
- Continuar sola hacia la cocina, pidiéndole que vaya a otra parte.
- Llevártelo contigo a la cocina.
- Decirle que vaya a un lugar determinado de tu elección e ir tú a otro diferente.
- Ir ambos a otra parte de la casa.
- Quedaros en el comedor.
Mansión Du Maurier
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14 de diciembre
Narración
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Ivanka
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Estaba desesperada escuchando a su hijo, pero no quería asustarle, que ya venía bastante asustado de entrada. Tragó saliva mientras pensaba qué demonios habría estado haciendo el botarate de su marido para no estar con el niño a la hora a la que debía y bastante en adelante. Pero por fin el niño pareció acercarse al asunto, y no pudo reprimir un suspiro a lo de las bromas. Su hijo tenía un concepto demasiado difuso sobre los límites de las bromas, y ella había intentado paliarlo, pero como nadie más lo hacía, pues ahí habían acabado…
Pero lo que Ottis tenía que decir era muy pero que muy importante. A las siete menos cuarto más, la ventana ya estaba abierta… El asesino podría haber estado dentro… Y un miedo la invadió. Si a su hijo le hubiera dado por subir y hacer una broma más grande aún, podría haber sido un testigo incómodo y… Tiró de él y le abrazó. — Ottis, escúchame, hay que hablar seriamente de los límites de las bromas, pero más importante… — Le separó e hizo que le mirara a los ojos. — Júrame que por nada del mundo — dijo haciendo hincapié en las palabras — vas a contarle esto a nadie. A nadie, ni a papá, ¿de acuerdo? No puede saberlo nadie. — Volvió a abrazarle y le acarició el pelo. — Lo que le pasó al abuelo no es culpa tuya, ¿me oyes? Pero nadie más puede saber esto, porque no sabemos cómo lo pueden entender o si lo pueden usar. Pero te juro que yo te voy a proteger. No voy a dejar que nadie te culpe de nada. — Le separó de sí y dijo. — Ahora vuelve con papá, ¿vale? Dale cariño, que le hace falta, y en cuanto pueda, vuelvo a ver cómo estás. — Recogió su rostro con sus manos y le miró a los ojos. — Eres el niño más inteligente del mundo, Ottis, confío en ti totalmente. — Dejó un beso en su mejilla y dijo. — Mientras estés allí, entérate de todo lo que digan, y si te acuerdas de cualquier detalle de ahí, cuando yo vaya, me cuentas lo que sea, ¿vale? — Le abrazó y le dijo. — Te quiero mucho, mi niño listo y valiente. — Y se dirigió a la cocina, recuperando su propósito de hablar con Amelia, pero dándole vueltas sin parar a la medalla y las escaleras, misteriosamente desaparecidas, y aquella maldita ventana.
Decirle a Ottis que vaya al salón e ir a la cocina.
Mansión Du Maurier
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14 de diciembre
Elsa
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Freyja
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Tembló cuando le abrazaste. - Lo sé. Lo siento, lo siento mucho, mamá, ya no lo voy a volver a hacer, te lo prometo. - Afirma, aunque la petición le deja un tanto descuadrado. Pensaría que ibas a hacerle prometer que pararía con las bromas, no que no se lo dirías a nadie. - ¿Ni a... Ni a papá? - Traga saliva y, tras unos instantes, asiente. - Vale. No, no se lo digo a nadie, prometido. Prometido de verdad que sí. -
Asiente, tembloroso de nuevo y conteniendo las ganas de llorar. - Y yo a ti. - Responde, con la voz quebrada pero insegura, y se va cabizbajo y haciendo un esfuerzo por contener el llanto de vuelta al salón. Tras esto, te giras hacia la cocina.
En la cocina:
Justo al entrar en la cocina, oyes las campanadas del enorme reloj de salón: son las 12:00. Nada más entrar en la cocina, con el servicio en plena faena, Amelia, en mitad de la sala, se gira. - Oh, señora, qué bien que la veo. Necesitaba hablarle. - Se acerca a ti, con su tranquilidad y educación habituales, y su tono mucho más sereno que esta mañana, aunque sigue ojerosa por el disgusto. - La señora baronesa ha convocado la comida para las una y media. Dice que quiere que todos los miembros de su familia, sin excepción, estén sentados a la mesa para esa hora. Quiere que comáis todos juntos. - Baja la cabeza, con las manos entrelazadas, y ves que se retuerce levemente los dedos. - No quiero imaginar... lo que debe estar sintiendo la pobre mujer. Querrá tener su calor familiar. - Traga saliva. - Después... Bueno, ella ha calculado que, entre comer y que se recoja lo servido, serán cerca de las dos. Ha dicho que, cuando la comida finalice, quiere reunirse tanto con su familia como con... las personas que ayer estuvimos aquí. - Traga de nuevo. - Al menos, las personas del servicio. No sé si querrá que sus compañeros de trabajo estén también, ha pedido expresamente que no entre nadie del exterior. - Toma aire profundamente. - Supongo que querrá... hablar de lo ocurrido. Y de qué va a ser de todos nosotros a partir de ahora. -
Importante: Son las 12:00 y hay una reunión familiar convocada a la que debes acudir a las 13:30. Dispones de una hora y media para desenvolverte por la casa antes de dicha reunión, y para recabar todas las pistas posibles.
Posibles acciones:
- Continuar hablando con Amelia.
- Intentar hablar con otra persona del servicio.
