Cuando el gordo le aviso que estaban juntos ya, la verdad era que sentía que un peso menos en la espalda. Se preocupaba demasiado, lo sabía y mismo el gordo ya había empezado a preguntarle qué onda, pero esquivaba el tema de la mejor manera posible. Las cosas entre los dos estaban bien, sabían lo que sentían, pero aún no le habían puesto ningún nombre ni sabía si estaba lista del todo para que eso sucediera, lo mejor era dejar las cosas como estaban de momento y que Jazz simplemente se concentrara en encontrar su propia identidad.

Una vez que salió del trabajo Cristian ya estaba allí e intento sonreír como si no se sintiera extraña por salir con él conociendo sus intenciones. Intentaba que todo le saliera de la mejor manera, pero se sentía mal y eso que no estaba haciendo nada más que ir a cenar con un amigo. Aun así, intento dejar eso de lado y puso su mejor sonrisa mientras iban a uno de esos restaurantes que él siempre la llevaba, al final, Cris no había hecho nada malo que mereciera que estuviera enojada con él.

¿Todo bien? Envió luego de pedir lo que iba a cenar, Cristian todavía no quería decirle nada, jugaba al misterioso y generalmente eso no le molestaba pero se encontraba ansiosa de volver a su casa para poder hablar con Jazz sobre cómo le había ido en la reunión y como se había sentido.

El lugar era muy bueno, como todos los lugares a los que Cristian la llevaba, pero no terminaba de sentirse cómoda. Sentía que siempre terminaba debiéndole algo y la idea de cogérselo solo por eso no le causaba mucha gracia, mucho menos pensando en ese momento que lo último que quería era cogerselo con todo el tema de Jazz dando vueltas por su mente.

Cristian le había conseguido un casting ¡Su primer casting! No podía más de la emoción, no pensó que iba a lograrlo pero le había dicho que según lo que le dijeron daba con el personaje querían armar y que faltaba sólo que la vieran algunas personas la semana próxima, pero que habían quedado encantados con aquel portafolios que él le había armando.

Estaba muy agradecida, inclusive cuando eso no significaba nada y aunque sabía de las intenciones de Cris, en lo único que podía pensar era en volver a la villa para poder comentarle a Jazz de lo de la audición y que se pusiera feliz por ella. aquello podía ser un antes y después para los dos, haría lo que fuera para que por fin pudieran dejar aquel sitio.

Habían estado charlando hasta largas horas de la noche con Cristian, no había intentado nada por lo menos pero cada vez que se quedaba mirándola fijo ella tenía que buscar una excusa tonta para decir algo que hiciera que las cosas se pusieran un poco más amistosas. Era extraño o quizás no, simplemente le era extraño no poder verbalizar el porque lo rechazaba todo el tiempo.

Eran aproximadamente las tres de la mañana cuando llego, Cris la había llevado hasta la puerta de su casa y cuando entro y vio a Jazz durmiendo, no dudo en acercarse a él para acariciar su rostro. Suspiro, todo era demasiado emocionalmente y no sabía para donde correr. – Eh gil, te quedaste dormido en el sillón. Dale, levántate y vamos a la cama. – Murmuro, aun acariciando su rostro para despertarlo.

— Son como las tres y media. — Al otro día por suerte era domingo y no trabajaba, sino estaría cansada rodo el día y no tenía ganas de aguantar a nadie del trabajo. Fue con él a la habitación y fue hasta el armario, sacándose la ropa que tenía de espaldas a Jazz y colocándose un short y una remera sin mangas para poder dormir.

Se sentó de nuevo con el, tomando sus manos y sonriendo ampliamente, feliz por la noticia que iba a darle. — ¡Me consiguió una audición! Es un proyecto nuevo y están interesados en mi, tengo que ir la semana que viene a la audición. — Se mordió el labio, feliz y nerviosa de pensar en aquello porque si salía bien sería un gran paso en su vida.

Su ceño se frunció inmediatamente y soltó sus manos, porque no podía creer que lo primero que pensara era en Cristian y no en la posibilidad que ella tanto había soñado tener. No podía entenderlo, no cuando Jazz sabía bien cuanto había luchado por eso. – ¿Posta vas a empezar con una escena de machito celoso cuando te estoy diciendo algo tan importante para mí? – Se levantó de la cama enojada, había esperado que se alegrara por ella pero directamente se había ido para el otro lado.

-Para dejarte tranquilo no me pidió nada, así que quédate tranquilo. – Se acostó, se puso los auriculares y le dio la espalda. Era una clara muestra de que no tenia que joderla, le habia cagado la noche con esa escena de celos o lo que fuera que era.