- Trasladarte a otra habitación para intentar investigar, espiar o hablar con otra persona.
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14 de diciembre
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Confiaría en su hijo, al menos en que su hijo sabía que ella le protegería, que ya era más de lo que hacía nadie en esa casa, y le dejó marchar. Tendría que estar pendiente de eso también ahora, se le acumulaban las cosas y el reloj no dejaba de correr.
Al entrar a la cocina, Amelia fue hacia ella. Aquella mujer siempre parecía saber adelantarse a tus deseos, incluso si el deseo era hablar con ella. Asintió gravemente a todo lo que le iba diciendo. Bueno, su suegra, para variar, habiendo pensado más rápido que Nicholas queriendo ponerles a todos en el brete de sentarse en la mesa y hablar de todo. A ver si a ella le sueltas la pullita de los detectives, pensó con inquina. También asintió a lo de la pena que debía estar sintiendo. — Sin duda. — Sin duda que no, vaya, el matrimonio de los barones no era más que una evolución del suyo, pero le sorprendía lo parlanchina que estaba Amelia, y se enganchó a lo último a ver si sacaba conversación.
— Vosotros sois parte fundamental de la casa, y vais a quedaros con nosotros siempre que así lo queráis, Amelia. Especialmente Josephine y tú. Mi sobrina, de hecho, parece no confiar en ninguno de nosotros más que en tu hija y Zach… Me alegro de que se acerque a gente joven, quedarse demasiado sola en esta casa puede causarle trastornos a una chica de su edad… — Suspiró y negó dramáticamente con la cabeza. — No me extraña que la baronesa busque respuestas, ha sido todo tan… — Parpadeó como si espantara las lágrimas. — Yo estaba tan en contacto con el barón que era como un padre para mí, le admiraba tanto… — Se llevó la mano a los labios, como si no parara de pensar. — La última vez que le vi fue antes de ayer y luego… La última noticia que tuve sobre él fue una petición por medio de Andreas a las… ¿Seis menos algo? Y no paro de darle vueltas… Si hubiera visto el mensaje… ¿Algo habría cambiado? ¿Había alguien aquí que pudiera haberlo impedido? ¿Algo que le alteró? — Suspiró de nuevo y se abrazó sus propios brazos, mirando a la criada. — Él confiaba en ti, Amelia, solo dejaba la casa en tus manos… Si algo le hubiera preocupado, de alguna forma te lo habría hecho saber, ¿no crees? Quizá alguna desavenencia con alguien… No sé, intento darle sentido a esta locura. — Aseguró con voz débil y un tanto desesperada.
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Cierra lentamente los ojos, con su pose de manos entrelazadas y cabeza ligeramente agachada habitual. - Sois muy amable, señora. - Dice con voz tenue. Ves que traga saliva ante la mención de su hija, pero no cambia la postura ni el tono, solo intenta dejar entrever una sonrisa tan tenue que es casi imperceptible y difícil de analizar. - Mi hija aprecia mucho a la señorita Judith. Es una buena chica, desde niña tuvo buen corazón. Se hacen bien la una a la otra. - Afirma, aunque sin comprometerse demasiado con sus palabras.
- La comprendo, señora. El barón la tenía en alta estima. - Añade, diplomática. Te mira y niega con dulzura, sin variar el tono. - No, señora, no se martirice. Usted no podía hacer nada, ojalá hubiéramos podido, cualquiera de nosotros. Yo también lo he pensado, esto es algo que... nos atormentará siempre. Pero no lo piense usted. Usted es una buena trabajadora y una buena nuera, estaba haciendo lo que debía, no pudo impedirlo. Seguro que, allá donde esté, el barón la seguirá estimando siempre. - Amelia siempre hablaba así: sin comprometerse a nada, con un tono cálido aunque sin demasiada expresividad, protocolario y diplomático. Su rostro hoy era compungido y agobiado por las circunstancias, pero normalmente era bastante neutra (con un tono melancólico en su mirada, pero neutra). Era muy difícil analizar sus expresiones.
Pero tu pregunta hacia ella la descuadra, si bien apenas ladea levemente la cabeza y te mira con las cejas bajas. - ¿Yo? - Hace una pausa. - Ojalá, señora, ojalá haber sabido algo. - Suelta aire por la boca y baja la mirada. - Ayer... el barón estaba con sus reuniones de negocios, como siempre, y no quería ser molestado: el servicio tenía orden de no pisar la planta primera en la medida de lo posible durante las horas de reunión. - Ladea levemente la cabeza de nuevo. - Ya sabe, nos dividimos el trabajo: limpiamos y adecentamos la primera planta a primeras horas del día para que esté lista, y la plantilla se divide en dos el resto del tiempo: quienes se encargan de la planta superior y el desván, y quienes están en las cocinas y exteriores. Así, frecuentamos muy poco la planta primera. Si bien es cierto que yo soy la que más se mueve, para verificar que está todo en orden, ya sabe. Pero intento no molestar: al barón no le gustaban nada los ruidos mientras se reunía, le desconcentraban, usted lo sabrá mejor que nadie. -
Respira hondo. - Ayer... no tuve opción de hablar con él en todo el día. - Notas que traga saliva y tiene la mirada perdida, tratando de sobrellevar el quiebre de su voz. Carraspea casi sin sonido para poder continuar. - Más o menos sabía cuando acababan las reuniones. No sabría decirle hora exacta, yo estaba verificando que el jardín quedaba a la perfección, como la señora había ordenado: mi propia hija era la principal encargada de la poda y en ello estaba. - Suelta un poco de aire. - Pero, en un momento determinado, subí desde los exteriores hacia las habitaciones del servicio. Serían... las seis y cuarto, aproximadamente. La puerta de la sala de estar estaba cerrada, y oía al barón muy alterado, gritando a alguien. - Se aparta discretamente el pelo de la cara, pero se la ve nerviosa. - Mientras subía, la puerta se abrió y... miré hacia atrás. Pequé de curiosa, lo lamento. - Traga saliva. - Continué mi camino, para hacer mis tareas. Serían las... seis y media, puede que un poco más tarde, quizás menos veinte, cuando bajé de nuevo, esta vez para ir a las cocinas. La puerta del barón estaba de nuevo cerrada, pero esta vez había silencio. Sus compañeros de negocios estaban aún en la sala de al lado: supongo que no quisieron tampoco implicarse en la discusión. Parecían estar a sus cosas, recogiendo, con sus charlas de última hora. Tardaron bastante en abandonar la mansión, yo les vi irse. -Te mira. - Señora... era su marido, el señor Jonathan, quien discutía con el barón, y cuando le vi salir de la habitación... estaba muy alterado. Parecía, incluso... atribulado. Triste. Le conozco desde hace tantos años que sé cuándo está triste. - Baja la mirada y niega. - Perdón, señora, no quisiera meterme en sus asuntos. Es solo que me da mucha pena del señor Jonathan. Debe estar pasando ahora un auténtico calvario. -
Posibles acciones:
- Continuar hablando con Amelia.
- Intentar hablar con otra persona del servicio.
- Trasladarte a otra habitación para intentar investigar, espiar o hablar con otra persona.
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Qué buena era Amelia haciendo la pelota. Por eso la baronesa no la había echado, por eso y por conocer mejor que nadie la casa y esa aptitud quehabái hecho notar antes de adelantarse a los deseos. Pero Elsa dudaba que el barón tuviera nadie en alta estima que no fuera él mismo. Y como se valoraba a sí mismo y a su negocio, tenía a Elsa allí. Pero no la valoraba lo suficiente como para darle un bofetón metafórico (bueno, o real) a Richard, o como para dejar de mirar a otro lado con los excesos de Nicholas. Y, sobre todo, no la valoraba lo suficiente como para quitar de su vista a Andreas. Pero bueno, qué se le iba a hacer, ya no tenía solución de todos modos, y él había acabado peor que ella. — Te agradezco tus palabras, Amelia, las tengo muy en cuenta. — Aquel diálogo parecía que estaba siendo grabado por una cámara y que las dos estaban interpretando perfectamente su papel.
De hecho, lo de Judith y Josephine no había quien se lo creyera. Elsa no creía que Judith fuera una mala niña, pero la habían hecho déspota y egoísta y, al igual que sus abuelos y sus padres, ni siquiera consideraba al servicio. A no ser que le sirviera para algo, como claramente le pasaba con Zach, que la escuchaba meterse con su abuelo y le cuidaba a los caballos. Así que eso no le cuadraba. Asintió a la impecable planificación de Amelia para limpiar la casa, lo cual no le había solicitado, pero pensaba tener en consideración.
Ver al barón era difícil, sí, pero no le cabía duda de que Amelia sabía cuándo acababa cada reunión y se enteraba de los movimientos de todo. Ella tuvo que verla llegar e irse, sin ir más lejos. El lamento por mirar se lo podía haber ahorrado, de hecho, le importaba saber lo que vio. Y lo que vio y la hora… Coincidía con lo que Andreas le había dicho. Se envaró y se pasó la mano los ojos ojos, suspirando. — Sí que lo está pasando mal, sí… La relación de Jonathan y el barón era… Tirante. No se entendían. Pero Jonathan solo quería la aprobación de su padre. Cuando se ha enterado de su muerte… Se ha quedado destrozado. — Ahora mismo tenía demasiadas ideas agolpándole la cabeza. Amelia podía estar guardándose que hubiera visto a su marido cubierto de sangre, pero el hecho de que le viera salir por la puerta y no por la ventana… ¿podía ser que le estuviera exculpando directamente? — Gracias por todo lo que haces, Amelia. Creo que voy a… Pasear un poco para despejar las ideas. — Y salió de la cocina.
Tenía que volver a la sala de estar antes de la comida, porque eso iba a precipitar las cosas y necesitaba pruebas antes de ello, todo fuera que la baronesa decidiera lo mismo que Nicholas y se activara la maquinaria. En lo que se iba hacia arriba, sacó el móvil a ver si Carine le había contestado, ahora más que nunca, porque si Jonathan no había hecho nada, iba a necesitar pruebas muy contundentes para sacarlo de la parrilla de sospechosos.
Ir hacia la sala de estar y revisar el móvil
Mansión Du Maurier
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Abandonas la casa por la puerta trasera de la cocina, que da a los límites de la mansión y, girando a la derecha para volver a la puerta principal, a la zona de la piscina. Una vez allí, sacas tu teléfono móvil. Carine ha respondido a tu mensaje.