Intentaba no estar molesta pero cuando le hacía una escena tan tonta como esa no podía evitarlo, no le gustaba que Jazz pensara así de ella porque jamás había hecho nada que lo pudiera hacer pensar así. No sabía si no sería capaz, hablaban de salir de aquel lugar que tanto dolor les daba, pero su situación con él era complicada y no sabía bien que hacer. – Sos un gil cuando queres, te sale el machito de adentro. – Se quejó, sin darse vuelta.

Se mordió el labio cuando empezó a darle besos en el cuello, terminando por darse vuelta para poder mirarlo a los ojos, aún con el gesto un poco serio. – No digas boludeces, yo te pienso llevar conmigo donde este. – Era obvio, por lo menos para ella.

Era un boludo cuando quería, pero era un boludo al que quería mucho más de lo que podía admitir y aún más cuando la aflojaba así. – Muy lindo mi machito pero cuando se comporta como un machirulo queriendo medir quien la tiene más larga no me gusta tanto. – Porque había visto mucho de eso en su vida, no quería que Jazz agarrara justamente esas costumbres del resto de los hombres.

Eso la dejaba tranquila, por lo menos lo del viejo que era lo más importante, lo otro sabía que necesitaba tiempo. – Tenes que ir de a poco y no mandártela, no hacer esfuerzos. Cuando estes piola vas a poder ver qué onda ¿Te gusto la reunión de hoy? Contame de eso. – Se acomodó para poder mirarlo mejor, atenta, no había podido dejar de pensar en esa reunión en todo el día.

— No habló en ese sentido, sino en el típico macho celoso que se la mide con los demás. — Dejó en claro, porque sabía que el no le haría daño nunca, por lo menos no conscientemente.

— Tenes que ir poco a poco, no dudo que con el acompañamiento de todos ahí vas a poder renacer. — Porque creía que era lo que más le importaba, poder finalmente ser lo que siempre había querido ser. — Te mereces ser feliz y lo vas a ser, cuando te quieras dar cuenta vas a ser un hombre hecho y derecho. — bromeó con una sonrisa en los labios y se acercó un poco más, pegando su frente a la de él.

—Obvio que tenes fuerza, vos sos el tipo más fuerte que conocí en mi vida y no hay manera que ni tu viejo ni lo qué pasó te gane. — Acariciaba su espalda cariñosamente, con una media sonrisa. Conocía lo suficientemente bien a Jazz como para saber que todo estaría bien eventualmente, que no había manera que se diera por vencido nunca con eso.

— Vamos a salir de acá, voy a tener la audición, voy a quedar y vamos a irnos de acá. Te lo prometo. — No le importaba lo que tuviera que hacer para quedar seleccionada, más allá de ella Jazz necesitaba salir de ahí y comenzar una nueva vida lejos de toda la mierda que había en la villa y ella se lo iba a dar.

— No lo dudes, y ahí daremos un buen salto en nuestra vida y nos vamos de acá. — Era realmente lo que quería, que pudieran irse de ahí y a Jazz dejarán de perseguirlo todos esos fantasmas del pasado. Su padre y sus amigos especialmente que, de alguna manera, estaban arruinando su vida aún.

Lo quedó mirando a los ojos y luego simplemente besó su frente, acariciando su espalda con cariño. — Dormí, necesitas descansar. — Murmuró, algo inseguro de seguir así. Temia no poder controlar lo que estaba sintiendo por el, cómo ya le había pasado antes.

No había podido dormir nada, todo lo que sentía era tan intenso que no sabía cómo manejarlo. Lo quería tanto que simplemente no podía dejar de pensar que tendría que hacer todo para que funcionara la audición, para que pudieran salir de ahí después de tanto tiempo comiendo mierda con su padre y sus amigos.

Cuando se despertó se quedó en la cama un buen rato más, hasta que el olor a tostadas la hizo levantarse y fue con él, sobándose los ojos con una media sonrisa. — Así si me gusta despertarme eh. — Se acercó a él y besó su mejilla cariñosamente. — Algo que quieras hacer hoy?

— Podemos ir para alguna plaza y llevar para tomar mate. — Se sentó y le sonrió, después simplemente agarro una tostada y le dio un mordisco. Estaba bastante cansada teniendo en cuenta la noche que había pasado pero le parecía que se le iba a pasar después de desayunar y darse una ducha.

— ¿Cuando tenes la reunión de nuevo con el grupo? — Creía que iba a hacerle bien, ademas así terminaba saliendo un poco más y no se cerraba tanto en la habitación. — Yo esta semana tengo que ir con Cristian a comprar algo de ropa para el casting, no tengo muchas ganas pero tengo que dar una buena impresión.