Señora, no he encontrado nada fuera de lo normal entre las pertenencias del señor Jonathan. He visto que había un bote de Valium vacío en su mesita de noche, pero no sé cuántas había ayer, cuántas pueda haberse tomado. Anoche, cuando llegó a casa, no llegué a verle: desde la puerta, me pidió a gritos que me asegurara de que Ottis se duchaba, cenaba y se iba a la cama, y él se metió en su habitación, no hablé con él. Esta mañana tampoco le he visto, solo a usted. He buscado en la colada, pero no he visto ropa nueva, solo la de usted y la de Ottis, nada de su esposo. Tampoco la he encontrado por el dormitorio. Quizás la volvió a guardar, o quizás ha dormido con ella... No podría decirle. Sí es cierto que anoche llegaron a casa más tarde de lo habitual, casi a las ocho y media de la tarde: puede que por eso tuviera tanta prisa por volver al dormitorio y que Ottis se acostara, esta mañana iba cansadísimo al colegio. Siento no poder darle más información, pero estaré por aquí si necesita cualquier otra cosa.
En el jardín:
Caminas hacia la casa, y cuando estás paseando por el jardín, ves que Andreas sigue donde le dejaste, mirando el móvil, pero Richard ya no está. También ves, de lejos y por el lateral, saliendo a grandes pasos de las caballerizas, a Zach. Lleva un saco en las manos, te mira de reojo y acelera el paso, rumbo a la valla de fuera de la casa. Parece que va a tirar la basura. Josephine está también por allí, con los brazos cruzados, y te ve en el momento. Parece un poco nerviosa, pero al cruzar mirada contigo, se te acerca, descruzando los brazos y entrelazando sus manos. - Señora. - Traga saliva, pero no pierde la sonrisa, si bien se le nota tensa. - Hemos buscado el llavero de su hijo por todo el establo, pero siento comunicarle que no hemos encontrado nada. - Miras de reojo a Zach a lo lejos. Efectivamente, acaba de lanzar el saco a un contenedor, por fuera de los dominios de la mansión. Se gira y, aunque te mira de reojo, vuelve a las caballerizas a grandes pasos y con la cabeza agachada. - ¿Cómo se encuentra Judith? - Pregunta Josephine, con voz preocupada.
Posibles acciones:
- Continúa hablando con Josephine.
- Finaliza la conversación con Josephine y continúa tu camino hacia la sala de estar.
- Finaliza la conversación con Josephine y desplázate a otro lugar de la casa.
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Carine había sido rápida y eficiente, le gustaba mucho por eso y por su discreción. El comportamiento de Jonathan era sospechoso, eso seguro, pero… ¿Dónde demonios estaría esa ropa? Oh maldita sea… ¿Era su marido realmente capaz de…? No podía pensar en eso ahora. Contestó rápidamente a la niñera. “Gracias, Carine. Si recuerdas algo más o encuentras algo sospechoso, avísame”. Y, ¿qué era eso de las ocho y media? Si Ottis decía que había salido a las siete de la clase… ¿a dónde había ido esa hora y media? Tenía que hablar con el niño… Pero antes las fotos.
Y ahora se encontraba a Josephine. Con lo discreta y recogida que era su madre, no paraba de encontrarse a la hija en todos lados. Parecía que la casa era suya. Y de fondo el mozo con un saco… Nada sospechoso, vaya. Parpadeó a lo que le dijo la chica. — No te preocupes, estaréis muy ocupados hoy, dejadlo de momento. Lo ha podido perder en cualquier lado. — Ladeó la cabeza y afiló los ojos. — Judith está bastante mal, no te voy a mentir. Tu madre me ha dicho que sois cercanas, y ella misma me pidió hace un rato que subieras a verla… — Alzó las cejas y puso expresión preocupada. — Tiene bastante preocupados a sus padres… Si ella te hubiera contado algo, que ande con gente poco recomendable o se haya enganchado a algo… Deberías contárselo a alguien de la familia. Se que mi cuñada no es fácil, y Nicholas menos, pero… En fin, no lo dejes pasar si puedes sacarla de un lío. — Miró alrededor, y aunque la serpiente andaba por ahí, terminó. — Te tengo que dejar, pero cuenta conmigo para hablar de Judith si en algún momento sientes que debes hacerlo. Te prometo que no tendrá consecuencias para ti, solo queremos ayudarla. — Y se dirigió a la sala de estar, mirando a todos los lados posibles para no perderse a nadie que pudiera estar siguiéndola.
Terminar la conversación con Josephine y seguir a la sala de estar
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- ¿Que... subiera a verla? - Pregunta, tratando de mantener normalidad, pero en el tono se le nota que está levemente sorprendida. Mira de reojo para localizar a Zach, quien parece que también la busca a ella con la mirada, pero el chico se mete en las caballerizas de nuevo, así que ella vuelve a mirarte. - Eeem... - Parece un poco trabada y reconectando con lo que le dices, pero no tarda en hacerlo y responder.
- Claro... Claro, por supuesto, señora. - Afirma, y se despide de ti con un gesto cortés de la cabeza, aunque te sigue con la mirada.
En el hall de entrada:
Te dispones a subir las escaleras, pero al hacerlo, Josephine vuelve a hablarte. - Señora. - Te llama. Tiene la respiración un tanto agitada, ha trotado un poco para no perderte la pista. - Voy a... Subo con usted, ¿va a ver a Judith? - Traga saliva. Mira a los lados y se te acerca. - Señora... Eso que me ha dicho... Tenéis razón. Judith... Me preocupa. Nos preocupa. Zach, ella y yo tenemos edades similares, la apreciamos, y... últimamente... - Te mira a los ojos, temerosa, pero traga saliva. - No... No salimos con ella, como comprenderá, no sabemos dónde va. Pero vuelve muy tarde, y en malas condiciones. - Baja la voz y dice preocupada. - Hemos intentado decírselo muchas veces, ¡anoche sin ir más lejos! Zach me lo contó, que insistía mucho en salir, y que él le dijo que no lo hiciera. Él... A él, digámoslo así, le hace más caso... No sé si me entiende. - Traga saliva de nuevo. - Y estoy un poco preocupada, porque de verdad que la aprecio, pero últimamente... Hace cosas raras. - Se lleva las manos al pecho. - Y, por Dios, no quiero pensar... que haya podido... No, no, me parece imposible. Pero necesita ayuda, tiene razón. Es solo que... no encontraba... el momento de decírselo a la señora Emily o al señor Nicholas. No suelo hablar con ellos y... temía... ser malinterpretada. Lo lamento. - Esboza una tímida sonrisa. - No quisiera interrumpirla más, señora. Voy a verla. - Hace un gesto cortés de nuevo, a modo de despedida, y continúa subiendo.
Posibles acciones:
- Sigue a Josephine e intenta continuar hablando con ella antes de que entre en la habitación de Judith.
- Sigue a Josephine hasta la habitación de Judith para hablar con ambas.
- Sigue a Josephine hasta la habitación de Judith para espiarlas.
- Continúa hacia la sala de estar.
- Dirígete hacia otra estancia para investigar, espiar o hablar con alguien.
Mansión Du Maurier
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Vaya, por fin parecía haber pillado a Josephine en algo. La chica se quedó completamente descuadrada con lo de Judith. Pues para ser tan amigas como clama la madre… Se dijo a sí misma, tratando de no cambiar la expresión. Simplemente asintió, y no quería que se le notara la prisa demasiado, pero es que tenía que llegar a la sala de estar antes que otra persona.
Bueno, pues ahora Josephine sí tenía muchas ganas de hablar, vaya por Dios. Se paró en la escalera y escuchó lo que la chica quería decirle. Abrió mucho los ojos, como si lo que le decía le interesara mucho, aunque la insinuación sobre Zach le sorprendió… Tenía entendido que era el novio de la propia Josephine, pero si ella lo decía con tanta tranquilidad… Ahí se estaba perdiendo información, y la chica claramente le estaba diciendo solo lo que quería y, como casualmente, había dejado caer el asunto del barón. — No, por supuesto… Además, si mi cuñada llegara a oír eso, no habría brazo que pudiera agarrarla antes de que se volviera loca contra quien acusara a su hija de nada. — Subtexto: no digas eso delante de Emily, porque echaros a la calle sería lo mínimo que haría. Parpadeó y suspiró. — Bueno, has hecho bien en decírmelo a mí al menos, más vale tarde que nunca. De momento, no se lo comentes a los padres, porque la cosa ahora mismo esta muy tensa y, efectivamente, lo van a malinterpretar. — Señaló con la cabeza las escaleras. — Sube a verla, a ver si al menos a ti te cuenta donde estuvo anoche y por qué ha llegado así. En cuanto tenga un minuto, salimos tú y yo al jardín y me concretas un poco más eso que cuentas de Judith. Quizá no es una urgencia en este momento, pero cuanto antes me entere bien de los detalles, antes podré ayudarla. — Aseguró, y dejó que la chica subiera las escaleras.
Barajó muy fuertemente poner la oreja a ver qué decían, pero tenía algo que hacer. Quizá luego pudiera acercarse, aunque pillara solo parte de la conversación, pero le parecía más urgente tener pruebas de que ahí se había cometido un asesinato. Se acercó hacia la sala de estar, siempre comprobando que no había nadie.
Ir a la sala de estar
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Josephine asiente a lo que le dices y, con un gesto educado, se despide y sube al piso de arriba, a la habitación en la que se encuentra Judith. Tú, tras comprobar que no hay nadie, accedes a la sala de estar. En estos momentos son las 12:15h.
Instrucciones
Dispones de siete minutos para investigar la sala de estar. Si consumes menos de siete minutos, no serás descubierta. Si consumes exactamente siete minutos, deberás tirar un dado acierto/fallo, y en caso de fallo serás descubierta. Si superas los siete minutos, alguien te descubrirá.
Posibles acciones:
Área 1: Zona izquierda de la sala
Acceso a la biblioteca, trasladarse a investigar la biblioteca - 3 minutos
Mobiliario, mesas de negocios y alrededores - 1'5 minutos
Papeles de negocios y documentos personales - 2 minutos
Área 2: Zona central de la sala
Revisión de la ventana, vistas y alrededores - 1 minuto si encuentras algo, 0'5 si no.
Área 3: Zona derecha de la sala
Mobiliario y alrededores - 1'5 minutos
Cadáver - Mirar minuciosamente, 3 minutos
Acciones extra:
- Hacer fotografías: 0'5 minutos por cada tres fotografías (tirando a la baja). Deberás determinar a qué sacas la foto en concreto. Habrá menor nivel de detalle cuanto más lejos/más cosas aparezcan en la fotografía, pero te llevará más fotografías/tiempo hacer fotos muy concretas.
Importante: Todas las acciones pueden pedir hacerse una segunda vez si Elsa no se ha quedado tranquila en su revisión y cree que hay más datos ocultos. Si no hay más datos, narración dirá "no encuentras nada más" y el gasto será, en todos los casos, de 0'5 minutos. Si hay más pistas por la segunda revisión, es gasto de minutos será el mismo que la primera vez que se realiza la opción.
Mansión Du Maurier
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Afortunadamente, no se encontró a nadie más y fue derecha, esta vez sabiendo lo que se iba a encontrar, al interior de la habitación. Bien, todo parecía igual, pero no tenía mucho tiempo, y pensaba hacer fotos de lo que hiciera falta por si algo ocurría.
Revisión de la ventana y alrededores y hacer 3 fotos: interior, marco y exterior
Mirar minuciosamente el cadáver y hacer 2 fotos: una del cadáver y otra del entorno del área 3
Lectura papeles y documentos de la zona 1
Mansión Du Maurier
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Revisas la ventana, pero por más que miras, no obtienes más información que la que ya tenías: manchas en el marco y un poco de tierra y sangre. Igualmente en lo que puedes ver del tejado desde allí, así como en los alrededores. Aun así, decides sacar tres fotos del entorno.
Te trasladas de nuevo donde se encuentra el cadáver, pero esta vez lo investigas más minuciosamente. Al hacerlo, te das cuenta de que las ropas de cama no están rasgadas ni agujereadas, por lo que entiendes que el barón tiene las heridas directamente sobre su cuerpo y que el arma no atravesó los ropajes. Le miras la cabeza, el cuello y la cara, que es lo único que tiene descubierto: no le ves ninguna herida de arma, tampoco señales en el cuello. Sin embargo, entre toda la sangre te parece ver una leve contusión en la parte de atrás de la cabeza, en la coronilla, aunque no parece tan grave como para haber sido lo que lo mató. Decides destaparle para investigar mejor: efectivamente, tiene los brazos a los lados del cuerpo, tumbado boca arriba, pero lo que más te sorprende es ver que está vestido de calle. ¿Acaso el barón se acostaba con la ropa de calle? Buscas dónde pueda estar la herida, y a pesar de la cantidad de sangre por todo su cuerpo, localizas el lugar que parece tener más: el barón tiene un par de perforaciones en el costado izquierdo, por encima de la ropa, pero entre la tela y la sangre, y tus escasos conocimientos de anatomía, no podrías identificar ni la limpieza ni la profundidad de las mismas.
Antes de trasladarte al área en la que se encuentran los papeles, decides hacer una foto del cuerpo y otra de los alrededores de donde duerme. Por supuesto, vuelves a taparle, intentando dejarle como estaba.
Sobre la enorme mesa en la que suele trabajar el barón encuentras varios documentos, además de sus gafas de vista. Uno de los documentos es el expediente de Andreas, toda su información, tanto privada (no sabías que el barón disponía de información privada de sus empleados, aunque no hay demasiados datos en el caso de Andreas) como relacionada con el trabajo. En lo privado, apenas encuentras que es nativo de Grecia y que reside en este país desde los diez años, que aquí viven sus padres y una hermana menor, y que él vive solo en el núcleo urbano, donde tiene dos gatos, y la dirección de su casa. También aparece el nombre de Anette McKenzie, antigua compañera de la universidad con la que tuvo una relación de pareja durante dos años y medio, actualmente casada y con dos hijos. En sus datos laborales, diversos trabajos temporales durante su época universitaria (en servicio de limpieza urbano y restaurantes de comida rápida), y sus inicios en la empresa Du Maurier, así como su proyección en la misma, datos que tú conoces de sobra y ninguno de los cuales te sorprende.
Otro de los documentos que se encuentra en la mesa es el testamento, y el grueso de papeles es amplio, por lo que no te da tiempo a leerlo todo. Arriba del todo, los correspondientes a los negocios. Reza lo siguiente:
"La titularidad de la empresa queda legada, en jefatura, a la señora Elsa Du Maurier, siempre y cuando tenga lazo directo con esta familia mediante el matrimonio con Jonathan Du Maurier. La vicepresidencia de la empresa queda en manos de Andreas Spencer, no siendo este presidente en ningún caso para que la empresa no quede en manos de personas ajenas a la familia. En caso de ruptura del matrimonio entre Elsa y Jonathan, la empresa quedará en manos de Richard Du Maurier. Dado que una gran parte de mis activos serán destinados a la debida formación de Ottis Du Maurier, este será incluido en la jerarquía de la empresa cuando tenga la edad y titulación necesaria para ello".
Lo más llamativo de este párrafo es que el nombre de Andreas está tachado con lápiz, si bien no hay ningún otro escrito por encima.
Has consumido seis minutos, quedándote uno restante.
Posibles acciones:
- Abandona la sala y dirígete a otro lugar de la casa.
- Continúa investigando:
Área 1: Zona izquierda de la sala
Acceso a la biblioteca, trasladarse a investigar la biblioteca - 3 minutos
Mobiliario, mesas de negocios y alrededores - 1'5 minutos
Revisión de papeles de negocios y documentos personales - 0'5 si no hay nada más, 2 minutos si hay más datos.
Área 2: Zona central de la sala
Revisión de la ventana, vistas y alrededores - 1 minuto si encuentras algo, 0'5 si no.
Área 3: Zona derecha de la sala
Mobiliario y alrededores - 1'5 minutos
Acciones extra:
- Hacer fotografías: 0'5 minutos por cada tres fotografías (tirando a la baja). Deberás determinar a qué sacas la foto en concreto. Habrá menor nivel de detalle cuanto más lejos/más cosas aparezcan en la fotografía, pero te llevará más fotografías/tiempo hacer fotos muy concretas.
Importante: Todas las acciones pueden pedir hacerse una segunda vez si Elsa no se ha quedado tranquila en su revisión y cree que hay más datos ocultos. Si no hay más datos, narración dirá "no encuentras nada más" y el gasto será, en todos los casos, de 0'5 minutos. Si hay más pistas por la segunda revisión, es gasto de minutos será el mismo que la primera vez que se realiza la opción.
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Le costó dar con la herida del barón y… Le extrañó tanto ese movimiento de ponerle en la cama… Qué poco sentido, después de ponerlo todo tan perdido… Ojalá solo hubiera una persona con tan poco sentido común en esa casa, pero no era el caso. Ahora, poner al barón después de muerto en la cama requería una fuerza que le descartaba de un plumazo a la baronesa y Amelia como ejecutoras… Y a Josephine y Judith casi que también.
Los papeles… Eso era importante. Y entonces, ahí estaba: el testamento. Se le cortó la respiración y oyó los latidos de su corazón por todo el cuerpo. ¿Ella? ¿Andreas? ¿Y por qué estaba su nombre tachado, y los papeles sobre él ahí? Estaba aturullada, pero intentó leer todo lo que podía… ¿Qué importancia podía tener la vida personal de Andreas? ¿Qué había visto el barón en ese informe para tacharle? Ahora la destitución de cargos cobraba sentido… Pero era su nombre y el de su hijo el que estaba ahí… ¿Qué debía hacer? ¿Lo dejaba allí? El barón no tendría solo una copia y si se lo llevaba parecería doblemente sospechosa… Ya tenía las fotos, tenía que irse, tenía que pensar muy bien lo que iba a hacer. Su marido discutió con el muerto. Ella era la heredera, su hijo tiró algo (algo que no había encontrado, por cierto) con sus huellas dentro… Y su marido y su hijo estuvieron una hora por lo menos ilocalizables. Y ella estuvo allí… Allí en la casa y eso lo sabía… Lo sabía Richard, y Andreas, claro, que fue quien la llamó… Parpadeó. Tenía que salir de la habitación.
Nada más salir, aún con manos temblorosas, se mandó todas las fotos a su propio correo y, una vez comprobado que lo había hecho, las borró de su teléfono. Tomó un poco de aire e intentó pensar.
Recordó que Josephine estaba arriba con Judith y decidió subir despacito, a ver si todavía captaba algo de la conversación y se hacía una mejor idea de la posición de todo el mundo el día anterior, porque ahora lo necesitaba más que nunca.
Salir de la habitación e ir hacia la de Emily y Judith para intentar espiar
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Sonlas 12:21. Sales de la sala de estar, un poco conmocionada por lo que acabas de ver, pero no olvidas que Josephine subió a ver a Judith. Ya deben llevar arriba juntas seis minutos, que es el tiempo que tú has pasado en la sala, pero decides subir a ver si puedes oír algo de la conversación.
Nada más llegar al segundo pisos, oyes la voz de Judith. Josephine habla más bajo, pero afinando el oído puedes escucharla también.
Ju: Como yo hable, rueda vuestra cabeza, niñata.
Jo: ¿Yo soy la niñata? (Ríe)
Ju: Ríete otra vez, estúpida.
Jo: Vamos a ver, ¿qué tienes tú en nuestra contra? ¿Eh? Si no fuera por Zach, estarías ahora vagando por el bosque.
Ju: Serás puta, ¡que me drogó él!
Jo: (Vuelve a reír) De verdad que no se puede ser tan patética.
Ju: Insúltame otra vez...
Jo: ¿Qué pruebas tienes de que él lo hizo? Tú te fuiste de fiesta.
Ju: Con él.
Jo: ¿Y qué? En su contrato no tiene prohibido ir a bares. ¿Y qué vas a decir? ¿Que querías tirarte al mozo de cuadras y te pusiste como una cuba? ¿Eh? ¿Que ibas a tirarte a un tío con novia? Oooh, mírala, intentando ser mejor que su mamá.
Ju: ¿¿VAS A CERRAR LA PUTA BOCA, BASTARDA?? A ver si voy a ir diciendo que tu madre se tiró a mi abuelo, pedazo de enjendro.
Jo: (Ríe) Estás zumbada. Reconoce ya que le mataste tú, estúpida.
Ju: ¡¡Que no fui yo, joder!! ¡Me tendisteis una puta trampa!
Jo: Ojalá nos importaseis tanto. Mientras tú hacías el patético con mi novio, yo estaba tranquila en mi cama, y él te dejó aquí, borracha perdida, y se fue a la suya. Así que mucho cuidadito con culparnos a nosotros, que te arruinamos la vid...
La frase no se interrumpe porque oyes un grito de una de ellas y varios ruidos e insultos. Parece que se ha desencadenado una pelea.
Posibles acciones:
- Entra y detén la pelea.
- Dirígete a otra habitación antes de que te descubran.
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Tal como había imaginado, de amigas nada, ahí estaban hablándose en un tono nada amigable. Elsa abrió mucho los ojos. ¿Se habría atrevido de verdad Zach a drogar a la nieta del barón? Por lo que aseguraba Judith sí, y a ella no le había sonado nada convincente Josephine antes, además de que estaba muy subidita… Pero entonces dijo lo de bastarda y lo de su abuelo y, por segunda vez en un periodo demasiado corto de tiempo, el corazón de Elsa se aceleró y se sintió sobrepasada. ¿Era eso verdad? ¿Josephine era tan hija del barón como los otros tres? Trató de tomar aire. ¿Cuántos más secretos había en esa casa? Necesitaba pensar, pero no estaban por la labor de dejarle, porque claramente se estaban peleando.
Tuvo apenas segundos para reaccionar, pero al final corrió hacia su propia habitación bajo el pensamiento de “no quiero explicar lo que acabo de oír, si se descubre, que se descubra y a mí me vendrá bien para mantener la vista alejada del testamento, al menos mientras pienso”. Avanzó todo lo rápido que pudo, sin querer hacer mucho ruido, hacia su propia habitación. Al principio no recordaba qué chispa de su cerebro la había guiado ahí, pero poco a poco recordó. Quería ver si Jonathan tenía algo allí, también había cosas de Ottis y, aunque no vivieran allí, había un poco de todos ellos en esa habitación en al que al final acababan pasando bastante tiempo.
Registrar la habitación de Jonathan, Elsa y Ottis
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Freyja
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Es evidente que al otro lado de la puerta se está originando una pelea, y que no tienes ni idea de cómo acabará. Decides entrar en tu habitación, y a simple vista no ves nada que te llame especialmente la atención.
Instrucciones: Puedes hacer tantas acciones como quieras, pero cada dos acciones, tendrás que tirar un dado acierto/fallo. Si sale acierto, puedes continuar investigando. Si sale fallo, los gritos de Josephine y Judith peleando han alertado a otras personas de la casa, que han subido al piso de arriba, y pueden descubrir que tú estabas allí y preguntarte por qué no has intervenido.
Posibles zonas de investigación:
- Suelo y mobiliario sencillo (comodín, mesitas de noche).
- Cama matrimonial.
- Cama de Ottis.
- Ventana y vistas.
- Área de juegos de Ottis.
- Zona del armario de Elsa.
- Zona del armario de Jonathan.
- Zona del armario de Ottis.
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14 de diciembre
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Ivanka
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Aquello estaba escalando, podía oírlo desde la habitación, así que enseguida llegaría alguien. Ella ya sabía lo que tenía en su armario, aunque no se fiaba de que le hubieran puesto algo aposta allí. Pero empezaría por lo obvio: Jonathan y Ottis.
Registrar el armario de Jonathan y el de Ottis
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El miembro 'Ivanka' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Te diriges directamente a los armarios, en concreto al de Jonathan y al de Ottis. En el primero no encuentras nada que llame tu atención: la última vez que lo abriste, crees recordar que estaba igual. Hay un par de conjuntos y el pijama, así como las zapatillas de estar por casa. Todo parece en orden y como si llevara días sin tocarse. En cuanto al de Ottis, los resultados son los mismos. Le has dicho varias veces a Jonathan que Ottis debería dejarse la ropa de entrenamiento con los caballos allí, en vez de andar llevándola y trayéndola de casa, que te parece absurdo. Sin embargo, ves uno de los conjuntos que suele usar para entrenar, y el otro no está. Quizás se lo haya llevado a casa de vuelta, o quizás lo usara aquí y lo echase a lavar. Por lo demás, está todo en orden.
Instrucciones: Puedes hacer tantas acciones como quieras, pero cada dos acciones, tendrás que tirar un dado acierto/fallo. Si sale acierto, puedes continuar investigando. Si sale fallo, los gritos de Josephine y Judith peleando han alertado a otras personas de la casa, que han subido al piso de arriba, y pueden descubrir que tú estabas allí y preguntarte por qué no has intervenido.
Posibles zonas de investigación:
- Suelo y mobiliario sencillo (comodín, mesitas de noche).
- Cama matrimonial.
- Cama de Ottis.
- Ventana y vistas.
- Área de juegos de Ottis.
- Zona del armario de Elsa.
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Lo que encontró no era para nada determinante, y no oía a nadie más que a las chicas, así que siguió buscando. Se aseguraría qu Eno había nada en el suyo y luego miraría en un lugar que nadie considerara sospechoso.
Registrar el armario de Elsa y la zona de juegos de Ottis
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Tu armario lo tienes mucho más controlado, y está exactamente igual que como lo dejaste la última vez que lo abriste. En vistas de que no hay nada raro en los armarios, decides trasladarte al área de juegos de tu hijo. Cada vez hay menos juguetes y más artículos de broma y disfraces. Hay una zona descubierta y un baúl, dentro del cual suele guardar sus disfraces de Halloween y las cosas que usa para las bromas y que prefiere mantener más alejadas de la vista de los demás, y ciertamente en esa casa nadie se interesa mucho por las pertenencias de tu hijo. Aquí sí te llama algo la atención: el baúl está muy revuelto. Si bien Ottis utiliza bastante sus cosas cuando está por allí, los disfraces suelen estar doblados y ordenados, porque apenas los usa en fiestas señaladas, y hace meses desde el último Halloween. Está todo bastante revuelto, pero dado que no tienes mucho control sobre los artículos de tu hijo, no sabrías decir si falta algo.
Instrucciones: Puedes hacer tantas acciones como quieras, pero cada dos acciones, tendrás que tirar un dado acierto/fallo. Si sale acierto, puedes continuar investigando. Si sale fallo, los gritos de Josephine y Judith peleando han alertado a otras personas de la casa, que han subido al piso de arriba, y pueden descubrir que tú estabas allí y preguntarte por qué no has intervenido.
Posibles zonas de investigación:
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ayayayay 3
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